Antropología biológica aplicada en Cuba - Armando Rangel Rivero - E-Book

Antropología biológica aplicada en Cuba E-Book

Armando Rangel Rivero

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Beschreibung

Panorama histórico sobre la introducción y desarrollo de antropología biológica en Cuba, al tiempo que muestra resultados de investigaciones realizadas por destacados profesionales cubanos cuyos aportes abarcan campos tan diversos como las exploraciones arqueológicas, los estudios forenses, el desarrollo del movimiento deportivo cubano, la alimentación (en particular de las generaciones más jóvenes), la reproducción humana, el bienestar de los adultos mayores. La presente compilación promete ser útil herramienta de consulta para profesores, investigadores y estudiantes, así como obra de atractiva divulgación científica para lectores interesados en estos temas.

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Seitenzahl: 403

Veröffentlichungsjahr: 2024

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premio editorial uh 2021

jurado categoría Ciencias naturales y exactas

Dra. Yamilka Rodríguez Gómez, presidenta

Dra. Ana Clara Sanz Ochotorena

Dra. Paula Ortiz Guilián

ediciónAlexander Machado Tineo

diseño de perfil de la colecciónAlexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada / Claudio Sotolongo

DiseñoMaday García Cáceres

composiciónDariel León Laffita / Cecilia Sosa Díaz

Conversión a ebookGrupo CreativoRuthCasa Editorial

 

Control de la calidadBoris Badía Díaz

 

sobre la presente edición© Armando Rangel Rivero, 2021

© Vanessa Vázquez Sánchez, 2021

© Editorial UH, 2024

 

isbn9789597265719

 

editorial UHDirección de Publicaciones Académicas,

Universidad de La Habana

Edificio Dihigo, Zapata y G, Plaza de la Revolución,

La Habana, Cuba. CP 10400.

Correo electrónico:[email protected]

 

 

Índice de contenido
Prólogo
Antropología biológica aplicada en Cuba
Agradecimientos
Introducción
Las investigaciones de antropología biológica aplicada realizadas desde el Museo Antropológico Montané: 1962-2009
Armando Rangel Rivero
Introducción
El periodo 1962-2009 en las investigaciones de antropología biológica aplicada realizadas desde el Museo Antropológico Montané
Consideraciones finales
Bibliografía
Las investigaciones de antropología biológica aplicada y los proyectos de extensión universitaria desde el Museo Antropológico Montané: 2010-2019
Vanessa Vázquez Sánchez
Armando Rangel Rivero
Las investigaciones en el Museo Antropológico Montané: 2010-2019
Los proyectos de extensión universitaria relacionados con la prevención de la obesidad
Las investigaciones de antropología biológica aplicada en la comunidad rural La Picadora, Yaguajay, en el periodo 2014-2019
Antecedentes de trabajo de los investigadores del Museo Antropológico Montané en La Picadora
Investigaciones de osteología y bioarqueología
Investigaciones de ecología humana, antropología nutricional y de la alimentación
Consideraciones finales
Bibliografía
La osteología y su aplicación para el conocimiento de un sitio prehispánico de Cuba
Carlos Arredondo Antúnez
Introducción
Desarrollo
Área de estudio
Canímar Abajo: importante sitio de enterramiento
Estudios de osteología
La trilogía identificativa y su importancia en los estudios realizados
Paleopatologías
Osteología de restos no humanos y su aplicación al conocimiento bioarqueológico de los antiguos habitantes de Canímar Abajo
Consideraciones finales
Bibliografía
La morfometría geométrica y la fotogrametría: nuevas herramientas para la antropología biológica en Cuba
Alejandro José Gómez-García
Morfometría
Colecciones y museos antropológicos
Fotogrametría
Ejemplo práctico para la construcción de un modelo 3D
Utilización de modelos 3D basados en las colecciones del Museo Antropológico Montané
Consideraciones finales
Bibliografía
La morfometría geométrica aplicada a interpretaciones del tamaño y la forma craneal de poblaciones aborígenes cubanas
Naila García Méndez
Carlos Arredondo Antúnez
Carlos Alberto Mancina González
Introducción
Muestra y métodos de investigación
Desarrollo
Variación en la forma del cráneo en vista frontal y lateral
Comparación entre cráneos deformados cubanos (agroalfareros) y cráneos de otras regiones de América
Consideraciones finales
Bibliografía
Los métodos de microscopía en la antropología biológica: su aplicación en estudios de poblaciones de Santiago de Cuba
Mario Juan Gordillo Pérez
Yaumel Calixto Arias Sosa
Lisbeth Lima Hechavarría
Introducción
La estimación de la edad cronológica a través del método histomorfométrico
Cuerpos de Barr en la pulpa dental de restos esqueléticos
La microscopía holográfica digital de polarización (MHD-P) en el estudio de la sicklemia
Consideraciones finales
Bibliografía
Antropología forense: generalidades y desarrollo en Cuba
Dodany Machado Mendoza
La antropología forense como ciencia
La antropología forense en Cuba
La antropología forense en la práctica cotidiana
El hallazgo
El laboratorio
Antropología dental forense
La antropología forense en los desastres
Los desastres aéreos. El lugar del siniestro
La identificación de los cuerpos o fragmentos
Consideraciones finales
Bibliografía
Los dermatoglifos: su aplicación en investigaciones de la población cubana
Lucía Fariñas Rodríguez
Generalidades sobre los dermatoglifos
Principios fundamentales de los dermatoglifos
Guía práctica para la toma y análisis de los dermatoglifos1
Toma de la impresión digital y palmar
Identificación de figuras digitales
Patrón de intensidad de figura (PII)
Conteo de crestas digitales
Cálculo del número total de crestas digitales (TRFC)
Conteo de crestas interdigitales (ab, bc y cd)
Posición del trirradio axial t
Cálculo del índice de línea principal (MLI)
Aplicación de los dermatoglifos
Investigaciones y aplicación de los dermatoglifos en Cuba
Consideraciones finales
Bibliografía
Bases teórico-metodológicas de la antropología biológica aplicada al deporte: el paradigma cubano
Wiliam Carvajal Veitía
Introducción
El modelo piramidal darwiniano, fuente de variación biológica del deportista
Bases genéticas de la antropología biológica aplicada al deporte
Importancia de la evaluación morfofuncional de los deportistas durante el proceso de selección natural
Consideraciones finales
Bibliografía
La antropología médica todavía busca su espacio en Cuba
Zoe Díaz Bernal
Aplicaciones de la antropología médica en el campo de la salud y principales resultados durante el último decenio
Un congreso favorecedor
Consideraciones finales
Bibliografía
Promoción de salud desde un proyecto universitario con enfoque antropológico: estudio de caso en una muestra de escolares cienfuegueros
Dulce Milagro Niebla Delgado
Arianna Carreño Nieblas
Lisandra Peña Gómez
Vanessa Vázquez Sánchez
Yoandry Alfonso Díaz Fuentes
Introducción
Antecedentes: experiencias en La Habana
¿Por qué replicar el estudio en la provincia de Cienfuegos?
Proyecto universitario «De la mano de Martí aprendo a cuidar mi salud» en Cienfuegos
Sujetos y métodos
Metodología
Análisis de resultados
Consideraciones finales
Bibliografía
Una visión antropológica de las prácticas alimentarias de adolescentes con sobrepeso y obesidad del municipio de Bahía Honda, Artemisa
María Elena Díaz Sánchez
Yaremis Blanco Socarrás
Introducción
Metodología
Resultados
Consideraciones finales
Bibliografía
Biodemografía y análisis generacional de la historia reproductiva de mujeres residentes en el municipio habanero Plaza de la Revolución: estudios de caso
Vanessa Vázquez Sánchez
La biodemografía: definiciones teóricas
La biodemografía en los estudios de la población cubana
Primer estudio de caso. Eficacia biológica de una muestra de población residente en el municipio Plaza de la Revolución
El modelo reproductor y la mortalidad prerreproductiva de la descendencia de mujeres residentes en el municipio Plaza de la Revolución
Segundo estudio de caso: análisis de la historia reproductiva de dos generaciones de mujeres residentes en Plaza de la Revolución
Muestreo y procedencia de los datos
Principales resultados. Análisis de las gestaciones y nacidos vivos
Interrupción voluntaria del embarazo
Tercer estudio de caso: análisis de la historia reproductiva de tres generaciones de mujeres residentes en Plaza de la Revolución
Análisis de la historia reproductiva de las mujeres de las tres generaciones
Consideraciones finales
Bibliografía
El bienestar de un grupo de adultos mayores de La Habana
Ailyn Delgado Pérez
Luisa Íñiguez Rojas
Introducción
Referentes teóricos acerca de la vejez y su aplicabilidad en Cuba
Sujetos y métodos
Características sociodemográficas de los adultos mayores
Rasgos de la vida cotidiana de los adultos mayores
La subjetividad
¿Cómo perciben su salud y el acceso a los servicios sanitarios?
Consideraciones finales
Bibliografía
Sobre los autores

Prólogo

El libro que aguarda al lector supone un breve recorrido por la evolución de la antropología física o biológica en Cuba y muestra las tendencias actuales de esta ciencia en el país. Los diferentes capítulos permiten reflexionar sobre el devenir de la disciplina, los esfuerzos de los investigadores por analizar situaciones de amplio alcance social, en una redirección de la antropología al servicio de la casuística local y regional.

Razones coyunturales contribuyeron a que los bioantropólogos cubanos, desde la década de 1960, encauzaran sus intereses de estudio hacia temas de utilidad práctica, identificándose así con el principal compromiso de la ciencia en favor de quienes permiten al investigador adentrarse en sus intimidades como sujetos y/o grupos poblacionales de estudio. Ejemplos de antropólogos entregados, que no pueden pasar inadvertidos para el lector, se mencionan en el primer capítulo del libro, donde también se repasa el proceso de introducción de la disciplina en Cuba. Se relatan los inicios del contacto con investigadores soviéticos, checoslovacos y polacos en las décadas de los 60 y 70 y, un poco más adelante también, con profesionales checos, latinoamericanos y españoles que continúan formando parte de la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y con quienes se han desarrollado proyectos, tesis y numerosos artículos científicos colaborativos. En el segundo capítulo se reportan las líneas de investigación más relevantes durante el sigloxxi, poniendo de relieve la sinergia con numerosos organismos ajenos a la universidad y la aplicación de la antropología física o biológica en la prevención epidemiológica y la promoción de la salud.

Importante es destacar, en los trabajos que se suceden, la incorporación de aportes de otras disciplinas al profundizar en el estudio de la diversidad biológica de las poblaciones y el acento en lasperspectivasecológicas y sociales para el análisis. Relevante además es el hecho de que los autores representen una diversidad de filiaciones que acreditan, por parte de las instituciones, el reconocimiento de la contribución antropológica. Cada uno de los capítulos responde al desarrollo de investigaciones que superan los límites entre ciencia básica, ciencia aplicada y tecnología, la subdivisión de la disciplina y el manido hábito de oponer poblaciones actuales a poblaciones históricas.

Cada aporte traza las líneas de una temática que va desde la evolución histórica de la antropología en el Museo Antropológico Montané, de la Universidad de La Habana, hasta las actuales aportaciones de la disciplina en el campo biosanitario de la nutrición, la salud reproductiva y el envejecimiento, entre otros. Ello sin olvidar los proyectos de extensión universitaria desarrollados desde la referida institución que, en nuestra opinión, ha sido y es un importante sostén de la disciplina en el país.

En los capítulos de esta obra se abordan la aplicación de diferentes metodologías para reconstruir las historias de vida de los grupos humanos; aportes desde la antropología a las ciencias forenses; nuevas herramientas como la histomorfometría, la morfometría geométrica o la fotogrametría, que permiten análisis antropológicos no tradicionales. Otros apartados se ocupan del estudio de los cambios morfológicos y funcionales en relación con el rendimiento deportivo, así como el conocimiento de la variabilidad de la composición corporal a lo largo del ciclo vital. Todo ello con el objetivo práctico de comprender las asociaciones de estos cambios con los estilos de vida que aportan respuestas en las que deben basarse las estrategias educativas en el ámbito de la alimentación y la práctica de actividad física, especialmente en los niños y adolescentes.

El resto de los capítulos afrontan, con perspectiva antropológica, aspectos tan importantes como el estudio de variables demográficas de la población cubana para comprender su dinámica histórica y proyección futura. Para finalizar, se abordan temas como la importancia del proceso de envejecimiento desde una óptica biosocial y espacial, y el desarrollo de la antropología médica, que interpreta la salud de los diferentes grupos humanos en relación con los factores socioeconómicos y culturales que les son propios.

Sirva este prólogo para expresar públicamente el agradecimientoa los antropólogos cubanos (los que ya no están y los que han continuado la obra de los primeros) que han construido una disciplina particular, pero no por ello ajena a la comunidad científica internacional, especialmente a los autores y compiladores de esta obra.

Nuestras más expresivas gracias a ellos también por su gentil invitación para escribir estas líneas, que introducen al interesado en un manual imprescindible para entender el desarrollo y alcance de la antropología física o biológica en nuestra querida Cuba.

 

Dra. María Margarita Carmenate MorenoDra. María Dolores Marrodán Serrano

Madrid, agosto de 2019

Antropología biológica aplicada en Cuba

A Manuel Fermín Rivero de la Calle

y Antonio Julián Martínez Fuentes.

 

Agradecimientos

A la doctora Ana Sanz Ochotorena, presidenta de la Comisión Nacional de la Carrera de Biología, y a la doctora Nereyda Moya Padilla,impulsora de los estudios antropológicos y coordinadora de la maestría en Estudios Históricos y Antropología Sociocultural Cubana, de la Universidad de Cienfuegos, por el apoyo de ambas a la docencia de pregrado y posgrado en Antropología Biológica.

A los profesores Dennis Denis Ávila y Yamilka Rodríguez, de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, por la revisión de dos capítulos.

A Yenileidy Queralta Álvarez, por facilitarnos la bibliografía sobre dermatoscopía que se emplea en criminalística.

A todos los niños, a sus familiares y a sus profesores de las escuelas de La Habana y Cienfuegos donde se laboró, durante años. A losadultos mayoresque nos ofrecieron la información necesaria para las investigaciones sobre envejecimiento. A las mujeres encuestadas del municipio de Plaza de la Revolución, por su sinceridad y colaboración; sin ellas el capítulo sobre biodemografía no hubiese podido escribirse.

Un especial reconocimiento para María Dolores Marrodán, por sus años de quehacer y porque, con extraordinario amor, siempre se mantiene dispuesta a ayudar. A Margarita Carmenate, la amiga y colega que siempre nos separa un espacio dentro de su preciado tiempo.

A los alumnos que nos han acompañado en todas las investigaciones, algunos de ellos ya nos honran al aparecer como autores en esta modesta contribución a la antropología de la isla.

A los profesores de la Universidad del Sur de Australia, Kevin Norton y Timothy Olds, así como al investigador del Instituto Nacional del Deporte Francés, Adrien Sedeaud, quienes facilitaron algunos materiales valiosos para la comprensión de los procesos de optimización morfológica en los deportistas internacionales, lo que sirvió de apoyo para que el capítulo sobre deporte adquiriese mayor actualidad. A las profesoras, tutoras y amigas Sofía León Pérez y María Elena González Revuelta, del Instituto de Medicina del Deporte, quienes hicieron valiosas sugerencias para el desarrollo de la tesis doctoral de la cual se desprende una parte importante del capítulo sobre antropología biológica aplicada al deporte. En este sentido es necesario agradecer a los biólogos Gustavo Sánchez Ramírez (†), Carlos Alberto Rodríguez Alonso, José Raúl Siret Alfonso, Hamlet Betancourt León, Yanel Deturnell Campo; también a las antropometristas Elena García (†), Miriam Martínez Acosta, Ibis Echavarría García, Lianet Rabelo (†) y María Eugenia Castillo, quienes desde el Laboratorio de Cineantropometría del Instituto de Medicina del Deporte, así como desde otras instituciones de la Red Nacional de Medicina del Deporte, han evaluado a los protagonistas principales de ese capítulo: los deportistas cubanos de alto rendimiento.

A Titi, Ester y al resto de los habitantes de La Picadora, Yaguajay, por su hospitalidad y apoyo, al permitirnos realizar investigaciones de antropología biológica en su comunidad. A los especialistas del Parque Nacional Caguanes, en especial a Daily Borroto Escuela, por facilitar el trabajo con los pescadores del municipio.

A Virginia Beatriz Paz San Pedro, directora del Archivo de la Universidad de La Habana.

Introducción

En 1899 la Cátedra de Antropología y Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana aglutinó a un conjunto de personalidades que continuaron las investigaciones iniciadas por los miembros de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, fundada en 1877. La enseñanza de la antropología comenzó a inicios del sigloxxy le correspondió a la Facultad de Letras y Ciencias promover esta ciencia entre pedagogos, naturalistas y abogados.

En 1962, la Escuela de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias continuó la docencia de la Antropología Física. Con la creación de la Facultad de Biología en 1976 y con los nuevos programas docentes, la disciplina se impartió solo en posgrado, luego reapareció en el pregrado a inicios de la década de los noventa con el nombre de Biología Humana y posteriormente, y hasta la fecha, como Antropología Biológica. Es necesario mencionar otras tres instituciones de estudios superiores, además de la Universidad de La Habana, en las que se impartía Antropología y Arqueología: la antigua Universidad de Villanueva, en la cual trabajaban Julio Morales Coello y Carlos García Robiou, el primero, como conferencista de Antropología General y Jurídica, y el segundo, como profesor de Biología y Antropología; la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, en cuya Cátedra C de la Escuela de Pedagogía enseñaban Manuel Rivero de la Calle y Adolfina Consuegra Rodríguez, como profesores de Antropología General. Por último, la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, donde se destacaron los profesores Douglas Blair y Felipe Martínez Arango. En la actualidad se enseña Antropología Biológica en la carrera de licenciatura en Biología de las universidades de La Habana, Central de Las Villas, y de Oriente.

Juan Luis Epifanio Montané Dardé, considerado el padre de la antropología física en Cuba y quien fuera director del Museo Antropológico desde 1899 hasta 1919, fue un hombre de erudición extraordinaria, que nunca llegó a escribir un libro para las asignaturas que impartió en la Universidad de La Habana. El que estaba preparando, con el título «Los indios de Cuba», lo dejó inconcluso. Aunque, si bien no llegó a publicarse, en el periódicoCuba y América–que circuló en La Habana entre 1899 y 1917–, dio a conocer dos capítulos: «Galta» y «Los farallones de Maisí» (n.o104, septiembre, 1901). Aparece una nota aclaratoria en ambos casos que dice «del libro inédito “Los Indios de Cuba”» (Montané 1901). Además, Montané publicó en ese mismo órgano de prensa otros dos artículos: «Algunas notas sobre arqueología cubana» (n.o102, julio, 1901), y «Razas indígenas de América» (n.o3, año VIII, vol. XI, 1903); los dos estaban relacionados con el primer programa de enseñanza que incluía temas de prehistoria de Cuba, antropología ecológica, razas y etnología.

Tras la jubilación de Montané, Arístides Estéfano Mestre Hevia asumió la Cátedra de Antropología en 1920 y comenzó a preparar nuevos programas incrementando las temáticas vinculadas con la antropología y la arqueología. Elaboró varios libros de texto, entre ellos,Antropología jurídica,1en 1921, en el cual resumió sus conferencias de Medicina Legal y Psiquiatría de la carrera de Derecho, y tres años más tardeCurso de antropología general (notas de clase).2

La profesora Teresa de Jesús Quintana Gurri Aguilera, del Museo Antropológico Montané, publicó en 1939, para la docencia universitaria,Antropología general,3libro que estructuró por lecciones y conferencias y que utilizó hasta su jubilación. Los temas que abordaba sobre evolución humana, prehistoria, «razas» y características físicas de los hombres, estaban muy actualizados. Además, tenía la impronta de ser el primer texto de esta disciplina escrito en Cuba por una mujer.

Entre 1952 y 1960 la dirección del Museo Antropológico Montané fue asumida por Carlos García Robiou. Con él laboraban René Victoriano Herrera Fritot, Teresa Gurri Aguilera y Julio Morales Coello. En las décadas de los años cuarenta y cincuenta destacan los librosNociones de antropología general,4de 1946, de Julio Morales Coello, así comoCurso de antropología general,impreso mimeografiado en dos tomos, yLecciones de antropología general,ambos de 1953, elaborados a partir de las versiones taquigráficas de las clases que Carlos García Robiou y Teresa Gurri impartían para las carreras de Ciencias Naturales y Pedagogía.5

Manuel Rivero de la Calle escribió en 1954Antropología general,editado por la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu. Es un texto que da valor a la historia de la antropología y a la arqueología en el sigloxxcubano. A su vez, con la profesora Adolfina Consuegra Rodríguez, Rivero de la Calle publicó en 1956Ejercicios prácticos de antropología física.En 1964 René Herrera Fritot publicaCraneotrigonometría. Tratado práctico de geometría craneana, cuando laboraba en el Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba.

En la década de 1980 destacan tres libros de texto publicados por la Editorial Científico-Técnica. De Manuel Rivero de la Calle,Antropología de la población adulta cubana(1984), yNociones de anatomía humana aplicada a la arqueología(1985),y de Antonio Julián Martínez FuentesAntropología física: el hombre y su medio(1987). En el primero se describen las características físicas, somatoscópicas, las dimensiones corporales y las variables fisiológicas de diversos grupos de la población cubana. El segundo es un manual que, en forma resumida, aporta los elementos necesarios para una correcta identificación de los restos óseos, con aplicación práctica en antropología y arqueología. El tercero fue utilizado durante años como libro de texto básico en la enseñanza de pregrado de la Antropología Física en la Universidad de La Habana y es una obra que permite al lector iniciarse en el conocimiento y estudio de la biología humana.

Más recientemente, en 2009, la Editorial Ciencias Médicas publicaBioantropología de la nutrición: crecimiento, maduración y desarrollo,de la autoría de María Elena Díaz Sánchez, que se emplea en la asignatura Bioantropología de la Nutrición, del perfil de Nutrición y Dietética, en las facultades de Tecnología de la Salud. Este volumen trata numerosos aspectos relacionados con el crecimiento, la maduración y el desarrollo humanos. A su vez, la historia de la antropología en nuestro país ha sido referenciada enAntropología en Cuba. Orígenes y desarrollo,de Armando Rangel Rivero, que cuenta con dos ediciones, una en 2012 y otra en 2019.

Por otra parte, varios artículos publicados en revistas nacionales e internacionales dan cuenta del carácter práctico de las investigaciones bioantropológicas. Entre estos trabajos destacan los siguientes: «The application and practice of Physical Anthropology in Cuba», escrito por Curtis Wienker y Antonio J. Martínez Fuentes, y publicado en la revista norteamericanaPracticing Anthropology(vol. 17, 1995); «Desarrollo, situación actual y perspectivas de la Antropología física en Cuba», de Manuel Rivero de la Calle y colaboradores, en la revista mexicanaEstudios de Antropología Biológica(vol 19, n.oIX, 1999); «La antropología física en Cuba», de Antonio J. Martínez Fuentes enCatauro,Revista Cubana de Antropología(n.o5, 2002), y de este mismo autor «Desarrollo de la antropología física aplicada en Cuba», que apareció como capítulo del libroAntropología social. Selección de lecturas, publicado en 2003 por la Editorial Félix Varela.

En el año 2011, a solicitud de la Fundación Fernando Ortiz, se editó el número 23 deCatauro, Revista Cubana de Antropología, el cual estuvo dedicado a la antropología biocultural en Cuba y a la enseñanza universitaria de esta disciplina. Se abordaron tópicos como la evolución conjunta de los genes y la cultura, la reproducción, la nutrición, la alimentación y la bioarqueología.

Los libros y artículos referidos anteriormente constituyen los antecedentes de la presente obra, que da continuidad y argumenta la existencia de una escuela cubana de antropología biológica. El volumen que ponemos a consideración del lector ha sido escrito por un colectivo de autores de diferentes instituciones del país, con resultados aplicados en temas como los proyectos de extensión universitaria en el Museo Antropológico Montané, la osteología, la antropología forense, los métodos de microscopía, la morfometría geométrica y la fotogrametría, la antropología biológica aplicada al deporte, la promoción de salud, las prácticas alimentarias de adolescentes con sobrepeso y obesidad, la biodemografía, la antropología aplicada a la salud y el bienestar de un grupo de adultos mayores, y los dermatoglifos.

Esta recopilación de investigaciones de diversas ramas de la antropología biológica son estudios de caso que se han desarrollado principalmente en las dos primeras décadas del sigloxxi,en diferentes contextos espaciales y temporales de Cuba y en varios grupos poblacionales. El contenido de los capítulos aportará a la docencia de pregrado de la licenciatura en Biología. Respecto a los estudios de posgrado, contribuirá a cursos, diplomados, a la maestría de Biología –en su mención en Antropología–, al doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana y a la maestría de Estudios Históricos y de Antropología Sociocultural Cubana, que se imparte en las universidades de Cienfuegos y Pinar del Río, entre otros.

 

Armando Rangel Rivero

Vanessa Vázquez Sánchez

 

1 Mestre Hevia, Arístides (1921). Antropología jurídica. La Habana: Imprenta y Librería La Propaganda.

2 Mestre Hevia, Arístides (1924). Curso de antropología general (notas de clase). La Habana. Imprenta y Papelería Rambla, Bouza y Ca.

3 Gurri Aguilera, María Teresa de Jesús (1939). Antropología general(curso 1938-39). La Habana: Universidad de La Habana, Asociación de Estudiantes de Pedagogía, Departamento de Publicaciones [mimeografiado].

4Morales Coello, Julio (1946).Nociones de antropología general, 3.aed.,vol. I [mimeografiado]. La Habana: Imprenta de la Universidad de La Habana.

5El segundo título aparece bajo el sello Casa Editorial Radiante. Todo el material visual que ilustra ambas obras se corresponde con piezas existentes en el Museo Antropológico Montané.

Las investigaciones de antropología biológica aplicada realizadas desde el Museo Antropológico Montané: 1962-2009

Armando Rangel Rivero

 

Introducción

En el año 1778 Jean-Baptiste-René Robinet, filósofo y naturalista francés, propone una definición de «antropología» que abriría el debate. Tal definición sería tomada en cuenta por los amantes de esta disciplina para cambiar el panorama de los estudios sobre el ser humano en la decimonónica centuria:

 

La antropología nos enseña a conocer el origen del hombre, los diversos estados por los que pasa, sus facultades o acciones, para deducir el conocimiento de la naturaleza, de sus relaciones, de su destino y de las reglas a las cuales debe conformarse para poder responder adecuadamente […], está sujeta a todas las ciencias; de ellas toma o provee los principios y reporta al hombre todas las consecuencias que le pueden ser útiles […], todas las ciencias que el hombre cultive o pudiese cultivar estarán siempre unidas por algún lugar a la antropología, que es la más importante de las ciencias. (Gossiaux 1989, p. 62).

 

El fundador de la antropología física cubana, Juan Luis Epifanio Montané Dardé, en una presentación que realizó en 1878 en la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, argumentaba que la antropología era la historia natural del hombre, pero enriquecida con datos tomados de la historia, la arqueología y la lingüística. Además, dividió esta ciencia en antropología general, etnografía y etnología, estableciendo las diferencias que pueden aparecer entre pueblos y «razas» (Rivero de la Calle 1966).

La antropología es una transdisciplina que estudia la unidad y diversidad biológica y social del géneroHomoy sus antecesores, en relación con el medioambiente, los procesos de trasmisión, perduración y organización de la cultura, observados a través del tiempo y el espacio, en los más heterogéneos contextos posibles. Posee un cuerpo teórico y metodológico propio que se va enriqueciendo en la medida que interactúa con otras ciencias (Rangel 2012).

En sus inicios, la antropología física clásica estuvo más vinculada con la historia natural del hombre y la medicina. La etnología, por su parte, era más descriptiva, centrada en los aspectos sociales y culturales de los pueblos, sus tradiciones, religiones, «razas». Describir de conjunto lo biológico y lo cultural, va conformando un campo que no comenzará a desarrollarse hasta el sigloxxy, en particular, en la década de los años sesenta, con la aparición de la «nueva antropología física o biológica», en la que se piensa el ser humano desde una perspectiva biocultural.

El inicio del sigloxxestá marcado por una antropología física racista, eugénica y xenófoba, es raciológica y se basa en las tipologías ideológicas de la época, que tuvieron su impacto sobre el pensamiento fascista hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, con naciones más poderosas, desarrolladas, y otras inferiores, según las corrientes que se defendieron desde Estados Unidos de América, Alemania y el mundo escandinavo. Aunque nos duela, Cuba se vio influenciada por las políticas y movimientos que generó la eugenesia. Los cambios ocurridos con posterioridad a los años cincuenta no implican que desapareciera de pronto el pensamiento anterior, pero sí hay un cuestionamiento hacia el concepto de raza y capacidad craneana –léase: la inteligencia dada por el tamaño de la cabeza– que tanto amparaba la craneometría. Comienza a fallar el concepto de determinismo biológico.

Hay antecedentes muy importantes. Primero, el exilio en México delantropólogo español Juan Comas Camps, uno de los primeros defensores de los derechos humanos; segundo, la obra de Montague Francis Ashley Montagu, director del departamento de Anatomía en la Universidad de Rutgers, quien escribe en 1942 La falacia de laraza. Esta obra influyó en laDeclaración sobre la naturaleza de laraza y las diferencias raciales, redactada por la UNESCO en junio de 1951, porque Ashley Montagu había sido el investigador designado para elaborar la propuesta de este texto. En agosto de 1964 se publicó otra declaración con el título Propuesta sobre los aspectos biológicos de la cuestión racial. Toda esta documentación sentó las bases para la aparición en septiembre de 1967 de la Declaración sobre las razas y los prejuicios raciales (UNESCO 1969).

En las cuatro declaraciones sobre la cuestión racial firmadas entre 1950 y 1967 siempre hubo profesionales de la antropología internacional que mantuvieron relaciones con Cuba e incluso visitaron la isla, participaron en investigaciones conjuntas u ofrecieron conferencias en los congresos y simposios sobre esta ciencia. Entre ellos se pueden mencionar a los doctores Adelaida G. de Díaz Ungría, de Venezuela; al hispano-mexicano Santiago Genovés Tarazaba; a Rudolf Marie Berman, del Instituto Real Tropical de Ámsterdam, profesor de Manuel Rivero de la Calle cuando recibió entrenamiento en Holanda. Pero hubo además un acontecimiento muy interesante y fue la participación de un profesor cubano dentro del Comité de Expertos que, en septiembre de 1967, rubricaron en París la IV Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales. Me refiero a Mariano de Jesús Rodríguez Solveira, quien fuera rector de la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu en el momento en que se le otorgó a Ernesto Guevara de la Serna el título de Doctor Honoris Causa en Pedagogía, en febrero de 1959.

Cuba recibe también la influencia de toda esta nueva lectura antropológica y Fernando Ortiz escribe en 1946 El engaño de las razas. Por su parte, en 1954, el joven naturalista Manuel Rivero de la Calle enseña Antropología en la Universidad Central de Las Villas, con los libros escritos por Montagu, entre ellos Introduction to Physical Anthropology, de 1951.

El desarrollo en campos como la genética de poblaciones, los estudios de paleoantropología, la inmunología y la bioquímica, la bioestadística, la auxología, la biodemografía, la ecología humana, la antropología de la nutrición, la antropología molecular, la antropología del deporte, la antropología forense, y la bioinformática han renovado el pensamiento científico, dando paso a la nueva antropología biológica o física, que demuestra el origen común de todas las poblaciones y que compartimos un patrimonio genético propio de la historia evolutiva.

Según el país y las tendencias se usa «antropología física» para referirse a la perspectiva más tradicional, clásica, que se centra en los aspectos físicos del ser humano. La «antropología biológica» es la interpretación de los datos a partir de los nuevos métodos y técnicas de la biología, de una nueva forma de ver las diferencias y semejanzas entre y dentro de las poblaciones humanas, y de incluir también aspectos de otras ciencias, entre ellas las sociales. La biología humana, por otra parte, fue una alternativa que surgió ante la perspectiva clásica de la antropología. En el presente capítulo aparecen indistintamente usados los términos «antropología física» y «antropología biológica» según el contexto histórico.

Cuando se analiza la antropología física desde sus orígenes –y en particular en el sigloxix, cuando surgen las sociedades antropológicas–, hay un divorcio con los estudios sociales y culturales. Por lo general la disyuntiva está marcada porque predominaban los estudios físicos, los análisis antropométricos y craneométricos y los temas raciales atendiendo al fenotipo. Sin embargo, hoy sabemos que la raza, por ejemplo, es una construcción social, y en Cuba hubo una fuerte fusión cultural entre las poblaciones originarias, los españoles y europeos que arribaron indistintamente, con la población africana traída como mano de obra esclava, o «contratada», como los chinos llegados a partir de 1847.

En la actualidad la antropología física o biológica tiene un sinnúmero de ramas donde los aspectos bioculturales juegan un rol significativo. Más allá de los tradicionales estudios de evolución humana, primatología, paleoantropología, osteología, auxología, antropología forense y etología, se han desarrollado disciplinas como la antropología genética, la biodemografía, y la ecología humana, entre otras. Además, no solo se relacionan los temas biológicos con los culturales, sino que también se incorporan nuevos métodos y técnicas de la biología, como los avances en genética y biología molecular, por citar algunos ejemplos.

En el presente libro podemos ver cómo la antropología física o biológica mantiene una amplia interrelación con la bioarqueología y muy especial con la arqueometría. Cuando se analiza en el laboratorio el material biológico encontrado en una excavación, los restos óseos pueden brindar información sobre aspectos tales como antigüedad, paleodieta y paleopatologías.

Con la nueva antropología física o biológica la tendencia va hacia el incremento de los trabajos que combinen elementos cualitativos y cuantitativos. También se emplean las fuentes documentales y los registros históricos. La antropología aplicada actual incluye diversos aspectos, como los estudios de crecimiento y desarrollo, la genética, la antropología forense, la ergonomía, la antropología industrial, la antropología médica. Hay varios ejemplos de estudios de antropología aplicada, entre ellos los relacionados con el diseño de vestuario, calzado, mobiliario escolar, doméstico o laboral y el transporte.

El periodo 1962-2009 en las investigaciones de antropología biológica aplicada realizadas desde el Museo Antropológico Montané

La antropología física o biológica en Cuba ha estado siempre acorde con los avances a escala internacional, quizás por ello podamos escribir y hablar de una escuela cubana de antropología biológica. Los dos máximos impulsores durante la segunda mitad del sigloxxfueron los doctores Manuel Rivero de la Calle y Antonio Julián Martínez Fuentes. Ambos estudiaron en la Universidad de La Habana, con posterioridad, el primero continuó su formación en Holanda y el segundo, en Bélgica. Ellos tuvieron un amplio intercambio con las tendencias europeas de pensamiento antropológico y de esa forma prepararon a sus alumnos, quienes son los que hoy escriben este libro.

En 1962 se produjo la Reforma Universitaria, con ella se reinaugura el Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana y se crea el Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas hasta que, en 1976, ocurre un cambio de estructura y el museo asume todas las funciones relacionadas con la antropología. En esta etapa la antropología experimenta un desarrollo superior como ciencia, quizás la respuesta está en que se comenzaron a aplicar sus nociones y métodos de trabajo a las nuevas realidades sociales que estaba enfrentado el país.

El 10 de septiembre de 1969 el doctor Manuel Rivero de la Calle, entonces director del Museo Antropológico Montané, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana —actualmente Facultad de Biología—, informó sobre los nuevos derroteros que tomaría la antropología a solicitud de la dirección de la Universidad. El documento propuesto contemplaba varios temas, el más significativo estaba relacionado con las líneas de desarrollo del departamento de Antropología dentro de los planes perspectivos de la escuela. Fue desde entonces y hasta 1976 que se impartió a nivel de pregrado la especialidad de Antropología Física.

El texto fue elaborado por los entonces licenciados Pedro Hidalgo y Antonio Martínez Fuentes, ambos recién graduados que se habían formado bajo la tutoría de Rivero de la Calle. La visión futura dejaba sentadas las bases de que la antropología debía centrarse en los aspectos físicos del estudio biológico del género Homo. Por esta razón, con la especialización en Antropología Física, se produjo un cambio de las asignaturas y los programas de estudios («Lineamientos para el desarrollo del trabajo científico-investigativo» 1969).

En los «Lineamientos para el desarrollo del trabajo científico-investigativo» (1969), la dirección del Museo Antropológico Montané propuso que las labores académicas se realizaran en las dos áreas del conocimiento que siempre se habían laborado: arqueología y antropología física. En la primera se desarrollaría la Bioarqueología. La segunda enfatizaría en cinco aspectos: 1) crecimiento y desarrollo humanos, cuyos temas estarían centrados en el estudio de la composición corporal y el somatotipo en escolares de la ciudad de La Habana, así como de las variaciones «raciales» y regionales en el crecimiento; 2) Antropología deportiva, la cual haría énfasis en el desarrollo físico, la composición corporal y el somatotipo en atletas universitarios de alto rendimiento; 3) Antropología industrial (ergonomía), aquí la propuesta estaba centrada en dos temáticas, el estudio antropométrico para el diseño funcional del puesto de trabajo y de los medios de transporte, al cual se agregó con posterioridad una relacionada con el vestuario; 4) Antropología nutricional, con estudios antropométricos en niños para evaluar su estado nutricional; 5) Raciología, que pretendía estudiar las poblaciones por el color de la piel, teniendo en cuenta aspectos relacionados con su desarrollo físico, la composición corporal, el somatotipo y, en el caso de los descendientes de aborígenes cubanos residentes en la provincia deGranma, la evaluación del estado nutricional y la determinaciónde variables bioquímicas como creatinina, hidroxiprolina, vitamina C, colesterol, lípidos, proteínas totales y glucosa. Para esta última fase acompañaron al profesor Manuel Rivero de la Calle el antropometristaOnelio González Medina y la profesora de Bioquímica Olimpia Carrillo. Estas pesquisas proponían incluir además a los descendientesde yucatecos residentes en Madruga, La Habana; los japoneses de la Islade la Juventud; los asiáticos de La Habana; los indostanos de Guantánamo; los suecos de Santiago de Cuba; y los haitianos y jamaicanos de Camagüey y Guantánamo.

Se contaba con experiencia acumulada durante años, porque desde el mes de noviembre de 1964 se había concebido una de las expediciones más importantes realizadas a la región de Yateras, provincia de Guantánamo, con el objetivo de buscar supervivientesaborígenes. El equipo estaba integrado por Manuel Rivero de la Calle, de la Universidad de La Habana; Rodolfo Felipe Payarés Suárez, arqueólogo de la Academia de Ciencias de Cuba; Voolf V. Guinsburg, del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); y los investigadores de la República de Checoslovaquia Milan Pospísil, antropólogo de la Universidad de Bratislava, y el etnógrafo Miloslav Stingl. En esta década la región de Yateras se convirtió en el escenario de trabajo de campo del Museo Antropológico Montané. Varias expediciones se hicieron con estudiantes de la Universidad de La Habana y especialistas de distintas disciplinas, tanto de la capital como de Santiago de Cuba y Guantánamo. Los habitantes de los poblados de San Andrés, Purialito, Los Pozos y La Caridad de los Indios fueron fotografiados, medidos, pesados y entrevistados.

En 1972 Rivero de la Calle organizó la expedición antropológica a Yateras, con el objetivo de realizar estudios somatoscópicos y somatométricos de los descendientes de aborígenes cubanos. En esta oportunidad lo acompañaron tres alumnos: María Elena Díaz, Oscar Elejalde y Oscar Tejedor; mientras Onelio González, técnico del museo, realizó las mediciones antropométricas. Se recogieron los datosde Yateras, La Caridad de los Indios, el Valle de Caujerí y La Escondida. Durante la investigación se estudiaron también los dermatoglifos de los descendientes de aborígenes cubanos. Los resultados fueron publicados en lasActas del XLI Congreso Internacional de Americanistas, en 1975, con el título «Supervivencia de la raza indoamericana en la zona de Yateras, Oriente. Cuba», y en el II Evento Científico de la Universidad de La Habana, en 1979, con el título «Algunas características de los dermatoglifos en descendientes masculinos de nuestros aborígenes de la zona de Yateras, provincia de Guantánamo, Cuba». Un año más tarde se presentaron en la IV Conferencia Científica del Instituto de Ciencias Sociales los resultados obtenidos mediante las pesquisas realizadas a la población más mestizada de la zona, bajo el título «Algunas características antropométricas en descendientes masculinos de aborígenes cubanos mestizados con razas europoide y negroide, en la provincia de Guantánamo» (Rivero de la Calle 1982).

Es interesante que Rivero anotara en su diario que La Caridad de los Indios era una zona que había cambiado mucho ocho años después de su primera estancia en 1964. Se habían realizado nuevas construcciones, unas cincuenta viviendas, y todos los terrenos estériles de los alrededores estaban sembrados de viandas y vegetales. Llama la atención que, si bien Rivero de la Calle declara en su diario que está estudiando los descendientes de aborígenes y en algunas oportunidades escribe la palabra «indios», se refiera a los campesinos de la zona (Rivero de la Calle 1972).

Manuel Rivero de la Calle conocía muy bien la obra del genetista Reginald Ruggles Gates, quien laboró en Harvard entre 1942 y 1957 e hiciera una estancia de trabajo en La Caridad de los Indios, Baracoa, Yara, El Caney, Guantánamo y Preston, en el año 1952 (Gates 1954, 1956). Sin lugar a dudas los trabajos de Gates sirvieron como fundamento a Rivero de la Calle para sus investigaciones, pues fue el profesor inglés uno de los que afirmó que esa población era de descendientes de los denominados «indios» que poblaron la isla antes de la llegada de los europeos, los cuales no habían sido exterminados. Gates refirió que se podían estudiar las diferencias entre los mezclados con la población de origen africano, asiático y español («Lineamientos para el desarrollo del trabajo científico-investigativo del Museo Montané», 1985). Después regresó con sus alumnos al mismo territorio en 1973, en 1978 a la zona de Caujerí y del río Toa y, en 1979, a La Patana y Jauco (Rivero de la Calle 1980).

Las investigaciones en esta área geográfica del oriente cubano hancontinuado realizándose por diversos científicos cubanos y extranjeros,con múltiples objetivos. Predominan las pesquisas orientadas hacia los aspectos culturales, lingüísticos, tradiciones, costumbres, bailes, fiestas, instrumentos musicales y oralidad. En los últimos años el desarrollo alcanzado por la genética ha permitido estudiar estas poblaciones, lo que ha evidenciado la mezcla existente.

Los proyectos realizados por el Museo Antropológico Montané siempre han contado con la participación de los estudiantes. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar el apoyo recibido de diversasinstituciones nacionales y foráneas, entre ellas la Academia de Ciencias de Cuba, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, el Instituto de Medicina Legal, el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, el Instituto Superior de Ciencias Médicas Victoriade Girón, el Instituto de Medicina Deportiva y el Instituto Superior de Diseño, así como los ministerios de Educación, Educación Superior,Transporte, Cultura, Trabajo, Turismo, Industria ligera y del Interior,entre otros organismos.

Los acuerdos de trabajo con las instituciones antes citadas permitieron llevar a cabo investigaciones relacionadas con crecimiento y desarrollo corporal, variación de la grasa subcutánea entre los escolares de las regiones occidentales y orientales del país, obesidad infantil, estudio de atletas de alto rendimiento, mediciones antropométricas para el diseño y dimensionamiento de los medios de transporte masivo, investigaciones sobre mobiliario escolar, uniformes de los estudiantes y estandarización del vestuario, pesquisas de envejecimientode la población cubana, estudio de las colecciones osteológicas de las diferentes poblaciones que han habitado el archipiélago cubano, entre otros temas.

En los años sesenta de la centuria pasada las relaciones de trabajo con la Universidad Estatal Mijaíl Lomonósov, de Moscú, facilitaron un conjunto de labores antropológicas significativas para Cuba. No era nuevo el intercambio con los profesionales rusos, pues desde el sigloxixhubo relaciones con la Sociedad de Devotos de las Ciencias Naturales, la Antropología y la Etnografía, de Moscú.

En esa etapa laboró en Cuba un conjunto de asesores soviéticos en materia antropológica, encabezados por Voolf V. Guinsburg, director del Museo de Antropología de Leningrado. Con él se organizaron las expediciones a la zona oriental del país para estudiar los descendientes de las culturas aborígenes, como ya se mencionó anteriormente. Sin embargo, son poco conocidas otras investigaciones, como la de los estudios sanguíneos, la comparación con los indios de América, la confección de mapas de poblamiento, análisis de los objetos de la cultura material, pruebas de14C, la realización de fotos y una tabla arqueológica temporal y espacial de estos descendientes. Todo ello se emplearía en las publicaciones de los resultados, una de Manuel Rivero de la Calle titulada «Los aborígenes de Cuba. Estudio histórico-etnográfico», de 1963, y otra publicada en el libroCuba, editado por el Instituto Miklujo Macklay de la Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, en 1961 (Rivero de la Calle 1963).

En materia de colecciones se realizaron intercambios de material osteológico. El Museo Montané ofreció cráneos chinos, africanos y de los descendientes de aborígenes cubanos. Los soviéticos trajeron a Cuba una copia del niño neandertaloide de Teshik-Tash, así como material biológico y cráneos de sus poblaciones.

La colaboración más significativa en materia de antropología aplicada a la industria, para beneficio de la población cubana, se vio reflejada con la llegada al país del profesor Vsevolod P. Iakimov, en 1972. A partir de este momento vendrían como promedio dos especialistas por año al departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas. Entre los objetivos de trabajo estaba la realización de una investigación conjunta para lograr una estandarización de las medidas de los cubanos para confeccionar vestuarios. En esta investigación, además de los antropólogos soviéticos Yulia Kurshakova, Nina Smirnova y Vladimir Vlastovsky, laboraron los cubanos Manuel Rivero de la Calle, Antonio Julián Martínez Fuentes, Oscar Tejedor Álvarez y la técnico Magali Betancourt Vallejo; participaron además seis antropometristas y un fotógrafo. También se realizó una pesquisa sobre el mobiliario escolar en varias escuelas de La Habana, cuyas bases estadísticas se realizarían de forma conjunta.

Se desarrolló una investigación sobre la tipología de la población infantil para el diseño del vestuario escolar, de los círculos infantiles y de las escuelas de deporte. Se realizaron mediciones a 10 500 escolares de las antiguas provincias cubanas a solicitud del Ministerio de Educación (MINED) de Cuba. También se hicieron estudios antropométricos a 463 alumnos de las escuelas provinciales de Educación Física (EPEF) de Pinar del Río, La Habana, Santa Clara y Holguín. A ello se agregó otra investigación sobre las variaciones en las dimensiones corporales en función de los cambios estacionales de 70 estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, medidos en dos oportunidades distintas en un mismo año. Se llegó a la conclusión de que ambos sexos presentaron variación en las medias de la estatura y la estatura sentada. Con posterioridad se procedió a realizar un estudio en 3000 adultos entre 18 y 50 años, en La Habana, en coordinación con el Ministerio de la Industria Ligera (MINIL).

Todos los resultados obtenidos en el primer lustro de la década de los setenta llevaron a la propuesta de realizar una monografía titulada «Antropometría y tipología de la población cubana» (Rivero, Martínez y Kurshakova 1978), estructurada en cinco capítulos.

Todo este intercambio también implicaba impartir cursos sobre temas de crecimiento y desarrollo. Las investigaciones se realizaron de manera conjunta con el Instituto de la Demanda Interna, el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Rivero de La Calle 1975a).

Dentro del intercambio profesional se discutió la propuesta de cómo debía ser el departamento de Antropología de la Universidad de La Habana, para lo cual el doctor Iakinov propuso, con número de trabajadores incluidos, que los laboratorios debían estar agrupados en el siguiente orden: evolución de primates y antropogénesis (cincopersonas), evolución del cerebro del hombre y otros primates (trespersonas), e industrias del Paleolítico (dos personas); antropomorfología (diez personas), crecimiento y desarrollo (diez personas) y antropología fisiológica (siete personas); antropología aplicada (diez personas) y biometría (cuatro personas); raciología, antropología y etnología (cinco personas); y por último el museo, que se ocuparía de las colecciones científicas y las exhibiciones (siete personas). Todo el trabajo de apoyo contaría con siete trabajadores administrativos y de servicios. Esta propuesta no se llevó a la práctica porque las condiciones de Cuba no eran iguales a las de la Universidad Lomonósov.

Para entonces, el profesor Antonio Martínez Fuentes expuso en el II Evento Científico de la Universidad de La Habana, en 1979, ya citado con anterioridad, la ponencia «El alcance de la antropología física». En ella analiza cómo el especialista en antropología, por su formación biológica, puede abordar un estudio íntegro de las poblaciones humanas en tiempo y espacio.

Independientemente de la influencia que hubo de la escuela soviética en este periodo de tiempo, se continuaron otras investigaciones, como fueron las realizadas con el material biológico de la población China existente en la osteoteca del Museo Montané. En esta oportunidad el doctor Rivero de la Calle volvió a trabajar con su alumna María Elena Díaz Sánchez, antropóloga cubana que ha laborado en la mayoría de los campos de la antropología física o biológica.

María Elena acompañó a Rivero entre los años 1973-1979 en la realización de diversos trabajos con las colecciones de los húmeros, los coxales y los sacros de la población china. En el evento antes citado, efectuado en la Universidad de La Habana, María Elena expuso «Algunas características métricas del sacro en chinos de Cuba». Para ello hizo el estudio antropométrico de 50 esqueletos adultos masculinos procedentes del cementerio chino de La Habana, los cuales formaban parte de la colección del laboratorio del Museo Montané.