Tu identidad sí importa: Ser hombre - Juan Varela Álvarez - E-Book

Tu identidad sí importa: Ser hombre E-Book

Juan Varela Álvarez

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Beschreibung

Como hombres vivimos tiempos complicados donde la autenticidad de nuestro cristianismo está siendo diluida entre la confusión de género y el virus de la pasividad. La imagen del hombre, su identidad y su propósito han sufrido un desgaste que partiendo desde Génesis llega hasta nuestros días. La pérdida de identidad, y por tanto de autoridad, ha sumido al hombre en una desorientación tal, que le ha incapacitado para cumplir con su misión convirtiéndole, a lo largo de todo un proceso que analizaremos, en una triste caricatura del modelo que Dios planeó.

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Veröffentlichungsjahr: 2014

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TU IDENTIDAD

IMPORTA

SER HOMBRE

Identificando - Definiendo - Afirmando

Juan J. Varela

EDITORIAL CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

http://www.clie.es

© 2014 Juan Varela Álvarez

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org <http://www.cedro.org> ) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».

© 2014 Editorial CLIE

TU IDENTIDAD SÍ IMPORTA

Ser hombre

ISBN: 978-84-8267-943-3

VIDA CRISTIANA

Hombres

Referencia: 224876

Juan Varela Álvarez(España). Diplomado en Teología por el IBSTE en España y licenciado en teología por el SETEHO en Honduras. Cursó estudios de postgrado en Intervención Familiar Sistémica en el «Centro KINE», en Intervención en los Trastornos Sexuales en el «Centro Carpe Diem», en Psicología del Matrimonio y la Pareja en el centro STEA y de Mediación Familiar en la Universidad de Sevilla. Junto a su esposa María del Mar han sido misioneros en Honduras y han ejercido como pastores en Zaragoza y en Palma de Mallorca. Juan Varela es fundador y Director Nacional del Instituto de Formación Familiar INFFA y Presidente del Centro de Orientación y Mediación FamiliarCOMEFA en Sevilla. Colabora con las asociaciones De Familia a Familiay Enfoque a la Familia. Ha escrito y publicado diversos libros y es conferenciante sobre temas de familia en España, Latinoamérica y los Estados Unidos.

Este es un libro para hombres que quiero dedicar a una mujer. Gracias María del Mar por ser mi equilibrio, mi compañera fiel en estos años de lucha, gracias por creer en mí y alentarme a ser un hombre de integridad. Eres mi calma y mi sensata seguridad, tu presencia a mi lado aquieta mi parte indómita y salvaje, y me hace anhelar el hogar, la familia, la seguridad de mi tierra. Hoy al lado tuyo y de nuestro hijo, me siento un hombre afortunado y quiero seguir siendo el hombre protector de «mi pequeño rebaño».Aspiro a envejecer a tu lado, a sentarnos juntos a la caída de la tarde en el otoño de nuestra vida, y con una mirada serena y reposada recordar todo lo vivido, todo lo sufrido, todo lo amado. Entonces tendré la seguridad de haberlo conseguido, porque habremos forjado nuestra propia historia, porque habremos impreso nuestra propia huella, porque habremos dejado nuestro propio legado. Tuyo siempre...

ÍNDICE GENERAL

Portada

Portada interior

Créditos

Juan Varela Álvarez

Dedicatoria

Prólogo

Bosquejo

Prefacio

PARTE I Identificando: El problema

I. Qué es ser hombre?

Introducción

1. Antropología bíblica: El origen del ser humano

2. Antropología cultural: El desarrollo social del hombre

3. Los ritos de transición en la cultura judía

II. Ruptura en las etapas de afirmación masculina

1. Pérdida de los rituales de iniciación a la masculinidad

2. Los mitos a erradicar desde el cristianismo histórico

3. Tipología del hombre actual

III. La diferenciación de género: El hombre fusionado

1. Definiendo sexo y género

2. Diferenciación y complementariedad en la Palabra

3. Ser hombre: Tu identidad Sí importa

IV. La confusión de género: El hombre desorientado

1. Génesis de la homosexualidad

2. Factores que contribuyen a la confusión de género

3. Etapas en la consolidación de una identidad homosexual

4. Etapas en el proceso de restauración y sanidad

V. La atracción sexual: El hombre tentado

1. La influencia de una sexualidad desconectada

2. Los principales frentes de batalla: Lujuria, pornografía, masturbación

3. Consecuencias para prevenir y estrategias para intervenir

4. Origen y propósito de la sexualidad

PARTE II Definiendo: Las causas

VI. Origen y desarrollo de la crisis de la masculinidad

1. En el principio: La pasividad de Adán

2. Ausencia de estructuras de autoridad

3. La Revolución Industrial, las guerras mundiales, las dictaduras del s. XX

4. El movimiento hippie, la revolución sexual, el feminismo radical

VII. Causas históricas en la ruptura de los ritos de transición masculina

1. La Reforma Protestante: La secularización de lo sagrado

2. La Ilustración y la Modernidad: El imperio de la razón

3. La ultramodernidad: El imperio de los sentidos

PARTE III Afirmando: La solución

VIII. El corazón del hombre y sus fuentes de poder

1. El hombre como guerrero: La espada

2. El hombre como Rey: El cetro

3. El hombre como amante: El anillo

4. El hombre como sacerdote: El libro

5. El hombre como amigo: El ajedrez

6. Combinando las cinco caras: El equilibrio

7. El verdadero arquetipo de hombría: Jesús

IX. El hombre en sus primeros roles: Toma la espada y pelea

1. Sacrificio: El principio de la acción

2. Separación: El principio de la distinción

3. Transformación: El principio de la renovación

X. El hombre como hijo de Dios: Toma la espada y pelea por tu Dios

1. Del desierto a la tierra prometida: Fijando posiciones

2. Escogiendo entre lo bueno y lo mejor: Buscando la excelencia

3. Permaneciendo en Su presencia: Manteniendo la llama

XI. El hombre como esposo: Toma la espada y pelea por tu mujer

1. Falsos conceptos de cabeza, autoridad y sometimiento

2. La seguridad masculina que toda mujer necesita

3. La estabilidad femenina en la vida de todo hombre

XII. El hombre como padre: Toma la espada y pelea por tus hijos

1. La importancia del rol paterno: El padre es el destino

2. Del autoritarismo al servilismo: Equilibrando funciones

3. Defiende tu pequeño terreno de lentejas

Palabras finales: Siendo más que vencedores

Recursos de Formación y Asesoramiento

Bibliografía

Otros títulos de la colección

PRÓLOGO

¿Qué hace un libro cómo este sobre hombres, en el siglo XXI, llamado el siglo de las mujeres? Hoy en día hay muchas voces que se levantan para decir a los hombres que ya no son necesarios y a las mujeres que son auto-suficientes. Por esto, entre otros muchos factores, cada vez hay más hombres que se preguntan en qué consiste la masculinidad. ¿Quién te ayuda a encontrar tu identidad como hombre y a vivir de acuerdo a quien eres? «La manera en la que nos vemos, determina como vivimos y como actuamos». Vivimos de acuerdo a la imagen que tenemos de nosotros mismos, lo curioso del caso es que aunque tengamos una idea falsa, vivimos de acuerdo a ella. El hombre de hoy, en líneas generales ha perdido la identidad y el norte de su destino, va a la deriva, pues como nos decía O. Wilde: Me olvidé de que cada pequeña acción cotidiana edifica o destruye el carácter. Dejé de ser dueño de mí mismo. Ya no era el capitán de mi barco.

El hombre tiene miedo de ser hombre, de no dar la talla ante una mujer que cada vez es más fuerte y segura. Estamos ante la feminización del hombre y la masculinización de la mujer. La antropóloga Margaret Mede dice: El problema central que cada sociedad tiene que afrontar, es definir de una forma apropiada el papel del hombre. Hombres con heridas profundas y graves carencias emocionales, psicológicas, sociales y espirituales. Carencias vitales que por su ausencia llevan a los hombres a satisfacerlas de maneras poco saludables. Como resultado tenemos un hombre light, en su identidad, low cost en sus valores y sus actuaciones y un adolescente en sus emociones.

Por otro lado se presenta muchas veces a los hombres como bufones, seres incompetentes y débiles. Pero quizás hay alguna cosa peor que esta, nuestra sociedad está produciendo hombres egoístas y apáticos. Tenemos delante un hombre superficial y aparentemente feliz, que dice que todo le va bien, pero debajo de esta superficie hay una confusión evidente y una grave crisis de identidad. ¿Cuál es la confusión de los hombres? Al respecto la filósofa y terapeuta Paule Salomón comenta:

Los hombres se ven abocados a cambiar su identidad guerrera, su coraza de fuerza invulnerable por la ternura, la sensibilidad, la vulnerabilidad. El hombre está frente a un desafío de cambio de identidad o de recobrarla y se ve inducido a atravesar una crisis de identidad a lo largo de su crecimiento como persona adulta.

Este es el reto del libro que nos ocupa, Tu identidad Sí importa. Un libro que sabe dar respuesta, desde un punto de vista actual, a la gran pregunta: ¿Qué es ser hombre en el siglo XXI? Sin duda es un libro directamente escrito para nosotros, los hombres de hoy. Pero, ¿qué necesidad tienen los hombres de hoy? El libro que tienes en tus manos responde a esta pregunta de una forma valiente y decidida.

Quizás te hayas dicho más de una vez: Necesito seguir creciendo como hombre. Necesito ser mejor padre, mejor marido, mejor empleado o mejor jefe, en definitiva mejor persona. Necesito recursos para seguir creciendo como hombre: reflexión, ayuda, ánimo. Entre otras necesidades los hombres debemos afrontar una visión clara de lo que significa ser un hombre de integridad. Necesitamos herramientas prácticas para tener éxito en el papel de hombres,gestos de ánimo de parte de otros hombres. Necesitamos un lugar emocional y espiritualmente seguro para compartir desde el corazón. En definitiva tiempo y ocasión para procesar lo que Dios dice sobre la auténtica masculinidad.

A mi amigo el Dr. Robert Lewis le debo una definición simple y clara de qué es ser hombre: Ser un hombre auténtico es ‘Rechazar’ la pasividad y tomar la iniciativa. Es ‘Aceptar’ su responsabilidad, ser alguien que no la delega, no la rehúye ni en su hogar, ni en su trabajo, ni en su responsabilidad civil y social. Es ‘Liderar’ con entusiasmo en su entorno, en su comunidad, actuando en base a sus convicciones y creencias. Es ‘Esperar’ la recompensa que Jesús nos prometió siguiéndole a Él como modelo de hombre auténtico.

Tu identidad Sí importa, es un instrumento imprescindible en esta singladura y aventura. Es un libro fresco, original y práctico, que conecta con las necesidades del hombre de hoy. Como dijera un hombre recientemente: Ha sido todo un reto personal descubrir cuál es nuestra identidad real como varones. Especialmente recomiendo el capítulo dedicado a las 5 caras del hombre, estoy convencido de que va a revolucionar tu perspectiva masculina. Su lectura, su discusión y su aplicación, ayudará enormemente a los hombres. Es también un libro de estudio que sirve como excelente base sobre la que hablar y reflexionar en grupos y reuniones de varones. Debe ser como una bitácora al navegante, como un mapa al peregrino, porque no podemos escalar la montaña de la auténtica masculinidad solos, ni desconectados de otros hombres.

Imagínate por un momento el poder transformador que surge cuando los hombres deciden juntarse para examinar sus vidas con profunda sinceridad y, con valor, dan los pasos necesarios para ser auténticos hombres de integridad. Cuando los hombres se conectan más profundamente con Dios y con los demás, se motivan para mejorar en todas las facetas de la vida, permitiéndoles esto, escalar los muros del aislamiento y aspirar a una perspectiva cristiana de la masculinidad, caracterizada por la integridad, el valor y la compasión, proveyendo un espacio que promueva el crecimiento personal y espiritual de los hombres, para aprender a compartir desde su interior y para apoyarse juntos en su vivir diario.

Por ello, si queremos llegar a ser los hombres que se espera de nosotros, deberemos incorporar la lectura de este libro junto con otros hombres, comentándolo con ellos, conectando con ellos para que te ayuden a sacar lo mejor de ti, para que te animen en lo que haces bien, te corrijan en lo que debes cambiar, que admiren tus esfuerzos, aplaudan tus logros, y sobre todo, con los que puedas establecer una amistad auténtica y duradera, siguiendo al hombre por excelencia, al Hijo del Hombre, Jesús de Nazaret.

En este humilde prólogo quisiera saludar y felicitar a mi amigo, compañero y hermano, Juan Varela, autor de esta obra, por su apuesta valiente y decidida en afrontar y plasmar como solo él sabe hacerlo, lo que Sí importa en la vida. Y junto a él, reconocer a aquellos que han marcado definitivamente una diferencia en mi vida. Cuatro hombres que han señalado como vivos luminares mi camino como hombre: mi padre Víctor, mi abuelo Enric Angurell, mi tío Benjamín Angurell y mi mentor Josep Monells.

Junto a Miguel Castillo, mi amigo y condiscípulo, empezamos la aventura de ayudar a los hombres de nuestra generación, como parte de la labor de la asociación De Familia a Familia, al ver que la pieza que fallaba en el matrimonio y en la familia era el hombre. Juan Varela se unió al equipo de HOMBREA HOMBRE, HOMBRESDE INTEGRIDAD. Con su impulso y a través de sus múltiples conferencias, charlas, artículos y programas radiales ha ido ampliando la perspectiva y posibilidades de este enfoque. El resultado ha sido este libro que tienes en tus manos, donde el autor, desde una óptica hispana y aún Latinoamericana, con su elocuencia y también destreza escritora, ha combinado la investigación antropológica sobre el hombre, la propuesta cristiana y la propia experiencia, para así acercarnos más a la auténtica masculinidad, porque tu identidad y la mía Sí importan.

Sirva este primer libro, hecho desde nuestro país y para las naciones hispanas, como manual, referente y guía para los hombres que quieran reafirmar su identidad, mentorar a otros, e influir en la próxima generación, dejando un legado tras sí ¡de auténtica, honesta y fructífera masculinidad!

Víctor Mirón

Presidente De Hombre a Hombre España - Barcelona, primavera de 2014

BOSQUEJO

PARTE I: Identificando (el problema)

CAPÍTULO I

¿Qué es ser hombre?

Introducción

Antropología bíblica: El origen del ser humano

Antropología cultural: El desarrollo social del hombre

Los ritos de transición en la cultura judía

CAPÍTULO II

Ruptura en las etapas de afirmación masculina

Pérdida de los rituales de iniciación a la masculinidad

Los mitos a erradicar desde el cristianismo histórico

Tipología del hombre actual

CAPÍTULO III

La diferenciación de género: El hombre fusionado

Definiendo sexo y género

Diferenciación y complementariedad en la Palabra

Ser hombre: Tu identidad Sí importa

CAPÍTULO IV

La confusión de género: El hombre desorientado

Génesis de la homosexualidad

Factores que contribuyen a la confusión de género

Etapas de consolidación en la identidad homosexual

Etapas en el proceso de restauración y sanidad

CAPÍTULO V

La atracción sexual: El hombre tentado

La influencia de una sexualidad desconectada

Los principales frentes de batalla: Lujuria, pornografía, masturbación

Consecuencias para prevenir y estrategias para intervenir

Origen y propósito de la sexualidad

PARTE II - Definiendo (las causas)

CAPÍTULO VI

Origen y desarrollo de la crisis de la masculinidad

En el principio: La pasividad de Adán

Ausencia de estructuras de autoridad

La Revolución Industrial, las guerras mundiales, las dictaduras del s. XX

El movimiento hippie, la revolución sexual, el feminismo radical

CAPÍTULO VII

Causas históricas en la ruptura de los rituales de transición masculina

La Reforma Protestante: La secularización de lo sagrado

La Ilustración y la Modernidad: El imperio de la razón

La Postmodernidad y la Ultramodernidad: El imperio de los sentidos

PARTE III - Afirmando (la solución)

CAPÍTULO VIII

El corazón del hombre y sus fuentes de poder

El hombre como guerrero: La espada

El hombre como rey: El cetro

El hombre como amante: El anillo

El hombre como sacerdote: El Libro

El hombre como amigo: El ajedrez

Combinando las 5 caras: El equilibrio

El verdadero arquetipo de hombría: Jesús

CAPÍTULO IX

El hombre en sus primeros roles. Toma la espada y pelea

Exigencias de la santidad en Romanos 12

Sacrificio: El principio de la acción

Separación: El principio de la distinción

Transformación: El principio de la renovación

CAPÍTULO X

El hombre como hijo de Dios. Toma la espada y pelea por tu Dios

Del desierto a la tierra prometida: Fijando posición

Escogiendo entre lo bueno y lo mejor: Buscando la excelencia

Permaneciendo en Su presencia: Manteniendo la llama

CAPÍTULO XI

El hombre como esposo. Toma la espada y pelea por tu mujer

Falsos conceptos de cabeza, autoridad y sometimiento

La seguridad masculina que toda mujer necesita

La estabilidad femenina en la vida de todo hombre

CAPÍTULO XII

El hombre como padre. Toma la espada y pelea por tus hijos

La importancia del rol paterno: El padre es el destino

Del autoritarismo al servilismo: Equilibrando funciones

Defiende tu pequeño terreno de lentejas.

Palabras finales: Siendo más que vencedores

PREFACIO

A la edad de 7 años «sustraje» de casa un paquete de salchichas y junto a mi vecino nos fuimos al bosque cercano para asarlas en una hoguera clandestina. Mientras las llamas crepitaban y carbonizaban las sufridas salchichas, nos sentíamos supervivientes como Robinson Crusoe en una isla perdida. Con 10 años construimos nuestra primera cabaña y con 12 creamos la CIA (Confederación de Inteligencias Asociadas) bajo el propósito de copiar de la mesa del profesor, el borrador de los exámenes que cada mes nos ponían. En cada una de aquellas empresas, me sentí importante, imprescindible y capaz. Nos fascinaba el sabor de lo prohibido, el riesgo de llegar al límite en alguna hazaña «de vida o muerte», traspasando las fronteras de lo «políticamente correcto». ¿Sabes de qué hablo, querido lector?

El sentimiento era genuino y hasta positivo, y aunque los actos fueran reprobables y éticamente incorrectos, en su esencia lo que despertaban en nosotros era algo auténtico y legítimo, directamente vinculado a la semilla de liderazgo que Dios puso en el corazón de todo hombre. Algo que responde a un latido ancestral que nos conecta con lo primario, con la creación, con los latidos de la tierra, con lo indómito y salvaje, y que tiene que ver con espíritu de conquista, liderazgo, riesgo y afán de explorar, viviendo aventuras que nos hagan sentir latentes y activos. Se trata de nuestra hombría y es un legado directo de la imagen de Dios en nosotros. No hay que negarlo, solo canalizarlo de forma adecuada, no hay que reprimirlo, solo dirigirlo dentro del marco ético apropiado. ¿Sorprendido? Espero que no, pero en realidad, ¿qué es ser hombre?

Aún recuerdo las películas del oeste americano típicas de nuestra infancia. El vaquero con sus dos pistolas al cinto traspasaba las puertas batientes de la cantina, dirigiéndose directo y resuelto hacia la barra. El camarero con bigote y fajín sin mediar palabra le llenaba hasta los bordes el vasito de whisky, y entonces nuestro hombre en un movimiento rápido y calculado, lo vaciaba directamente en su garganta. Al momento desviaba la mirada hacia las coristas lanzando un gruñido de aprobación, lo cual era motivo suficiente para que estas desplegaran su arsenal seductor... ¡Qué tipo duro! ¡Todos queríamos ser como él! En realidad no era un modelo correcto, pues el concepto de macho, hombre duro y a-sentimental, premiado por la utilidad de su bragueta y la fuerza de su puño, pertenece a un arquetipo histórico heredado por una mala interpretación de los conceptos legítimos de agresividad, fuerza y virilidad. Lo que si era legítimo era lo que despertaba en nosotros: el carácter de un hombre decidido y con las cosas claras.

Dentro del plan de Satanás para destruir el plan de Dios, la familia está puesta en el punto de mira como primer objetivo, y dentro de la familia el enemigo sabe muy bien que ha de comenzar por el hombre, es decir por la cabeza. Ya desde Génesis 3 y en el marco de la tentación, el papel del hombre queda desvirtuado al ceder a la pasividad y no advertir a la mujer de que no comiese del fruto prohibido. El fruto era bueno, agradable, codiciable, apelando a los sentimientos y al placer hedonista, los mismos ídolos que hoy imperan en la cultura ultramoderna. Nos ocuparemos de eso más adelante. A lo largo de todo el Antiguo Testamento el ataque al papel del hombre como cabeza del hogar y en sus roles de esposo y padre, es estratégico y fríamente calculado en la mente del enemigo. Son muchos los hombres que fallaron en su rol de esposos o padres y sufrieron las consecuencias.

Sergio Synai desarrolla la pérdida de las tres características que definen la esencia de un hombre dentro de la familia (proveedor, protector, procreador). Es bien cierto que la pérdida de la hegemonía en la aportación de la economía familiar, la pérdida en el rol de protector/cuidador, junto con la pérdida en el rol de progenitor, ha desorientado y despojado al hombre de algunos referentes importantes. Es decir, la mujer ya no está sujeta a la hegemonía económica del varón, las exigencias del feminismo radical le hacen creer que en su independencia ya no necesita la protección del varón, y en el tema de la procreación ni siquiera el hombre se hace necesario, el banco de esperma y la inseminación artificial lo suplen. Todo eso mina y menoscaba la identidad y la autoridad del varón, pero en realidad esas tres características atribuidas al taburete de la masculinidad, se quedan francamente cortas para dar la medida de lo que es un hombre. Un hombre es mucho más.

La palabra «provisión» es la que merece un análisis más profundo. La esencia de la auténtica masculinidad tiene que ver con «visión y provisión». El hombre que provee, es el hombre que sustenta, que mantiene el equilibrio familiar en aspectos que van mucho más allá que la economía, el alimento y el resguardo. Por generaciones y desde la Revolución Industrial en la cultura occidental, el hombre se ha preocupado de suplir para la economía familiar, y con ello se creía liberado de otras responsabilidades domésticas como la educación de sus hijos, o el tiempo relacional con su esposa. Creía que ya cumplía con su papel de proveedor. Pero la provisión «solo» para las necesidades físicas y funcionales de la familia es en realidad el deber más fácil y superficial del proveedor y su auténtico significado va mucho, mucho más allá de esos aspectos necesarios pero no vitales. Ser hombre es una empresa bastante más ambiciosa.

En demasiados lugares vemos hombres pasivos, hombres cansados, hombres desorientados y conformados. ¿Cuál es el motor de un hombre? ¿Qué activa la energía en su corazón? La visión de su papel de «proveedor». La semilla de liderazgo capacita a todo hombre con la visión global de algo que trasciende su realidad inmediata y sus circunstancias particulares: su liderazgo tiene que consistir en ser guía, ejemplo, en cubrir necesidades emocionales y espirituales, en mirar al frente con esperanza sabiendo anticipar cambios y retos de futuro. En dejar no un patrimonio, sino un matrimonio, una familia, un legado que permanezca. Esa tiene que ser la visión de todo hombre. Cuando el rey David estaba próximo a su muerte, traspasó a su hijo Salomón, el futuro rey sucesor, la declaración de misión, que hacemos extensiva a todos los varones:

Yo voy camino al lugar donde todos partirán algún día. Ten valor y sé hombre. Cumple los requisitos del Señor tu Dios y sigue todos sus caminos. Obedece los decretos, los mandamientos, las ordenanzas, y las leyes..., para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas [1].

Claro, somos conscientes de que el ideal choca con una realidad dura y difícil. Por un lado puede ser que la relación con nuestra pareja no nos haya colocado en la mejor posición para un liderazgo exitoso, al fin y al cabo nuestra esposa tiene mucho que ver en que consigamos ser hombres con un liderazgo efectivo. Por otro lado la crisis económica y de valores en nuestra aldea global, dificulta en la «masa» el mantener el espíritu de lucha y conquista frente a un modelo social pesimista, egoísta y alienado. Pareciera que el honor, el trabajo duro, la constancia y la disciplina han quedado relegadas al campo del deporte, mientras que la ética del trabajo y las relaciones en los negocios están marcadas por el fraude, la mentira, la especulación, el soborno, la erótica del poder, y en definitiva el amor al dinero, «raíz de todos los males»[2].

La cultura permisiva y relativista donde todo vale y no hay verdades absolutas, choca con el concepto de ideales y visión que queremos transmitir. Un ideal es una verdad absoluta por la que vivir, y aun por la que morir, es la energía que proviene de tener un objetivo que perseguir, una meta que alcanzar[3]. Cuando era pequeño me gustaba mirar unos dibujos animados de un burro muy obstinado. Cuando el hombre se subía en el animal, este se negaba a caminar aún por más golpes que recibía. Su dueño entonces ideaba un plan para conseguir poner en marcha al «burro» de su burro. Ataba una zanahoria en el final de una larga caña y subiéndose al animal la colocaba al frente del mismo. El burro cuando veía frente a él la jugosa zanahoria empezaba, no solo a caminar, sino a trotar en pos de semejante golosina. Y es que cuando hay un ideal que perseguir, surge la energía y la motivación de forma natural. Cuando no hay verdades absolutas, no hay ideales que perseguir, y sin ideales no hay energía, no hay motor, todo pierde fuerza y propósito. Es la filosofía del ateo, vivamos el presente y su realidad inmediata, muy bien descrita en ICor.15:32: Comamos y bebamos porque mañana moriremos, o en el refranero popular: El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Sin embargo nada de esto es excusa para no marcar la diferencia, para no ser sal y luz, pues el que algo quiere, algo le cuesta. Cuando analizamos el texto bíblico en busca de hombres con visión de conquista, reconocemos que el porcentaje puede parecer desalentador, pues, por ejemplo, de los doce exploradores que Moisés envió a reconocer la tierra prometida, solo dos tuvieron esa visión de conquista, el 90% restante renunciaron a la «leche y la miel» ante las dificultades y peligros que entrañaba la empresa. En realidad y en el fondo preferían la falsa seguridad de Egipto, a los retos de la tierra prometida. Pero si queremos ser hombres de integridad y honor, tenemos que ser idealistas y visionarios, podemos romper ese porcentaje, eso sí, con trabajo y mucho esfuerzo, con visión y provisión, recordando siempre que la diferencia entre un soñador y un visionario, es que el visionario lleva a cabo sus sueños.

Como ya hemos mencionado en nuestro anterior libro Tu Matrimonio Sí importa, el tema de la crisis de la masculinidad no debería figurar como uno más de los daños colaterales derivados de una sociedad que ha menoscabado los cimientos del matrimonio y la familia, sino que su importancia es tal, que debería ser tratado como el principal de los daños que de no ser reparado, causará, como ya está ocurriendo, gravísimos problemas en la identidad del hombre, en su papel de cabeza, y como consecuencia en su pareja e hijos, es decir en el sano desarrollo de su familia, y por extensión, de la iglesia y aún de la sociedad.