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Al sentir el gran placer de escribir el prólogo de "Turismo,… Ave de paso", estuve convencido de que se trataba de un gran libro, de una enorme riqueza literaria y que lograría una muy buena aceptación entre los futuros lectores. No sólo por el detalle en cada uno de los relatos relacionados al lugar visitado, sino por el minucioso panorama social y cultural de cada destino, explicado detalladamente en cada una de sus hojas. Con el privilegio en haber compartido estos diez años de viajes por tantos países, vale comentarles el nivel de elevada pasión de la escritora, no sólo en la descripción del lugar, sino de la vehemencia en la charla con los lugareños de cada sitio visitado, digna de una verdadera orfebre de las palabras, constituyéndola hoy en un auténtico Sello Literario en el rubro. Desde ya, y concluyendo este breve comentario, observarán que al finalizar la lectura de este maravilloso libro, sólo querrán viajar, viajar y viajar, y así poder conocer lugares y culturas que sólo se logran de esta forma. Por supuesto que será sumando conocimiento del mundo en que vivimos, pues comprender la diversidad siempre nos moverá a la tolerancia y la comprensión, por consiguiente, a convertirnos en mejores personas. Pues el Turismo es TODO: lugar, sociedad, cultura, economía, etnia, psiquis, religión e historia. El honor de compartir también la Sinopsis es para mí, motivo de orgullo. Entonces..., a disfrutarlo.
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Seitenzahl: 606
Veröffentlichungsjahr: 2022
MARTA LILIANA ARRIETA
Arrieta, Marta Liliana Turismo... Ave de paso : nuestra década viajada : 2006-2016 / Marta Liliana Arrieta.- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3047-9
1. Turismo. I. Título. CDD 306.4819
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
“Quisiera agradecer a mis padres Irma y Juan porque me dieron un don de gente con valores y una valiosa educación. A mi hermana, a la cual amaba y la perdí hace mucho tiempo, y con la cual soñamos hacer algún viaje porel mundo. A mis hijos y nietos a los cuales adoro, y son una bendición de Dios.
Y más que nada a mi amor, mi compañero de vida y con el cual nos elegimos día a día, siempre
Por supuesto también a los amigos, los que ocupan un lugar importante en mi vida”.
PRÓLOGO
Capítulo I
CUBA, 2006
Capítulo II
Colombia, 2007
Capítulo III
MÉXICO, 2008
Capítulo IV
EGIPTO Y FRANCIA, 2009
Capítulo V
ISLA MARGARITA, VENEZUELA Febrero de 2011
Capítulo VI
REPÚBLICA DOMINICANA, Octubre de 2011
Capítulo VII
ESPAÑA Y PORTUGAL, Mayo de 2012
Capítulo VIII
ESPAÑA Y MARRUECOS, Junio de 2013
Capítulo IX
HAWAII, Noviembre de 2013
Capítulo X
Italia, República Checa, Austria, Eslovaquia, Hungría y Grecia, Mayo de 2014
Capítulo XI
JAMAICA, Noviembre de 2014
Capítulo XII
ITALIA, MALTA, TURQUÍA y CROACIA,Mayo/junio de 2015
Capítulo XIII
México, 2016
Table of Contents
Vaya, vaya, qué tarea que has emprendido Lili, y al fin, concluido. Ardua y compleja, pero placentera a la vez, como es la de escribir un libro, ¡¡y sobre turismo!! tu verdadera pasión.
Cumpliendo un sueño, y de eso se trata la vida, pues pululan durante toda nuestra existencia, eso: imaginaciones transformadas en profundos deseos de llegar a un objetivo y cumplirlo. Sabemos que habitualmente se concretan en un uno o dos por ciento; pero la escritora no lo quitó nunca de su intelecto, fue perseverante y consecuente en su permanente intento por lograrlo, y lo consiguió. Nos encontraremos con una narrativa pormenorizada de un verdadero turismo de investigación en un recorrido turístico de lugares, si bien de fastuosa belleza algunos, otros imbuidos en oasis de culturas muy disímiles unas de otras, cómo es la realidad de continentes tan distintos como Europa, África, Asia o América toda (sur, central y norte). No sólo al contemplar su aspecto social o económico, sino esencialmente el cultural, dónde si bien se visualiza en algunos un desarrollo con cierta actualidad a los tiempos que corren; entiéndase por logros que plasmados en derechos sociales hacen definitivamente a la evolución de los pueblos. Por el contrario, encontramos sociedades estancadas en forma alarmante con una involución, casi medieval, en todos sus aspectos, ancladas en un pasado a veces milenario que, si bien respetaremos por siempre, no nos deja de sorprender. Sin el menor ánimo de comparaciones, son sólo descripciones de la lectura que se viene.
Una lectura que disfrutarán en extremo, por la narrativa, la descripción de lugares, sociedades y culturas, aunque en algún momento de zozobra con situaciones en las cuales la escritora posee un claro “imán” que, por supuesto, ni presiente que llegarán.
Encontrarán en éste, su primer libro, un trabajo de años en el cual se verá reflejado no sólo su saber técnico de todo lo que relata, pues vale recordar que es egresada de la Facultad de Turismo de la Universidad de Morón (BA), hecho que fortalece en conocimiento todo su relato.
Pero lo notable es la vehemencia y pasión en la descripción de cada uno de los lugares que se ha visitado, pues lo sumergirá en un mundo imaginario pero a la vez real, de sitios que habitualmente no se mencionan, por lo tanto desconocidos, aunque por supuesto, sí los ya conocidos y famosos.
En lo expuesto he descripto un panorama raso de lo que vendrá como contenido literario. Pero yendo al detalle de la evolución de la iniciativa es la de plasmar y transmitir en un libro la alegría de viajar y conocer con el mayor detalle posible cada lugar, de eso: el turismo cómo goce espiritual, y sumarlo a una experiencia de vida inolvidable. Vaya entonces una mini biografía de la escritora, a quien conozco desde 1975.
MARTA LILIANA ARRIETA: nacida en CABA el 3 de noviembre de 1956, hija de Juan Ramón Arrieta, comerciante; y de Irma Zalazar, ama de casa. Cursó estudios primarios, secundarios (Escuela Nacional Dr Marcos Paz, de la misma ciudad) y concluyó su carrera estudiantil en la Facultad de Turismo de la Universidad de Morón, pues, ya casada y con el segundo hijo en camino pudo asistir hasta el final de su carrera en forma regular; además habiéndose desempeñado como ayudante de cátedra en materias relacionadas con visitas guiadas, tours por diferentes ciudades y el armado de circuitos turísticos, a la vez continuó trabajando como guía de turismo para una empresa muy conocida.
En el año 1978, contraemos matrimonio (sí, tal cual, soy el esposo), van naciendo nuestros cuatro hijos, a los cuales cría, educa y acompaña hasta hace pocos años, que son: Virginia (43), Mariano (42), Martín (39) y Marcos (38), de los que tanto Lili como yo nos sentimos profundamente orgullosos. Habiendo llegado esa “yapa” que nos dio esta vida como son nuestros tres nietos: Martiniano (10), Santiago (8) y Alfonsina (7), siendo hoy nuestros tres motivos de diaria alegría.
Hecho biológico y por consiguiente familiar, que nunca disminuyó su sueño de viajar…, ¡¡y por el mundo!!
Ja, ja, ja, yo decía… ¿Viajar, conocer? Mmm… y la verdad nunca fue un motivo de discusión, pues, en definitiva, los sueños… SUEÑOS SON, y es lo único que mantiene vivo al ser humano en su esencia natural, pues de no ser así ni valdría la pena vivir. Hace, en definitiva, a la concreción del objetivo de la escritora cuando se nos avecina la posibilidad de viajar a partir del año 2006, y el primer país fue Cuba. Realmente nunca había imaginado, hasta el momento, la posibilidad de itinerar por tantos países, pero la escritora SÍ, todo planificado y armado desde siempre, no sólo este primer viaje sino todos los viajes sucesivos hasta el 2016, o sea, diez años viajando por los cuatro puntos cardinales.
Vaya si los planificó, simplemente me decía: tal fecha vamos a tal lugar…, y bueno, se venía el “sacrificio” de viajar…, je, je, je, y allí íbamos.
En pocas palabras, cada lector encontrará un relato vívido, descriptivo y apasionado de cada lugar visitado, que resultará tan seductor y atractivo que querrá visitarlo ya.
Hoy (jul/22), ya jubilada pero activa laboralmente, tiene como verdadero hobby y pasión ocupar su tiempo desempeñándose como “freelance para amigos”, pues nunca falta la oportunidad en que un amigo, aunque familiares o simplemente para nosotros dos, le consulten para armar un viaje nacional o internacional, y que gustosamente lo hace solamente por el placer de ayudar y de trabajar en lo que ama desde toda la vida: EL TURISMO, y que por supuesto lo disfruta muchísimo. Entonces, en razón de lo expuesto y tocando ya el comienzo de la lectura de este vuelo imaginario por treinta países, nada menos, y utilizado veintisiete compañías aéreas a lo largo de hermosos cuatro continentes, vaya nuestro mensaje:
¡¡BUEN VIAJE y DISFRÚTENLO!!
RODOLFO OSVALDO BARGADOS
Primer país que vamos a conocer más allá de los países limítrofes, partimos con mi compañero de vida, mi amor Rodolfo, y yo, Liliana. Quisiera compartir nuestras experiencias de viajes con ustedes.
Salimos de Buenos Aires el 19 de febrero de 2006 rumbo a Cayo Coco (Jardines del Rey, Provincia de Ciego de Ávila) en vuelo de Cubana de Aviación, eran aviones rusos grandes. Llegamos el 20 de febrero por la mañana, en la Aduana nos piden las visas para poder entrar al país (éstas las hacían en un papel suelto en la Embajada de Cuba, no en el pasaporte, así si vas a Estados Unidos no queda registrada tu visita a Cuba y no tenés problemas). Aquí tuvimos un pequeño interrogatorio: si estábamos por vacaciones, en qué hotel nos alojaremos y si alguna vez fuimos a EE. UU.
Aquí llegó Colón en 1492 y llamó a la Isla Juana. Cuba es uno de los 35 países que conforman América, tiene casi 12 millones de habitantes, además es una República, se declara así el 20 de mayo de 1902 en donde se produce una baja del precio del cultivo del azúcar, a esto se suma el maltrato hacia la gente de color y el pueblo humilde, esto hace que se produzca una rebelión contra España. Ya desde el siglo anterior se habían producido diferentes levantamientos, uno de sus principales líderes independentistas fue José Martí (poeta) fallecido en 1895, hoy considerado uno de sus héroes. Recién luego, en 1959, con la llegada de Fidel Castro al gobierno, se instaura en el país un Estado Socialista, se termina con la dictadura de Fulgencio Batista.
En el Aeropuerto de Jardines del Rey había muchos policías antidrogas con perros y con justa razón, tuvimos casi 2 horas de espera para que la combi que nos llevaría al hotel pudiera salir, ya que gente que compartiría el bus nuestro fue registrada y le sacaron marihuana, por suerte para ellos los dejaron seguir ya que aparentemente era poca (para consumo personal), igual se la sacaron, supongo que pasaron porque era una familia. Primer aprendizaje: no se pueden entrar alimentos que no estén cerrados al vacío, habíamos llevado unas empanadas para comer en Ezeiza y nos sobraron, cuando pasamos la Aduana nos tiraron las empanadas a la basura, ¡qué vergüenza, no lo sabíamos!
El traslado era desde el Aeropuerto de Cayo Coco al Hotel Villa Cojimar en Cayo Guillermo, fue una hora de viaje que se hacía eterna, pasábamos por vegetación tupida en un camino de asfalto (no tan cuidado), estábamos expectantes y de golpe el Mar Caribe, el azul del agua, la belleza plena, maravilloso... Vimos este mar como lo habrá visto Colón el 27 de octubre de 1492.
Este Hotel está sobre la playa, es un all inclusive, como todos aquí, tienen comida, tragos, espectáculos todas las noches (de primer nivel), también una disco donde fuimos a bailar, deportes náuticos, como por ejemplo botes a pedal (con el cual nos adentramos en el mar, transparente, cálido y bello), la playa privada, la pileta, todo incluido absolutamente, una ciudad dentro de otra.
Aquí en Cuba la gente es educada, culta, cariñosa, era raro saber que los camareros que nos servían en el restaurante fueran médicos, arquitectos, por ejemplo el señor que limpiaba la playa a la mañana temprano era topógrafo. Yo lo veía y conversaba con él pues estando de vacaciones me levanto muy tempranito y me voy a la playa en búsqueda del sol. A este hombre le compramos una caja de madera con cigarros Cohiba, ya que su cuñado trabajaba en la fábrica y se hacía una moneda extra. Hicimos una pequeña excursión en un trencito de arrastre a un lugar alejado en el cayo, pasamos por muchos hoteles y vimos la Duna más grande de Latinoamérica, con muchísimas palmeras y una plantación de salvia, esta es una planta medicinal. Cuando llegamos al lugar supimos que se llamaba Playa Pilar (es la que se ve en todos los folletos de Cuba), es hermosa, aquí encontramos solo un velero tipo catamarán, un bar y un vendedor de artesanías, quien nos mostró los papeles de permiso del gobierno para vender (en este país todo pasa por el Ejecutivo).
A la noche en la cena, Rodolfo se comió una langosta grandísima y los cantantes nos endulzaron los oídos junto a nuestra mesa con unas bellas canciones latinas.
Luego de disfrutar unos días de agua y sol entre playa y pileta (le llaman alberca), contratamos una excursión muy completa, la cual duraría todo el día. Salimos muy temprano por la mañana, antes del amanecer (cada uno llevando una bolsa con sándwich, jugos y fruta, a esto le llaman picnic), se lo solicita en recepción, cuando se tiene una actividad y el restaurant todavía no abrió, entonces el hotel te lo otorga.
Primero nos dirigimos a un pueblito estilo holandés llamado Iriguano, se construyó luego de la revolución, tiene 127 casas y viven campesinos, llegamos allí atravesando los Terraplenes que unen Cayo Guillermo con Cayo Coco, estos tienen 17 km de largo y fueron construidos en 16 meses, y fueron los primeros que se hicieron en la isla. Vimos a los costados varias colonias de flamencos rosados. Luego de visitar este pueblito salimos hacia la Laguna La Redonda, también llamada la Laguna de La Leche, está tiene 27 km cuadrados de superficie y está formada por tres de ellas interconectadas. En el trayecto el guía nos cuenta que el gobierno había comprado miles de estufas (cocinas) para el pueblo, a lo que yo le pregunto si eran gratis y luego de insistir por una respuesta me confirma que no, se las descuentan en cuotas del salario, como esto en muchas cosas más (nos parecerá mal, pero hay que entender que por el bloqueo de hace 50 años que sufre la isla, es muy difícil que haya productos industrializados a la venta).
Al llegar a La Redonda nos estaban esperando unas lanchas pequeñas para 6 personas, con un motor fuera de borda muy potente, que nos introdujeron en los canales de la laguna a toda velocidad. Estuvo muy bueno, el señor que conducía la lancha nos hizo de guía, explicándonos acerca de la vegetación, por ejemplo que hay cuatro tipo de manglares, flores exóticas, hormigueros gigantes en los árboles, aves, orquídeas. Nos comenta que los manglares son árboles cuya madera se usa para hacer desde mueble hasta construcciones, también anilinas para teñir y remedios. Fue muy linda esta experiencia. Seguimos viaje pasando por un pueblito llamado Patria, donde vive gente que trabaja en Cooperativas del Estado, que crían cerdos, hacen embutidos y cosechan plátanos. De allí fuimos a un Central Azucarero que cerró en el año 2000 (consecuencia del bloqueo), Cuba era el principal exportador de azúcar en América, ahora es Brasil. Al cerrar la central los trabajadores formaron una cooperativa pequeña con una plantación chica para mostrar a los turistas el proceso de extracción del azúcar a la caña con maquinarias del siglo pasado. Desde aquí nos llevan en una locomotora a vapor del año 1920 con un par de vagones donde nos sentamos al aire libre, en el trayecto nos convidaron varias veces pedazos de caña para chupar y así sentir lo dulce. Pasamos por el sembradío de caña, llegamos a un Ranchón llamado Las Palmas, es como un restaurant al aire libre, donde almorzamos comida cubana, mermelada de mangle, cerdo, plátanos fritos, todo muy rico, diría riquísimo.
Retomamos la ruta hacia un Criadero de Cocodrilos, donde los vemos en su hábitat, supongo que eran más de 100. Tuvimos uno pequeño en nuestras manos (del tamaño de un bebé), por supuesto con la boca atada. Cuando lo teníamos alzado lo sentimos muy frío y se retorcía, entonces aprendimos que hay que agarrarlos de la cola con una mano y con la otra del hocico. Y si se llega a cortar la cuerda... corré, ja, ja. También se les podía dar de comer con cañas, con el alimento colgado de una cuerda a los más grandes desde una baranda, ellos estaban en una especie de pileta natural con agua y barro debajo. Fue una experiencia que nunca hemos vivido.
Luego nos dirigimos a la ciudad de Morón (la ciudad del gallo, como en España o aquí en la Argentina), la llaman la Ciudad Universitaria, aquí experimentamos dos cosas, primero empezamos a darnos cuenta del amor que tiene la gente por el Che Guevara, lo que significó y sigue significando para ellos, desde aquí y por toda Cuba vemos carteles del Che, y segundo los estudiantes que te golpean los vidrios del bus pidiéndote una birome, algo tan insignificante para nosotros, pero para ellos es un elemento preciado. Sabiendo esto, con Rodolfo llevamos desde Buenos Aires unas 48 biromes, también 30 jabones de tocador y un par de bolsas de caramelos para obsequiarles (cuando ocurrían alguna de estas cosas se emocionaban hasta las lágrimas), tal es así que hasta en estos hoteles que tienen de todo el jabón del baño es pequeño y con olor a desinfectante.
Volviendo al tour, en la ciudad dimos un paseo en Caleza (es un carro arrastrado por caballos) muy pintoresco. Visitamos el Museo Canoabo y pudimos entrar en una Feria de Libros en la calle (los puestos son de metal, como en las ferias barriales nuestras), algo muy precario y a pesar de que no podían vendernos dos libros de historia de su país que queríamos comprar, pues ellos no tenían permiso del gobierno para cobrar en CUC, nos aceptaron este dinero y luego lo cambiarían en el mercado negro (todo en secreto), lo que sucede es que aquí se manejan dos tipos de moneda, el peso cubano que es para los ciudadanos y el CUC (cubano convertible) que es para el turista, con un valor equivalente al euro (al dólar le recargan impuestos y las tarjetas de crédito de bancos estadounidenses no las aceptan). Por último fuimos a tomar un trago a un lugar donde un conjunto de música tocaba para nosotros y el cantante me sacó a bailar, me sentí halagada. Después de un día largo y con los ojos llenos de imágenes volvimos al hotel. En aquel año, no hace tanto, no teníamos celulares para poder comunicarnos desde tan lejos y el uso de las computadoras, más que nada en este país, era difícil y muy caro. Así que llamamos por teléfono público a Martín (nuestro hijo) que estaba en Italia para que avise a sus hermanos en casa que todo iba bien. En la playa del hotel tienen prohibido entrar vendedores, pero algunos lo hacen, a veces, sin permiso hasta que los invitan a retirarse, este es el caso de una mujer cubana que hacía trencitas en el pelo (con esto ayudaba a la crianza de sus hijos) y nos contaba que tanto ella como muchas personas se anotaban en correos sentimentales de revistas extranjeras para poder casarse y así poder salir de Cuba (luego se divorciaban). Los cubanos tienen prohibido salir de la isla a menos que sea por algo legal, por ejemplo casamiento. Un señor que trabajaba en mantenimiento mientras conversábamos tomó una ramita de paja e hizo una langosta pequeña y me la obsequió al tiempo que me decía la llamamos “esperanza”. En el elenco de bailarines de los espectáculos que disfrutábamos todas las noches había un muchacho muy alto con el porte de Martín (él estaba lejos, muy lejos), ¡cuánto me hacía acordar a mi hijo! El día que nos íbamos un jardinero nos paró y nos agradeció mucho por tratarlo con tanta amabilidad, entonces me regaló un billete de 3 pesos cubanos de la época de la revolución (ya no están en circulación) y está firmado por el Che como presidente del Banco Nacional de Cuba (Fidel lo había autorizado a firmar así, como Che), que gesto hermoso, me emociono, por supuesto le regalamos un jabón para su esposa.
Era el 27 de febrero y nos llevan a tomar un avión de Cayo Coco a Varadero donde nos alojaremos en el Hotel Villa Tortuga, otro hermoso all inclusive sobre la playa.
Varadero queda en una Península, además de tomar mates tirados en las tumbonas frente al mar hacíamos paseos caminando por la ciudad. Todas estas vacaciones las pasamos con una pareja de mieles con los cuales nos divertíamos mucho.
Aquí estuvimos 5 días en uno de los cuales tomamos un bus turístico y recorrimos toda la Península, la cual tiene 22 km de largo aproximadamente, viendo el mar hacia ambos lados. Pasamos por el Campo de Golf, el Delfinario y al final la Marina Palace, cuando volvíamos bajamos en el Centro de Convenciones Las Américas, donde se hacen entre otras cosas exposiciones de arte, aquí nos distrajimos y perdimos el bus. Tomamos el próximo cuando ya era de noche (nos hemos reído muchísimo), así a la vuelta al hotel vimos todo iluminado, o sea tuvimos las dos versiones del paseo.
En otra excursión que hacemos estando en camino pasamos por sembradíos de plantas que parecían de tequila, en realidad son otras parecidas con las cuales se hacen sogas en cordel, cuando las importaron se equivocaron. Vamos rumbo a las Cuevas de Bellamar (primer sitio turístico de Cuba), fueron descubiertas hace 148 años por un trabajador chino, abriendo al público en 1869.
Están a 30 m de profundidad, recorrimos 750 metros de largo de los casi 2 kilómetros que posee. En el interior la temperatura es de 27 a 30 grados, es muy caluroso y hay mucha humedad. Caminando por el interior de estas cuevas observamos una belleza imponente, están todas las paredes y el piso cubiertos de estalactitas y estalagmitas, y del techo cuelgan centenares de helictitas, brillan y se ven de diferentes colores, rojo por el óxido de hierro, verde por el cobre y blanco por el cristal de roca, la humedad es del 100%, llegaba un momento en que estábamos completamente mojados.
Encontramos diferentes salones con formaciones llamadas por ejemplo: La Cueva del Amor, el Rincón del Ángel, la Fuente de la Juventud, etc.
Es un lugar increíble, en un momento te dicen que enfoques tu atención en las formaciones y encuentres figuras, encontramos por ejemplo un Buda.
El guía nos comenta que las estalactitas crecen 2 cm cada 100 años (al terminar la visita me regala dos trozos de un centímetro cada uno, o sea que a estos cristales les llevó 50 años en formarse, supongo que lo hizo esperando una propina, ¡qué pecado!
Rodolfo estuvo más de una vez en peligro de abrirse la cabeza con las puntas filosas de las helictitas, de los cristales, en este lugar todo se podía tocar, palparlos con nuestras manos, qué sensación rara, emocionante.
Seguimos la excursión yendo hacia el centro de la ciudad. En el camino nos enteramos que el guía del tour era sobrino de Fidel Castro. Entramos en la ciudad de Matanzas, llamada la Ciudad de los Ríos y los Puentes (tiene 3 ríos y 14 puentes), aquí pasamos por el Cabaret Tropicana, similar al que está en La Habana. Cuando fue la ley seca en Estados Unidos los mafiosos como Al Capone, Lucky Luciano y otros venían a Cuba para fabricar whisky y contrabandearlo, además construyeron Hoteles, Casas de Juego y Casinos, también mansiones para ellos, trajeron a este país la corrupción, la cual termina el primero de enero de 1959 cuando triunfa la revolución luego de 3 años de lucha haciendo que el dictador Fulgencio Batista huya.
Bajamos y caminamos por la Plaza de la Libertad, donde está la estatua de José Martí, al frente tenemos la primera Iglesia católica del año 1693, es la Catedral de San Carlos Borromeo, el cual es el Patrono de la ciudad, también se encuentra la Plaza de Armas, el Banco Popular de Ahorro (estilo neoclásico), este está bien pintado a diferencia de la iglesia que se encuentra bastante derruida, y por último vimos el Monumento a los Esclavos Africanos, desde aquí emprendimos la vuelta.
Esa noche con amigos del viaje nos fuimos a una fiesta con baile que había en la playa, danzamos, tomamos algo, pero no supimos qué se festejaba, nos divertimos muchísimo, supongo que sería algo armado para turistas.
Cuando al otro día fuimos a disfrutar del agua encontramos algunos muchachos con snorkel buscando algo, pensábamos que eran caracoles y para nuestra sorpresa nos dijeron que buscaban relojes, monedas, billetes que la gente olvidaba sacarse de los bolsillos al entrar al mar. ¡Qué ingeniosos!
Contratamos otra excursión que era de todo el día, fue algo espectacular ya que recorrimos gran parte de la isla. Salimos a la madrugada con bastante neblina y rutas muy deterioradas, en el camino cruzaban cada tanto ganado, eran cebúes (acá no hay vacas, la carne es de cebú). Llegamos a la hermosa ciudad de Cienfuegos, vimos el Teatro Tomás Terry del año 1889 y aún funciona, la Plaza principal José Martí (en honor al primer jefe revolucionario), la Casa de Gobierno, la Catedral de estilo colonial español, bella ciudad, luego seguimos viaje hacia la ciudad de Trinidad, en un momento vimos por las ventanillas de la combi el Mar Caribe con el fondo de la ciudad perdiéndose, qué fotografía bella en nuestras memorias. Al llegar encontramos todas las casas antiguas pintadas de colores diferentes, es entrar en el siglo pasado y se siente mucha paz caminando por sus calles, tanto para ir a almorzar (con buenísima comida y mejor música) como para recorrer caminando las calles empedradas del centro histórico.
Nos muestran la señalización en la casa del encargado de manzana (tiene sobre la puerta una chapa con una inscripción),en cada manzana de cada pueblo hay un hombre elegido por sus vecinos, el cual lleva un registro de cada familia con datos tales como: si los niños van a la escuela, si parece haber ingresos extras, etcétera, todo esto lo elevan al encargado de cada partido, provincia hasta llegar al gobierno. Control total. Dentro del control estamos nosotros también, el señor que vino con el guía y estaba encargado de firmar el tour nos aparta del grupo y nos comenta muy emocionado con lágrimas que están vigilados todo el tiempo, que hasta las prostitutas son vigiladas por cámaras de seguridad que hay en las calles. Tal vez no es tan así y justo nos relacionamos con gente que tiene sus controversias con el gobierno, y esto no sea nada más que cuidar a su pueblo.
Trinidad es muy bonita, está llena de autos de la década del 50 (en realidad esto es en todo el país), están en estado óptimo, parecen 0 km, ellos fabrican las piezas que se rompen, es artesanal. Los ofrecen para fotos a cambio de algunos billetes. Fuimos a un local donde venden habanos y nos explicaron la fabricación, que se usan cinco tipos de hojas de tabaco, el armado y el embalaje, además nos convidaron con un cigarro. De allí pasamos por la Casa de la Música (aquí todas las noches tocan conjuntos de salsa), luego estuvimos en el Monasterio de San Francisco de Asís y por último en la Casa de la Familia Iznaga, hoy Museo. Esta era una familia muy rica del siglo pasado (esto lo demostraban a las demás personas del pueblo con el tamaño de la campana que tenían en la casa, era como un Fiat 600 grande), recorrimos la casa, la azotea, las habitaciones, el patio, una hermosa propiedad.
Volvimos al bus, retomamos la ruta, pasando por el Valle de los Ingenios, pueblo de Sancti Spiritus, rumbo a la ciudad de Villa Clara.
Al llegar visitamos el Palacio de Justicia, vimos el Hotel Santa Clara, el cual tiene en sus paredes los impactos de bala ocurridos durante la Revolución, entramos al Salón Museo Palacio Presidencial donde primeramente estuvieron los restos del Che, cuando lo trajeron de Bolivia luego de que lo mataran. De aquí fuimos hacia el Mausoleo donde están los restos actualmente (donde descansa), vemos, sentimos no solo acá, en todo el país el respeto, el amor que tienen todos los cubanos por él.
¡Qué emoción al entrar! Al recorrer las salas e ir a su tumba donde está continuamente custodiado por guardias armados (protegiéndolo). Aquí no dejan entrar cámaras de fotos ni filmadoras, está bien, el respeto ante todo, y de esta manera las sensaciones, los sentimientos se sienten al 100%. Afuera además de muchas esculturas muchos sobrerelieves con frases del Che, con imágenes de momentos de su vida, se siente amor, respeto admiración, es majestuosa la ofrenda que este país le da a su héroe. Una de las frases conmovedoras es “fue una estrella quien te puso aquí y te hizo de este pueblo” o en un cartel inmenso donde Fidel les pide a sus hombres que “traten de parecerse al Che”.
Esta excursión fue muy conmovedora, emprendemos el regreso al hotel.
Último día de playa a full, muchos tragos y obvio Mercado Artesanal. Aquí vemos cómo comparten las artesanías los dueños de los puestos, se intercambian objetos así todos tienen lo mismo con la misma oportunidad de vender.
El día 3 de marzo subimos por la mañana a un bus que nos llevará a La Habana, son un par de horas de viaje. Cuando llegamos al Hotel Vedado, un 3 estrellas, era el nuestro, supimos que tenían un problema de electricidad en el piso que nos correspondía, estando en el lobby nos dicen que nos llevarían al Hotel Riviera, un 5 estrellas, sin cargo, por el inconveniente, (buenísimo), el mejor Hotel de Cuba donde está el Cabaret Tropicana, el legítimo, todo esto lo construyó Al Capone y la mafia yanqui.
Al llegar “el botones” que nos acompaña a la habitación nos comenta que es ingeniero naval, la mayoría de la gente que trabaja en turismo es universitaria, él nos comenta que el sueldo promedio de un profesional es entre 13 y 15 dólares mensuales, sí, aunque no se pueda creer es así.
Al entrar en el cuarto vemos una vista espectacular del Malecón, desde un ventanal inmenso, bello paisaje, el mar y el Paseo Marino, qué suerte la nuestra.
Esa noche luego de cenar tomamos un taxi y vamos al Fuerte San Carlos de la Cabaña, donde a las 21 horas se realiza el Tiro del Cañón (todo presentado de época, con desfile militar incluido, con sus trajes del siglo pasado), allí mismo fuimos al Museo del Fuerte, el cual una parte es de armaduras militares y otra parte es del Che Guevara, está su Despacho con mobiliario y pertenencias (nos sorprendió una foto de él junto a Pepe Biondi dándose la mano en un viaje que este comediante argentino hizo a Cuba).
Vamos a caminar y decidimos parar en una plaza a tomar un helado, se sabe que los mejores son los de Heladería Copelia, no fue este el caso pero helado al fin, nos damos cuenta de que había dos filas de personas, una para los turistas a los que les daban el helado en cucurucho, y la otra para los locales que recibían el mismo en plásticos reutilizables, todo aquí es pobre, despintado, sin tecnología, casas viejas, pero hay cariño, amabilidad, dignidad, un pueblo que merece ser admirado. El Bloqueo al cual está sometido este país es inhumano. Las contradicciones son tremendas, la carencia de cosas vitales para la gente y sin embargo son un pueblo estudioso, inteligente, tal es así que en Medicina están más adelantados que muchos otros países. En tratamientos médicos, vacunas, ayuda médica en el exterior realizado por sus Misiones Médicas solidariamente llevadas a cabo en el país que se los necesite. Todo esto es una dicotomía inmensa.
Para volver al hotel no nos animamos a un “Coco Taxi”, es una moto con estructura en forma de coco, volvimos en un taxi común pasando por un Túnel debajo del mar que sale al Malecón.
Al otro día hicimos un City Tour con el cual visitamos el Barrio El Vedado (donde hay vida nocturna), el Barrio Miramar con su Quinta Avenida, residencial (tipo lo que sería aquí Recoleta, salvando las diferencias), en estas casas las ventanas estaban protegidas con cintas adhesivas en los vidrios, para cuando vienen los huracanes. Aquí por ejemplo vive el músico Silvio Rodríguez. Pasamos por la antigua Embajada Norteamericana (en el frente Fidel les plantó terribles carteles, muy grandes, para que no tuvieran vista hacia la ciudad).
También pasamos por Centro Habana, es un Barrio sin vegetación, con casas de más de 100 años, que en verano se transforman en un horno por el calor.
Vimos el Faro en la entrada de la Bahía, pasamos por el frente del Museo de los Tesoros y del Cristo de La Habana, fuimos a una cafetería llamada La Casa del Café donde también venden ron y habanos, compramos alguna botellita.
Seguimos caminando por la calle de los Oficios hasta el Palacio de Gobierno o Palacio de los Capitanes Generales, la acera al frente es de madera (se llama acara y le dicen madera de hierro), dentro del Palacio hay varios pavos reales sueltos en hermosos patios, aquí se presentaban los derechos del pueblo, en cambio en la otra manzana encontramos el Palacio del Segundo Cabo donde se cuidaban los derechos de la burguesía.
Continuamos, vemos bellos balcones de madera y grandes portones con guardacantos, estos se usaban en el siglo pasado, cuando entraban los carruajes a los patios de las casas para que no rompieran las paredes. Llegamos al Hotel Ambos Mundos, donde Hemingway vivió 8 años (la habitación que él ocupaba se mantiene intacta).
Reiniciamos la marcha pasando por la Farmacia y Droguería Tachequel (de medicina verde) muy antigua, llegamos a la Plaza con la Catedral, la llamaban “plaza de los ricos” pues alrededor tenían sus casas los Marqueses y la gente de linaje o aristócratas. La Catedral es sencilla pero hermosa, fue hecha por los jesuitas (estos tenían muchas riquezas, las cuales fueron la envidia de los dominicos, esto hizo que fueran expulsados del país por ellos). Pasamos por la esquina donde estaba una negra cubana fumando un habano, vestida de blanco con adornos en su pelo (casi lo pierdo a Rodolfo... ¡ja!), le saque fotos dándole un beso.
Paramos la caminata para conocer “La Bodeguita del Medio”, acá un señor muy pintoresco vestido con traje blanco, lleno de pins y sombrero, nos dedicó un recitado muy lindo, porque éramos argentinos. En la Bodeguita se puede saborear un mojito, esto pedía todos los días Hemingway, siempre está lleno turistas.
Cansados de caminar seguimos el recorrido arriba de la combi, pasamos por el Museo de la Revolución, por un hermoso edificio que es el Gran Teatro Nacional, por el Capitolio de La Habana (similar al de Washington), antiguamente fue el Congreso Nacional, hoy es la Academia de Cine, el Parque de la Fraternidad con la Fábrica de Puros (cigarros) al fondo, no sé si la marca era Coiba o Montecristo, el Floridita en la calle Obispo donde dicen que hacen los mejores daiquiris.
En el centro histórico los edificios son hermosos, muy artesanales, muy cargados con todo lo que era el siglo pasado... Muy bellos.
Por último llegamos con gran emoción a la Plaza de la República, conocida como Plaza de la Revolución, bajamos y la recorrimos. Aquí se encuentra el mayor edificio de la ciudad, parece una Estrella (le llaman Raspadura el cual es el dulce interior de la caña de azúcar). Esta Plaza es el ícono de Cuba, al frente vemos el Ministerio de Industria con la figura del Che en la pared frontal, hoy es el Ministerio del Interior y se conserva su despacho como lo tenía él, es intocable. Aquí cuando hacía sus discursos Fidel se llenaba la Plaza con más de 1.000.000 de personas. Se nos estruja el corazón al leer la frase “hasta la victoria siempre”, la cual está sobre el costado del edificio, es enorme, grande como el amor que tienen los cubanos por nuestro compatriota.
Al regreso estábamos tan impregnados de emoción que no nos podíamos quedar quietos, así que nos fuimos a caminar por el Malecón y a tomar algo en algún bar donde se escuchaba la música del Buena Vista Social Club.
Casi de nochecita volvimos al Hotel y previo baño y ponernos lindos nos fuimos a despedir de Cuba ya que al otro día regresábamos a casa.
Fuimos a cenar con la pareja amiga de viaje a un restaurant que funciona en una casa particular, les llaman “Paladares”, en realidad trabajan sin permiso del gobierno (son muy famosos y hay buena música).
Un aprendizaje importante es saber que hay que tener cobertura médica, nosotros no teníamos, pensábamos que era como en la Argentina, que los hospitales son gratis. ¡No, nosotros somos únicos en el mundo!, en todos lados la atención médica es cara y paga. Hemos visto a una turista en el primer hotel por el que pasamos, por una indigestión le cobraron 150 dólares, le aplicaron una inyección de Buscapina. Desde este viaje sacamos cobertura internacional y nunca la dejamos de pagar, gracias a Dios nunca nos pasó nada.
El único inconveniente que tuvimos en este maravilloso viaje fue que olvidaron recogernos en el Hotel para trasladarnos al Aeropuerto (creo que como nos cambiaron de alojamiento por el problema de luz eléctrica, olvidaron agregarnos al transfer), entonces con los chicos amigos nos tomamos un taxi y de paso entregué el último jabón que tenía para obsequiar al taxista y me traje de Cuba un “Dios la bendiga”.
En la aduana a esta pareja le sacaron de la valija habanos, pues tenían 50 y solo pueden pasar 25 cigarros en cada una, cometieron el error de no haberlos repartido en ambas maletas.
El vuelo de regreso fue muy cómodo y como última anécdota les cuento, en un momento el comandante de a bordo avisa que estamos por arribar a Buenos Aires y que por favor agradecería que las mantas de abrigo las dejen sobre los asientos, luego de un silencio total se escuchan abrir los bolsos y valijas de mano en todo el avión...
Partimos del Aeropuerto de Ezeiza el 15 de febrero de 2007 en vuelo de Avianca, luego de hacer una escala en Bogotá (capital de Colombia) en el Aeropuerto El Dorado, cambiamos por un avión más pequeño, también de esta Aerolínea, seguimos viaje un par de horas más y llegamos al fin a Cartagena de Indias.
Aquí tenemos dos horas menos que en casa, los vuelos fueron tranquilos y solo en el primero tuvimos unos minutos de saltos debido a que Bogotá se encuentra entre montañas y el descenso de la nave es como si entrara en un pozo, fuera de eso el trato de las aeromozas y auxiliares de a bordo fue excelente.
Nos esperaba el transfer que nos llevó a nuestro Hotel, el Capilla del Mar, ubicado en Boca Grande, en el camino tenemos diferentes flashes de bellas imágenes, nos damos cuenta de que es una ciudad encaramada sobre una hermosa Bahía, sobre el Caribe y en los próximos días nos va a mostrar sus tesoros, su cultura, su gente. Dentro de su orgullo como pueblo debemos saber que Simón Bolívar la nombró “La Heroica” por defender su tierra como nadie y fue el primer lugar donde se Declara la Independencia.
Al llegar encontramos gente del ejército con perros en el lobby, olfateando las valijas, buscando drogas, algo incómodo que nunca vimos. Al querer acariciar a uno de los canes el soldado nos llamó la atención (es que somos perreros y eran muy lindos).
Este Hotel pertenece a la Cadena HG Hoteles Globales, tenemos all inclusive, es muy lindo, tiene piscina en el piso 22 con bar y mesas. En el piso 21 se halla una Confitería llamada “Olimpo”, la cual gira 360 grados continuamente. Esto es único en el Caribe Colombiano, o sea que tomando algo veías toda la ciudad por unos ventanales enormes, al principio cuando entrás y caminás sobre el piso de madera, que se mueve muy despacio, te mareás, luego al sentarte a la mesa disfrutás la vista magnífica que tenés delante.
Nos dan la habitación en el piso 14, desde el balcón la vista panorámica incluía la Playa con su Malecón, su Paseo Marítimo y sus Muelles, al mirar al otro lado a tres cuadras, otra vez el mar, estamos en una Península muy delgada, qué suerte que hemos tenido, una ubicación inmejorable.
Vamos a cenar en la Plaza Marina frente al Hotel donde armaban un escenario y había Espectáculos muy buenos, por ejemplo, esta noche los bailarines vestidos como indígenas con vinchas de plumas en la cabeza (como en la época en que eran dueños de la tierra), hicieron la Danza del Sabalé, este es un pez que al saltar fuera del agua baila, muy lindo espectáculo. El conserje nos obsequia vales de fichas gratis para ir al Casino (por un valor de 25.000 pesos colombianos). No fuimos, no nos gusta el juego. También podíamos hacer uso de todas las instalaciones y restaurantes de la cadena hotelera sin cargo. Los almuerzos los hacíamos en el comedor “Las Ninfas”, frente a la playa, como era abierto se subían a las mesas unos pájaros a los que llamaban “María Luisa”, negros con ojos verdes, se comían los restos de comida de los platos, estaban muy acostumbrados a las personas.
Para ir a meternos al mar al frente del Hotel donde la playa es privada solo debíamos cruzar la calle, hay carpas abiertas y tumbonas para sus huéspedes, esto vigilado por guardias armados todo el tiempo. Por la calle cada 10 o 15 minutos pasan carros del ejército llenos de soldados, mientras tanto en la acera los vendedores hacían cola, pues eran tantos que los guardias los hacían pasar de a cuatro o cinco y estar un ratito para ofrecer sus artesanías, luego de ese momento pasaban otros. A Rodo una mujer le agarró un pie para hacerle pedicuría y masajes, él no podía hacer que lo suelte, no entendían un “no”.
Hicimos un City tour en una Chiva, es un camioncito muy pintoresco con asientos tipo plaza, de madera y a los costados abierto, pintado de muchos colores y con dibujos en filigranas, esta en particular se llamaba “Gomela” (le pregunté al guía qué quería decir esto y me contestó que quería decir larva, inmediatamente me acordé de alguien ja, ja).
Justo nos enteramos de la muerte de una turista italiana que para robarle la cámara de fotos la mataron, había que andar con cuidado (ya el conserje nos había avisado que alejarse más de 2 cuadras del Hotel podría ser peligroso). Empezamos el recorrido desde Boca Grande donde estábamos, nos empezaron a contar que la ciudad fue fundada por el Adelantado Pedro de Heredia en 1533, tiene 1.000.000 de habitantes y es el primer centro turístico de este país, el cual a su vez es el primer productor de café, de esmeraldas y de flores (rosas), estas se exportan por miles a Estados Unidos para los14 de febrero por el día de los enamorados.
La Moneda Nacional es el peso colombiano, 2230 pesos es igual a un dólar. En 1984 en Bariloche, Argentina, la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad a la Ciudad de Cartagena (se llama así en honor a Cartagena de Murcia en España). Pasamos por el Puerto donde salen las embarcaciones que van al Archipiélago de las Islas del Rosario, están a 45 millas náuticas de aquí y allí se practica snorkel, hay bellísimas playas y un arrecife de coral. Luego vemos la Casa de Contratación (donde se guardaban el oro, la plata y las especias), hoy es la Alcaldía. El Muelle de los Pedazos, llamado así por los restos que quedaban de los galeones durante la conquista. El Centro de Convenciones Cartagena de Indias y por el Barrio de Getsemaní o de los artesanos. Bajamos del transporte a sacar fotos en el Monumento a Los Zapatos Viejos (fue hecho en honor a un poeta cartagenero). Vemos parte de las murallas del Fuerte San Felipe de Barajas, pero antes de ir a conocerlo subiremos al cerro más alto de la ciudad que se llama La Popa (por ser parecida su forma a la de un barco).
Subimos por un camino peligroso hasta los 148 metros sobre el nivel del mar, que está aquí abajo, lo vemos desde las ventanillas del transporte, la ruta tiene muchas curvas y abismos. Pasamos por un barrio muy pobre y por 14 altares del tipo viacrucis de la Virgen de la Candelaria, Patrona del lugar. Desde la cima hay unas vistas impresionantes de lo que llaman Cartagena de los Rascacielos (por los hoteles que hay a lo largo de 18 km de playa).
La construcción que encontramos aquí es de principios de 1600, tiene arcos de medio punto sobre los capiteles, es un antiguo Monasterio donde se venera la Virgen de la Candelaria, San Agustín, Santa Mónica y Santa Clara. Entrando vemos que todos los altares están revestidos por láminas de oro sobre madera de cedro, vemos enormes cuadros con dijes colgados con forma de nacimiento, piernas, brazos, niños, esto en agradecimiento por sus milagros. Es un pueblo muy católico, hay cantidad de cuadros con retratos de los sacerdotes de la campaña evangelizadora, eran los padres agustinos.
En los parques interiores hay aljibes con cisternas para el agua dulce ya que esta no llegaba aquí arriba. Al costado del cerro hay un lugar cuyo nombre se debe a que antiguamente el Padre Alonso en 1606 encontró algunos indígenas (a los cuales llamaban cimarrones) adorando a un becerro, entonces el cura monto en cólera y tiró el becerro al acantilado, por eso pasó a llamarse este sitio “El Salto del Cabrón”.
Desde el frente en la vista panorámica apreciamos la Casa Presidencial veraniega, la Bahía, el Mercado Público de Basurto, la antigua Plaza de Toros, el Estadio de Fútbol Pedro Heredia y el de Béisbol. Se diferencian tres aros alrededor de la ciudad que marcan diferentes estratos sociales (nos comentan que si tenemos que ir a la parte pobre vayamos en carro, así le dicen al taxi, pues es muy peligroso).
Cuando llegaron los padres agustinos ya habían llegado cargamentos de esclavos con sus dioses y había indígenas con sus dioses también, entonces se decidió instalar el Santo Oficio de la Inquisición, el cual fue terrible, duró 201 años (estos no solo llegaron a quemar gente viva en este mismo lugar, sino que trajeron sus instrumentos de tortura, por ejemplo el Potro, el más usado en ese momento). Luego de la tortura y muerte se daba la misa del Tedeus Cademus por esas personas, una hipocresía bestial. Lo paradójico es que nunca se usaron estos instrumentos contra los nativos, siempre fueron los colonizadores o criollos las víctimas. Sacamos fotos, filmamos y luego bajamos el Cerro en dirección al Fuerte San Felipe de Barajas el cual habiendo empezado en 1586 su construcción se extendió por más de 100 años, tiene 11 kilómetros de murallas y es el más grande de América, está emplazado sobre el Cerro San Lázaro.
Aquí entre unos metros por los pasadizos y túneles casi sin ventilación y con poca luz, tuve que salir ya que me faltaba el aire, el que los recorrió fue Rodolfo. Se conservan los cañones, las baterías, los aljibes y las torres de vigilancia, yo los fui a esperar en la parte de arriba, cuando los encontré recibí un aplauso.
Lo que usaban para la construcción del Fuerte se llamaba calicanto (esto era cal, arena, piedra y agua y según los muros que construían se podía agregar estiércol de vaca, guano, cáscara de huevos, cactus y oleaginosas), también vemos pedazos inmensos de corales incrustados en las paredes, todos estos elementos fueron muy bien utilizados. Desde arriba de la Plaza de Armas se veía la Torre de Vigilancia de La Popa, donde estuvimos antes. En la época de la colonia cuando esta sonaba sus campanas avisaban de corsarios y aquí disparaban los 68 cañones al unísono contra el enemigo.
Rodolfo saltó en el borde de un agujero entre muros, casi lo pierdo, ¡qué susto!
Luego pasamos por la Estatua de la India Catalina (la cual fue pacificadora e intérprete entre las dos culturas) para llegar a la entrada principal de la parte vieja, la parte histórica de la ciudad. Aquí nos bajamos de la chiva y fuimos a dar una hermosa caminata empezando en la Torre del Reloj, hecha en 1601, detrás está la Plaza de los Coches y el Portal de los Dulces, irónico nombre ya que aquí se vendían esclavos y productos traídos en los barcos, se la conocía también como feria de los galeones. Las calles tienen nombres simbólicos de la época, por ejemplo, calle de la Soledad, de la Amargura, de los Estribos.
Pasamos por el Antiguo Palacio de la Inquisición, vimos el Buzón de la Ignominia o ventana de la denuncia (ponían cartas secretas acusando a personas de brujería, blasfemia, bigamia y adulterio). Sería terrible que tu vida dependiera de alguien a quien no le cayeras bien y te denunciara. También estuvimos en el Antiguo Monasterio de Santa Clara, con sus hermosos confesionarios, donde hoy funciona un Hotel 5 estrellas, el Teatro Heredia con forma de herradura y salimos por el Barrio de San Diego pasando por la casa de Gabriel García Márquez donde se inspiró y escribió El amor en tiempos del cólera.
Fue bello ver la parte colonial con paredes de colores y sus balcones de madera de caoba torneadas y ver también el Cuartel de las Bóvedas con 47 arcos donde están los negocios de regionales y recuerdos. Por último fuimos a una joyería donde vendían esmeraldas y enseñaban el proceso de extracción de las minas, pulidos, etc. La Empresa se llamaba Tex Oro del Caribe, querían tentarnos para comprar y lo sentimos como un chiste por el precio de las gemas.
Al despedirnos nos comentan, por si queremos, que por las noches las Chivas salen con bar incluido hasta las 24 horas, van de rumba, o sea van de bar en bar a tomar ron 3 Esquinas o Aguardientes Antioqueños y bailar reguetón (esta es una mezcla de reggae y hip hop).
Nos fuimos a tomar un tinto (café) y un postre llamado Dulces del Portal. Aprovechamos y averiguamos por comidas típicas, por ejemplo arepas de queso, carimañolas (empanada de carne con masa de yuca), papas rellenas de huevo, bocaditos de ajonjolí hechos con sésamo y cilantro, cocadas de varios sabores, caballitos (tiras de papayuela glaseada) y para tomar ron añejo, color oro, que es un aguardiente de gusto anisado y se mezcla con gaseosa de pomelo. Los sabores de la ciudad son cilantro, coco, plátano y yuca.
Volvimos al hotel cansados pero con nuestras retinas llenas de imágenes hermosas, nos pusimos los trajes de baño y aprovechamos la piscina con unos tragos, solos, el agua calentita y una vista de Cartagena iluminada, bellísima, nos relajamos, fuimos a cenar y luego a descansar para al otro día emprender un nuevo recorrido.
Partimos temprano para Barranquilla y Santa Marta, en el camino llama la atención la cantidad de puestos del ejército que paran a los micros en la ruta para revisar documentos, son todos militares y están armados.
El guía nos explica que pasamos al lado del Lago La Ciénaga, donde se juntan las dos aguas, la salada y la dulce, que en combinación con los manglares forman un ecosistema entre vegetales y animales. Hacemos una parada para tomar algo y comer una arepa o croston de choclo y queso. Nos dirigimos hacia Barranquilla, la ciudad industrial más importante del país, también llamada La Arenosa, La Bella, La Puerta de Oro de Colombia. Entramos a ella por los Barrios Alto Prado y El Prado, estos son de gente acomodada, la mejor zona de esta localidad, luego tomamos la carrera 46 o Avenida Herrera, mientras atravesamos la ciudad nos enteramos que esta nunca se fundó, comenzó como un asentamiento a orillas del Río Magdalena, tiene el principal Puerto, posee la Fábrica de Cerveza más grande de Latinoamérica (cerveza Águila), el Estadio de Fútbol más grande del país para sesenta mil personas, es el Estadio Metropolitano, aquí nació la Compañía de Aviación Avianca y entre otros famosos aquí nació Shakira.
Llegamos en un día muy importante para ellos pues es Carnaval (acá empiezan a prepararse el 8 de diciembre los trajes y los carros), la segunda semana de febrero comienzan los desfiles de carrozas, en estos días Barranquilla está cerrada y es intransitable a una hora determinada. En el camino pasamos por la Capital Metropolitana, el Parque Central en honor a Simón Bolívar, el Centro Comercial y la Alcaldía. Aquí no existen los desagües, por eso en días de lluvia las calles se convierten en arroyos, entonces es una costumbre de la gente tirar a las aguas correntosas colchones, sillas, zapatos, mantas y todo lo que tienen para tirar, lo que no les sirve se lo lleva el agua.
Salimos del centro, seguimos viaje y pasamos por el Puente más largo del país que une dos Departamentos y cruza el Río Magdalena, también el más largo de 1555 km, este desemboca en un lugar llamado Bocas de Ceniza, y luego de 16 km desde su desembocadura en el encuentro con el mar y por su sedimentación es un lugar infestado de tiburones.
Seguimos por la ruta pasando por puestos de soldados con fusiles y otras armas, 20 km antes de llegar a Santa Marta paramos para hacer una visita a la Quinta San Pedro Alejandrino, esta es una Hacienda famosa pues aquí pasó sus últimos días El Libertador quien muere el 17 de diciembre de 1830. Se empezó su construcción en 1608 y estuvo dedicada principalmente al cultivo de la caña de azúcar y a principios de 1800 la compró don Joaquín Benítez.
Empezamos el recorrido en el Altar de la Patria, una hermosa obra hecha en mármol con figuras de la justicia y personajes heroicos, conmemorando esta escultura los 100 años del fallecimiento del Libertador. Aquí muere de tuberculosis pulmonar entre otros males, se le realiza la autopsia a las pocas horas de su muerte en la cocina de la finca (visitamos la cocina y de paso podemos ver una ventana por la cual se le pasaba la comida a los esclavos en la época del Virreinato de Nueva Granada), se vela el cuerpo durante 3 días y luego sus restos son trasladados a la Catedral de Santa Marta donde descansan durante 12 años, como lo dejó explícito en su Testamento a los 12 años de su muerte, sus restos serán llevados al lugar donde nació en Venezuela.
En esta quinta hay innumerable cantidad de objetos históricos y hasta un mechón de cabello de Bolívar cortado a las pocas horas de su muerte, estaba tan enfermo que al morir pesaba 35 kg, media un 1,64 m de altura y tenía 47 años, muy joven ¡¡e hizo tanto por nuestra América!!
No tuvo hijos, anduvo tanto a caballo que en la autopsia descubrieron que tenía callos de un centímetro en los glúteos. Recorrimos toda la finca y su Gran Parque, fue un muy lindo paseo. Continuamos nuestro tour y luego de 40 minutos de viaje entramos a la Ciudad de Santa Marta, “La Perla de América “, es la más antigua de Colombia. Al poquito de estar transitando sus calles llegamos al Estadio de Fútbol “Eduardo Santos”, en el cual al frente hay una estatua de bronce grandísima del “Pibe Valderrama”, obvio que bajamos a sacarnos fotos, qué lindo que homenajeen así a su ídolo en vida. Seguimos por la Avenida del Libertador hacia el centro pasando por la escuela pública Liceo Le Cedon, donde asistieron como alumnos Carlos Vives y el pibe Valderrama, llegamos al Puerto donde está el Edificio de la Compañía Antinarcóticos de Control Portuario en tierra firme.
A esta ciudad la rodean 29 Bahías, entre ellas está Boca Grande, Boca Chica y Bahía de Santa Marta, estas eran una protección ante los corsarios y al tratar en identificarlas se preparaba la defensa. De aquí llevaban a España oro y plata. Al costear la playa nos encontramos con el Balneario Público, bajamos a disfrutar el agua en un buen chapuzón. Descansando en la arena podemos ver a un lado el morro donde se encuentra una Instalación de Investigación Submarina.
Nos enteramos que es real que Santa Marta no tiene tren, en realidad no para pasajeros, los pocos kilómetros de vía que hay son para trasladar carbón y minerales al Puerto.
Esta gran ciudad fue fundada por Rodrigo de Bastidas en 1525, es la Bahía más segura, nunca llegan ni huracanes ni tifones, pues a un lado se encuentra la montaña costera más alta del mundo, esta es Sierra Nevada.
Emprendemos la salida pasando por la Aduana donde funcionan el Museo del Oro y el Museo Tayrona, este lleva el nombre de los indios que habitaban a unos 30 kilómetros de aquí, donde está el Parque Nacional del mismo nombre. Seguimos y a un lado vemos la Catedral o Basílica menor, data de 1766 (recordemos que acá estuvieron los restos de Bolívar), más adelante vemos parte del Fuerte San Fernando que defendía el lugar contra la piratería.
Al emprender la vuelta se nos hizo tarde, empezó a caer la noche y entonces recordamos que en Barranquilla cierran las entradas a la ciudad por el carnaval, hubo que tomar otra ruta de Circunvalación para regresar.
Sentíamos el nerviosismo del guía y del chofer, veíamos en los campos a los lados del camino fogatas encendidas y no entendíamos, hasta que en un momento al frente hay cruzadas tanquetas del ejército y muchos soldados fuertemente armados en medio de la ruta. Hubo que parar (es increíble ver a estos trabajadores de turismo, temblando y con miedo). Mientras tanto golpean las puertas de la combi con el fusil para que abran al tiempo que dicen: “abran la puerta”. Al abrir se asoma un militar, Capitán del ejército, nos pide los pasaportes y la documentación de los de la Agencia de Viajes, luego de corroborar las identidades, nos pide disculpas por la demora pero a la vez nos explica que es por nuestra seguridad y están a nuestra disposición mediante teléfonos gratuitos que están impresos en tarjetas que nos dan a cada pasajero. Nos explican que hay muchos secuestros, robos e inconvenientes con los grupos terroristas. Luego del susto seguimos viaje al hotel, llegamos bastante entrada la noche. Al otro día descansamos, hicimos playa y preparamos las valijas para continuar nuestro viaje.
Nos dirigimos al Aeropuerto para tomar el avión hacia la Isla de San Andrés, la cual pertenece a Colombia pero se encuentra a más de 200 kilómetros mar adentro de la costa de Nicaragua, son dos horas de avión desde Cartagena.
Es importante saber que las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina fueron declaradas reservas de la biosfera por la Unesco.
Dicen que tienen el mar de los siete colores... ¡Veremos!
A llegar, primera vez que nos hacen abrir las valijas, (claro, veníamos del lugar de los cárteles de droga). Revisan, está todo bien, salimos a la calle y ¡oh, sorpresa!, no estaban los del traslado. Le pregunto a un muchacho de otra empresa, me dice que nos fijemos en unos listados que estaban pegados a la pared, allí figurábamos como que teníamos que haber llegado el día anterior. Cuando vemos esto este joven tiene la gentileza de llamar a nuestro transfer e inmediatamente nos mandan un taxi para trasladarnos a destino, da gusto llegar y encontrar gente tan amable.
Al fin llegamos al Hotel Sunrise, un 5 estrellas espectacular, entre otras cosas tiene una pileta inmensa de agua dulce dentro del mar, con mesas, sombrillas, poltronas, bar y un muelle. El lobby y todas las instalaciones son de mármol, granito, vitrales con figuras relativas al mar, exposiciones de cuadros, muebles hermosos de ratán, fuentes de agua y plantas exóticas.
Los ascensores internos y los externos que daban a la playa eran totalmente vidriados, transparentes. Además nos dieron una habitación en el séptimo piso frente al mar con un balcón enorme con sillones y almohadones, barandas de vidrio más toda la pared que daba a este balcón. Igualmente de cristal, en síntesis, acostados en la cama veíamos el majestuoso Caribe hasta el horizonte, bellísimo.
Casi corriendo dejamos las maletas en el cuarto y malla de por medio fuimos a disfrutar el agua caliente del mar, ahí veo a Rodo que queda extasiado pues las palmeras y los toldos estaban pintados de blanco con una franja azul y dijo: “¡Esto es el depo!” (Deportivo Merlo, el club de nuestro barrio... ja, ja).
Cuando quería un trago, que eran bastantes al día, se lo pedía a un mozo que vestido como tal, con moño al cuello, saco blanco y bandeja me lo traía hasta la tumbona en la playa, me sentía una verdadera reina.
El comentario de una de las empleadas del Hotel era que el dueño era un jefe de los cárteles y en ese momento estaba preso, eso dijo, vaya uno a saber si es así.