Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín es considerada por muchos una obra menor de Lorca, tanto por su extensión como por su apariencia un tanto frívola. Sin embargo, a pesar de la ternura de los personajes y de la trama ligera que parece tener, la obra encierra la desgarradora tragicomedia de desamor de un anciano que, incapaz de encontrar el amor, obliga a casarse con él a una joven muchacha.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 24
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Federico García Lorca
Saga
Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín
Cover image: Shutterstock
Copyright © 1933, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726479690
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
Casa de don PERLIMPLÍN. Paredes verdes con las sillas y muebles pintados en negro. Al fondo, un balcón por el que se verá el balcón de Belisa. PERLIMPLÍN viste casaca verde y peluca blanca llena de bucles. Marcolfa, criada, el clásico traje de rayas.
PERLIMPLÍN. ¿Sí?
MARCOLFA. Sí.
PERLIMPLÍN. Pero ¿por qué sí?
MARCOLFA. Pues porque sí.
PERLIMPLÍN. ¿Y si yo te dijera que no?
MARCOLFA. (Agria). ¿Qué no?
PERLIMPLÍN. No.
MARCOLFA. Dígame, señor mío, las causas de ese no.
PERLIMPLÍN. (Pausa). Dime tú, doméstica perseverante, las causas de ese sí.
MARCOLFA. Veinte y veinte son cuarenta…
PERLIMPLÍN. (Escuchando). Adelante.
MARCOLFA. Y diez cincuenta.
PERLIMPLÍN. Vamos.
MARCOLFA. Con cincuenta años ya no se es un niño.
PERLIMPLÍN. Claro.
MARCOLFA. Yo me puedo morir de un momento a otro.
PERLIMPLÍN. ¡Caramba!
MARCOLFA. (Llorando). ¿Y qué será de usted sólo en este mundo?
PERLIMPLÍN. ¿Qué sería?
MARCOLFA. Por eso tiene que casarse.
PERLIMPLÍN. (Distraído). ¿Sí?
MARCOLFA. (Enérgica). Sí.
PERLIMPLÍN. (Angustiado). Pero Marcolfa… ¿por qué sí? Cuando yo era niño una mujer estranguló a su esposo. Era zapatero. No se me olvida. Siempre he pensado no casarme. Yo con mis libros tengo bastante. ¿De qué me va a servir?
MARCOLFA. El matrimonio tiene grandes encantos, mi señor. No es lo que se ve por fuera. Está lleno de cosas ocultas. Cosas que no está bien que sean dichas por una servidora… Ya se ve…
PERLIMPLÍN. ¿Qué?
MARCOLFA. Me he puesto colorada.
(Pausa. Se oye un piano).
UNA VOZ. (Dentro, cantando).
Amor, amor.
Entre mis muslos cerrados
nada como un pez el sol.
Agua tibia entre los juncos,
amor.
¡Gallo, que se va la noche!
¡Que no se vaya, no!
MARCOLFA. Verá mi señor la razón que tengo.
PERLIMPLÍN. (Rascándose la cabeza). Canta bien.
MARCOLFA. Ésa es la mujer de mi señor. La blanca Belisa.
PERLIMPLÍN. Belisa… Pero no sería mejor…
MARCOLFA. No… venga ahora mismo. (Le coge de la mano y se acercan al balcón). Diga usted Belisa…
PERLIMPLÍN. Belisa…
MARCOLFA. Más alto.
PERLIMPLÍN. ¡Belisa!…
(El balcón de la casa de en frente se abre y aparece Belisa resplandeciente de hermosura. Está medio desnuda).
BELISA. ¿Quién me llama?