Trastornos de la conducta alimentaria - Pamela Macdonald - E-Book

Trastornos de la conducta alimentaria E-Book

Pamela Macdonald

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Beschreibung

Con este libro sabrás cómo ayudar de forma eficaz a quien padece un trastorno de la conducta alimentaria. La doctora Pamela Macdonald, psicóloga y especialista en Trastornos de la conducta alimentaria, los denominados TCA, te proporciona en este libro los conocimientos, la comprensión y las habilidades que necesitas para ayudar a un familiar o a un amigo en su recuperación. La autora utiliza el nuevo método Maudsley, un conjunto de herramientas terapéuticas de probada eficacia mediante las cuales podrás ayudar adecuadamente a alguien que sufre esta clase de trastornos. Con la lectura de este libro lograrás varios objetivos: - Comprender los procesos mentales que acompañan un trastorno de la conducta alimentaria. - Ser consciente de cómo reaccionas ante situaciones complicadas y qué puedes hacer para actuar de la forma más útil. - Aprender nuevas técnicas de comunicación útiles ante una conducta problemática, y estrategias frente a problemas específicos. - Cobrar conciencia de las consecuencias en tu propia salud mental y buscar formas de reducir tus niveles de estrés. - Saber cómo actuar ante el efecto que un trastorno de la conducta alimentaria puede tener en toda la familia.

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Portada

TRASTORNOS

DE LA CONDUCTA

ALIMENTARIA

TRASTORNOS

DE LA CONDUCTA

ALIMENTARIA

Traducción de Ariadna Ausió

Dra. Pamela Macdonald

TRASTORNOS

DE LA CONDUCTA

ALIMENTARIA

Cómo ayudar a alguien

en su recuperación

Portadilla

Título original inglés: How to Help Someone with an Eating Disorder.

© del texto: Pamela Macdonald, 2021.

© de la traducción: Ariadna Ausio Dot, 2023.

© de esta edición: RBA Libros y Publicaciones, S. L. U., 2023.

Avda. Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.

rbalibros.com

Primera edición: mayo de 2023.

ref.:obdo187

isbn: 978-84-1132-387-1

el taller del llibre •realización de la versión digital

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito

del editor cualquier forma de reproducción, distribución,

comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida

a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro

(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)

si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra

(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

Todos los derechos reservados.

Créditos

para sarah y malcolm

Dedicatoria

9

contenido

Introducción 11

parte 1

comprender los trastornos de la conducta alimentaria

1. ¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria? 21

2. La repercusión en los demás 45

3. Cómo piensa Edi 57

4. Cómo reaccionas tú 75

parte 2

CÓMO PUEDES AYUDAR

5. Tu papel durante la recuperación 91

6. Nuevas formas de comunicación 113

7. Progresar en tus habilidades comunicativas 143

8. Orientar una conducta problemática 167

9. Cómo cuidarte tú 181

10. Próximos pasos 187

Contenido

contenido

10

Conclusiones 193

Apéndice 195

Agradecimientos 199

Notas 201

Recursos útiles 205

11

introducción

Este libro se ha escrito para ofrecerte a ti, cuidador, asis-tencia, técnicas y orientación prácticas con el fin de ayu-darte a cuidar a una persona que lucha contra un tras-torno de la conducta alimentaria (TCA). A lo largo del libro, el término genérico «cuidadores» se utiliza tanto si la persona a la que se cuida es un familiar, la pareja o un amigo, y el nombre «Edi» se utiliza para hacer referencia a la persona que padece el trastorno de la conducta ali-mentaria.

Como cuidador, seguramente desearás tanta infor-mación como sea posible para ayudar a una persona cer-cana a recorrer el camino hacia la recuperación, pero es importante que recuerdes que tú también tendrás tus propias necesidades específicas. Los padres de una ado-lescente de diecisiete años, por ejemplo, se enfrentarán a problemas y desafíos similares y a la vez muy distintos a aquellos padres que cuidan a un hijo o una hija de trein-ta y siete años. Asimismo, las parejas, los hermanos y los amigos tendrán sus propias dudas y dificultades a la hora de acompañar a Edi en el camino hacia la recupe-

Íntroducción

introducción

12

ración. Este libro pretende ofrecer orientación y apoyo a todos los tipos de cuidadores adaptando las técnicas a los distintos contextos y situaciones.

Es posible que debas lidiar con problemas relaciona-dos con la salud mental derivados de tu función como cuidador. Además, aunque te sientas muy motivado por formar parte del proceso de recuperación, tal vez te sien-tas excluido por el propio servicio que prestas o por la misma persona a la que estás cuidando. Esto puede de-berse a que Edi no está lista para cambiar y todavía no se ha involucrado en el tratamiento, o a que los profesio-nales sanitarios son reacios a incluir allegados en el plan de tratamiento, seguramente debido a la presión que ejerce la propia Edi o a restricciones de confidencialidad. Las consecuencias pueden ser extremadamente inquie-tantes para todos los implicados. A lo largo de este libro se hace hincapié en la importancia de los cuidadores en relación con sus propias necesidades y su salud.

Al cuidar a una persona con un trastorno de la con-ducta alimentaria, serás consciente del profundo impac-to que este trastorno causa en las personas allegadas, tanto a través del efecto directo de los síntomas como de forma indirecta, cambiando a la persona a la que cono-ces y quieres. Es como si Edi llevara algún tipo de mons-truo o diablillo sentado con firmeza en sus hombros que se hubiera apoderado de ella y le transmitiera una informa-ción incorrecta. En mi caso, grité, lloré, amenacé, enga-tusé, grité un poco más, lloré un poco más... pero nada de lo que hacía parecía cambiar la situación; desde lue-go, no hizo que nuestra hija comiera más. Sabía que el modo en que yo estaba reaccionando no contribuía a su

introducción

13

recuperación, pero sentía que relajarme, ignorar la situa-ción y no hacer nada tampoco era una opción. Mi pro-blema fue que no supe cómo reaccionar. Nuestra precio-sa hija de diecisiete años se sentó a mi lado con las lágrimas cayéndole por las mejillas y nos contó, arrepen-tida, que seguramente no podría tocar la ensalada que tenía delante mientras nosotros, sus padres, la mirába-mos con impotencia.

Los síntomas del trastorno de la conducta alimenta-ria acarrean enormes consecuencias sociales y emocio-nales para los familiares y los amigos. Aunque los sínto-mas pueden variar, el impacto es aterrador, invasivo, antisocial, desalentador, y además provoca ansiedad. Las consecuencias físicas resultan alarmantes y perturbado-ras para quienes las observan. La vida normal desapare-ce, la vida social o cualquier tipo de intimidad llega a evaporarse, los planes se suspenden y las interacciones y la comunicación centradas en la comida dominan cada vez más todas las relaciones.

Volviendo la vista atrás hasta el periodo inicial, en aquel momento no me di cuenta de que posiblemente nuestras reacciones emocionales a los síntomas estuvieran contri-buyendo involuntariamente a mantener el problema. Por suerte, los días en que la culpa recaía sobre los proge-nitores ya han pasado, como debía ser. No se trata de echarles la culpa a los padres. Quiero retar a los psiquia-tras o a los psicólogos más brillantes y competentes a que se sienten al lado de su hija, hijo, pareja o amistad, comida tras comida, y que no experimenten rabia, frus-tración, tristeza, confusión, desesperación y una absolu-ta desolación ante lo que se percibe como una situación

introducción

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desesperada. Lo que necesitan los cuidadores es orienta-ción, asistencia y actuaciones fundamentadas que los empoderen y les infundan la confianza en que pueden desempeñar un papel importante en el proceso de recu-peración.

LA PREGUNTA «¿POR QUÉ A NOSOTROS?»

A menudo, la primera pregunta que se hacen los cuida-dores cuando se enfrentan a un trastorno de la conducta alimentaria es «¿por qué a nosotros?». No conocemos la respuesta a esta pregunta, pero lo que aprenderás es que los trastornos de la conducta alimentaria se desarrollan como una respuesta de afrontamiento a las emociones difíciles, así como a las creencias que las acompañan. Una vez que se desarrolla un patrón de afrontamiento mediante un TCA, existen varios factores, incluidas las creencias acerca del propio trastorno, los estilos de pen-samiento habituales de cada persona y las relaciones con los demás y su reacción ante el trastorno que pueden ayudar a salir adelante.

Es posible que existan bastantes aspectos «inheren-tes», como el temperamento, la personalidad o los esti-los de pensamiento, que hacen que una persona vulnerable desarrolle un trastorno de la conducta alimentaria. Por ejemplo, recientes investigaciones han revelado que al-gunas personas con anorexia nerviosa tienen tendencia a centrarse en los detalles en lugar de fijarse en un panora-ma más general. También les cuesta ser flexibles y son propensas a adoptar un estilo de pensamiento más bien

introducción

15

polarizado, es decir, a menos que algo sea perfecto, lo consideran una «bazofia» o personalmente inaceptable. Además, suelen ser muy perfeccionistas o tener unas al-tas expectativas con respecto a sí mismas. Por otra parte, tienden a mostrarse hipersensibles en las interacciones sociales. Por ejemplo, pueden llegar a convencerse de que hay mensajes negativos ocultos en la comunicación con los demás, a pesar de que no haya habido ninguna intención por parte del interlocutor. A medida que el ce-rebro está más hambriento, estos aspectos inherentes na-turales se agudizan y la persona queda atrapada en un ciclo autodestructivo.

ACERCA DEL MÉTODO UTILIZADO EN ESTE LIBRO

Seguramente te habrás topado con una gran cantidad de información sobre los trastornos de la conducta alimen-taria en tu recorrido hasta aquí; algunos muy útiles, otros no tanto. El hecho de leer detenidamente libros, artículos y páginas web en busca de información puede resultar desconcertante y abrumador. Sin embargo, lo que resulta más útil es la información y la ayuda basadas en la investigación fundamentada.

La información y el método utilizados en este libro se basan en el nuevo método Maudsley,2un método funda-mentado que ofrece técnicas y estrategias detalladas cuyo objetivo es mejorar la capacidad de los cuidadores para garantizar la continuidad del apoyo.

Este nuevo método Maudsley no debería compararse directamente con el programa de terapia familiar Mauds-

introducción

16

ley, también conocido como tratamiento basado en la fa-milia o método Maudsley. Este último se basa en la terapia familiar para el tratamiento de la anorexia nerviosa dise-ñado por Gerald Russell, Christopher Dare, Ivan Eisler y otros compañeros del Maudsley Hospital en Londres du-rante los años setenta y ochenta del siglo pasado. La tera-pia familiar Maudsley es un método fundamentado para el tratamiento de la anorexia y la bulimia nerviosas entre los adolescentes. Su eficacia se ha confirmado gracias a la investigación empírica con las familias. Existen tres fases: recuperación del peso, retorno del control de los alimentos al adolescente y creación de una identidad saludable.

El nuevo método Maudsley no es un tratamiento por sí mismo, sino más bien un complemento al tratamiento para los cuidadores y los médicos. El objetivo principal del nuevo método Maudsley es reducir el estrés y empo-derar a la familia y a los cuidadores de los enfermos. Se centra especialmente en los pacientes de más edad y en-seña habilidades de comunicación y de cambios de con-ducta, así como apoyo social para facilitar el cambio. El nuevo método Maudsley se centra en reducir la ansiedad y la angustia de los cuidadores y les proporciona algunas herramientas de comunicación para ayudarles a captar la atención de Edi, mejorar la autoestima y desarrollar la resiliencia para emprender el cambio.

Mediante este método, mi objetivo es proporcionar-te, a ti, el cuidador, las habilidades y los conocimientos necesarios para cuidar a una persona que lucha contra un trastorno de la conducta alimentaria y ayudarle a li-berarse de los obstáculos que impiden su recuperación.

introducción

17

CÓMO UTILIZAR ESTE LIBRO

En la primera parte, abordaremos la naturaleza de la propia enfermedad: cómo conseguir ayuda, qué se puede esperar a partir del diagnóstico, la repercusión de la en-fermedad en los demás, los patrones de pensamiento ha-bituales, el mantenimiento y la adaptación de los síntomas y el papel del cuidador en la recuperación. Te recomien-do que leas la primera parte íntegramente antes de pasar a las técnicas de la segunda parte.

En la segunda parte, revisaremos los métodos de comunicación mediante las técnicas de la Entrevista Motivacional (EM). Aparecerán numerosos ejemplos y casos prácticos que ofrecerán al lector algunas ideas sobre cómo abordar y afrontar estas situaciones com-plicadas y exigentes que surgen a menudo cuando con-vives con una persona con un trastorno de la conducta alimentaria.

Cuidar a una persona que padece TCA no es apto para pusilánimes. Algunas de las habilidades del libro requie-ren años a los profesionales para llegar a dominarlas, de modo que no te presiones para conseguirlo. El objetivo de este libro es dotarte de una serie de habilidades y téc-nicas con las que trabajar y experimentar. A lo largo de estas páginas encontrarás el siguiente recuadro como re-cordatorio para que te lo tomes con calma.

introducción

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recuerda la autocompasión

Las habilidades y las técnicas del nuevo método Maudsley consti-tuyen un arduo proceso de aprendizaje. Consulta las técnicas que aparecen en la segunda parte. No siempre acertarás. Nadie lo hace... ¡ni en el nuevo método Maudsley ni en ninguna otra faceta de la vida! Cada error es un tesoro. Aprende de los errores, experi-menta con ellos y, sobre todo, sé benévolo contigo mismo. Cuidar a una persona que padece un trastorno de la conducta alimentaria no es tarea fácil. Cambiar resulta difícil para la persona a la que estás cuidando y cambiar tus reacciones ante ella es extremada-mente complicado.

PARTE 1

comprenderlos trastornos de la conducta alimentaria

PARTE 1. COMPRENDER LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA

1

¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

1. ¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

23

Detectar un trastorno de la conducta alimentaria puede resultar muy difícil. El comportamiento de una persona que lucha con un trastorno de este tipo puede cambiar lentamente durante meses e incluso años, y, en el caso de las personas más jóvenes, a menudo se puede confundir con el comportamiento «normal» del crecimiento o inclu-so con la rebelión adolescente. Algunas conductas, como la pérdida de peso o el hecho de ir al gimnasio asiduamen-te con la excusa de ser una persona «sana» o estar en forma, a menudo incluso se alaban. Los adolescentes pue-den ser idolatrados como héroes si forman parte de los mejores equipos deportivos; su destreza en el terreno de juego es la envidia de los otros progenitores y de sus com-pañeros. Como es de esperar, los centros educativos y los profesores se sienten impresionados y orgullosos de tener a una futura estrella y, la mayor parte del tiempo, los lo-gros y los esfuerzos del joven no presentan, aparentemen-te, ningún motivo justificado de preocupación.

Al final, tardamos dos años en darnos cuenta de que algo no iba bien con mi hija. Irónicamente, yo la felici-

comprender los trastornos de la conducta alimentaria

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taba por querer llevar una vida sana y hacer dieta y ejercicio, mientras miraba con cómica desesperación la fiambrera de mi hijo, llena de patatas fritas y barritas de chocolate. Cuando mi hija se convirtió en vegetaria-na, pensamos que era una moda entre adolescentes. Si miro atrás, recuerdo que ella cada vez hacía más pre-guntas acerca de si determinados alimentos tenían mu-chas calorías. Años después, descubrí que tiraba las fiambreras llenas de saludables ensaladas de pasta al cubo de la basura de la escuela y «regalaba» las galletas con pepitas de chocolate a sus amigos. Durante ese tiempo, no reconocimos las señales tempranas de un intruso silencioso que se abría camino lentamente en nuestra familia con la única intención de destruir lo que más queríamos.

DETECTAR LAS SEÑALES

En el manual The New Maudsley Skills-Based Training Manual, Janet Treasure reconoce que las primeras seña-les de un trastorno de la conducta alimentaria pueden ser sutiles y a menudo se pueden disimular de forma me-ticulosa. La autora señala algunos indicadores útiles que pueden alertar a la familia y a los amigos de que hay algo más grave que el hecho de hacer dieta.3Los he re-producido a continuación junto con algunos comenta-rios personales.

¿qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

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Posibles señales de un trastorno de la conducta alimentaria

Los comportamientos enumerados a continuación no deben usarse como una lista de referencia definitiva. Son más bien una guía de los tipos de comportamientos a los que hay que estar atentos, y que pueden indicar el inicio de un trastorno de la conducta alimentaria. Cualquiera de estos comportamientos por sí solos no son necesariamen-te un indicador, pero si observas que se producen varios de ellos o que van en aumento, pueden ser motivo de preocupación y es posible que debas consultarlo con un experto.

• Negar que se hace dieta: las personas que hacen die-ta de verdad tienden a hablar de ello todo el tiempo.

• Cambiar las normas alimentarias; por ejemplo, convertirse en vegetariano, en vegano, etc.

• Negar que se tiene hambre y ansia de comer. Si una persona que no ha comido nada en todo el día dice que no tiene hambre, es que padece una enferme-dad física o sucede algo más, especialmente si exis-ten otros indicadores.

• Esconder la pérdida de peso, posiblemente con prendas anchas. Las personas con un trastorno de la conducta alimentaria suelen ser frioleras, por lo que tienen otra excusa para llevar jerséis largos y holgados.

• Aumentar el interés por la comida: cocinar para otras personas, leer desesperadamente libros de re-cetas, contemplar las estanterías del supermercado y contar calorías.

comprender los trastornos de la conducta alimentaria

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• Afirmar tener que comer menos que los demás o solo en porciones pequeñas. A menudo he oído que los cuidadores se quejan de que deben perder algu-nos kilos, pero que no se atreven a comer menos que la persona a la que están cuidando.

• Comer despacio y a bocados pequeños: dar mor-disquitos puede alargar mucho la hora de la co-mida.

• Evitar comer con otras personas; por ejemplo, con la excusa de que ya se ha comido o de comer en otra parte.

• La conducta es cada vez más compulsiva y rituali-zada: limpiar, ordenar, organizar, lavar, etc. Es po-sible que se produzcan otros comportamientos asociados que acompañan a las conductas alimen-tarias.

• El desarrollo de normas rígidas sobre el hecho de comer; por ejemplo, ingerir solo determinados ali-mentos y marcas, y a determinadas horas del día.

• Aislarse socialmente y mostrarse desanimado. Los adolescentes que antes se mostraban alegres, des-preocupados y sociales pueden volverse reservados, introvertidos y taciturnos. De nuevo, esta conducta puede confundirse con una fase de la adolescencia. Si se presenta acompañada de varios de estos com-portamientos, podría indicar un problema más gra-ve. Las personas de más edad pueden aislarse social-mente y parecer deprimidos.

• Desaparecer con frecuencia para ir al baño durante y después de las comidas, el olor a vómito o el uso excesivo de ambientadores. También añadiría el

¿qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

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hecho de beber cantidades excesivas de agua, que pueden ayudar a provocar el vómito.

• Autocrítica: insatisfacción con el aspecto físico y los logros personales, la personalidad y las habilidades sociales; autodesprecio, que puede manifestarse me-diante comentarios como, por ejemplo, «soy una mier-da», «qué desgraciada soy», «soy estúpida», «soy una vaga», «soy un bicho raro» o «soy una inútil».

• Una nueva rutina de ejercicios o un aumento de esta, más estricta, rígida y extenuante.

• Volverse irritable y enfadarse cuando se pregunta acerca de una conducta alimentaria o sobre una ruti-na de ejercicios. A estas alturas, también añadiría la frase «¡Estoy bien!», normalmente acompañada de una sonrisa forzada. Otros cuidadores con los que he trabajado también hicieron comentarios a propósito de esta respuesta. Puede resultar especialmente frus-trante, sobre todo cuando sabes que la persona a la que estás cuidando está de todo menos «bien».

definición del trastorno de la conducta alimentaria

La definición oficial del TCA —utilizada ampliamente en un en-torno profesional— es la que la Asociación Americana de Psiquia-tría publicó en un trabajo titulado Diagnostic and Statistical Ma-nual of Mental Disorders 5 (DSM 5), que refleja el estado actual de los conocimientos y consensos entre los líderes de este ámbito. A continuación te enumeramos los criterios empleados para reco-nocer la anorexia y la bulimia nerviosas.

comprender los trastornos de la conducta alimentaria

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Anorexia nerviosa

• Restricción de la ingesta de energía en relación con los re-quisitos, que conlleva una pérdida de peso significativa en el contexto de la edad, el sexo, la trayectoria de desarrollo y la salud física. Una pérdida de peso significativa se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en el caso de niños y adolescentes, inferior al mínimo previsto.

• Miedo intenso a ganar peso o a engordar, o señales de un comportamiento persistente que interfiere en el hecho de ganar peso, incluso cuando se tiene un peso significativa-mente bajo.

• Alteración de la forma en que se perciben el propio peso o la propia silueta, influencia injustificada del peso o la silueta en la autoevaluación, o falta persistente de reconocimiento de la gravedad del peso bajo actual.

Subtipos:

1. Tipo restrictivo:durante los últimos tres meses, la persona no ha experimentado episodios recurrentes de atracones o conductas purgativas (por ejemplo, autoinducción del vó-mito o uso incorrecto de laxantes, diuréticos o enemas). Este subtipo describe los casos en los que la pérdida de peso se lleva a cabo principalmente a través de la dieta, el ayuno o la práctica excesiva de ejercicio.

2. Tipo atracones o conductas purgativas:durante los últi-mos tres meses, la persona ha experimentado episodios re-currentes de atracones o conductas purgativas (por ejem-plo, autoinducción del vómito o uso incorrecto de laxantes, diuréticos o enemas).

BULIMIA nerviosa

Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se ca-racteriza por los siguientes sucesos:

¿qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

29

• Ingerir, durante un periodo aislado (por ejemplo, en un plazo de dos horas), una cantidad de alimentos indudablemente superior a la que ingerirían la mayoría de las personas en un periodo similar bajo circunstancias parecidas.

• Sensación de falta de control comiendo en exceso durante el episodio (por ejemplo, sentir que no se puede parar de comer o incapacidad de controlar qué o cuánto se come).

• Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar aumentar de peso, como la autoinducción del vómito, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros me-dicamentos, el ayuno o la práctica excesiva de ejercicio.

• Los atracones y los comportamientos compensatorios ina-propiados se producen una media de al menos una vez a la semana durante tres meses.

• La silueta y el peso influyen indebidamente en la autoeva-luación.

• La alteración no se produce exclusivamente durante los epi-sodios de anorexia nerviosa.

Tipo específico:

1. Tipo con conductas purgativas:durante el episodio actual de bulimia nerviosa, la persona se ha autoinducido el vómi-to o ha utilizado incorrectamente laxantes, diuréticos o ene-mas con frecuencia.

2. Tipo sin conductas purgativas:durante el episodio actual de bulimia nerviosa, la persona ha utilizado otros comporta-mientos compensatorios inapropiados, como el ayuno o la práctica excesiva de ejercicio, pero no se ha autoinducido el vómito ni ha utilizado incorrectamente laxantes, diuréticos o enemas.

Extraído de The Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disor-ders (DSM-5).4

comprender los trastornos de la conducta alimentaria

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MITOS SOBRE EL TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA

Unos de los retos más difíciles y frustrantes para los cui-dadores de las personas que padecen TCA es lidiar con la gran cantidad de información disponible y decidir cómo proceder de la mejor manera. Con un buen cono-cimiento del tema, estarás en las mejores condiciones de ayudar a Edi, pero las búsquedas en Internet a menudo conducen a una sensación abrumadora de empacho de datos y