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Este libro es un compendio de mis experiencias y contactos, los que me llevaron a componer una visión práctica, creativa y dinámica sobre las Relaciones Internacionales, especialmente en el área económica. Ello me hizo incursionar en diversas temáticas vinculadas a la internacionalización para mejorar mis conocimientos; y a la vez poder crear con seguridad este texto, que ayudará indudablemente a los segmentos públicos, privados y/o mixtos que deseen trabajar en la materia desde una visión general, comenzando a partir de lo global y pasando por los diferentes espacios, hasta analizar como posicionar a nuestra provincia en los grandes mercados internacionales. Pude volcar todo este conocimiento desde el sector público vinculado al área internacional en la municipalidad de La Banda del Río Salí, trabajando en particular en los espacios de la Zicosur, Mercociudades y la Unión Europea; partiendo desde las políticas de internacionalización de gobiernos locales, específicamente en Comercio Exterior, ODS, Agenda 2030, Resiliencia, Derechos Humanos, Buenas Prácticas, Economía Circular, Migrantes y Refugiados e Inteligencia Artificial. Un agradecimiento inmenso a mis amigos; de Colombia, Ignacio Consuegra Bolívar de la Universidad Simón Bolívar; de España, Miguel Ángel Lucía Asín de Euroadla; de Chile, Claudio Pizarro Barrio de la Zicosur; de Perú, Edgardo Arribasplata Vallejos de Mercociudades; de CABA, Eduardo Reina de Editorial Perfil y de Tucumán, Eduardo Robinson; quienes con sus aportes y especialmente con su amistad, me permitieron ocupar el lugar, desde el cual hoy, puedo entregarles esta guía para que puedan iniciar acciones en el espacio internacional desde nuestro país.
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Seitenzahl: 135
Veröffentlichungsjahr: 2023
RODOLFO DI PINTO
Di Pinto, RodolfoTucumán : proyección internacional / Rodolfo Di Pinto. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-4584-8
1. Economía. I. Título.CDD 338.982
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Prólogo General
Capítulo 1 - Contexto Global
Capítulo 2 - Contexto Continental
Capítulo 3 - Contexto Regional
Capítulo 4 - Contexto Nacional
Capítulo 5 - Contexto Provincial
Capítulo 6 - Contexto Municipal
A mi familia.
A mis amigos.
Gracias por su perpetuo apoyo…
Antes de comenzar a gestionar tenemos que comprender el contexto, para asumir la situación desde lo global hasta llegar a las ciudades de nuestra provincia.
El futuro no sucede, se diseña.
RODOLFO DI PINTO
Desde muy joven la vida me ha proporcionado el privilegio de viajar por el mundo; conocer países y percibir sus culturas. Algunos, me han asombrado por su belleza; y otros, por su tamaño.
De todos he aprendido. Pero quizás, el que más me ha impactado por su estoicismo y sencillez es Paraguay. Allí conocí a mi amigo Rodolfo Di Pinto, un argentino de esos que entienden al mundo sin abandonar la ventana de su terruño, y forman parte de esa minoría de académicos que pasa gran parte de su vida tratando de componer el universo.
No sé si a ustedes les ha pasado, pero hay personas que, al conocerlas, ofrecen la agradable sensación de haber sido amigos de toda la vida. Así me ocurrió con Rodolfo desde aquel momento que coincidimos en Asunción (en el 2019) en la Cumbre de Mercociudades. Digamos que ha sido una “amistad a primera vista”.
Pues bien, el primer día que desayunamos, hablamos de lo divino y lo humano; de San Martín y Simón Bolívar, de Borges y García Márquez, del Pibe Valderrama y Maradona. Y, hasta nos quedó tiempo para conversar sobre nuestros proyectos y propósitos de vida.
Por eso, me complace ahora saber que sus iniciativas empiezan a ser una realidad, y que su preocupación de globalizar nuestras ciudades ya son parte de nuestra cotidianidad. La creciente integración de las economías del mundo nos obliga a fortalecer nuestros patrimonios sin descuidar la importancia del comercio y del flujo financiero. Es un proceso que pretende acercar los mercados, las sociedades y las culturas. De allí que es importante concebir una teoría propia de desarrollo que nos permita afrontar los fenómenos de la carente organización social y nos convide a la libertad de pensamiento.
En otras palabras, lo anterior corrobora la necesidad de afianzarnos en un pensamiento auténtico latinoamericano; en una economía política propia, sostenible y estratégica, que nos conduzca a la superación del subdesarrollo.
El tiempo pasa, y los problemas fundamentales como la pobreza, la desigualdad o la corrupción no los hemos afrontado con la entereza que merecen, pero estoy seguro que esta publicación de mi amigo Rodolfo será de vital importancia para los lectores de esta nueva sociedad posmoderna. Mientras tanto yo sigo convencido que el pasado debe servirnos como trampolín y no como sofá. Que el mundo de mi abuelo fue su pueblo; el de mi padre fue su barrio, el mío fue la ciudad, pero el de mis hijos es el mundo.
¡Ya no hay reversa para esta nueva realidad...!
Ignacio Consuegra Bolívar
Vicerrector de la Universidad Simón Bolívar
Barranquilla - Colombia
Miguel Ángel Lucía Asín
Zaragoza - España
Vicepresidente Ejecutivo de la Organización Internacional “Conseil Européen de Sociétés de Conseil et Cabinets D’avocats” - (EUROADLA) - AISBL; Representante Permanente ante las Instituciones Europeas de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa de Aragón (CEPYME ARAGÓN); fue, entre otros, Secretario General del Consejo Aragonés del Movimiento Europeo; Secretario General de la Organización Europea de Organizaciones Territoriales Representativas de las Pymes (EUROSMES); Director de Relaciones con la Unión Europea y Asuntos Internacionales de CEPYME ARAGÓN y de la Federación de empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ); Vicepresidente del Comité de Relaciones con la Unión Europea de la CEPYME; miembro del Consejo de Promoción Exterior y de Relaciones con la Unión Europea de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE); Máster en Dirección General de Empresas por el Centro Superior de Estudios Aplicados de Barcelona; Máster en Comunidades Europeas y Unión Europea por el Real Instituto de Estudios Europeos de Zaragoza; Profesor titular de Investigación de Marketing del Máster MBA para post-graduados en el Instituto de Administración de Empresas (ICADE) de la Universidad Pontificia de Comillas; Profesor Emérito del Real Instituto de Estudios Europeos; miembro del Team Europe de la Comisión Europea.
La mundialización de la economía y la crisis económica en la que se ven inmersos una gran parte de los países del mundo, ha supuesto la aparición de un nuevo contexto político, económico y social, al que las instituciones y los colectivos sociales y empresariales de los respectivos países deben adaptarse, no solo para mantenerse, sino en muchos casos para subsistir.
En los últimos años se observa una doble tendencia en el sistema mundial. Por un lado, la progresiva regionalización y la descentralización administrativa pretenden acercar al individuo las decisiones que afectan directamente al sistema de vida de los ciudadanos y al funcionamiento de los sectores económico, empresarial y social, y por otro, se tiende a una supranacionalidad de las decisiones relativas a aquellos asuntos que afectan conjuntamente y de una manera similar a grupos de países o zonas geográficas; como la política monetaria y fiscal, el medioambiente, la defensa, las relaciones internacionales, etcétera. Como consecuencia, todo ello ha derivado, a nivel general, en un aumento de las competencias regionales y supranacionales junto con una disminución de las estatales.
En la actualidad, el modelo de desarrollo endógeno se basa en la plena utilización de los recursos propios de cada región (recursos naturales, infraestructuras y recursos humanos), lo que debería conllevar un mayor poder decisorio y competencial de las autoridades locales y regionales, en contraposición con los procedentes de las instituciones nacionales; como respuesta a los retos de un desarrollo continuo y sostenible que debe estar basado en una modernización permanente de la base económica y social de las regiones.
Todo ello implica un cambio de valores sociales y culturales que favorezcan la sensibilización hacia nuevos modelos innovadores de gestión y facilite los flujos de información internos de las regiones, y de éstas con el exterior; lo que significa en muchos casos, una ruptura con las tradiciones anteriores basadas en políticas de incentivos y subvenciones, al tiempo que exige una intervención más activa y selectiva por parte de los poderes públicos.
Estos temas fueron tratados, invitado por mi apreciado amigo Rodolfo Di Pinto, durante mis visitas a su país; por ante los directivos de la Confederación General Económica de la República Argentina (CGE) y en disertaciones en su Tucumán, exponiendo ante los funcionarios del gobierno provincial y los empresarios de la Federación Económica de Tucumán (FET), donde surtimos la actividad institucional con quehaceres turísticos y lúdicos.
En abril de 1996 comencé mi relación con la actividad internacional, en un evento denominado “Encuentro Empresarial del Valle del Ebro - Noroeste de Argentina; organizado por la Comunidad de Aragón para los jóvenes empresarios de la Federación Económica de Tucumán con sus colegas, los “juniors” de la Cepyme Aragón, en la ciudad de Zaragoza.
Sin saberlo hasta el momento de la inauguración del evento, era el representante “senior” de la FET y actuaba como tutor de los jóvenes empresarios argentinos, lo que me llevó a conocer a un alto representante de las Organizaciones Empresariales en Aragón y en España , Miguel Ángel Lucía Asín, “senior” de los empresarios aragoneses y españoles; con quien mantenemos una gran amistad a través de los años y siempre tratando de establecer vínculos entre nuestros países y actualmente entre nuestros continentes; él como representante de los empresarios de su región ante la Unión Europea y yo como coordinador de una Unidad Temática en un organismo para gobiernos locales del Mercosur.
Durante el evento en Zaragoza y hablando sobre mi actividad, él hizo las gestiones para relacionarme con los actores del ocio nocturno en España, sorprendiéndome por la institucionalización de sus organizaciones, lo que me llevó a concretar reuniones con mis colegas en Italia, Suiza y Francia, donde para mi sorpresa conocí al presidente de la Federación Europea de Ocio Nocturno o FEDD, Ivan Poupardin. En base a estas relaciones fuimos invitados a la Feria Intermusic de Valencia, donde observamos todos los adelantos en sonido, iluminación y especialmente en lásers de última generación, cuyos fabricantes, la empresa Tecnoradio de Barcelona, por intermedio de su gerente general, nos facilitó pases para la inauguración de la temporada de verano en Ibiza, donde vimos sus equipos funcionando en la emblemática disco Pacha, visitando también El Divino y Amnesia.
Allí comencé a interesarme sobre las relaciones internacionales y su importancia en un mundo globalizado e interrelacionado.
El mundo globalizado es cada vez más interdependiente e interconectado; y por ello, es importante dimensionar en todos sus aspectos el valor que cobran las relaciones internacionales para un gran conjunto de diversos actores. Los países están cada vez más vinculados a través de las acciones de sus respectivos gobiernos, empresas públicas y privadas, agentes y miembros de la sociedad. Las estrategias que deciden unos países, en política, economía, comercio, integración o cooperación tienen gran incidencia en los propósitos de otros países y sus habitantes.
Los antecedentes nos trasladan al fin de la Segunda Guerra Mundial con el establecimiento de los Acuerdos de Bretton Woods, en julio de 1944, es decir la conferencia monetaria y financiera que estableció las reglas y regulaciones para la recuperación de las relaciones comerciales y financieras entre las naciones más industrializadas del mundo. En ella se fijaron los regímenes internacionales que regulan hasta el presente las cuestiones monetarias, con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, actual Banco Mundial; y las financieras, a través del Fondo Monetario Internacional.
Estas regulaciones fueron complementadas en 1947 con la firma del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), hoy bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC); a quien le confiaron la institucionalización de las reglas que gobiernan los flujos e intercambios comerciales bajo un proceso que comporta tres agendas: Bienes, Acuerdo General Comercio y Arancel; Servicios, Acuerdo General sobre Comercio y Servicios; y Propiedad Intelectual, derechos relacionados al comercio.
Además; la OMC agregó nuevos temas de debate y negociación: Comercio y medio ambiente, normas laborales, políticas de inversión, derechos de autor, marcas de fábrica, denominaciones geográficas, patentes, circuitos integrados y protección de la información no divulgada.
Como las organizaciones que se crearon comenzaron a funcionar en 1946, se integraron a la ONU; y los acuerdos fueron impulsados por los Estados Unidos con la cooperación de todas las naciones capitalistas desarrolladas; menos Japón que se integró más tarde, los países del bloque soviético que no ratificaron los acuerdos, y la mayoría de los países independientes del Tercer Mundo; conformando un total de 44 naciones.
De esta forma, las relaciones económicas internacionales, que comenzaron solo en la órbita de las economías capitalistas y que actualmente se trasladaron a toda la economía internacional, están reguladas por estos acuerdos y las normas que derivan del Banco Mundial, el FMI y la OMC.
El sistema que se adoptó, consistió en un compromiso por el cual los bancos centrales de los países miembros fijarían el valor de sus monedas tomando como base el dólar estadounidense. Los Estados Unidos harían la oferta y daban garantía para intercambiar dólares por oro al precio oficial de U$S 35 la onza de oro; y los otros países realizarían ofertas para intercambiar sus divisas por dólares en torno a un tipo de cambio oficial o paridad. De esta forma, los países se comprometían a actuar en los mercados internacionales de divisas para sostener las paridades pactadas, vendiendo o comprando reservas internacionales a cambio de sus monedas nacionales. Estados Unidos abandonó el sistema de tipos de cambio en 1971 y la Argentina mantuvo el tipo de cambio fijo hasta 1975.
Luego; con los acuerdos de la Conferencia de Kingston (1976) se aceptó de hecho que cada país tendría la facultad de darse el tipo de cambio que considerara conveniente, o sea, flexible; aunque en el marco del euro, la Unión Europea estableció acuerdos monetarios específicos. Con todos estos cambios, el sistema no ha funcionado a favor del desarrollo económico de los países no industrializados, manteniéndose y profundizándose la estructura centroperiferia y haciéndose más compleja como consecuencia de un nuevo componente: los países semiperiféricos. Esto provoca periódicas crisis que, originadas en los países centrales, se proyectan hacia la semiperiferia y la periferia con consecuencias aún más graves desde el punto de vista económico, social y político.
Derivada de estas situaciones, el debate sobre la desigualdad y la distribución de la riqueza a nivel internacional y en el interior de los países, ha vuelto al centro de las discusiones políticas.
Los países se diferencian por sus desiguales niveles de desarrollo económico e industrialización, sin considerar que todas las economías forman parte de un solo sistema económico mundial. Si observamos por estructuras, los países se distinguen por los niveles homogéneos (desarrollados) y heterogéneos (subdesarrollados) de sus respectivas estructuras productivas. Los primeros mantienen una alta productividad general del trabajo y los segundos tienen productividades muy dispares y desiguales según sea el sector económico que se trate.
Los países en desarrollo, hoy identificados como “tercer” y “segundo” mundo; nos caracterizamos por tener una estructura productiva heterogénea y una muy fuerte especialización, coexistiendo actividades donde la productividad del trabajo es alta, como en las actividades vinculadas a los sectores exportadores (mineros, energéticos, agrícolas).
La especialización productiva tiene un gran impacto sobre el nivel de desarrollo económico de los países y el nivel de ingreso (salarios) de la población. Los países se diferencian según sus niveles de ingresos: así, los países de bajos ingresos se especializan en productos agrícolas intensivos en mano de obra (azúcar, granos); los de medianos ingresos se especializan en productos con mano de obra intensiva no agrícolas (energía, minerales); en tanto los países de altos ingresos se especializan en productos con mano de obra altamente intensiva en capital y tecnología.
La estructura productiva en general es reducida, más aún en los llamados “tercer mundo o periféricos” y menos en los denominados como del “segundo mundo o semiperiféricos”; lo que hace que un gran número de bienes, especialmente las manufacturas con alto contenido tecnológico, deben ser conseguidos a través de la importación.
La proyección de estas características, sobre las relaciones económicas internacionales, hacen que las economías desarrolladas se integren en un ciclo endógeno de crecimiento económico, mientras que las economías no industrializadas o poco industrializadas tienen ausencia de ese ciclo de crecimiento (nacional y regional), y dependen de las economías de los países industrializados o del “centro” para la dinámica de su propio crecimiento.
En el caso de nuestro país, como parte del tercer y segundo mundo, esta debilidad condiciona nuestro crecimiento y desarrollo y hace que la dinámica de la expansión económica dependa de la demanda internacional. Esta situación se explica hoy a través de las importaciones chinas: mientras su demanda por productos básicos (soja, cobre, hierro, etcétera) se mantuvo en aumento, nuestra economía tuvo un boom de crecimiento y expansión; cuando esa demanda se contrajo, los precios de los commodities bajaron, el intercambio comercial se deterioró y nuestro crecimiento económico se redujo fuertemente.
El pensamiento Prebisch-Cepal, modelizó las relaciones económicas internacionales a través de la morfología centro-periferia. Tomó como punto de partida la consideración según la cual el capitalismo periférico era parte integrante del sistema mundial, ordenado de acuerdo al sistema de la división internacional del trabajo y de las ventajas comparativas. Un capitalismo subordinado a los intereses de los países avanzados bajo el signo de su hegemonía y del imperio de las leyes del mercado.
Para lograr este objetivo, la periferia tenía que industrializarse, esto es, hacer de forma deliberada lo que la dinámica de los centros no había traído espontáneamente. Es justamente el nivel mayor de industrialización alcanzado por algunos de los países de la periferia, el que los sitúa actualmente en lo que se denomina “segundo mundo”. Allí están países como Brasil, México, Argentina, Turquía, India, Corea del Sur, Chile y Sudáfrica, entre otros.
Una de las características más notables de la economía mundial es la existencia de un número significativo de Estados que parecen estar permanentemente estacionados en una posición intermedia entre el “centro” y la “periferia”, en base a lo cual, Wallerstein formuló el concepto de “semiperiferia”. En nuestro continente; países como Argentina, Brasil, Chile y México, experimentaron a lo largo del siglo XX, transformaciones sociales y económicas de largo alcance, frecuentemente asociadas a convulsiones políticas; pero su posición hoy, parece ser tan intermedia como era hace 50 o tal vez 100 años.