Transformación Digital - Javier Moreno Jabardo - E-Book

Transformación Digital E-Book

Javier Moreno Jabardo

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  • Herausgeber: WS
  • Kategorie: Fachliteratur
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2018
Beschreibung

* Ídentificar la transformación como constante empresarial
* Comprender la función de las personas dentro del ecosistema digital.
* Aprender a afrontar la Transformación Digital.
* Conocer las distintas herramientas para no resistirse al cambio.
* Analizar los nuevos modelos en relación a los tiempos actuales.


1. El cambio como constante empresarial, la Transformación Digital
2. Las personas dentro del ecosistema digital
3. Nuevos modelos de negocio y nueva organización

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Seitenzahl: 155

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Transformación digital

Elaborado por: Javier Moreno Jabardo

Edición: 1.0

Editorial Elearning S.L.

ISBN: 978-84-17814-33-5

No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquiera de sus formas gráficas o audiovisuales sin la autorización previa y por escrito de los titulares del depósito legal.

Impreso en España - Printed in Spain

UD1.El cambio como constante empresarial. la transformación digital 5

1.1. La importancia de convivir con el cambio 7

1.2. Nuestro ecosistema ha cambiado 13

1.3. La organización ha evolucionado con la conciencia humana 18

1.4. ¿Qué es la transformación digital? 22

1.4.1. Transformación digital: dos conceptos en uno 27

1.5. Nuevos modelos de negocio 32

1.5.1. La teoría del consumo colaborativo 35

1.5.2. Marketplace 37

1.5.3. El negocio de segunda mano: la evolución de los clasificados 39

1.5.4. Modelo freemium: démosle ingresos a la compañía 39

1.5.5. Las grandes referencias innovadoras 41

UD2.Las personas dentro del ecosistema digital 47

2.1. Las diferencias generacionales 49

2.2. Millennials y Centennials dentro de la organización 52

2.3. Millennials y Centennials y su comportamiento en el consumo 56

2.4. Nuevos profesionales para la nueva organización 59

2.5. Habilidades, el núcleo del cambio 63

2.5.1. La responsabilidad de ser empleado 65

2.5.2. La plasticidad en entornos complejos 66

2.5.3. El autoaprendizaje “no ocupa lugar” 68

2.5.4. Innovación y creatividad orientada al negocio 71

2.5.5. Resiliencia: A ver cuánto aguantas… 73

2.6. Organización digital: Comparte, comprométete y se ágil 75

2.7. Conclusiones: para el profesional de hoy en día 77

UD3.Nuevo modelo de negocio y nueva organización 81

3.1. Qué es un cambio organizacional 83

3.2. Cultura organizacional 90

3.3. Comunicación y formación: dos palancas para el cambio 96

3.3.1. Comunicar, comunicar y comunicar 97

3.3.2. Formación versus modelos de aprendizaje 100

3.4. Experiencia del empleado 103

3.5. Recursos humanos: ¿Y ahora qué? 105

Glosario 111

UD1

El cambio como constante empresarial. la transformación digital

1.1.La importancia de convivir con el cambio

El filósofo griego Heráclito dijo hace más de dos mil años, que lo único constate es el cambio; y es el cambio aquel que nos acompañará de forma más intensa en los próximos años. Debido a que nuestro ecosistema, visto desde el punto de vista del individuo, del consumidor o del profesional, es cada vez más cambiante. Estamos, queramos o no, en un entorno de constante cambio, y que actualmente en el ámbito empresarial lo hemos llegado a denominar “entornos VUCA”.

En algunas ocasiones el término se traduce al español y se usa como VICA, respondiendo a las siguientes siglas:

–Volatilidad, (Volatility) debido al crecimiento extremo de los cambios a los que hemos de enfrentarnos actualmente, y a los que deberemos enfrentarnos en un futuro. Tenemos que tener en cuenta que, a día de hoy, hay pocas constantes; y me vuelvo a remitir a nuestro querido Heráclito, la única constante es el cambio, y esto hace que la volatilidad esté muy presente en el ámbito de las organizaciones, pues lo que hoy vale y funciona, mañana quien sabe si lo hará.

–Incertidumbre, (Uncertainty) debido a que es muy complicado predecir lo que va a ocurrir en el corto, medio y largo plazo. Lo imprevisto, hace que sea cada día más compleja la anticipación y esto sin lugar a dudas complica sobre manera el mundo de la organización, pues el histórico no ayuda a predecir: ya no vale.

–Complejidad, (Complexity) por la dificultad que conlleva entender, en muchas ocasiones, por qué ocurren las cosas. Y esto unido a los dos factores anteriores complica en exceso la toma de decisiones en una organización, cualquiera que sea su negociado, tamaño y/o mercado.

–Ambigüedad, (Ambiguity) debido a la falta de claridad en todos los aspectos, algo que propicia múltiples interpretaciones de la realidad. No existe una fórmula secreta del éxito para ninguna organización, pues lo que funciona en algunos casos, para otros es un estrepitoso fracaso.

Esta situación no es ni mucho menos algo fatalista, es una realidad empresarial que incide directamente en el mundo de los negocios, así como en las personas que están involucradas de un modo u otro en el mismo. Es decir, influye a nuestro ecosistema que, en definitiva, es ese sistema que está constituido por una comunidad de seres vivos (nosotros) y el medio natural en que vivimos (nuestro contexto histórico personal y profesionalmente hablando). Bienvenidos a un ecosistema que cambia de forma constante, que está vivo y evoluciona sin rumbo fijo, basando sus resultados en lo imprevisto, bienvenidos al actual ecosistema digital.

Ejemplo:

Charles Darwin, padre de la biología moderna.

Y ya que hablamos de cambio y de entornos tan inestables como los que analizábamos hace un momento, deberíamos –como profesionales– aprender de este animal, ya que está dispuesto a dar su vida para crecer, desarrollarse y en definitiva evolucionar. Siendo consciente de que ello conlleva un riesgo y un esfuerzo extraordinarios. No es casualidad que se mencione a ese animal en esta introducción; pues ya lo apuntó Charles Darwin (biólogo británico) en El origen de las Especies, diciendo que “las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.

Pues si hacemos un símil con la realidad empresarial tan imprecisa que hemos repasado al comienzo de este texto, nos daremos cuenta rápidamente de que muchas organizaciones que existen ahora no podrán hacer frente a la ola de cambios a los que se enfrentarán en un corto, medio o largo plazo, a no ser que preparen a sus organizaciones y, por ende, a sus profesionales para el cambio. A no ser que sean capaces de adaptarse mejor al cambio, como decía Darwin; o a no ser que tengan el arrojo de salir de su zona de confort para crecer y desarrollarse como nuestra querida langosta.

Nuestro ecosistema es diferente, nos comunicamos y nos relacionamos a través de otros canales, otros dispositivos y otros códigos; estamos en la era digital. Y aunque en la Harvard Business Review, Greg Satell, experto en innovación, se permite decir –seguro que con muy buen criterio– que la era digital está llegando a su fin (ENLACE COMPLEMENTARIO 1:https://hbr.es/id/1246/por-qu-la-era-digital-est-llegando-su-fin), el caso es que estamos inmersos en ella, y aún nos queda mucho por aprender.

Por rescatar la historia, que es lo que ha contribuido a que seamos como somos ahora, tenemos que recordar que la revolución industrial cambió por completo todo el proceso productivo, en definitiva, el cómo trabajábamos; pues las empresas pasaron de ser talleres artesanos a grandes empresas donde los profesionales no hacían piezas completas como anteriormente, sino que trabajaban con máquinas, cada una de las cuales realizaba una parte del producto final, que posteriormente se ensamblaba. Y la producción que se realizaba no era propiedad del obrero que la hacía posible, sino que ahora existía un rol nuevo, el empresario; quien poseía una fábrica con máquinas y muchos trabajadores. Y era también el propietario de toda la producción que efectuaban esos empleados que obtenían como contraprestación un jornal.

Esta revolución propició cambios drásticos en el ecosistema, pues no solo representó un cambio en el entorno profesional, sino que existieron cambios sociales que afectaron al ciudadano de la época en lo más profundo de su comportamiento. Por hacer algo de memoria y por contextualizar al lector, hemos de apuntar que se produjo a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII y es cuando aparece la máquina de vapor y lo que conocemos como la mecanización de la industria, algo que suscitó muchos detractores.

Pues había grandes colectivos de personas que destruían la maquinaria, ya que pensaban que éstas iban a sustituir al hombre como fuerza de trabajo. Algo que hoy, con la revolución digital o con la cuarta revolución industrial como algunos la llaman, sigue ocurriendo, pues encontramos personas que no comprenden ni comparten los nuevos modelos de negocio y atacan duramente contra estas iniciativas que representan la economía digital disruptiva del mundo actual. Estableciéndose en la categoría de revolución, por tratarse de un cambio brusco en el ámbito social, económico y moral.

Usuario de UBER accediendo a la aplicación desde su Smartphone.

Y esta controversia está a la orden del día, pues estos cambios afectan de un modo u otro a todos los profesionales en activo.

Lo que conocemos como cuarta revolución industrial dispone de una serie de factores que la caracterizan y que ayudan a entender el cambio drástico en la industria de aquellos tiempos y la actual, así como la gran capacidad que tienen o tendrán las organizaciones para acceder a la información en tiempo real de cara a la toma de decisiones.

Recordemos que, en los tiempos pasados, donde primaban en la industria modelos genéricos en el sistema productivo no existían cambios en las cadenas de producción; pero actualmente el cliente es quien decide como quiere el acabado del producto, así que la industria tiene que dar respuesta a esto. La automatización de los procesos es también crucial, entre otras cosas, para eliminar los errores de fabricación, y para monitorizar todo el ciclo de producción desde que el bien es materia prima hasta que termina en su destino.

En definitiva, las fábricas denominadas inteligentes, la inclusión de la robótica en el entorno productivo y la industria 4.0 son algunas de las características que nos ayudan a vislumbrar un futuro, que en algunos casos ya comienza a ser presente. Ha comenzado y no tiene freno la transformación de los sistemas productivos, pero que ocurre con el resto del ecosistema. ¿Hemos notado algún otro cambio?

1.2.Nuestro ecosistema ha cambiado

Hay una tendencia muy marcada hacia este tipo de plataformas, que tienen lógicamente una presencia multi dispositivo, debido a la gran penetración que tienen los smartphones y las tabletas en nuestras vidas. Ya que la tecnología ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años y ha cambiado también nuestra forma de comunicarnos; ya no solo existen nuevos dispositivos, sino que además hay nuevos canales y nuevos códigos de comunicación, que ya hemos interiorizado con el paso del tiempo. De hecho, existe una penetración de más del 60% del smartphone en el mundo.

El uso de los dispositivos móviles es tan generalizado que la Universidad de Kansas realizó un estudio para cerciorarse del impacto que éste tenía en nuestra vida profesional. Resultando que usamos de media unos 30 minutos nuestros terminales en una jornada laboral, divididos estos minutos en 8 intervalos, a lo cual lo denominó micro descansos.

Lo hacemos cuando queremos saber más sobre algo, cuando queremos hacer algo y nos informamos de cómo hacerlo, cuando queremos ir a algún sitio y buscamos la dirección o la ruta para llegar al destino, y cuando queremos comprar algo, aunque la compra no culmine en el terminal móvil; pero forma parte del proceso de decisión de compra.

Pero también vivimos en una sociedad, donde no solo Google es Internet; además existen entornos sociales que tienen un crecimiento diario y que ya forman parte de nuestra vida también; es inevitable pero cada día somos más sociales; aunque en este caso sea detrás de la pantalla. Pues tenemos la necesidad de contar cosas o al menos de ver y escuchar las de los demás. Y además tenemos ganas de explicarlo de forma sencilla y llegar a todo el mundo desde cualquier sitio, nuevamente a través de nuestro teléfono móvil. Facebook, Instagram, Youtube, Twitter… son ya marcas de las que muchos de nosotros no podemos prescindir, ya que nos conectan al mundo; nos hacen sentir y formar parte de algo muy grande. Siendo estas plataformas, a la vez, modelos de negocio novedosos –y que al igual que AIRBNB–, son escaparates para que otros hagan cosas; ya que son grandes entornos sociales cargados de contenidos, pero son los usuarios los que lo construyen y divulgan a otros.

En definitiva,estamos viviendo un momento actual único, y eso es indiscutible; la revolución digital o la nueva era que nos aborda, nos está trayendo infinidad de cambios que conllevan una transformación global que afecta a todos los estadios de nuestra vida. Es el origen, aunque muchos no lo quieran aceptar, como aquellos detractores de la revolución industrial que se llamaban luditas; de algo que cambiará por completo esta sociedad y por ende la especie humana en su conjunto, en todos sus ámbitos; así que es hora de que nos planteemos formas diferentes de concebir las organizaciones.

Y como hemos hablado ya de algún animal que otro, para concebir las organizaciones desde otro punto de vista, no lo haremos de un modo distinto al anterior. Es hora de hablar del camaleón o del proceso de camaleonización que han de sufrir todas las organizaciones en este preciso momento. Es decir, las empresas deberían, de forma inmediata, de ocuparse de tener la capacidad de crear nuevas experiencias empresariales en terrenos desconocidos y por supuesto sobrevivir. Es decir, el proceso de camaleonización es un proceso proactivo, que incluye la disrupción, la resiliencia y la innovación como factores clave de este.

Usuario usando diferentes dispositivos.

Así que “se buscan” empresas que sean enérgicas para enfrentar los reveses del propio entorno aprendiendo del sufrimiento acontecido con el paso del tiempo y saliendo triunfante; tenga capacidad de romper radicalmente con su modelo de negocio, y sea capaz de tener siempre el control de la situación – aunque se equivoque – y pivote el futuro dando respuestas constantes a las necesidades del mercado.

Eran momentos difíciles pues compañías del sector como Kodak reaccionó con una resistencia muy fuerte al proceso de digitalización de la fotografía, algo que le llevó a la quiebra en el año 2012. Pero Fujifilm basó su estrategia en la innovación pues buscó otros motores de crecimiento, aunque no guardaran conexión directa con su actividad: y de allí surgió la alternativa de trabajar en el sector de la cosmética y de la salud.

Pues según cuenta el propio director general de Fujifilm Iberia: «El proceso de oxidación que deteriora la piel es el mismo que ataca al papel fotográfico. Era natural aplicar nuestra experiencia en este terreno a la elaboración de cremas anti-edad. Y lo mismo pasa con el manejo de emulsiones. Sabemos dirigir y mantener separadas capas minúsculas de material y las farmacéuticas necesitan esa precisión para mejorar la absorción y efectividad de sus medicamentos».

Visto estos ejemplos podemos vaticinar que la tecnología y/o este proceso de digitalización dejará a muchas empresas fuera del tejido al que estamos habituados. De hecho, muchas firmas que hoy en día conocemos y con las que hemos convivido incluso desde nuestra niñez dejarán de existir, pues no podrán adaptar su modelo de negocio a las nuevas necesidades del mercado. Quizás por no “dan con la tecla adecuada” o quizás porque su organización no está preparada para transformar su negocio.

Representación gráfica de la ley de la fractura

La tecnología y su avance es indiscutible, de hecho, existe una ley – la ley de Moore – que estará aún vigente hasta el 2023 según Intel; que dice que cada dos años, se duplica el número de transistores que caben en un circuito integrado. Es decir que, con el paso del tiempo, la tecnología tiende a multiplicar su rendimiento y a dividir su coste. Algo que ha venido ocurriendo desde el año 1965, concretamente desde que Gordon E. Moore – co-fundador de Intel–proclama esta ley de avance de la tecnología.

De hecho, si representamos el avance tecnológico respecto al resto de áreas de nuestra vida; podemos ver que el cambio tecnológico cambia exponencialmente, mientras que el cambio social, de las organizaciones y el político o legislativo es gradual en el tiempo. Esto se denomina la ley de la fractura de la sociedad, algo que nos permite como mencionábamos anteriormente vaticinar que la tecnología seguirá transformando la sociedad, y que los demás iremos a rebufo adaptando nuestras vidas. Así como lo harán las organizaciones, que se verán directamente influenciadas por estos cambios exponenciales.

De hecho, podemos mencionar un elemento disruptivo –de carácter tecnológico– que ha irrumpido en nuestras vidas que ha transformado muchas industrias, y seguirá haciéndolo con el paso del tiempo; pues recordemos que la tecnología sigue avanzando cada día que pasa. Este elemento disruptivo que es de momento para muchos de nosotros ciencia ficción es la impresora 3D.

Una máquina que ya sirve –para experimentar– en sectores tales como el inmobiliario, el del automóvil, decoración, alimentación e incluso en el sector sanitario. Pues se están realizando trasplantes de huesos realizados con impresoras 3D.

Nadie sabe cual será el resultado final, pero lo que sí que está claro es que el cambio exponencial que supone la tecnología impacta de forma directa en nuestro entorno profesional y personal, y por ende cambia nuestra forma de trabajar y de comportarnos. Ya que se nos exigen cosas diferentes, y por tanto hemos de comportarnos de forma diferente.

Un cambio de las características que hemos planteado supondría que el proceso productivo cambiaría por completo, lo que supondría a la vez que los profesionales que están actualmente en la cadena de producción tendrían que tener nuevas competencias y conocimientos; así que la organización tendría que formarles o en su defecto cambiar a la plantilla. Algo que por otra parte impactaría en las familias fuera cual fuera la decisión anterior. Se trata de un efecto dominó. Además de todas las resistencias al cambio que la organización encontraría en el camino, algo que tendría que gestionar del mejor modo posible.

En resumen, y volviendo a nuestro querido Heráclito, cambio es la única constante; debido en este momento que vivimos, a la fuerte influencia que tiene la tecnología en nuestras vidas. Bienvenidos a la era digital, bienvenidos al conocimiento de nuestro ecosistema.

Ecosistema, que como dato anecdótico está repleto de cableado para que “todo esto de la digitalización funcione”. Cableado que con afán de esconder, se ha sumergido en el fondo del mar, donde actualmente hay millonesde kilómetros de cable que hacen que todo esto sea posible: wifi, bluetooth, telefonía móvil, satélite…

1.3.La organización ha evolucionado con la conciencia humana

Ecosistema, que por otra parte está compuesto por organizaciones que han evolucionado hacia modelos innovadores y adaptados a los nuevos tiempos, y otras muchas que aún tienen mucho que hacer. Pues no solo se trata de tecnología. Recordemos –la ley de la fractura – que hay que abordar un cambio social y un cambio en las organizaciones, algo que es una grandísima oportunidad para todos aquellos que somos apasionados del mundo de la empresa y su evolución constante del negocio.

Con el paso del tiempo, podríamos decir que los modelos organizativos respondían de algún modo a las siguientes características:

–Organizaciones rojas: La autoridad: Recoge un modelo de gestión unidireccional, donde el manager da las directrices y los demás las cumplen sin plantearlas. Y si lo hacen es a escondidas de éste, pues el modelo de gestión suele estar bajo el paraguas de un liderazgo autoritario que responde a una gestión por la amenaza y por el miedo. Estas organizaciones son aquellas que responden a las primeras formas de organización de la historia, aquellas que incluyeron la división del trabajo y la autoridad del mando. Son muy reactivas y cortoplacistas.

–Organizaciones ámbar: La jerarquía o modelo jerarquizado: Recoge un modelo muy burocrático propio de la administración pública o incluso comparable con la iglesia –apreciación que realiza Frédéric Laloux en su libro– se trata de un modelo de gestión que funciona por inercia y que tiene muchas capas. Comienzan a tener una visión largoplacista, y son aquellas que instauran el modelo de la pirámide para representar la organización estructural.

–Organizaciones naranjas: La meritocracia: Resume un modelo que funciona por los méritos de los éxitos que se han conseguido; por lo que proviene de organizaciones con elevadas cargas comerciales, de grandes magnitudes y de sectores agresivos como la banca o el sector seguros. Son aquellas que mantiene el modelo de la pirámide, que proviene del momento anterior, pero mejorado; pues incorporan equipos de trabajo e iniciativas multi tarea.

–Organizaciones verdes: