Sonetos, canciones y otros poemas - Luis de Góngora - E-Book

Sonetos, canciones y otros poemas E-Book

Luis De Góngora

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Beschreibung

Sonetos, canciones y otros poemas recoge las poesías en arte mayor compuestas por Luis de Góngora en la segunda mitad de su vida, una vez alcanza la madurez y entregado a los poemas de arte mayor. Los poemas presentes tocan todo tipo de temas: amor, sátira, moral, filosofía, mitología, religión, muerte, etc.; así como una de las obsesiones de Góngora: el paso del tiempo y los estragos de la vejez.

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Seitenzahl: 50

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Luis de Góngora

Sonetos, canciones y otros poemas

Sonetos. (Selección)

Saga

Sonetos, canciones y otros poemas

 

Copyright © 1610, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726551440

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

Soneto LIII

Moral

Infiere, de los achaques de la vejez, cercano el fin, a que católico se alienta

En este occidental, en este, oh Licio,

climatérico lustro de tu vida,

todo mal afirmado pie es caída,

toda fácil caída es precipicio.

¿Caduca el paso? Ilústrese el jüicio. 5

Desatándose va la tierra unida;

¿qué prudencia del polvo prevenida

la rüina aguardó del edificio?

La piel, no sólo, sierpe venenosa,

mas con la piel los años se desnuda, 10

y el hombre, no. ¡Ciego discurso humano!

¡Oh aquel dichoso, que la ponderosa

porción depuesta en una piedra muda,

la leve da al zafiro soberano!

[1623]

Soneto LIV

Moral

De la brevedad engañosa de la vida

Menos solicitó veloz saeta

destinada señal, que mordió aguda;

agonal carro por la arena muda

no coronó con más silencio meta,

que presurosa corre, que secreta, 5

a su fin nuestra edad. A quien lo duda,

fiera que sea de razón desnuda,

cada Sol repetido es un cometa.

¿Confiésalo Cartago, y tú lo ignoras?

Peligro corres, Licio, si porfías 10

en seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a ti las horas:

las horas que limando están los días,

los días que royendo están los años.

[1623]

Soneto LXIX

Fúnebre

Inscripción para el sepulcro de Dominico Greco

Esta en forma elegante, oh peregrino,

de pórfido luciente dura llave,

el pincel niega al mundo más süave,

que dio espíritu a leño, vida a lino.

Su nombre, aún de mayor aliento dino 5

que en los clarines de la Fama cabe,

el campo ilustra de ese mármol grave:

venéralo y prosigue tu camino.

Yace el Griego. Heredó Naturaleza Arte;

y el Arte, estudio; Iris, colores; 10

Febo, luces -si no sombras, Morfeo-.

Tanta urna, a pesar de su dureza,

lágrimas beba, y cuantos suda olores

corteza funeral de árbol sabeo.

[1615]

Soneto LXXXII

Amoroso

La dulce boca que a gustar convida

un humor entre perlas destilado,

y a no invidiar aquel licor sagrado

que a Júpiter ministra el garzón de Ida,

amantes, no toquéis, si queréis vida, 5

porque entre un labio y otro colorado

Amor está, de su veneno armado,

cual entre flor y flor sierpe escondida.

No os engañen las rosas que, a la Aurora,

diréis que aljofaradas y olorosas 10

se le cayeron del purpúreo seno:

manzanas son de Tántalo, y no rosas,

que después huyen del que incitan ahora;

y sólo del amor queda el veneno.

[1584]

Soneto LXXXVI

Amoroso

De pura honestidad templo sagrado

cuyo bello cimiento y gentil muro

de blanco nácar y alabastro duro

fue por divina mano fabricado;

pequeña puerta de coral preciado, 5

claras lumbreras de mirar seguro,

que a la esmeralda fina el verde puro

habéis para viriles usurpado;

soberbio techo, cuyas cimbrias de oro,

al claro sol, en cuanto en torno gira, 10

ornan de luz, coronan de belleza;

ídolo bello, a quien humilde adoro:

oye piadoso al que por ti suspira,

tus himnos canta y tus virtudes reza.

[1582]

Soneto CIII

Amoroso

De un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado

Descaminado, enfermo, peregrino,

en tenebrosa noche, con pie incierto

la confusión pisando del desierto,

voces en vano dio, pasos sin tino.

Repetido latir, si no vecino, 5

distinto, oyó de can siempre despierto,

y en pastoral albergue mal cubierto,

piedad halló, si no halló camino.

Salió el Sol, y entre armiños escondida,

soñolienta beldad con dulce saña 10

salteó al no bien sano pasajero.

Pagará el hospedaje con la vida;

más le valiera errar en la montaña

que morir de la suerte que yo muero.

[1594]

Soneto CIX

Amoroso

De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler

Prisión del nácar era articulado

(de mi firmeza un émulo luciente)

un dïamante, ingenïosamente

en oro también él aprisionado.

Clori, pues, que su dedo apremïado 5

de metal, aun precioso, no consiente,

gallarda un día, sobre impacïente,

lo redimió del vínculo dorado.

Mas, ay, que insidïoso latón breve

en los cristales de su bella mano 10

sacrílego divina sangre bebe:

púrpura ilustró menos indïano

marfil; invidïosa, sobre nieve

claveles deshojó la Aurora en vano.

[1620]

Soneto CLXV

Ilustre y hermosísima María,

mientras se dejan ver a cualquier hora

en tus mejillas la rosada Aurora,

Febo en tus ojos y en tu frente el día,

y mientras con gentil descortesía 5

mueve el viento la hebra voladora

que la Arabia en sus venas atesora

y el rico Tajo en sus arenas cría;

antes que, de la edad Febo eclipsado

y el claro día vuelto en noche obscura, 10

huya la Aurora del mortal nublado;

antes que lo que hoy es rubio tesoro

venza a la blanca nieve su blancura:

goza, goza el color, la luz, el oro.

[1583]

Soneto CLXVI

Mientras por competir con tu cabello,

oro bruñido al sol relumbra en vano;

mientras con menosprecio en medio el llano

mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello, 5

siguen más ojos que al clavel temprano;

y mientras triunfa con desdén lozano

del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,

antes que lo que fue en tu edad dorada 10

oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada

se vuelva, mas tú y ello juntamente