Sanación Mariana con Símbolos Sagrados® - Mariana Angela Soledad Russo - E-Book

Sanación Mariana con Símbolos Sagrados® E-Book

Mariana Angela Soledad Russo

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Beschreibung

¿Alguna vez te has preguntado si tu alma tendrá algo que sanar en esta experiencia humana? ¿Alguna vez has sentido la necesidad de resolver algún conflicto de tu árbol familiar o de tu rueda kármica que sientas que afecta tu vida y tu presente? Muchas son las herramientas de sanación de Terapias Alternativas que se nos ofrecen hoy en día para ayudarnos a avanzar y a encontrar nuestro propio camino de sanación y conexión interna. Muy pocas nos ayudan a descubrir el poder de nuestro interior para lograrlo. No existe el "sanador" y el "sanado". Existen los puentes entre la fe, el amor, las divinidades y las almas con las que nos ayudamos mutuamente a encontrar el verdadero camino de la sanación… la propia, la que se genera uno mismo. Muy dulcemente, la maestra ascendida María, con su imagen de la Inmaculada Concepción ha hecho llegar a la Tierra un Sistema de Sanación con la energía más sanadora de todas, la energía de sanación de una madre… A través de símbolos que contienen la geometría sagrada del Universo recorreremos el fascinante mundo de la auto sanación, con la energía de nuestra madre celestial acompañándonos en todo momento.

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Seitenzahl: 130

Veröffentlichungsjahr: 2023

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MARIANA ANGELA SOLEDAD RUSSO

ALEJANDRO ROMERO

Sanación Mariana con Símbolos Sagrados®

Russo, Mariana Angela SoledadSanación de San José con Símbolos Sagrados / Mariana Angela Soledad Russo ; contribuciones de Alejandro Romero. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3749-2

1. Autoayuda. I. Romero, Alejandro, colab. II. Título.CDD 158.1

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de Contenidos

Introducción

Mi niña y el primer contacto

Conexión con mi Ángel de la Guarda

Años de vacío existencial

Abrir las alas y volar

Visita a la Gruta de Lourdes, Quebrada de Luna, Córdoba, Argentina11 de noviembre de 2014

Cañón del Cóndor, Córdoba, Argentina – Mayo de 2015–

Buenos Aires, Argentina. Mayo de 2015, “La Primera Sanación”

Meditaciones intensas, visualizaciones y magia en el aire

Talampaya – Ischigualasto, 8 de diciembre 2016

Sanaciones en la Provincia de Mendoza

Patagonia Argentina– Chile, Lago Rupanco, abril de 2017

Traslasierras, San Luis– Córdoba.Luyaba, La Travesía, 8 de diciembre de 2017

La mutación de los símbolos

¿Qué es la Geometría Sagrada?

Formas significativas

Aplicación y uso

¿Qué es ser canal?¿Todos podemos ser canales de energía?

Mutar los miedos

Conexión Universal

Sanación Mariana con Símbolos Sagrados®

Símbolo 1

Símbolo 2

Símbolo 3

Símbolo 4

Símbolo 5

Símbolo 6

Símbolo 7

Símbolo 8

Símbolo 9

Símbolos 10 y 11

Símbolo de regalo– símbolo de protección

Tratamiento de lluvia sobre el cuerpo con el holograma de la flor de la vida

Autotratamiento

Testimonios de amor y sanación…

Canalizaciones

Transcripción de audio del mensaje de la Virgen a Mariana Russo, lunes 21/11/16

25 de diciembre de 2016Audio 1. Transcripción del audio original. (Duración 5 minutos y 50 segundos)

Audios 2 y 3. Transcripción de audios originales. (Duración 2 minutos, 32 segundos y 2 minutos, 50 segundos)

Audio 4. Transcripción de audio original. (Duración 1 minuto, 41 segundos)

Audio 5. Transcripción de audio original. (Duración 2 minutos, 33 segundos)

Landmarks

Cover

Table of Contents

Sanación Mariana con Símbolos Sagrados® es una obra que se logra publicar gracias al esfuerzo, el compañerismo, el amor, el entusiasmo y la idea de llevar a cabo la misión que se nos compete como almas.

Muchos años de mi vida soñé con la posibilidad de escribir un libro.

He escrito cuentos, poesías, y algunas historias desde que tengo uso de razón.

Con el tiempo participé en varios concursos literarios, he ganando muchos de ellos y formé parte del Taller Literario de la Biblioteca Popular Sarmiento de Valentín Alsina, en Lanús. Aún recuerdo el nombre del pequeño libro que editamos con las obras de varios compañeros: “PALABRANAUTAS”, ya comenzaban para esa época, con mis cortos 20 años, a manifestarse las señales…

Cuando desde la infancia uno crece sabiendo que tiene toda una vida para lograr los propósitos que se proponga, se genera un momento maravilloso cuando ese objetivo se vislumbra cumplido.

Sin embargo, aunque sea esta la primera obra que publico, debo decirles, desde el lugar que me complace, que esta obra no me pertenece. No al menos con el derecho que la mayoría de los escritores pretenden tener.

Si, puedo decir que soy la responsable de hacerles llegar toda la información necesaria y darles a conocer todo lo que respecta a esta obra.

Esta obra no me pertenece, pues esta obra es de Dios, del Universo, de nuestra ascendida Madre María. Yo solo soy un canal transmisor.

Sin embargo, creo que me tomaré el atrevimiento de hacerla mía por un ratito solo para gradecer desde lo más profundo de mi alma a cada persona que ha colaborado de manera amorosa y profesional con esta gran obra de autodescubrimiento y Autosanción.

Primeramente a cada alma que se ha acercado con confianza, fe, entusiasmo, alegría, amor, a recibir en cada encuentro–Meditación en nombre de la Virgen María, la Sanación Mariana con Símbolos Sagrados®. GRACIAS

A cada familia, a cada ser en expansión y búsqueda personal y trascendental. GRACIAS

A mis hijos que han sido parte de este salto cuántico personal, y han dejado que su madre pase horas y horas adentrada en meditaciones, canalizaciones y sanaciones con el único objetivo de darle a mi alma la posibilidad de ejecutar su misión en la Tierra, y entrar en estado de servicio amoroso y constante. A ellos les digo gracias, porque son parte de este camino espiritual, porque son mis mejores tres maestros. Al igual que a mis hermanas madres, y a mi MADRE terrenal Elcira, quien es con su alma sabia mi primer maestra de metafísica, quien me ha enseñado a ver todo “mas allá”. A mi padre, el ancestro más hermoso, dulce, sensible y cascarrabias que me guía desde otro plano.

GRACIAS A TODOS ELLOS.

A cada ser que ha colaborado en las diferentes etapas, y en cada encuentro de cada Sanación, de manera desinteresada, conectando con el prójimo, organizando los encuentros, investigando sobre las canalizaciones, aportando datos, y asumiendo el compromiso de colaborador.

A quienes ayudaron con la edición, la corrección y los diseños de este libro, sin dudar y con el alma abierta. ¡GRACIAS!

Y casi, como pieza de gratitud principal y fundamental, quiero decir GRACIAS a tres de las almas mas especiales de todas mis vidas. Almas hermanas por cientos de años, almas afines, almas compañeras de camino, de ruta, ALMAS HERMANADAS DESDE VIDAS PASADAS, diferentes formas de una misma energía, que hoy forman parte de este camino de Sanación y servicio. Nada de todo esto sería posible sin ellos. Nos une la misma misión, la misma visión y el mismo objetivo: servir al prójimo desinteresadamente, y hacer despertar en cada ser que desee ser ayudado, las miles de posibilidades de autosanción.

Gracias por que uno no podría ser sin el otro para encarar cada Sanación realizada cada mes, en cada rincón del planeta donde la maestra ascendida María decide llevarnos. LOS CUATRO JUNTOS SOMOS UNO CUANDO NOS CONVERTIMOS EN INSTRUMENTOS DE LA ENERGIA DEL UNIVERSO. SOMOS DIFERENTES ASPECTOS DE UNA MISMA ENERGIA MAGNIFICADA. ¡GRACIAS!

Y un gracias envuelto en magnificencia para el amor de mi alma, mi otra mitad, el hombre que me sostiene en cada paso que doy de manera amorosa, dulce y sensible. Él es esa alma que complementa mi existencia terrenal, es a quien yo llamo mi “Santo Grial”. Somos almas provenientes de la misma fuente, somos una sola alma y trabajamos en amorosa misión y crecimiento espiritual, misionando y ayudando a tomar consciencia a aquellas almas que lo necesitan. Somos un alma que está hecha de memoria. A mi amor, ¡GRACIAS!

Y desde lo más profundo de mí ser, a aquella niña que me ha sonreído y guiado a seguir mi sueño…. “Minina”. ¡GRACIAS!

Y por último, casi como lo que fue, a uno de esos destellos de luz que iluminaran mi vida por siempre… GRACIAS a mi caballito de mar…

A TODOS…. INFINITAS GRACIAS.

MARIANA

Introducción

Mi niña y el primer contacto

Si me preguntaran cuando comenzó todo, puedo recordarlo. Claro que tardé en tomar conciencia de ello, pero lo recuerdo.

Tenía entre cinco y seis años, mis sueños eran largos y tediosos, tan largos que aburrían incluso a mi propia familia al momento de contarlos. Un día tuve el “gran” sueño, que dejó asombrado a cada uno de los integrantes de mi familia, soñé con Jesús; se apareció en mi sueño muy claramente, podía verlo tomándome de la mano, podía ver su sotana roja, larga hasta sus pies. Lo veía muy claro. Me habló dulcemente, como un padre: – Todo estará bien. Van a conseguir esa casa donde vivir, díselo a tu madre. Tu no debes preocuparte. Seguido de estas palabras, me tomaba fuertemente la mano y me llevaba a recorrer una casa desconocida. Juntos, caminábamos por el patio de la casa, Un patio con muchas puertas que conducían a diferentes habitaciones. En el sueño sentía paz, una paz que mitigaba las preocupaciones de adultos que como niña no debía tener en mi cabecita.

En el sueño, Jesús me lo mostraba todo, incluso me adelantaba que la casa que encontraríamos para vivir tenia teléfono. Me lo mostraba sacándolo de un mueble, era un antiguo teléfono negro a disco…

La mayor parte del sueño vi a Jesús de la cintura para abajo, como la visión de una niña desde su pequeña estatura cuando camina de la mano con un adulto. Para mi gran sorpresa, mi sueño finalizó aún mejor: como una dulce despedida recuerdo que Jesús se arrodillaba frente a mí mirándome a los ojos, allí pude verlo claramente –“Todo estará bien Marianita, yo estoy contigo”

El sacudón de mi madre me despertó de aquel maravilloso sueño:

—Mari, despertarte. Debemos ir a comprar el diario de hoy para ver si sale alguna casa en alquiler–.

Casi sin dejarla terminar de hablar le dije con alegría: –Todo está bien mami,¡Jesús me lo dijo!

Y allí comenzó el relato de mi sueño con mi madre sentada al pie de la cama. Para aquel entonces, era una pequeñita mimada, hija menor de cuatro hermanas y con padres de edad adulta. Todo lo que pedía lo tenía, todos me recuerdan como una niña dulce, un tanto caprichosa y muy educada. No me costaba decir te amo o te quiero y dar abrazos a toda la familia. Con una mirada dulce, digna de unas pestañas que, según ellos, llegaban a las nubes. Compraba a todo el mundo. Mi familia siempre repetía que yo era un ser especial.

Luego de contarle el sueño a mi madre y dejarla emocionada, nos dispusimos a salir a comprar el diario, a pesar de los berrinches por no quererme levantar de la cama. La causa ya estaba haciendo su efecto. En el camino y a causa de mi continuo berrinche, mi madre decide desviarse una cuadra y cambiar el recorrido. Antes de llegar al puesto de diarios nos detuvimos en una inmobiliaria, con la esperanza de encontrar algún alquiler que pudiera interesarnos. Y he aquí que puedo asegurarles qué tan rápido sucedió la magia. Maravillosamente y tan fugaz como el sueño con Jesús de aquella mañana.

Allí, detrás del vidrio se encontraba un cartel escrito a mano con sus letras diminutas, describiendo el siguiente ofrecimiento: “Se alquila casa tipo departamento, amplia para familia, 6,7 personas con cocina comedor y tres habitaciones”. El aviso se ajustaba bastante a nuestra necesidad. Entramos a la inmobiliaria con el fin de recibir más información. El agente inmobiliario, luego de agregar más datos a lo ya leído, insistió para que fuéramos a verla, mi madre se negó rápidamente argumentando que no teníamos tiempo en ese momento, pues prefería que veamos la casa junto con el resto de la familia.

El agente inmobiliario volvió a insistir: –Nos tomará sólo unos minutos señora, pues está muy cerca de aquí.

—Le agradezco, pero prefiero no caminar demasiado con mi hija pequeña– dijo mi madre.

—No hay que caminar demasiado, el departamento queda en el edificio de aquí al lado.– contestó el agente.

En ese preciso momento, mi hermana mayor Verónica, viniendo de hacer las compras, nos vio dentro de la inmobiliaria y se sumó al encuentro, fue ella quien al sumarse y ver la insistencia del señor, sin demasiados detalles y casi en total sincronicidad con el universo convenció a mi madre de ir juntas las tres a ver el departamento.

Un pasillo largo y al fondo una puerta, detrás de ella un patio tan grande como el de mi sueño, varias puertas rodeándolo, todo parecía estar fuera de tiempo. Con mi mirada inquieta buscando la de mi madre, observé como ella comenzaba a emocionarse. Hasta aquí, era muy parecida a la casa del sueño que había tenido por la mañana.

En mi cabecita era un hecho, Jesús me la había mostrado.

Mi hermana no entendía nada, hasta ese momento la única que sabía sobre mi sueño era mi madre.

Habitaciones amplias y grandes con piso de madera y casi como la frutilla del postre y como una de las mejores cartas jugadas por el agente inmobiliario esbozando su sonrisa, nos mostró un pequeño mueble negro que al abrir su puertita dejaba verse allí un antiguo y negro teléfono a disco apoyado. He aquí que esto representaba el final del recorrido.

Salimos de allí prácticamente sin hablar. Mi madre acordó con el agente volver a tener una nueva entrevista. Ella, al salir de allí me tomó tan fuerte de la mano como lo hizo Jesús en mi sueño.

Lo que siguió fue una charla familiar al momento de la cena, mi madre contó mi sueño al resto de la familia y lloramos todos juntos. Las señales comenzaban a mostrarse, aunque a los adultos les costaba entenderlas, yo podía leerlas y sabía lo que iba a suceder. En menos de quince días ya estábamos viviendo allí.

Fue en esa casa, en ese barrio, donde pasé mi niñez. La más hermosa niñez que una persona pudiera tener. Los años más felices de mi vida unidos en amor y alegría junto a mi familia. Siempre supe que eso recién empezaba.

La magia había llegado a mi vida para no marcharse nunca más.

El sueño con Jesús fue compartido cientos de veces, tantas veces como personas quisieron oírlo.

20 años después, entendí que eso que me había sucedido a mis 6 años de edad, no había sido más, que hablar el lenguaje del universo y recibir mensajes de Dios.

Conexión con mi Ángel de la Guarda

Cuando tenía 13 años, vivía un momento muy especial, como el de cualquier adolescente, amores, desamores, amistades, enemistades y toda esa energía que adolece a esa edad y enaltece los sentidos al punto de encontrarse en conexión con todo, extremadamente sensible y con la capacidad de comerse el mundo un día y al otro sentir la necesidad de esconderse del él y que la Tierra te trague.

Una tarde me encontraba sentada sobre mi cama llorando desconsoladamente, por quién sabe que desazón amorosa o amistosa, a esa edad todo se corresponde a escenas dramaturgas.

Recuerdo que comencé a sentir una gran energía, una energía que me estimulaba a calmarme, a sentir paz y protección.

Algo me invitó a levantar mi rostro y conectar con lo que estaba sucediendo. Siempre he sido una niña muy asustadiza. Sentir la presencia de espíritus desde pequeña, o energías oscuras me habían hecho ser una niña temerosa.

Para mí sorpresa, una gran luz blanca y una fuerte energía de paz y amor estaba plasmada frente a mis ojos. Parecían ser las alas de un ángel, tal cual lo muestran en los cuentos infantiles, o las que vemos en las películas. Finalmente me dejé llevar por una sensación indescriptible y logré conectar con él, que me hizo saber, mediante una “voz en mi interior” que se trataba de mi ángel guardián.

También recuerdo que esa voz interior me dijo que siempre estaba conmigo, que cada ser humano tenía asignado uno, y que solo debíamos pedirle lo que necesitemos para que puedan ellos venir en nuestra ayuda.

Le pregunté entonces en voz alta, entendiendo que no escucharía el sonido de las palabras como la de los humanos, sino sintiendo la respuesta en mi corazón, cómo podía hacer para comunicarme con él, ya que no quería desconectarme de esa gran experiencia tan mágica que estaba viviendo.

Mi voz interior solo dijo: “escríbeme cartas, cada vez que lo necesites nos comunicaremos de esta forma, tú me escribes, y yo dejo la respuesta, o te asisto rápidamente”. Le pregunté luego como lo debía llamar, a lo que mi voz interna respondió: “comienza cada carta con la frase, QUERIDO ANGEL GUARDIAN…”