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También hay duelo en las damas es una de las comedias de Pedro Calderón de la Barca, uno de los géneros dramáticos que más cultivó el autor, por detrás de los autos sacramentales. En ellas se suelen mezclar los enredos amorosos y familiares con los equívocos y las situaciones humorísticas.
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Seitenzahl: 114
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
Saga
También hay duelo en las damasCover image: Shutterstock Copyright © 1650, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726499858
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
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Sale Violante con un papel en la mano, é Isabel con dos bugías.
Viol. Llega, Isabel, esa luz.
Isab. ¿Otra vez á leerle vuelves?
Viol. Y no te parezcan muchas
Otra vez y otras mil veces;
Que un papel discreto es
Amigo tan elocuente,
Que siempre está deleitando,
Por mas que esté hablando siempre.
Isab. Si un papel mudara estilos,
Creyéralo fácilmente;
¿Pero cómo puede ser
Ni discreto, ni prudente,
Quien siempre una misma cosa
Diciendo está?
Viol. Necia eres.
¿Pues no sabes, que el idioma
De amor tan corto es, tan breve,
Que á cuatro voces no mas
Se reduce, porque tiene
Cosas de música amor?
Isab. Nuevo es eso. De qué suerte?
Viol. ¿Deja un templado instrumento,
Como harmonioso suene,
De sonar harmonioso,
Porque no le diferencien
Cada vez las fantasías?
¿Deja el ruiseñor alegre,
Porque no mude de letra,
De ser dulce? ¿El aura leve,
Porque el compas de las hojas
Las cláusulas no la trueque,
Deja de ser apacible?
¿El cristal, cuya corriente
Hizo trastes de esmeralda
Aquella guija, aquel césped,
Deja de correr sonoro,
Porque continuado lleve
Un mismo acento? No: luego
Bien en metáfora puede
Ser de música un papel
Suave, dulce, cuerdo y breve,
Diciendo siempre una cosa,
Si con ella agrada siempre,
Á ejemplo del instrumento,
El aura, la ave y la fuente.
Isab. Pues convénceme con él,
Ya que sin él me convences.
Viol. [lee.] „Mi bien,……“
Isab. Ternísima cosa!
Viol. No con falsedad empieces
Ya á murmurarme; que, aunque
No te agrade, no has de hacerme
Desconfiar; que bien sé,
Que el mas entendido suele
Ser frialdad, de quien le oye,
Sin la accion de quien le siente.
[Vuelve á leer.
„Su término á que llegar
Todas las pasiones tienen;
Y asi su término tuvo
La paciencia de un ausente;
Y pues sin verte no hay vida,
Aunque tras la vida arriesgue
El enojo de mi padre,
Mañana partiré á verte.
Porque no sepan de mí
Tantos, como lo pretenden,
Á la casa de Don Pedro
De Mendoza iré á ser huésped.
Simoncillo á prevenir
Va á los dos; mas cuando llegue
Él, ya habré llegado yo,
Con la ventaja, que adquiere
El que vuela del que corre.
Está advertida, si oyeres
La seña. El cielo te guarde
Mas que á mí.“
Isab. Aunque me motejes
De necia de primer clase,
Dime, ¿hácia qué parte tiene
Lo discreto este papel,
Si su estilo es tan corriente,
Que pudiera haberle escrito
Á Mari Hernandez Juan Peres?
Cuando esperé yo, que habia
De haber muchísimo Fénix,
Con descréditos brillantes,
Falsedades refulgentes,
¿Se sale con allá voy,
Sin mas, ni mas?
Viol. Imprudente,
El que quiere lo que dice,
Es quien dice lo que quiere,
Sin mas retóricas frases;
Porque en amor solamente
Es quien siente como escribe,
Quien escribe como siente.
Si sabes, que la ocasion
De vivir su padre enfrente,
Hallándole á todas horas
Tan fino y tan asistente,
Hizo en mí verdad aquella
Cancion, que repetir suelen,
„Junto á mi casa vivia,
Porque mas cerca muriese;“
Si sabes, que aunque al principio
Sintió mis iras crueles,
El amistad de su hermana,
Á quien estimo de suerte.
Que es mitad del alma mia,
Supo hacer mañosamente,
Que declarara en favores
Lo que afectaba en desdenes;
Si sabes, que el no casarnos,
Es, porque su padre quiere
Casarle con Laura, á quien
Él festejó antes de verme;
Si sabes, que en este estado
Fue fuerza ausentarse Felix,
Porque en la casa del juego
Dió á un caballero la muerte;
Que su padre retraido
En un convento le tiene
Fuera de aqui, por temor
De muchos nobles parientes
Del muerto, y por la justicia;
Y si sabes finalmente,
Que, á pesar de tantos riesgos,
Peligros é inconvenientes,
Viene por verme no mas,
¿Qué mas discreto le quieres?
Venga la fineza, y venga
En el trage que quisiere;
Que mejor ó peor vestida,
No es esencia, es accidente,
É importa poco el estilo,
Ó yérrele ó no le yerre,
Que nada yerra un amante,
Como la fineza acierte.
¿Qué dijiste á Simoncillo?
Isab. Ahí fuera está.
Viol. Dile, que entre;
Que temprano es para que
Mi padre aqui pueda verle,
Puesto que de aquestas noches
La prolijidad divierte
En conversacion de amigos.
SaleSimon .
Sim. Ya yo acosaba impaciente
La mora de la licencia;
Y bien mora, pues hacerme
Desbautizar pretendia,
Dilatándome, que bese
Ó el átomo de jazmin,
Ó la azucena de nieve.
Viol. Simon, seas bien venido.
Sim. Fuerza es serlo el que merece
Llegar á besar tu mano.
Viol. Del suelo alza. Cómo vienes?
Sim. Muy cansado; que he venido
Caballero en un arenque
Ensillado y enfrenado,
Tan flaco pecador débil,
Que en cualquiera tentacion
Caia muy fácilmente.
Viol. ¿Y cómo tu señor queda?
Sim. Finísimo impertinente;
Pues de puro enamorado,
Ni anda, ni come, ni bebe,
Como el caballo de Bamba.
Tan fijo tu nombre tiene
En su memoria, que un dia,
Como de caza viniese
Con unas perdices, dijo:
Haz, Simon, para que cene,
Que me asen esas Violantes.
Otra vez, entrando á verle
El Padre Prior: Arrastra,
(Me dijo muy impaciente)
Necio, una Violante, en que
Su Paternidad se siente.
Viol. Aunque son locuras tuyas
Las que por suyas me vendes,
No me ha pesado de oirlas.
Toma esta sortija, y vete,
Antes que venga mi padre;
Y dirásle, cuando llegue
Á la casa dese amigo,
Adonde viene á ser huésped,
Que ya yo quedo advertida,
Y á cualquiera hora que fuere,
Haga la seña en la calle.
Sim. Vivas un millon de meses,
Todos Mayos, sin que tenga
Que ver con ellos Diciembre.
Viol. Alumbra y cierra, Isabel.
Isab. ¡Ay Simon, lo que me debes
En esta ausencia!
Sim. ¿Es á mí,
Ó á la sortija?
Isab. ¿Eso entiendes
De mi fineza?
Sim. Es achaque
De todas las Isabeles,
Suspirar por alhajados.
Isab. Engañaste; que si atiendes
Á que yo quiero pedirte,
Que á mí á guardar me la dejes,
No es por codicia, sino
Porque á Ines no se la lleves,
La criada de Leonor
Tu ama; que sé, que la quieres
Mas que á mí.
Sim. Pues porque veas,
Cuanto tus zelos te mienten,
No te he de dar la sortija;
Que quiero satisfacerte
Con el desaire de que
La vea y no se la entregue;
Que por lo demas, ya iba
Yo á dártela.
Isab. Ay insolente!
¡Qué buena disculpa hallaste!
Sim. Buena no, mas suficiente,
La que basta por ahora. [Vanse los dos.
Viol. ¡O amor, qué poco me debes!
Dígolo, porque viniendo
Á tanto riesgo Don Felix,
Me ha alegrado su venida;
Siendo asi, que antes ponerme
Debiera en desconfianza
El peligro á que se atreve,
Que no en agradecimiento.
¿Mas quién en el mundo tiene
Hácia el cariño el afecto,
Cuando hácia el temor le tuerce?
Venga Felix, y…...
[Suena ruido de eapades.
Dentro Don Alonso , Don Pedro , Don Juan y Leonor .
Alons. Traidor!
Yo sabré darte la muerte.
Leon. Ay infelice de mí!
Viol. Qué escucho!
Pedr. Cielos, valedme!
Viol. Cuchilladas en la calle
Hay. ¡Si mi desdicha fuese,
Que hubiera llegado, donde
Le matasen ó prendiesen!
Voz [dent.] Fuera; ténganse! Qué es esto?
Juan. He de entrar.
Sale Isabel asustada.
Isab. Jesus mil veces!
Viol. Qué es eso, Isabel?
Isab. Que apenas
Salió, cuando antes que cierre
La puerta, escuché en la calle
Voces y espadas; y al verme
Con luz, matándola un hombre,
En nuestro portal se mete,
Con otro bulto en los brazos,
Que no distingo: de suerte,
Que atropellándome…... Pero
Él, señora, hasta aqui viene.
Salen Don Juan con Leonor desmayada en brazos, y la espada desnuda.
Juan. Violante, prima, señora,
Los precisos accidentes
No dan lugar al respeto.
Perdóname, si á atreverme
Llego á tu casa, cuando ella
Sola ser sagrado puede
Desta difunta hermosura;
Que el ver, que tan cerca encuentre
Abierta tu puerta, es
La disculpa, que me ofrece
Mas á mano mi desdicha,
Para que llegue á valerme
Della y de tí. Por tí misma,
Y lo que á tu sangre debes,
Mira por mi honor y vida,
Y haz, que esta beldad se albergue
Y repare aqui esta noche;
Que yo es preciso volverme
Á socorrer un amigo,
Que dejo empeñado.
[Pónela sobre unas almohadas.
Viol. Tente,
Don Juan; oye!
Juan. No es posible;
Mas, como con vida quede,
Yo te volveré á buscar. [Vase.
Viol. Tenle, Isabel.
Isab. Qué es tenerle?
Viol. Pues baja á cerrar la puerta.
Isab. Temblando iré, aunque parece,
Que ya no hay nadie en la calle.
Viol. Infeliz beldad, quién eres?
Mas, ay infeliz! que yo
Lo soy tambien, cuando á verte
Llego asi. Leonor, amiga!
¿Tú en mi casa desta suerte?
¿Tú sin aliento y sin vida?
[Vase y vuelve Isabel.
Isab. Ya por lo menos no tienes
Que temer, que otro entrará;
Que ya cerré.
Viol. Aunque consueles
Un susto, no podrás otro
Mas penoso y mas vehemente.
Isab. Como?
Viol. Leonor es la dama
Á quien mi primo previene
Mi casa para sagrado
De sus desdichas.
Isab. ¿Qué puede
Haber sucedido?
Viol. Esa
Es pregunta, que no tiene
Limite. Puede haber sido
Cuanto hay que ser. Por si siente,
Procura abrirla la mano.
Isab. Una llave en ella tiene.
Viol. Cogeriala con ella
En la mano el accidente,
Y es natural apretar
Cualquier cosa, que se encuentre. —
Leonor! amiga! señora!
Isab. Si ahora su hermano viniese,
Buena hacienda habíamos hecho.
Viol. Ha Leonor!
Leon. Cielos, valedme!
Isab. Albricias, que ya respira.
Leon. Tente, señor! Padre, tente!
No me mates! Pero, cielos,
Dónde estoy?
Viol. Cóbrate, y vuelve
En tí, Leonor; que estás donde,
Mas que tú, tus penas sienten.
Leon. Violante mia, ¿pues quién
Fue conmigo tan clemente,
Que en un instante me trajo
De los brazos de la muerte
Á los brazos de la vida?
Viol. ¿Pues no sabes tú quien fuese?
Leon. No; que soy tan desdichada,
Que, llegando, ay de mí! á verme
Sin sentido, y entre dos
Afectos, que uno me ofende,
Y otro me obliga, no sé
Á cual de los dos le debe
Esta fineza mi vida.
Viol. Ni yo sabré responderte;
Que mas turbada que tú
Estoy. Y asi, hasta que llegues
Á informarme tú primero,
Que es lo que á ti te sucede,
Fuera empezar por el fin
La relacion.
Leon. Pues atiende:
Un amigo de mi hermano,
(Déjame, dolor, que aliente)
Con la ocasion de buscarle,
La tuvo, ay de mí! de verme;
En cuyo primero instante,
Segun él dice, de suerte
Rendido queda á mi vista,
Que, sin que repare ó piense
Amor en la obligacion
De la amistad, que le debe,
Ciego amante, y necio amante,
Mas que me obliga, me ofende;
Porque no sé, qué rencor,
Qué saña en mi pecho enciende
La vanidad de mi duelo,
(Si es que hay duelo en las mugeres,
Que gustan ver los galanes
Airosos y honrados siempre)
Que al verle ó traidor amigo,
Ó mal seguro, ó aleve,
Antes que darle la mano,
Me diera, ay de mí! la muerte.
Él, valido de la usada
Disculpa, que inconvenientes
No vé amor, pues antes dellos
Monstruo alimentado crece,
Porfió…… Pero ya desto
Hemos hablado otras veces
En este mismo sentido,
Bien que no tan claramente;
Y asi iré á otra cosa, pues
No hay para qué detenerme
En decirte, que es Don Pedro
De Mendoza el que pretende,
Que hoy le aborrezca mas, que
Le aborrecí; pues aleve,
Loco, atrevido, tirano,
Ciego, arrojado, imprudente,
Me ha puesto en obligacion
De que…...
Alons. Hola!
Dentro Don Alonso .
Viol. Mi padre es este.
Alons. Baja, Isabel, una luz.
Isab. Qué haré?
Viol. Bajar brevemente;
Que no importa, que á Leonor
Halle aqui.
Leon. Si te parece, [Vase Isabel.
Mejor es que no me vea;
Porque á decir no me fuerce
La ocasion, que aqui me trajo.
Viol. Pues retírate, antes que entre,
Á mi cuarto, donde nunca
Él entrar, ni salir suele. [Vase Leonor.
Salen Don Alonso é Isabel .
Alons. Violante!
Viol. ¿Era hora, señor,
Para que á casa vinieses?
Alona. ¿Quién las noches de un invierno
No las gasta y las divierte
En buena conversacion?
Viol. Asi es. ¿Mas quién no lo siente,
Siendo á costa de la ausencia
De quien mas te estima y quiere?
Alone. Pídeme zelos: bien haces;
Que yo me huelgo de verte
Fina conmigo; que al fin
Hoy hija y esposa eres.
No ha habido rifa esta noche,
Que pueda mi amor traerte,
Sino solos estos guantes.
Toma.
Viol. Aquesto mas parece,
Que es tratarme como á dama;
Pues, para que no me queje,
Me acallas con interes.
Alons. Isabel!