Reflexiones de una homocelusapiens… que se resiste a serlo - Laura Spoliansky - E-Book

Reflexiones de una homocelusapiens… que se resiste a serlo E-Book

Laura Spoliansky

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Beschreibung

"Reflexiones de una Homocelusapiens … que se resiste a serlo", es una obra plástica y literaria que viene a delatar de alguna forma, cómo en la era de la comunicación, no siempre estamos comunicados y que sin darnos cuenta, podemos quedar atrapados en estas "redes" arácnidas hasta ser deglutidos por ellas. Es un libro que a través de sus reflexiones nos cuenta desde su punto de vista, cómo el mundo virtual vino para quedarse, y de qué manera no solo nos adaptamos a él, sino que nos acomodamos en living de sus entrañas, dejando que devore nuestras finas hebras de intimidad. En un carnaval de colores, formas e ideas, cuenta desde una óptica simple, divertida y profunda, en lo que nos estamos convirtiendo por estar al servicio de la tecnología y en lo que en un "futuro fantástico" nos podríamos llegar a convertir, si no ponemos un poco los pies en la tierra…

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Belén Mondati.

Ilustraciones: Laura Spoliansky.

Spoliansky, Laura Ruth

Reflexiones de una homocelusapiens? que se resiste a serlo : de homosapiens a homocelusapiens? o a magníficos celusapiens / Laura Ruth Spoliansky. - 1a ed . - Córdoba : Tinta Libre, 2019.

194 p. ; 22 x 15 cm.

ISBN 978-987-708-402-3

1. Reflexiones. 2. Autobiografías. 3. Espiritualidad. I. Título.

CDD 808.8035

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,

total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor. Está tam-

bién totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet

o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidad

de/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2019. Laura Spoliansky.

© 2019. Tinta Libre Ediciones

A mis hijas, Chari y More que le cambiaron el sentido a mi vida... y a quienes amo profundamente...

Reflexiones de una Homocelusapiens…que se resiste a serlo

@LSpoliansky

Prólogo

Cuando empecé a soñar con este proyecto, nunca imaginé que un día lo iba a llevar a cabo...

Jamás pensé que en esta etapa de lectora voraz, encontraría una escritora escondida... Nunca creí que esta podía ser una de mis vidas alternativas, mi 4 3 2 1 de Paul Auster (novela increíble que vino a refrescarme de alguna manera lo que siempre creí: que cada elección abre un camino y cierra otros posibles). La primera revelación que tuve sobre esta cuestión fue hace muchos años, en la butaca del cine viendo Volver al futuro, la segunda parte, cuando Marty McFly vuelve de su viaje en el tiempo a un presente alternativo... No contaba yo, hasta entonces, con ese juego del destino, nunca se me había pasado por la cabeza esa posibilidad... fue el despertar al peso de las elecciones.

¿Alguna vez te pusiste a pensar que todos tenemos un ٤ ٣ ٢ ١? No sé si en mis otras vidas alternativas me hubiera pasado esto... Aunque, tal vez, todo está escrito, y más allá de que tomes por una ruta u otra, lo que tenés que ser, serás, y lo que tiene que pasarte, te pasará, más tarde o más temprano...

Lo cierto es que acá estoy, intentando articular algo parecido a lo que podría ser un libro, buscando un hilo conductor, separando capítulos, temas, “¡volviéndome cada día más loca!” (como diría Celeste Carballo en mi época), ¿quién me mandó a mí a meterme en este lío?

En principio, se me ocurrió que el título no podía ser otro que Reflexiones de la vida cotidiana, porque eso es lo que son este manojo de escritos que vaya a saber una de qué parte de mi cerebro salen. Después, charlando con mi amiga de la vida Pundyk, y contándole un poco del Homocelusapiens que presentaré en mi muestra de pintura — si me acompaña el viento—, me sugirió que si ponía “Homocelusapiens” en la tapa del libro, a ella le daría curiosidad leerlo, ¡y lo compraría! ¡Esa es mi amiga! Así que tomé su sugerencia y acá ando, dándole vueltas al armado de esto. Y en eso estaba cuando, tratando de encontrar la idea principal del libro, pensé en lo único que tengo siempre... el presente, y como ese presente está compuesto por cada día, me limité a pensar qué es lo que representa el lunes, el martes y así sucesivamente, cada uno de los días de la semana.

Así tal cual fueron escritos... así tal cual los intenté clasificar, por días y por orden de “llegada inspiracional” (eso significa “por fecha”). Y aunque quise priorizar lo auténtico por sobre las normas literarias establecidas, me vi obligada a cambiar algunos textos de lugar para que los capítulos queden un poco más compensados y se haga más agradable al momento de leerlo.

Por eso verán que en algunos textos ya tengo casi 50, y en otros que le siguen todavia tengo 47… ( parece que vengo escribiendo hace bastante)

Algunas reflexiones las escribe la Homocelusapiens, y otras, simplemente, la que se resiste a serlo, ¡y salió esto!

No hace falta que lo leas todo de corrido, podés abrirlo y leer “donde haya dado la casualidad”, es indistinto. Tal vez la magia del destino haga que abras la página justa, esa que vino como anillo al dedo... ¡Creo que en esas cosas!

Pese a todas las dudas que me invaden, mi verdadero motor es el deseo de “quedar escrita” en estas sencillas hojas blancas, para quedarme por siempre junto a las personas que más quiero en esta vida... eso deja tranquila mi alma inquieta, más allá del resultado.

Y casi sin darme cuenta, de pronto, un poco por insistencia de algunos, o por ponerme un objetivo motivacional... o no sé bien por qué, empecé a sentir que todo lo vivido estaba construyendo en mí un fuerte deseo de contar este transitar...y definitivamente, me decidí a concretar ese sueño… además… no quiero que ciertas personas se liberen de mí tan fácilmente, ¡jaja!...

Por mucho o por muy poco que parezca, destino, motivación, deseo, etc., me embarqué en este enorme desafío para mí y ya no puedo dar marcha atrás... ¡ya estoy acá, en medio de la salsa!, así que... ¡a bailar se ha dicho!

Capítulo 1

@Lunes

Un lunes... No me podés negar que el lunes es el día de la oportunidad, el día que le das “acción” a tus proyectos, el día que te ponés las pilas; es, definitivamente, el día de los desafíos y las promesas: «el lunes empiezo la dieta», «el lunes hago el trámite», «el lunes sacamos el turno con el médico», «el lunes empiezo a entrenar»... El lunes te ordena las ideas. Ese día se planifica la semana como si fuera el día de la distribución de energía, el día de volver a intentar todo aquello que no pudimos hasta ahora... Este lunes, SÍ... El lunes es el día que te da la chance de volver a empezar… El lunes, aunque la pereza quiera ganarle a la responsabilidad y el bajón a la voluntad, y la campana te rompa los tímpanos porque sabés que con ella se terminó el recreo, no deja de ser el día en el que algo, además de la semana, empieza… Ese es el don de los lunes… La ilusión de volver a sentir que hay otra oportunidad, de que todo puede cambiar... Todo, claro, si el optimismo no te abandonaa partir del lunes...

La Homocelusapiens

Problemas de memoria

¿Alguna vez te preguntaste por qué algunos recuerdos quedan grabados a fuego y a otros se lo lleva el Alzheimer? Algunos pensarán que esto es un boicot contra los celulares y la tecnología, o que tengo el ¡síndrome de resistencia cibernética! ¡Puede que sí! Y como fiel defensora de la vieja usanza, no hago más que criticar a este aparatito genial que me acerca al mundo… ¡y también me aleja!

Supongo que comparar una experiencia de contacto virtual con una de contacto verdadero es una reverenda estupidez. Sería algo parecido a comparar una publicidad del mejor asado del mundo con comer un asado en vivo y en directo… ¡Está clarísima la diferencia! Y estoy segura de que si les doy a elegir una opción o la otra, todos, o por lo menos la mayoría, elegiría la opción B (exceptuando, claro, a los muchos vegetarianos, veganos y derivados…).

Sin embargo, en los tiempos que corren, la opción A es la más utilizada. ¡Obviamente no hay tiempo!

Nos pasamos las horas estimulando un solo sentido: la vista; vemos los mensajes, vemos el “visto”, vemos la foto de, el curso de, el evento tal, la noticia “equis”, los requisitos para, los horarios de… o sea, ¡vemos las horas pasar! ¡Vemos pasar la vida por la “pequeña gran pantalla”!...

Quizás por eso siento últimamente que me está fallando la memoria… ¡A veces tengo que hacer un esfuerzo para recordar lo que hice el día anterior!

Sí, ya sé que mi memoria es pésima, nunca fue mi fuerte, y los años no favorecen este asunto… ¡claro! Pero… ¿tendrá relación con el hecho de que nos pasamos muchísimo tiempo del día mirando el celular, estimulando básicamente un solo sentido, mucho más que mirando a los ojos… compartiendo una charla profunda… haciendo una sobremesa… escuchando buena música, con los ojos cerrados… o abrazando a quienes vemos todos los días…? ¿Será que estamos necesitando algunas dosis de “pies en la tierra”…?

Me pregunto… si abandonamos tanto los sentidos… ¿desaparecerán? ¡Jaja! ¡Seguro que no! Pero de lo que sí estoy segura, es que lo que no se usa, se atrofia, y creo que ahora SÍ puedo entender POR QUÉ puedo recordar a fuego el asado que olí hace una semana con mi familia… cuando exploré cada uno de mis sentidos… con mis más sentidos afectos… Debe ser por eso que las experiencias vividas quedan grabadas a fuego… y a las otras… se las lleva el Alzheimer. Entonces… si es así… o eso creo… empiezo a pensar que estamos enfermando de adicción celulera, porque dudo de que una persona sana elija la opción A ante la B…

O bueno… ¡habrá que esperar a que salga el iPhone 30! Capaz venga con la app Oler asado o Abrazar amigo, y ahí probablemente mejore nuestra memoria (por lo menos la mía…).

O quizás tengamos tan atrofiados el resto de los sentidos… que no haga falta bajarse esa app…

Factor sorpresa

Un profe mío un día me dijo: “Todo lo que te sorprende te hace feliz”. Muy seguido me encuentro pensando en esto, y me pregunto: ¿cuántas cosas me sorprenden hoy?

Tal vez es algo que empieza a suceder a medida que vamos poniéndonos más grandes... no sorprendernos tanto... Algo de esto hay probablemente. Los años vienen con cuotas de rutina y vamos teniendo la sensación de que ya vivimos y vimos todo, o casi todo, y lo que no, ya no nos impacta como antes... ¡A veces añoro eso! Simplemente sorprenderme...

Pero también (y esta manía mía de echarle la culpa al celu de todos los males actuales…) tener tan al alcance la posibilidad de ver de antemano tantas cosas —foto de lo que se te ocurra: del lugar al que estás planificando viajar, de tu ex, de tu mejor amigo de la primaria, de las playas de las islas Maldivas, del último modelo del auto, casa, reloj, cuadro, o de lo que sea que quieras hacer, o a donde sea que quieras ir, saber, o comprar—… ¿Cómo te vas a sorprender, si ya viste todo?Nunca más una lluvia te moja de repente y justo la persona que tenés al lado te ofrece compartir paraguas... A lo mejor, ese es “el gran momento de tu vida” y ese paraguas termina siendo el del padre de tus hijos (demasiado novela Romay, ¿no?). Pero no, porque antes de salir de tu casa consultaste al gran gurú del tiempo (la app del celu) y te avisó que a media mañana venía una lluviecita y… ¡Tarán! ¡ACÁ TEN GO MI PA RA GUAS!

Nunca más un encuentro casual con ese amigo de la vida que por diferentes motivos no viste más. ¿Para qué tanta sorpresa? ¡Tarán!... ACÁ TEN GO FACE BOOK, ¡lo busco y ya! Ahí veo vida y obra del amigo, ¡y chau sorpresa! Además, quizás su versión actualizada no me guste tanto, y si lo cruzo por la calle de antemano puedo mirar para otro lado... no sea cosa que tenga que sacar a la cancha mi persona al desnudo y mostrarme tal cual soy... sin “edición”... o, en el peor de los casos, que tenga que sacar mis dotes actorales (como si las tuviera), o sea, “caretearla”…

“Nunca más”. Muchas cosas, nunca más… por suerte de las malas. ¿Y de las otras? ¿Esas que nos hacen felices?... A las que se refería mi profe, esas que nos sorprenden... Tal vez acercarme a los 50 me está poniendo melancólica y me hace extrañar esas sensaciones, empiezo a sentir algo así como... ¿nostalgia, será? Ese tipo de sentimiento que te anuda la garganta, y te llena de lágrimas los ojos y de nobleza el alma. El dedo acusador que vive en mi cabeza me dice que, entre otras cosas, el avance de las nuevas tecnologías y la vorágine en la que vivimos nos están robando la capacidad de sorprendernos. Pero yo me rehúso a perderla, porque siempre fui un poco idealista y un toque soñadora (mentira, muy soñadora…).

Debe ser por eso que, en algún lugarcito dentro de mí, algo me dice que todavía no lo vi todo, ni sé todo lo que vendrá, que alguna sorpresa viene en camino, ¡eso seguro! Y aunque muchas veces pienso que tal vez lo mejor no esté por venir, porque lo mejor es esto que estoy viviendo ahora, esa vocecita me susurra que todavía hay algo más, algo genial que se está preparando en la cocina de mi destino y que un día va a darme alguna sorpresa. ¡Ja! Qué ilusa, ¿no?

Espero que lo que me sorprenda no sea la Parca, ¡porque todavía tengo mucho por hacer! Y si aún así está encaprichada conmigo, ¡que me sorprenda soñando!

Yo y yo, un solo corazón(gracias, Cuarteto de Nos)

Si Freud viviera en estas épocas, tal vez inventaría un nuevo término para esta manía narcisista de la personalidad… “el superhiperyo”, y tal vez diría que nos quedamos atrapados en la etapa “humanital” (una mezcla entre el ser humano y el ser virtual) o “virtualenscia” (etapa virtual con grandes similitudes a la adolescencia, no sé... ¡algo así!). Me refiero a esa parte de nosotros que mostramos en las redes, ese hermoso costado que hasta nos convence a nosotros mismos de lo geniales que somos. Podemos decir que es nuestra versión virtual,y que no siempre coincide con la original; la de carne y hueso, la versión que siente con el cuerpo, huele, mira, sufre, tiene cara de dormida cuando se despierta, la que le da malhumor a la mañana y le ladra a cualquiera que se le acerque para pedirle un favor… En las redes se ve justamente aquello que sí queremos mostrar, eso que queremos que los demás vean de nosotros, eso que editamos meticulosamente cada vez que subimos algo… Es la imagen que proyectamos de nosotros mismos, el ideal que quisiéramos… un yo que ni por las tapas reconoce sus miserias y no se mira al espejo que refleja el alma… solo es producto de una imaginación de estética suprema, que las redes se encargan muy bien de reflejar, como una profecía autocumplida de la mejor versión de uno… Bueno, la que creemos mejor, ¡claro! Publicamos nuestros logros para convencernos del éxito que tenemos, a nuestros hermosos hijos como el mayor de los trofeos… (¡que sin duda lo son!); publicamos nuestros encuentros, para que “nuestros amigos” vean qué divertida es nuestra vida; compartimos una cadena para mostrarnos cuán sensibles y solidarios somos… ¡¡¡un gasto de energía total!!! ¿Si tan solo fuéramos lo que somos, sin estar rindiéndole cuentas al dios de internet, y ya?

La energía es un recurso difícil de conservar… se acaba rápidamente y mucho más cuando tenés unos años…es demasiado valiosa para malgastarla… El tiempo, un bien no retornable… energía y tiempo… ¡Los dos con muy poco stock! Y los rifamos en cómodas cuotas diarias de celular, ¡alimentando a nuestro pequeño gran ego!... ese gigante invisible que va carcomiendo las comisuras de la mirada y te quita toda posibilidad de ver al otro... ¿Para dónde estamos yendo?

Un amigo un día publicó: “Todos somos felices en Facebook”… y eso me quedó rebotando en la cabeza… ¡como un flipper! Porque una sociedad que puso tan alta la vara al “Yo”, en la que Narciso se puso todas las coronas, en la que la superficialidad es requisito indispensable para ser aceptado… en las redes, por supuesto, para tener muchos “me gusta”. Es una sociedad que me va quitando las ganas de pertenecer…

¡Entrás a Facebook y parece Expovida!

El tema es que, en algún momento del día, cuando te quedás sin batería y la verdad te cachetea a espaldas de las redes… tal vez no te encuentres con ese yo que tiene tantos comentarios, ese… el de hace un ratito…

Las cosas no se transforman tocando la pantalla… y mucho menos son por el mero hecho de verte perfecto en una foto, siendo ese que quisieras… ¿Será que estamos escasos de metas que nos miramos tanto al espejo y nos vemos tan poco? O será que saber el costo de salir a buscar lo que deseás y tomar conciencia de que no se logran las cosas apretando una tecla... “te da paja”, como dicen los chicos hoy, y preferís quedarte con tu versión editada y mirarla cada vez que entrás a Instagram. Es muy seductor quedarte con tu pasado,más que ir a la conquista de tu presente. No es fácil asumir que lo que te hizo feliz hasta ahora tal vez ya no te hace feliz hoy... y salir a buscar qué es lo que queremos es como salir a buscar trabajo, hay que ponerse el overol.El pasado debería ser tierra fértil para tu presente, y tu imagen solo el fertilizante de tu cosecha…¡Sí! ¡Yo también ya me estoy aburriendo de mí! Ya sé que estoy ploma con esto (a mis hijas las tengo podridas, cuando me ven venir con algo para leerles, ¡huyen despavoridas!)...Pero bue, todavía sigo siendo fiel a mis ideas y creo en el equilibrio, en el sentido común y en que todavía podemos ser algo más que “hermosas fotos editadas”… algo que nos deje menos vacía el alma y más lleno el corazón… Creo en los cambios profundos y verdaderos, en los granitos de arena… Creo en los pequeños aportes… esos que aparecen en lo cotidiano…Creo en el poder que tiene el hecho de sostener un objetivo a largo plazo, en el poder de la acción, en ir por tus sueños (no por sueños vacíos) aunque ya tengas tus años, y en comenzar de nuevo si es necesario… No voto por esta superficialidad que me deja sin nada... Voy por alumbrarnos más... por ser más profundos que narcisos... más reales… y menos virtuales…

Si Freud estuviera vivo hoy… ¡se haría una panzada!

Esto del Twitter me está inyectando ¡altas dosis celuleras, noooo! Cual increíble Hulk, me estoy convirtiendo en una Homocelusapiens...

#buenlunes #felizlunes #redes