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Los estudios e interpretaciones que sobre los grupos humanos de África han realizado antropólogos, arqueólogos, historiadores, geógrafos, lingüistas y otros expertos son profusos, complejos y contradictorios. Esta obra tiene un objetivo preciso: poner en manos del lector una muestra palpable de la diversidad cultural, lingüística, geográfica y socioeconómica del continente africano a partir de sus propios pueblos y de los múltiples procesos migratorios ―desde otras latitudes― que han engrosado la población de ese inmenso territorio, aún muy poco poblado y con grandes perspectivas de desarrollo.
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Veröffentlichungsjahr: 2022
Edición: Enid Vian Edición para ebook: Gilma Toste Rodríguez
Diseño interior: Dania Iskra Carballosa Fuentes y Carlos Javier Solis Méndez
Diseño de cubierta: Daniel A. Delgado López
Realización de imágenes: Elvira Corzo Alonso
Emplane digitalizado: Irina Borrero Kindelán Corrección: Lic. Carlos A. Andino Rodríguez
© Jesús Guanche Pérez y Carmen Corral Barrero, 2019
© Sobre la presente edición:
Editorial de Ciencias Sociales, 2021
Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar, por escrito, su opinión acerca de este libro y de nuestras publicaciones.
ISBN 9789590622748
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Instituto Cubano del Libro
Editorial de Ciencias Sociales
Calle 14, no. 4104 e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba
www.nuevomilenio.cult.cu
A la memoria y presencia de Fidel Castro Ruz, por su permanente relación con los procesos
de liberación de diversos pueblos de África;
al legado de Nelson Mandela (Madiba),
ejemplo imperecedero de resistencia y
perseverancia por las causas justas.
Porque el camino de la verdad
resulta largo pero alcanzable.
Al Instituto Cubano de Antropología (ICAN), a la Facultad de Español para no Hispanohablantes de la Universidad de La Habana, al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, a la Fundación Fernando Ortiz, al Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC), a la Casa de África de la Oficina del Historiador de la Ciudad, a la Oficina Regional de Cultura UNESCO-Habana, al Centre for Black and African Arts and Civilization (CBAAC) de Cross River, Nigeria, a Miguel Ángel García Velasco, por el apoyo bibliográfico, al lingüista Sergio Valdés Bernal, por las atinadas sugerencias. A las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, sitios y portales Web, colegas y amistades que contribuyeron con datos, criterios e imágenes. A los doctores Paul Lovejoy, por el acceso a la base de datos sobre África de la Universidad de York, Canadá; e Ivor Miller, por facilitar encuentros de trabajo en Cross River, Nigeria. Al Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, por el acceso a Internet.
El presente Diccionario etnográfico tiene el propósito de poner en manos del lector una muestra palpable de la diversidad cultural, lingüística, geográfica y socioeconómica del continente africano, a partir de sus propios pueblos y de múltiples procesos migratorios desde otras latitudes que han venido a engrosar la población de este vasto territorio.
África es un inmenso continente aún muy poco poblado y con grandes perspectivas de desarrollo. Constituye la tercera masa terrestre del mundo según su extensión geográfica. Limita al norte con el mar Mediterráneo, al oeste con el océano Atlántico, al sur con los océanos Atlántico e Índico y al este con el mar Rojo y el océano Índico. Posee una superficie total de 30 272 922 km², que incluye un territorio insular de 621 600 km2, lo que representa 32% de la superficie terrestre. La población está calculada en 1 000 millones de habitantes, menos de 15% mundial, con una densidad de 33 hab/km2. El continente está organizado en 54 países y diversos territorios, que forman parte de otros países europeos y del cercano oriente, como España (Ceuta, Melilla, Peñón de la Gomera, Isla de Perejil, Islas Chafarinas, Islas Alhucemas e Islas Canarias), Francia (Mayotte, Islas Reunión, Bassas da India, Isla Europa, Islas Gloriosas, Juan de Nova y Tomelin), Portugal (Madeira), Reino Unido (Isla Ascención e Isla Santa Elena) y Yemen (Socotora).
En una valoración etnodemográfica de la población a nivel mundial en los umbrales del siglo xxi se constata que
La mayor densidad de población (sin contar algunas islas) se registra en Ruanda (200 personas) y Burundi (164 personas), y la menor, en el Sahara Occidental, Namibia, Bostsuana, Libia y Mauritania (de 0,5 a 1,8 personas por km2). Para algunos países son característicos contrastes excepcionalmente grandes en la densidad de población. Así, en el delta y el valle del Nilo, en un área de 35 000 km2, la densidad media alcanza 1 300 personas por km2, mientras que en la mayor parte del resto del territorio de Egipto [es] al menos una persona. La gran densidad (de más de 200 personas) se registra en además del valle del Nilo, las zonas ribereñas del Magreb, en el curso inferior del Congo, en las elevadas mesetas de África tropical y en las regiones mineras de África del Sur.1
1Salomón Bruk:Procesos etnodemográficos. La población del mundo en el umbral del sigloxxi,p. 67, Editorial Progerso Moscú, 1985.
Según las investigaciones arqueológicas y antropológicas más recientes, África es la cuna de la humanidad, y desde allí proceden las sucesivas oleadas migratorias de homínidos y antropoides tempranos que han dado lugar a los seres humanos actuales y que se han ido expandiendo por la propia África y por el resto de los continentes, incluso el identificado como Homo sapiens sapiens hace cerca de 300 000 años.2
2 Véanse Iris Oropesa Mecías: «Reabre el dilema: cuán antiguo es el Homo sapiens» en Juventud Rebelde, viernes 23 de junio de 2017, p. 4 y «Evolución: el Homo sapiens es más antiguo de lo que se creía», en http://www.lanacion.com.ar/2031519-evolucion-el-homo-sapiens-es-mas-antiguo-de-lo-que-se-creia (23 de junio de 2017, 3:30 p.m.).
La mayoría de la población de África es rica en melanina epitalial, como en sus orígenes, también identificada como melanoderma (90%) y el resto es leucoderma y en parte xantoderma, con muy diversos matices de mixtura epidérmica (10%). La producción de melanina es resultado de una estimulación externa por el daño que ocasiona en el ADN la radiación ultravioleta de los rayos solares.3 Las propiedades químicas de la melanina la convierte en un fotoprotector natural muy eficiente, ya que absorbe la radiación ultravioleta nociva y transforma la energía en calor. Este resulta inofensivo a través de un proceso llamado conversión interna ultrarrápida. Esta propiedad permite a la melanina disipar más del 99,9% de la radiación absorbida en calor y proteje del daño en la piel y otras partes del cuerpo.
3Véase «Radiación ultravioleta», enhttp://www.wikipedia.org/
Entre el Trópico de Capricornio y el Trópico de Cáncer la población es casi en su totalidad melanoderma, y para su estudio se subdivide en cuatro grupos principales, aunque siempre han existido en las zonas limítrofes entre estos grandes grupos humanos más o menos mixtos en todas sus combinaciones. Esos grupos principales son: sudanés, en el Sahel y en los países del golfo de Guinea; nilótico, en el área del río Nilo, desde Sudán hasta los grandes lagos orientales; cuchita, en el macizo etíope y el cuerno de África; y bantú, que es el más extendido, pues ocupa toda el área a partir del cinturón selvático ecuatorial hasta el sur y el este. Se encuentran además otro tipo mixto relacionado con dos grupos humanos antaño muy extendidos, pero hoy minoritarios, los twa y otros grupos, antes denominados «pigmeos», habitantes de los bosques, y los kung-san, también mal llamados «bosquimanos», de las zonas áridas en el extremo sur.
Diversos migrantes de origen francés se hallan establecidos en el Magreb y escasamente en las grandes ciudades de África Occidental, los de origen español habitan Marruecos, el Sahara Occidental y Guinea Ecuatorial, mientras que en Angola y algunas ciudades costeras de África Occidental y oriental hay un número minoritario de grupos mixtos de origen africano-portugués. En el sur de África hay unos 6 millones de africanos de estirpe europea o afrikaaners, descendientes de holandeses e ingleses.
La mayoría de la población africana mantiene un modo de vida rural, pero la urbanización aumenta con celeridad, pues muchas personas abandonan el campo para buscar trabajo en las ciudades. Las mayores densidades de población se encuentran donde el agua es más accesible, como el valle del Nilo, las zonas lacustres, las costas del norte y el oeste, a lo largo del Níger, en las regiones montañosas del este y en Sudáfrica.
Son muy profusas, complejas y contradictorias las fuentes sobre los grupos humanos de África, según sus etnónimos y las variadas denominaciones étnicas dadas por otros pueblos vecinos, así como los estudios e interpretaciones realizadas por antropólogos, arqueólogos, historiadores, geógrafos, lingüistas y otros expertos. Varios autores reconocidos durante los siglos xx y xxi4 han realizado un meritorio esfuerzo por sistematizar la amplia variedad de grupos humanos con características histórico-culturales y espaciales muy diversas. Una gran parte de estos pueblos ha reconstruido su memoria histórica a través de la oralidad, mediante la capacidad de narrar acontecimientos reales o imaginados que los conducen a un pasado remoto donde logran ubicar e identificar al fundador de un linaje. También a la formación de un Estado temprano, así como evocar la inminente necesidad de emigrar ante la presión de conquistas, separaciones del grupo de origen, acceder a pastos para el ganado o tierras para la agricultura, asimismo, ante el peligro de la esclavitud, entre otros motivos. Todo ello ha sido acompañado por el desarrollo endógeno de una literatura escrita en diversas lenguas propias y de las otrora metrópolis europeas.
4 Véanse Murdock (73), Oliver y Fage (81), Morrison (72), Paulme (89), Olderogue (80), Shpanikov (100), Kadima (59), Lowie (63), Lumwamu (64), Valdés (109), Hernández, (52), Berry (17), Bieburg, Kellilier y Mac Rae (18), Hrbek (54, 141-186), Bruk (16), Byrnes (25), Chapin Metz (26), Medina y Castro (68), Rodríguez (96), Valdés (110), Thomas (106), Ogot (79), Svalesen (104), Ngou-Mve (76, 65, 83), Soumonni (101), Dimmendaal (36), Miller (70), entre otros. Este grupo de autores puede complementarse con la valoración de 106 textos que realiza Atoma Batoma.«African Ethnonyms and Toponyms: An Annotated Bibliography», enElectronic Journal of Africana Bibliography,vol. 10, 2006, enhttp://ir.uiowa.edu/ejab/vol10/iss1/1
Uno de tantos ejemplos que resulta meritorio y a la vez denota contradicciones es el importante estudio sobre «Los pueblos africanos»,5 donde se proponen siete áreas etnohistóricas no dependientes de las regiones geográficas derivadas del colonialismo o de intereses geopolíticos, pero se hace demasiado énfasis en las supuestas «razas» según la propia visión colonialista decimonónica. Esto explica el inadecuado nombre de la obra en seis volúmenes Las razas humanas, cuando se constata la presencia de las especies sapiens y neandertales con muy diversas adaptaciones evolutivas.6
5Véase Ramón Valdés:Las razas humanas,vol 1, pp. 48-224, Instituto Gallch, Barcelona, 1997.
6 Véase Eudald Carbonell: «Reconozcamos que no somos la especie elegida», en http://www.juventudtecnica.cu/contenido/eudald-carbonell-reconozcamos-que-no-somos-especie-elegida y en http://iphesnoticias.blogspot.com.es/2014/09/descubren-en-gibraltar-el-primer.html
Hay sitios Web de interés sobre los pueblos de África que realizan un meritorio empeño por abarcar la mayoría de los grupos humanos africanos en el presente, pero no tienen el objetivo de cruzar datos para discernir entre el autónimo propio en cada lengua, en relación con la variedad de denominaciones étnicas dadas por otros pueblos, como tampoco ofrecen las correspondientes referencias a fuentes, salvo excepciones, que permitan valorar la actualización del conocimiento o la certidumbre de las consideraciones al respecto.7 De igual manera, las diversas versiones de la enciclopedia Encarta,8 se apropian del contenido de cada tema y no hacen referencias a fuentes ni autores de los tópicos que se abordan. Pero el asunto no es demonizar ni fanatizarse con esta información, sino acceder, estudiar el contenido y valorarlo críticamente para deslindar lo útil de lo fútil.
7 Véase a modo de ejemplo, Pueblos de África, en http://www.ikuska.com/Africa/Etnologia/Pueblos/
8Microsoft Encarta fue una enciclopedia multimedia digital publicada por Microsoft Corporation desde 1993 hasta 2009 (en español desde la versión 97). Resulta muy útil para cruzar etnónimos respecto de muy variados topónimos presentes en la geografía africana, debido al sistema de búsqueda rápida. En marzo de 2009 Microsoft anunció que cesaría las ventas del software Microsoft Student y todas las ediciones de Encarta Premium a nivel mundial en junio de 2009. Los cambios en la forma en que las personas buscan o acceden a la información y el declive de los mercados de material de referencia tradicionales, fueron según ellos las razones principales para la cancelación del producto. Las actualizaciones de Encarta se ofrecieron hasta octubre de 2009. Además, los sitios web MSN Encarta fueron sacados de línea el 31 de octubre de 2009. Sin embargo, el cierre de Encarta es ampliamente atribuido a una renovada competencia de enciclopedias en línea como Wikipedia. Ha sido muy usada por unos, como en Japón, y repelida por otros.
No es el caso de la Wikipedia, por su cualidad interactiva, la casi constante referencia a fuentes autorizadas, la desambiguación de términos cuando es necesario o señalar la falta de una referencia cuando no está. Sin embargo, la versión en inglés de Wikipedia sirve de plataforma interactiva para el Proyecto Josué (Joshua Proyect)9 un amplio intento de globalización religiosa estadounidense desde el protestantismo evangélico, que se propone «dar luz» a muy diversos grupos étnicos a nivel mundial. Para ello posee una base de datos etnológica para las misiones cristianas con sede en Colorado Spring, los Estados Unidos de América. En sentido estricto este proyecto se propone «salvar al mundo» de otras expresiones religiosas.
9 El propio nombre de Josué, Yehoshúa o Joshua es muy significativo, pues representa aYahveh salvaoYahveh de salvación. Este conocido profeta bíblico, fue escogido por Moisés para sucederle como líder de los israelitas durante la conquista de Canaán. Josué conquistó la mayor parte del territorio de la tierra prometida y la distribuyó entre las 12 tribus de Israel. Es venerado por el judaísmo, el cristianismo y el islam.
El «Proyecto» se inicia en 1995, y desde 2010, basado en la identidad étnica, tiene una lista de «pueblos sin alcanzar» por el evangelio que son divididos en 16 «bloques de afinidad» geográfica: mundo árabe, esteasiáticos, eurasiáticos, cuerno de África-cuchíticos, iraníes, judíos, América Latina y el Caribe, malayos, pueblos de Norteamérica, isleños del Pacífico, asiáticos sureños, sudeste asiático, África subsahariana, tibetanos e himalayos, turcos y sin clasificar. Por cada identidad étnica es enumerada al menos una de las 6 510 lenguas existentes.10
10 Véase http://www.joshuaproject.net/people-profile.php
Como en todos los casos, siempre resulta necesaria una valoración contrastada de las fuentes con diversas posiciones metodológicas y cosmovisivas.
El avance de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones no es óbice para valorar un importante conjunto de obras clásicas de los siglos xvii al xix sobre diversas regiones de África y sus pueblos.11 Muchas de estas obras, a la luz de las campañas coloniales, misiones y viajes, estuvieron muy matizadas por enfoques etic de sus respectivos autores, especialmente en los órdenes metodológico y terminológico,12 lo que minimizó o neutralizó el punto de vista emic, en relación con la autopercepción de los pueblos acerca de sus respectivas culturas.13
11 Véanse Adam (1),* Atkins (10), Baikie (11), Barbot (12), Barret (13), Benzoni (15), Binger (19), Burton (23), Buxton (24), Capello e Ivens (27), Clarke (28), Crowther (30 y 31), Dapper (32), Fowell (42), Fuchs (44), Hutchinson (55), Johnson (58), Matei (66), Montecuccolo (71), Ogilby (78), Park (87), Peytraud (90), Pigafetta (92), Proyart (94), entre otros.
12 Para valorar críticamente la relación interactiva emic/etic véase Gustavo Bueno. Nosotros y ellos. Ensayo de reconstrucción de la distinción emic/etic de Pike, Pentalfa ediciones, Oviedo, 1990.
13 Aunque la distinción emic/etic fue acuñada por K.L. Pike. Cuando el lingüista, el etnólogo, el antropólogo, el historiador dicen intentar el conocimiento de determinadas instituciones, gestas, ceremonias o, en general, contenidos culturales de un pueblo estarían propiamente:
(1) (a) O bien tratando de reproducir esos contenidos culturales tal como se les aparecen a los individuos humanos (actores, agentes) que pertenecen al pueblo o cultura de referencia; (b) o bien tratando de reproducir las operaciones que los sujetos agentes de esas gestas, ceremonias, etc., llevan a efecto cuando las realizan. En los casos (a) y (b) se estaría procediendo desde un punto de vista emic.
(2) O bien se está tratando de reproducir, o al menos, fijar las coordenadas de estos contenidos culturales a partir de factores que acaso no son percibidos como internos por los miembros de ese pueblo, o agente de referencia, sin que por ello (al menos, según la tesis «eticista») tengamos que abandonar la pretensión de haber alcanzado un mayor grado de potencia en la reconstrucción. Estaremos entonces en la perspectiva etic (Gustavo Bueno: ob. cit.).
* En todo el texto, los números entre paréntesis indican el número de orden de la bibliografía que aparece en e l tomo II, seguido de la página o páginas, si los autores las indican. (N. de la E.).
En África se encuentran los grupos lingüísticos más antiguos de la humanidad, es la cuna de dos de las ramas que han dado origen a las mayores variaciones lingüísticas: las lenguas africanas septentrionales y el grupo de las níger-congo. Una particularidad notable son las «lenguas de chasquido» propias de los kung, las cuales se considera que son el tronco principal del que se originan todas las lenguas habladas en el mundo.
Para describir las respectivas lenguas africanas empleadas por los diferentes etnos nos atenemos a la conocida clasificación de John Greenberg que las agrupa de la manera siguiente:
I. CONCOLÉS-CORDOFANAS
III. AFROASIÁTICAS
I.A.Nigero-congolesas
III.A. Semíticas
I.A.1. Atlánticas
III.B. Egipcio
I.A.2. Mandingas
III.C. Bereber
I.A.3. Voltaicas
III.D. Cuchíticas
I.A.4. Kwa
III.D.1. Cuchíticas septentrionales
I.A.5. Benino-congolesas
III.D.2. Cuchíticas centrales
I.A.6. Adamauas
III.D.3. Cuchíticas orientales
I.B.Cordofanas
III.D.4. Cuchíticas occidentales
I.B.1. Koalib
III.D.5. Cuchíticas meridionales
I.B.2. Tegali
III.E. Chadianas
I.B.3. Talodi
I.B.4. Tumtum
I.B.5. Katla
II. NILÓTICO-SAHARANAS
IV. KHOISÁN
II.A. Songai
IV.A. Khoisán sudafricano
II.B. Saharanas
IV.A.1. Khoisán sudafricano septentrional
II.C. Maba
IV.A.2. Khoisán sudafricano central
II.D. Fur
IV.A.3. Khoisán sudafricano meridional
II.E. Shari-nilóticas
IV.B. Sandaur
II.E.1. Sudanesas orientales
IV.C. Jatsa (110,6).
II.E.2. Sudanesas occidentales
II.E.3. BertaII.E.4. Kumana
II.F. Koman
Los idiomas más extendidos, con más de 120 millones de hablantes, son el árabe, el suahili y el hausá, lenguas vehiculares habladas por múltiples grupos humanos. A estas le siguen en número de hablantes varios idiomas de origen europeo: inglés, francés y portugués, casi siempre utilizados por las administraciones nacionales, universidades y los asentamientos urbanos. A continuación existe un grupo de cerca de 20 idiomas tradicionales que abarca entre 1 y 20 millones de hablantes como: de norte a sur y de este a oeste: amárico, oromo, somalí, luo, wólof, mandé, bambara, ewé, fon, fulfulde, yoruba, igbo, kikongo, kimbundu, lingala, shona, setsuana, xosa, zulú y malgache, principalmente. Otros idiomas minoritarios son el afrikáans y el español, de origen europeo, y otros autóctonos como el tamazigh, mal llamado «bereber». Finalmente, hay decenas de lenguas habladas por menos de 100 000 personas. Los idiomas africanos y oficiales en sus respectivos estados son: el amárico hablado en Etiopía, el somalí en Somalia, el suahili en Kenia y Tanzania, el setsuana en Botsuana, el afrikáans en Sudáfrica y Namibia (junto con el inglés), y el malgache en la República de Madagascar (junto con el francés), entre otros.
La situación actual de las lenguas tradicionales africanas es extremadamente dramática. Según el Atlas de las lenguas del mundo en peligro,14 hay diversos niveles cualitativos para identificar el uso de determinada lengua:
14Véase Christopher Moseley (Redactor principal):Atlas de las lenguas en peligro, UNESCO, París, 2010.
15El referidoAtlasincluye las lenguas extintas desde el año 1950.
En el nivel cartográfico este Atlas incluye los cuatro últimos niveles, donde señala 42 lenguas amenazadas,16 57 seriamente amenazadas,17 39 moribundas18 y 43 extintas.19 Es decir, 181 expresiones orales con muy diversas implicaciones culturales para sus respectivos grupos de hablantes, de las cuales 76,20% peligra, según se puede observar en el siguiente gráfico.
16 Aceron, ahlo, alagwa, amba, baga fore, baiso, binari, bondei, boni, bowili, burji, burunge, dahalo, dimme, el hugeirat, gana, ganjule, gats´ame, haro, hadza, karko, kuman, kupto, laro, logba, luri, miri, nayi, ndungo, nyango-tafi, pajade, poko, rugungu, santrokofi, sarwa, so, suba, phuthi, yahuma, viri, zaramo y zway.
17 Animere, arzeu, aougila, banu snus, bete, birri, bongo, bong´om, buga, dahlik, defaka, dilling, dongo-ko, duli, ebang, eliri, ilue, fali, fyam, jala, jeri, ju, kamdang, kanga, katcha, kazibati, keiga, kidie lafala, kiong, kufa, kotoko, kwengu-mugudi, lere, luri, lumun, maslam, mbara, mmani, muuke, nagumi, nalu, ngbinda, ngwaba, njerep, oemant, okorogbana, ‘ongota, pana, shabo, siwa, shiki, somyer, tenet, terik, thuri y twendi.
18 Akei, argobba, baldamu, bati, bete, beeke, birgid, bubbure, buy, camo, deti, fali, fam, fumu, gule, gri, gweno, holma, i’anni, iora, kaande, khomani, korana, kudu, kwadi, kwisi, li-ngbee, mbaru, ndai, nyangï, odut, omo murle, omotik, ongamo, shan, sheni, sogoo, undu rishi, yangkam y ziriya.
19 Aasax, ajawa, anfillo, anyokawa, baga tsitemu, basa gumna, boro, bung, cena, copto, elmolo, gafat, gey, guanche, gwara, hamba, ilng, isuwu, ixam, jebel hazara, kakum, kasabe, kinare, kore, kw’adra, kwankwa, ling, lorkoti, mo´e, mindari, njanga, ngong, napore, oropom, owarenya, segeju, shiranci, ruhu, tonjon, yaaku y zumaya.
Gráfico 1
Situación del las lenguas africanas en peligro y extintas
Una evaluación al respecto considera que la amenaza sobre las lenguas africanas, especialmente las de menor número de hablantes, es el resultado de la presión ejercida por las de mayor empleo en el continente.
Los gobiernos de la mayor parte de los países africanos favorecen a las lenguas grandes y tienen una actitud negativa y una política contraria hacia las pequeñas. Algunos gobiernos incluso favorecen a las lenguas excoloniales, especialmente inglés y francés, y están en contra del uso de cualquier lengua africana para propósitos oficiales.
La amenaza lingüística en África se conoce solo de forma imperfecta y parcial, debido a que las investigaciones lingüísticas en algunas partes de África no son posibles debido a las condiciones bélicas y de inseguridad, lo cual es un factor en sí mismo significativo para la amenaza y extinción de las lenguas en ciertas regiones a lo cual hay que añadir las sequías y hambrunas que son recurrentes en ciertas partes.20
20 Véase Lenguas en peligro de extinción en África, en http://www.proel.org/index.php?pagina=extinto/africa
Este es un proceso que demanda un permanente seguimiento para implementar políticas de salvaguarda del patrimonio asociado a la sabiduría que se transmite a través de estas lenguas.
Sin embargo, existe una estrecha relación entre las denominaciones y el uso de las lenguas en relación con muchos pueblos a nivel mundial. Este vínculo es más afín aún para clasificar e identificar a diversos pueblos que la apariencia física (fenotipo), ubicación territorial (país/región), devoción religiosa u otra.
Si bien es verdad que solo el idioma no siempre da la posibilidad de trazar las necesarias delimitaciones entre los pueblos, teniéndose en tales casos que apelar a otros indicadores étnicos, semejantes divergencias serían inevitables también con cualquier otro sistema de clasificación, por lo que no dan pie para renunciar al principio lingüistico de la clasificación étnica como principio rector. [Tal] sistema de clasificación ha recibido la denominación de sistema etnolingüístico.21
21Véase Salomón Bruk: ob. cit. p. 119.
Esto se debe a que abarca uno o varios etnos hablantes en sus respectivos espacios sedentarios o itinerantes.
La mayor parte del continente profesa religiones tradicionales africanas, fuertemente relacionadas con el culto a sus respectivos antepasados y a la naturaleza, que fueron englobadas desde el siglo xix en la noción de «animismo». Esto significa la creencia en espíritus propios de personas, animales y objetos, con una alta funcionalidad existencial en la vida cotidiana y en el sentido de continuidad cultural. Estas prácticas ceremoniales persisten en otras religiones identificadas con el concepto de «universales», como el islamismo, el cristianismo o el judaísmo. En la siguiente tabla se puede observar la presencia de 77 grupos humanos que identifican una deidad suprema, pero le rinden culto a sus antepasados y a la naturaleza, con una frecuencia relativamente alta con respecto a otras expresiones religiosas llegadas de otras latitudes.
Tabla 1
Composición de los grupos étnicos según religiones tradicionales que incluyen a una deidad suprema a la que se le rinde culto por intermedio de los antepasados, según países actuales
Grupo étnico
Deidad suprema
Cultos mediadores
País/es actual/es
Aka («pigmeos»)
Tore
Mosca que conduce el alma de los humanos
República Democrática del Congo
Achanti
Nyame
Culto a los antepasados
Ghana
Ambo
Kalunga
Culto a los antepasados
Angola y Namibia
Anuak
Juok
Culto a los antepasados
Sudán del Sur y Etiopía
Awak
Yambah
Culto a los antepasados para proteger al clan
Nigeria
Bangubangu
Vilie Nambi
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Baulé
Alouroua
Culto a los antepasados
Costa de Marfil
Belanda Bor
Juok
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Beli
Boko’ba
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Bidyogo
Nindo
Culto a los antepasados de esa deidad
Guinea-Bissau
Bikpakpaln
Uwumbor
Culto a los espíritus de la tierra, a los protectores del clan y a los antepasados
Ghana y Togo
Bobo
Wuro
Culto a los antepasados o Dwo (máscaras ceremoniales)
Burkina Faso y Malí
Bushongo
Bumba
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Bwa
Difini o Dobweni
Culto a los antepasados mediante Haga
Malí y Burkina Faso
Chamba
Su
Culto a los antepasados
Nigeria y Camerún
Daffo
Kpa
Piedra, árbol u otra representación
simbólica
Nigeria
Dan
Xra
Culto a los antepasados
Costa de Marfil, Liberia, Guinea y Malí
Datooga
Aseeta
Culto a los antepasados
Tanzania
Dinka
Nyalitch
Culto a los antepasados por intermedio de Yath y Jak
Sudán del Sur
Dogón
Amma
Culto a los antepasados
Malí y Burkina Faso
Duguri
Warr
Culto a los antepasados
Nigeria
Efik
Abassi
Culto a los antepasados
Nigeria
Eloyi
Owo
Culto a los antepasados
Nigeria
Fali
Faw
Culto a los antepasados
Nigeria
Gabbra
Waka
Culto a los antepasados y sacrificios de ganado vacuno
Etiopía y Kenia
Gedeo
Magano
Culto a los antepasados
Etiopía
Gumuz
Rebba (que conoce todo)
Oraciones y sacrificios
Etiopía
Guruntum
Wari
Kwanam/s (divinidades menores)
Nigeria
Hemba
Vidiye Mukulu
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Holoholo
Kabedya Mpungu (remoto en el cielo)
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo y Tanzania
Ibo
Chuku
Culto a los antepasados
Nigeria
Jur
Boko’ba
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Kamba
Ngai
Culto a los antepasados
Kenia y Congo
Kasena
Su
Espíritu encarnado en la máscara más antigua
Ghana y Burkina Faso
Kikuyo
Ngai
Culto a los antepasados
Kenia
Kongo
Nzambi
Nkisi, representación simbólica de los antepasados
Angola, Congo, República Democrática del Congo y Gabón
Konso
Waq (dios del cielo)
Culto a los antepasados
Etiopía
Kuba
Bumba
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Kulango
Tano
Culto a los antepasados
Costa de Marfil y Ghana
Kusu
Vilie
Culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza
República Democrática del Congo
Kuvale
Kalunga-Ndyambi
Culto a los antepasados
Angola
Kwere
Mungulu
Culto a los antepasados
Tanzania
Lokoya
Ojok
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Luchazi
Kalunga
Mahamba: culto a los antepasados, y a los espíritus de la naturaleza
Angola, Zambia y Namibia
Luena
Kalunga
Mahamba: culto a los antepasados
Zambia y Angola
Lulua
Muholo
Culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza
República Democrática del Congo
Lunda
Nzambi
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo,
Zambia y Angola
Luo
Nyasi
Culto a los antepasados
Kenia y Tanzania
Luwo
Jwok
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Lwalwa
Nzambi
Culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza
República Democrática del Congo
Malinké
Alá
Culto a los antepasados
Guinea, Malí, Senegal, Gambia, Guinea-Bissau, Costa de Marfil, Sierra Leona, Burkina Faso y Liberia.
Mamá
El Sol
Culto a los antepasados y a los que están por nacer
Nigeria
Mamprusi
Naa-wuni
Culto a los antepasados
Ghana y Togo
Mangbetu
Kilima o Noro
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo y Uganda
Masaai
Ngai
Culto a los antepasados
Kenia y Tanzania
Me´en
Tuma
Culto a los antepasados
Etiopía
Mendé
Ngewo
Culto a los antepasados a través de los Nga-fa
Sierra Leona y Liberia
Murle
Tammu
Culto a los antepasados
Sudán del Sur y Etiopía
Naath
Kwoth
Culto a los antepasados
Sudán y Etiopía
Ndebele
uMlimu
Amadhlozi: culto a los antepasados
Zimbabue
Ndogo
Dungbali
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Ngbaka
Gbonboso
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo,
República Centroafricana y Congo
Oromo
Waqa o Waka
Ayana (espíritus intermediarios)
Etiopía
Samogho
Dios supremo muy distante
Culto a los antepasados
Malí y Burkina Faso
Senufo
Maleeo (Madre Antigua) y Kolotyolo (Creador), una sola deidad suprema dual.
Culto a los antepasados mediante los sacerdotes-sanadores Yiriigifolo o Nyehene
Costa de Marfil, Burkina Faso y Malí
Sidama
Magano
Culto a los antepasados
Etiopía
Shilluk
Juok
Culto a los antepasados
Sudán del Sur
Songye
Efile
Culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Sotho
Modimo
Badimo: culto a los antepasados
Sudáfrica, Lesoto y Botsuana
Suku
Ndzambyaphuungu
Bambuta: culto a los antepasados
República Democrática del Congo
Tchokwe
Kalunga
Mahamba: culto a los antepasados
República Democrática del Congo, Angola y Zambia
Vai
Dios supremo muy distante e inaccesible
Culto a los espíritus de la naturaleza
Liberia y Sierra Leona
Vatsonga
Tilo
Culto a los antepasados
Sudáfrica, Mozambique, Zimbabue
y Suazilandia
Yaka
Ndzambyaphuungu
Bambuta: culto a los antepasados
República Democrática del Congo y Angola
Yedina
Kumani
Culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza
Chad, Camerún, Niger y Nigeria
Yombe
Ngoma Bunzi
Culto a los espíritus de la tierra: Tsi Nzambi; y a los espíritus del río: Simbi
Angola y la República Democrática del Congo
Yoruba
Olorun
Culto a los antepasados mediante los orichas
Nigeria, Benin y Togo
Zulú
Nkulunkulu
Amadlozi: culto a los antepasados
Sudáfrica, Lesoto, Suazilandia, Malawi y Mozambique
Fuente. Elaboración de los autores.
En todos los países que emplean el árabe, junto con Somalia y Djibutí, predomina el islam de tendencia sunita. En varios países al sur del Sahara (Sudán, Sudán del Sur, Chad, Níger, Burkina Faso, Malí, Senegal, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil), además de los seguidores del islam, se conservan muy diversos grupos que tienen sus creencias tradicionales locales. Dos tercios de la población de Etiopía profesa el cristianismo de corriente monofisista. En Nigeria hay musulmanes (más de la mitad de toda la población y se encuentran ubicados al norte del país), cristianos, así como creencias tradicionales locales. En todos los demás países del continente están representados en diferentes proporciones los cristianos (protestantes y católicos) y los adeptos a las creencias tradicionales locales. «Ahora bien, en total se concentran en África hasta cuatro quintas partes de todos los seguidores de los cultos tradicionales locales conservados en la Tierra».22 Sin embargo tanto el islam como el cristianismo se encuentran en África con muy diversos sincretismos más o menos organizados, que persisten y se reproducen gracias a la fortaleza implícita de los conceptos de las religiones tradicionales. Existen asimismo minorías hinduistas en Sudáfrica y Madagascar; y el rastafarismo en Etiopía.
22Ibídem, p. 152.
Para el presente Diccionario, la división en regiones etnográficas solo constituye un recurso operativo para organizar una propuesta clasificatoria más abarcadora. Jamás puede significar una camisa de fuerza con el fin de ubicar en uno u otro lugares los etnónimos propios y las denominaciones étnicas que se emplean por otros grupos vecinos en sus correspondientes lenguas. Como hay muchos pueblos cuyos territorios ocupan varias regiones, han sido ubicados en la región cuya presencia demográfica es mayoritaria.
Este criterio operativo de siete regiones etnográficas atiende a la diversidad de grupos humanos y sus asentamientos; no a divisiones regionales marcadas por intereses geopolíticos externos. De occidente a oriente y de norte a sur, estas regiones son las siguientes:
Los pueblos del norte y del Sahara: Incluye los territorios actuales de Mauritania, Sahara Occidental, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, el extremo noroccidental de Sudán, el área centro-norte de Malí, Níger, Chad y la República Centroafricana.Debido a su clima y su situación geográfica en relación con otros continentes, la mitad septentrional de África se distingue acentuadamente del sur del Sahara. En el Magreb, el territorio que bordea el mar Mediterráneo apenas se diferencia de los países europeos que se encuentran en la orilla septentrional: clima tropical, irregulares lluvias invernales y sequía estival, semejantes especies animales y vegetales, similar paisaje.
Sin embargo, al sur del Magreb, el inmenso desierto del Sahara representa una extensa franja de clima cálido, con una temperatura media anual de 18° C.
Con casi 9 millones de km2 de dunas movedizas y de quebradas masas de rocas y piedras, el Sahara ocupa la cuarta parte de la superficie continental de África, cortando el continente desde el mar Rojo hasta el Atlántico y llegando, donde la cordillera del Atlas se acaba, hasta la orilla del Mediterráneo. Incluso en la vecindad de esos mares su aridez es extrema: no hay en el Sahara más humedad que la que aportan los ríos alógenos, nacidos fuera del desierto (como Dra y el Sus, que llevan el agua del Atlas al árido sur de Marruecos; o sobre todo el Nilo, que en Egipto da origen a un oasis que se estira filiforme de sur a norte por más de 1 000 km, a veces sin pasar de uno de anchura), o la que traen las raras, aunque torrenciales, lluvias, o la más segura que proporcionan las aguas subterráneas, ya afloren en fuentes naturales, ya en pozos, o en foggaras (galerías subterráneas abiertas por el hombre). Las temperaturas diurnas alcanzan en verano los 55° C y las nocturnas llegan a bajar en invierno de los 0° C. La amplitud térmica diaria llega a los 22° C (110,72).
Los pueblos del Sudán: Incluye el extremo sur de Mauritania, el área centro-sur de Malí, Burkina Faso, el área sur de Níger, el área centro-norte de Nigeria, el área centro-sur de Chad, el área centro-norte de Sudán, el extremo sur-central de Egipto, Sudán del Sur, el área centro-oriental de Senegal y Gambia, el área centro-norte de Guinea, Sierra Leona, Costa de Marfil, Togo y Benín.El Sudán es una extensa llanura, desde el Alto Nilo hasta Senegal, que constituye una región etnográfica en la que la división cultural y lingüística se relaciona con la división geográfica en tres grandes espacios climáticos de norte a sur.
La topografía poco movida (apenas hay más alturas que, de este a oeste, la meseta de Kordofán, el djebel Marra en DarFur, el macizo de Adamaua, los montes Sokoto y el macizo de Futa Djalón) no interrumpe la continuidad de los grandes paisajes climáticos. Tampoco la rompen las divisorias de las cuencas hidrográficas (110, 94):
Más al norte, el Sahara se fusiona por el sur con el Sahel, una zona árida cuyo límite sureño es una línea que se inicia en Senegal, atraviesa los montes Hombori en el gran arco del Níger, sigue por el lago Chad y termina en Kordofán. Es una amplia estepa salina de pocos arbustos y matorrales espinosos con muy escaso régimen de lluvia (junio-agosto). En esa situación, solo es posible la cría de ganado vacuno, camellos, cabras y alguna caza;La sabana seca, más al sur, posee gramíneas y algunos árboles como acacias cerca de los ríos. Aquí, junto con la ganadería, es posible el cultivo de mijo, leguminosas, maní y melones. «En esta zona han surgido reiteradamente en el transcurso de los dos últimos milenios Estados fundados por esos inmigrantes del este (o del norte) y en la que, junto a las aldeas de agricultores, se han construido grandes ciudades, focos de una alta cultura urbana con castas, clases, artesanía y comercio» (110, 96).La siguiente área es la sabana húmeda del Sudán meridional, con una estación lluviosa algo más prolongada, pues desde marzo hasta agosto caen más de 800 mm y el césped natural es mucho más tupido y alto. En esta zona no aparecen pastores guerreros, sino agricultores de cereales, tubérculos y platanales. «Sin embargo, sí que han aparecido algunos grandes estados aislados, en gran parte por el impulso de pueblos de la sabana seca que han bajado hacia el sur, pero también por la presión que hacia el norte han ejercido las culturas de la selva lluviosa del África occidental» (110, 96).3.Lospueblos de África Occidental: Incluye el área costera de Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Guinea, Sierra Leona, Liberia, el sur de Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benin, Nigeria, el noreste de Camerún e islas de Cabo Verde.
Desde el área meridional de Cabo Verde, a menos de 15º de Latitud Norte, la costa es mucho más húmeda que la zona sudanesa, y se cubre de una vegetación ecuatorial. Hacia el sur, según nos acercamos al Ecuador, la costa abarca la dirección oeste-este y recibe los vientos alicios del hemisferio austral, que humedecen un ancho litoral en el que se encuentra una densa selva, como en Liberia, que crece con fuerza desde las lagunas cercanas a la costa. Al sur de Ghana, Togo y Benin, los vientos soplan paralelos a la costa, la selva desaparece y se observan formaciones vegetales más secas como en el interior de Sudán.
A partir del delta del Níger un nuevo cambio de dirección restituye las condiciones anteriores y otra vez vuelve la humedad (las estaciones costeras del Camerún se hallan consideradas como uno de los lugares más lluviosos del mundo), y, con la humedad, los manglares, los bosquecillos de palmeras de aceite y la selva virgen (110, 116).
Esta costa, identificada genéricamente por los portugueses en el siglo xiv como «Guinea»,23 se eleva hacia Cabo Verde, parte de Sierra Leona y Liberia; pero se caracteriza por terrenos bajos, llanuras de aluvión que abarcan desde la desembocadura del río Gambia hasta Guinea, y hacia el oriente, desde el delta del río Níger hasta la costa de Camerún. Son costas de muy difícil acceso desde el mar, cerradas por bruscos rompientes, conocidas como «barra de Guinea».
23 En relación con este topónimo, el origen del término puede tener un vínculo temprano, bien con el reino de Ghana, o bien con un término tamazigh («bereber») para designar a las personas de piel negra. Un vago conocimiento de una región costera del Atlántico llamada Guinea, situada al sur del gran desierto africano, poblada por personas identificadas entonces como «negros» y rica en oro, ya existía en Europa en el siglo xiv. El mapa de Angelino Dulcert de 1339 muestra el topónimo Ganvya para significar la «tierra de los negros». También el Atlas Medici de 1351 o 1370 muestra una provincia Ganuya y el Atlas Catalán de 1375 un topónimo Ginuia. En el siglo xvii el topónimo Guinea ya abarca toda la costa occidental de África desde Senegal, en el norte, hasta Angola en el sur. Se distinguía entonces una Alta Guinea, al norte del río Congo, y una Baja Guinea, al sur. En http://www.wikipedia.org
4.Los pueblos de África Central: Incluye el área centro-sur de Camerún y la República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, islas de Santo Tomás y Príncipe, Gabón, Congo, la República Democrática del Congo, Angola, Ruanda y Burundi, el extremo centro-norte de Namibia, Zambia, Malawi y el área centro-norte de Mozambique.
En esta gran área se distinguen tres paisajes que se muestran en franjas relativamente paralelas al Ecuador:
La selva ecuatorial abarca las regiones con más de 1 500 mm de lluvias al año. Al norte, su límite se aprecia desde las montañas de Camerún, continúa por el curso del río Ubangui hasta el río Uele al sur, que lleva de la desembocatura del río Ogoué hasta el lago Tanganica en el extremo norte.«En la selva se alzan hasta cinco o seis estratos arbóreos que forman una cubierta contínua bajo la cual impera una media luz verdosa. Árboles gigantescos, con enormes raíces, perforan este techo y sobrepasan los cincuenta metros de altura. En el suelo, el sotobosque es relativamente menos denso, inhibido su crecimiento por la falta de luz, pero más arriba crece una maleza de lianas y epífitas entrelazadas con los troncos y las ramas de los árboles» (110, 132).Hacia el sur, el régimen ecuatorial de lluvias constantes cede su lugar a dos estaciones: lluviosa, de noviembre a mayo, y seca, de junio a octubre. Son comunes las sabanas de hierbas altas, con árboles y arbustos más o menos grandes pero menos densos. Más al sur, la estación seca se alarga, hay menos árboles y la hierba es mucho más corta:es la sabana arbusiva de la que insensiblemente se pasa a las formaciones esteparias, desde el lago Niasa al este hasta las alturas de Benguela al oeste. Desde éstas hasta el Atlántico hay una franja casi desértica, mientras en el extremo oriental, a orillas del Índico, crece el miombo, el bosque seco caducifolio (110, 132).
5.Los pueblos de África Oriental: Incluye el extremo sudoriental de Egipto, el área oriental de Sudán, Eritrea, Etiopía, Somalia, Yibuti, Uganda, Kenia y Tanzania.
Esta región etnográfica se extiente desde los 20º de Latitud Norte hasta los 10º de Latitud Sur, por casi toda la costa este; desde Port Sudán hasta Cabo Delgado. De este modo corta longitudinalmente otras áreas del Sudán y de África Central, de las que se diferencia por su altitud y clima.
Para su estudio antropológico es necesario distinguir a los [tempranamente denominados] abisinios, creadores en las altiplanicies de Etiopía de la más importante [cultura relacionada con el reino de Aksum o Axum (siglos i-x)], de los cazadores, agricultures y pastores que los circundan y que ocupan toda la mitad meridional de estos extensos territorios (110, 155).
6.Los pueblos de ÁfricaAustral: Incluye el sur de Namibia, Botswana, Zimbawe, el área centro-sur de Mozambique, Sudáfrica, Lesoto y Suazilandia.
Está formada por una gran zona interior elevada, ondulada e interrumpida por depresiones y montañas tabulares, circundada por un cordón montañoso que desciende en escalones gigantes hacia el litoral. Desde el reborde montañoso hasta la costa se extiende un extenso litoral que varía en anchura: de 400 km en las costas del Índico, menos de 100 km en las del Atlántico, hasta un estrecho paso en la provincia sudafricana de El Cabo. En una meseta interior al oeste, está el desierto de Kalahari (más de 700 000 km²), una estepa salina con arbustos enanos y plantas espinosas, donde se encuentran grandes zonas arenosas, pantanos, lagunas y valles fluviales comúnmente secos. Toda esta región sudoccidental tiene el mismo paisaje, excepto el desierto de Namibe en la franja costera atlántica. Al extremo suroeste, la provincia de El Cabo tiene un clima y paisaje mediterráneo; en el resto de la región existe la estepa seca a partir de Moçamedes-Beira, cuyo límite norte se convierte en bosque abierto. La franja costera del Índico es una región de clima subtropical, en la que predomina la sabana, con lluvias abundantes (110, 202).
7.Los pueblos de Madagascar, Comoras y Mascareñas: Incluye todo el territorio insular del área suroriental de África.
Por su gran extensión (587 041 km²), Madagascar es la cuarta isla del mundo y comúnmente se estudia como parte de África, pero en el orden etnográfico se encuentra más relacionada con Indonesia (110,219). La isla está dominada por una meseta y varios macizos montañosos. Tiene un origen parcialmente volcánico y las tierras altas se elevan hasta los 2 876 m de altitud en la cumbre del Maromokotro, al norte. Los montes Ankaratra, cercanos a la ciudad de Antananarivo, alcanzan los 2 643 m de altitud. El terreno desciende de forma abrupta hasta unas tierras bajas que bordean el océano Índico al este, para dar paso hacia el oeste a una llanura costera algo más ancha que sigue paralela al canal de Mozambique. Los mejores suelos del país se encuentran a lo largo de la costa y en los valles de los ríos de la meseta central (69).
Las islas Comoras son un archipiélago formado de noreste a sureste por la isla Gran Comora (Ngazidja), Mohéli (Mwali) y Anjouan (Nzwani). Al sureste, se encuentra la isla de Mayotte, que pertenece a Francia. Las islas tienen origen volcánico, con un relieve montañoso y abrupto que alcanza su cima en el volcán activo Karthala de 2 361 m de altitud sobre el nivel de mar en la isla principal. El archipiélago constituye la ecorregión denominada, selva de las Comoras.
Las islas Mascareñas son un grupo de islas del sudoeste del océano Índico compuesto por Reunión, Mauricio, Rodrigues, las islas Agalega y el banco de Cargados Carajos (114).
De acuerdo con los datos disponibles, a partir de una comparación selectiva y crítica, se incluyeron los diferentes etnónimos o autónimos de pueblos y grupos étnicos, que en ocasiones son referidos mediante denominaciones étnicas externas a sus respectivas lenguas y en otras aparece el autónimo en su lengua. De igual manera, se incluyen las diferentes denominaciones étnicas de acuerdo con sus variadas transcripciones. Según los muy diversos censos y estimaciones demográficas, se hace referencia a la más reciente información censal por cada país actual o, en su defecto, a las estimaciones que permitan su ubicación en el espacio de cada país o países. Se incluyen las características demográficas, lingüísticas e históricas, según la memoria oral u otras fuentes, aspectos económico-sociales y religiosos fundamentales.
En relación con las cualidades denominativas de cada pueblo o grupo de pueblos se deben distinguir, en primer lugar, tres términos de diferente alcance conceptual pero muy relacionados:
Etnónimos: Son los nombres empleados para designar una comunidad étnica específica y resultan de general aceptación y uso por sus integrantes para autodenominarse; pero entre ellos debe distinguirse el endoetnónimo o autónimo que es la autodenominación en la lengua propia; del exoetnónimo, que es la referencia al etnónimo en otra lengua. Un ejemplo de endoetnónimo puede ser el de fulbé usado por este pueblo de lengua fulfulde que se extiende por casi todos los actuales países de África Occidental subsahariana, aunque otros pueblos les denominan de manera muy diversa como afuli, bafilache, fellani, fellata, filani, foula, foulah, ful, fula, fulani, fulanke, peul, peulh y pullo.Las denominaciones étnicas: Son los nombres con que han sido identificadas ciertas comunidades étnicas en un contexto histórico determinado, y que no son usados con fines de autodenominación, al menos en sus regiones de origen, por los miembros de esas sociedades. Estas denominaciones son exógenas al etnos de referencia y su sonido y significado no siempre coinciden con el sentido que determinado pueblo le otorga a su etnónimo. Tal es el ejemplo de la denominación étnica bangawa, en lengua hausá, atribuida a un grupo melanoafricano asentado en Nigeria, en Foumban y alrededores, cuyo etnónimo es banga en su lengua gwamhi-wuri.Lasdenominaciones metaétnicas: Son términos muy abarcadores y genéricos que incluyen grupos de pueblos; pero que generalmente designan topónimos, hidrónimos o lingüónimos. Si bien delimitan espacios o afinidades culturales, incluyen los etnónimos y las denominaciones étnicas. Tales son los ejemplos del término árabes sudaneses, que abarca un grupo de pueblos, resultado de una mezcla prolongada de personas leucodermas y melanodermas, esparcidos por el territorio que comprende entre el lago Chad y el río Nilo. Hablan árabe e identifican la misma ascendencia étnica. Se dividen en dos grandes agrupaciones: los gaalin-danagla, que permanecen sedentarios junto al río Nilo, así como los del Kordofán, de piel más oscura; los guhayna, que son nómadas integrados por los kordofaneses kababish, dar hamid y hamar y los baggara.Otro ejemplo es el de banda para identificar un grupo de pueblos melanoafricanos que se asientan en Costa de Marfil, Ghana, la República Centroafricana, Camerún, Nigeria, Sudán y la República Democrática del Congo. De hecho existen cuatro etnos con el etnónimo operativamente denominados banda: los relacionados con los mandé de Costa de Marfil y Ghana (mandé); los que viven en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y Sudán del Sur (ubangi); los relacionados con los senufo de Ghana (senufo); y los relacionados con los jukun de Nigeria (jukun).
Debido a la diversidad de transcripciones localizadas en las fuentes consultadas para hacer referencia a los pueblos africanos, se incluye la variedad multilingüe compilada según los diversos vínculos entre los propios pueblos del continente y los influjos de otras lenguas. Tanto los etnónimos como las denominaciones étnicas y lingüísticas han sido transcritos y referidos, comúnmente, a partir de las principales lenguas de conquista y colonización: árabe, español, francés, holandés, inglés, portugués u otras, dada la condición ágrafa de la mayoría de los pueblos del continente; luego estas lenguas han devenido vehiculares para la comunicación interétnica o extracomunal de muchos pueblos en diversos contextos nacionales e interfronterizos.
África, ese inmenso continente en estudio, muestra a partir de la investigación bibliográfica crítica, una diversidad cultural en el más amplio sentido de la frase, sesgada por múltiples referentes, de los cuales se hacen cruces postcoordinados de los términos en cada una de las regiones geográficas operativas, que facilitan el acceso dentro de este y de una a otras. Por acuerdo y la mantenida frecuencia en el uso de términos de preferencia para denominar los grupos étnicos que hacen funciones de entradas principales, están seguidas de otros términos denominativos con independencia de si se trata de un etnónimo (endoetnónimo o autónimo), exoetnónimo, denominaciones étnicas o metaétnicas. Además, organizadas por orden alfabético ascendente, de lo cual se deriva, un grupo de referencias cruzadas.
En todo el cuerpo de la obra aparecen las indicaciones siguientes:
Entrada principal seguida o no por otros términos relacionados, encerrados entre paréntesis para los casos de grafías o sonidos fonéticos semejantes; y entre corchetes, para los términos que refiriéndose a la entrada principal de ese grupo étnico o metaétnico, tanto su grafía como su fonética son diferentes; como por ejemplo: Bongili (Bongiri) [Bukongo].Al terminar el texto correspondiente a un término, se utiliza véase también como frase vinculante entre este y otros grupos étnicos, metaétnicos y gentilicios según la división geopolítica actual; por ejemplo, Ganda:véase tambiénEuropeos en África Central, Swahili, Tanzano(a), Ugandés(a).El uso de véase remite de las diferentes denominaciones referidas a una entrada principal que por momentos es más de una; por ejemplo, Giele:véaseBagyeli.Otra indicación es use, para otras denominaciones hacia lo interno del grupo étnico o metaétnico del cual se trate, por no ser etnómino o denominación metaétnica como tal; un ejemplo es Hinga:useNhaneca-humbi.La aparición de homonimia de algunos etnóminos o autóninos seguidos de un número ordinal cerrado por dos líneas diagonales, indican y distinguen la existencia de ese término en uso o por otra étnia localizada en la misma zona geográfica operativa o en cualquiera de las otras seis.Dentro de la organización socioeconómica y cultural de todos estos grupos humanos, desde el inicio de su historia hasta hoy día, resaltan hechos y procesos de la vida cotidiana que ameritan tener su propio espacio en las referencias cruzadas, como son: Movimientos migratorios, Tratantes de personas esclavizadas, Personas esclavizadas, Sociedades y un gran grupo sistematizado de creencias, cultos y prácticas, así como la presencia europea y asiática en este continente. De esta manera se podrá acceder a estos elementos del devenir histórico, bien por tradición oral, testimonios, hallazgos arqueológicos o investigaciones de campo, y matizar el contexto de la vida de esos grupos étnicos al poder establecer comparaciones a primera vista.
Los cruces de información marcan sustanciales diferencias respecto de otras fuentes y facilitan al lector la consulta según los intereses y hábitos de denominación de diversos grupos humanos. También se han numerado las distintas fuentes, tanto documentales como digitales, que a su vez contienen múltiples referencias bibliográficas, y cuando se cita o se hace alusión a ellas han sido colocadas entre paréntesis con el objetivo de agilizar la lectura.
De acuerdo con la información disponible, dada la complejidad del tema, se sistematizó un conjunto de datos que identifiquen quiénes, según el etnónimo, las denominaciones étnicas o metaétnicas existentes o más conocidas y su correspondiente filiación lingüística; dónde, de acuerdo con la ubicación geográfica específica o más habitual en los casos de poblaciones nómadas o itinerantes; y cuántos, según los censos disponibles o los estimados más recientes.
Si bien la esclavitud del siglo xxi es un problema global con muchas más aristas, intersticios y redes internacionales que la de todas las épocas precedentes, África sigue siendo un espacio continental donde la esclavitud tiene sus características. Se citará como ejemplo la obra de los profesores e investigadores Marcel Dorigny y Bernard Gainot24 sobre las peculiaridades de la esclavitud a nivel mundial y particularmente en África.
24Véase Marcel Dorigny y Bernard Gainot:Atlas des esclavages. Traites, sociétés coloniales, abolitions de l´Antiquité à nos jours,Éditions Autrement, Paris, 2006.
Antes de abordar el problema en el orden cartográfico señalan:
Pero eso no significa que las diversas formas de esclavitud son los «vestigios», que serían irremediablemente condenados. Todo es cuestión de la terminología para caracterizar las situaciones de dependencia: la referencia a la esclavitud masiva cuando se desarrolló la época de la colonización moderna ya no es operatoria, pero es necesario considerarla para no diluir la especificidad de un status servil en una sociología de la «esclavitud» que hoy no deja de ser entendida con la generalización de los informes de explotación capitalistas.25
25Ibídem, p. 70.
Mediante una esmerada cartografía de Fabrice La Golf, dedican un importante capítulo a las Formas actuales de esclavitud. En este sentido señalan tres formas principales:
La persistencia de la esclavitud tradicional (servidumbre por deuda y venta de niños).La explotación de mano de obra en condiciones de servidumbre extrema (minas, factorías de trata y plantaciones).Servidumbre doméstica clandestina. Oportunamente aclaran que, cuando en un país coexisten diversas formas de esclavitud, solo refieren a la predominante.Con ese criterio identifican varios países y tipos de servidumbre, tales como:
Mauritania: Persistencia de una esclavitud tradicional (100 000 personas) al servicio de las élites de la capital.Senegal: Niñas dedicadas al trabajo doméstico.República Democrática del Congo, Sierra Leona y Guinea: Explotación de niños en las minas de diamantes; y coltán, en el primero de los países referidos.2626 La explotación de niños en la extracción de coltán, mineral compuesto por columbita y tantalita; del que se extrae el tantalio —componente fundamental para los aparatos de última tecnología como móviles, smathpones y portátiles— es muy codiciado debido a sus propiedades: superconductividad, carácter ultrarefractario, ser un capacitor de resistencia a la corrosión y a la alteración en general. Véanse Ana Ruiz: «La esclavitud del siglo xxi: El coltán», en El internacionalista, febrero 15 de 2016, http://www.elinternacionalista.com/2016/02/15/la-esclavitud-del-siglo-xxi-el-coltan/; La esclavitud del coltán, en http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/17498628/La-esclavitud-del-Coltan.html; y «Cada kilo de coltán que se extrae les cuesta la vida a dos niños», en ABC, hemeroteca, 12 de noviembre de 2008, http://www.abc.es/hemeroteca/historico-12-11-2008/abc/Nacional/cada-kilo-de-coltan-que-se-extrae-les-cuesta-la-vida-a-dos-ni%C3%B1os_911176455001.html
En el caso del coltán, según las fuentes ya referidas, la República Democrática del Congo posee 80% de las reservas a nivel mundial y en su explotación se centran la mayor parte de las empresas proveedoras. Debido a la demanda tanto del mineral, como de fuerza de trabajo barata para su extracción, y en la pugna por su control, existe en el Congo una confontación —desde 1998— que ha causado el mayor número de muertes después de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, solo 1% de las reservas se venden legalmente en el mercado a otras empresas, el 99% restante lo trafican las mafias y otras compañías ilegales.
La ONG South Africa Resource Watch publicó un informe en el que acusaba a 22 empresas (fundamentalmente estadounidenses, alemanas, belgas, británicas y chinas, pero también ugandesas o ruandesas) de vender ilegalmente, beneficiándose de la ausencia del Estado para explotar el suelo y obtener así más ganancias. […]
Los recolectores de coltán no solo son adultos en condiciones pésimas sino que en estos yacimientos podríamos ver habitualmente niños. Las escuelas de los alrededores se encuentran vacías debido a que estos niños, de incluso siete años, se adentran en los túneles por una cantidad miserable y ridícula de dinero al día. Las jornadas en las que trabajan superan excesivamente las horas de una jornada laboral normal para nosotros. Estas personas, al prestarse a hacer estos trabajos en estas situaciones y condiciones dejan ver la situación y la pobreza en la que está sumergida el país.27
27Ana Ruiz: ob. cit.
De todas las formas de esclavitud en la actualidad, sobresale la trata de personas como un flagelo mundial. En este sentido:
El más reciente Informe Mundial de la ONU pone de manifiesto la verdadera magnitud del delito. Son al menos 152 los países de origen y 124, los de destino, afectados por la trata, y más de 510 flujos de tráfico que cruzan el mundo, de los que ningún país es inmune.
Los más vulnerables de la sociedad parecen ser cada vez más el blanco de los responsables de este crimen: un 33 % de las víctimas conocidas de la trata son niños, un incremento de cinco puntos en comparación con el periodo 2007-2010. Las niñas (dos de cada tres niños víctimas) junto con las mujeres, ahora representan el 70 % de las víctimas de trata en todo el mundo). 28
28 Véase Iramsy eraza Forte: «La trata de personas sigue siendo un problema de grandes dimensiones en pleno siglo xxi, como vienen alertando todos los organismos internacionales», en Granma, 9 de diciembre de 2016, http://www.granma.cu/mundo/2016-12-09/esclavos-del-siglo-xxi-09-12-2016-00-12-49
Entonces ¿cómo se comporta en el continente africano a nivel internacional. Según las fuentes que abordan el quinquenio 2010-2014, y que aúnan África y Oriente Medio, predomina el tráfico destinado a la explotación sexual, al trabajo forzado y en menor medida la extracción de órganos y otras formas de explotación (ver Gráfico 2).
Gráfico 2
Formas de exploración más comunes detectadas entre las víctimas de trata de personas (2010-2014)
Según los grupos de edades se evidencia un predominio mundial del tráfico infantil en esta zona respecto de las personas adultas (ver Gráfico 3), lo que coincide con lo señalado a nivel cartográfico por los autores referidos con anterioridad.
Gráfico 3
Proporción de niños y adultos entre las víctimas de trata detectadas, por regiones (2010-2014)
En relación con los flujos migratorios forzados, se aprecia inicialmente el lugar de destino de personas procedentes de África Subsahariana hacia el Oriente Medio y Europa, pero también se efectúa un reflujo con diversos fines hacia Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, según los núcleos fuertes o las redes internacionales del tráfico (ver Gráfico 4).
Todo lo anterior hace posible desglosar la dinámica de las corrientes migratorias de la trata de personas a nivel mundial, donde el continente africano sigue siendo objeto de muy diversas sangrías demográficas y de explotación de sus recursos humanos (ver Gráfico 5).
Gráfico 4
Las flechas muestran los principales flujos internacionales asosiados a la trata de personas
Gráfico 5
Desglose de las corrientes de la trata de personas según el alcance geográfico (2010-2014)
Las visiones interpretativas sobre el continente africano y sus pueblos han sido y aún son muy variadas. No es igual la visión de muchos pueblos autóctonos, cuya etnogénesis se identifica con la descendencia de un ancestro fundador de un linaje —o con un mito cosmogónico que deifica una jerarquía hereditaria por vía patrilineal, matrilineal o bilateral, según el caso— a la interpretación exógena marcada por intereses del saqueo colonial, influencia geopolítica o por la visión racista signada por las características fenotípicas de las personas, con énfasis en el color de la piel.
La propia argumentación epitelial sobre la denominada África negra para distinguirla de África sahariana o supuestamente «blanca» es un mito perverso del colonialismo y sus discursos de dominación, el cual desconoce la alta movilidad demográfica de los pueblos autóctonos durante milenios. Recordemos que en 1747 el dibujante de mapas Emmanuel Bower le añadió al término Guinea, que era usado para señalar la principal región de la trata, el de Negroland o «tierra de negros» un signo marcadamente racista en relación con las principales víctimas de la trata trasatlántica de personas esclavizadas.29
29Véase Markus Rediker:El barco de esclavos. Una historia humana.Imagen Contemporánea, La Habana, 2014.
África, como continente que sirve de espacio al origen de la especie humana, se encuentra obviamente más cercana a los homínidos melanodermos originarios, con independencia de las múltiples mutaciones biológicas y acciones culturales efectuadas durante milenios hasta abarcar la mayor parte de la esfera terrestre.
El tan llevado y traído tono claro de piel, muy asociado con las características fenotípicas europeas, evolucionó mucho antes de lo que se creía: hace aproximadamente 8 000 años, según un estudio que divulgó en abril de 2015 la revista Science. Un equipo de científicos de tres continentes encabezado por Lain Mathieson y David Reich, del Departamento de Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad estadounidense de Harvard, realizó la investigación. Revela pistas sobre las claves de la evolución genética y llegó a la conclusión que la mayor parte del tiempo que los humanos vivieron en Europa presentaban piel oscura, ya que los genes que determinan la piel clara aparecieron en ese continente hace relativamente poco. Los especialistas, que se basaron en 83 muestras genéticas de un amplio rango de poblaciones europeas ancestrales, establecen que no fue hasta hace 7 800 años que migraron los primeros agricultores del cercano Oriente a través de Turquía e hicieron aparecer dos genes claves: SLC24A5 y SLC45A2, relacionados con el proceso de despigmentación epitelial.30
30 Véanse «¿Europeos de tez oscura?: Oriente Próximo ‘llevó’ la piel clara al viejo continente», en http://www.actualidad.rt.com/ciencias/171339-europeos-tez-oscura-oriente-proximo y «How Europeans evolved white shin», en http://www.news.sciencemag.org/archaeology/2015/04/how-europeans-evolved-white-skin Correo electrónico recibido el miércoles 08/04/2015 a las 07:45 a.m. Cortesía de Manuel López Oliva. Consulta el 3 de junio de 2015.
Hay, por ejemplo, obras colectivas de sumo interés como la Encarta Africana (1999), publicada en versiones digital y en papel, de modo especial debido al reconocido conjunto de autores que participan en ella;31 sin embargo, en otro orden más abarcador se caracteriza por un enfoque conscientemente tendencioso, asociado con las ideas iniciales del panafricanismo fuera de las fronteras del continente africano.
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