Sueños hay que verdad son - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

Sueños hay que verdad son E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

Aquí Calderón de la Barca trata un tema eterno, lo real y lo imaginario… Sueños hay que verdad son pertenece a la serie de autos sacramentales inspirados en la Biblia. El argumento bíblico relata que un faraón sueña que está a la orilla del río y ve siete vacas robustas y luego otras siete vacas flacas que se comían a las primeras. El faraón despierta, vuelve a dormirse y sueña que siete espigas buenas y hermosas son devoradas por otras siete espigas flacas. El faraón llama a todos los adivinos de Egipto, pero éstos no consiguen interpretar el sueño. Entonces el jefe de los coperos le dice al Faraón que hay un joven hebreo encarcelado que les había aclarado unos sueños que él y el panadero habían tenido. El faraón llama a José. Éste dice que habrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto y luego otros siete años de escasez. Aconseja al faraón que recoja la quinta parte de las cosechas y las guarde para comerlas en los siete años de escasez. El faraón en agradecimiento nombra a José gobernador de todas las tierras de Egipto y además su primer ministro. Se quita el anillo de su mano y lo pone en la mano de José; lo viste de blanco, le entrega un collar de oro y le da por esposa a la sacerdotisa Asenet.

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Seitenzahl: 65

Veröffentlichungsjahr: 2010

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Pedro Calderón de la Barca

Sueños hay que verdad son

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Sueños hay que verdad son.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard

ISBN tapa dura: 978-84-1126-092-3.

ISBN rústica: 978-84-96290-21-1.

ISBN ebook: 978-84-9953-458-9.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Los sueños 7

Personajes 10

Acto único 11

Libros a la carta 97

Brevísima presentación

La vida

Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.

Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.

Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.

Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.

Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.

Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermanó José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.

Los sueños

Un tema eterno, lo real y lo imaginario... Sueños hay que verdad son pertenece a la serie de Autos sacramentales inspirados en la Biblia.

El argumento bíblico relata que un faraón sueña que está a la orilla del río y ve siete vacas robustas y luego otras siete vacas flacas que se comían a las primeras. El faraón despierta, vuelve a dormirse y sueña que siete espigas buenas y hermosas son devoradas por otras siete espigas flacas.

El faraón llama a todos los adivinos de Egipto, pero éstos no consiguen interpretar el sueño. Entonces el jefe de los coperos le dice al faraón que hay un joven hebreo encarcelado que les había aclarado unos sueños que él y el panadero habían tenido. El faraón llama a José. Éste dice que habrán siete años de gran abundancia en Egipto y luego otros siete años de escasez. Aconseja al faraón que recoja la quinta parte de las cosechas y las guarde para comerlas en los siete años de escasez.

El faraón en agradecimiento nombra a José gobernador de Egipto. Se quita un anillo de su mano y lo pone en la mano de José; lo viste de blanco, le entrega un collar de oro y le da por esposa a la sacerdotisa Asenet.

Personajes

Asenet

Aser

Bato

Benjamín

El Alcaide

El Copero

El Panadero

El Rey

El Sueño

Gad

Isacar

Jacob

Josef

Judás

La Castidad

La Fe

Leví

Manasés

Músicos

Neftalí

Rubén

Simeón

Sombra 1

Sombra 2

Zabulón

Acto único

(Sale la Castidad, dama, coronada de flores, y el Sueño.)

Sueño ¿Dónde me llevas, hermosa

virtud, que entre los diversos

coros de cuantas virtudes

siguen al legal Cordero,

tú sola los crespos rizos 5

coronas de tus cabellos,

de cuantas vírgenes rosas

guarnecen los rizos crespos

de todas las demás, dando

a entender que en tu obsequio 10

todas se complacen? ¿Dónde

me llevas (a decir vuelvo)?;

porque siendo, como eres,

en tantos Sagrados Textos

triunfante laurel, que arrastra 15

los no fáciles trofeos

de la lid de los sentidos,

vencedores de sí mesmos,

parece que hace no poca

repugnancia a tu respecto 20

que la virtud, que es de todas

las virtudes ornamento,

me traiga a centro que es

de todos los vicios centro.

Esta es la cárcel de Egipto; 25

bien claro te dice el serlo

que es la posada que alberga

por huéspedes de aposento

al homicidio y al robo,

al fraude y al adulterio. 30

¿Pues, cómo cabe en razón

(repito otra vez) que siendo

(si no lo han dicho las señas,

tu nombre lo diga excelso)

la castidad, que es la suma 35

pureza, que vence a un tiempo,

para los triunfos del alma,

las rebeliones del cuerpo;

y ella la sentina, donde

el político gobierno 40

de la república arroja

los perniciosos desechos,

que son escorias del siglo,

tú te atreves a entrar dentro,

sin temor de que te empañe 45

el vapor de sus alientos?

Y aun no cesa aquí mi duda,

sino en que para este efecto

aparentemente hayas

tomado el semblante bello 50

de Asenet, hermosa hija

del sacerdote del Templo

de Heliópoli, ciudad del Sol,

y aun ella, el Sol mesmo.

Sepa, pues, de estas dos dudas 55

la causa, porque suspenso,

hasta oír tu voluntad

tendrás a mi entendimiento.

Castidad Vaga fantasía, que sabes

hacer con tus devaneos 60

la quietud de los sentidos,

de los sentidos estruendo,

pues cuando para el descanso

te ha introducido el sosiego,

traidoramente has sabido 65

sacar del descanso el riesgo;

fantástica aparición,

que en imágenes de viento,

bien como yo de Asenet

(por complacerme en objeto 70

tan gloriosamente amable,

tan amablemente honesto)

la forma tomé, tomaste,

por complacerte, en Morfeo

tú de su negro semblante 75

lo adusto, pálido, y yerto:

ya, a la una de las dudas

te he respondido, supuesto

que el haber vestido tú

sombras, y luces yo, a efecto 80

habrá sido de hacer más

representable un concepto,

en que importa que seamos

debajo de los dos velos

de Morfeo y Asenet, 85

yo la Castidad, tú el Sueño;

y aunque también a la otra

duda responderte puedo,

en cuanto a que sea una cárcel

campaña de nuestro duelo, 90

no lo he de hacer hasta que

te digan mis sentimientos

la razón con que quejarme

de tu sinrazón pretendo.

Y, pues no tiene el oírlo 95

la fuerza que tendrá el verlo,

llega conmigo. ¿Qué escuchas?

(Dentro voces y cadenas.)

Sueño Lo que ves, escucho y veo:

de la cadena el ruido

y de la queja el lamento. 100

Castidad Retírate ahora, y atiende

a su pavoroso acento.

(Dentro.) ¡Ah del calabozo!

Todos ¿Quién

es quien llama?

(Dentro.) Allá va un preso,

que, esclavo, para que sirva 105

a todos, envía su dueño.

(Salen el Copero y el Panadero con prisiones.)

Los dos ¿Esclavo, para que sirva

a todos, envía su dueño?

Copero ¿Quién será este desdichado,

tan desdichado que siendo 110

esclavo a ser preso venga

dos veces cautivo, puesto

que servidumbre y prisión

le están doblando los hierros?

Panadero Será algún facineroso 115

que su amo tenga por menos

mal, darle a una cárcel que

sufrirle en casa.

Copero ¡Que luego

te has de ir hacia lo peor!

¿No puede ser, que sea, ¡ay, cielos!, 120

otro infeliz que sin culpa

padezca, cual yo padezco?

Panadero También padezco sin ella

yo; mas no he de creer por eso

que no padezcan culpados 125

los demás.

Copero A ver lleguemos

quién será este preso.