Pagan los pobres - Juan Sebastián Landoni - E-Book

Pagan los pobres E-Book

Juan Sebastián Landoni

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La pobreza puede ser una tragedia. Cuanto más extrema, más trágica. Esa pobreza se hace presente cuando se piensa en la mortalidad infantil, o la mortalidad de las madres en los partos. O cuando se consideran las hambrunas que llevaron a límites insospechados, incluido el canibalismo. Pagan los pobres no reflexiona sobre la pobreza del asceta, sino que piensa en la pobreza de quienes se encuentran atrapados por un entorno cultural, social, económico y político que les impide salir de una situación que no desean. Los errores de política pública tienen consecuencias negativas para muchas personas y grupos. Pero la carga de esos errores recae finalmente en los pobres, tanto en los viejos como en los nuevos. Sin embargo, este no es un libro contra la política pública, sino sobre las consecuencias no intencionadas de políticas públicas con buenas intenciones; aquellas que benefician a algunos grupos, pero que terminan empobreciendo a la mayoría; que pueden generar algún beneficio de corto plazo, pero empobrecen a largo plazo. Muchas de ellas se promocionan como favorables al pueblo, tal es el caso del populismo, pero tienen efectos contrarios. Se presentan como políticas populares, pero sus consecuencias son antipopulares. Ese populismo del bienestar presente destruye las posibilidades de desarrollo a largo plazo. Por eso, en estas páginas se resalta la posibilidad de una política pública sensata, prudente y virtuosa que abre posibilidades y habilita una interacción pacífica y particular entre seres humanos, una interacción creadora de riqueza que disminuya o elimine la pobreza.

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Pagan los pobres

Juan Sebastián Landoni

Luciano Villegas

Pagan los pobres

Consecuencias negativas de políticas públicas con buenas (y malas) intenciones.

Índice de contenido
Portada
Portadilla
Legales
Prólogo
Agradecimientos
Introducción
Capítulo 1. Pocos y contundentes datos
Capítulo 2. Precios máximos legales
Capítulo 3. Salarios mínimos legales
Capítulo 4. Impuestos
Capítulo 5. Redistribución del ingreso
Capítulo 6. Competencia, monopolio y regulaciones
Capítulo 7. El proteccionismo
Capítulo 8. Inflación
Capítulo 9. Déficit fiscal
Capítulo 10. Instituciones, funciones del Estado y política pública

Landoni, Juan Sebastián

Pagan los pobres / Juan Sebastián Landoni ; Luciano Villegas. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Galerna, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-950-556-872-7

1. Economía. I. Villegas, Luciano. II. Título.

CDD 330.01

© 2022, Juan Sebastián Landoni

© 2022, Luciano Villegas

©2022, RCP S.A.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopias, sin permiso previo del editor y/o autor.

ISBN 978-950-556-872-7

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Diseño de tapa e interior: Pablo Alarcón | Cerúleo

Foto de tapa: Adobe Stock. Vladimir Wrangel y xyz+

Primera edición en formato digital: mayo de 2022

Versión: 1.0

Digitalización: Proyecto 451

PRÓLOGO

Por Walter Castro

El populismo es la degeneración de una de las formas de gobierno. Sus vicios son de antigua data.

Los romanos ya hablaban de pan y circo. Y sospecho que pocas personas desconocen la frase que alude a una de sus principales características: pan para hoy y hambre para mañana.

No es necesario para prologar este libro tener que explayarnos sobre este asunto tan vigente que atrapa el interés de la ciencia política. 

Pero sí es necesario aludir a este fenómeno si se pretenden comprender las consecuencias de sus políticas económicas.

En otro orden de cosas, pero colindantes con estas primeras cuestiones, se conoce la dificultad humana para poder sopesar adecuadamente los efectos visibles de cualquier hecho con aquellos otros que permanecen más ocultos. Y lo mismo sucede entre aquellos efectos que impactan en el presente comparados con otros que suceden a más largo plazo.

Para evitar este sesgo de la naturaleza humana, explicado perfectamente bien desde la psicología y desde la rama de la economía que estudia el comportamiento (Behavioral Economics), la ciencia económica nos proporciona con rigurosidad un set de teorías y leyes que permiten anticipar los efectos futuros de acciones o políticas presentes, con independencia de las intenciones o del discurso de sus responsables.

Este es el marco conceptual con el que se manejan los profesores Landoni y Villegas para trabajar, en cada capítulo del libro, las confusiones mayormente reinantes respecto de qué resultados se pueden alcanzar con determinadas políticas económicas.

En cualquier caso, repasar los errores más frecuentes de política económica, esos que inexorablemente comprometen la generación de riqueza de manera generalizada, y poder aclararlos para facilitar una mejor comprensión de por qué algunos países funcionan mejor que otros, y por qué sus poblaciones alcanzan mejores o peores niveles de vida, es en sí una contribución importante.

Landoni y Villegas han elegido con cuidado su objeto de estudio, desnudando los límites, las trampas y los errores de las políticas económicas más frecuentes y equivocadas y cuyas consecuencias no se pueden eludir. Pero además dan cuenta de algo que se verifica empíricamente y que es esencial.

Esto es que en economía el ajuste se produce siempre en el margen. Y esa es la clave en que la ciencia económica se lee desde lo que se llamó la revolución marginalista a fines del siglo XIX.

¿Qué significa esto? Concretamente, significa que siempre pagan los pobres.

Significa que los errores de política económica que impiden generar más riqueza se vuelven inexorablemente en desmedro del pueblo, sea este de estratos medios que pasan a ser bajos, o lastimando a sus segmentos más vulnerables que pasan a vivir en condiciones paupérrimas.

AGRADECIMIENTOS

Los comentarios, correcciones, aportes y sugerencias de Walter Castro, Pablo Marchetti e Ivo Sarjanovic fueron demasiado valiosos y, más importante, generosos. Aclaración: ningún error del texto les corresponde. Gracias a los tres amigos.

También debemos agradecer el diálogo con muchos colegas estudiantes. Sean docentes, alumnos o lectores independientes: todos estudiantes. Un diálogo que se realizó durante muchos años de aulas, bibliotecas, congresos, coloquios, publicaciones, correos, chats y bares. Y esperamos que continúe por el bien de la tolerancia y el respeto civilizados. Gracias a los estudiantes.

INTRODUCCIÓN

La pobreza puede ser una tragedia. Cuanto más extrema, más trágica. Esa pobreza se hace presente cuando se piensa en la mortalidad infantil, o la mortalidad de las madres en los partos. O cuando se consideran las hambrunas que llevaron a límites insospechados, incluido el canibalismo. En la actualidad con energía eléctrica, refrigeradores, variedad de alimentos y entretenimientos, aviación y medicina que alarga la vida, Internet y comunicaciones veloces, por mencionar unos pocos avances, se tiende a olvidar el pasado de la humanidad.

Este libro no reflexiona sobre la pobreza del asceta, que elige voluntariamente su condición de pobre (aspirando, quizás, a una riqueza espiritual mayor). Lo que aquí se pretende es pensar la pobreza de quienes se encuentran atrapados. Básicamente, atrapados por un entorno cultural, social, económico y político, que les impide salir de una situación que no desean.

El esfuerzo por conseguir el sustento y un mayor bienestar acompaña al ser humano desde su aparición en el planeta. Si el hombre habita esta tierra desde hace unos pocos millones de años, se puede afirmar que la pobreza lo acompañó siempre y, aunque haya disminuido, la pobreza sigue presente. En ese sentido se considera a la pobreza como el estado natural del ser humano. Y también, en el mismo sentido, se entiende a la riqueza como lo que se debe explicar. En otras palabras, la pobreza es omnipresente, la riqueza debe crearse. ¿Cómo se crea riqueza? ¿Qué incentivos promueven conductas humanas creadoras de riqueza? ¿Qué instituciones o reglas para la interacción social son recomendables para incentivar la creación de riqueza? Son las preguntas que distintos pensadores y economistas intentan responder desde hace siglos, incluso antes de Adam Smith.

Entre esos pensadores, en el ámbito de la teoría, resulta difícil encontrar diferencias de objetivos, alguno que desee más pobreza. En general, se estudia cómo disminuirla. Y cuanto más rápido, mejor. No parece existir una escuela de pensamiento económico destructiva, quizás nihilista, que proponga más decadencia y desgracia. Liberales, socialistas, keynesianos y tantos otros anhelan los mismos fines: mayor bienestar, menos pobreza. Pero la confusión entre medios y fines hace estragos. Muchos de los que defienden la redistribución del ingreso la entienden como un medio para el objetivo del bienestar. Pero otros observan que el objetivo específico es la igualación de ingresos y patrimonios. En este texto se discuten medios, políticas públicas particulares para disminuir y, por qué no, erradicar la pobreza.

El párrafo previo exige pensar con cuidado. Existen grupos de interés –determinados políticos, empresarios, sindicalistas– que aspiran a beneficiarse ellos mismos a cualquier costo. Ese costo incluye el perjuicio, empobrecimiento, de otros individuos y grupos. Unos ganan lo que otros pierden. Lo que se denomina juego de suma cero. En el mejor de los casos, ese resultado suma cero. También es probable la suma negativa, pura destrucción de riqueza o creación neta de pobreza. Un escenario de empobrecimiento donde los menos favorecidos tienden a llevar la peor parte: pagan los pobres.

El título Pagan los pobres merece aclaraciones. Es una expresión imprecisa, una metáfora y también una forma implícita. Muchos son los perjudicados por malas políticas públicas: muchos pobres, pero también grupos de clase media y, en ocasiones también sectores medios altos y sectores altos. “Pagan los pobres” no significa que los pobres utilizan sus escasos recursos e ingresos para pagar la mejora o la “fiesta” de otros, aunque en ocasiones sea realmente de ese modo. Tampoco representa una pérdida en sentido técnico contable de costos mayores a ingresos. Quizás implica una pérdida singular de oportunidades para vivir mejor. Y de ahí lo implícito. La pérdida de oportunidades para desarrollarse y progresar constituye el resultado indeseado de la política pública que reprime el emprendimiento, el ahorro, la inversión, la formación de capital, la productividad, la competencia. En otras palabras, resultan de detener la creación de empleo productivo, digno, decente, honesto. Algunos economistas pueden asombrarse de esa sucesión de calificativos y probablemente prefieran llamar menor demanda de empleo a esa destrucción de puestos de trabajo. Pero el empleo productivo no solamente supone mayor cantidad de bienes y servicios por unidad de tiempo. Ese aspecto técnico puede soslayar otro aspecto: ser productivo en el ámbito social implica producir lo que satisface a los demás o, para expresarlo moralmente, servir a uno mismo sirviendo al resto de la humanidad.

¿Qué significa “pagan los pobres”? Significa que pierden los pobres: pierden oportunidades, ingresos, poder de compra, empleos, bienestar. El título de este libro podría reemplazarse por “Pierden los pobres”. Otro título podría ser “Siempre pagan los pobres”. Los errores de política pública tienen consecuencias negativas para muchas personas y grupos. Pero la carga de esos errores recae finalmente en los pobres, tanto en los viejos como en los nuevos pobres (los empobrecidos de la denominada clase media).

Conviene señalar que este no es un libro contra la política pública. Al contrario, se intenta resaltar la posibilidad de una política pública sensata, prudente, virtuosa porque abre posibilidades y habilita una interacción pacífica y particular entre seres humanos, una interacción creadora de riqueza que, sirva la redundancia, disminuya o elimine la pobreza.

Este es un libro sobre consecuencias no intencionadas de políticas públicas con buenas intenciones. Como se expresa en párrafos previos, esas políticas públicas bienintencionadas tienen un denominador común: atentan contra la creación de riqueza y la salida digna de la pobreza. Se trata de políticas públicas que pierden de vista sus consecuencias nocivas. Aunque persiguen fines nobles, las políticas públicas que se analizan en este trabajo atentan contra la demanda de empleo, contra el ahorro, contra la inversión y la formación de capital, contra la productividad, contra la competencia y el emprendimiento.

Una forma alternativa de expresar los dos párrafos previos: este libro pretende hacer notar que existen leyes económicas. Y cuando esas leyes económicas son transgredidas o violadas por leyes o regulaciones de las autoridades públicas, las consecuencias resultan generalmente contrarias a los objetivos buscados.

Puede resultar una exageración, pero sirve imaginar el siguiente escenario: una ley del parlamento prohíbe la ley de gravedad. Si algún ciudadano actúa según la ley, su vida corre peligro. Imaginemos a esa persona que siempre deseó volar. Subir a la terraza de un edificio de varios pisos y arrojarse, con la gravedad suspendida por los parlamentarios, no parece una idea apropiada. En este trabajo se intentan considerar un conjunto de políticas públicas que, mediante leyes y regulaciones del Estado, contradicen determinadas leyes económicas.

¿Qué leyes económicas? Primero, trabajo y producción; luego: consumo y bienestar. Se consume si se produce primero. Última redundancia: sin producción no existe consumo. No debería ser tan complejo.

Una persona perdida en un bosque recoge frutos de los árboles (trabajo productivo primero) para alimentarse (consumo posterior). Puede buscar una vara extensa para bajar los frutos sin trepar el árbol. Eso implica producir una herramienta con su trabajo y un recurso natural. Con o sin herramientas, primero produce, luego consume.

Una persona en sociedad con especialización productiva e intercambio de excedentes cumple con la misma ley: si desea consumir para satisfacer necesidades, deberá producir bienes o servicios que valoren los demás. En otros términos, deberá servir a otras personas. De lo contrario, si no produce valor para otros, su consumo será cero. Si produce frutas podridas que nadie valora, no conseguirá ingresos para consumir.(1)

¿Qué leyes económicas se resaltan en este trabajo? Las que derivan en la creación de riqueza. Y cuando esas leyes de creación de riqueza son violadas, la consecuencia apunta en sentido contrario: pagan los pobres.

¿Qué leyes económicas son consideradas aquí? Aquellas que las personas no pueden evitar. Sean panaderos, bailarines, costureros o legisladores. Los parlamentarios pueden decidir que solo se trabaja un día a la semana. No pueden evitar la consecuencia de que la producción y el consumo disminuyan. Los legisladores pueden decidir que todos cobren un adicional de sueldo, no pueden evitar que los precios aumenten. Pueden definir como valioso un curso de cocina, pero lo valioso lo decide cada uno de los miembros de la sociedad. Luego, los recursos que los legisladores asignen al curso de cocina consumen riqueza que otros producen. El despilfarro de recursos no es gratuito, alguien lo paga.

Una manzana madura que se desprende del árbol cae irremediablemente al suelo por la ley física de la gravedad. De la misma forma y con igual regularidad sucede que si muchas más personas desean vender y muchas menos desean comprar, el precio del bien cae (irremediablemente, como la manzana). Esas regularidades en los eventos se denominan leyes.

En economía, se verifica que una mayor cantidad de trabajo promueve un incremento en la producción que, a su vez, facilita la posibilidad de un consumo mayor. Lo llamativo es que no sucede lo mismo a la inversa: el mayor consumo no puede ser la causa de una mayor producción. Si fuera de ese modo, todos nuestros problemas estarían resueltos.

Las leyes ayudan a razonar. Tanto las leyes de la física como las leyes de la economía. Bajo las condiciones habituales, no existe la posibilidad física de que una manzana caída del árbol pueda ascender sola hasta la rama de la cual se desprendió. Y en economía, no existe posibilidad de que un mayor consumo sea causa de una mayor producción.

Las políticas públicas que se analizan en este libro tienden a soslayar que “nada es gratis”. Son políticas que benefician a algunos grupos, pero terminan empobreciendo a la mayoría. Pueden generar algún beneficio de corto plazo, pero empobrecen a largo plazo. Muchas propuestas se promocionan favorables al pueblo, como en el denominado populismo, pero tienen efectos contrarios. Se presentan como políticas populares pero sus consecuencias son antipopulares. Ese populismo del bienestar presente destruye las posibilidades de desarrollo a largo plazo.(2)

Para ordenar la exposición, este trabajo divide a las políticas públicas según su orientación microeconómica y su orientación macroeconómica.(3) Las políticas de orientación micro que se analizan son las siguientes: controles de precios y salarios, redistribución coactiva de ingresos, impuestos progresivos, regulación de actividades económicas, limitaciones a la competencia. Las políticas de orientación macro estudiadas son las siguientes: financiamiento fiscal con emisión monetaria, con deuda interna, con deuda externa, con creación de nuevos impuestos y alzas de alícuotas de impuestos existentes, proteccionismo o, en el extremo, cierre de la economía.

Para cerrar el volumen, como epílogo, se presenta una discusión sobre instituciones para el desarrollo. Se discuten las instituciones como reglas para la interacción de personas en sociedad, tanto instituciones formales como informales. Y se aprovecha para presentar, sin ánimo de concluir, un debate sobre las funciones y el alcance de la acción del Estado. En ese contexto, la pregunta sobre qué puede hacer el Estado ante cualquier problema se sustituye aquí por otra poco habitual: qué pueden hacer las personas, los trabajadores, las organizaciones sin fines de lucro y, especialmente, los emprendedores.

Bibliografía

Cachanosky, Juan Carlos (2011). “Crisis económicas: causas y consecuencias”. SADAF, XXXI Jornadas Nacionales de Administración Financiera, septiembre 2011.

Hutt, William (1974). A Rehabilitation of Say’s Law. Athens: Ohio University Press.

Say, Jean-Baptiste (1803). A Treatise on Political Economy. Philadelphia: Lippincott, Grambo & Co. (1855).

Say, Jean-Baptiste (1803). “De la demanda o mercado de productos”. Revista Libertas 12 (1990).

1. A esa relación se la conoce como Ley de Say o ley de los mercados. El trabajo original se encuentra en Say, Jean-Baptiste (1803). Estudios posteriores se pueden leer en Hutt, William (1974) y Cachanosky, Juan Carlos (2011).

2. Además, el populismo tiende a consolidar grupos de poder que se benefician empobreciendo al resto. Ver Micheletti, Rafael (2007).

3. La distinción entre microeconomía y macroeconomía tiene fines analíticos. Como se podrá comprobar, no son independientes. En otros términos, existen vínculos permanentes entre ambos.

CAPÍTULO 1

POCOS Y CONTUNDENTES DATOS

Lo que sucedió en la historia de la humanidad entre 1800 y la actualidad no tiene precedentes. Los cambios se aceleraron en muchos sentidos. Por un lado, aparecieron los variados problemas de contaminación, hubo guerras mundiales de crueldad inusitada, regímenes políticos totalitarios, tiránicos y genocidas. Por otro lado, aumentó exponencialmente el tamaño de la población, se redujo notablemente la pobreza extrema, se duplicó (y más) la esperanza de vida, los gobiernos democráticos proliferaron a lo largo del planeta, la tasa de alfabetización creció fuertemente y la tasa de homicidios cayó drásticamente.(4)

Los indicadores de desarrollo pueden resultar abrumadores. Considerar, por ejemplo, los siguientes avances: electricidad, teléfonos, aviones, automóviles, electrodomésticos, radio, televisión, internet, trenes, viajes espaciales. Y pensar las mejoras en: escuelas, material de estudio, medicina científica, camas de hospital, producción editorial, vivienda, vestido, bares, restaurantes, conciertos, espectáculos. El etcétera sería tan extenso que abarcaría páginas y páginas.

Pueden enumerarse más retrocesos y también más avances. Muchos medios de comunicación suelen insistir con malas noticias. En estos pocos párrafos que siguen, se pretenden señalar algunos desarrollos que muestran una mejora ostensible en la cantidad y calidad de vida de la humanidad.

De ningún modo se pretende establecer una tendencia unívoca hacia la felicidad pura y plena. La decadencia puede aparecer y masificarse, tanto en términos de instituciones económicas como políticas, jurídicas y, más importante, morales.

Pero lo señalado sobre las instituciones es tema de las páginas posteriores a este capítulo. Precisamente en este capítulo se intenta dejar constancia de algunos aspectos del progreso de la humanidad. Frágil, contingente, con sus aspectos robustos y sus flaquezas, pero progreso en última instancia.(5)

A continuación, se presentan seis gráficas para ilustrar el progreso señalado:

1. Crecimiento de la población.

2. Disminución de la pobreza extrema.

3. Aumento de la esperanza de vida.

4. Aumento del PBI per cápita.

5. Aumento del alfabetismo y educación básica.

6. Avance de la democracia.

CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

THE SIZE OF THE WORLD POPULATION OVER THE LAST 12.000 YEARS

Based on estimates by the by the History Database

XXXXXXX

La imagen que aparece en el sitio www.ourworldindata.org es elocuente respecto del crecimiento poblacional.(6)

La población se mantuvo relativamente constante hasta principios del siglo XIX. Entre el año cero y el año 1800 la población se multiplicó por cuatro. En los últimos 200 años se multiplicó casi ocho veces.

Puede pensarse en las mejoras que provienen de grandes avances en la producción agrícola, industrial y de servicios. Cambios trascendentes en la nutrición y en la medicina tuvieron lugar gracias a la acumulación de capital y la disponibilidad de recursos. Pero también se destacan grandes cambios políticos, jurídicos, morales y retóricos.(7)

DISMINUCIÓN DE LA POBREZA EXTREMA

WORLD POPULATION LIVING IN EXTREME POVERTY, 1820 - 2015

XXXXXX

XXXXXXX

Para los fines de este trabajo, los datos de esta gráfica se destacan entre los demás.(8) Pueden destacarse algunos aspectos: el crecimiento de la suma de las áreas (verde y roja), el aumento del área verde, la disminución del área roja y, por último, los cambios relativos de cada área respecto del total.

El primer aspecto repite una parte de la gráfica inicial: el crecimiento exponencial de la población en los últimos 200 años. El segundo aspecto indica que aumentó la población que consiguió abandonar la pobreza extrema (área verde). En tercer lugar, en los mismos 200 años cayó la cantidad de personas que viven en extrema pobreza.

Quizás lo más destacable sea el último aspecto: la pobreza extrema cayó tanto en términos relativos como en términos absolutos. Esto último, es tremendamente sorprendente si se considera el exponencial aumento poblacional. Menos personas viven en extrema pobreza en relación con el resto y menos personas son pobres. Punto.

En 1820 aproximadamente 964 millones de personas vivían en la extrema pobreza, el 90 % de la población mundial. Para 2015, solo un 10 % de la población se registra en dicha condición, alrededor de 733 millones de personas.

AUMENTO DE LA ESPERANZA DE VIDA

LIFE EXPECTANCY, 1770 TO 2019

XXXXXXXXX

XXXXXXX

La expectativa de vida en el mundo se multiplicó por un número mayor a dos (2,5 para mayor precisión) en los últimos 200 años.(9) Una persona nacida en 1800 esperaba vivir menos de 30 años en promedio. Una persona nacida en 2000 espera vivir en promedio más de 70 años.

En esta descripción reaparecen las causas vinculadas a la alimentación, la medicina, la calidad de la vivienda, los elementos de higiene, entre otros. Pero también debe notarse la importancia del avance de la “pacificación” gracias a la caída en la tasa de homicidios y otros avances como la disminución de los regímenes despóticos y totalitarios.(10)

Uno de los aspectos más destacables para explicar la mayor esperanza de vida se encuentra en la disminución de la tasa de mortalidad infantil y la tasa de mortalidad de las madres en los partos.(11)

AUMENTO DEL PBI PER CÁPITA

GDP PER CAPITA, 1 TO 2016

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Nuevamente, aparece una imagen de “palo de hockey”, como en el caso de la población.(12) El aumento del producto per cápita es exponencial en los últimos 200 años. El creciente volumen de comercio y sus consecuentes aumentos en la productividad pueden aportar apenas una parte de la explicación.

Cabe consignar que esos aumentos de ingreso per cápita permitieron consumos masivos de nuevos bienes que, generalmente, estaban disponibles solo para una minoría. Por mencionar unos pocos, ha sido notorio el incremento de bienes y servicios culturales, deportivos y de entretenimiento.

Quizás, estos avances en la productividad que disminuyeron las horas de trabajo promedio, sumados a los avances en el respeto y la tolerancia, sirvan para explicar mejoras relevantes en la calidad de vida.

AUMENTO DEL ALFABETISMO Y EDUCACIÓN BÁSICA

La siguiente gráfica muestra una reversión en las tasas de analfabetismo:

LITERATE AND ILLITERATE WORLD POPULATION

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Hace 200 años la población analfabeta ascendía al 90 % aproximadamente, magnitud que coincide con el porcentaje de personas en extrema pobreza. En la actualidad, los analfabetos del mundo son menos del 15 % de la población total.

Puede afirmarse que los jóvenes reciben más y mejor educación formal que sus padres. Y esa tendencia se sostiene en todo el período considerado.

AVANCE DE LA DEMOCRACIA

WORLD CITIZENS LIVING UNDER DIFFERENT POLITICAL REGIMES

XXXXXXXXX

XXXXXXX

Según los datos de la gráfica, más de la mitad de la población mundial vive en democracias.(13) Hace 200 años, el porcentaje era casi nulo.

Probablemente, pueda discutirse el uso de esta gráfica. Puede argumentarse a favor de indicadores de Estado de derecho. Sin embargo, existe una correlación importante entre países democráticos y países con alta calidad de Estado de derecho.(14)

También podrían considerarse indicadores sobre presencia del Estado, indicadores sobre calidad de política pública o indicadores de libertad económica, política e institucional.

Esas consideraciones se realizan a lo largo de las páginas de este libro. Sin agotar el debate, apenas abriéndolo, este libro representa un esfuerzo para medir la calidad institucional, del Estado y de la política pública en términos de su capacidad para reducir la pobreza.

4. Algunos sitios para obtener estos indicadores: www.worldbank.org, www.ourworldindata.org, www.humanprogress.org. En este último sitio se presenta el Simon Abundance Index que, entre otros aspectos, muestra la disminución del tiempo de trabajo necesario para comprar diversos bienes y el aumento en la disponibilidad de recursos en el planeta.

5. Johan Norberg plantea el debate y presenta diversos datos para mostrar el progreso acontecido desde 1800. Norberg, Johan (2016).

6. Roser, Max; Ritchie, Hannah y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). https://ourworldindata.org/world-population-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

7. Puede consultarse Rougier, Louis (1969) para analizar los cambios verificados más allá de la denominada revolución industrial. Y también McCloskey, Deirdre (2010) para una explicación sobre los cambios en la retórica cotidiana utilizada para referirse a la actividad de los emprendedores. En Maddison, Angus (2004) se atribuye a Arnold Toynbee haber acuñado la metáfora de Revolución Industrial. Además, ese texto de Maddison también presenta cambios diversos, acumulativos y relevantes para explicar el gran avance a partir de 1820.

8. Roser, Max y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). https://ourworldindata.org/extreme-history-methods (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). En la gráfica, la pobreza extrema se define como personas que viven con menos de u$s 2 al día. Se entiende que con esa cifra no se pueden atender necesidades elementales de subsistencia. Para problemas en la definición de pobreza se puede consultar Hazlitt, Henry (1973).

9. Roser, Max; Ortiz-Ospina, Esteban y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/life-expectancy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

10. Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/search?q=homicide+ra (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

11. Roser, Max; Ritchie, Hannah y Dadonaite, Bernadeta (2019). https://ourworldindata.org/child-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). https://ourworldindata.org/maternal-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020). Para datos sobre mortalidad infantil y maternal también puede consultarse Norberg, Johan (2016).

12. Roser, Max (2013). https://ourworldindata.org/economic-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

13. Roser, Max (2019). https://ourworldindata.org/democracy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

14. Afirma Johan Norberg: “Aunque pueda resultar extraño, una de las armas más potentes contra las hambrunas es la democracia. Como ha explicado el economista Amartya Sen en su libro Democracia y libertad, ha habido hambrunas en regímenes comunistas, monarquías absolutistas, territorios coloniales, sociedades tribales… pero no en democracia”. Norberg, Johan (2016).

Bibliografía

Hazlitt, Henry (1973). La conquista de la pobreza. Madrid: Unión Editorial (2020).

Maddison, Angus (2004). “La economía de occidente y la del resto del mundo en el último milenio”, Revista de Historia Económica, No. 2.

McCloskey, Deirdre (2010). Bourgeois Dignity: Why Economics Can’t Explain the Modern World, University of Chicago Press.

Norberg, Johan (2016). Progreso. 10 razones para mirar al futuro con optimismo. Madrid: Juan de Mariana y Deusto.

Roser, Max (2013). “Economic Growth”. En https://ourworldindata.org/economic-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max (2019). “Democracy”. En https://ourworldindata.org/democracy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). “Global Extreme Poverty”. En https://ourworldindata.org/extreme-history-methods (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). “Homicides”. En https://ourworldindata.org/search?q=homicide+ra (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max y Ritchie, Hannah (2019). “Maternal Mortality”. En https://ourworldindata.org/maternal-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max; Ortiz-Ospina, Esteban y Ritchie, Hannah (2019). “Life Expectancy”. En https://ourworldindata.org/life-expectancy (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max; Ritchie, Hannah y Dadonaite, Bernadeta (2019). “Child Mortality”. En https://ourworldindata.org/child-mortality. (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Roser, Max; Ritchie, Hannah y Ortiz-Ospina, Esteban (2019). “World Population Growth”. En https://ourworldindata.org/world-population-growth (Último ingreso: 20 de noviembre de 2020).

Rougier, Louis (1969). El genio de occidente. Madrid: Unión Editorial (2004).

CAPÍTULO 2

PRECIOS MÁXIMOS LEGALES

RESUMEN

————————

Contener la inflación con controles de precios es un ejemplo de una política que ataca las consecuencias y no las causas del problema. Puede suceder por ignorancia de los encargados de llevar adelante la política pública o porque carecen del poder suficiente para aplicar las reformas necesarias para conseguir una moneda sana y fuerte.

La consecuencia de los precios legales menores a los de mercado es el desabastecimiento. Cierran algunas empresas que no son viables al precio legal y otras que migran hacia otros sectores más rentables. Muchos trabajadores pierden el empleo por el cierre de sus fuentes laborales.

Además, la fijación legal de precios perjudica a los consumidores y, en particular, a aquellos con menos recursos o tiempo suficiente para buscar los bienes con precio legal. Por si fuera poco, también genera mercados negros y, con esas operaciones, disminuye la recaudación fiscal.

¿Son deseables precios impagables de alimentos, medicamentos y productos básicos? Definitivamente, la respuesta es no. ¿Puede un gobierno torcer una ley económica por decreto? Aquí la respuesta también es no. El gobierno no puede torcer leyes de la física, de la química o de la biología. Con determinadas leyes económicas sucede lo mismo: no responden a cambios legales.

En este capítulo se resaltan las funciones de los precios, de los emprendedores y de la competencia como promotores de precios relativamente bajos y de mayor bienestar.

INTRODUCCIÓN

¿Por qué los bienes más necesarios y urgentes para la vida tienen precios positivos? ¿Por qué el agua y el alimento indispensable para vivir no tienen precios casi nulos? Lo mismo puede preguntarse sobre la vivienda, el vestido, los medicamentos.

El razonamiento detrás de esas cuestiones es el siguiente: con precios bajos, los ciudadanos más pobres podrían obtener mayor cantidad de bienes y hacer rendir más a sus magros ingresos.

Para responder esas preguntas se requiere una discusión sobre la importancia de los precios de mercado en la economía. Esos precios surgen de acuerdos voluntarios, nunca de imposiciones violentas. Los precios cumplen funciones fundamentales para coordinar actividades de miles y millones de personas que actúan descentralizadamente. Además, los precios cumplen una función clave para impulsar la creación de riqueza y la disminución de la pobreza.

Para que los precios libres sirvan a los objetivos planteados, se requiere un contexto institucional donde se respete la vida y la propiedad legítima en primer lugar. También se requiere lo que técnicamente se denomina competencia: una economía abierta y desregulada, sin privilegios monopólicos.

En este capítulo, antes de estudiar los precios establecidos por los gobiernos, se analiza la formación de precios, las funciones de los precios y la importancia de la competencia para crear riqueza.

FORMACIÓN DE UN PRECIO

Los precios surgen del contrato entre dos personas que acuerdan comerciar. El comprador entrega una cantidad de dinero y el vendedor entrega una cantidad de bienes o servicios. El comprador entrega una cantidad de dinero que valora menos que los bienes y servicios que recibe. El vendedor entrega una cantidad de bienes o servicios que valora menos que el dinero que recibe.

Por ese motivo, el precio indica una cesión de derechos de propiedad. El comprador cede la propiedad de una parte de su ingreso monetario y el vendedor cede la propiedad del producto. Y ambos valoran menos lo que entregan (y valoran más lo que reciben).

El precio al que acuerdan las partes se encuentra entre sus valoraciones subjetivas. La disposición a pagar representa la valoración del comprador y la disposición a cobrar representa la valoración del vendedor. La disposición a pagar expresa el precio que, como máximo, pagaría un consumidor por un producto. La disposición a cobrar expresa el precio que, como mínimo, un vendedor cobraría por ese producto.

Ejemplo: 

Carlos, el verdulero, desea vender tomates y está dispuesto a cobrar $50 por un kilogramo; Marcos, un comprador de tomates, está dispuesto a pagar $100; Lina, otra consumidora, está dispuesta a pagar $40. 

Posibles resultados: 

Si esas valoraciones no se modifican, no existe acuerdo posible con Lina, la segunda compradora: no hay transacción si el vendedor Carlos quiere como mínimo $50 y la compradora sacrifica como máximo $40.Con el comprador Marcos que pagaría $100, existe un rango para acordar entre $50 y $100. El precio dependerá de sus habilidades para negociar. Si el comprador Marcos es mejor negociador, el precio tenderá a acercarse a $50. Si el vendedor Carlos es mejor, el precio tenderá a $100.Más cerca de $50 es mejor para Marcos el comprador (mayor excedente del consumidor).(15)Más cerca de $100 es mejor para Carlos el vendedor (mayor excedente del vendedor).(16)Supongamos que arreglan un precio de $70, estrechan sus manos y realizan el intercambio.

En el ejemplo se observa un sencillo proceso de formación de precios. Debe notarse que el precio $70 es el precio al que ambas partes entregan sus pertenencias. La disposición a pagar de $100 no es un precio y la disposición a cobrar de $50 tampoco es un precio. Esas valoraciones indican los deseos de ambos y son subjetivas, mientras que el precio tiene un componente más objetivo (aparece en la factura o ticket).(17)

El ejemplo se puede complicar agregando compradores y también vendedores. Cuanto mayor es la cantidad de compradores frente a un vendedor, la competencia entre esos compradores tiende a elevar el precio. Como los compradores quieren quedarse con el producto escaso, compiten entre ellos proponiendo precios mayores. A mayor cantidad de vendedores frente a un comprador, la competencia entre esos vendedores tiende a disminuir el precio. Aquí la competencia se verifica entre vendedores que desean los ingresos del cliente y compiten ofreciendo precios menores.(18)

Como conclusión del apartado, un precio siempre se encuentra en un rango de valores subjetivos. Ese rango de valoraciones proviene de las percepciones subjetivas del comprador y del vendedor. Si la disposición a pagar es menor a la disposición a cobrar, no puede haber intercambio. Si el comprador está dispuesto a pagar más que el mínimo aceptado por el vendedor, el intercambio es posible.

En términos apenas técnicos, solo existe intercambio si el excedente del consumidor y el excedente del vendedor son ambos positivos. Más sencillo: existe intercambio voluntario y pacífico si se benefician ambas partes. Y es importante mencionar que se benefician sin perjudicar a nadie, siempre que sean legítimos propietarios (léase, obtienen sus bienes e ingresos mediante el trabajo). Expresado de otro modo, el comercio no es un juego de suma cero.

FUNCIONES DE LOS PRECIOS

Lo expresado en los párrafos previos refiere a la formación de un precio. Y esa formación de precio es un primer paso para entender las funciones de los precios en un proceso económico desregulado y abierto a la participación de empresarios reales y potenciales. Lo que sigue intenta resumir las funciones de los precios en una economía con competencia y derechos de propiedad legítimos.(19)

Los actores económicos toman decisiones comparando precios. Consumidores, trabajadores, empresarios y otros agentes comparan precios. El consumidor compara los precios de los bienes entre sí pero también compara esos precios de productos con su salario, otro precio. Los trabajadores realizan también comparaciones entre salarios de distintos trabajos posibles, pero además comparan los salarios con los precios de los productos que compran.

Carlos, el empresario de la verdura en el ejemplo, compara los precios que paga por los tomates con el precio que cobra por esos tomates. Si el verdulero Carlos paga los tomates a un precio de $7 y los vende a $70, en ausencia de otros costos por sencillez, sus beneficios serán extraordinarios. En la medida que el negocio y el empresario prosperan, los precios comienzan a funcionar como señales.

Otros agentes económicos pueden observar el mayor bienestar al que accede el empresario próspero. Y esos agentes pueden realizar la misma comparación de precios y descubrir la oportunidad. Parece que los precios informan simplemente sobre beneficios. Pero considerando el ejemplo más detenidamente puede reconocerse otro elemento esencial: la valoración de los clientes. En el ejemplo, son los consumidores quienes están valorando los tomates varias veces por encima del costo.

En el párrafo previo, se observa que los precios están cumpliendo una función informativa. Los empresarios que realicen el cálculo y comparen los precios que se pagan con los precios que se cobran, obtienen información sobre beneficios. Cuando los consumidores comparan el precio de los tomates en diferentes puntos de venta o ese precio del tomate con el precio de otras verduras, también obtienen información.

¿Para qué sirve esa información que brindan los precios? Esta pregunta resulta clave para la economía porque esa información permite que los recursos escasos se utilicen del mejor modo posible.(20) Y esto sucede cuando se producen los bienes y servicios más valorados por los miembros de la sociedad. Una economía es eficiente cuando los recursos escasos se destinan a sus mejores usos y eso sucede cuando se produce lo que el público desea y puede pagar.(21)

¿Cómo tiene lugar esa comunicación? Los precios incentivan a los empresarios a producir aquellos bienes y servicios donde esperan mayores beneficios extraordinarios. Y esos bienes y servicios son los más valorados por la sociedad.

Los empresarios comparan precios presentes con precios futuros (esperados) de distintos productos. Las diferencias de precios arrojan beneficios esperados (o pérdidas esperadas). Esos beneficios (o pérdidas) estimados constituyen premios que impulsan el descubrimiento de oportunidades.(22)

Las expectativas presentes o ex-ante determinan las decisiones de inversión: los empresarios tienden a invertir más donde se esperan beneficios mayores y tienden a (des)invertir donde esperan pérdidas. Pero los resultados futuros o ex-post pueden sorprender.

Algunos empresarios obtienen beneficios mayores a los esperados, otros iguales o menores y otros soportan pérdidas. La discrepancia entre los resultados esperados y los realizados genera aprendizajes que reinician el proceso económico permanentemente.

Lo anterior describe un proceso de experimentación, de ensayo, error y aprendizaje, donde los precios comunican información y brindan incentivos para que los empresarios descubran oportunidades. Y los empresarios que producen los bienes más valorados por los consumidores tienden a obtener las mayores ganancias.

Siguiendo con el ejemplo, los empresarios producen y venden tomates si los consumidores valoran los tomates de modo que se esperan obtener beneficios extraordinarios. Cuanto más extraordinarios sean esos beneficios, mayor es el incentivo. Los empresarios que producen otras hortalizas tienden a cambiar y producir más tomates, incentivados por los beneficios extraordinarios esperados.

Lo anterior expresa que si los empresarios producen los bienes más valorados por los consumidores tenderán a obtener mayores beneficios como premio por estimar correctamente las preferencias de esos consumidores.

Cuanto mejor sirven a los consumidores, los empresarios obtienen mayores beneficios. Luego, se afirma que los precios también distribuyen la renta. Pero lo mismo puede afirmarse de los trabajadores más productivos que, por esa productividad, son más valorados por los empresarios que los contratan. Su salario tiende a ser mayor y también su participación en la distribución de la renta.

¿Quién realiza esa distribución? La palabra distribución sugiere la presencia de un distribuidor: algún padre o directivo o funcionario público. Pero esa distribución que se describe previamente es una distribución espontánea, que se realiza en el proceso económico descentralizado y sin la dirección de ningún agente extraño a los contratos voluntarios. Sin embargo, no parece apropiado afirmar que nadie distribuye porque en realidad los que distribuyen son los que compran y venden cuando ceden sus bienes a cambio de otros (voluntariamente, sirva la redundancia).

Por los motivos mencionados, se considera que los precios cumplen tres funciones: comunican información, brindan incentivos y distribuyen la renta.(23) Son funciones que se distinguen a los fines del análisis, pero en realidad los precios cumplen las tres funciones al mismo tiempo.

Los precios comunican información para que los bienes y servicios más valorados sean producidos. Pero también para que los consumidores, trabajadores, ahorristas y otros actores económicos elijan los mejores cursos de acción. Ejemplo: con los precios, los compradores eligen las mejores canastas o combinaciones de bienes y servicios, aquellas canastas que hacen rendir al máximo sus ingresos, siempre escasos.

Al mismo tiempo, los precios incentivan a los actores económicos a producir, ahorrar, consumir, trabajar, innovar, entre otras actividades. Ejemplo: un empresario que observa que los precios a los que vende se acercan peligrosamente a sus costos económicos, tendrá incentivos a introducir innovaciones técnicas que le permitan bajar costos y elevar sus beneficios.

Y también, al mismo tiempo que comunican información y brindan incentivos, los precios están distribuyendo la renta. Ejemplo: los trabajadores que se capacitan, se entrenan y mejoran sus habilidades tienden a ser más productivos y a conseguir mejores oportunidades de empleo y, finalmente, tienden a recibir mejores salarios.

PRECIOS Y COMPETENCIA EN EL CORTO Y EL LARGO PLAZO

Algunas novedades satisfacen necesidades de entretenimiento y distracción: un juguete nuevo, un apoyacabeza para la oficina, un aparato de TV con mejor definición. Otras novedades salvan vidas: un medicamento, un dispositivo de seguridad, el airbag de los automóviles.

Las novedades que satisfacen necesidades poco importantes y que tienen precios relativos accesibles, como un nuevo juego de la PlayStation, no generan mucho debate. El precio puede ser relativamente alto o bajo, pero resulta extraño encontrar debates sobre cómo y cuándo bajarán esos precios para que más consumidores accedan al producto.

Cuando las novedades son costosas y salvan vidas como un remedio contra una enfermedad, surgen discusiones sobre cómo hacerlas accesibles a la mayor cantidad de personas. Aparecen debates sobre el bien público y cómo difundir la nueva medicina entre el mayor número o la totalidad de los pacientes.

Con los productos de primera necesidad, como alimentos, medicamentos, vestido o viviendas, se discute sobre la importancia de los precios accesibles. Pero antes de considerar políticas públicas para controlar precios, puede pensarse en las funciones de los precios en el proceso económico y el modo de resolver los problemas descentralizadamente por parte de los agentes que interactúan en ese proceso.

Como primer ejemplo, imagínese una tormenta de piedras que destruye los ventanales que miran al sur en una ciudad de varios millones de habitantes. Viviendas, comercios, oficinas, industrias, dependencias del Estado y otros edificios aparecen “agujereados” luego de la tormenta. ¿Qué consecuencias se esperan en el proceso económico?

En lo que sigue se analiza un proceso económico abierto, desregulado, con competencia, sin monopolio legal, donde los emprendedores pueden actuar luego de sus descubrimientos. Se describe a continuación un proceso de ensayo y error, con actores económicos que pueden aprender y mejorar sus decisiones. Se describe un proceso económico y social donde los intercambios voluntarios y pacíficos tienen consecuencias inesperadas para los actores que participan.

Muchos clientes querrán cambiar los vidrios en los primeros minutos luego del siniestro. A la media hora pueden imaginarse colapsados los teléfonos de los que fabrican, transportan y colocan vidrios. En los primeros días luego de la tormenta se elevan los precios, quizás varias veces. Frente a precios relativamente altos, algunos clientes con menor poder adquisitivo o más paciencia deciden tapar las ventanas con plásticos, telas o cartones. Los clientes que pagan precios mayores son los que no pueden esperar porque necesitan los vidrios reparados para poder trabajar o simplemente no toleran la ventana expuesta.

Pero los negocios relacionados con el vidrio prosperan en la ciudad. Los vidrieros con stock o con capacidad para producir rápidamente, amasan fortunas. Los vidrieros que no tienen la capacidad para producir, consideran endeudarse para aumentarla. Otros emprendedores analizan el negocio y pretenden ingresar. Otros no desean complicarse con la producción y averiguan precios en ciudades vecinas que no padecieron la tormenta. Descubren que los precios son menores, contratan fletes y comienzan a vender en la ciudad afectada por la inclemencia del clima. Algunos fleteros emprenden por su cuenta el negocio, tanto los de la ciudad castigada como los de ciudades vecinas. Las rutas que llevan a la ciudad apedreada se observan cargadas de transportes de vidrios e insumos para fabricarlos y colocarlos. Otros actores económicos comienzan a pensar cómo fabricar vidrio de modo menos costoso. Y otros ofrecen productos sustitutos del vidrio como el policarbonato y otros plásticos. Probablemente, un equipo de investigación universitario relacionado con el vidrio encuentre ahora el financiamiento necesario. Lo mismo puede pensarse del departamento de investigación y desarrollo de una empresa: ahora los precios justifican financiar proyectos de innovación para producir vidrio.

Los dos párrafos anteriores analizan el sector del vidrio. Los compradores primero y los vendedores luego. Como primera consecuencia, se esperan aumentos importantes de precios ante la mayor escasez relativa del vidrio. Pero precisamente ese aumento y los nuevos precios cumplen funciones: comunican valoraciones y escasez de vidrios, incentivan la producción y distribución de vidrio y distribuyen la renta a favor de quienes atienden a los compradores más rápido y con mejor calidad y precio.

¿Qué termina sucediendo? En pocas semanas la ciudad recompone su perfil. Las ventanas vuelven a tener vidrio. ¿Quién dirigió la operación? Ni un ejército, ni un ministro del gobierno, ni un sacerdote, ni un consumidor particular, ni un empresario particular. Agentes económicos varios, quizás muchos miles, de modo descentralizado, informados e incentivados por los precios, terminan realizando la faena.

Debe hacerse notar que se analiza un escenario desregulado, con posibilidades de ejercer la empresarialidad por parte de quien descubra los negocios y consiga el capital necesario. Un escenario con competencia, sin barreras legales o burocráticas para emprender negocios, permite que los precios competitivos sirvan de variables esenciales para resolver el problema. En otros términos, se analiza y se describe un proceso empresarial y competitivo, un proceso donde la competencia y la empresarialidad son dos lados de una misma moneda.(24)

El ejemplo anterior apenas introduce un proceso inmensamente complejo. La cantidad de detalles que se pierden es incontable. Lo que pretende el ejemplo es resaltar la capacidad de los miembros de una sociedad para actuar descentralizadamente, persiguiendo sus propios fines, bajo un esquema institucional particular: competencia y derechos de propiedad legítimos. Y lo que se destaca es la coordinación posible y real para resolver problemas en condiciones institucionales propias de una sociedad abierta.

Pero puede pensarse en casos más extremos. Imagínese que la tormenta destruye el sistema de producción de agua potable, quizás por una falla eléctrica o por la caída de una torre o la destrucción de cañerías al aire libre. Imagínese además que un cortocircuito quemó parte de la planta potabilizadora y que el percance exige más de un mes para solucionarse.

¿Cómo se resuelve semejante crisis? ¿Cómo puede resolverse mediante un proceso descentralizado? ¿Es necesario suspender la interacción pacífica y voluntaria? ¿Es necesario recurrir a las autoridades del gobierno, quizás a las fuerzas armadas?

Con el transcurrir de las horas, el agua comienza a agotarse. Las cisternas y los tanques de agua cargados en el momento previo a la tormenta comienzan a descargarse y las bombas ya no transportan agua para renovar la capacidad de almacenamiento.

Entre otros, los padres de familia, los directores de los hospitales y de las escuelas se preocupan. Compran bidones y botellas de agua. Rápidamente se agotan y las góndolas quedan vacías. Algunos compradores desesperan y se disponen a pagar precios mayores, quizás varias veces mayores. Algunos vendedores con existencias reciben una cantidad anormal de llamados y mensajes.

La escasez relativa de agua promueve dos conductas: los compradores están dispuestos a pagar más y los vendedores están dispuestos a cobrar más. Los compradores con mayores urgencias y poder de compra terminan pagando precios mayores. La rentabilidad de los vendedores de agua sube repentinamente. Y el agua se acaba. Consultan a los mayoristas y a los centros de almacenaje y también se acaba. Para aprovechar el momento, deben reabastecerse de agua.