Zen para samuráis urbanos - Antonio Antefermo - E-Book

Zen para samuráis urbanos E-Book

Antonio Antefermo

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Beschreibung

Aprende a controlar las emociones negativas como un samurái. Los samuráis, conocidos por sus valores dentro y fuera del campo de batalla, deben su fama de guerreros invencibles no tanto a la fuerza física como a la capacidad de mantener una mente serena y lúcida incluso en las situaciones más difíciles. En este libro, pensado como un manual de autodefensa frente al estrés, la ansiedad y los miedos, el autor, experto psicólogo y divulgador, expone algunos conceptos fundamentales extraídos de la actitud zen ante la vida que se pueden trasladar a nuestra realidad cotidiana y que son útiles ante los desafíos que cada cual afronta en su día a día. La lectura de esta obra, que combina hábilmente metáforas sugerentes, píldoras de sabiduría y ejercicios, nos enseña cómo avanzar por la senda del autoconocimiento y la gestión de nuestras emociones hasta convertirnos en verdaderos samuráis urbanos capaces de vivir con mayor bienestar y plenitud. Un libro práctico y con ilustraciones con un toque oriental para hacer frente al estrés, la ansiedad y los miedos que nos atenazan en la vida cotidiana. El libro combina de forma atractiva y sugerente principios de la psicología y de la actitud zen ante la vida. Con ejercicios que ayudan al lector a avanzar en el autoconocimiento y la gestión de las emociones.

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ANTONIO ANTEFERMO

ZEN PARA SAMURÁIS URBANOS

MANUAL DE SUPERVIVENCIA CONTRA EL ESTRÉS, LA ANSIEDAD Y EL MIEDO

Traducción de Maria Fuentes Parés

Título original inglés: Lo zen per samurai metropolitani.

Autor: Antonio Antefermo.

© Giunti Editore S.p.A., 2023.

Firenze-Milano

www.giunti.it

La edición española realizada por RBA Libros y Publicaciones, S.L.U. ha sido publicada gracias a un acuerdo con Oh! Books Literary Agency.

© de la traducción: Maria Fuentes Parés, 2024.

Diseño de la cubierta, del interior y de las ilustraciones: Enrico Albisetti.

© Fotografía del autor: Youness Taouil.

© de esta edición: RBA Libros y Publicaciones, S.L.U., 2024.

Avda. Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.

rbalibros.com

Primera edición: marzo de 2024.

ref: obdo295

isbn: 978-84-1132-702-2

aura digit • composición digital

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Todos los derechos reservados.

Dedicado a mi hijo Mattia,

el pequeño maestro zen que cada día,

con la sabiduría de quien todavía sabe asombrarse de todo,

me enseña a vivir con ligereza y curiosidad.

CONTENIDO

NOTA AL LECTOR

INTRODUCCIÓN

Mi psicología zen

En la mente de un samurái

Entre mito y realidad

La historia zen

Cómo leer este manual

1. EL CAMINO DEL GUERRERO

¿Por qué luchar?

Los valores del

bushido

EJERCICIO 1

2. NAVEGAR EN UN MAR TEMPESTUOSO

Watame y el oso

Bajo un cielo estrellado

Elige siempre tus valores

Prepararse para el viaje

EJERCICIOS 2-3

3. VIVIR O MORIR

el principio de la determinación

El camino del samurái es la muerte

Aprender a fracasar

EJERCICIOS 4-6

4. SEMILLAS DE CONCIENCIA

una mente que divaga es una mente infeliz

Llevar la conciencia a la vida cotidiana

EJERCICIO 7

5. ANCLARSE A LA RESPIRACIÓN DURANTE LA BATALLA

Si falta el aire

Los beneficios de la respiración diafragmática

La práctica de atención plena por excelencia

EJERCICIOS 8-11

6. EL ZEN EN LA VIDA COTIDIANA

el arte de encontrar la belleza en las cosas pequeñas

El poder de la conexión

EJERCICIOS 12-15

7. VOLVER A CASA

Dar al cuerpo la atención que se merece

Kinhin

: llevar la meditación a cada paso

EJERCICIOS 16-18

8. CALMA Y CABEZA FRÍA

El maestro Haruki

El maestro Bokuden

EJERCICIO 19

9. LA ILUSIÓN DEL CONTROL

¿Qué tiempo hace?

Detener la batalla interior

Cómo hacer espacio al dolor

Emociones limpias y sucias

EJERCICIO 20

10. LA ACEPTACIÓN DEL DOLOR

Deja que la lluvia te moje

Aceptar el dolor

El maestro Hakuin

Liberarse de cargas innecesarias

EJERCICIOS 21-23

11. MIRAR A LOS PROPIOS DEMONIOS A LA CARA

Noches embrujadas

O-nami y el maestro Hakuju

Elegir nuestras batallas

Convierte a tu matón interior en un aliado

El palo y la zanahoria

A una distancia segura

EJERCICIOS 24-30

12. LA COMPASIÓN DEL GUERRERO

El samurái y el joven monje

El

dojo

Abraza a tus demonios

A veces basta con una caricia

EJERCICIOS 31-33

13. EL ARTE DE LA FLEXIBILIDAD

¿Cielo o infierno?

Seguir la corriente

No caigas en la trampa

El

jiu-jitsu

EJERCICIO 34

CONCLUSIÓN

Con cada final, un nuevo comienzo

Es el momento de actuar

NOTAS

Navegación estructural

Cubierta

Portada

Créditos

Dedicatoria

Índice

Comenzar a leer

Notas

Nota al lector

Antes de emprender el camino de los antiguos samuráis, ármate de valor y paciencia: el zen requiere tiempo, dedicación y práctica constante. A través de los principios y técnicas compartidos en estas páginas, poco a poco serás capaz de gestionar el estrés, la ansiedad y los miedos de una forma cada vez más eficaz y equilibrada; a la larga, conseguirás más tranquilidad y un mejor conocimiento de ti mismo, lo que te ayudará a afrontar tus batallas con determinación y calma en el corazón.

Como psicólogo clínico y apasionado, he estudiado y profundizado en la filosofía y la cultura del samurái para ayudar a mis pacientes a superar los desafíos de su vida cotidiana, y puedo dar fe de que muchos lo han conseguido.

Por eso te animo a que, a partir de ahora, mantengas la mente abierta y consideres todos los planteamientos e ideas que te surjan, pues puede que marquen la diferencia. Lo importante es que dediques un poco de tiempo cada día a poner en práctica lo que aprendas para que puedas experimentar los beneficios con el tiempo.

Si estás dispuesto a explorar nuevas posibilidades y abrazar una perspectiva de vida diferente, este libro puede ser el compañero ideal para tu viaje de crecimiento personal. No solo cultivarás tu bienestar psicológico, sino que descubrirás una forma más plena y satisfactoria de estar en el mundo, sin perderte ni un momento.

Te deseo una buena lectura.

Antonio, @lopsicologozen

Introducción

En la mente se origina el sufrimiento;

en la mente se origina el cese del sufrimiento.

buda

Mi psicología zen

Ser humano es complicado. El dolor y la decepción son inevitables y fundamentales en la experiencia humana. Parece que la primera persona que se dio cuenta de ello y que trató de buscar un remedio para esta afección fue el propio Buda. Muchos, entre los que me incluyo, creen que Gautama Siddharta, que vivió hace unos dos mil quinientos años, fue el primer psicólogo que caminó sobre el planeta. De hecho, el budismo, despojado de su apariencia de religión oriental, puede considerarse un enfoque psicológico orientado al bienestar del individuo, totalmente coherente con la psicología científica moderna, como demuestran varios protocolos de tratamiento basados en la evidencia empírica de sus principios, en particular el MBSR (Mindfulness Stress Based Reduction) y el MBCT (Mindfulness Based Cognitive Therapy).

El protocolo MBSR fue desarrollado por el profesor Jon Kabat-Zinn en la década de 1970, y se utiliza principalmente para reducir el estrés y el dolor crónico, así como para fomentar el bienestar general. El programa se basa en una combinación de prácticas de meditación, conciencia corporal y yoga que ayudan a desarrollar una mayor conciencia en el momento presente. El objetivo es aprender a gestionar el estrés, mejorar la calidad del sueño, aumentar la fortaleza emocional y ganar calidad de vida.

Por su parte, el programa MBCT, desarrollado por Zindel Segal, Mark Williams y John Teasdale, es un protocolo diseñado específicamente para afrontar las recaídas de la depresión. Combina elementos de la terapia cognitivo-conductual (TCC) con prácticas de atención plena. El objetivo principal de esta vía es ayudar a las personas que han experimentado episodios depresivos a reconocer y gestionar los pensamientos y las emociones asociados mediante el aprendizaje de la atención plena en el momento presente.

A diferencia de los enfoques tradicionales sobre el malestar psíquico, que intentan buscar los orígenes del sufrimiento actual en la historia del paciente, la psicología budista se focaliza mayormente en cómo nos relacionamos con la experiencia en el momento presente. Reconoce que el dolor, sea físico o emocional, es una parte inevitable de la vida, y que somos los seres humanos quienes generamos más sufrimiento a través de cómo reaccionamos a lo que nos ocurre. Como cuando, por ejemplo, por miedo a estar a solas con nuestros pensamientos y emociones, buscamos distraernos con la música, la comida, el sexo o el trabajo. Sin embargo, huir de lo que no nos gusta nos impide conectar con nosotros mismos y nuestras necesidades y, en consecuencia, vivir una vida plena en consonancia con lo que realmente nos importa. Como descubriremos juntos, lo que funciona a corto plazo para eliminar el dolor, a menudo no genera resultados a largo plazo. Al contrario, se convierte en el mayor alimento de nuestra ansiedad y de nuestros miedos.

El filósofo Alan Watts escribió: «Si nos fijamos en estilos de vida como el budismo, vemos que no hay ni filosofía ni religión tal y como las entendemos en Occidente. Más bien encontramos similitudes a la psicoterapia».1

En efecto, tanto el budismo como la psicología moderna buscan comprender la naturaleza de la conciencia y se esfuerzan por ayudar a los seres humanos a liberarse del sufrimiento. Para conseguir este resultado, el budismo, igual que hace la psicología científica, fomenta el desarrollo de una mayor autoconciencia, la aceptación de la existencia tal como es y la capacidad de vivir con gratitud y sentido. Mi psicología zen combina los principios del budismo y los integra con los enfoques modernos de la psicología para el bienestar mental, como la ACT (AcceptanceCommitment Therapy) y los tratamientos basados en la atención plena y la autocompasión. Esto ofrece un método práctico para conocerse mejor a sí mismo y al mundo y ganar las batallas de la vida cotidiana como un auténtico samurái. En concreto, la ACT —un tipo de terapia basada en la aceptación y el compromiso— es un modelo de intervención con fundamento científico cuyo objetivo es incrementar la flexibilidad psicológica, un ingrediente fundamental para mejorar los niveles de bienestar personal y lograr una vida rica y plena. Construir una mente flexible significa desarrollar la capacidad de adaptación y responder eficazmente a las diferentes situaciones de la vida, a pesar de la presencia de pensamientos, emociones o sensaciones desagradables, tal y como un verdadero samurái es capaz de adaptarse con rapidez y lucidez a las diferentes situaciones que pueden surgir en una batalla. Gracias a esta actitud mental nos abrimos a la posibilidad de experimentar y aceptar plenamente nuestras experiencias internas, incluso los pensamientos más dolorosos, sin dejarnos llevar ni bloquear por ellos.

En la mente de un samurái

El término japonés mushin puede traducirse por no-mente o mente vacía. Hirokazu Kanazawa, karateca y maestro de esta disciplina marcial japonesa, definió mushin como la mente vacía que se encuentra en un estado de control absoluto. Se trata de un estado mental de concentración total en la que todos los recursos de la atención se focalizan en un único objeto. Los samuráis practicaban la meditación zen para conseguir este estado mental y vencer así el miedo a la muerte. Para ser buenos guerreros, tenían que liberarse de la incertidumbre y concentrarse exclusivamente en el duelo. Una mente inquieta, llena de ansiedad y miedo, no podía ser un buen aliado en el campo de batalla. Cada vacilación y distracción causada por un pensamiento que cruzara el espacio mental durante un combate podía ser fatal. Jeffrey K. Mann comenta: «La presencia mental del mushin es una conciencia total, sin el impedimento del pensamiento consciente».2 Por tanto, el samurái optimiza las posibilidades de éxito manteniendo la atención sobre las acciones de su oponente y moviéndose en consecuencia, tratando de esquivar los golpes y contraatacar en una danza continua. Las técnicas aprendidas durante años y años de entrenamiento, gracias a la repetición metódica de movimientos realizados miles de veces con pleno control consciente del cuerpo, se manifiestan de forma espontánea, sin la intervención del pensamiento consciente. Por ejemplo, el ojo que ve una abertura en la armadura del oponente y las manos expertas que guían la katana hacia ese punto preciso, sin ninguna intromisión por parte del pensamiento consciente, que da la orden: «Golpea ahí, ahora».

Sin embargo, la espontaneidad de este flujo libre no es una simple reacción inconsciente a los estímulos del mundo que le rodea. Por el contrario, en el estado de no-mente, el samurái está constantemente consciente de todo lo que ocurre a su alrededor. Actúa, no reacciona. Como escribió Hellman en su libro La mente del samurái: «En el estado de mushin desaparece el pensamiento y con él todas las diferencias entre el yo y el oponente, entre la victoria y la derrota, la espada y la no-espada. Así, el movimiento del samurái está libre de técnica, es del todo espontáneo y está preparado para responder a los acontecimientos del combate. De ese modo, vence incluso antes de desenvainar la espada».3

Sin embargo, estas son las palabras del maestro zen Takuan Sôhô: «La mente debe estar siempre en el estado del agua que fluye, sin detenerse en ningún punto. Cuando el flujo se interrumpe, esta interrupción bloquea la tranquilidad de la mente. En el caso de la espada, significa la muerte. Cuando el espadachín se encuentra frente a su adversario, no debe pensar en él, ni en sí mismo, ni en los movimientos de la espada de su enemigo. Solo debe empuñar la espada, prescindiendo de la técnica, dispuesto únicamente a seguir los dictámenes del subconsciente. El hombre se ha eliminado a sí mismo como poseedor de la espada. Cuando golpea, no es el hombre, sino la espada en la mano del subconsciente del hombre la que golpea».4

Leyendo este manual aprenderás a fluir con los acontecimientos sin que te abrumen. Mantener la mente como agua que fluye te ayudará a no atascarte en una vida que no te pertenece, y a abrir el camino y afrontar las circunstancias de forma fluida. En la vida moderna, a menudo nos enfrentamos a situaciones imprevistas y desafíos inesperados. Una actitud mental flexible te permitirá gestionar estas situaciones sin que las emociones y el estrés te superen. Si fluyes como el agua, podrás adaptarte rápidamente a lo nuevo, encontrar soluciones creativas a los problemas y mantener la calma.

Entre mito y realidad

La clase de guerreros conocidos como samuráis se estableció en Japón entre los siglos xii y xix. Su figura se ha idealizado con el tiempo a causa de películas, novelas y otros medios audiovisuales, que han contribuido a crear una imagen romántica de los samuráis, presentándolos como guerreros valientes que sienten devoción por su señor y que son seguidores del bushido, el código ético que enfatizaba virtudes como el valor, el honor y el autocontrol, y sugería una muerte digna en batalla en lugar de la rendición o la huida.

En este libro he intentado extrapolar algunas de las lecciones más importantes que podemos aprender de estos nobles guerreros para aplicarlas en nuestras vidas y afrontar nuestras batallas cotidianas con valentía y determinación. Lecciones que personalmente he aprendido y puesto en práctica y que me han ayudado a superar los momentos más difíciles de mi vida.

Sin embargo, veo necesario subrayar que la realidad histórica es mucho más compleja que eso. Inicialmente, los samuráis eran guardias armados al servicio de los señores feudales, cuya tarea era proteger sus tierras; pero, con el paso del tiempo, fueron adquiriendo cada vez más poder y un papel social más importante. A menudo participaban en conflictos armados y formaban parte de un sistema feudal en el que el estatus se basaba en el linaje y la clase social.

A pesar de su reputación de guerreros nobles y disciplinados, al fin y al cabo, los samuráis también eran hombres sujetos a emociones, con motivaciones e intereses personales. Por eso, también había samuráis que cometían actos de deshonor o que abusaban de su poder, pues no todos seguían el bushido al pie de la letra o eran devotos de su señor. Algunos de ellos actuaban de forma egoísta y se involucraban en actos violentos y fratricidas, como Oda Nobunaga (1534-1582), apodado el Rey Demonio. Un caso más complejo es el de Miyamoto Musashi. Las interpretaciones de su relato varían mucho según las fuentes y los historiadores. A veces se le considera un icono del bushido y otras un hombre de temperamento violento y modales poco honorables. Musashi fue, sin duda, un guerrero hábil, artista y filósofo. Por otra parte, llevó durante años la vida de un ronin (samurái sin amo). Vagó por Japón en busca de otros espadachines a los que retar en duelos mortales con el objetivo principal de mejorar su técnica con la espada (se dice que hubo más de sesenta duelos, incluido uno con un joven de solo trece años de la escuela Yoshioka). También se sabe que Musashi tenía la costumbre de llegar tarde a los duelos para irritar a sus adversarios y hacerles perder los nervios. Probablemente fue el primer guerrero japonés en estudiar la personalidad y las debilidades del enemigo para usarlas en su propio beneficio, un enfoque del combate que sin duda no estaba en consonancia con los principios del bushido y no era bien visto por los otros samuráis.5

De todos modos, más allá de los casos concretos, el sistema feudal que sustentaba a los samuráis era a menudo violento y opresivo con las clases sociales más bajas. Por esa razón, muchos de ellos se vieron involucrados por motivos de fuerza mayor en acciones que causaban sufrimiento y desigualdad social.

Además, su figura se usaba a menudo en la propaganda nacionalista del gobierno japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Esto alimentó la imagen del samurái como un guerrero invencible y leal a su patria, pero también provocó una gran distorsión histórica.

En resumen, los samuráis fueron una clase de guerreros que desempeñaron un papel importante en la historia de Japón, pero la imagen romántica del samurái valiente y devoto al bushido no representa la realidad.

La historia zen

En el tejido narrativo de este libro encontrarás numerosas historias zen. Algunas forman parte de la tradición budista, y otras son cuentos y diálogos tradicionalmente denominados koan, utilizados a lo largo de los siglos como herramienta de enseñanza para transmitir la sabiduría zen y ayudar a los estudiantes a contemplar la naturaleza de la realidad y de la mente.

Estos relatos presentan a menudo situaciones paradójicas, aparentemente sin sentido o contradictorias, que no pueden comprenderse del todo mediante el pensamiento lógico o racional. El objetivo de estas historias es ayudar a romper los hábitos del pensamiento convencional y, en su lugar, fomentar una percepción más directa e inmediata de la realidad. Muchas veces se utilizan para ilustrar conceptos como la compasión, la interconexión de todas las cosas, el desapego y la importancia del momento presente.

Me gustaría recalcar que su recopilación e interpretación no fue tarea fácil. De hecho, a causa de la naturaleza predominantemente oral de la tradición zen, encontrar fuentes originales resultó ser una tarea ardua, a menudo incluso imposible.

Otros relatos, en cambio, son metáforas muy utilizadas en el ámbito terapéutico de la psicología en todo el mundo para ayudar a los pacientes a desbloquear algunos de sus recursos interiores y que yo he reformulado para que se adapten mejor a la narración «marcial» de este camino de crecimiento personal y emocional para los samuráis urbanos.

Cómo leer este manual

Afortunadamente, la mayoría de nosotros no vivimos nuestro día a día en el campo de batalla. Nuestras vidas son «cómodas», no tenemos que vigilar nuestras espaldas a cada segundo para sobrevivir o empuñar una katana para resolver un conflicto en el trabajo o con la familia.

Sin embargo, muchos de nosotros vivimos con la ansiedad constante de pensar que, en cualquier momento, algo puede ir mal. Nuestras mentes modernas nos agobian con problemas y fantasías catastróficas mientras intentamos vivir el día a día lo mejor posible. Por este motivo, creo que introducir el zen en nuestras vidas puede ser tan útil como lo fue para esos nobles guerreros. Si ayudó a un samurái a superar el miedo a morir en el campo de batalla y lo convirtió en un luchador excepcional, también nos puede ayudar a nosotros, los samuráis urbanos modernos, a gestionar la ansiedad y el estrés y a vencer nuestras batallas del día a día.

Así que imaginé este libro como un verdadero manual de autodefensa contra el estrés, la ansiedad y los miedos que todos afrontamos cada día al intentar tener una vida gratificante.

En cada capítulo encontrarás los conceptos fundamentales de la psicología zen, explicados a través de metáforas, relatos de las hazañas de algunos de los grandes samuráis del pasado e historias zen que te ayudarán a comprender el poder de los principios en los que se basa mi psicología y a entender de inmediato cómo aplicarlos en tu vida. Durante la lectura, conocerás también algunas de las personas que a lo largo de los años han confiado en mí en momentos difíciles que han conseguido superar. Al final de los capítulos, a menudo encontrarás cuestionarios, formularios y meditaciones que te ayudarán a entrenar la mente de manera práctica y metódica para que sea fuerte y esté preparada como la de un verdadero samurái.

Te recomiendo dedicar a cada capítulo el tiempo necesario para la lectura y la comprensión del contenido (tu tiempo «necesario»), para luego poder pasar a los ejercicios poco a poco.

1El camino del guerrero

He descubierto que el camino del samurái es la muerte;

es necesario prepararse para la muerte día tras día.

yamamoto tsunetomo

¿Por qué luchar?

Imagina que eres un samurái y que debes defender tu país de un ejército invasor que quiere conquistarlo y someter a la población. Inicias una feroz batalla para expulsar al enemigo del territorio, pero durante el combate te das cuenta de que los invasores están avanzando cada vez más rápido, derribando todas las defensas, una tras otra. Tú, junto con tus soldados, tienes la misión de proteger la residencia del daimio, y representas la última esperanza para la nación de hacer retroceder el ataque enemigo, aunque eres consciente de que las posibilidades de salir con vida del campo de batalla son prácticamente nulas.

En ese momento tienes dos opciones: huir antes de que llegue el contingente enemigo y sobrevivir, poniendo así a tu líder y al país entero a manos del ejército invasor, o esperar a que llegue tu adversario, desenvainar tu katana y luchar mientras vivas.

Si eliges la segunda opción, desde luego no será porque quieres morir, sino porque habrás decidido mantenerte fiel a tus valores y a tu honor como guerrero. De hecho, un verdadero samurái dedica su vida a una causa que va más allá de su propio interés personal y está dispuesto a luchar hasta el final para defender los valores a los que ha jurado lealtad.

Enfrentarse al enemigo con un espíritu indomable y sin dudar son cualidades que todo samurái moderno debe representar si quiere derrotar a sus adversarios en el campo de batalla. Sin embargo, en la era actual, nuestros enemigos no son de carne y hueso y no llevan armadura. El campo de batalla es nuestra mente y los adversarios a los que tenemos que enfrentarnos cada día para lograr construir una vida de valor y alcanzar nuestros objetivos se esconden en lo más profundo de nuestra alma. Una vez más, se trata de nuestros miedos, inseguridades y creencias que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Si quieres acabar con estos demonios, deberás encontrar algo por lo que valga la pena luchar y, si es preciso, «morir».

Los valores del bushido

Los samuráis seguían un rígido código de conducta que guiaba sus acciones, el bushido, que literalmente significa «el camino del guerrero». Inspirado en las doctrinas del budismo y el confucianismo adaptadas a la casta guerrera, este conjunto de normas morales y espirituales exigía el respeto de siete valores que debían perseguirse hasta la muerte. Veámoslos en detalle.6

GI (義) – SENTIDO DE LA JUSTICIA

Este principio exigía a los samuráis crear su propio sentido de la justicia y actuar de manera honrada en las relaciones humanas.

Un guerrero tenía que aprender a discernir entre lo que consideraba personalmente correcto e incorrecto y seguir estas directrices hasta la muerte. Esta forma de pensar se traducía en la capacidad de tomar decisiones sabias sin vacilar, atacar cuando se tenía que atacar, y morir cuando se tenía que morir.

YU (勇) – VALENTÍA

El verdadero guerrero era aquel que se mantenía imperturbable incluso en las situaciones más peligrosas. El samurái sabía afrontar cualquier amenaza con valentía y espíritu indomable. Eso no significa correr riesgos inútiles o implicarse en duelos banales cada día, sino analizar cada situación teniendo en cuenta los propios valores.

Según Confucio, no hay valor que no tenga en cuenta la justicia. El valor de un samurái residía en su fuerte sentido de la justicia. Realizar una hazaña excepcional y temeraria pero injusta no era en absoluto una acción propia de un samurái. Como explica Ryûichirô Misaki: «Una persona realmente valiente tiene un alma generosa y tranquila, nada le coge por sorpresa, y nada altera el equilibrio de su espíritu».7

JIN (仁) – COMPASIÓN

La actitud compasiva frente a los débiles se consideraba un valor para los samuráis y, por tanto, se cultivaba dentro y fuera del campo de batalla. Ser valiente significaba desafiar a un enemigo más fuerte, no imponerse a uno que fuera claramente inferior. La fuerza de estos guerreros procedía de su entrenamiento militar y era su obligación poner este poder al servicio de toda la comunidad, especialmente de las mujeres y los niños. Según los principios del bushido, los samuráis debían aprovechar cualquier oportunidad posible para mostrar compasión. Si no se presentaba la ocasión, tenían que crearla.

REI (礼) – AUTÉNTICA CORTESÍA

Este principio del bushido recordaba a todo samurái que no tenía motivos para comportarse con crueldad y que no debía mostrar sus habilidades a toda costa. Un verdadero guerrero no era respetado solamente por sus habilidades como luchador, sino también por su conducta fuera del campo de batalla y por su capacidad de resolver los conflictos sin necesidad de desenvainar la espada. La cortesía de la que habla el antiguo código de los samuráis está arraigada en la tolerancia y en la misericordia. Tener un alma noble e imperturbable significa no tener espacio para el odio, la arrogancia, el resentimiento o el rencor. Un samurái no debía ser nunca arrogante con nadie, y menos con su adversario. La educación de los buenos modales representaba en todos los sentidos una formación moral y espiritual, no solo cívica. Aprendiendo a poner cuidado y precisión en cada detalle —como es habitual, por ejemplo, en la ceremonia del té—, el hombre es capaz de transmitir amabilidad en cada uno de sus movimientos y expresar elegancia y un sentido de nobleza espiritual también a través del cuerpo. El rei permite conectar con los demás de forma genuina, y esto significa sentir las emociones del adversario como si fuesen propias, con mucha empatía. Por eso los samuráis reconocían y respetaban siempre el valor de su enemigo.

MAKOTO (誠) – COMPLETA HONESTIDAD

La promesa de un samurái era más importante que la propia vida y, en caso de que resultase ser una mentira, el único remedio posible era el seppuku, el suicidio ritual. Según Ryûichirô Misaki: «En el bushido, mentir se considera la debilidad del espíritu».8

La mentira y el engaño se consideraban acciones cobardes. Para un samurái, no había diferencias entre hablar y actuar.

Un guerrero no necesitaba prometer nada, ya que siempre cumplía con lo que había dicho. No respetar la palabra era una muestra de deshonor. Por ese motivo, los samuráis no recorrían a un contrato escrito, pues no era necesario.

MEIYO (名誉) – HONOR

Vivir una vida honorable para un samurái significaba encarnar los principios del bushido y llevar una existencia honrada dedicada a construir una sociedad mejor. Los mayores obstáculos para alcanzar un alma de esta grandeza y las cualidades que debían distinguirla eran el ego y el apego, que podían hacer vacilar y perder el rumbo incluso al guerrero más experto. Según este principio del bushido, solo había un juez del honor del samurái: él mismo. Solo sus decisiones y sus acciones podían decir mucho de él y de su valentía.

CHUGI (忠義) – DEBER Y LEALTAD