9,49 €
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es un trastorno frecuente, que produce considerable sufrimiento y afecta seriamente la calidad de vida de quienes lo padecen. La persona vive permanentemente pendiente de amenazas futuras potenciales, que imagina severas, inminentes y de consecuencias catastróficas. Busca reaseguro constante y tiene grandes dificultades para considerar los aspectos de la realidad que contradicen sus temores. El presente libro compendia muchos años de trabajo y aprendizaje de los autores en su institución, el Fobia Club. Los datos estadísticos que aporta Gustavo Bustamante en este volumen son prueba de ello. Con Gustavo, tanto como con Valeria Marzucco y con Mariela Gómez nos une el haber sido compañeros a lo largo de muchos años en el desarrollo de las Terapias Cognitivo-Conductuales en Argentina. El crecimiento en la difusión y demanda de estas intervenciones ha dado lugar a la creciente necesidad de contar con materiales de apoyo de tratamiento en lengua castellana, adaptados a nuestra cultura e idiosincrasia. Expuesto en un lenguaje comprensible, cumplirá sin duda la función de material psicoeducativo que los autores han concebido.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 159
Veröffentlichungsjahr: 2021
VALERIA MARZUCCOGUSTAVO BUSTAMANTEMARIELA GÓMEZCARLOS MORRA
Basadas en intervenciones de orientación cognitivo-conductual, tercera generación y psicofarmacológicas
Preocupación desregulada ¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?: Herramientas para profesionales. Guía de autoayuda. Basadas en intervenciones de orientación cognitivo-conductual, tercera generación y psicofarmacológicas / Mariela Gómez... [et al.].- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
200 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-87-1490-5
1. Psicología. I. Gómez, Mariela.
CDD 150.1943
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mis queridos hijos Santiago L. G y Sofia L. Guzmán(V. M)
Para mis amadas princesas, Lara y Valentina.(M.G)
A Vero, Abru, Mi, Fio y Facu; con quienes transito mis propias ansiedades.(G. B)
Para mi esposa Virginia y mis hijos, Lourdes y Carlos, por su comprensión y apoyo.(C. M)
Los más sinceros agradecimientos para nuestros maestros: los pacientes... Quienes nos han motivado a explorar el universo de la ansiedad patológica; brindandonos sus propias palabras, pensamientos, emociones y comportamientos.
A partir de ellos, a lo largo de estos 25 años que venimos trabajando en los Trastornos de Ansiedad, pudimos comprender un sufrimiento muy difícil de explicar. Y muchas veces intolerable de transitar y sobrellevar.
Les expresamos nuestra gratitud por haber confiado en nosotros, por cultivar la esperanza de que nuestro método podría aliviarlos y mejorarlos.
Gracias por su entrega. Ya que muchos siguieron apoyándonos, a través de sus valiosos testimonios sobre los encuentros grupales, o por su ayuda permanente a otros miembros de nuestro querido club.
También agradecemos a los colegas, que nos han nutrido científicamente. Con muchos de ellos hemos recorrido juntos este camino de conocimiento.
A las asociaciones científicas: AAP, AATA, APSA, ANA, ATCC entre otras; donde siempre nos invitan y ofrecen el espacio para exponer nuestro gran interés profesional.
Gracias al Dr. Eduardo Keegan, prestigioso catedrático de la Universidad de Buenos Aires, quien generosamente dedicó su tiempo para revisar y comentar nuestra obra.
A nuestro querido mentor, el Dr. Oscar Carrión, a quien siempre tendremos presente, y sin el cual, no hubiésemos llegado hasta estas instancias.
A nuestras familias por su apoyo.
Y a toda la familia de la FUNDACIÓN FOBIA CLUB, ya que cada miembro con su presencia y aporte desde sus diversas funciones y desde todas las filiales del país, han sumado su parte para que podamos escribir este libro.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es un trastorno frecuente, que produce considerable sufrimiento y afecta seriamente la calidad de vida de quienes lo padecen. La persona vive permanentemente pendiente de amenazas futuras potenciales, que imagina severas, inminentes y de consecuencias catastróficas. Busca reaseguro constante y tiene grandes dificultades para considerar los aspectos de la realidad que contradicen sus temores.
Hace algunas décadas, el genial Tom Borkovec postuló que la preocupación excesiva era el aspecto central y característico de este trastorno. Su obra dio lugar a una considerable investigación sobre la preocupación y sus funciones. Así, surgieron diversos modelos cognitivo-conductuales para dar cuenta de la ansiedad generalizada, que dieron lugar a sendos tratamientos. Este período, signado por el desarrollo de manuales de tratamiento que tomaban por blanco trastornos de acuerdo a la definición categorial del sistema DSM de la American Psychiatric Association, se vio seguido por un período en el que interés viró hacia la consideración de los mecanismos comunes a diversas patologías. La investigación sobre la rumiación, la preocupación y los mecanismos de regulación emocional arrojaron luz sobre las frecuentes comorbilidades en las personas afectadas por ansiedad generalizada, y posibilitaron el desarrollo de protocolos unificados para los trastornos emocionales en general. Este enfoque ha resultado más eficiente y probablemente sea más eficaz en el largo plazo.
El interés inicial de algunos teóricos cognitivo-conductuales en el Mindfulness se vio acompañado posteriormente por una creciente popularidad de las prácticas meditativas. El valor de estas prácticas para el tratamiento de la preocupación desregulada resultó claro para muchos investigadores, dando lugar así a intervenciones centradas sobre estrategias de descentramiento y aceptación.
El presente libro compendia muchos años de trabajo y aprendizaje de los autores en su institución, el Fobia Club. Los datos estadísticos que aporta Gustavo Bustamante en este volumen son prueba de ello. Con Gustavo, tanto como con Valeria Marzucco y con Mariela Gómez nos une el haber sido compañeros a lo largo de muchos años en el desarrollo de las terapias cognitivo-conductuales en Argentina. El crecimiento en la difusión y demanda de estas intervenciones ha dado lugar a la creciente necesidad de contar con materiales de apoyo de tratamiento en lengua castellana, adaptados a nuestra cultura e idiosincrasia.
Expuesto en un lenguaje comprensible, cumplirá sin duda la función de material psicoeducativo que los autores han concebido. Como es sabido, comprender qué dispara una emoción o una conducta nos permite ser más eficaces a la hora de regular esa emoción o conducta. Las personas que se preocupan excesivamente experimentan la preocupación como un fenómeno incontrolable, en lugar de verla como una respuesta evitativa que ha devenido en hábito y ocurre, por ende, con baja percatación.
Las diversas secciones del libro proveen al lector de información actualizada y comprensible sobre distintos aspectos de la Ansiedad Generalizada y su tratamiento, tanto psicológico como farmacológico. Los autores presentan recursos cognitivo-conductuales tradicionales y también otros propios de las terapias contextuales o de los tratamientos basados en mindfulness. Tanto los contenidos como las planillas de registro incluidas convierten al libro en un buen recurso para acompañar un tratamiento cognitivo-conductual con pacientes de habla castellana.
El capítulo sobre psicofarmacología, actualizado y completo, seguramente será de utilidad para los psicoterapeutas cuyos pacientes estén en tratamiento combinado con algún tipo de fármaco.
Como todo libro escrito en 2020, no puede faltar la referencia a la pandemia covid-19, un tema que ha gatillado un sinfín de casos de Ansiedad Generalizada y que, como dicen los autores, encarna bastante bien la idea de catástrofe absoluta que temen las personas con preocupación excesiva. La pandemia, sin embargo, nos da un contexto muy interesante para que el paciente pueda aprender a lidiar mejor con la incertidumbre y a descubrir la inutilidad de la preocupación como estrategia para lidiar con el peligro.
El volumen cierra con una sección de testimonios de pacientes que padecieron Ansiedad Generalizada y recibieron un tratamiento exitoso. Estas viñetas permitirán a los lectores reconocerse en esas dificultades y desarrollar una mirada más optimista sobre la posibilidad de recibir un tratamiento eficaz.
Repasando las páginas de este libro que está por ver la luz no puedo menos que imaginarme a las personas recorrerán sus páginas y verán sus ejercicios como un recurso para mejorar sus vidas y vivir de modo más pleno y presente. Ese es mi deseo para el lector de este libro.
Eduardo Keegan
Buenos Aires, noviembre de 2020
Este libro, fue desarrollado como material complementario para profesionales de la salud mental, dedicados al abordaje del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Asimismo, puede orientar y servir de guía para quienes se encuentren en la búsqueda de tratamiento.
La información que encontrará en el presente ejemplar, se encuadra dentro de un marco teórico y de orientación terapéutica de corte Cognitivo-Conductual y Tercera Generación. En la actualidad, son considerados los modelos terapéuticos con mayor validación empírica para el tratamiento de los distintos Trastornos de Ansiedad.
Esperamos disfrute de la lectura y le sean útiles nuestras recomendaciones.
Dr. Gustavo BustamanteDr. Carlos MorraLic. Valeria MarzuccoLic. Mariela Gómez
Para comprender el mecanismo de la ansiedad, analizaremos brevemente el funcionamiento del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), regulador de las funciones y de los actos involuntarios del organismo. Lo pensaremos aquí como a nuestro principal “Comando de Seguridad”, dado que su delicada y calibrada función nos mantiene a salvo del peligro.
EL SNA, se subdivide en dos subsistemas: uno denominado SIMPÁTICO, cuya función adaptativa, permite la supervivencia, activándose como respuesta ante la presencia de estímulos que podrían resultar amenazantes para la vida y preparando al organismo para tres tipos de reacciones fisiológicas posibles: LUCHA-HUIDA-PARÁLISIS. El otro, denominado PARASIMPÁTICO, se encarga de restablecer el equilibrio basal.
De este modo, funciona de manera regulada y precisa, decodificando las posibles señales de peligro y activando todas las alertas disponibles, con la meta de protegernos ante cualquier amenaza a nuestra subsistencia.
La ansiedad adecuadamente regulada, se asocia a dicha función esperable del sistema simpático. Por ejemplo, si un sujeto se encuentra nadando plácidamente y detecta la aleta de un tiburón, aproximándose lentamente hacia él, probablemente note la reacción de su sistema simpático. El “Comando de Seguridad”, registrará las señales de peligro y enviará la información necesaria al sistema nervioso para que el nadador huya lo antes posible de aquel contexto. Esto se expresa a través de una serie de cambios fisiológicos como tensión muscular, aumento de las pulsaciones, dilatación pupilar, etc. En tierra firme y a salvo, percibirá que su organismo gradualmente, comenzará a calmarse, gracias a la intervención del sistema parasimpático que identifica el fin de la amenaza y desconecta a dicho comando.
El problema radica cuando inicia una respuesta de alerta, pero en ausencia de un peligro real, tal como ocurre en los Trastornos de Ansiedad. Por ejemplo, imaginemos nuevamente al mismo sujeto de la playa, en otro contexto. Supongamos que no detectó ningún tiburón. Por el contrario, ahora está tomando sol muy relajadamente en su reposera, pero de pronto comienza a anticipar negativamente, a rumiar, a preocuparse, por lo cual experimenta un gran malestar (nerviosismo, incomodidad estomacal, sudor, etc.) y un miedo intenso asociado a sus sensaciones fisiológicas. Piensa “¿y si me da un ataque ahora mismo?”.
En el ejemplo, se observa una hipersensibilidad del sistema simpático, de manera análoga a una alarma defectuosa cuya sirena suena ante una ráfaga de viento. En estos trastornos pareciera estar afectado o desregulado el mecanismo de ansiedad, activándose toda la seguridad disponible, pero ante una falsa alarma, es decir sin un peligro real sino mas bien, subjetivo.
Pues bien, ¿qué relación existe entre este mecanismo de alerta y el T.A.G.?. El Trastorno de Ansiedad Generalizada, presenta una hiperactividad del sistema simpático,que se expresa por medio de una marcada tendencia hacia la anticipación negativa y preocupación permanente, siendo ésta descontextualizada y muchas veces irracional.
En este cuadro, el contenido de la preocupación, no se reduce a una determinada área de la vida, como ocurre en otros trastornos de ansiedad. Por el contrario, fluctúa de un tema a otro (pareja, trabajo, familia, salud, futuro, inseguridad, cuestiones de la vida cotidiana, etc.).
La persona no logra regular el estado de alerta, todo pareciera preocupar por igual. Suele presentar dificultad para priorizar, para pasar a la acción, permaneciendo en una fase de evaluación de las posibles consecuencias negativas y manifestando limitaciones para resolver o tomar decisiones. O bien, puede suceder que logre enfrentarlo, pero con un costo psicofísico significativo (padeciendo contracturas, migrañas, dolencias físicas, alteraciones del sueño, molestias estomacales, agotamiento, etc.).
Asimismo, suelen manifestarse pensamientos catastróficos, pesimismo e incapacidad de disfrute y baja o nula conexión con el momento presente, lo cual afecta directamente la calidad de vida.
Dicho estado de ansiedad, al ser persistente, puede llegar a producir ataques de pánico, a modo de descarga, siendo éstos, la mayoría de las veces, el motivo de consulta.
De modo opuesto,cuando existe la capacidad de:
Identificar un problema.
Evaluar el grado de intervención sobre el mismo.
Anticipar sus posibles consecuencias.
Barajar alternativas de resolución.
y pasar a la acción (sin angustia, ni implicando un costo psicofísico significativo), estaríamos ante una manifestación ADECUADA Y REGULADA de la preocupación.
RECUERDE:
El Sistema Nervioso Central (SNC) está al servicio de activar nuestra ansiedad como una respuesta de defensa ante un peligro percibido.
Genera respuestas de lucha, huida o parálisis con el fin de preservar la supervivencia.
La ansiedad normal funciona como un mecanismo que habilita a resolver problemas, sin llegar a la desesperación o angustia.
El organismo puede verse afectado por la hiperactividad del Sistema Nervioso Central (SNC). Esto es lo que llamamos ansiedad desregulada, donde cualquier estímulo banal, a causa de nuestra percepción, tiene posibilidad de transformarse en un peligro potencial.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada o “T.A.G.”, es la manifestación de un funcionamiento desregulado de la preocupación.
En el TAG la ansiedad es permanente y la preocupación fluida. Oscila de un tópico a otro.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) anteriormente era nombrado como Neurosis de Angustia o Neurosis Ansiosa, hasta que en el año 1980, con el surgimiento del DSM III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.-APA.) fue clasificado en dos diagnósticos diferentes (Trastorno de Pánico y TAG). Haciendo referencia a los siguientes criterios:
A. Enfermedad Generalizada y persistente de un mes o más de duración, manifestándose con síntomas de por lo menos tres de cuatro categorías:
1. Tensión motora (dolores musculares, inquietud).
2. Hiperactividad autonómica (sudoración, mareos, taquicardia).
3. Expectación aprensiva (ansiedad, preocupación y miedo).
4. Vigilancia y registro (concentración dificultosa e irritabilidad).
B. El diagnóstico sólo puede realizarse si el individuo no reúne criterios para otro trastorno mental.
Este último criterio determina al cuadro descripto como una categoría puramente residual. Aún no se considera al trastorno como portador de características específicas como veremos más adelante.
En el año 1987, en la versión revisada del citado manual (DSM-III-R), se define como:
A. Ansiedad y preocupación excesiva y/o ilusoria (irracional) en dos o más áreas relacionadas con otro trastorno de eje I (trastornos clínicos), y que se prolonga por más de seis meses.
De esta manera excluye los estados de ansiedad producidos por otros trastornos como la ansiedad social.
B. Presencia de al menos seis síntomas de una lista de dieciocho, agrupados en tres clusters de:
1. Tensión motora.
2. Hiperactividad autonómica.
3. Vigilancia y registro.
C. El centro de la ansiedad y preocupación no se limita a los síntomas de otro trastorno del eje I (por ejemplo, preocupación por tener una crisis de pánico o por sufrir angustia en público).
En dicha conceptualización, el Trastorno de Ansiedad Generalizada comienza a dejar de ser un diagnóstico residual para perfilarse como un cuadro con características propias y claramente definidas.Hecho que se consumará con la aparición, en el año 1993, de la versión cuarta del manual (DSM-IV) donde los criterios pasan a ser los siguientes:
A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar) que se prolongan más de seis meses.
B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
C. La ansiedad o preocupación se asocian a tres o más de los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de seis meses).
Nota: En los niños solo se requiere uno de estos síntomas:
1. Inquietud o impaciencia
2. Fatigabilidad fácil
3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
4. Irritabilidad
5. Tensión muscular
6. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)
D. El centro de la ansiedad y preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el Trastorno de Angustia), pasarla mal en público (como en la Fobia Social), contraer una enfermedad (como en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el Trastorno de Ansiedad por Separación), engordar (como en la Anorexia Nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el Trastorno de Somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la Hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un Trastorno por Estrés Postraumático.
E. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos, provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (por ej. Hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso del Trastorno del Estado de Ánimo, un Trastorno Psicótico o un Trastorno Generalizado del Desarrollo.
Finalmente, los criterios diagnósticos actuales del Trastorno de Ansiedad Generalizada, según la última versión del DSM, publicada en el año 2013 (DSM-5) no aportaría diferencia considerable a los criterios ya establecidos en el DSM-IV- TR, siendo éstos los siguientes:
A. Ansiedad y preocupaciones excesivas (Anticipación Aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
B. Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
C. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses).
Nota: En niños y adolescentes se requiere un ítem:
Inquietud o sensación de estar atrapado o con los “nervios de punta”.
Fácilmente fatigado.
Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
Irritabilidad.
Tensión muscular.
Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
E. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (Por ej., una droga, un medicamento) ni otra afección médica (por ej., hipertiroidismo).
F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (por ej., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el Trastorno de Pánico, valoración negativa en el Trastorno de Ansiedad Social (fobia social), contaminación u otras obsesiones en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, separación de figuras de apego en el Trastorno de Ansiedad por Separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el Trastorno de Estrés Postraumático, aumento de peso en la Anorexia Nerviosa, dolencias físicas en el Trastorno de Síntomas Somáticos, percepción de imperfecciones en el Trastorno Dismórfico Corporal, tener una enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la Esquizofrenia o el Trastorno Delirante.
