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Poeta en Nueva York reúne poesías de indudable inspiración surrealista. Son, sin embargo, bastante más lúgubres que la mayor parte de los poemas de los otros libros de Lorca. Escrito entre 1929-1930 en Nueva York, durante la residencia de Federico García Lorca como estudiante en la Universidad de Columbia, este libro se publicó póstumamente en 1940. García Lorca es testigo de la Nueva York que sufre por la pobreza tras el crack de 1929. Escribe sobre la soledad y la desesperación en una ciudad de pesadilla donde deambulan seres oprimidos y reina la miseria. Algunos de los poemas están dedicados a los afroamericanos, en particular a los habitantes del barrio de Harlem. Poeta en Nueva York concluye, además, con dos odas, una de ellas dedicada a Walt Whitman, padre fundador de la poesía estadounidense moderna. Lorca incluye dos valses para celebrar la partida de Nueva York y la llegada a La Habana. En esa ciudad encuentra la música cubana. Entonces el poeta se transforma, y con él el lector, y así nos lleva las puertas de un lugar mucho para él más luminoso: el Sur.
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Seitenzahl: 66
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Federico García Lorca
Poeta en Nueva York
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: Poeta en Nueva York.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de la colección: Michel Mallard.
ISBN rústica ilustrada: 978-84-9897-369-3.
ISBN tapa dura: 978-84-9007-034-5.
ISBN ebook: 978-84-9953-904-1.
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Créditos 4
Brevísima presentación 9
La vida 9
Poeta en Nueva York 11
I. Poemas de la soledad en Columbia University 15
Vuelta de paseo 17
1910 19
Fábula y rueda de los tres amigos 21
Tu infancia en Menton 25
II. Los negros 27
Norma y paraíso de los negros 29
Oda al rey de Harlem 31
Iglesia abandonada 37
III. Calles y sueños 39
Danza de la muerte 41
Paisaje de la multitud que vomita 45
Paisaje de la multitud que orina 47
Asesinato 49
Navidad en el Hudson 51
Ciudad sin sueño 53
Panorama ciego de Nueva York 57
Nacimiento de Cristo 59
La aurora 61
IV. Poemas del lago Eden Mills 63
Poema doble del lago Eden 65
Cielo vivo 69
V. En la cabaña del Farmer 71
El niño Stanton 73
Vaca 77
Niña ahogada en el pozo 79
VI. Introducción a la muerte 81
Muerte 83
Nocturno del hueco 85
Paisaje con dos tumbas y un perro asirio 89
Ruina 91
Luna y panorama de los insectos 93
VII. Vuelta a la ciudad 97
New York 99
Cementerio judío 103
VIII. Dos odas 107
Grito hacia Roma 109
Oda a Walt Whitman 113
IX. Huida de Nueva York 119
Pequeño vals vienés 121
Vals en las ramas 123
X. El poeta llega a La Habana 125
Son de negros en Cuba 127
Pequeño poema infinito 129
[La luna pudo detenerse al fin] 131
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 5 de junio de 1898-entre Víznar y Alfacar, 18 de agosto de 1936). España.
Poeta, dramaturgo y prosista. Adscrito a la llamada generación del 27, es el poeta de mayor influencia de la literatura española del siglo XX.
Nació en una familia de posición económica desahogada y fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca; su padre fue don Federico García Rodríguez, un hacendado, y su madre, doña Vicenta Lorca, una maestra de escuela que fomentó el gusto literario a su hijo.
Como estudiante fue algo irregular, abandonó la Facultad de Derecho de Granada para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918-1928); y pasado un tiempo regresó a la Universidad de Granada donde se graduó como abogado.
En 1918 publicó su primer libro Impresiones y paisajes, costeado por su padre. En 1920 se estrenó su obra de teatro El maleficio de la mariposa, y en 1921 se publicó su Libro de poemas. En esta época frecuentó a los poetas de su generación: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo a Luis Buñuel y Salvador Dalí, a quien después le tributó Oda a Salvador Dalí. El pintor, por su parte, pintó los decorados de la pieza teatral Mariana Pineda.
Hacia 1928 Lorca publicó la revista literaria Gallo, de la cual salieron apenas dos números.
En 1929 se marchó a Nueva York. Para entonces se habían publicado, además de los libros ya citados, sus libros Canciones (1927) y el Primer romancero gitano (1928), su obra poética más célebre.
De su viaje a Nueva York nace el libro Poeta en Nueva York. De esta ciudad Lorca viajó en 1930 a La Habana, donde escribió parte de sus obras Así pasen cinco años y El público, ese año regresó a España donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa La zapatera prodigiosa estaba en escena.
En 1931 se instaura la Segunda República española y esta nombró a Fernando de los Ríos como Ministro de Instrucción Pública, quien fue el principal mecenas de Lorca durante esos años. García Lorca fue nombrado codirector de la compañía estatal de teatro La barraca donde produjo, dirigió, escribió, y adaptó varias obras teatrales. Escribió en este período Bodas de Sangre, Yerma y Doña Rosita la soltera.
En 1933 viajó a Argentina y su puesta en escena de La dama boba de Lope de Vega atrajo a más de sesenta mil personas. Entre este año y 1936 escribió Diván de Tamarit, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, La casa de Bernarda Alba y trabajó en La destrucción de Sodoma.
Tras el estallido de la Guerra Civil española, Lorca rehusó el exilio ofrecido por Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta pudiera ser víctima de un atentado.
Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto de 1936 fue detenido en la casa de su amigo, el también poeta Luis Rosales, quien obtuvo la promesa de que sería puesto en libertad «si no existía denuncia en su contra». La orden de ejecución fue dada por el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán. Valdés contaba con el visto bueno del general Queipo de Llano, a quien se consultó sobre qué hacer con Lorca. Parece que fue fusilado la madrugada del día 18 de agosto de 1936.
Publicado póstumamente en 1940, pero escrito entre 1929-1930 en Nueva York, durante la residencia de Lorca como estudiante en la Universidad de Columbia, Poeta en Nueva York reúne poesías de indudable inspiración surrealista, aunque bastante más lúgubres que la mayor parte de sus poemas. Testigo de la Nueva York asolada por la pobreza tras el crack de 1929, Lorca escribe sobre la soledad y la desesperación en una ciudad de pesadilla donde deambulan seres oprimidos y reina la miseria. Buena parte de los poemas están dedicados a los negros estadounidenses, en particular a los habitantes del barrio de Harlem. El poemario concluye con dos odas, una de ellas dedicada al padre de la poesía estadounidense, Walt Whitman, y con dos valses para celebrar la partida de Nueva York, la llegada a La Habana y el encuentro con la animada música cubana, que transporta al poeta, y con él al lector, a las puertas de un lugar mucho más luminoso: el Sur.
A Bebé y Carlos Morla
Los poemas de este libro están escritos en la ciudad de Nueva York el año 1929-1930, en que el poeta vivió como estudiante en Columbia University.
F. G. L.
Furia color de amor,
amor color de olvido.
Luis Cernuda
Asesinado por el cielo,
entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré caer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!
Intermedio
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.
Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.
Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas