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En "Rezos del Alma", Karina Silvana Méndez teje una red de versos que hablan de amor, pérdida y búsqueda espiritual. A través de poesías que dialogan con una hija perdida, la autora explora su dolor y esperanza en un tono que es tanto desgarrador como elevador. Este libro es un refugio para quien busca entender el lenguaje del alma a través de la belleza y la tragedia de la vida.
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Seitenzahl: 63
Veröffentlichungsjahr: 2024
Karina Silvana Mendez AMATISTA
Mendez, Karina Silvana Rezos del alma / Karina Silvana Mendez. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5113-9
1. Poesía. I. Título. CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Prólogo
El amor
Tu beso
Te quiero
Te amaré por siempre
Yo soy sin ti
Cierro mis ojos
Trozos del corazón
Deseo
Lo que has dejado
Rezos del alma
El amor
Yo quisiera
Vestida de ángel
Veo
Venga el día
Te extraño
Sentimiento
Resplandor
Tu ausencia
Te fuiste
Si por mí fuera
Recuerdo
No te pido
Estrellas del alma
Te amo
Infierno y Paraíso
Ocaso
Palabras para mi hija
Final
Cecilia
Memorias
Señales
Envuelta en sueño
El tiempo
Dulce rosa
Te amaré siempre
Te esperare
Cómo poder olvidarte
¿Cómo no haberte amado?
Languidez
Nunca más
Me quiso
Te extraño
Descubrir
Lloro tu corazón
Te quiero
Allí
Sendero
Te amaré
Hasta el final
Gratia plena
Amada hija
Ángeles oscuros
Profunda soledad
Secreto
Destino
Condena
Amada mía
Alas negras
Dolor
A solas
Dedicado a mi hija,
Cecilia Alexandra Vuillermet Mendez.
Nos encontraremos en la eternidad,
del universo celestial.
Te amo.
Este libro de poemas “Rezos del alma” es un llanto de dolor por la pérdida de una hija adolescente. Ella está entre el cielo, donde está su hija, y la tierra, donde girando estrellas guían su inspiración para escribir. Llenan nuestras almas reflejando el más íntimo sentir, llegando a la esencia del infinito corazón humano.
Es sufrido, es benigno,
el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso,
no se envanece, no hace
nada indebido, no busca
lo suyo, no se irrita,
no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, mas se
goza de la verdad.
Todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser...
(1 CORINTIOS 13:4-8)
Ven amor mío, no me niegues tu beso...
Si Jesús ha vencido la muerte, dime:
¿por qué no has podido tú?
Ven, mi bien, no me niegues tu beso,
si tu ausencia se me posa en la quimera
de que un día volverás con tu luz.
Ven, mi amor, no me niegues tu beso,
Si tu barca te ha alejado, trayendo tormento y dolor, pero en mi mente, mi vida,
la muerte no te llevó.
Ven, mi vida, no me niegues tu beso,
Si juntas estaremos algún día en el más allá,
mientras la luna nos mira,
en la infinidad del cielo... allí
donde Dios tiene su altar.
Ven mi amada niña, no me niegues tu beso,
Si te amo con el alma y nada ha de llenar este vacío que siento, al no verte nunca más...
... pero te encuentro siempre..., siempre te encuentro en una estrella fugaz y le pido
por deseo poder volverte a soñar.
Yo quisiera que encontraras en mis ojos todas las
respuestas que no sé decir.
Yo quisiera no precisar de palabras,
Para que comprendas todos mis pensamientos.
Yo quisiera que tengas la total seguridad, que siempre y
como sea a tu lado estaré.
Yo quisiera que buscaras dentro mío
Todo lo que todavía no he podido encontrar.
Yo quisiera muchas cosas, pero una
hoy te pido:
Yo quisiera que me quieras.
(Anónimo)
Te amo... te amo con amor infinito,
Firma el cielo por ti este amor.
Te amo con esa fe con que se trasladan los montes cuando tú crees en Dios.
Te amo con dulzura que dura, por toda la vida, amor, que no conoce la muerte, que te quita
angustia y dolor.
Te amo con manos suaves, que te quieren acariciar, y penetrar tus sentidos para
saberte pensar.
Te amo con bondad indeleble, que no conoce razón, que solo desea besarte y sentir tu
Corazón.
Te amo sin secretos, sin distancia entre los dos, las estrellas brillan afanosamente
cuando oigo yo tu voz.
Te amo con benignidad perpetua, solo a ti, mi buen amor, cuando sin fronteras te entregas
a esta ternura de amor.
Te amo con amor eterno, y te amaré hasta el final.
Te amo, mi bien, te regalo mi calor, y con toda mi pasión, te confieso que
Te amo con el alma,
Y con todo el corazón.
Soy árbol que se quiebra con el viento, solo espero que las horas pasen lentas, que las
agujas del reloj detengan su andar para acariciarte
Despacio, cuando en las noches retornas, para amarte, así de fuerte, como nadie podría
amar.
Soy miles de soledades, que se albergan en el tiempo, para
contemplarte en silencio, sin lograr escapar de la insensatez
de no poderte olvidar.
Soy millones de sentimientos amontonados en ecos, soles sin albor, en la
nostalgia pura y santa, que se eclipsa ya sin verlos, que, sin sentirlos,
mueren en el fuego de su interior, sin clemencias ni perdón, se alejan de mi ventana...
Será la noche por siempre, sin ti, mi dulce amor.
Soy montaña alta, en que la nieve ha dejado destellos de nubes blancas,
que desatan emociones encontradas, cuando vislumbro la grandeza de tu luz, sobre tormentos de días rotos por tu amor.
Soy claridad de luna que emerge en tu cuerpo, disfrazando tu figura,
Tan hermosa como rosa naciente en vísperas de primavera, que con vanidad refleja la
belleza de sus pétalos, a esa rosa te le pareces, roja cuando sin más te sonrojabas sin
razón, ese amor me traes a la memoria... ese tu aroma a flor.
Soy sendero sin espinos, que ha despejado el camino para alivianar tu andar, por la
vida tan agobiante, que de golpe te hace girar, por diversas dimensiones por las que
podrás divagar.
Soy horizonte repleto de aves que emprenden vuelo sin destino,
que las pueda hacer frenar, de su viaje al infinito para nunca regresar, al nido del que
emergieron, que ya no visitarán.
Soy crepúsculo a lo lejos, que te ha
Visto soñar, cruzando puentes de espuma, en la infinidad del cielo,
donde te habré de buscar.
Te veo en la pureza del alma cuando mis ojos se cierran, y destella del cielo viva estrella perdida, que en desdicha se aleja al igual que tu voz.
Te veo en la púrpura florecida de una fría primavera que revela el más
Profundo secreto oculto, en el desdén de la gracia que me recuerda tu amor.
Te veo en refugios lumbrosos que ornan la bella silueta que en sueños imagino acariciar... tranquila, tú, pues el alba está por llegar,
cuando cierro mis ojos, y te siento cercana…
Tan cercana como un amanecer.
Te veo correr por ese bosque encantado, sin destino, no hallarás,
puerta alguna que te pueda regresar a los brazos de esta madre que te llora sin cesar...
... Cuanto más cierro mis ojos, más te escucho susurrar ese “te amo”
sumido en palabras muertas ya.
Trozos de este corazón roto, por la nostalgia de no verte más,
Desdicha que oculta mi alma en los recónditos rincones del Edén que