Textos científico-técnicos. ¿Cómo crearlos? - Miriam G Raya Hernández - E-Book

Textos científico-técnicos. ¿Cómo crearlos? E-Book

Miriam G Raya Hernández

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Beschreibung

La utilidad de esta obra va más allá del trabajo de editores, correctores o diseñadores y aunque no es un tratado, sí es una guía para que los autores conozcan los aspectos esenciales que deben tenerse en cuenta cuando se concibe un texto científico y para que los especialistas relacionados con la publicación de textos puedan consultar diversos aspectos. La redacción científica debe, ante todo, cumplir una premisa: ser precisa y objetiva. Textos científico-técnicos ¿Cómo crearlos? expone temas tan abarcadores como la presentación de un original o las formas de textos de acuerdo con su estructura, complejidad y contenidos, y otros tan específicos como son el derecho de autor o las especificidades de las diferentes normas bibliográficas.

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Seitenzahl: 455

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Edición: M. Elena Zulueta Blanco y Miriam G. Raya Hernández

Edición para ebook: Gilma Toste Rodríguez

Diseño interior, corrección y emplane digital: M. Elena Zulueta Blanco

Diseño de cubierta: Carlos Javier Solis Méndez

© Miriam G. Raya Hernández y M. Elena Zulueta Blanco, 2005

© Sobre la presente edición:

Editorial Científico-Técnica,

Primera edición, 2011

Segunda edición corregida y ampliada, 2022

ISBN 9789590512681

INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

Editorial Científico-Técnica

Calle 14, no. 4104 e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

[email protected]

www.nuevomilenio.cult.cu

Índice de contenido
AGRADECIMIENTOS
PRÓLOGO
PREFACIO
TEMA 1
Presentación del original
Texto
Material gráfico
Ilustraciones a línea o de alto contraste
Ilustraciones en medios tonos o tonos continuos
TEMA 2
Formas de texto
Texto básico
Orientaciones sobre el artículo científico
Elementos integrantes de una obra científica
Textos complementarios
Elementos pretextuales
Elementos dentro del texto general
Elementos postextuales
Orientaciones sobre redacción bibliográfica
Textos auxiliares
Tipos de folios
Tipos de índices
TEMA 3
Principales tipos de textos científicos
Notas técnicas
Reseña (review)
Sinopsis
Sumario
Comunicaciones breves (o rápidas)
Resumen (abstract)
Precis
Outline
Noticias (news)
Cartas al editor y Editorial
Lista
Catálogo
Revisión bibliográfica
Estudio de casos
Informe científico-técnico
Artículos de investigación
Tesis, tesina
Monografía
Ensayo
Obra científica
Manual
Tratado
Textos de las ciencias biomédicas
Artículo de meta análisis
Resúmenes estructurados
Informe de casos
Revisión y análisis de casos
TEMA 4
Redacción de textos
Estructura
Uniformidad (unidad)
Estilo
Neologismos y tecnicismos
Sinónimos y antónimos (repeticiones)
Tiempos verbales
Conjugaciones verbales básicas del español
Uso del infinitivo
Abuso de la voz pasiva
Uso de los adverbios terminados en -mente
Uso del gerundio
Ortografía
División de las palabras
Puntuación
Acentuación
Preposiciones y conjunciones
Uso de mayúsculas y minúsculas
Nombres
Números
Abreviaturas, siglas y acrónimos
Citas y notas
Citas y abreviaturas bíblicas
Principales vicios de lenguaje
TEMA 5
La investigación científica
Fuentes de información o conocimiento
Tipos de investigación. Productos resultantes
Métodos de investigación
Métodos lógicos
Métodos empíricos
Elaboración de los proyectos de investigación
Esquema para la elaboración de un proyecto de investigación
Guía general para la elaboración de tesis
Elaboración del plan de trabajo
Elaboración del anteproyecto
Elaboración de la tesis
Normas generales para la elaboración y defensa de tesis
Presentación del proyecto
Presentación de la tesis
Evaluación de la tesis
TEMA 6
El derecho de autor
Propiedad intelectual
Derechos de autor y derechos conexos
¿Quién es el autor?
¿Quién es el editor?
¿Qué es el derecho de autor?
Las obras protegidas
Los autores
Otras modalidades de titularidad
Contenido de los Derechos de Autor
Legislaciones sobre el derecho de autor
Limitaciones del derecho de autor
Licencias especiales
Otros artículos esenciales de la Ley No. 14
Legislaciones vigentes (nacional e internacional)
Protección del derecho de autor
Centro Nacional de Derecho de Autor (CENDA)
Gestión colectiva de los derechos de autor y derechos conexos
Registro Nacional del Derecho de Autor
El derecho de autor y las Tecnologías de Información y Comunicación
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Términos relacionados con la industria editorial
Términos relacionados con las TIC
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
BIBLIOGRAFÍA ANEXA PARA EL TEMA 4
APÉNDICE
APÉNDICE
Palabras de escritura dudosa. Palabras y expresiones de uso incorrecto
TÉRMINOS SELECCIONADOS1
Alimenticio/alimentario
Asumir/suponer/invocar
Atención al…/atención del…
Bizarro
Candidato
Caso/paciente
Cirugía/operación
Cura/curación
Curso/evolución
Debut/comienzo/inicio
Desarrollar
Descartar
Desorden/tratorno/alteración
Discreto/moderado
Disposición/eliminación
Dolor exquisito
Dramático
Ectasis/estasis/éxtasis
-Ectomía/-stomía/-tomía
Edad pediátrica/niñez/infancia
Enfermo/herido/paciente
Etiología/Patología/Traumatología/Sintomatología
Hacer
Historia/antecedentes
Imponer/aplicar/indicar
Incidencia/prevalencia
Infección/infestación
Manejo/someter/tratamiento/atención/aplicar
Portador
Proceso/enfermedad/afección
Severo/grave/intenso
Terapia/terapéutica
Test/prueba/examen
Tisular/hístico
Tributario/candidato
Nuevas reglas ortográficas de la RAE. Observaciones
Sistema Internacional de Unidades (SIU). Otros sistemas de unidades.
Datos de las autoras

José Martí reconoció el enorme valor gnoseológico de la literatura científica y preocupado por su alcance reflexionaba sobre la responsabilidad de los autores en su creación, de manera que en ella se expusiera “claramente todo lo averiguado y teorizado”. En tal sentido expresó:

José Martí: “La ley de la herencia (libro nuevo). Teoría nueva y racional de Brooks supremacía del padre en la trasmisión de los gérmenes vitales”,  La América, enero de 1884.

Y con extraordinaria sensibilidad descubrió cuánta riqueza “de conocimiento y espiritual” aporta un buen libro; por eso también dijo:

José Martí: “Carta a María Mantilla” del 19 de mayo de 1895, Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana,  1963.

AGRADECIMIENTOS

A los autores, en general, quienes han hecho posible la concepción del libro con sus criterios y sugerencias.

A Dolores Agüero Boza, especialista en Derecho de Autor, por su asesoría, valiosas indicaciones y toda la información recibida.

A I.J. C., asesor del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), por sus atinadas observaciones a la primera versión del libro, en aras de mejorarlo en próximas publicaciones.

A todos los que confiaron en la utilidad del proyecto y han sido un estímulo para enriquecerlo.

A la Editorial Científico-Técnica por hacerlo realidad.

PRÓLOGO

Al igual que la pintura, escribir es un arte.

José Martí

Es una excelente publicación para docentes, redactores de libros y artículos científicos de revistas. Viene a llenar una necesidad de las editoriales y, en general, de todo el personal relacionado con la publicación de libros y revistas científicos.

Los autores explican y analizan, de forma clara y de fácil comprensión, todos los aspectos de la metodología de las publicaciones. Este tema, aunque muy necesario, no es un material obligatorio en la enseñanza de las ciencias y no muy conocido entre científicos, a excepción de aquellos que hacen esfuerzos especiales para su aprendizaje en cursos de postgrado.

Bienvenida esta obra, muy útil en momentos de auge científico del país para el mejor éxito de las publicaciones.

IJC1

1 Copia fiel del manuscrito donde I. J. C. (sic), asesor del CNICM, analizó la versión primigenia del libro, que fue publicada bajo el título: Metodología. Publicación de textos científico-docentes (2005), dirigida para los profesores de las Escuelas de Hotelería y Turismo del Sistema FORMATUR.

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM)

La Habana, 7 de marzo de 2005.

La necesidad del intercambio de los resultados científicos, así como la libre circulación de la información por el mundo —por diferentes vías, impresas o electrónicas, además de la visibilidad de sus autores, de sus instituciones y país de procedencia— ha existido desde muchos siglos atrás. Sin embargo, los conocimientos, las habilidades y la cultura de cómo escribir un texto científico es un tema que, por lo regular, se va trasmitiendo de los tutores o guías científicos a sus discípulos o mediante un proceso de aprendizaje (a golpes), siguiendo diferentes variantes de normas editoriales impuestas por casas editoriales de revistas, monografías u obras científicas o de divulgación. Rara vez un alumno o un profesor universitario o un joven que ingresa a trabajar a un centro científico ha recibido información, seminarios o mini-cursos para aprender a escribir un trabajo de curso, su tesis de diploma o de maestría o un artículo para una revista.

Por tanto, es bienvenida esta publicación de dos “viejas” conocedoras del tema, Miriam Raya y María Elena Zulueta, quienes nos presentan una obra que estoy segura va a servir a muchas y muchos, a todos los que se enfrenten a esa tarea de cómo crear un texto científico.

Parten ambas de una experiencia de muchos años ejerciendo esa acuciosa, silenciosa y bien anónima labor de editar libros y obras de ciencia en Cuba.

Este texto parte de una necesidad imperiosa, compartido para todos, científicos y editores, convencidos de que enfrentamos un problema: es preciso rescatar la cultura y el incentivo para escribir libros de textos especializados en diferentes disciplinas de la ciencia y la tecnología.

Probablemente existe una mayor presión (y entrenamiento) sobre los profesores e investigadores de escribir artículos científicos, sobre sus resultados y producción anual, que para escribir textos, compilaciones de un acervo acumulado por muchos años de ejercer la labor docente o de trabajar en proyectos de investigación con resultados originales.

Hoy por hoy, en Cuba, existe una demanda de que los mejores exponentes de la ciencia y la tecnología, aquellos eminentes profesores y académicos, dejen plasmados sus conocimientos y escriban obras científicas que perduren, que sirvan de textos —de pregrado o posgrado— a las actuales y venideras generaciones de cubanos y cubanas, las que formarán parte del patrimonio cultural y del legado de una ciencia fundada, promovida y lograda en más de 50 años de Revolución.

Los altísimos niveles alcanzados por la ciencia y la tecnología cubana en algunas ramas no son visibles ni han sido plasmados en publicaciones, seriadas o no, impresas o electrónicas, de forma proporcional a ese alto nivel y saber acumulado que hoy permanece en carpetas o gavetas, o a lo sumo en tesis doctorales, pero que no circulan ampliamente en librerías o bibliotecas o en las mismas manos de quienes necesitan esos conocimientos.

Los conocimientos científicos y tecnológicos deben circular, intercambiarse, ser apropiados, y solo así pueden desarrollarse y avanzar en esa espiral de ascenso a nuevos conocimientos y progreso de la ciencia. Ciencia que no se publica, ciencia que no existe, o permanece cautiva en pocas manos, como es el caso de las patentes o de los secretos institucionales, a veces con intenciones nobles, otras con intenciones perversas. Y lo mismo sucede con los científicos, aquel que no publica, nadie lo conoce; —no existe para la ciencia.

Los lectores a los que les llegue este libro, encontrarán valiosos conocimientos e informaciones importantes en los primeros cinco temas. Asimismo, definiciones y cultura de qué es el derecho de autor; tema este último poco difundido y conocido en muchas áreas de la creación, no solo en la ciencia y la tecnología. A mi juicio, quizás estaría faltando establecer la diferencia entre qué es un texto científico y cómo se escribe, y qué es un texto de divulgación y popularización de la ciencia y la tecnología. Bien podría desde estas líneas, instar a las autoras a escribir un nuevo libro sobre este tema, porque esa otra dimensión del asunto también está faltando en el espectro de las publicaciones científico-técnicas en Cuba. Aquella literatura científica dirigida al gran público, orientada a la motivación vocacional de nuestros jóvenes para que estudien carreras de ciencia, incluidas las ciencias técnicas, o para incrementar la cultura de los maestros, o simplemente para simples ciudadanos o decisores que estén ávidos de conocer más sobre los avances de las ciencias y de las tecnologías de este siglo xxi.

Se trata de ese “poner la ciencia en lengua diaria” como citan a nuestro José Martí las autoras.

Al respecto, el Premio Nobel de Física, Leon Lederman expresó que: “Ser un analfabeto científico en el siglo xxi supone una limitación semejante o peor a la de no saber leer y escribir”.

Por tanto, si importante es que los hacedores de ciencia y tecnología sepan escribir, redactar y dejar plasmados con corrección sus resultados y progresos; importante es también el conocimiento y el estímulo para publicar textos de ciencia y tecnología popular. Muchos de los que peinamos canas (o nos las teñimos), recordamos con añoranza aquellos textos de la Editorial Mir, dirigidos a ampliar la cultura científica de nuestros pueblos. Desde este breve prólogo aprovechamos, también, para instar a profesores e investigadores a escribir y publicar estos necesarios libros de divulgación científica para las nuevas generaciones.

Enhorabuena, pues, a las autoras, que finalmente se decidieron a preparar con cuidado y sabiduría los temas que aquí se abordan, y entregarnos esta obra, que nos recordará o enseñará —a los que no lo han aprendido y necesitan saberlo para enriquecer su desarrollo profesional individual— cómo se escribe correctamente un texto científico.

Dra. Lilliam Álvarez Díaz

Miembro de Mérito, Academia de Ciencias de Cuba

La Habana, mayo, 2011.

PREFACIO

…no hay placer como este de saber de dónde viene

cada palabra que se usa, y a cuánto alcanza;

ni hay nada mejor para agrandar y robustecer la mente

que el estudio esmerado y la aplicación oportuna del lenguaje.

José MartÍ

La escritura hoy día, a pesar del desarrollo alcanzado por la ciencia y de los avances tecnológicos, no ha podido ser reemplazada y sigue siendo uno de los medios primordiales de comunicación.

El lenguaje científico resulta más difícil de expresar por escrito que verbalmente. Una cosa es concebir un pensamiento con claridad; y otra, expresarlo con idéntica precisión. La terminología científica, en general, debe ser precisa y objetiva; en esta han de suprimirse adjetivos y neologismos innecesarios, importar palabras y términos de otros idiomas obviando y desconociendo la riqueza del idioma español, así como utilizar los vocablos con el máximo rigor para evitar ambigüedades y equivocaciones en la interpretación del contenido.

Como es lógico, dentro de la propia literatura científica, los textos de determinadas temáticas de las ciencias sociales permiten mayor flexibilidad en el sentido redaccional y lingüístico, pero sin descuidar la objetividad en los enfoques y conceptos, la coherencia, la claridad y la concisión. No es posible concebir un profesional de alto nivel científico, con escaso dominio de su lengua materna; si el conocimiento de varios idiomas es importante y necesario —por razones obvias de desarrollo y competencia—, resulta vital expresarnos bien, y consecuentemente redactar como es debido, en la lengua de Cervantes.

La labor del investigador científico no termina cuando anota el último dato. Su trabajo de campo o en el laboratorio habrá servido de poco si no logra comunicar sus hallazgos a las personas interesadas: otros investigadores que trabajan en áreas afines, su centro de trabajo, instituciones u organismos que aplican los resultados de la investigación científica, así como el público en general, curioso por conocer los adelantos de la ciencia que inciden en la calidad de vida de la sociedad.

El proceso de redacción del trabajo original no resulta fácil al principio, pero afortunadamente es una habilidad que se puede aprender con la práctica. Dada la importancia que tiene la publicación de artículos u obras de carácter científico con la máxima calidad, se comprende que la habilidad de redactar textos concisos, que expliquen los objetivos y resultados de forma precisa y fácil de comprender a la primera lectura, es un elemento tan esencial para la formación profesional del investigador como pueden ser la adquisición de los conocimientos teórico-prácticos que forman la base de su especialidad científica.

La comunicación escrita puede tomar diversas formas: tesina, tesis doctoral, trabajos de investigación (artículo breve, artículo original de investigación, metaanálisis, revisión, carta a la redacción, recensión de un libro), contribución de un capítulo de un libro, o contribución a las actas de un congreso (resumen, póster, ponencia, aportación a un taller o una mesa redonda), monografía. Al escribir, es fácil entusiasmarse con el tema y con el lenguaje, y olvidar a los lectores eventuales del texto. Por lo general, ellos no podrán comunicarse de forma directa con los autores ni podrán hacerles consultas ni pedirles aclaraciones. Solo dispondrán del texto impreso o en versión digital para comprender el mensaje que quisieron trasmitir. Si el lector se ve obligado a releer una parte del contexto para intentar comprenderlo, aplicando una interpretación alternativa, pues le resultó incoherente, inconsistente o incomprensible, entonces los autores no habrán cumplido con el objetivo principal propuesto (científico, docente, metodológico, u otro) y resultó afectada la comunicación.

Si los lectores tropiezan varias veces con párrafos oscuros e incomprensibles en una primera lectura, pueden perder el interés, y optar por dejar de leer. Asimismo, pueden seguir leyendo, pero arrastrar una interpretación errónea de lo leído; al final, una mala interpretación del texto y, por ende, llegar a conclusiones equivocadas sobre las ideas que los autores han querido trasmitir.

En los textos científicos o técnicos que van a ser traducidos a otro idioma, la necesidad de una redacción perfectamente clara, y libre por completo de frases o palabras que podrían tener más de una interpretación, es imperativo. Si el traductor está físicamente alejado de los autores, no existe la posibilidad de realizar consultas que esclarezcan el contenido. En estos casos, el traductor está obligado a deducir el sentido más coherente de la frase o de la expresión o del término o del concepto de acuerdo con el contexto en el que aparece. Pero, si el material aborda conceptos novedosos, muy complejos, o muy técnicos, es poco probable que el traductor los domine por completo para expresarlos adecuadamente. Por lo tanto, ¿cuál es la mejor manera de reducir, en lo posible, el riesgo de que la traducción contenga errores conceptuales? Con el cuidado en la redacción del texto original, revisándolo y depurándolo hasta que cada frase trasmita un sentido unívoco.

No se propugna igualdad y uniformidad para todos los autores científicos, pues se sabe que cada especialidad posee sus expresiones y términos propios; pero tratar de exponer en un texto todo el conocimiento acumulado, sin realizar después un proceso depurativo y de reestructuración orgánica y coherente, solo conlleva a un documento incompleto y sin pulir (ya sea un artículo, un trabajo de diplomado, una tesis de maestría, un libro) por deficiencias para discriminar, organizar y racionalizar. Por otra parte, en correspondencia con la universalización de la enseñanza, urge democratizar la literatura docente y científico-tecnológica para difundir resultados, innovaciones, logros y descubrimientos importantes; ello implica el obligado dominio de elementos básicos de redacción, con el fin de poder adecuar el lenguaje de la ciencia y hacerlo mucho más comprensible, directo y ameno, sin perder su rigor científico.

Robert A. Day2 ratifica lo expuesto por José Martí3 en las páginas iniciales:

21 Day, R. A.:How to write and publish a scientific paper, 3ª ed., Cambridge UniversityPress, Cambridge, 1988, pp. 3,4,7. Citado por Delgado, E. y K. Shashok:La escritura de trabajos científicos. Consejos prácticos para facilitar la preparación de originales, Escuela Superior Técnica, Universidad de Huelva, España, 1996 (versión digital).

3 Las reflexiones martianas relacionadas con la escritura, la redacción, la lectura, el lenguaje y los libros científicos, que aparecen citados a lo largo del texto, han sido tomados de: Martí, J.: Obras Completas, t. 13, Editorial Nacional de Cuba (1963-1973), La Habana, p. 425. “Comentarios al libro Las leyes de la herencia (W. K. Brooks)”, enero de 1884 y de Valdés Galarraga, R.: Diccionario del pensamiento martiano, 4ta. ed., Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, pp. 82 (992), 159 (1977), 160 (1979, 1981, 1988, 1991), 332 (4359, 4363), 333 (4382), 334 (4385) y 530 (7100).

La importancia de la ciencia es tal que ésta exige ser comunicada con palabras de un significado determinado. Dicho significado transparente y verídico debe ser comprendido no solamente por los compañeros de los autores, sino también por los estudiantes que empiezan su carrera, por los científicos que leen material que queda fuera de su propia área restringida, y, sobre todo, por aquellos lectores (la mayoría de los lectores actuales) cuya lengua madre no es el inglés.

Hay muchas clases de redacción que tiene como finalidad el entretenimiento.

El propósito de la redacción científica es otro: el de comunicar nuevos hallazgos científicos. La redacción científica debe ser tan transparente y sencilla como sea posible.

El [lenguaje] no tiene por qué ser complejo. Con respecto a la redacción científica, se dice que el mejor [lenguaje] es aquel que transmite el sentido con un mínimo de palabras cortas. Los trucos literarios, las metáforas y otras cosas semejantes destacan más el estilo que el contenido. Deben ser empleados con poca frecuencia —y aún así sólo en caso de necesidad— en la redacción científica.

Por lo tanto, un texto bien redactado consigue comunicar información de forma tal que evita que los lectores entiendan otra cosa diferente del significado que el escritor ha querido trasmitir. Les incumbe a los autores pensar detenidamente sobre lo que quieren decir, así como elegir sus palabras y frases con el esmero correspondiente. El texto debe admitir solo una interpretación: la que el autor quiere comunicar. En caso de duda, consultar sin titubeo el diccionario apropiado que la esclarezca. Un texto útil es conciso, claro (permite la repetición de la experiencia bajo condiciones idénticas) y bien documentado (posibilidad de consultar las mismas fuentes que los autores han empleado, valorar la comprensión que de estas tienen los autores, y seguir investigando). La documentación ha de ser completa y precisa.

Resumiendo:

Redactar bien es construir la frase con exactitud, originalidad, concisión y claridad. Aquí radica la belleza del texto científico.Cada autor debe encontrar su método, ya que no existen recetas únicas para preparar un artículo científico o un libro. Pero no significa dejar de considerar aspectos esenciales para una presentación textual aceptable en su estructura y organización.Resulta necesario y fundamental elaborar un croquis del futuro escrito con los diferentes temas y las partes en que se desarrollará, distinguiendo niveles de categoría (acápites primarios, secundarios, terciarios…) que definen el contenido de lo general a lo particular de manera coherente. Este croquis incluirá los materiales complementarios (tablas, fotos, gráficos, bibliografía).No dar por terminada la versión primera del texto (resumen, informe, artículo, monografía, tesis, manual…), sino realizar las revisiones necesarias para pulir, eliminar lo innecesario y superfluo, corregir la ortografía, que las ideas estén perfectamente expuestas tal como requiere un texto científico. El autor nunca debe olvidar que escribe para ser comprendido por otros, que no pueden esclarecer dudas directamente con él.La revisión puede hacerse en su conjunto, pero es preciso hacerlo por partes para garantizar la calidad final. Existirán temas y subtemas, pero el todo tiene que ser orgánico y coherente.El arte de escribir sí puede aprenderse; depende mucho del trabajo práctico, del oficio cotidiano y de la dedicación.

Una cuestión importante es el aspecto socioeconómico. Los autores deben reconocer, asumir y defender sus respectivos derechos con independencia de producir y publicar textos bajo la rectoría de instituciones con personalidad jurídica propia. Esto obliga a tener un conocimiento básico de la legislación vigente, así como de los elementos esenciales sobre el derecho de autor, para una mejor y efectiva protección de su creación intelectual, a lo que se une el impacto que hoy tienen las nuevas tecnologías en la esfera de las publicaciones favoreciendo el plagio, la piratería, la reproducción ilegal, entre otros problemas.

La presente obra se fundamenta en los textos clásicos de autores reconocidos sobre los distintos temas tratados; en documentos normativos; en materiales docentes preparados para cursos de posgrado (dirigido a investigadores y profesores) y para la asignatura Edición de Documentos de la Facultad de Comunicación (Universidad de La Habana); además, en la propia experiencia práctica, que confirma la reiteración de problemas de redacción en originales de autor de diferentes disciplinas. Asimismo, pretende dar respuesta a la necesidad planteada por investigadores, profesores y estudiantes, de tener un material básico que integre los aspectos aquí explicados, a modo de guía y orientación en el difícil arte de la escritura —en especial: artículos, monografías, tesis, compilaciones u otros tipos de obras de mayor complejidad— y en los derechos institución-autor sobre esa creación, al momento de decidir su publicación oficial.

Si logra satisfacer las expectativas de quienes lo necesitan, el esfuerzo no habrá sido en vano en aras de cuidar y usar bien —y cada vez mejor— nuestra lengua materna y de encauzar adecuadamente el manejo legal de la creación científica de los autores.

TEMA 2

Formas de texto

Todo el arte de escribir es concretar.

José Martí

En cada tipo de publicación se utilizan las formas de textos que se explican en el capítulo, de acuerdo con el contenido, la complejidad y su estructura.

Texto básico

Es aquel que expone el contenido principal de un tema (artículo, monografía) o de una obra (estructurada en capítulos vinculados con un tema o compilaciones de artículos). En el caso específico de la docencia debe responder a los objetivos de un programa docente (disciplinas básicas o formación de directivos).

Un aspecto fundamental es revisar la presentación lógica del contenido y exponer siempre de lo general a lo particular. Hay que dejar bien definido del tema objeto de análisis: introducción, desarrollo y conclusiones, ya sea empleando esta estructura básica o desglosada de acuerdo con la estructura clásica que se explica o utilizando otros títulos y subtítulos, lo que depende del tipo de investigación o estudio. Lo importante es que se respeten y estén bien explicitadas en el contexto estas tres partes esenciales; además, la estructura interna debe evidenciar de manera clara y precisa sus elementos cardinales, así como las tesis o ideas rectoras que sustentan la exposición.

Orientaciones sobre el artículo científico

El artículo científico es una publicación primaria con suficiente información que permite proseguir observaciones, reproducir experimentos y evaluar procesos intelectuales. Además, puede ser sometido a la revisión de la comunidad científica sin restricciones de ningún tipo.

Indicaciones básicas

En relación con la escritura del artículo científico, se dan las recomendaciones siguientes, válidas para cualquier otro tipo de texto:

Emplee un estilo sencillo, claro, preciso y conciso.No abuse del lenguaje verboso, de la primera persona del plural, ni de los adjetivos y los tecnicismos.Cuidado con el uso de abreviaturas, siglas y acrónimos sin antes haber aclarado su significado.Evite el abuso de los adverbios terminados en –mente.Revise el uso correcto de los tiempos verbales, sobre todo del gerundio, que suele emplearse incorrectamente.Depure las repeticiones de palabras, términos, expresiones o frases que deben evitarse.Haga una lectura crítica, no solo para corregir errores ortográficos y gramaticales, sino también para perfeccionar la redacción, de manera tal que sea clara y precisa.El desarrollo de los planteamientos debe realizarse de modo tal que en cada párrafo, apartado y capítulo, así como entre ellos, se observe un hilo conductor con el fin de mantener la coherencia, tanto al interior de cada una de las partes, como en el conjunto del trabajo.

Partes del artículo científico

Las partes del artículo científico son: título, autor(es), resumen, palabras claves, introducción, materiales y métodos (o métodos y técnicas), resultados, discusión, conclusiones y recomendaciones, reconocimientos o agradecimientos, referencias y bibliografía, abstract (résumé u otro idioma, según las exigencias de cada publicación), anexos o apéndices, tablas y gráficos (material complementario).

¿Cómo se organizan los trabajos científicos?

Partes iniciales: título, autor (es) con filiación, institución y palabras claves.Partes del cuerpo: Introducción (incluye objetivos), Método (s), Resultado (s), Discusión (las conclusiones pueden ir incluidas al final de la discusión como una derivación lógica del análisis o en acápite independiente; esto varía según las normas de cada institución o revista.Partes finales: agradecimientos, referencias (también bibliografía general consultada e incluir documentos en versión digital, páginas o sitios web y blogs) y anexos.

Las tablas y el material gráfico van independientes e indicados con claridad dentro del cuerpo del texto. Hay revistas y otras publicaciones que los consideran dentro de los anexos.

La lógica del formato IMRYD (introducción, métodos, resultados y discusión) puede definirse como una serie de preguntas: ¿Cuál ha sido el problema investigado? La respuesta es la introducción. ¿Cómo fue abordado el problema? La respuesta está en los métodos. ¿Cuáles han sido los hallazgos? La respuesta está en los resultados. ¿Cuál es el significado de estos hallazgos? La respuesta está en la discusión. “La sencilla estructura […] IMRYD ayuda al autor a organizar y redactar el trabajo, y proporciona a los editores, árbitros, y lectores un esquema fácil de consultar al leer el trabajo” (Day, 1988: 7).

Título

Conciso, pero debe describir correctamente el contenido del artículo; por tanto, ofrece la mayor cantidad de información específica, con el mínimo de palabras. Hay que evitar las frases o palabras inútiles. Válido lo anterior para los subtítulos.

Autor (es)

El autor principal lo define: grado de responsabilidad y contenido (más de 50 %). En la reseña de autor(es) poner los nombres y apellidos completos, consignar títulos académicos y docentes, filiación, aspectos relevantes, actividad y cargo actual, dirección, teléfono, e-mail.

Para conceder el crédito de autor (es) debe (n) haber participado en: la concepción y el diseño, o bien en el análisis y la interpretación de los datos; la redacción del artículo o la revisión crítica de su contenido intelectual; la aprobación final de la versión que será publicada. La participación que consiste solo en conseguir financiamiento o recoger datos no justifica el crédito de autor; tampoco basta con ejercer la supervisión general del grupo de investigación ni incluir a los jefes o tutores por cortesía.

Resumen

Es importante porque se indiza en los repertorios. Debe cumplir cinco requisitos: entenderse sin recurrir al artículo; incluir los aspectos más importantes (propósitos del estudio o investigación, aportes, métodos y procedimientos básicos, resultados significativos, conclusiones y otros); no debe exceder las 250 palabras (150-250); síntesis; no incluir informaciones que no sean analizadas y discutidas en el artículo. Escribir el resumen pone a prueba la capacidad de síntesis del autor.

Es importante preparar la versión del resumen en inglés (fundamental), francés, alemán u otro idioma, teniendo en cuenta los idiomas exigidos según el tipo de revista especializada. En este caso se incluye el título en la traducción. No deben emplearse abreviaturas en el resumen, a no ser que las normas de la revista lo permitan expresamente.

Palabras claves

Reflejan la esencia del trabajo, los términos más empleados en la especialidad o los conceptos más relevantes. Se utilizan entre tres y 10 palabras o frases cortas que ayudan a los indizadores a clasificar el artículo; se publican junto con el resumen y son empleados en índices y bases de datos para facilitar la búsqueda y recuperación de trabajos que aportan información actualizada o experiencias o métodos novedosos sobre temas específicos. Pueden coincidir o no con las palabras principales del título.

Introducción

Precisar ¿por qué y para qué es la investigación o el estudio?, así como las lagunas de conocimientos. No deben emplearse términos que ya aparecen en el título. Se deben exponer los antecedentes, hipótesis y objetivos. Expresar el propósito del artículo y resumir el fundamento lógico del estudio u observación.

Una o dos páginas son suficientes para esta parte. Además de la información científica y bibliográfica que proporciona, debe atraer la atención del lector. Al resumir los estudios previos más significativos, no es necesario citar todas y cada una de las publicaciones anteriores, sino los trabajos más recientes que tienen una relación directa con el tema de la investigación. Al final de la introducción se suele enunciar la hipótesis del trabajo, con una mención breve sobre la metodología usada y el ámbito del estudio (local, nacional, internacional). No obstante, es recomendable leer con atención las instrucciones de la revista para la preparación de los originales, ya que pueden incluir otras indicaciones distintas sobre la información que debe contener.

Materiales y métodos

Definir ¿cómo y con qué se realizó la investigación o el estudio?; procedimientos estadísticos, diseño y protocolo; evaluación de la información y los datos. Escriba correctamente las palabras técnicas, los términos específicos del tema y los nombres científicos de plantas, animales, microorganismos y otros. Para saber si se ha redactado correctamente debe dar respuesta a las preguntas siguientes: ¿qué se estudió?, ¿cuándo se estudió?, ¿dónde se estudió?, ¿cuál método se utilizó?, ¿cómo se estudió?

Resultados

Han de ser breves y claros; dar respuesta a las interrogantes e hipótesis, siguiendo una secuencia lógica, así como aportar nuevas evidencias. El autor debe ir de lo desconocido a lo conocido y seleccionar los resultados realmente significativos. Hay que descartar los hallazgos secundarios y destacar o resumir solo las observaciones importantes. Los gráficos y las tablas sirven de apoyo, siempre que no repitan los datos expuestos en el texto.

Tener en cuenta comunicar los hallazgos de la investigación, sin intentar magnificarlos, pues no olvide que el trabajo realizado debe ser susceptible de revisar, verificar o de comprobar su impacto. De todos los apartados, este es uno de los más fáciles de redactar; sin embargo, lo que a veces le resta utilidad es la planificación y la calidad deficientes de las tablas y figuras. Si los resultados se pueden exponer de forma numérica (tablas, gráficos u otro tipo de ilustraciones), el autor simplifica la realidad, la reduce sintéticamente y la objetiviza. En las investigaciones experimentales, que poseen una naturaleza cuantitativa, el empleo de estos recursos resulta apropiado.

Discusión

Se exponen otras investigaciones sobre el tema, los hallazgos previos, los puntos de vista y las evidencias que reafirmen o nieguen los resultados. También, comentar los aspectos controvertidos o los resultados inesperados. Interprete la trascendencia de los resultados, haga énfasis en los aspectos nuevos e importantes del estudio, así como en las conclusiones que se derivan de estos y las consecuencias para la investigación futura. Esta parte requiere que el autor la desarrolle con profundidad científica (a veces se incluye en los resultados o en las conclusiones).

La discusión no debe ser difícil de redactar, siempre que los autores hayan confeccionado previamente un esquema del contenido del trabajo, y tengan presente los objetivos concretos del estudio, la importancia y las limitaciones de los hallazgos, así como las posibles implicaciones para las futuras investigaciones en la misma área de conocimiento de su especialidad.

Es la parte donde se analizan e interpretan los resultados. Mediante la agrupación, ordenación y comparación de los datos, recurriendo a tablas y gráficos, se pueden esclarecer los hallazgos, verificar o refutar la hipótesis, deducir consecuencias, resolver problemas y sugerir nuevos caminos. Es importante distinguir entre las ideas que son apoyadas por los experimentos ya realizados (evidencia concreta) y las preguntas que podrían ser contestadas con experimentos aún por realizar (especulación).

Al terminar de redactar la discusión y las conclusiones, aconsejamos volver a repasar el título y el resumen para ajustarlos, si fuera necesario, al contenido real del trabajo.

Conclusiones y recomendaciones

Es la parte conclusiva de la discusión donde se exponen las consecuencias de los resultados y se establece el nexo de las conclusiones con los objetivos de la investigación o el estudio. Hay que evitar las generalizaciones y verdades absolutas, así como extraer conclusiones que no estén completamente respaldadas por los datos. No reclame ningún tipo de procedencia ni mencione estudios que no estén terminados. Se propondrán nuevas hipótesis o aspectos que sean objeto de ulterior investigación, si hay realmente justificación para ello, e identifíquelos con claridad como tales.

Las conclusiones pueden estar integradas a la discusión o aparecer independientes, al igual que las recomendaciones. Esto depende del tipo de publicación, de las normas institucionales o de las exigencias del editor.

Reconocimientos o agradecimientos

Son una expresión de cortesía para agradecer el apoyo recibido por otros especialistas relacionados con el objeto de estudio o de instituciones o el ámbito familiar. El reconocimiento por ayuda técnica debe distinguirse aparte. Los reconocimientos y agradecimientos pueden aparecer o no y se ponen al final del artículo, antes de las referencias o la bibliografía.

Referencias o bibliografía

No se deben utilizar los resúmenes como referencias. No mezclar las notas y los comentarios con las citas bibliográficas, obviando datos importantes para la búsqueda posterior del autor o del documento referido. Las citas en el texto han de corresponderse con la lista de referencias al final del artículo; por eso se recomienda hacer una revisión final para verificarlo, ya que es uno de los problemas que suele presentarse, junto con la ausencia de datos importantes en la reseña bibliográfica. Hay que aplicar el estilo y la norma exigidos por la institución o por el editor de la publicación (solicítelo).

En la Fig. 2.1 se representa la connotación y proporción real que deben tener las partes del artículo científico y la significación relativa que le dan los autores, lo que evidencia el desconocimiento o el insuficiente dominio de cómo redactarlo correctamente y de la información que se debe exponer en cada una de sus partes (Pérez y Montes de Oca, 1997).

Fig. 2.1 Connotación y proporción real que deben tener las partes del artículo científico (izquierda) y la significación relativa que le dan los autores demostrado en la práctica (derecha).

A continuación se detallan algunos aspectos relacionados con las normas editoriales y errores frecuentes en la escritura.

Aspectos relacionados con las normas editoriales que los autores no consideran o consideran parcialmente al escribir un artículo científico:1

1 Pérez y Montes de Oca, 1997.

Filiación y reseña autoral incompleta o inclusión en la misma de elementos no solicitados.Omisión del resumen o del abstract o ambos.Empleo de sistemas de citación diferentes o empleo combinado con otros.Omisión o cambios en la estructura de los acápites.Omisión de elementos esenciales, presentación en desorden o en un orden diferente o empleando un sistema diferente al establecido por la revista donde será publicado el artículo.Relación final de referencias bibliográficas.Omisión de objetivos.Aporte insuficiente del título traducido a otro idioma para facilitar el trabajo de la revista.Escritura en forma personal.No considerar o considerar parcialmente el Sistema Internacional de Unidades (SIU).Omisión de pies de figuras.Omisión o inclusión de figuras, cuadros y tablas innecesarios.Omisión de leyendas en los gráficos.Falta de secuencia en las citaciones u omisión de ellas.No solicitar o no tener en cuenta las normas de presentación de originales de la revista.

Errores más frecuentes en la escritura de un artículo científico:2

2 Ibídem.

Errores ortográficos.Empleo innecesario y abuso de abreviaturas, acrónimos, siglas y simbologías o sin aclaración de su significado.Redundancia de palabras o expresiones.Omisión de elementos en las referencias bibliográficas.Empleo de vocablos con acepción incorrecta.No tratar de manera uniforme la información.Incorrecciones en conceptos técnicos o en su aplicación.Tratamiento de las referencias diferente a las normas editoriales de la revista.Redacción en forma personal.Errores semánticos.Errores de sintaxis.Problemas de concordancia (género y número).Omisión de información indispensable.Empleo de tiempos y formas verbales de manera incorrecta, sobre todo del gerundio.Empleo de vocablos y tiempos no existentes en el idioma español.Abuso y empleo inadecuado de las mayúsculas.Filiación incompleta.Empleo de información innecesaria.Falta de correspondencia entre título, objetivos y conclusiones.Figuras sin calidad.Empleo de vocablos o expresiones técnicas inadecuados.Falta de secuencia de las citas en el texto.Distribución inadecuada de información en las diferentes partes del artículo.Cita de una información no recuperable u omisión de esta.Utilización de diferentes sistemas de citación en el mismo trabajo.Empleo de expresiones en otros idiomas, sin previa aclaración de su significado.Empleo de vocablos y frases ambiguas.

Elementos integrantes de una obra científica

Cuerpo pretextual

En dependencia de la complejidad y las características del texto pueden estar presentes o no los elementos siguientes:

Páginas de cortesía (páginas en blanco, con viñetas de adorno u otros elementos). Portadilla.Reverso de portadilla.Portada.Reverso de portada o página de créditos.Dedicatoria o agradecimientos (u otro tipo de texto, por ejemplo: cita de un pensamiento).Presentación (puede ser escrita por el (los) autor (es), pero la norma general es que lo haga un especialista de reconocido prestigio en la materia, preferiblemente de mayor categoría docente o científica que el autor, lo que resulta un aval para la obra).Nota del editor sobre la obra.Prólogo o prefacio (ídem a la presentación).Índice general (si va al principio) o sumario (índice resumido, cuando cada parte del libro lleva su índice correspondiente).Introducción (de los autores).

Texto general

Dividido en partes y capítulos, que pueden llevar o no su índice específico; incluso, si fuese necesario, un resumen de los aspectos esenciales (al principio como presentación o al final; y en varios idiomas en aquellas obras que así lo requieran: por lo general, el resumen en español al principio y la versión traducida al final). Dentro del texto general también las tablas y el material gráfico, así como notas, citas, comentarios u otros aspectos en dependencia de su complejidad. Al final de cada parte o capítulo puede haber un cuerpo bibliográfico (referencias y bibliografía), independientemente de la bibliografía general como elemento postextual.

Cuerpo postextual

Comprende:

Epílogo.Glosarios o vocabularios.Apéndices o anexos, o ambos.Bibliografía general.Índices especializados en el orden siguiente:De materia.Analítico.Onomástico.Cronológico.Bibliográfico.De ilustraciones.Geográfico.Otros específicos, de acuerdo con el tipo de obra.

6. Índice general (si va al final o cuando el texto tiene sumario (al inicio) e índices de cada parte o capítulo).

Portadilla

La portadilla es la primera página impresa del libro, cuyo texto es el título de la obra (más subtítulo si lo hubiera), compuesto en un puntaje menor que el de la portada. En algunas colecciones o ediciones especiales se permite la inclusión de su logotipo (identificador) no calzado o lema. Se admite la eliminación de la portadilla, de conformidad con el criterio editorial.

Reverso de portadilla

Por lo general va en blanco, pero se acepta la colocación de cualquiera de estos elementos:

Datos bibliográficos del autor.Colectivo de autores y colaboradores, encabezado por el autor principal.Retrato del autor (con la mirada hacia el frente o el medianil).Grabado, foto y otro material gráfico relacionado o afín con la obra.Reconocimiento o mención de los premios nacionales e internacionales obtenidos por la obra, junto con la relación de participantes en el jurado.Consignación de que la obra es concebida para saludar una actividad o efemérides histórica, política o cultural.

Portada

Es la página principal de todas las pretextuales por la información que ofrece; contiene los elementos siguientes:

Título completo de la obra.Subtítulo (si tiene).Nombre del (de los) autor (es). Pueden aparecer sus grados o categorías científicas si fuera necesario.Logotipo (identificador) de la casa editorial o de la institución.Pie editorial (nombre, ciudad y año).

Puede aparecer, además:

Nombre del traductor o prologuista (si son relevantes).Nombre del antólogo y del compilador.Nombre del ilustrador (si es relevante).Tomo, volumen o período histórico.Colección.Ilustración o viñeta.

NOTA. En la portada a doble página, se permite la inclusión de los elementos señalados, excepto el título que puede ocupar la doble página.

Reverso de portada (página de créditos o página legal)

En esta página aparece información sobre la obra y los autores, la entidad que publica, los créditos del equipo que interviene en el proceso editorial y otros datos específicos; a saber son:

Los créditos de los especialistas y técnicos que intervienen en la edición de la obra, diferenciándolos tipográficamente.Los datos editoriales se consignarán según las disposiciones vigentes sobre la Ley de Derecho de Autor.Es potestativo de la casa editorial o de la institución acreditar los trabajos que para la edición de una obra considere más relevantes; no obstante, siempre serán señalados como mínimo los correspondientes a la edición y el diseño.A la cabeza de la página:En las obras traducidas se pone el título en su idioma original; se translitera si proviene de un idioma que no utiliza el alfabeto latino.La catalogación bibliográfica, que incluye el ISBN.

5. Cuando se considere necesario señalar varios créditos, se tendrá en cuenta el ordenamiento siguiente:

Traducción.Revisión técnica.Edición.Redacción (si la asume otra persona diferente al editor).