Sueños hay que de verdad son - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Sueños hay que de verdad son E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

Sueños hay que verdad son es un auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, género en el que llegó a alcanzar la plenitud, al combinar a la perfección con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas.

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Seitenzahl: 61

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Calderón de la Barca

Sueños hay que de verdad son

Auto sacramental alegórico intitulado

Saga

Sueños hay que de verdad sonCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726496789

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Sueños hay que verdad son

PERSONAS

LA CASTIDAD. ASENET. EL SUEÑO. SOMBRA PRIMERA. SOMBRA SEGUNDA. EL COPERO. EL PANADERO. EL ALCAIDE. RUBÉN. JUDÁS. GAD. ASER. NEFTALÍ. MANASÉS. SIMEÓN. LEVÍ. ISACAR. ZABULÓN. JOSEF. BENJAMÍN. EL REY. JACOB. LA FE. BATO. MÚSICOS.

Sale la CASTIDAD, dama, coronada de flores, y el SUEÑO.

 

SUEÑO ¿Dónde me llevas, hermosa

(Romance e-o)

virtud, que entre los diversos

coros de cuantas virtudes

siguen al legal Cordero,

tú sola los crespos rizos 5

coronas de tus cabellos,

de cuantas vírgenes rosas

guarnecen los rizos crespos

de todas las demás, dando

a entender que en tu obsequio 10

todas se complacen? ¿Dónde

me llevas (a decir vuelvo)?;

porque siendo, como eres,

en tantos Sagrados Textos

triunfante laurel, que arrastra 15

los no fáciles trofeos

de la lid de los sentidos,

vencedores de sí mesmos,

parece que hace no poca

repugnancia a tu respecto 20

que la virtud, que es de todas

las virtudes ornamento,

me traiga a centro que es

de todos los vicios centro.

Esta es la cárcel de Egipto; 25

bien claro te dice el serlo

que es la posada que alberga

por huéspedes de aposento

al homicidio y al robo,

al fraude y al adulterio. 30

¿Pues, cómo cabe en razón

(repito otra vez) que siendo

(si no lo han dicho las señas,

tu nombre lo diga excelso)

la castidad, que es la suma 35

pureza, que vence a un tiempo,

para los triunfos del alma,

las rebeliones del cuerpo;

y ella la sentina, donde

el político gobierno 40

de la república arroja

los perniciosos desechos,

que son escorias del siglo,

tú te atreves a entrar dentro,

sin temor de que te empañe 45

el vapor de sus alientos?

Y aun no cesa aquí mi duda,

sino en que para este efecto

aparentemente hayas

tomado el semblante bello 50

de Asenet, hermosa hija

del sacerdote del Templo

de Heliópoli, ciudad del sol,

y aun ella, el sol mesmo.

Sepa, pues, de estas dos dudas 55

la causa, porque suspenso,

hasta oír tu voluntad

tendrás a mi entendimiento.

CASTIDAD Vaga fantasía, que sabes

hacer con tus devaneos 60

la quietud de los sentidos,

de los sentidos estruendo,

pues cuando para el descanso

te ha introducido el sosiego,

traidoramente has sabido 65

sacar del descanso el riesgo;

fantástica aparición,

que en imágenes de viento,

bien como yo de Asenet

(por complacerme en objeto 70

tan gloriosamente amable,

tan amablemente honesto)

la forma tomé, tomaste,

por complacerte, en Morfeo

tú de su negro semblante 75

lo adusto, pálido, y yerto:

ya, a la una de las dudas

te he respondido, supuesto

que el haber vestido tú

sombras, y luces yo, a efecto 80

habrá sido de hacer más

representable un concepto,

en que importa que seamos

debajo de los dos velos

de Morfeo y Asenet, 85

yo la Castidad, tú el Sueño;

y aunque también a la otra

duda responderte puedo,

en cuanto a que sea una cárcel

campaña de nuestro duelo, 90

no lo he de hacer hasta que

te digan mis sentimientos

la razón con que quejarme

de tu sinrazón pretendo.

Y, pues no tiene el oírlo 95

la fuerza que tendrá el verlo,

llega conmigo. ¿Qué escuchas?

 

(Dentro voces y cadenas.)

 

SUEÑO Lo que ves, escucho y veo:

de la cadena el ruido

y de la queja el lamento. 100

CASTIDAD Retírate ahora, y atiende

a su pavoroso acento.

(Dentro.)

¡Ah del calabozo!

TODOS ¿Quién

es quien llama?

(Dentro.)

Allá va un preso,

que, esclavo, para que sirva 105

a todos, envía su dueño.

 

(Salen el COPERO y el PANADERO con prisiones.)

 

LOS DOS ¿Esclavo, para que sirva

a todos, envía su dueño?

COPERO ¿Quién será este desdichado,

tan desdichado que siendo 110

esclavo a ser preso venga

dos veces cautivo, puesto

que servidumbre y prisión

le están doblando los hierros?

PANADERO Será algún facineroso 115

que su amo tenga por menos

mal, darle a una cárcel que

sufrirle en casa.

COPERO ¡Que luego

te has de ir hacia lo peor!

¿No puede ser, que sea, ¡ay, cielos!, 120

otro infeliz que sin culpa

padezca, cual yo padezco?

PANADERO También padezco sin ella

yo; mas no he de creer por eso

que no padezcan culpados 125

los demás.

COPERO A ver lleguemos

quién será este preso.

 

(Sale JOSEF de cautivo, con cadena.)

 

JOSEF Quien,

por saber que aqueste seno

es sepultura de vivos,

penosamente contento, 130

tiene por buena fortuna

ser en él esclavo vuestro.

COPERO Alza del suelo. ¡Qué talle

tan airoso y bien dispuesto!

PANADERO Si tiene talle de dar 135

la patente, será bueno.

JOSEF Un mísero esclavo era

en la casa de mi dueño;

un mísero esclavo soy

aquí, pues a servir vengo: 140

¿qué puedo tener que dar?

PANADERO Jaqueta y birrete.

COPERO Eso,

no es justo que tú lo digas,

ni nadie, que no es bien hecho

afligir al afligido, 145

principalmente sujeto

tan rendido.

PANADERO Ya querrás

dél compadecerte.

COPERO Es cierto.

La buena presencia es

el sobrescrito primero 150

de las cartas de favor

que escribe piadoso el cielo,

encomendando a quien quiere

que gane el primer afecto

de los demás.

PANADERO Ya eso es 155

filosofar, y no quiero

estarte oyendo piedades

toda la vida.

(Vase.)

COPERO ¿Qué puedo

hacer mejor? Y más, cuando

presumo que no vi aspecto 160

en mi vida más amable.

¿De dónde eres?

JOSEF Soy hebreo.

COPERO ¿De qué tierra?

JOSEF De Canaán.

COPERO ¿Tu nombre?

JOSEF Josef.

COPERO «Aumento»

significa.

JOSEF Soylo de ansias. 165

COPERO ¿Qué derrotados sucesos

te han traído a Egipto?

JOSEF Son tales,

tan tristes y tan adversos,

que son más para sentidos

que contados.

COPERO Pues no quiero 170

afligirte la memoria.

Este es mi albergue. Copero

fui de Faraón; esotro

camarada, Panadero.

Indiciados de un delito 175

estamos, pero yo espero

que presto saldremos libres.

He dicho de paso esto,

porque sepas hasta entonces

rancho y señas, que es inmenso 180

el tráfago de esta cárcel,

y no será fácil luego

volver aquí sin noticias,

adonde que tengas, quiero,

algún abrigo. Y ahora, 185

ve a otras partes discurriendo,

que pues vienes a servir,

según entendí, no quiero

malquistarte, con que sea

mi agrado tu privilegio. 190

(Yéndose.)

JOSEF Perdóneme tu piedad,

señor, si no la agradezco,

que es ésta la vez primera

en que obligado me veo

a agradecer, porque soy 195

tan desdichado en extremo

que nunca le vi la cara

al favor; y así, no he puesto

cuidado en aprender cómo

habla el agradecimiento. 200

COPERO Id con Dios. (Aparte.) Sobre galán,

parece el joven discreto.

El corazón me ha quebrado

verle tan mísero.

(Vase.)

JOSEF ¡Cielos!

Si, que porque serví leal, 205

no supe agradar a un dueño,

¿cómo he de agradar a tantos?

¡Oh, nunca hubieran mis sueños

dispertado aquella envidia

que en este estado me ha puesto! 210

(Vase.)

CASTIDAD Cuanto pudiera decir