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Una rueda cuentera se puede armar en cualquier lado donde haya quien quiera contar algo y quienes quieran escuchar. Invita a pensar, sentir y quizá, inspire a ser de mejor manera. Con algunos cuentos, poesías narrativas inspiradas en anécdotas de su niñez y en la relación con niños como maestro, además de una breve explicación sobre cómo entiende una rueda cuentera, el autor invita a disfrutar de la escritura porque sí, no más, y a pensar la convivencia.
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Seitenzahl: 47
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Fabián Aguirre
Aguirre, Fabián A. Rueda cuentera / Fabián A. Aguirre. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022. Libro digital, EPUB
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2650-2
1. Poesía Argentina. I. Título.CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
LLUVIA DE LETRAS
EN DEFENSA DE LA LECTURA
ESA EXPERIENCIA
OTROS DÍAS VENDRÁN
PEDALEANDO AL CAMPO
TODOS JUGARON. PERO…
LLEGÓ EL PARQUECITO
ESA TARDE
Y SE SINTIÓ CONTENTO
OTRO MUNDO
LAURITA Y MIGUELITO
SE SENTÓ A SU LADO
LINDO DÍA
LA PLACITA
VENDREMOS PRONTO
SER UNO MÁS
CUANDO JUEGO
LES PASA LO MISMO
LO LEYÓ EN SU MIRADA
CARLITOS, DIBUJANTE Y PINTOR
JUEGO DE PALABRAS
DE BUENA FE
A mi mamá Emma, a mi papá Paulino (que ya no están pero están).A mis hermanos.A los que fueron mis alumnos. A mis compañeras de trabajo.A los niños de mi barrio (actuales).Y a la Inesita.
Fue entonces que del cielo,
empezaron a llover letras.
Mientras caían, formaban palabras
que para no estar solas,
formaban cuentos, novelas, poesías
y diferentes mundos de letras.
Es por eso que hoy sabemos sobre
Princesas, brujas, ogros, de monstruos,
de aventuras. De niños y niñas como ustedes
y de un montón de mundos más.
Es a partir de esta lluvia
que las letras se juntaron:
Para hacer palabras, para inventar historias.
Y nosotros nos juntamos, nos encontramos
en esta rueda cuentera.
Tal vez así nos hacemos compañeros
Y disfrutamos del mundo de las letras, de los cuentos
Leer de a rato,
hace pasar el rato.
Adentrarse en la lectura,
es una aventura.
Un poco de lectura,
agrega cultura.
Leer nos ayuda a ser.
La buena lectura,
alivia la amargura.
Leer con atención,
despierta la imaginación.
Leer nos lleva a saber.
El placer por la lectura,
es una hermosura.
La lectura es un entretenimiento
que rompe el aburrimiento.
El lector, suele ser un soñador por un mundo mejor, cuando se inquieta, su palabra e imaginación se hacen acción.
Un rayo de sol con su luz y tibieza entro por un agujero de la persiana, se posó en su cara y lo despertó. Carlitos dio algunas vueltas en la cama hasta que decidió levantarse, además, le llegaba un rico aroma a café con leche y tostadas que tenía el poder de sacarlo de la cama.
Al llegar a la cocina, saludo a su mamá y ella le sirvió el desayuno con el amor de siempre. Camila, su madre, era una mujer joven, delgada, ojos claros, que además de su familia, tenía un especial gusto por tejer, especialmente para niños pequeños, sus tejidos coloridos eran obras de arte.
—Carlitos, después de que desayunes tenes que ir a la panadería, a la carnicería y a la verdulería. – Le dijo su mamá.
—¡Fa! ¡Otra vez!
—Sí, otra vez.
—Bueno má, termino y voy.
Las protestas de Carlitos pasaban rápido, ni él se las creía demasiado, su madre menos.
Luego tomó su bicicleta verde con cambios de un tamaño justo para él, y salió. Disfrutando esa mañana de sábado llena de sol. Fue a los lugares que le pidió la mamá, había dejado para lo último la panadería de Don Pedro.
Hacía muchos años que tenía la panadería, no era viejo, pero si mayor y con dos hijos también grandes. Solo el más chico trabajaba con él. La otra tenia diferente actividad.
Don Pedro, hacía muchos años tenía la panadería, no era viejo, pero sí grande, y con dos hijos también ya grandes. Solo el más chico trabajaba con él, el más grande se dedicaba a otra cosa.
Carlitos, delgado como mamá, pero de ojos negros y pelo castaño como papá, salía de la panadería masticando pan y siente que le gritan
—¡Carlitos! Después de comer paso por tu casa y vamos a cazar palomas al parque.
Levantó la vista, solo atinó a levantar la mano para saludar. Era José, compañero de la escuela, ya iba lejos.
Al llegar a su casa, dejó las cosas sobre la mesa y le dijo a su mamá que cruzaría al parque con la onda a ver si cazaba algo, y después de almorzar iría con José. Agarró el tarrito de piedras y la onda.
—No tardes mucho, pronto viene papá y almorzamos.
—¡Es un ratito má!
—Mira si matas una paloma que tiene pichones esperándola en el nido, se van a morir de hambre si la mamá no regresa.
Carlitos pareció no escucharla y cruzo al parque, quedaba en frente de su casa.
El ratito que estuvo es como que perdió las ganas de cazar. Apuntaba a una paloma u otro pájaro y las palabras de su mamá se le venían a la cabeza, entonces tiraba para cualquier lado. Anduvo un ratito más y decidió volver, mientras jugaba a pisar ramas y hojas secas, el crujido de las hojas, crac, le divertía, le daba placer.
Saludó a su padre Gustavo que había regresado del trabajo, hacía huertas y jardines.
Fue un almuerzo de rutina. El padre lo notó muy callado y le pregunto qué ocurría.
Carlitos le dijo a su papá y a su mamá lo que le había ocurrido en el parque.
—Me alegro. – dijo Camila.
—Tu madre es sabia, por eso me enamoré de ella.
Los tres rieron.
—Sí, pero si no voy a cazar me voy a aburrir… En un ratito viene José para ir al parque a cazar, me dijo que venía.
El papá considero que solo por ese día iba a resignar la siesta que hacía antes de volver a su trabajo.
—Cuando venga José le explicamos porque no van a cazar, y además voy a ir con ustedes al parque, quiero mostrarles algo.