Reprogramar una transformación humana - Ruth Candellero - E-Book

Reprogramar una transformación humana E-Book

Ruth Candellero

0,0
8,49 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

¿Te imaginas liberarte de las cadenas invisibles que te mantienen atrapado a patrones de pensamiento y comportamiento que no te sirven, atado a la tristeza, soledad y a la esperanza de que las cosas cambien? Reprogramar una transformación humana no es solo un libro, es una invitación a la vida que esperas haciendo cambios sustanciales para que te descubras y recuerdes el hermoso ser que eres. Reconoce cómo la mente y el ego pueden ser el origen de nuestro sufrimiento y cómo puedes liberarte y transformarte encontrando la paz y la iluminación. Si anhelas una conexión más profunda contigo mismo, con las personas que amas y el mundo que te rodea, este libro te llevará de la mano y te mostrará el camino. Prepara tu corazón, tu Ser para hacer un viaje que te cambiará para siempre.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 122

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Ruth Candellero

Reprogramar una transformación humana

Candellero, Ruth Reprogramar una transformación humana / Ruth Candellero. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4451-3

1. Narrativa. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

Introducción

Reprogramar una transformación humana

1. Búsqueda. Conocimiento de uno mismo

2. El árbol de los tiempos.Sanar heridas familiares

3. Perdonar–te. Inteligencia emocional

4. Descubrirte. Despertar a la Espiritualidad

5. Despojarte de miradas externas. Equilibrio

6. Transformarte. Desarrollo personal

7. Momento de SER. Co–crear

“En el rincón más profundo de la consciencia, donde los hilos del pasado se entrelazan con las posibilidades del futuro, la reprogramación se convierte en el alquimista que transforma la esencia humana en una expresión divina, trascendiendo las limitaciones y develando la eterna conexión con el universo.”

Ruth Candellero

Introducción

La obsidiana negra es la única piedra que nace del magma de la Tierra y se considera una potente piedra de crecimiento personal.

Es usada para la protección y la limpieza, también es conocida por fomentar la fuerza y la curación.

La obsidiana negra lleva a lo más profundo de la mente inconsciente y estimula a trabajar los miedos más arraigados.

Llamada espejo del alma por ser potenciadora de la verdad reflexiva en la búsqueda del saber quién eres. Vitaliza el propósito del alma, poniéndote cara a cara con tus sombras…

Somos seres espirituales viviendo en humanos, ¿qué tal si imitamos las características de esta maravillosa roca?

Nos atrevamos a sacar el fuego interior, aquel poder infinito que desconocemos pero que todos los seres llevamos dentro.

Le demos vida al guerrero espiritual que habita en nuestro corazón.

¿Cómo descubrir cuáles son nuestros miedos? Me solía pasar, de pequeña, tenerle miedo a la oscuridad, a lo que podía esconderse en lugares donde mi visión no llegaba, espacios pequeños o grandes que encerraban un misterio.

Por qué tenemos ese miedo o tantos otros si venimos de un universo inmenso, tan vasto y oscuro donde solo brillan nuestras luces, nuestras almas. ¿Reconocemos cuál es nuestra parte iluminada y cuál queda en la sombra?

Pensamos en que es ese algo que allí, en la gran inmensidad, nos hace sentirnos confiados y qué nos sucede luego en este espacio Tierra, después de haber nacido, qué nos provoca tanta desconfianza, tanto temor.

Lo escrito en este libro representa mi proceso de aceptación, sanación y el descubrimiento de mi ser. Si entendemos al proceso como las diferentes fases que como ser humano he ido atravesando, con poco conocimiento al principio, para lograr transformarme y aún continúo en ese camino, obviamente con mucha más conciencia que cuando comencé.

Las distintas fases o etapas a las que hago referencia, no sé si puedo encasillarlas categóricamente, son momentos que fui transitando y estoy en condiciones de decir que el comienzo fue a partir de preguntas que comencé a hacerme, de incomodidades que no entendía de dónde venían, de mucha lectura que iluminaría mi búsqueda personal.

Instancias que pasaron de estudiar instructorado de gimnasia aeróbica, como se denominaba en aquellos años, a cursar la carrera de Psicología, luego recibirme de profesora y a posteriori hacer Reflexología.

Seguir indagando a través de diversas técnicas, como la aromaterapia; adentrarme al mundo del yoga y toda su filosofía. Allí comencé con un camino espiritual de re–conexión con mi interior.

Me gusta pensar la relación de estar con mi maestra de yoga, como un espejo de aquello que busco para trascender.

Vivimos dos años en donde irrumpió sorpresivamente una pandemia que transformó la rutina, incluso nos privó de poder asistir a una sala para tomar clases grupales. Pero no nos quitó la posibilidad de conectar con el silencio interior, de nuestra búsqueda personal, de nuestra capacidad de respirar, de nuestra capacidad de movernos, de reflexionar, de meditar, de sentir el latir del corazón y todo nuestro ser.

Quizás fue el momento de aprender algo nuevo, de aprender a ser nuestros propios maestros, de agradecer a semejante llamado de atención porque pudimos despertar, ser resilientes, observadores de nosotros mismos.

También me formé en una maestría en Psico–neuro–bio descodificación emocional.

Ahora considero que todos estos caminos fueron para poder entenderme, conocerme, aprender a mirarme como una observadora externa, a veces con juicios y otras con mirada compasiva.

Es comprometerse con una misma y poder sostener sus consecuencias, es re–sentir tu pasado, aceptar que te vean diferente, ver amistades alejarse porque simplemente la vibración energética no es la misma.

El camino de la sanación y transformación suele ser solitario por la energía que mencioné anteriormente pero también por decisión propia, ya no te resuena juntarte o hacer cosas por compromiso, por quedar bien, o porque me conviene ir a tal o cual lugar.

Aprendes a escuchar tu cuerpo y tu intuición, si no te vibra positivamente no llevas a cabo una determinada acción.

Profesionalmente, hoy me encuentro liderando una institución educativa y soy terapeuta desde la biodescodificación holística. Pronto abriré mi escuela de biodescodificación para quienes deseen formarse desde este campo de conocimiento.

El objetivo que tengo en cada sesión es que la persona que llega a mí descubra todo su potencial. Cuáles son aquellos deseos y necesidades que tienen dentro de su ser y que por un motivo u otro los desconocen.

En esta vorágine del día a día los miedos y cambios nos paralizan y no nos hacemos el tiempo de sentirnos, de conectarnos con nosotros mismos. No podemos escapar de lo cotidiano pero al menos podemos intentar quedarnos en el ojo del huracán, pacientes y contemplativos, sin permitir que nos arrastre.

Mi percepción, mi sensibilidad, empatía y conocimiento, el saber escuchar, indagar en los conflictos vividos y gestionar con diferentes técnicas el proceso que esa persona necesita y elige hacer, son las herramientas que me permiten llegar al interior de cada persona.

Mi misión es tratar de colaborar con aquellos seres que necesitan transformarse para ser felices, sanos, prósperos y volverse soberanos sobre su vida.

El nombre con el que he bautizado este libro contiene las letras de mi nombre, dado que RUTH, experimentó la Reprogramación de Una Transformación Humana para recorrer un camino de autoconocimiento y que desarrollaré en las páginas siguientes.

Este libro está dedicado a Agustina y Sofía, mis seres de luz, mis hijas y a todas las personas que han compartido fragmentos de esta vida y quizás de otras, que me han permitido evolucionar.

SOMOS PARTE DE LA DIVINIDAD. Hay quienes dicen que la vida es una escuela…

Reprogramar una transformación humana

Te has encontrado alguna vez pensando si esa aparente calma en la que te encuentras es una situación armónica o sientes que a pesar de ello no estás tranquilo, que hay algo que te incomoda, te altera, que rompe tu paz.

Cuando era adolescente, solía sentir tanta soledad a pesar de la calma que me rodeaba, tanta intranquilidad, tanta insatisfacción. Obviamente, la miraba como un estado posible de esa etapa evolutiva y el adolecer le daba sentido.

Este libro plantea mi camino, no el único, del despertar personal, de la búsqueda espiritual, del descubrimiento del poder interior que todas las personas tenemos internamente para lograr la paz, el bienestar, la abundancia y la armonía en la vida.

Presentado en siete pasos u estadios evolutivos vividos, como mencioné en la introducción.

Espero poder servir de espejo y acompañarte en esta mirada interior, en este camino que seguramente estás transitando.

Te sugiero leerlo con música suave en alguna frecuencia que haga despertar y vibrar tu interior, tu ser, tu verdadero yo. El “Yo soy” que está dentro de cada corazón.

1. Búsqueda. Conocimiento de uno mismo

Simples ruidos quizás, de seres con capacidad de expresión lingüística, que no siempre muestran la realidad de lo que sucede. Esas son las palabras, nuestras palabras. El tema es por qué confiamos tanto en ellas. ¿Cómo discernir las cosas reales, de aquellas a las cuales asirnos para no caer en recorridos inútiles? ¿Cómo nos doblega la dualidad de este mundo, la polaridad?

Provengo de una familia con raíces italianas, donde la familia era el bien más preciado y sostenerla todo un desafío.

Crecí con padres que me brindaron todo y dos hermanos, que formaban la banda perfecta para pelearnos, discutir y amarnos. Aunque al ser la más chica, he sido malcriada y consentida por ellos en muchas ocasiones.

Tengo una hermana más que llegó con el tiempo por parte de mi papá, con ella no atravesé peleas, aunque sí muchos aprendizajes.

Una vez en la etapa adulta, luego de cumplir con los mandatos sociales, me refiero al haberme casado, construir nuestra casa, tener hijos y atender el hogar formando una familia; me asaltaron un sinfín de preguntas que a esa altura de mi vida no podía responder y que dieron inicio a la búsqueda; no sabía de qué, como tampoco qué la provocaba o movilizaba.

Quiero que se entienda, que no hay ni un día que me arrepienta de lo vivido, es más; solo tengo palabras de agradecimiento para cada ser que me fue haciendo de espejo o se convirtió en un gran maestro.

La llegada a mi vida de mis hijas fue lo más potente y revolucionario que me sucedió. Ellas fueron mis grandes maestras, pude crecer como persona, descubrí en mí un amor tan grandioso y maravilloso que se expandía hacia todos.

Fui descubriendo el mundo con ellas, comprendí el significado de la entrega absoluta, del amor incondicional. Fui entendiendo que hay un lazo de amor infinito muy explícito que va del límite a la aceptación.

Digo esto porque aprendí a poner límites y a reconocer los míos propios; como también aceptarme desde el rol de madre, con todas las culpas y miedos que me acechaban.

Sofía y Agustina, dos seres hermosos que llegaron a mi vida para ser más amorosa, me transformaron en una mejor versión porque volví a ver al amor de Dios en sus almas.

Hoy comprendo que cada una de ellas llegó, también, para desafiarme en uno u otro aspecto de mi vida que debía evolucionar, por eso digo que fueron mis maestras.

Maestras de por vida, dado que hasta hoy puedo reconocer a esa Ruth que fue evolucionando y me reconozco en sus gestos pero más aún en sus acciones desinteresadas, bondadosas, amorosas, con amor incondicional que fuimos intercambiando, a lo largo de este compartir maravilloso. Tantas charlas, preguntas, debates filosóficos, bromas que fueron construyendo un vínculo hermoso.

Son mi regalo diario porque me dan su escucha, afecto, sostén y alegría de manera incondicional.

Al cerrar los ojos, puedo reconocer también lazos a mi tribu, a mi familia terrenal, que también han sido grandes e importantes maestros donde uno empieza a mirarse. En ese camino del despertar comienzas a buscar algo que no sabes que es, algo que te recuerde que estás vivo, que no estás en piloto automático.

Inicié diversos estudios, carreras diferentes, cursos como mencioné anteriormente que sin dudas me sirvieron porque aportaron a mi cultura general pero ninguno me daba respuestas a preguntas tales como: quién soy, qué cosas despiertan mi pasión, esta es la realidad o hay otras posibles.

Me preguntaba; ¿esto que yo veo del mundo es lo mismo que ven mis semejantes, cumplo con los mandatos y luego sostengo una vida armada? A costa de qué y para qué. Este sentimiento que me moviliza de dónde viene, miro a los ojos a los otras personas y siento una vibración de profundo amor; sobre todo por los niños. ¿Para qué siento esto?

Y como mi profesión base es la docencia, quise entender que de allí provenía mi sentir.

Con una entrega absoluta a mi carrera, continué mi vida y ese amor infinito que sentía dentro de mí fue entregado a los niños y toda su espontaneidad.

Hasta que comprendí que ese inmenso amor que sentía y siento, no depende del entorno o las personas que me rodean. Es un sentimiento Divino que a veces no se puede explicar con simples palabras.

Entender que esta experiencia dual de vida se mueve o al menos así la entiendo; entre el AMOR y el MIEDO, podría simplificar la existencia, si entendiéramos el magnífico y maravilloso ser que hay dentro de nosotros, desde pequeños, la opción elegida sería siempre el amor, esa poderosísima energía que abre caminos, que expande, que revela, que sana, que te hace brillar, que rescata miradas, que sorprende, que anima.

Entender que va más allá de saber lo que te gusta o no. Es poder reconocerte en medio de todo lo que haces. Se relaciona con tu calidad de vida, descubrir en qué necesitas atención para crecer y desarrollarte.

El autoconocimiento es un proceso de vida. Es descubrir el amor interior, propio, que se vuelca al exterior luego de habitarte sin juzgamiento, solo aceptándote tal como eres.

¿Te preguntas qué sientes hoy, cuántas respiraciones conscientes realizaste en el día, cuáles son las emociones que te han invadido a lo largo del día, qué las despertó, para qué surgieron hoy en ti?

Entender que mi búsqueda estaba basada en la felicidad me llevó a grandes decepciones porque pensaba que mi entorno o que mi pareja iban a ser los causantes de ella. Fueron esos momentos donde sentía profundo dolor cuando mis expectativas no se cumplían.

Me cuestionaba por qué no podía ser feliz como yo quería, a pesar de que pusiera lo mejor de mí para que las cosas funcionaran.

Esa es la etapa donde se sumaron las críticas familiares, las incomprensiones de la tribu, las fuertes decisiones, los dolores profundos en el corazón. Las separaciones.

En ese momento no podía darme cuenta que así tal cual como lo estaba viviendo, era el camino que debía recorrer.

A eso se sumaron las traiciones, los enojos, el desamor y llega el momento donde caes en la “noche oscura” donde crees que llegaste al límite, donde no quieres sentir más nada de nada. Y sueltas todo control y piensas ya está, no quiero seguir sintiendo este dolor agudo, punzante.

Es ese lugar del alma donde llegas y, sí o sí, te encuentras con tu SER, pidiéndole ayuda, misericordia, escucha y compasión. Ese ser infinito que te reconforta y comprendes que es Dios, Buda o el Universo que te rescata y vuelves a sentirte en casa, amada, abrazada.

Seamos nosotros mismos quienes nos escuchemos, nos protejamos, no invalidemos lo que sentimos. Sobre todo, las mujeres que venimos de registros donde debíamos ser fuertes, proteger al clan, callar, no llorar, silenciar lo que sentíamos.

El hecho de reprimirte, autoexigirte, soportar lo que sea es una forma aprendida, una creencia guardada generacionalmente de que eso es amor y cuidado del otro. Nada más lejos de la verdad.

Nos acompañemos en el crecer espiritual sin que esté determinado por esas creencias, nos animemos a mirar el mundo desde otra perspectiva. Nos valoremos sin esperar que otro lo haga.