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Encontramos en la literatura talmúdica un pequeño tratado, exclusivamente dedicado, justamente, a la sabiduría, es el llamado Avot, que significa "padres", pero en el sentido de "maestros". Para los antiguos, maestros y padres, por un lado, alumnos e hijos, por el otro lado, eran equivalencias ineludibles. Y he aquí, que mi amigo —otrora discípulo— Daniel Kripper, estudioso de la vida y Rabino de profesión, ha dedicado años de estudio, investigación y análisis a este tratado de Avot, no limitándose exclusivamente a lo que ahí se dice, sino haciendo un trabajo que recopila versiones de distintos tiempos y de diferentes corrientes filosóficas, que se hayan vertidos sobre estos temas, o que tengan algún tipo de relación existencial con ellos. De este modo, el trabajo de Kripper, que en estas escuetas líneas presentamos, tiene un enorme valor para el hombre actual, puesto que muestra el camino de contacto, a través de cerca de 2000 años de distancia, entre los problemas actuales del ser humano y la sabiduría antigua. En este campo, nada es antiguo, todo es actual, vigente, tangible. El mundo de Kripper presenta la sabiduría envuelta y acotada por rabinos filósofos, psicoanalistas, hombres de ciencia, literatos. Cabalistas se codean con Erich Fromm, la historia con el Rabí de Guer, Buber con Warren Harvey, la reflexión esotérica con el cuento humorístico... Toda una proeza de orden y organización lógica, que guiará al lector, paso a paso, hacia un aprendizaje didáctico, o hacia un placer meramente vivencial. Jaime Barylkoo
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Seitenzahl: 420
Veröffentlichungsjahr: 2019
Kripper, Daniel Alberto
Virtudes capitales / Daniel Alberto Kripper. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-761-694-1
1. Ensayo Sociológico. I. Título.
CDD 301
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
CONTENIDOS
RECONOCIMIENTO
A MODO DE PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
AMISTAD
1. AMOR AL PRÓJIMO
2. AMOR A DIOS
3. BENEFICENCIA HOSPITALIDAD
4. EL BUEN NOMBRE
5. CORTESÍA
6. EGOÍSMO - MEZQUINDAD
7. ENVIDIA - CODICIA - AMBICIÓN
8. ENOJO TOLERANCIA
9. ESTUDIO DE LA TORÁ
10. JUICIO Y JUECES
11. MAESTROS - DISCÍPULOS
12. MEMORIA - OLVIDO
13. MITZVOT: ACCIONES POSITIVAS
14. MUNDO PRESENTE Y FUTURO
15. OCIOSIDAD Y DILIGENCIA
16. ORACIÓN
17. ORGULLO - HUMILDAD
18. PALABRAS - SILENCIO
19. RESPETO AL PRÓJIMO
20. SABIDURÍA
21. SOCIEDAD Y PODER
22. TORÁ, USOS Y ABUSOS
23. TORÁ CADENA DE LA TRADICIÓN
24. TEORÍA Y PRÁCTICA
25. TRABAJO
26.VERDAD
27. VIDA - HITOS DE LA EVOLUCIÓN
28. BIBLIOGRAFÍA SELECTA
RECONOCIMIENTO
Muchos han sido los maestros con los cuales tuve el privilegio de estudiar judaísmo, y en particular su literatura sagrada.
Es un honor dedicar esta modesta obra a la memoria de mi querido maestro y amigo MARSHALL T. MEYER (Z”L), de quien aprendí a descubrir el significado profundamente existencial del pensamiento y la teología del judaísmo. Fue y será un modelo de alguien comprometido con su mensaje, que brilla tanto con sus palabras como con sus acciones.
También deseo homenajear ami maestro de Jerusalem Rabi Theodore Friedman (Z”L), cuya enorme sabiduría inspiró a generaciones de estudiantes del Seminario Rabínico Latinoamericano.
Un agradecimiento especial a profesores y colegas, que Dios los bendiga con muchos años, por sus enseñanzas, consejo y estímulo en la investigación de las Ciencias Judaicas. Una afectuosa mención al gran erudito Mordejai Edery, con quien compartí significativos momentos de reflexión, estudio y camaradería.
Por último, y en máximo grado de importancia, mi gratitud se extiende a todos mis alumnos, que son mis mejores maestros. En diversos marcos hemos analizado y meditado sobre los pensamientos de Pirkei Avot, ensayando una lectura contemporánea.
Creo necesario señalar finalmente que asumo la total responsabilidad por el contenido de esta obra, que pretende ser un aporte adicional a la difusión de la cultura judaica en la perenne búsqueda de verdadera sabiduría.
Daniel Kripper
A MODO DE PRÓLOGO
Todos los pueblos, todas las culturas, disponen de un tipo de literatura llamada “sapiencial” . Es literatura acerca de la sabiduría de la vida. También en la Biblia hebrea podrán encontrarse una serie de libros dedicados a educar al hombre, ya no en leyes sino en pensamiento, en ética, en concepciones de la vida y en la inteligencia de la conducta que ayuda a conquistar la felicidad.
Porque, en eso, se parecen todos a todos: lo que se quiere es una especie de retorno al paraíso.
Si fuimos expulsados del Edén, fue porque tuvimos una “caída” en la pasión momentánea del poder, de ser como dioses, de la soberbia que lo quiere abarcar todo y, mientras tanto, el paraíso se le escurre entre los dedos.
En la Biblia, los libros sapienciales son, por ejemplo, el Libro de Job, cuyo tema es el sufrimiento; el Cantar de los Cantares, cuyo tema es el amor; el Libro de los Proverbios, que contiene máximas de comportamiento para la vida cotidiana en todas las relaciones humanas.
Luego, sobre los cimientos bíblicos, creció la literatura de exégesis y hermenéutica que, durante siglos, se fue acumulando y alcanzó su apogeo en el siglo II y, de ahí al siglo VI, constituyó una enciclopedia de comentarios de la Ley, llamada Talmud.
El judaísmo no era filosófico. Cada cultura tiene su ser y su razón de ser. Mientras los griegos filosofaban y luego los romanos construían puentes y cloacas —al decir de James Joyce en su Ulises—, los hebreos se dedicaban a la fe en Dios y a la consecuente Ley de Vida que esa fe ha de producir. El judaísmo es una teoría ética. Le interesa la norma del comportamiento y cómo educar a los hijos para que vivan mejor y se maten menos. En fin, el relato bíblico, que comienza con Caín que mata a su hermano Abel, pretende invertir la historia: que sea Abel el triunfador y que se mate lo menos posible.
Esto que parece ironía, sin embargo no lo es. No hay más que reflejar el espíritu de la Biblia y del Talmud, sumamente realista, sumamente conocedor del hombre en las buenas y en las malas. A tal punto que, cuando Moisés tuvo un “lapsus” y pronunció la hermética y metafísica frase de “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, siglos más tarde corrió urgentemente el talmudista Hilel y la tradujo en términos de prosa cotidiana y entendible, en términos de conducta: “Aquello que no te gusta que te hagan, no lo hagas al prójimo”.
De todos modos, por más que ése fuera —y siga siendo— el espíritu vertebral del judaísmo, uno no puede evitar pensar, divagar, meditar acerca de la sabiduría de la existencia.
Por eso, encontramos en la literatura talmúdica un pequeño tratado, exclusivamente dedicado, justamente, a la sabiduría, es el llamado Avot, que significa “padres”, pero en el sentido de “maestros”. Para los antiguos, maestros y padres, por un lado, alumnos e hijos, por el otro lado, eran equivalencias ineludibles.
Y he aquí, que mi amigo —otrora discípulo— Daniel Kripper, estudioso de la vida y Rabino de profesión, ha dedicado años de estudio, investigación y análisis a este tratado de Avot, no limitándose exclusivamente a lo que ahí se dice, sino haciendo un trabajo que recopila versiones de distintos tiempos y de diferentes corrientes filosóficas, que se hayan vertido sobre estos temas, o que tengan algún tipo de relación existencial con ellos.
De este modo, el trabajo de Kripper, que en estas escuetas líneas presentamos, tiene un enorme valor para el hombre actual, puesto que muestra el camino de contacto, a través de cerca de 2000 años de distancia, entre los problemas actuales del ser humano y la sabiduría antigua. En este campo, nada es antiguo, todo es actual, vigente, tangible.
El mundo de Kripper presenta la sabiduría envuelta y acotada por rabinos, filósofos, psicoanalistas, hombres de ciencia, literatos. Cabalistas se codean con Erich Fromm, la historia con el Rabí de Guer, Buber con Warren Harvey, la reflexión esotérica con el cuento humorístico. Todo ello, con un sistematismo que yo —francamente— le envidio a Daniel Kripper. Toda una proeza de orden y organización lógica, que guiará al lector, paso a paso, hacia un aprendizaje didáctico, o hacia un placer meramente vivencial.
Les cuento:
Existía, en la congregación de Rabí Levi Itzjak, un oficiante (el que canta, delante de todos, las oraciones en voz alta, J.B.) que se había vuelto ronco. El Rabí le preguntó:
—”¿Por qué te has puesto ronco?”
—”Porque oré ante el público”, respondió el otro.
—”Es cierto” —dijo el Rabí— “cuando uno ora ante el público (para gustarle al público, J.B.) se pone ronco, pero si uno ora ante Dios viviente, no se pone ronco jamás...”
Sabiduría. Sabiduría de la vida. Depende delante de quién se reza. Si se reza para los demás, se torna cuestión de status y uno quiere quedar bien, gustar y, por cierto, se gasta. En cambio, delante de Dios, permanece siempre en plenitud de fuerzas.
¿Había pensado usted que, a menudo, la gente, en las distintas religiones, va a rezar para... hacer sociales? Lo cual no tiene nada de malo, siempre y cuando, claro está, uno sepa regular la voz y no ponerse ronco.
Yo leí esta hermosa composición —porque de eso se trata— de Daniel Kripper, y no me puse ronco, porque la leí para mí, en voz interior, y la fui degustando —cosa que le aconsejo a usted— como un añejado licor, en pequeñas copas.
Así debe leerse, y gozar.
Jaime Barylko
INTRODUCCIÓN
En nuestra época de tanta confusión de valores y de incertidumbre frente a un nuevo tiempo que ya ha comenzado, resurge la acuciante pregunta bíblica: “Pero la sabiduría ¿dónde puede ser hallada?” (Job 28,12). No se trata obviamente de la sabiduría erudita, enciclopédica, estática, sino de una auténtica sabiduría de vida que nos ayude a dilucidar las bases morales de nuestra existencia.
La civilización judía se ha confrontado desde el Génesis con estas cuestiones cruciales tales como: el bien y el mal, el sentido de la vida, y ha producido a lo largo de los milenios, una vastísima literatura religiosa cuyo fundamento es la Torá de Moisés, la doctrina del Sinaí.
En ella se esconden inagotables tesoros de espiritualidad que es necesario redescubrir y recuperar por el bien de la condición humana.
Uno de los textos rabínicos más apreciados es, sin duda, Pirkei Avot, literalmente: capítulos de los Padres o de los Principios. Éstos forman parte del primer código de enseñanza judaica postbíblica, redactado en el siglo II de nuestra era, y que fue denominado Mishná (repetición, estudio, enseñanza). Ella contiene las tradiciones legales reunidas en la doctrina oral, pues así fue transmitida originalmente de generación en generación, y constituye la base del Talmud, que es la obra rabínica por excelencia.
Estos textos de Avot son la parte final de uno de los seis libros de los que se compone la Mishná, denominada Nezíquin, leyes de daños y perjuicios.
Un prestigioso autor contemporáneo, Harold Bloom, lo considera como “el tratado del Talmud más sorprendente”, y ello se debe a varias razones. A diferencia de otros tratados, Pirkei Avot no incluye leyes ni discusiones legales. Su contenido fundamental es la Agadá, es decir, material filosófico y de orientación moral. Es como una versión rabínica del Libro de Proverbios. En él se articulan los principales valores e ideales que iluminaron por más de cincuenta generaciones.
Se piensa que en un inicio sirvió a modo de epílogo de la Mishná, con el fin de destacar la esencia ética de todas las leyes.
Pirkei Avot son máximas, aforismos, sentencias breves y fecundas, que han estado cerca del corazón de la gente y han sido constantemente evocadas. Su incorporación íntegra al Ritual de Oraciones es una prueba de su atractivo y valorización.
En esta edición de Pirkei Avot se ofrece una nueva traducción al español, que agrega un matiz a las excelentes traducciones en existencia. Acompaña a cada máxima un breve comentario personal, una reseña biográfica del sabio que la pronunció, como también notas e interpretaciones tomadas de la bibliografía sobre Avot.
La obra está ordenada según temas selectos en vez de su división original en cinco capítulos a los cuales se les agregó posteriormente, por razones litúrgicas, un sexto capítulo denominado “Kinián Torá”, la adquisición de la Torá, para implantar su lectura en las tardes de Shabat entre las Festividades de Pesaj y Shavuot.
Me he tomado esta libertad, movido por consideraciones didácticas, confiando en que la nueva presentación facilite el estudio de Pirkei Avot entre un público más amplio y sirva de estímulo para su profundización.
Dicen los sabios que quien desee perfeccionarse, que cumpla con las palabras de Avot. Éste es el gran reto de este pequeño libro, particularmente para quienes procuran una guía ética humanista para nuestros días.
AMISTAD
1
Yeoshúa ben Perajiá decía: Consíguete un ma- estro: adquiere para ti un amigo y juzga a cada ser humano con benevolencia.
Avot 1,6
Nitai de Arbel decía: Aléjate de un mal vecino, no te asocies a los malvados, y no desesperes en la adversidad.
Avot 1,7
COMENTARIO
Más vale dos juntos que uno.
Eclesiastés 4,9
En estas máximas los sabios se refieren a las relaciones del individuo con sus maestros, con sus camaradas de estudio y con la sociedad en general.
Consíguete un maestro
Dice Abravanel que el más sabio de entre los reyes requiere un consejo. Ningún ser humano debería considerarse autosuficiente y confiar exclusivamente en su propio raciocinio. Esto es válido también en el estudio del judaísmo.
No escatimes esfuerzo, sugiere el sabio, para conseguir el mejor maestro que te oriente en la correcta interpretación de la Torá.
Adquiere para ti un amigo
El hierro con el hierro se aguza; y así
el hombre aguza a su prójimo.
Proverbios 27,17
“No es bueno que el hombre esté solo”, dice el versículo del Génesis. El sabio agrega: no es aconsejable que el hombre estudie solo, se desarrolle como persona solo; ello es simplemente imposible; la vida sin vínculos de amistad se torna miserable y desolada.
“Los óleos y los perfumes alegran el corazón, y también la dulzura del amigo de un hombre a través del consejo sincero”, dice el proverbio (Proverbios 27,99). Y sentencia el sabio del Talmud: “O la amistad o la muerte”; y otro refrán dice: Un hombre sin un amigo es como la diestra sin la siniestra.
En la Biblia encontramos notables ejemplos de amistad profunda como David y Jonatán; Rut y Naomi.
Es por cierto fácil hacerse de enemigos, pero es difícil granjearse un amigo, más difícil aún que conseguir un maestro.
No es casual la utilización del verbo hebreo “kano”, que significa adquirir, dar de sí, con esfuerzos y a veces sacrificios, en aras de la amistad. Entre amigos hay un permanente dar y recibir, en mutua complementaridad.
Amigo verdadero, dice Emerson, es alguien delante de quien se puede pensar en voz alta. “Amarás a tu prójimo...” es sin duda la base y el eje alrededor del cual gira la relación de amistad.
No hay fórmulas fáciles para “ganar amigos” . Toda la vida es un aprendizaje en el arte de la amistad, y ciertamente la mejor forma de adquirir un buen amigo es tratar de ser uno mismo un buen amigo.
Para Maimónides el grado más alto de amistad es el que lleva a personas a compartir aspiraciones de carácter superior, ideas e ideales morales y espirituales.
Y juzga a cada ser humano con benevolencia
La relación de amistad depende de la mutua confianza. El compañerismo es incompatible con la sospecha y la malicia. No debemos dejarnos impactar por las apariencias o por el impulso a conjeturar respecto del otro en situaciones dudosas. Éste es el secreto de mantener firme y duradero un vínculo positivo con maestros y amigos. Es frente a esas circunstancias que debe prevalecer un espíritu benévolo y ecuánime. “Con justicia juzgarás a tu prójimo” dice la Torá de Moisés (Levítico 19,15). El sabio extiende este principio aún hacia aquellos que no elegiríamos como amigos.
En la segunda máxima Nitai de Arbel decía:
Aléjate de un mal vecino, no te asocies a los malvados, y no desesperes en la adversidad
Avot 1,7
Es la contrapartida y el complemento de la primera máxima.
Aléjate del mal vecino. Asimismo de los malvados retrae a Tu siervo; no tengan ellos dominio sobre mí. Salmos 19,14
Así como es importante unirse a amigos en cuya compañía podemos crear y enriquecernos interiormente, no lo es menos el apartarse de gente que puede dañarnos y jugar un rol negativo en nuestra vida.
Los sabios del Talmud ya señalaban algo sobreentendido en la actualidad, que es la poderosa influencia del medio ambiente sobre el individuo. “Ay del malvado y ay de su vecino”, dice el sabio. El “vecino” (“shajen”) se refiere no solo a quien habita en la proximidad, sino a todo tipo de vecindad que se establece a partir de la convivencia diaria.
Un ejemplo bíblico de la influencia nefasta de las malas compañías lo constituye el caso de Lot, sobrino de Abraham. Luego de separarse de su tío y atraído por las ventajas materiales de la región, decide radicarse cerca de la tristemente célebre ciudad de Sodoma. Cuando Lot se dio cuenta y quiso salvarse era demasiado tarde. Estaba atrapado junto a su familia en una atmósfera de violencia y perversidad. (Ver Génesis 19)
No te asocies a los malvados
El “rasha” malvado o ruin lo encontramos a menudo, en muchas partes, bajo diferentes ropajes y apariencias. En términos judaicos, el primer deber es tratar de influir sobre él, manteniendo abiertas las líneas de comunicación para recuperarlo. Pero si este esfuerzo resulta infructuoso, sólo cabe alejarse de él y de los de su clase: ¡no sea que caigamos juntos! Y advierte Avot de Rabí Natán que ni siquiera se debe confraternizar con ellos para estudiar la Torá.
Una antigua parábola judía dice que una persona que entra en una curtiembre, a pesar de no llevarse nada consigo, queda impregnada con el olor del lugar. Del mismo modo es imposible convivir, interactuar y relacionarse con un malvado, sin recibir algo de su influjo...
Y no desesperes en la adversidad
Esta tercera parte se conecta con la anterior. Aunque estés atravesando un momento difícil o una situación aflictiva, sugiere el sabio, no te asocies con gente a quien aparentemente le sonríe la suerte, gente “de éxito” . Tal vez en esta circunstancia de angustia pienses que sólo en esta compañía está tu salvación, pasando por alto su calidad moral, y los efectos negativos que puede acarrear a la larga este tipo de vinculación. Es algo sabido, la desesperación no es buena consejera y lo más importante: mantener erguido nuestro espíritu y no desfallecer frente a derrotas circunstanciales. Al final la fuerza de la esperanza y la firmeza de la convicción son los verdaderos soportes en momentos en que la vida nos somete a prueba.
RESEÑA BIOGRÁFICA DE LOS SABIOS
Yeoshúa ben Perajiá
Vivió en la segunda mitad del siglo II a.E.C. Junto a Nitai de Arbel, formó lo que denominó “pareja” de maestros. Fueron discípulos de Iosei ben Ioezer de Tzereda y de Iosei ben Iojanán de Jerusalem. Según la tradición, Yeoshúa ben Perajiá era el Nasí (presidente del Sanhedrin) y Nitai de Arbel era el jefe de la Suprema Corte en la época de lojanán Hurkanos I. Éste comenzó a perseguir a los maestros fariseos y Yeoshúa ben Perajiá tuvo que huir hacia Alejandría en Egipto. Al cesar la amenaza retornó a Jerusalem, invitado por su discípulo Shimón ben Shetaj.
Nitai de Arbel
Junto a su compañero Yeoshúa ben Perajiá estuvo al frente de la conducción espiritual del pueblo judío durante la época de los Hasmoneos. Provenía de Arbel, que es una localidad de la Baja Galilea. Lo único que se sabe de su enseñanza es que tomó parte en la única disputa halájica de su tiempo si se debía permitir o no la colocación de las manos sobre el sacrificio (“semija” )durante una festividad. Según Nitai era permitido, en contraste con Ieoshúa ben Perajiá que lo prohibía.
Para algunos comentaristas, la sentencia de Nitai comentada al comienzo, tendría como trasfondo la tensión y el choque ideológico con los saduceos helenizantes, cuya base era la ciudad de Jerusalem. Por esa razón Nitai decidió alejarse del centro y vivir en Arbel, en la Galilea. Esta frase, por lo tanto, reflejaría su propia experiencia personal.
COMENTAN LOS SABIOS
Consíguete un maestro y adquiere para ti un amigo.
• Rabi Leib, hijo de Jara, dijo esto: “Yo no voy a lo del Maguid (maestro) para escuchar decir la Torá, sino para ver cómo desata sus zapatos de fieltro y los vuelve a atar”.
• Una vez iba un sabio caminando y detrás suyo venían dos judíos conversando. El Rabí captó las palabras que uno le decía al otro: “el mundo es un sueño” . De inmediato se dio vuelta y les dijo: “es verdad, el mundo es un sueño, ¡pero solo cuando estamos dormidos!”
• Decía Rabeinu Iona Gerondi: Un hombre precisa de un amigo para tres cosas: para el estudio de la Torá, que se adquiere en comunidad; para la observancia de los preceptos, pues uno advierte al otro de no transgredirlos, y para un buen consejo, que sea hombre de confianza y aliado, un apoyo real en todos los momentos y todos los asuntos.
• El Rabí Mordejai de Iejovich solía decir: “Aunque tú seas simple y tu compañero sea simple, vuestro valor aumenta al estar juntos, del mismo modo que sale fuego cuando se frotan dos piedras”.
• El rabí de Kosov prometió visitar al maestro de Lublin en las Fiestas, pero no le fue posible hacerlo en dicha ocasión. Entonces envió a su hijo para presentar una justificación, frente a lo que el Lubliner le señaló: "Si tu padre me hubiese considerado un verdadero amigo no habría sentido necesidad de justificarse".
• El Baal Shem Tov comentaba sobre el versículo: "Así como en el agua un rostro corresponde al rostro, así el corazón de un hombre a otro (Proverbios 27,19).
Él decía: cuando un hombre se para erguido cerca del agua, su figura se refleja en forma alargada. Pero, cuando se inclina, su imagen se torna más pequeña. De la misma forma, cuando uno mira a su prójimo con soberbia, el otro también tiende a tomar distancia.
Aléjate del mal vecino
• Rabí Iosef Jaim de Bagdag aconseja qué hacer con el mal vecino. "Aunque se trate de un malvado, no te apures en alejarlo, sino intenta corregirlo con astucia. Reza por él para que se arrepienta; solo entonces habrás conseguido alejar el mal de él, y no te habrás juntado con el malvado de modo alguno."
Todo amor que depende de condiciones externas, una vez que estas desaparecen, está destinado a desaparecer. Pero el amor sin condiciones jamás se agota. Un ejemplo de amor interesado es el de Amnón por Tamar, y un
paradigma de amor desinteresado
es el de David y Jonatán.
Avot V,19
COMENTARIO
La gracia es engañosa y la hermosura una vanidad. Proverbios 31,30
En nuestra cultura la palabra "amor" se ha desvalorizado tanto que ha perdido su real significado. Se la ha convertido en moneda común, asociada a gratificación, sensualidad, placer y, por lo tanto, algo efímero e instantáneo.
El sabio expresa en términos simples más categóricos la diferencia entre "Amor" y "amor", entre un vínculo sólido de índole espiritual que se establece entre dos seres, y cualquier otra relación superficial y unidimensional, que no pasa de una mera ilusión de amor.
En la concepción judaica, amor involucra necesariamente intimidad espiritual, reciprocidad de sentimientos, valores y metas en común, sacrificios de uno hacia el otro, creándose así un lazo firme que resiste los embates del destino y que puede trascender aún la muerte física de una de las partes.
Amor es, en suma, la unidad total, el entrelazamiento de un alma con la otra desde las profundidades del ser interior.
En una relación de amor no hay cálculos y consideraciones egoístas, hay un permanente dar y recibir, que florece cuando el aprecio y la devoción se expresan desinteresadamente.
Amor verdadero es esencialmente una vida de mutua hospitalidad; un corazón hace lugar para otro corazón, una mente incluye en su circunferencia a otra mente, y a través de esta integración ambas vidas se enaltecen, ambos corazones se enriquecen y ambas personas ganan en profundidad y belleza. Yen una relación así, se percibe la presencia divina, el sello de lo perenne y lo sagrado.
No es por casualidad que el sabio presenta dos ejemplos dispares, diametralmente opuestos, para ilustrar lo que es y no es el amor.
En el primer caso se toma la historia de Amnón, (siglo X a.E.C.), hijo mayor de David, quien seduce a su medio hermana Tamar (2 Samue113). Aquí no existió reciprocidad o involucramiento personal; se produce una acción unilateral de engaño y violencia. Amnón "se enamora" de Tamar y en un arrebato pasional consuma su enfermiza intención y lo que comenzó como atracción sensual culminó en odio y resentimiento. "La aborreció entonces Amnón con muy grande aversión, tal que el odio que sentía excedía al amor con que la había amado" (2 Samuel 13,15).
En el segundo caso encontramos un vínculo entre dos amigos, en el cual el afecto y el profundo sentimiento que los unía eran más fuertes que el propio trono de Israel. "El alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y la quiso Jonatán como a su misma alma" (1 Samuel 18,1). Jonatán admiraba la grandeza de David y a pesar de ser aquél el heredero de su padre Saúl, primer rey de Israel, reconoció que David debía ser el sucesor. Estamos aquí en presencia de un pacto de amistad, que envuelve a dos personas en una comunión de destino. La misma expresión aparece en relación entre un padre y su hijo, Jacob y Benjamín: "Por lo tanto, si ahora fuere a presencia de tu siervo mi padre sin el muchacho, cuya alma está ligada con el alma de él" (Génesis 44,30).
Entre ambos casos extremos presentados por el sabio, el contacto impersonal y condicionado está condenado a desaparecer, pues no participa el corazón, mientras que en el segundo, dos vidas se unen para un propósito más elevado, y por eso ese lazo es indestructible.
COMENTAN LOS SABIOS
E Isaac amaba a Esaú pues traía caza para comer mientras que Rebeca amaba a Jacob. Génesis 25,28
• La preferencia del padre por Esaú se debía a las presas de la caza que le servía su hijo, era un sentimiento condicionado, y gramaticalmente en tiempo pasado (amó). Mientras que Rebeca amaba a su hijo siempre, sin interrupción (ohevet). Amor de madre al fin...
Trabajó Jacob por Rajel siete años, mas fueron en sus ojos cual pocos días por su amor hacía ella. Génesis 29,20
• Parece extraño que tanto tiempo le haya parecido a Jacob sólo como "pocos días", ¿acaso no sería lógico suponer que la espera se le hubiese hecho interminable, y que cada día fuese como una eternidad?
El rabí de Apt explica que para personas que buscan en una relación su propia gratificación, cada día de separación resulta insoportable. En el caso de Jacob, el amor estaba dirigido a Rajel, no a sí mismo, la amaba por lo que ella era y no por lo que ella podía darle. Por ello esa relación personal poseía la cualidad trascendente de un verdadero amor.
• Dijo el Rabí de Bershider: "¿Tú deseas que las personas te amen? Ámalas tú primero" .
• Un rabino visitaba con frecuencia al Rabí de Kotzk. Cuando fue interrogado por un opositor a dicho Rabí sobre el motivo de su simpatía por el mismo, respondió:
"Amo al Rabí sin motivo y como tú sabes, un amor así perdura para siempre."
• La palabra hebrea para gran amigo "iadid", se compone de la repetición de la palabra "iad", mano. Ello puede simbolizar la amistad como dos compañeros "estrechando manos" en paz y alegría duradera.
UNA HISTORIA DE AMOR
Entre los pasajeros del Titanic, el famoso transatlántico hundido al chocar con un témpano, se encontraba una pareja de judíos, Natán y Lena Straus. En medio de la batahola de la operación de salvataje, los marineros intentaron separarlos. La mujer tenía un lugar en el bote salvavidas mientras su esposo debía permanecer en la cubierta del buque condenado. La señora Straus se negó a bajar al bote diciendo: "Hace mucho tiempo que vivo con el señor Straus, y no veo razón para separarme de él ahora" .
El matrimonio Straus descendió a las profundidades del mar, junto con el Titanic, en aquel día trágico de 1912.
Amor con humor
Una mujer enterró a su marido y esperaba recibir una cuantiosa herencia. Con gran celeridad mandó instalar una lápida de mármol blanco sobre su tumba y ordenó grabar sobre ella en letras doradas la siguiente inscripción: "El dolor es demasiado grande para poder soportarlo".
Al cabo de unos días se verificó que tal herencia no existía y la desilusionada mujer se volvió a casar con un hombre rico; enseguida mandó agregar a la inscripción la palabra: "sola"...
AMORALPRÓJIMO
2
A propósito del mandamiento bíblico del amor al prójimo decía Hilel el Sabio: "Cuéntate entre
los seguidores de Aarón, amando la paz
y persiguiéndola, amando a los seres humanos
acercándolos a la Torá ".
Avot 1,2
COMENTARIO
Sus caminos son caminos de dulzura y todos sus senderos paz. Proverbios 3,17
El amor es más que un sublime sentimiento o una cuestión abstracta. Se trata en términos judíos de un arte y una filosofía de vida.
El sabio Hilel descubre en la figura de Aarón, hermano de Moisés, quien fuera el primer Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), un paradigma de amor verdadero y genuino, que se expresa en una preocupación por el bienestar del otro, tanto material como espiritual. ¿De qué otro? Hilel responde: de cada ser humano, sin distinción de origen étnico, nacionalidad o de cualquier índole.
(El texto hebreo dice "briot", creaturas en general).
Aarón fue un artífice en la pedagogía del amor, al cultivar relaciones amistosas y cordiales entre sus semejantes.
El amor al prójimo y la búsqueda de la paz son valores que se entrelazan en la concepción judaica. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"; ésta es la esencia de la Torá. El resto es comentario, sentenció Hilel a un eventual prosélito. O como él mismo lo formuló en términos más sencillos: "lo que a ti no te agrada que te hagan no lo hagas a los demás" ( Shabat 31a).
La figura de Aarón es recordada no por su status o abolengo, o como guardián del rito, sino por su apego incondicional la búsqueda de la paz.
La Agadá nos ilustra con una bella anécdota sobre el carácter de Aarón, y de su fino ínsight psicológico:
Se cuenta que cuando iba caminando y se cruzaba con algún transgresor, lo saludaba amablemente. Al día siguiente cuando ese individuo se proponía delinquir, pensaba: ¿Cómo podré yo, después de semejante acto elevar mis ojos y mirar a Aarón? En consecuencia, se abstenía de cometer la mala acción.
En forma similar, cuando dos personas se enemistaban, Aarón visitaba a uno de ellos y le decía: "Hijo, mira la reacción de tu amigo: se golpea el pecho, rasga su vestimenta, está llorando y dice: ¡Ay de mí!, ¿cómo puedo mirar la cara de mi compañero? Me siento avergonzado por mi conducta hacia él..."
Aarón continuaba a su lado hasta que eliminaba toda enemistad de su corazón.
Después de lo cual repetía las mismas palabras a la otra persona hasta remover toda hostilidad. El resultado era que cuando los dos hombres se reunían, se abrazaban mutuamente, plenamente reconciliados (Avot de Rabí Natán VII).
Era tal la estima que todo el mundo sentía por Aarón que cuando murió "toda la casa de Israel lloró por él" (Números 20,29). No fue tan universal, en cambio, el llanto por Moisés; solo lo hicieron los que aprendieron Torá a su lado (Deuteronomío 34,8).
Aarón transmitía el mensaje a través de gestos de cordialidad y afecto. No se conformaba con predicar sobre el amor, sino que estaba dispuesto traerlo a la tierra, tornándolo realidad, demostrando su preocupación por cada ser humano, sea entre amigos, maridos y esposas, o padres e hijos.
Ésta es la genuina vocación de un hombre de Torá: servir como mensajero de unión entre la gente irradiando calor y conocimiento, valores que brindan dirección y propósito a la vida.
RESEÑA BIOGRÁFICA DEL SABIO
Hilel el Sabio
Vivió al final del primer siglo a.E.C. y comienzo del siglo I E.C.
La biografía de Hilel la conocemos a través de versiones del Talmud que cuentan de su origen en Babilonia; su ida a la tierra de Israel para dedicarse al estudio de la Torá, que era la pasión de su vida.
Se formó al lado de los dos grandes maestros Shemaia y Abtalión y, junto a su colega Shamai fueron los últimos y más famosos "zugot" (dúo). Hilel era el presidente del Sanhedrin y Shamai era el jefe de la Corte Suprema (Av Bet Din).
Entre sus grandes méritos se cuenta la introducción de un nuevo enfoque metodológico en el estudio e interpretación de la Torá, al desarrollar los principios del "Midrash halajá" (leyes hermenéuticas de la ley judía), y el establecimiento de una dinastía a partir de él que duró cuatrocientos años. Ello se debió, sin duda, a la posición especial que supo crear para el cargo de presidente del Sanhedrin.
Fue proverbial su afabilidad, paciencia y humildad, convirtiéndose en un modelo de conducta para las generaciones siguientes.
COMENTAN LOS SABIOS
Busca la paz y persíguela.
Salmos 34,15
• Otra de las implicaciones del aforismo de Hilel, particularmente actual en el Estado de Israel, es que los asuntos religiosos no pueden imponerse por decreto. Los ideales judaicos deben difundirse merced a ejemplos de devoción personal, profundo respeto y consideración por todas las personas.
• Fue a través de actos de amor y benevolencia que nuestro patriarca Abraham acercó a las personas a la creencia en el Dios único.
• Ser discípulo de Aarón es una decisión, dice Hilel. Cada día uno puede determinar y tomar partido por la senda de Aarón. No basta amar la paz, es preciso procurarla activamente en nuestro lugar y en todas partes.
Los hermanos sean unidos
• En la Torá encontramos casos de hermanos que llegaron a odiarse, y competir entre sí, tal como Caín y Abel a modo de ejemplo trágico de fratricidio. En contraposición a los demás, el caso de Moisés y Aarón nos brinda un modelo de unidad y cooperación digno de admiración: como dice el Eterno a Moisés, "Por cierto, Aarón el levita, hermano tuyo, he aquí que sale a recibirte, y al verte, se regocijará en su corazón" (Éxodo 4,14).
El Pacificador
• Rabí David y su discípulo Itzjac, más tarde rabí de Vorki, se pusieron una vez en camino hacia un lugar adonde el tzadík había sido llamado para reconciliar a dos hombres que sostenían una antigua querella. Durante el shabat Rabí David actuó como lector de las plegarias en presencia de ambos adversarios. Una vez terminado el shabat, ordenó enjaezar los caballos y se dispuso a regresar a su hogar.
"Pero el rabí no ha realizado aquello para lo cual vino", dijo el discípulo. "Te engañas", dijo el rabí. “Cuando en el curso de la oración yo dije: ‘Aquel que hace la paz en las alturas, que haga la paz entre nosotros’, se hizo la paz. “Y así fue efectivamente”.
La paz del mundo y la paz del alma
• Rabí Búnam explicó: Dicen nuestros sabios: "Buscad la paz en vuestro propio lugar. No hallaréis la paz en parte alguna salvo en vuestro mismo ser" . En el salmo leemos: "No hay paz en mis huesos a causa de mi pecado" (Salmos 38,1).
Cuando el hombre ha logrado la paz en su interior, puede hacer la paz con el mundo entero.
Paz
• Con referencia a las palabras de la oración: "Aquél que hace la paz
en las alturas, que haga la paz para nosotros..." Rabí Pinjas dijo: "Todos sabemos que los cielos (shamaim) se crearon cuando Dios hizo la paz entre el fuego (esh) y el agua (maim). Y aquél que pudo hacer la paz entre los mayores extremos podrá seguramente hacer la paz entre nosotros" .
Rabí lehudá dijo: ¿Cuál es la senda recta que debe elegir el hombre? Toda aquella que engrandece al que la sigue y le honra frente a sus semejantes.
Avot II, 1
COMENTARIO
Camino hay que al hombre le parece recto...
Proverbios 14,12
El sabio pregunta, al igual que los filósofos de todos los tiempos, cuál es el gran ideal que da belleza y sentido a la vida. Para ello, responde, se deberá buscar con sinceridad, sin trampas ni artificios, una norma ética que conduzca a la perfección, a la armonía interior.
En el plano interpersonal: así como nadie desea que otro le haga mal, del mismo modo deberá la persona abstenerse de hacer el mal a otros.
Una condición sine qua non es que ese ideal ético no sea solo beneficioso para el individuo, sin que incluya positivamente a las demás personas. Si su felicidad provocara la desdicha de otros sería moralmente condenable. Los sabios de Israel veían con malos ojos al individuo que solo procura la "salvación de su alma" sin importarle la sociedad en la cual vive.
El hombre íntegro es sensible a las necesidades de la gente, y le interesa su bienestar, aspira a la autorrealización y al mismo tiempo contribuye al ideal de "tikun olam" o sea el perfeccionamiento del mundo.
Esta máxima puede ser leída también de la siguiente forma: "La senda recta es la que corresponde al deseo divino y también le reporta la honra de sus semejantes..." es decir, se debe elegir un camino que lo dignifique a los ojos de Dios y al mismo tiempo le granjee el respeto de las demás personas. Así leemos sobre Samuel: 'Mientras tanto, el niño Shmuel iba creciendo con el beneplácito tanto del Eterno como de los hombres" (1 Samuel 2,26).
RESEÑA BIOGRÁFICA DEL SABIO:
Rabí Iehudá
Así se llama por antonomasia el gran maestro lehudá Ha-Nasí, hijo de Rabí Shimón ben Gamliel II, séptimo en el linaje de Hilel. También se lo conoce por Rabenu Hakadosh (venerado maestro). Fue el compilador de la Míshná, resumiendo en una sola obra las leyes, opiniones y tradiciones de la "Enseñanza oral", salvándola del olvido o la interpretación incorrecta.
Esta monumental tarea siguió a las recopilaciones iniciadas por otros sabios como Rabí Akiva y Rabí Meir, y con el tiempo se convirtió en la segunda Torá o suplemento de la Ley de Moisés. (Tener presente que el tratado de Avot que estamos comentando forma parte de uno de los tratados de la Mishná: el de "Nezikin" o Daños y Perjuicios).
Según una tradición antigua, Rabí nació en el mismo día en que Rabí Akiva murió como mártir, a manos de los romanos (135 E.C.) y murió en el año 210 E.C.
Como Patriarca, le tocó actuar en tiempos muy difíciles para Israel, en la generación que siguió a la revuelta de Bar Kojbá y a los graves edictos que acompañaron a su derrota. La situación y el status del pueblo mejoraron considerablemente, entre otras razones por las excelentes relaciones que mantuvo Rabí con los gobernadores romanos. Diversas leyendas talmúdicas dan cuenta del aprecio mutuo y la interesante amistad entre el Rabí y el César, denominado en dichas fuentes "Antonino". (Probablemente aludan al filósofo Marco Aurelio o a uno de sus sucesores).
Y a pesar de su gran fortuna personal y del tren principesco que caracterizaba su corte, Rabí llevaba una austera vida privada. Se distinguió por su bondad y generosidad, especialmente en el sostenimiento de sabios y discípulos humildes. Favoreció a toda obra cultural en Israel, y solo en su época se fortaleció la población judía en la Galilea, posibilitándose la formación de Sabios y Maestros. Así como Rabí apoyaba dadivosamente a los sedientos de saber, en la misma forma despreciaba a los incultos e iletrados, atribuyéndosele entre otras, estas frases:
“El mundo sufre los problemas causados por los ignorantes” y “Mucho de aprendido de mis maestros, más aún de mis colegas y más, por encima de todos, de mis alumnos".
Otro aspecto interesante de su multifacética vida era su pasión por el idioma hebreo. Su casa fue de las últimas en las cuales se hablaba sólo hebreo, y es conocida su posición adversa al arameo: "¿Qué tiene que hacer la lengua asiria con Eretz Israel? Hablen hebreo o griego" (Babá Kamá 82b-83a).
Antes de morir invistió a su hijo Gamliel como Patriarca. El Talmud narra de manera emotiva sobre su fallecimiento (Ketuvot 104 a). Cuando se supo que Rabí estaba agonizando, una gran multitud se dirigió hacia Tzipori con el fin de averiguar sobre el estado del enfermo. Producida la muerte, nadie se atrevió a informar al pueblo sobre la infausta noticia. Entonces el fiel discípulo de Rabí, Bar Kapara, se presentó vestido de luto ante la multitud y exclamó: "Ángeles y mortales lucharon por el Arca Santa, los ángeles resultaron victoriosos y el Arca Sagrada ha sido retirada". Entonces los judíos agolpados le dijeron: "¿Acaso nuestro maestro ha muerto? ", a lo cual él les respondió: "Ustedes lo han dicho, yo no lo he dicho". El pueblo comprendió la intención oculta de estas palabras y un amargo llanto envolvió a todo Israel.
COMENTAN LOS SABIOS
• La palabra "tiferet", esplendor, belleza, mencionada en el original, asociada a la senda recta, alude en la Kabalá al atributo del camino intermedio, integrativo de todas las potencialidades del alma humana, pensamientos, acciones y emociones. Es la combinación armónica de amor y justicia (Jesed y Guevurá) que conduce al gran ideal de una vida noble en consonancia con el espíritu de la Torá. Este atributo está simbolizado en la figura del patriarca Jacob, fundador del pueblo de Israel.
• El célebre comentarista de la Mishná, Obadia Bertinoro (14501516, nacido en Italia y líder espiritual de Jerusalem) destaca la cualidad de atenerse al término medio, entre la satisfacción propia y la aprobación de nuestros semejantes.
• Un ejemplo: por mezquindad el hombre puede acumular su fortuna; por tal motivo se lo desprecia. Quien por otra parte da más de lo que su real condición le permite, si bien será alabado por los receptores, empobrecerá inmediatamente.
La correcta realización de la beneficencia implica, por lo tanto, no ser ni mezquino ni demasiado pródigo, sino proceder de acuerdo con las posibilidades personales reales. Asimismo se transitará por el término medio en otras facetas de la vida.
Sobre la senda recta
• Ocurrió cierta vez durante una gran sequía que Rabí Iehudá abrió sus depósitos para los necesitados, pero estipuló que solo los estudiosos recibirían ayuda. Uno de sus discípulos, Rabí Jonatán ben Amaram, se hizo pasar por un simple campesino, y reclamó comida porque “Dios alimenta tanto a animales como a pájaros” (Salmos 147,9).
Esta poderosa reprimenda tocó la conciencia de Rabí Iehudá, y a partir de entonces puso su generosidad a disposición de todo el mundo, independientemente del grado de instrucción (Babá Batrá 8a).
Cierta vez Rabán lojanán ben Zacai dijo a sus alumnos: Salid y ved cuál es el mejor camino que debe seguir el hombre.
Rabi Eliezer dice: Una visión generosa. Rabí Yeoshúa dice: Un buen amigo. Rabi losei dice: un buen vecino. Rabi Shimón dice: Prever el futuro. Rabi Elazar dice: Un buen corazón
y el maestro les dijo: Prefiero las palabras de
Elazar ben Araj que en ellas quedan
incluidas las vuestras.
Avot II, 13
Otra vez les bijo: Salid y ved cuál es el peor camino del que se ha de alejar el hombre. Rabi Eliezer dice: Una visión negativa. Rabi Yeoshúa dice: Un mal amigo. Rabi losei dice: un mal vecino. Rabi Shimón dice: El que toma prestado y no paga, pues el que recibe prestado de un hombre es como si lo hiciera de Dios, según está escrito: “El malvado toma prestado y no paga, mientras que el justo se apiada y da”. (Salmos 37,2) Rabi Elazar dice: Un mal corazón. Les dijo el maestro: Prefiero las palabras de Elazar ben Araj, porque sus palabras incluyen las vuestras.
Avot 11,14
COMENTARIO
Rabán lojanán plantea a sus discípulos la búsqueda de una virtud a la cual adherirse, a través de la cual se pueda cumplir cabalmente la Torá, sus normas éticas, no sólo la letra sino, fundamentalmente, su espíritu. Sus respuestas reflejan obviamente su modo de ser, sus respectivas personalidades. Para ello les aconseja salir de sí mismos (“salid y ved”), cortar con conceptos e ideas preconcebidas y aceptar la verdad sin condiciones.
El que tiene ojo generoso será bendito porque da de su pan al desamparado. Proverbios 22,9
Rabí Eliezer propone la visión positiva (ayin tová, en hebreo), es decir encarar la vida con benevolencia y espíritu positivo. Así como absorbía con fruición cada palabra de sus maestros, de la misma forma ponía todo su empeño en transmitir toda su sapiencia a sus discípulos. No sentía celos de ellos ni envidiaba su éxito. Por el contrario, se sentía feliz tanto con los logros propios como con los de los demás.
Cuando Eliezer responde sobre la vía opuesta que se debe evitar, dice: un “mal ojo”, o sea una visión negativa, un enfoque mezquino y miserable frente al mundo; es para quien lo propio nunca es suficiente y lo ajeno es siempre demasiado. A esto se refiere el versículo: “cuida de no abrigar en tu corazón estos perversos pensamientos... para mirar entonces con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada” (Deuteronomio 13,9), y también el proverbio: “No comas el pan de aquél que tiene ojo maligno” (Proverbios 23,6).
Trátase de individuos de los cuales la sociedad no obtiene provecho o aporte beneficioso alguno.
Pues si uno de ellos cayese un amigo lo levantará.
Eclesiastés 4,10
Rabí Yeoshúa propone: un buen amigo (javer tov). Implica cultivar la camaradería y la capacidad de brindarse al otro, sin rehuir esfuerzos o sacrificios en bien del compañero; ser sensible a sus necesidades, alegrándolo cuando está deprimido, apoyándolo cuando tambalea. Como dice el sabio: “¡Ay de aquél que estuviese solo cuando cayese, y no tenga segundo que lo levante!” (Eclesiastés 4,10).
Rabí Yeoshúa no era solo un gran sabio sino también una persona que se mezclaba con la gente fomentando la unión y la camaradería entre las personas. Para él la Torá era siempre la suprema ley de bondad y dedicación al servicio de la sociedad.
Por lo tanto no es de extrañar que distinguiese a la amistad verdadera como la cualidad humana más deseable.
Pues más vale el vecino allegado que el hermano alejado.
Proverbios 27,10
Rabí Iosei afirma: un buen vecino (“shajen tov”). El amor al prójimo comienza con los más próximos, con quienes se establece una relación de convivencia diaria. Es ahí donde se verifica el test del amor al otro, en la medida que hay acercamiento, cooperación y cordialidad; o por el contrario, críticas, quejas, reclamaciones y demandas.
Una relación de buena vecindad implica el respeto por la privacidad y los derechos de otros, creándose así un clima de confianza y mutua consideración.
Es conocida la influencia del medio en el comportamiento de las personas, de la forma en que una persona honesta puede corromperse en un ambiente tóxico, o viceversa, cómo un hombre perverso puede regenerarse en un ambiente moralmente elevado. Por lo tanto, buenos vecinos y buena compañía pueden hacer la diferencia en cuanto a calidad de vida y en relación a la observancia del judaísmo.
Cuando no hay hombres de visión el pueblo se corrompe.
Proverbios 29,18
Rabí Shimón dice: “prever el futuro” (“haroé et hanolad” ): es el anticiparse a lo que vendrá y actuar en consecuencia; el tener la habilidad de proyectar y percibir racionalmente los resultados de nuestras acciones. Es el atributo de la sabiduría. “¿Quién es el sabio?” se pregunta en el Tálmud: “quien prevé el futuro” (Tamid 32 a).
Los necios actúan guiados por las presiones del momento sin preocuparse de lo que vendrá después. El sabio toma en cuenta las derivaciones o resultados posibles, para actuar en el presente.
Es interesante notar que a diferencia de sus colegas, Rabí Shimón no formula en términos negativos el camino del cual se ha de alejar el hombre. En vez de decir “quién no prevé el futuro”, enuncia en cambio un caso concreto: “el que toma prestado y no paga” . Toma un ejemplo real y dramático de imprevisibilidad perversa. La persona que no cumple con sus obligaciones se degrada y descalifica como persona y compromete además la paz y la armonía entre los seres humanos. Más allá de lo legal, el judaísmo lo considera como una falta moral y religiosa de primera magnitud. Rabí Elazar propone: “un buen corazón” (lev tov).
Por encima de todo guarda tu corazón porque de él brotan las fuentes de la vida. Proverbios 4,23
En realidad ““lev” es un término más amplio que su traducción literal: “corazón”. Su significado rebasa el de un órgano corporal, incluyendo: sentimiento, deseo, razón, decisión. El corazón es asociado, entonces, a los atributos humanos más dignos. “Lev tov” (buen corazón) alude a nobleza de carácter, sensibilidad, bondad y amplitud mental, cualidades éstas que se irradian a todas las facetas de la personalidad.
Avot de Rabí Natán acota: “Un buen corazón hacia el cielo y hacia las personas”, es decir, integridad y pureza interior.
El corazón es el órgano más delicado y decisivo, fuente de todas las potencialidades y acciones, para el bien o para el mal.
La Torá de Moisés comienza con la letra “bet”y concluye con la letra “lamed”, uniéndolas se forma la palabra “lev”, corazón, que es mencionada 32 veces en la Torá (32 es el valor numérico de “lev” en hebreo).
Es a través del “lev” que el hombre se eleva y se transforma en ser humano, capaz de un encuentro verdadero entre él y su prójimo.
Según el maestro, Iojanán ben Zacai, en la bendición de poseer y cultivar un buen corazón se incluyen los demás atributos que ennoblecen la existencia.
Al concluir la primera ronda de respuestas, Rabán Iojanán desea verificar si sus alumnos mantienen las posiciones previas al inquirir sobre la misma pregunta, esta vez en sentido opuesto, es decir, cuál es la vía negativa que se debe evitar.
Rabán Iojanán reitera su conclusión anterior privilegiando la respuesta de Rabí Elazar ben Araj.
RESEÑA BIOGRÁFICA DEL SABIO
Rabán Iojanán ben Zacai (ver pág. 190)
COMENTAN LOS SABIOS
• Una visión positiva: es la habilidad de ver el lado positivo de las cosas, actual o potencial. Cuando Moisés vio la condición miserable de los hijos de Israel en Egipto, pensó que no eran merecedores de la salvación y dijo: “¿Quién soy yo para dirigirme al Faraón, y saque a los israelitas de Egipto?” En otras palabras, según Rashi, Moisés preguntaba a Dios: ¿cuál es el mérito de los judíos para que les traigas un milagro y los liberes de Egipto? Mas el Eterno le respondió: “He visto el tormento de mi pueblo. Tú, Moisés, has visto una sola faceta, yo veo las dos. En su pobreza espiritual también percibo la razón de la misma: que están en Egipto, es decir, que es el resultado de las condiciones de opresión que soportan; mas serán distintos una vez redimidos en su propia tierra” .
• “Javerim Kol Israel” (la amistad de todo Israel)
En la oración del Shabat previo el Nuevo Mes (Rosh Jodesh) se menciona el siguiente ruego:
“Él, que milagrosamente redimió a nuestros padres de la esclavitud tornándolos libres, nos redima prontamente y reúna a nuestros dispersos desde los cuatro rincones de la tierra, a todo Israel unido en amistad hacia Jerusalem, Ciudad Santa” (del Majzor Vitri).
De esta oración se desprende que la tan anhelada redención depende del amor reciproco entre unos y otros, y por ello “javerim kol Israel” , todo Israel debe formar un círculo de amistad y mutua responsabilidad.
DEL FOLKLORE JASÍDICO
De cómo el rabí de Sasov aprendió a amar
• Rabí Moshé Leib contaba esta historia: “El modo de amar a los hombres es algo que aprendí de un campesino. Éste se hallaba sentado con otros en una taberna, bebiendo. Durante largo rato estuvo tan silencioso como los demás, hasta que en cierto momento, movido por el vino, preguntó a uno de los que estaban a su lado: Dime, ¿me amas o no me amas?” El otro contestó: “Te amo mucho” . Pero el primero objetó: “Dices que me amas, pero no sabes lo que necesito. Si realmente me amaras, lo sabrías” . El otro no tuvo palabras ante esta afirmación, y el campesino que había hecho la pregunta quedó en silencio, nuevamente.
“Pero yo entendí. Conocer su necesidad y soportar la carga de sus padecimientos, en esto consiste el verdadero amor a los hombres.”
Un buen corazón