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El 16 de noviembre del 2000 en horas de la noche, durante un acto de solidaridad con Cuba, un grupo de terroristas dirigidos por Posada Carriles volaría el Paraninfo de la Universidad de Panamá con el objetivo de asesinar al Presidente de Cuba Fidel Castro Ruz durante la X Cumbre de Jefes de Estados. La explosión hubiese provocado una masacre. ¿Cómo se gestó y frustró el atentado? ¿Quiénes intervinieron en el hecho? ¿Quién suministró los explosivos que volarían el Paraninfo? ¿Cuáles fueron los rejuegos posjurídicos que culminaron en el indulto a los terroristas? Las respuestas a las preguntas las encontrará en este libro cuya autora fue testigo del proceso judicial y mantuvo contacto con los protagonistas.
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Seitenzahl: 403
Veröffentlichungsjahr: 2024
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Edición:Ana María Caballero Labaut
Diseño de cubierta y pliego gráfico:Eugenio Sagués
Corrección:Martha Pon Rodríguez
Realización computarizada:Norma Ramírez Vega
© Ivón Deulofeu, 2024
© Sobre la presente edición: Editorial Capitán San Luis, 2024
ISBN: 9789592116252
Editorial Capitán San Luis, calle 38 no. 4717, entre 40 y 47, Kohly, Playa, La Habana.
Email: [email protected]
Web: www.capitansanluis.cu
https://www.facebook.com/editorialcapitansanluis
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o total de esta obra, incluido el diseño de cubierta, o su transmisión de cualquier forma o por cualquier medio.
A Fidel, por su vida eterna.
A mis padres; Aracelys y Francisco, por mostrarme el camino.
A mis tres A; Arianna, Alejandro y Abelitín, por sus sueños.
A los estudiantes y profesores de la Universidad de Panamá, presentes y vivos.
A los que evitaron el crimen.
A usted, por contribuir a la paz.
Mi gratitud a:
Luis Rivera Borges
Editorial Capitán San Luis
Carlos Zamora
Raúl Verrier
Félix López
José Luis Méndez Méndez
Danilo Sirio
Rosa María Fernández
Eduardo Mora
Grisel Pérez
Adela Castro
Aida Abreu
Lili Novo
Trabajadores de la Embajada
de Cuba en Panamá
Aeropostal
COPA Airlines
“Por la verdad todas las huellas, aun las manchadoras; las del lodo, pero por la verdad, la muerte, pero por la verdad.”
Roque Dalton
En Bahía Honda, Cuba, hay una loma donde una anciana da de comer a una chiva mientras los puercos meten su hocico en la lata del sancocho en espera del viejo que cuelga el sombrero de guano y brinda guayabas acabadas de tumbar; pudieran ser felices, sin embargo, hay desolación.
Un niño corre con la libertad de su inocencia.
Otro niño no corre porque ni siquiera pudo nacer.
En Panamá hay una loma llamada El Renacer, allí hay una cárcel donde los negros pobres no comparten con los blancos ricos, no importa que ambos hayan intentado matar.
No espere la lectura que hablará de las lomas o de los niños, sino de los culpables de tanta desolación.
Ivón Deulofeu
Dejar constancia de los hechos que suceden a nuestro paso por la vida debe ser interés de todas las generaciones.
Siempre quise escribir un libro de alegrías, de buenas noticias, una novela y hasta crónicas de mi pueblo natal, desde donde han trascendido cuentos que merecen contestación.
Cuántas veces me he inspirado en los inventos del cubano para resistir períodos difíciles; en la figura de personajes legendarios, en las costumbres de los pobladores de las montañas, en la nobleza del campesino, en las proezas de los médicos cubanos en Guatemala y en otras partes del mundo. Esas historias convidan a la felicidad de la propia existencia por aquello de disfrutar a plenitud la imaginación que a cada segundo se desborda y cae al papel con facilidad. Sin embargo, hay una urgencia que no permite que me distraiga en un libro de ese corte.
Sucede que estuve frente al hombre que tantas veces escuché mencionar en mi niñez y cuyas acciones provocaron tanto doloren familias de mi pueblo. Cuando puso su vista en la mía, un torrente de recuerdos vino al presente de mi memoria. Estaba ante el canoso de la boca un poco desfigurada, el viejo listo de los ojos inquietos que se sonrojaba cuando escuchaba, en la sala de la audiencia, parte de su historial como asesino. No era la vergüenza lo que le provocaba la concentración de sangre en su rostro, sino la impotencia de no poder matar, como acostumbra, a los que se le resisten.
Yo tenía diez años cuando la maestra comentaba en el aula de quinto grado la noticia de que un avión cubano había caído al mar. Supe más, cuando, al llegar a mi casa esa tarde, mis padres me explicaron la tragedia. A esa edad, el cerebro tiene, al parecer,suficiente espacio sin usar, como para que ciertos momentos queden siendo figura para siempre o es que el dolor tiene un sitio eterno.
Después, y por la constante preparación que exige la profesión de periodista, conocí que en ese avión venía Nancy, una joven que como yo, tuvo el privilegio de nacer en la tierra de aquellos cuentos que merecen contestación.
Un día sus padres salieron de Bahía Honda, municipio de Pinar del Río, hacia la ciudad de La Habana, pero no era el viaje quehabían programado para recibir a la joven campeona. Ellos llegaronala Plaza de la Revolución y estuvieron largas horas llorando frente a lafoto de la hija que jamás regresó. Esa es una delas imágenes que guarda mi cerebro: los rostros de los padres de Nancy y el abrazo inconfundible del dolor.
Cuando se cumplían 25 años del acto terrorista en el que Nancyy sus compañeros del Equipo Juvenil de Esgrima perdieron lavida, quise contar la historia. La investigación se tornó difícil. El paso del tiempo desdibuja los hechos si no se escriben en su momento.
Del sabotaje al avión de Cubana en Barbados hay historia recogida, pero opino que pudo contarse detalle a detalle en un solo libro, haber entrevistado a fiscales, testigos del hecho, investigadores de las naciones involucradas, y el libro en sí sería hoy otra arma contra el terrorismo. De ahí lo difícil de la investigación que emprendimos por Barbados, Trinidad y Tobago, y Venezuela. Muchos de los que tuvieron que ver con el caso, ya no están. No obstante, pudimos recoger testimonios para lo que después se convirtió en el documental Por la Verdad Todas las Huellas, como aquel poema de Roque Dalton.
Cuando uno de los terroristas principales del sabotaje al avión de Cubana en Barbados intentó volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá en noviembre del 2000, para asesinar al Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, me dije: “ahora te toca escribir para otros lo que quisiste encontrar cuando Barbados”: un libro que recogiera la historia.
Y aquel 3 de septiembre del 2003, cuando Posada Carriles puso sus ojos en los míos, juré por Nancy y por los que nunca pudieron regresar, que Paraninfo sería la historia íntegra de un magnicidio frustrado.
Así que no encontrará un libro de alegrías, pero sí la causa de tantas tristezas, una manera, por qué no, de entender cuán necesario es garantizar la memoria histórica de los pueblos. No importa a cuántos peligros haya que exponerse para vivir de cerca los acontecimientos si después nos queda la paz de que hicimos algo útil: contarlos.
No soy escritora y entre los valores de este, mi primer libro, está la urgencia con que fue escrito porque urgente ha de ser la denuncia.
Hay un amigo que me ayudó mucho a respetar descripciones necesarias: Antonio Gómez, El Loquillo, excelente ser humano, cuyo talento hizo posible que captáramos entrevistas e imágenes para siempre. Y al que extrañé cuando en la sala del Tribunal Marítimo veía que se perdían tan buenos big close up, que hoy hablarían por sí solos. No lo dejaron entrar con su Betacam SP, tampoco a los demás. Cuánta contradicción, si tenemos en cuenta las reiteradas tomas que de los terroristas hicieron otros desde la prisión El Renacer. Allí, a conveniencia, dieron entrevistas y reportajes, y se les permitió.
Para colmo, en la audiencia final las rejas de las ventanas de la sala fueron forradas con papel cartucho y así evitar que algún camarógrafo volviera a introducir su lente por el minúsculo orificio, como lo hicieron en la audiencia preliminar, de la que se guardan los rostros nerviosos de los archiconocidos terroristas internacionales.
Las fuentes principales de este libro son: parte de las declaraciones de los terroristas recogidas en la Vista Fiscal No. 200 del Primer Circuito Judicial de Panamá, las investigaciones que realizara la Procuraduría General de la República de Panamá, los Órganos de Inteligencia de Cuba y Panamá, la Fiscalía General de la República de Cuba y las que hicimos en una estancia de dos meses en el Istmo. Referimos declaraciones especiales del Presidente Fidel Castro y delMinisterio de Relaciones Exteriores de la Isla. También reseñamos informaciones publicadas por diferentes medios de comunicación de Panamá, Cuba, los Estados Unidos, Venezuela y sitios en INTERNET.
Ivón Deulofeu
La Habana, 2004
Al prologar el trabajo de la periodista cubana Ivón Deulofeu, intitulado Paraninfo: un magnicidio frustrado, lo hago, con el mayor placer, dada mi condición de haber integrado el equipo de querellantes contra los terroristas Luis Clemente Posada Carriles, Pedro Crispín Remón Rodríguez, Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll, César Andrés Matamoros Chacón y José Manuel Hurtado Vivero ya que, en el proceso criminal seguido a estos terroristas, obtuvimos su condena y los mantuvimos encarcelados por casi 4 años; sin embargo, el gobierno nefasto y entreguista de la presidenta Mireya Elisa Moscoso Rodríguez, les otorgó la gracia presidencial del indulto, a todas luces inconstitucional, con el objeto de congraciarse con los exiliados cubanos residentes en Miami, en los Estados Unidos deAmérica. Al respecto, no existe la menor duda que estos sujetos —cuyas personalidades criminales son desenmascaradas por la autora— son connotados terroristas internacionales. En efecto, los hechos del magnicidio están plenamente probados, ya que dichos sujetos planeaban asesinar al líder de la Revolución Cubana, Doctor Fidel Castro Ruz, en el Paraninfo de la Universidad de Panamá, junto con la pléyade de panameños que nos habíamos congregado para recibir a tan ilustre visitante en nuestra máxima institución de estudios.
Conviene señalar que el trabajo que examinamos constituye, sin duda alguna, un estudio sociológico, salpicado de consideraciones jurídicas, de uno de los flagelos más peligrosos que azotan a la humanidad en nuestro tiempo.
En primer lugar, conviene, a manera de introducción, explicar que el término “terrorismo” proviene del latín terrere-temor (o deterre o amedrentar), el cual se utilizó ampliamente durante la Revolución Francesa. De Francia pasó al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Sin embargo, el término “terrorismo” se utilizó, por primera vez, en el marco jurídico, en 1930, en Bruselas, durante la reunión de la Conferencia Internacional para la Unificación del Derecho Penal; aunque este tipo de acción criminal ya había sido utilizada como arma política en el sigloXIen Persia (Irán), donde Hassan Ben Sabbah fundó, en 1090, una sociedad secreta denominada “Hashishins”, y la cual pertenecía a la secta disidente de los ismaelitas, una de las dos mayores facciones guerreras del Islam, con su base principal de operación en el país antes mencionado.
En segundo lugar, es necesario señalar que existen muchas definiciones sobre lo que es el terrorismo y al respecto nos permitimos citar al jurista Raymond Aarón, quien describió la acción terrorista como aquella cuyos “efectos psicológicos son despro-porcionados con el solo resultado físico obtenido”. El terrorismo tiene, entonces, las características siguientes:
a. es imprevisible y arbitrario,
b. la víctima no tiene medios de evitar los actos de fuerza en su contra, y
c. es amoral, en el sentido de que no toma en consideración ningún argumento de carácter humanitario.
En tercer lugar, podemos indicar que, en el plano internacional, la primera convención para la prevención y represión contra el terrorismo fue concluida en Ginebra en 1937. Este tratado definió los “actos de terrorismo” como aquellos hechos criminales dirigidos contra un Estado y cuya finalidad o naturaleza es “provocar el temor en determinadas personas o grupo de personas o en el público”.
Después, en 1971, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó la Convención para la Prevención de los Actos de Terrorismo, la cual consideró estos actos delictivos como un crimen (delito internacional). Para esta Convención son irrelevantes, para la caracterización del hecho como crimen, los fines con que ellos son practicados. En efecto, esta Convención considera como crimen todo atentado a la vida o a la integridad física de las personas a las cuales el Estado debe darle una protección especial conforme al Derecho Internacional Público (por ejemplo, los jefes de Estados extranjeros, los diplomáticos, etcétera).
Más tarde, en 1973, fue concluida una convención semejante a la anterior, en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dirigida a prevenir y a reprimir las infracciones contra las personas beneficiadas con una protección internacional, incluidos allí a los agentes diplomáticos. Esta Convención protege alos jefes de Estados extranjeros, representantes, funcionarios o personalidades oficiales, y también son protegidos los locales oficiales, domicilios privados o los medios de transporte de las personas antes mencionadas.
En cuarto lugar, debemos señalar que la obra que prologamos está dividida en tres (3) capítulos que recoge la historia criminal de los connotados terroristas antes mencionados desde su entrada clandestina al Istmo de Panamá, los planes terroristas que adelantaban y el abortamiento de estos, gracias a las informaciones dadas a las autoridades panameñas por el propio Presidente de la República de Cuba a su llegada a la República de Panamá en ocasión de la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobiernos, en noviembre del año 2000.
En quinto lugar, debemos señalar que en nuestra época, también existe el terrorismo promovido por las potencias imperialistas,de manera abierta y ostensible, en una guerra contra la humanidad, contra la capacidad de los pueblos para autodeterminar su destino, para decidir sus formas de organización política y la hora de rectificar las relaciones sociales y económicas dentro de un espacio de libertad y participación de todos los habitantes de los pueblos del mundo.
Ante la guerra y los terroristas, ya sean de Estados o privados (fundamentalistas todos), el compromiso intransigente de la sociedad debe ser por la recuperación de la política y por su resignificación: hay que construir relaciones éticas en las que la diferencia sea la virtud y no motivo de criminalización. Estamos, pues, en un tiempo de controversias y de definiciones, de oportunidades, de bifurcación histórica-política-civilizadora. Es tiempo de reconquistar esperanzas y construir utopías que señalen el camino y es también el momento de ser realistas y de luchar por lo imposible, por lo que hay que volver a hacer y volver a pensar, de reconocernos entre nosotros y dar a la economía mundial y a las cifras de activos en riquezas su verdadera dimensión social.
Hoy, somos nosotros, los protagonistas de la Historia. El 11 de septiembre del 2001 y los sucesos posteriores no hacen sino recordarnos que el poder termina donde empieza la dignidad.
Chitré, República de Panamá
8 de septiembre de 2005
Dr. Julio Elías Berríos Herrera
José le da de comer a los puercos y con la otra mano sostiene la lata en la que tenía el sancocho. Elodia lo mira fijamente mientras prepara un pomo con leche y enrosca la tapa con la chupeta. Sale en busca de la chiva que nació y no quiere mamar las ubres de la madre. Después, nos brinda unas guayabas y nos convida a sentarnos en unos taburetes, ya no puede evadir más la conversación. José nos habla de la familia.
Los ojos azules de Elodia y de José ya casi no lucen entre sus pieles arrugadas. Las miradas son tristes y se humedecen de vez en vez. Es un día cualquiera en la casa de Nancy Uranga, en Orozco, Pinar del Río. Nació en Cuatro Vientos, Bahía Honda, rodeada de un ambiente campesino.
Elodia y José alegraban sus días cuando se veían rodeados de sus hijos, entre ellos Chachá, como le decían a Nancy, la segunda de los cinco que tuvieron.
Nancy era una de las integrantes del EquipoJuvenil de Esgrima que murió en el sabotaje al avión de Cubana en Barbados, a partir de entonces ya nadie alegraba los días del matrimonio campesino porque hasta a sus otros hijos se les apagó la felicidad.
—Yo le dije: “Nancy, por qué vas a viajar si estás de vacaciones”, y me dice: “mima, en qué lugar yo quedo si no voy”.
—Yo he perdido parte de mi vida, como padre al fin, siempre la recuerdo, ella era muy alegre.
Nancy estudiaba Biología en la Universidad de La Habana y en el museo de Bahía Honda se conserva una de sus libretas de clases, también un uniforme de esgrima y otras pertenencias.
A los pocos meses de casada salió para Venezuela y quedó con los deseos de ver las fotos de tan añorado momento.
Hasta la Ciudad Deportiva llegué un día en busca del que había sido su esposo y me lo contó.
—En una primera versión las fotos no salieron bien, entonces tuvimos que mandarlas a hacer otra vez y cuando las lograron, ya ella no estaba.
La entrevista con los padres de Nancy fue un domingo en Bahía Honda y la madre me reiteraba una y otra vez:
—Ojalá y nos hubiera dejado un nieto, pero no pudo tener hijos. Ella estaba loca con dos sobrinitos que tenía, los de la hija mayor mía.
—¿Le hubiese gustado criar un hijo de Nancy?
—Imagínese, con un nieto todo hubiera sido un poco distinto.
—¿Por qué?
—Porque sí, no la tenía a ella, pero tenía al nieto.
—¿Y a usted José?
—Cómo no voy a pensar en querer conocer los hijos de una hija mía, son la sangre.
—¿Sabían que estaba embarazada?
—Pero, bueno..., nosotros, yo al menos... y ella tampoco, o sea, si fuera así, ella era la única que conocía su estado.
Esa fue la respuesta del que había sido su esposo, a él le acababa de contar una gran noticia: Nancy estaba embarazada. Como resultado de la investigación para el documental de Barbados, el Embajador de Cuba en Venezuela en 1976, Norberto Hernández, lo había confesado:
—Esta muchacha hablaba de cómo ella tenía que hacer después que diera a luz, del tiempo que le quedaba para volver a su entrenamiento. Pensaba en el ciclo olímpico, cómo participaría. Y estaba muy interesada en poder cumplir toda esa etapa con el deber de madre y de atleta. Comenzó a sentir los achaques de un embarazo y nosotros aquí la ayudamos a sobrellevarlos.
El Pasajero 74 del avión de Cubana era el primer hijo que se formaba en el vientre de la joven campeona.
Los malestares la sorprendieron en Venezuela. La muerte arrasaba los primeros síntomas de la vida. Nadie lo supo, porque Nancy traía la noticia y su vuelo jamás llegó a aterrizar.
No quise entristecer más a Elodia y a José aquel día de la entrevista, por lo que decidí llamar a una de las hermanas por teléfono y tampoco di con ella, entonces se enteraron cuando el documental salió al aire por la televisión cubana. Después vi a José en la Plaza de la Revolución, el 6 de octubre del 2000, y me abrazó muy emocionado. Su gesto todo lo decía.
La historia se mantuvo inédita durante 25 años, la misma edad que tendría el nieto deseado.
Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila fueron los autores de tan criminal acto. Les pagaron a los venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo para que volaran el avión en que 73 personas regresaban a Cuba, la mayoría integrantes del Equipo Juvenil de Esgrima.
Y eso haría Posada Carriles, con tal de eliminar al Presidente Fidel Castro Ruz, volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá y dejar trunca la vida de miles de jóvenes que habían invitado al Comandante a un encuentro de solidaridad.
A 25 años del acto terrorista en Barbados, cometerían otro crimen, ahora en Panamá.
En los preparativos de la posible visita del Comandante en Jefe a Nueva York, para asistir a la Cumbre del Milenio, las autoridades cubanas recibieron informaciones donde advertían que la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) había iniciado los preparativos de un nuevo plan de atentado contra su vida. Se excluía a los Estados Unidos como posible escenario, pero se señalaba a Panamá como el más apropiado, teniendo en cuenta la celebración de la Cumbre Iberoamericana en noviembre.
En ese contexto también se supo que el Presidente de la Fundación, José Francisco Hernández Calvo, más conocido como Pepe Hernández, era la persona encargada de organizar la acción, ypara tal fin había solicitado 5 000 dólares percápita a diversos directivos de la organización para sufragar los gastos del plan. Pudoprecisarse, además, que algunos directivos se negaron a aportar el dinero.
Pepe Hernández ha estado dedicado a la recaudación de fondos en la Fundación para este tipo de acciones terroristas y establecer la organización de tales planes. En el frustrado complot para atentar contra la vida del Presidente cubano en Isla Margarita en 1997, las autoridades norteamericanas que investigaron el hecho detectaron que era el propietario de uno de los fusiles calibre 50 ocupados, aunque sospechosamente fue exonerado del juicio celebrado en Puerto Rico.
Paralelamente a este febril trabajo para obtener los fondos necesarios, Pepe Hernández y Alberto Marcelino Hernández Her-nández, también influyente directivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana, viajaron indistintamente a Centroamérica en la primera quincena de agosto para colocar en manos de su “experto”, Luis Clemente Faustino Posada Carriles, la organización yejecución del magnicidio. No es la primera vez que ambos se reúnen con Posada Carriles para discutir planes terroristas de la Fundación y emplearlo como su brazo ejecutor.
En los intercambios sostenidos, Posada Carriles solicitó una alta suma de dinero para realizar el atentado, cantidad que los directivos de la Fundación consideraron muy elevada. No obstante, llegaron al acuerdo de sufragar todos los gastos para la ejecución del plan, tales como la compra de armas, viajes, estudios de las posibles vías de ejecución de la acción, comunicaciones, alquiler de viviendas y la de los asesinos ejecutores.
Así, sobre la base del acuerdo adoptado, Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, guardaespaldas de Alberto Hernández, fue enviado a El Salvador, lugar donde reside permanentemente Posada Carriles, con la anuencia de las autoridades de ese país. Jiménez Escobedo realizó la travesía para ultimar detalles del plan y entregar a Posada Carriles los primeros 8 000 dólares.
Los avales de Jiménez Escobedo para este tipo de trabajo están claros; su amistad con Posada Carriles y su larga historia terrorista, que incluye haber ejecutado el asesinato del técnico cubano de la Flota Camaronera del Caribe, Artaigñán Díaz Díaz, el 23 de julio de 1976 en Mérida, México.
En el encuentro con Jiménez Escobedo, Posada Carriles solicitó reunirse, además, con los connotados terroristas de origen cubano, Antonio (Tony) Iglesias Pons, Santiago Alfredo Álvarez Fernández-Magriñá, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón Rodríguez, elementos entre quienes, dijo, seleccionaría a los ejecutores directos de la acción.
Entre las variantes analizadas para realizar el atentado, se previó estudiar las vías por donde debía circular la caravana presidencial cubana, en Panamá, a fin de determinar los lugares específicos donde pudieran hacerla estallar con explosivos de alto poder. En el caso de resultar imposible esta variante, determinar dónde poder ejecutar disparos con lanzacohetes antitanques a la caravana, o en lugares de apariciones públicas del dirigente cubano.
Según antecedentes disponibles en los órganos de la Seguridaddel Estado cubano, este modus operandi para atentar contra la vida del Comandante en Jefe es similar al plan fraguado porPosada Carriles durante la visita que realizó el Presidente cubanoaRepública Dominicana en 1998. En aquella ocasión, Posada contó con la ayuda de los terroristas Ramón Francisco Font Saumell, Enrique Bassas Almeida y Luis Orlando Rodríguez Martínez, lo que denunció el periódico El Nuevo Herald el 9 de agosto de ese año.
A su regreso a Miami, Jiménez Escobedo expresó que Posada Carriles poseía más de 100 libras de explosivos C-4 de alto poder, guardadas por amigos en países del área, y que, además, tenía facilidades para adquirir lanzacohetes, granadas, fusiles y otros medios idóneos.
Posada Carriles, que vive del negocio del crimen, decidió vender las 100 libras de explosivos de que ya disponía, y que había informado a Jiménez Escobedo anteriormente, procurando así aumentar sus ganancias.
Gaspar Jiménez Escobedo no fue el único que visitó a Posada Carriles en El Salvador, también lo hizo Tony Iglesias para entregarle otros 5 000 dólares de la Fundación, y para acompañarlo en la compra de armas y explosivos en Honduras. En esta oportunidad ambos terroristas adquirieron más de 100 libras de explosivo plástico C-4 de fabricación norteamericana, varios lanzacohetes y otros medios.
Igualmente, Pedro Crispín Remón Rodríguez, otro terrorista que Posada Carriles reclamó contactar, se entrevistó con este en El Salvador y pudo comprobar que el plan estaba muy avanzado, pues disponían de gran parte del armamento, los explosivos necesarios y un estudio cuidadoso de las áreas de interés en la Ciudad de Panamá.
Resulta obvio que los terroristas seleccionados por Posada como “ejecutores directos de la acción”, poseen la experiencia y ejecutoria criminal necesarias a ese fin.
Tanto Tony Iglesias como Pedro Remón Rodríguez no son simples emisarios. El primero participó en el ataque pirata a Boca deSamá, en la antigua provincia de Oriente, el 12 de octubre de 1971, hecho que produjo dos muertos y cuatro heridos civiles. Pedro Remón Rodríguez, asesinó, ante su hijo menor, al emigrado de origen cubano, Eulalio José Negrín Santos en New Jersey el 25 de noviembre de 1979, por haber participado en un diálogo con Cuba entre la Comunidad Cubana en el exterior y las autoridades cubanas. Posteriormente, el 11 de septiembre de 1980, Remón ultimó al diplomático cubano Félix García, acreditado en Naciones Unidas.
Los otros dos escogidos por Posada, Guillermo Novo Sampoll y Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, también poseen un abultado expediente delictivo. El primero, entre otros muchos hechos, cumplió algunos pocos años de prisión en los Estados Unidos por su participación directa en los asesinatos del ex canciller chilenoOrlando Letelier y su secretaria, la norteamericana Ronnie Moffit, en una calle de Washington. El segundo participó en la preparación de una infiltración por el municipio de Cárdenas, provinciade Matanzas, en la que fueron capturados a finales de diciembrede 1991 tres elementos provenientes de territorio norteamericano que pretendían realizar actos de terrorismo en instalaciones sociales, deportivas, educacionales y de producción de Cuba.
Jiménez Escobedo, Tony Iglesias y Remón Rodríguez viajaron con sus verdaderos nombres en vuelos directos de Miami a El Salvador. No son tantas las líneas aéreas que hacen este enlace directo, por lo que se puede verificar en los listados de vuelos, o a través de las autoridades migratorias salvadoreñas.
Entre agosto y octubre del 2000 Posada Carriles, con identidad falsa y financiamiento de la Fundación, realizó viajes a Honduras, Costa Rica y Panamá. En Hondurasfue atendido por sus amigos Rafael Hernández Nodarse y su hijo, Joaquín Hernández Banegas, empresarios de TV y conocidos delincuentes y traficantes de armas; así como por Iván Gómez Melgarejo. En Costa Rica, los hermanos Lora Hernández han sido sus anfitriones, quienes representan los intereses de la Fundación.
Rafael Hernández Nodarse reside en Quinta Avenida, entre 25 y 26, Río Piedras, San Pedro Sula, y su hijo Joaquín Hernández Banegas, vive en Circunvalación Número 56, San Pedro Sula. Gómez Melgarejo en calle Segunda, casa No. 3863, colonia Ciudad Nueva, Tegucigalpa.
Respecto a los hermanos Lora Hernández en Costa Rica, trabajan en la Empresa Conansa en San José, cuyo teléfono es (506)-221-3638.
En Honduras, Posada compró armas, explosivos y otros medios. En Costa Rica recibió apoyo financiero y facilidades para introducir clandestinamente por tierra hacia Panamá el armamento adquirido.
En Panamá realizó los estudios necesarios de la ciudad, imprescindibles para ejecutar el plan.
Además de los ya mencionados terroristas de origen cubano residentes en los Estados Unidos, Rubén Darío López Castro ha estado al tanto de todos los preparativos, en su condición de asesor del plan, y Nelsy Ignacio Castro Matos ha contribuido con el financiamiento, al enviar más de 3 000 dólares con ese propósito a Posada Carriles.
Rubén Darío López Castro cuenta con un historial de crímenes y acciones terroristas como el ataque y hundimiento de un barco pesquero en 1973 donde fue asesinado el pescador cubano Luis Torna Mirabal. Ha participado en planes de ataques piratas a las costas cubanas y en el frustrado plan de atentado contra el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en agosto de 1998, en República Dominicana.
Castro Matos es un viejo vínculo de Posada Carriles en sus planes terroristas, desde la época en que ambos fueron funcionarios de la antigua DISIP venezolana. Últimamente ha estado tratando de recibir financiamiento del gobierno norteamericano a través de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), de los Estados Unidos, para su aludida organización “demócrata y civilista”, Partido del Pueblo, que es su fachada para promover la subversión interna y planes terroristas contra Cuba.
Todos los hechos expuestos son reales y comprobables y existen las evidencias suficientes para avalar la denuncia que se hi-ciera pública en Panamá.
Una vez más se ha podido identificar cómo no cesa la acción conspirativa y terrorista de la Fundación Nacional Cubano-Americana desde su sede en los Estados Unidos, y la libertad con que se mueven y actúan asesinos como Luis Posada Carriles y otros mafiosos que viven en Miami, a quienes no se les persigue, juzga y condena. No es posible permitir que organizaciones como la Fundación en los Estados Unidos y sus testaferros, actúen impunemente y continúen promoviendo sus actividades criminales.
El 12 de agosto del 2000, procedente de Costa Rica, en el vuelo No. 625 de la compañía Lacsa, llega al aeropuerto de Tocumen, en Panamá, Franco Rodríguez Mena, identidad bajo la que viaja Posada Carriles, y sale nuevamente el 13 en el vuelo No. 624, por el referido aeropuerto, rumbo a Costa Rica. Realmente no hayevidencias de que haya radicado allí hasta el 14 de octubre,fecha en que llegó nuevamente al país centroamericano. El día antes lo había hecho Gaspar Jiménez Escobedo, según sello de la Dirección General de Migración y Extranjería Delegación Regional Paso Canoas, en Panamá.
Posada estuvo pocos días, los necesarios para ultimar los de-talles del atentado. La compra de los explosivos se la había dejado a Gaspar Jiménez Escobedo. Regresó a El Salvador y volvió a aterrizar en Costa Rica el 24 de octubre.
No era la primera vez que trasladaba hombres y armas a Costa Rica en misiones de exterminio. En ese país residen emigrados cubanos que lo han financiado y dado refugio durante años, como los hermanos Armando, Gustavo y Raúl Lora Hernández, oriundos de Cienfuegos, provincia cubana donde nació Posada Carriles.
El 14 de noviembre llega a Costa Rica Guillermo Novo Sampoll y el 15 Pedro Crispín Remón. Gaspar Jiménez los esperaba en el Hotel Best Western, no se encuentran con Posada, quien, el 3 de noviembre, llega a Panamá a través de la frontera costarricence, por el lugar conocido como Paso Canoas.
En la zona se respiran tantos olores como personas extrañas, algunos le dicen tierra de nadie, de ahí que cualquiera puede colgaruna lona y a vender. Comentan del tráfico de drogas, de que elgobierno de la Moscoso quiere acabar con la caja del seguro social, del detenido en emigración por indocumentado, de lo que más se usa.
Por suerte para las vacas que van de un lado a otro, en Costa Rica no hay gusano barrenador, al menos así se lee en una gran valla, “COSTA RICA, ZONA LIBRE DE GUSANO BARRENADOR”. Tal suerte no corren quienes diariamente trajinan por Paso Canoas, pues, sin saberlo, se exponen a terroristas que traficanexplosivos, como Posada Carriles y sus hombres, que utilizaronel paso para trasladarlos hasta la casa de José Valladares, en la finca Jacú, en Panamá, a 6 kilómetros de la frontera costarri-cence.
El experto terrorista llega a la Ciudad de Panamá, y se hospeda en el Hotel Las Vegas el 6 de noviembre a las 10:28 de la mañana. Ocupó la habitación No. 215 pagando en efectivo. Con anterioridad había contactado con otro amigo, el traficante de drogas César Andrés Matamoros Chacón —canoso, mayor de edad, de tez clara—, de nacionalidad cubana, residente en el Istmo, y dueño del local comercial Botes Acuario.
El 8 de noviembre, Matamoros Chacón le propone a su empleado José Manuel Hurtado Vivero ganar un dinero extra manejándole a Luis Posada Carriles. El Negro aceptó y se trasladó en un taxi hasta Las Vegas, allí, Posada le dice que quiere ir a otro hotel, porque este no le agradaba. Fueron al Coral Suite, entraron, preguntó el precio y Hurtado lo regresó nuevamente a su hospedaje. Abandona el aparthotel Las Vegas ese mismo día. En el trayecto, Posada le dice al chofer que debían recoger al día siguiente a un amigo que llegaba por el aeropuerto.
El 9 de noviembre recogieron en el aeropuerto de Tocumen al amigo residente en El Salvador, Raúl Rodríguez Hamouzouva, “el joven socio de Franco”, como lo llamaba Matamoros, quien tenía órdenes de Posada de llevarle hasta Panamá unos equipos. En el propio aeropuerto, en la empresa DOLLAR RENT A CARD, alquilaron un Mitsubishi Lancer, color rojo, con matrícula 223251, para ser devuelto el 18 de noviembre. Fueron atendidos por el empleado Gilberto José Góndola Pérez. Posada pagó doscientos dólares en efectivo y Hamouzouva doscientos, con una tarjeta. Cuatrocientos dólares en total.
La casa de César Andrés Matamoros Chacón fue el primer destino, después, una cena en la Barca Dorada de Río Abajo, muy cerca de la vivienda de Matamoros.
Ya Posada Carriles se había trasladado para el Coral Suite.
El viernes 10 de noviembre, el amigo de Posada le pide a Hurtado que lo llevara a la Empresa SERFRASA para buscar unas cotizaciones; posteriormente, se dirigen a Gorgona, el rancho de César Andrés Matamoros Chacón, donde sostienen una conversación de la que excluyen al chofer. De regreso a la Ciudad dePanamá, recoge las maletas de Hamouzouva y lo lleva al aeropuerto.
El sábado 11 de noviembre, Posada visita a un tal señor Carrillo,mientras conversan, Hurtado le hace compañía a la empleada de la casa. Posteriormente el chofer deja a Posada Carriles en el Coral Suite y regresa a su domicilio.
El domingo 12 de noviembre, el recorrido incluyó el supermercado El Rey, de Vía España, y la Farmacia Arrocha, sitios reconocidos en Panamá y frecuentados por personas de clase media y alta.
El 13 recogieron a Matamoros Chacón y fueron a comer al restaurante El Chimborazo, retornaron a Botes Acuario y Posada Carriles le ordena a Hurtado viajar al día siguiente hasta la provincia de Chiriquí, para visitar a un amigo.
Chiriquí está en el extremo más occidental de la República de Panamá, y limita con Costa Rica. Es muy verde y acogedora, su cabecera es David, la tercera ciudad del Istmo, donde se encuentra el aeropuerto “Enrique Malek”, con vuelos que enlazan con la capital en una hora. Está aproximadamente a seis horas en automóvil por la carretera Interamericana de la capital de Panamá. Para llegar temprano a Chiriquí hay que partir a medianoche. El viaje tiene muchos atractivos; entre ellos, el Puente de las Américas que se eleva sobre el Canal de Panamá, lo cruza y une a Sudamérica con Centro y Norteamérica. Atractivas son las fincas en la parte alta de Chiriquí, que recuerdan la arquitectura suiza. Una de las vistas más llamativas se observa al amanecer desde la cumbre del extinto volcán Barú.
En la cordillera central de Chiriquí viven los Guaymíes, los indios más conocidos en Panamá, después de los Kunas de San Blas.
El martes 14 de noviembre Posada Carriles prefirió trasladarseen automóvil. A las cinco de la mañana partió desde la ciudadde Panamá hacia la occidental provincia. Ordenó al chofer Hurtado que se quedara en un hotel en la ciudad de David, ya que no había espacio para él en la casa del amigo que visitaría, algo que no se corresponde con la residencia de Pepe el Cubano, amplia y de gran tamaño, pues tiene hasta establos para caballos. Le dio cincuenta dólares para el hospedaje en el Hotel Occidente que está en el centro de la ciudad, frente a un parque. Posada alquila un taxi y se dirige hasta la finca Jacú, ubicada en el Corregimiento de Aserrío de Gariché, Distrito de Bugaba, provincia de Chiriquí, lugar donde ya se encontraba Guillermo Novo Sampoll.
José Manuel Hurtado recibe una llamada de Posada Carriles a las nueve de la noche de ese mismo día, quien le da la dirección de la finca para que se trasladara a ella el miércoles 15 en horas de la mañana. A las siete en punto, Hurtado sale hacia Jacú, donde se encuentra la residencia de José Valladares, conocido en la zona como Pepe el Cubano, la cual está sólo a 6 kilómetros de la frontera costarricense. La finca está tan intrincada en el monte que sólo con indicaciones precisas se puede llegar a ella.
De nuevo Hurtado queda fuera de las conversaciones, es enviado a la cocina.
En horas de la tarde, el chofer sale hacia la frontera acompañado de Posada Carriles y de Guillermo Novo Sampoll. Tomaroncafé cerca de la Aduana de Costa Rica. Hurtado quedó recorriendolas tiendas, mientras Posada y Novo Sampoll salieron al encuentro de Pedro Crispín Remón y de Gaspar Jiménez Escobedo, quienes hacían su entrada a Panamá por un pequeño aeropuerto, Coto 47, cerca de la frontera con Costa Rica. Se internaron en la vegetación tupida del lugar, donde Remón saca un GLOBAL POSITION SYSTEM (GPS), que llevaba consigo y lo manipula para ubicar algo. Seguidamente, ambos alquilaron un taxi con su equipaje y llegaron al área comercial de Paso Canoas, pasaron los controles aduaneros y se reunieron con Posada Carriles y Novo Sampoll. En una de las cafeterías de Paso Canoas saborean otro café, ahora con los recién llegados. Pusieron las maletas en el Mitsubishi Lancer rojo y regresaron a la finca Jacú. Hurtado observó que uno de ellos traía un maletín negro arriba de sus piernas. En la casa de José Valladares estuvieron aproximadamente cuarenta y cinco minutos ultimando los detalles del plan para asesinar al Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, quien llegaría a Panamá en los próximos días para asistir a la Décima Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobiernos.
El 16 de noviembre Posada Carriles, Pedro Crispín Remón y Guillermo Novo Sampoll salieron hacia el aeropuerto “Enrique Malek” de la ciudad de David y en un avión de Aeroperlas se trasladan a la ciudad capital, a través del aeropuerto de Albrook. Remón renta un Mitsubishi Galant blanco, en la empresa NATIONAL CAR RENTAL para ser devuelto el 18 de noviembre.
Hurtado regresó a la finca y en horas de la tarde, cumpliendo órdenes de Gaspar Jiménez Escobedo, salen, vía carretera, rumbo a la capital panameña. A las once de la noche llegan al Hotel Coral Suite, parquea el carro en la instalación y regresa a su casa, dejando a Gaspar, quien se hospeda en la habitación más cara.
El 17 de noviembre, Hurtado vuelve al hotel y acompañado de Guillermo Novo Sampoll salen a alquilar un carro cerca del restaurante Los Manolos, situado en la vía Veneto. En la empresa AVIS RENT A CAR rentan un Mitsubishi Lancer, color negro, con matrícula 206065. Novo alquila otro Mitsubishi Lancer, pero de color gris, en la misma empresa y también el 17 de noviembre. Ya Gaspar Jiménez Escobedo, o Manuel Díaz, su otra identidad, le había informado a Hurtado que el carro rojo iba a ser devuelto.
Con el Mitsubishi gris recogen a Matamoros Chacón y a Gaspar y van a El Chimborazo a comer, un restaurante en plena ciudad de Panamá. El momento es propicio para que Gaspar preguntara por el lugar donde se quedarían los presidentes, dónde sería la convención, y acordaron que al terminar recorrerían los sitios. Salen, dejan a Matamoros Chacón y continúan el recorrido por el corredor sur, una vía rápida, viajando desde Riande Aeropuerto, cerca de la caseta de peaje, y a un costado de la escuela “Belisario Porras” se detienen a observar el Centro de Convenciones Atlapa y el Hotel César Park. Gaspar le indica a Hurtado que fuera a una velocidad suave, llegan al Centro de Convenciones Atlapa y le dice que allí era el lugar donde se realizaría la conferencia y el hotel cercano, el César Park, donde se hospedarían los Jefes de Estado.
Gaspar le orienta a Hurtado, esta vez, que manejara lo más cerca del hotel, lo cual fue imposible por el despliegue de seguridad; giran hacia la calle 50 para ver alguna entrada del hotel, perono lo lograron y regresan a la vía Cincuentenario. Hurtado, dirigido por Gaspar, continúa a la Universidad de Panamá, lugar en el que, según Jiménez Escobedo, “el Presidente Fidel Castro Ruz dictaría una conferencia”, la recorren; a un costado de la vía “Manuel Espinosa Batista” detienen el auto, vuelven a parar frente al edificio que alberga las instalaciones de la Universidad tecnológica de Panamá, y en la sede de la Universidad Nacional, también a un costado de la vía, frente al almacén ARTEC (Artes Técnicas), donde logran observar los edificios de la Facultad de Derecho; continúan hacia la Facultad de Arquitectura y a otro edificio que pertenece al Campo Central de la Universidad, el punto donde se detienen por última vez, frente a un costado de la carretera transísmica, desde donde logran, por fin, divisar el Paraninfo. Posteriormente regresan al Hotel Coral Suite.
Cuando José Manuel Hurtado, por orientación de Posada Carriles, recoge el carro rojo para lavarlo, vio el maletín negro con el que siempre este andaba, y que Gaspar Jiménez trasladó por carretera a la Ciudad de Panamá. Lo abrió y encontró unos radios, una masa cremosa, una extensión eléctrica y unos cargadores de radio. Inmediatamente sale al encuentro de Matamoros Chacón, le cuenta del maletín y de “las cosas raras”, y aquel le dice que entregara todo a los cubanos porque al parecer andaban en algo raro. Asimismo le expresa: “ES CONVENIENTE QUE TE DESHAGAS DEL MALETÍN PARA NO METERNOS EN PROBLEMAS.”
Hurtado regresó a entregarlo y próximo al hotel, se percata quehabía agentes de la policía, no entró, siguió de largo hasta llegar a la casa de su mamá, Lita, en las proximidades de Tocumen. Puso el maletín debajo de la cama. Al día siguiente se fue al taller donde trabajaba con Matamoros Chacón y ambos son detenidos en el lugar.
El maletín negro había estado en la parte de atrás del asiento del conductor. Hurtado no tenía las llaves del Mitsubishi Lancer rojo, pues Gaspar Jiménez se había quedado con el carro la noche anterior, y él se había ido en taxi y así lo declaró a las autoridades panameñas.
Con posterioridad, Hurtado recordó que cuando Gaspar llegó al Coral Suite, procedente de Chiriquí, traía una maleta de ruedas y agarradera, y encima de ella, EL MALETÍN NEGRO.
El plan para atentar contra el Presidente de Cuba, Fidel Castro, entraba en su fase final, también el operativo de la Inteligencia cubana para desactivar otro atentado a Fidel.
El 17 de noviembre del 2000, llega el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a Panamá, a su llegada es recibido por la Presidenta del país istmeño, Mireya Moscoso, con quien conversó brevemente al pie de la escalerilla del avión.
Fidel saludó al pueblo panameño, y comentó la emoción de volver a ese país luego de 52 años cuando trató de promover la creación de una organización de estudiantes, ocasión en la que visitó a un grupo de jóvenes que fueron gravemente heridos en su lucha por la devolución del Canal. “Hoy todo ha cambiado, dijo, ya no hay tropas extranjeras que disparan contra los estudiantes y Panamá es dueña de su Canal y lo administra excelentemente bien, es plenamente soberana, presta crecientes servicios al mundo y está en las mejores condiciones para construir su futuro.”
“Ahora es sede de la Décima Cumbre Iberoamericana. Mis ideas de cuando vine por primera vez a Panamá no han cambiado, significó. Hoy las sostengo con más experiencia y convicción que nunca, así será siempre, hasta el final de mi vida.”
Fidel agradeció a los amigos de Cuba su cálida bienvenida y agregó: “trabajaremos juntos por el éxito de la Cumbre”.
La Décima Cumbre Iberoamericana se inició el viernes 17 de noviembre del 2000 en horas de la noche, cuando quedó oficialmente inaugurada en el Centro de Convenciones Atlapa en plena ciudad panameña.
El sábado 18 se desarrollaron los debates en torno a la situación de la infancia y la juventud y los Presidentes firmaron la declaración de Panamá, bajo el lema “UNIDOS POR LA NIÑEZY LA ADOLESCENCIA, BASE DE LA JUSTICIA Y EQUIDAD EN EL NUEVO MILENIO”. El documento del que emanó la declaración, insiste entre otras soluciones, en “LA NECESIDAD DE IMPEDIR QUE LOS NIÑOS SE INCORPOREN A CONFLICTOS ARMADOS, ABOGA POR LA ELIMINACIÓN DE LAS MINAS ANTIPERSONALES, QUE CADA AÑO COBRAN CIENTOS DE VIDA”.
La declaración de Panamá a la Décima Cumbre, reiteró la exhortación al Gobierno de los Estados Unidos de poner fin a la Ley Helms-Burton, que recrudece el bloqueo contra Cuba, y rechaza la aplicación extraterritorial de leyes nacionales o medidas que contravengan el Derecho Internacional.
La cita de mandatarios concluyó el domingo 19 de noviembre.