Un relámpago en la eternidad - Gustavo David Dichi - E-Book

Un relámpago en la eternidad E-Book

Gustavo David Dichi

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Beschreibung

SI USTED, ES PACIENTE ONCOLÓGICO, Y UN SER QUERIDO, LE HA OBSEQUIADO ESTE LIBRO, AGRADÉZCASELO MUCHO, PORQUE REALMENTE LE HA SALVADO LA VIDA, YA QUE EL MISMO, CONTIENE UNA GRAN ORIENTACIÓN, PARA ACOMPAÑAR EL TRATAMIENTO MÉDICO, CON LA MEJOR ACTITUD, Y CONOCER LA MANERA DE AUTOSANARSE DEL CÁNCER, POR MEDIO DE LA FE. ENTRE LA MEDICINA Y LA ESPIRITUALIDAD. AQUÍ ESTÁN TODAS LAS HERRAMIENTAS Y EL CONOCIMIENTO ADECUADO, PARA QUE USTED TAMBIÉN, PUEDA LOGRAR LA AUTOSANACIÓN. ¡GRACIAS A DIOS! ¡YO SÉ, QUE USTED LO LOGRARÁ!

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GUSTAVO DAVID DICHI

Un relámpago en la eternidad

Cómo me autosané del cáncer

Entre la Medicina y la Espiritualidad ¡Usted también lo puede lograr!

Dichi, Gustavo David Un relámpago en la eternidad : cómo me autosané del cáncer : entre la medicina y la espiritualidad ¡Usted también lo puede lograr! / Gustavo David Dichi. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4816-0

1. Autoayuda. I. Título. CDD 158.125

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice de contenido

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1 EL MILAGRO DE LA SANACIÓN ES POSIBLE

CAPÍTULO 2 LA VULNERABILIDAD DEL SER HUMANO

CAPÍTULO 3 LA HUMANIZACIÓN DE DIOS

CAPÍTULO 4 EL ESPIRITISMO EN ARGENTINA

CAPÍTULO 5 QUIEN LEA ESTE LIBRO, YA NO SERÁ LA MISMA PERSONA

CAPÍTULO 6 LAS ENFERMEDADES VIENEN SOLAMENTE PARA ALECCIONARNOS

CAPÍTULO 7 CUANDO ABRIMOS LA MENTE Y APARECE LA LUZ

CAPÍTULO 8 LAS REUNIONES MEDIÚMNICAS DE LA SOCIEDAD ESPÍRITA

CAPÍTULO 9 BIENVENIDOS A UN NUEVO MUNDO VIRTUAL

CAPÍTULO 10 AYUDANDO A SANAR SANAMOS

CAPÍTULO 11 EL MUNDO DE LOS SUEÑOS Y LA SANACIÓN YA INICIA

CAPÍTULO 12 LAS MANIFESTACIONES DE LA SANACIÓN

CAPÍTULO 13 PROCEDIMIENTOS PRÁCTICOS DE LA AUTOSANACIÓN

CAPÍTULO 14 CONSIDERACIONES FINALES

CAPÍTULO 15 SALUDOS Y AGRADECIMIENTOS

EPÍLOGO

En el plan perfecto de Dios, todo ocurre exáctamente en el momento preciso que pueda ser y por ello, dedico y agradezco a las personas que siempre estuvieron a mi lado, aconsejándome y apoyándome justo cuando más lo necesitaba, como siempre son las personas con las que tenemos una vibración de frecuencia de onda muy similar, mis más sinceros agradecimientos para: Adriana, Adela, Marina, Mónica, Daniel, Germán, Maximiliano, Jorge, Samanta, Patricia, Daniel, Roberto, Ricardo, Lautaro, Blanca, Sebastián, Ema, Karina, Verónica, Gabriela, Jorge, Angélica, Rodolfo, Juan, Gabriel, Marcelo, Daniel, Claudia, Silvana, Cecilia, Gisela, Daniel, Leonardo, Lorena, Miguel, Walter, Claudio, Adrián, Raúl, Leticia, Martín, Isaac, Laura, SAD de Tres de Febrero y muchos más... ya que en el Universo, lo único permanente es el cambio...

PRÓLOGO

¿Puede un libro cambiar la vida de una persona? Me hacía esa pregunta al elaborar el presente prólogo. Muchos libros generan cambios en nosotros; algunas veces nos inspiran en nuestras realizaciones, otros pueden cambiar nuestra visión del mundo, promover una ideología, o abrazar una fe.

Conozco al autor de “Un relámpago en la eternidad”, Gustavo Dichi, desde aproximadamente un año. En todo este tiempo, me he encontrado con una persona verdaderamente humanista, estudiosa y profundamente religiosa.

La verdadera religiosidad se presenta en momentos de crisis, cuando creemos que todo se nos viene encima y en muchos casos, las enfermedades suelen ser los incentivos que acicatean ese sentimiento religioso, muchas veces dormido.

El presente es un libro de autoayuda que sienta sus bases en la propia experiencia del autor, quien a partir de un proceso de enfermedad planteada como terminal, encuentra en la fe religiosa, un vehículo para entender el porqué de la misma y la forma de mitigarla.

Este libro propone despertar el interés de los lectores, provocar su inteligencia y llegar hacia una fe que no sea dogmática, sino el fruto de la razón.

Gustavo Dichi nos lleva por un camino (o puente) entre la ciencia y la fe, entre la razón y el estudio con la religión, de alguna forma, nos presenta una alternativa que busca la complementariedad entre lo estrictamente médico y lo puramente espiritual.

Somos seres materiales, pero nuestro cuerpo es el instrumento del que se sirve nuestro espíritu para alcanzar el progreso. Progreso que no se logra en una vida, sino a través de vidas sucesivas, reencarnando las veces que sean necesarias para alcanzar dicho progreso.

Cada vida que vivimos está íntimamente relacionada con nuestras vidas pasadas y las enfermedades son, en muchos casos, el resultado de nuestras malas decisiones en cada una de dichas experiencias.

“Nacer, morir, renacer, tal es la ley”, dice Allan Kardec, codificador de la Doctrina Espírita para resumir esa ley de progreso que cada espíritu debe llevar adelante.

Nuestras defecciones, nuestros desajustes en las existencias generan las enfermedades y somos nosotros, los que generamos dichas distorsiones, los que tenemos la potencialidad de salir de ellas.

Volviendo a la pregunta del comienzo, ¿puede un libro cambiar la vida de una persona? Plantear esto resulta pretencioso, pero puedo decirte amigo lector, que quien lea Un relámpago en la eternidad, seguramente encontrará material para reflexionar acerca de temas tales como la enfermedad y la cura, el poder de la fe y la oración, así como cuál es el sentido de la vida.

Pero también encontrará las herramientas para afrontar las dificultades que la vida nos ofrece, y poniendo en valor la práctica de una esperanza activa, aquella que va en busca de la solución en vez de esperarla pasivamente.

Daniel Serra

Presidente de la Asociación Espiritista

Luz, Justicia y Caridad

INTRODUCCIÓN

Que este libro se haya iniciado a mediados del mes de diciembre del año 2023, no es un dato menor, ya que tiene la finalidad y motivación de convencer o que el lector, se autoconvenza de que existe una real posibilidad de sanación de cualquier tipo de afección o enfermedad física, mental, moral o espiritual, incluyendo, hasta las denominadas “incurables” como por ejemplo, el tan temido cáncer, entre posiblemente muchas más, pero si vamos al hueso de la cuestión, asumo que con la enfermedad nombrada, ya nos basta para hacernos una idea del potencial de la información de la que hablaremos en esta obra y de lo que se puede llegar a lograr.

Durante otras ocasiones he sentido la necesidad de escribir un libro, referente a otras cuestiones más académicas, como para estudiantes de Geografía, que sirvieran de complemento en la lectura oficial de los contenidos, de los futuros profesores de dicha asignatura, otras de hacer una autobiografía o libros de motivación como de autoayuda, siempre fue una lectura muy presente en mi vida, por cuanto me considero, más autodidacta, que científico, pero por atender las cuestiones banales de la vida cotidiana, se fue perdiendo la inspiración, que si no se aprovecha, en el momento de la iluminación, luego se pierde.

Es por lo precedentemente citado, que luego de más de 50 años de trayectorias y experiencias, con un vasto cúmulo de conocimientos y entre abundantes errores y escasos aciertos, llegó la inspiración, a raíz de la certeza, de la convicción y del sentir que la sanación de la mano de la fe en Dios, es una realidad tan posible y tangible, como lo viene siendo la medicina tradicional, a la que no le restamos su mérito y promovemos su atención permanente y continua.

No estoy descartando la valía y la eficacia de los desarrollos científicos, en cuanto a la medicina tradicional, que está avanzando a pasos agigantados, con la ayuda de las nuevas tecnologías, cada vez más sofisticadas. Pero todo ello tiene un límite, límite que se va corriendo y ampliando con cada nuevo avance científico, y gracias al movimiento de ese límite, tenemos muchas más herramientas, para enfrentar o prevenir, cada vez más enfermedades en todas las áreas, pero siempre habrá un nuevo límite, y es ahí donde termina la ciencia llegando con todas sus posibilidades, descubrimientos y aciertos, hasta donde se llega con las últimas innovaciones médicas, son las medicaciones o los tratamientos a los que nos podremos someter... y luego nuevamente su límite.

Dicho límite ¿qué significa? ¿Acaso que debemos aceptar esa realidad resignadamente? ¿Tomar la medicación o cumplimentar, con todo lo que conlleve el tratamiento prescripto y listo? ¿Nos debemos quedar cruzados de brazos y soportar la nueva y triste realidad? ¿O acaso existirá la posibilidad de encontrar alguna puerta trasera? El mundo físico se rige por leyes inmutables, pero... ¿solo somos un cuerpo físico? O acaso ¿no dicen todas las religiones que tenemos cuerpo y alma? ¿No se ha comprobado acaso que hay un principio vital, que le da vida a nuestros órganos físicos para que cumplan sus funciones de manera organizada? Y cuando esta vitalidad se encuentra interrumpida, por algún motivo, todo el cuerpo deja de funcionar...

Leer Un Relámpago en la Eternidad implica recibir información que irá directamente a su inconsciente, y estará sanando tanto el alma, como cuerpo físico, racionalmente, serán beneficiados por el tratamiento médico, pero principalmente será su fe, en Dios, el Universo, la Luz infinita o eterna, como es el Espíritu de Nuestro Señor Jesucristo, el cual tiene más de dos mil años y sigue tan vivo como todos nosotros.

La mayoría de las personas son conscientes de que poseemos un ser interno, una conciencia, una esencia, algo que llamamos a veces alma, o a veces espíritu y que el mismo está conectado de una manera muy vagamente determinada, con el cuerpo físico, esa conexión tiene muchas variantes dependiendo la fuente a la que se recurra, algunos la hallan en alguna parte del cerebro, o en la glándula pineal, entre los ojos, o en otras partes del cuerpo, siendo alguna parte de la cabeza en la mayoría de las veces.

Y el motivo por el cual no se puede determinar la ubicación física exacta, es justamente lo que le da sentido y motivo al presente libro, que la comprobación real y precisa, que el alma es inmaterial, invisible a los sentidos físicos, siendo la principal y mayor característica, que nos debe conmover es su inmortalidad, por lo tanto, nuestra alma es eterna.

Entonces, podremos pensar que nuestro paso por esta vida sea solo una fracción de la existencia del alma, solo un momento, en que se recubre de un envoltorio de carne y hueso al solo efecto de cumplir determinadas funciones, misiones, expiaciones y evoluciones, para luego colgar ese traje y volver a verificar, el avance de esa existencia, ese momento que el ser humano mide en semanas, meses o años, no dejan de ser al igual que las religiones solo un constructo humano, una forma de poner en palabras o en símbolos, sistemas de creencias limitadas por la mente tridimensional, que no tiene en cuenta, más que el mundo físico, el plano terrenal o material, el más denso de los estados del Ser.

Ya desde la antigüedad, que el ser humano ha pensado e investigado, si todo en la vida era el plano terrenal, material o físico... contemplaba las estrellas y tanto egipcios, incas y demás civilizaciones rendían culto a otro plano, a uno mucho más sutil, intangible, elevado, un nivel más elevado de conciencia, nos lleva a encontrar que hay otros planos de existencia, otros mundos, la Patria Espiritual, le dicen algunos, el más allá le dicen otros, el mundo de los muertos, o el mundo de los sueños, pero ¿será que realmente ellos son los muertos y nosotros los vivos o viceversa?

Al llegar al conocimiento, más profundo y elevado de la existencia del ser humano, se nos despliegan todas las respuestas filosóficas que toda persona se hizo alguna vez en la vida y muchas veces, faltos de respuestas, algunos solo se conformaron con la incertidumbre, otros se refugiaron en diferentes creencias, y otros, comprendieron que toda la vida de una persona es solamente un relámpago en la eternidad.

CAPÍTULO 1

EL MILAGRO DE LA SANACIÓN ES POSIBLE

Este libro es totalmente autorreferencial, por lo tanto, todo lo vertido en el mismo tiene como fuente mi propia experiencia personal, por lo que he transitado, lo que me está ocurriendo actualmente y lo que predigo que ocurrirá en el futuro.

¿Cómo puedo ser capaz, de predecir el futuro, sobre algo tan delicado como una enfermedad supuestamente, incurable como el cáncer?

Me refiero al cáncer como enfermedad incurable porque es la respuesta que el oncólogo que me atiende en la Clínica Cruz Celeste, de Villa Luzuriaga, y 3 oncólogos más, como los del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”, de la Ciudad de Buenos Aires, del Instituto Privado de Oncología Alexander Fleming, en su sede de Ramos Mejía y del Hospital Italiano, en su sede de San Justo, fueron taxativamente claros, al analizar mi diagnóstico y confirmar que esta enfermedad no tiene cura. Que se puede mantener mediante medicamentos, bajo la denominación de Inmunoterapia, pero que lo único que se puede esperar de dicho tratamiento es el control y evitar su crecimiento o propagación, lo cual no es poco, pero que definitivamente no hay posibilidad de cura alguna.

Como dije en la introducción, al momento de iniciar esta obra, en diciembre de 2023, no es un dato menor, porque actualmente, aún continúo en tratamiento oncológico, mediante la toma diaria de 2 unidades de Axitinib de 5 mg y cada 21 días me inyectan por vía 200 mg de Pembrolizumab, y de esta manera se cumple con el tratamiento llamado Inmunoterapia con medicamentos, y ese es el límite del tratamiento, hasta ahí llega la medicina y la ciencia médica en la Argentina, para mi caso, entonces ¿por qué hablo de cura o de sanación? ¿Acaso esto significa que tengo la seguridad, la certeza y la fe en Dios que para cuando termine de escribir este libro, haya tenido que haberme remitido en su totalidad de las lesiones metastásicas, de manera completa, absoluta y definitiva? ¡Sí! ¡Así será! y para ya no regresar más y estar curado definitivamente.

La Ciencia, tiene sus alcances y sus límites, claro siempre hablando del cuerpo físico...

¿Y qué pasa con la otra parte del ser? La parte invisible, e ignorada por los estudios médicos, la fuerza vital, que habita en todo ser vivo, llámeselo de la manera que quiera, nunca se encontrará un término que lo defina en tu totalidad, sea conciencia, luz interior, alma, espíritu, verdadero Yo interior, llama infinita, chispa divina, etc. ¿Será acaso esa, la puerta trasera a la que me estaba refiriendo? Y sí, hay una relación directa entre el alma y el cuerpo físico, algunos hablan de chacras como centros energéticos, otros de varios cuerpos ensamblados, como cuerpo astral, cuerpo vital, cuerpo mental, cuerpo etéreo, cuerpo causal, etc.

La Doctrina de la Gnosis en la Argentina nos habla de la Ley del Retorno y la Recurrencia en distintas encarnaciones, más precisamente, 109 vueltas en la rueda del Samsahara donde en cada vuelta, el ser evoluciona, desde la materia más involucionada, como el mineral, pasando por el reino vegetal, evolucionando al reino animal y así llegando en su máxima expresión de evolución física y moral, como el Ser Humano y si el mismo, durante su lapso de tiempo, no logra evolucionar su grado de elevación espiritual, vuelve a involucionar volviendo en sentido contrario a seres menos evolucionados, hasta dar toda la vuelta, todo ello se contrapone, a lo que más adelante llamaremos lo que nos cuenta el mundo espiritual. Ya que se afirma, que el Ser, solamente evoluciona y de ningún modo puede involucionar. Pero así como hay muchas creencias sobre muchas cuestiones donde hay contradicciones de todo tipo, esta es una más de tantas y acá no nos vamos a poner a dirimir esas nimiedades, cuando tenemos la posibilidad de llegar al conocimiento, más absoluto de toda la existencia, o sea de Dios.

Cuando llega cualquier enfermedad mortal, principalmente el cáncer, si su objetivo es realmente eliminar, al ser que le toca, hemos conocido muchos casos de gente, que en cuestión de meses, semanas o pocos días, no se pudo hacer nada al respecto y le llegó la muerte, como ha ocurrido a lo largo de muchos años, pero si hay un año en que he visto en propia experiencia, varios casos ha sido durante el año 2020, el famoso año en que el mundo fue sacudido por la pandemia del Coronavirus.

Si bien ese virus, coadyuvó al empeoramiento de las personas más expuestas o más vulnerables, que ya padecían, de otras enfermedades y las terminó de conflictuar, de la peor manera, mayormente en adultos mayores y enfermos de varios tipos. También hubo gente que la pudo sobrellevar y algunos quedaron sanos y otros con algunas secuelas reversibles o no.

En nuestro país, como en el resto del mundo, la incertidumbre y la conmoción de lo desconocido, arrastró a tomar todo tipo de medidas a ciegas, de lo que estábamos enfrentando, luego con el desarrollo de las vacunas y las lamentables víctimas, sabemos cómo se fue paulatinamente, saliendo de una situación atípica, inesperada e insólita.

Fue al inicio de dicha pandemia que se me detectó un tumor maligno de 9 centímetros de largo en un riñón y la única solución, era lo que llaman una nefrectomía radical, que es el procedimiento quirúrgico para extirpar el riñón afectado. Entonces mientras el quedate en casa, era lo único de lo que se hablaba en los medios, me encontré con la novedad que pronto sería abierto al medio, para sacarme un órgano, en un ambiente, que pueda tener algún virus intrahospitalario, o a expensas de un anestesista, o un cirujano que pudiera cometer, una mala praxis y así podríamos seguir sumando una lista de riesgos asumidos, en un momento de tanta paranoia por un virus que aterraba al mundo, yo me preguntaba si había llegado el final para mí, con apenas con 49 años y dejaría a mi madre de 77 años completamente sola y desamparada, razón por la que no aceptaba esa realidad ya que por orden natural, son los padres los que se van antes que los hijos, pero en mi caso en particular y sin tener ninguna otra persona familiar, que pudiera hacerse cargo de mi madre, no podía concebir que ello ocurriera y por ello pasé noches enteras sin poder dormir y temblando de miedo, pero no a la muerte en sí, sino a dejar a mi madre tan sola y sin ninguna ayuda, siendo que ella estaba con estados alterados de conciencia, esquizofrenia, paranoia, un alto grado de ceguera e incontinencia, por cuanto dependía de mí para muchas cosas, y siendo la única familia consanguínea, me era imposible aceptar la llegada de la muerte en esas circunstancias.