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La Criminología y otras ciencias forenses desarrollaron distintas técnicas, especialmente la autopsia psicológica, para discriminar entre homicidio, suicidio y accidente. El objeto del estudio es analizar los factores de riesgo, presentes en el MAPI y aplicarlos al caso. Se utilizó como instrumento el Modelo de Autopsia Psicológica Integrado (MAPI), técnica de valor probatorio usado en muertes de etiología violenta. La técnica se adaptó al perfil de la víctima, de 63 ítems se redujo a 51 preguntas cerradas y estructuradas. Para elaborar el PV se hizo un análisis criminológico del modus operandi, escena del crimen y motivación para el hecho, a través de los datos personales y jurídicos obtenidos (autopsia, exhumaciones?). Se aplicó una entrevista a la familia compuesta de 15 preguntas abiertas. Se analizó la muerte autoerótica producto de una parafilia, precursores en la infancia o adolescencia y su relación con la conducta sexual. Los resultados obtenidos, se observan que en la categoría FR para el suicidio, el trastorno mental no es una condición sine qua non; el alcohol y las drogas son FR cuando existen comorbilidad. En el homicidio son FR elevados la exposición continua a la violencia, sufrir abusos sexuales en la infancia y sufrir malos tratos.
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Seitenzahl: 124
Veröffentlichungsjahr: 2023
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Primeramente, agradecer a Dios por haber puesto este caso en mis manos ya que me sirvió de aprendizaje, tanto intelectual como profesional y personal. Además, de poder adentrarme en la dimensión paralela, existente solo a ojos sobrenaturales. Desvelar los misterios de una vida pasada que no vuelve más es como vivir un Déjà vu jamás vivido.
Por otro lado, agradecer a mi querido tutor Miguel Ángel Soria Verde por moldarme aun cuando no tenía forma, por enseñarme y disciplinarme, despertando en mí una gran motivación cual me ayudó a proyectarme profesionalmente de la mejor forma (Eterna gratitud).
Con el mismo cariño y dedicación agradecer al criminalista L. Duque Arnaiz y al jefe de policía J. L. Santa Susanna por la confianza y respeto por mi trabajo, en un momento donde la sociedad tiende a subestimar y sobrevalorar algunos prototipos. De igual forma agradecer a los futuros abogados de la facultad de derecho de Caruaru, Brasil, (ASCES), por el trabajo en equipo en la búsqueda de nuevas evidencias en el caso.
Por último, quiero felicitar a todos los patólogos y médicos del mundo por la labor tan importante y significativa que hacen por los ciudadanos. Principalmente, a los cardiólogos (tres) y patólogo (uno), que me ayudaron a abrir una nueva línea de conocimiento de los hechos, fundamental para el desarrollo de futuras investigaciones.
¡Dichoso el que halla la sabiduría y se encuentra con la inteligencia! (Pr 3:13).
Capa
Folha de Rosto
Créditos
MARCO TEÓRICO
INTRODUCCIÓN
AUTOPSIA PSICOLÓGICA
SUICIDIO
FACTORES DE RIESGO EN EL SUICIDIO
HOMICIDIO
FACTORES DE RIESGO EN EL HOMICIDIO
MUERTE AUTO-ERÓTICA
PARTE EMPÍRICA
OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERALES
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
METODOLOGÍA
INSTRUMENTO DEL MÉTODO
DESCRIPCIÓN CASO ÚNICO
CONDUCTA ANTECESORA AL HECHO
INFORMES CRIMINALÍSTICOS
INFORMES MÉDICO-LEGALES
ANÁLISIS TOXICOLÓGICOS
VALORACIÓN GLOBAL DEL CASO
VALORACIÓN DEL INFORME MÉDICO- LEGAL
RESULTADOS
DISCUSIÓN
NUEVOS HALLAZGOS
HOMICIDIO CON AUTORES DESCONOCIDOS
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
FUTURAS INVESTIGACIONES
REFERENCIAS
ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE FIGURA
ANEXOS MODELOS
Tapa
Hoja de rostro
Página de Créditos
resumen
Bibliografia
Este trabajo es un estudio científico a respecto de la Autopsia Psicológica, de ahora delante AP y su aplicabilidad en los casos de etiología violenta. Para su investigación se hizo una pesquisa en las diferentes bases de datos, así como materiales de relevancia en la ciencia (libros, informes, páginas webs, etc.), cuáles serán detallados en su apartado de metodología.
A través del estudio de la AP, se buscó aplicar el método del MAPI (Modelo de Autopsia Psicológica Integrado), ideado por la psicóloga García Pérez, de gran relevancia en el estudio de muertes violentas, principalmente en los casos de etiología suicida y homicida. Para esta última, se estudió el modelo de AP exclusivo: El MAP-II. Este modelo será definido más adelante en el apartado correspondiente al homicidio, ya que es una técnica empleada en sucesos de esta etiología. Para su aplicabilidad se dotó del estudio de casos con objeto especifico de desglosar los factores de riesgo, de ahora adelante FR. El objetivo es hacer un análisis de los principales FR aplicados a los modelos de AP (MAPI, MAP-II), desarrollando los FR fundamentales en el estudio y aplicarlos al caso en concreto. De igual forma, se hizo una búsqueda científica del modelo de MAP-II, centrado en la muerte violenta homicida, para extraer los FR presentes en esta técnica, por ende, se juntó ambos para poder hacer una valoración, a nivel criminológico, de los factores tanto presentes como ausentes en dichos modelos. El estudio partió del modelo principal, es decir, el MAPI ya que el MAP-II es una actualización o ramificación del MAPI-I, ambos utilizados en las muertes de etiología dudosa (suicida, homicida o muerte autoerótica).
Para una correcta comprensión del presente estudio, es necesario hacer un reconocimiento conceptual de la terminología que engloba el mismo, de esta forma se aludirá a conceptos de suma importancia para el análisis, tales como: Autopsia psicológica, suicidio, homicidio, factores de riesgo, muerte autoerótica, MAPI uno y MAPI dos.
Como factor de relevancia, para fundamentar el estudio, cabe destacar la importancia de las muertes suicida, homicida como accidental (muerte autoerótica), siendo estas un problema de salud pública que afecta a todos los ciudadanos en cualquier lugar del mundo. Además, el asunto en cuestión está fundamentado en el valor moral y social que abarca nuestras sociedades, la muerte en sí es un componente negativo que infunde preocupación no solo en los entes queridos, sino a todos los ciudadanos. Principalmente, cuando ésta sucede en circunstancias violentas como puede ser: El homicidio, suicidio y/o accidente. Por lo tanto, analizar los FR que conllevan a dichas conductas es esencial para poder combatir la problemática. Asimismo, para investigaciones futuras se deberá desarrollar un modelo base fundamentado en dichos factores, aplicando en conjunto una herramienta actuarial de evaluación del riesgo para asegurar una precisión cuantitativa de la eficacia de la técnica.
La relevancia del estudio no puede ser otra que la problemática mundial de las muertes violentas, principalmente en las muertes suicidas cuales ya se encuentran entre las diez primeras causas de muerte. De acuerdo con las estadísticas mundiales, aproximadamente más de 1.000 personas se suicidan al día y más de 800 mil personas mueren cada año (Organización Mundial de la Salud, 2019) y cientos de miles lo intentan, independientemente de la religión, cultura, etnia o posición socioeconómica (Elizalde Ortíz et al., 2019). Además, estas cifras van al alza cuando se analiza el contexto histórico vivido, por ejemplo, en 2021 estás tasas se elevaron con la pandemia y las ramificaciones del COVID-19.
En los últimos 45 años la tasa mundial de suicidio aumentó un 60%, se previó que en el 2020 lo haría un 50%, esto representaría que 1,5 millones de personas se quitarían la vida al año (Barroso Martínez, 2019). Esta tasa se eleva aún más cuando analizadas en el continente asiático, teniendo en cuenta que no es lo mismo las personas nacidas en esta región en comparación a otras (Douglas, 2016). Sim embargo, la tasa de suicidios descendió a escala mundial, entre los años de 2000 y 2019 con excepción de las Américas. La tasa mundial bajó a un 36%, con oscilaciones del 17% en la Región del Mediterráneo Oriental, del 47% en la Región de Europa y el 49% del Pacífico Occidental. En contraposición, en la Región de las Américas, las tasas se elevaron en un 17% en ese mismo periodo (OMS, 2021). Sin lugar a duda, los factores ambientales, sociales, demográficos y culturales son sumamente importantes a la hora de evaluar las conductas suicidas, ya que, está comprobado, en determinados continentes el porcentaje de suicidio, así como homicidios son más elevados que otros.
Según datos de Santos Diez & Camacho (2019) referente al sexo, en España, los hombres comportan el 46,1% y las mujeres el 31,4% de las personas que se suicidan, siendo el ahorcamiento el método más común con 61,4% de hombres y el 29,8% mujeres. El 42% tienen edades entre 30 y 49 años. La OMS (citado en Elizalde Ortíz et al., 2019) relata que esta tasa aumenta a 78,9% en hombres con más de 60 años y alcanza el 69,9% en mujeres. Indiscutiblemente, el género predominante entre los suicidios, a nivel mundial, son de hombres de cualquier clase social, estas tasas en muchos países duplican la femenina (Rosado Millán et al., 2015).
A continuación, se expone un gráfico según las defunciones y edades de las muertes violentas autoinfligidas en el 2013. El hecho es exponer un modelo de las muertes en la fecha relacionada con el caso objeto del estudio, para que si obtenga una aproximación de las tasas y franja etaria de edades del suicidio en aquel momento. La finalidad es analizar el contexto socio- histórico vivido ya que es relevante para cualquier estudio científico poder determinar o excluir la relación causal. Además, aunque esté aplicado al estudio de un caso concreto estas premisas se pueden extrapolar a otros. Principalmente cuando se hace un estudio transversal, donde se puede ver con claridad los puntos significativos de la problemática, así como realizar posibles políticas públicas más efectivas. Por lo tanto, analizar tales porcentajes y franjas etarias en aquel momento servirá para hacer un perfil sociodemográfico de los suicidios o suicidas y el porqué de tal factor. Esta información nos sirve para poder diagnosticar si en aquel entonces había una alta propensión al suicidio, ya sea por la alta exposición a información relacionada con conductas suicidas o por momentos de crisis económica o incluso situaciones atípicas como una pandemia. Determinados contextos, como el vivido actualmente, son propicios para fomentar conductas suicidas, puesto que, impulsan a las personas con factores de riesgo elevados o hasta aquellas que no presentan ningún factor significativo a cometer tales hechos.
Los datos referidos en la tabla son apenas de carácter informativo ya que fueron analizados los porcentajes estadísticos donde la conducta suicida tenía como método el estrangulamiento, el ahorcamiento y/o sofocación, luego correlacionados tanto con el contexto sociohistórico, como el económico y demográfico estudiado, y no se encontró relación o relevancia alguna con el hecho en concreto. Por lo tanto, dicho resultado es también significativo, aunque no aporte información relevante nos ayuda a descartar posibles hilos causales. Además, no es correcto analizar un hecho sin tener en cuenta todas las variables que pudieran haber contribuido en su desarrollo.
Figura 1 Lesiones Autoinfligidas: Ahorcamiento, Estrangulación o Sofocación
Nota. Estadístico para el sexo masculino según edades. El gráfico es extraído del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2013). https://www.ine.es/buscar/searchResults.do?Menu_botonBuscador=&searchType=DEF_SEARCH&startat=0&L=0 &searchString=%20
Una vez desarrollada la importancia de analizar el primero objeto de estudio, es decir, el suicidio, partimos para el segundo: El homicidio.
La temática del homicidio, según la OMS (citado en Elizalde ortíz et. al, 2019) cada año en el mundo mueren 5 millones de personas por causas violentas. En Estados Unidos, el promedio anual es de 122 mil homicidios, con una tasa aproximada de 20 por 100 mil habitantes; países como Colombia, Honduras y Guatemala, superan esta tasa. En los Países Bajos, mueren por año aproximadamente 200 personas víctimas de homicidio en una proporción bastante superior están los casos de suicidio, cerca de 1.500 (Liem & Nieuwbeerta, 2010).
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Española (INE, 2021) se calcula que la tasa de homicidios en 2018 fue de 0.73, cuando en 2013 fue de 0.63. Se observa una tendencia al alza del 2013 al 2018. Mas una vez el objetivo de analizar las fechas indicadas es entender y situarnos en el contexto que se encontraba las tasas de homicidios en aquel momento, ya que servirá para políticas públicas de prevención, entre otros. Por otro lado, las cifras del 2016 al 2020 permanecen estables en el transcurso de los años apenas con pocas variaciones en el número de muertos (Ep Data, 2021). Según el Portal Estadística de Criminalidad, en España en 2020, sufrieron homicidio o asesinato consumado 232 personas. En 2017 se produjeron 307 asesinatos, trece más que en 2016, por cada cien mil habitantes. La tasa de homicidios en España, en 2017 fue del 0.7 por cada cien mil habitantes, subió respecto a 2016, que era de 0.6. En 2018, esa tasa cayó respecto al 2017, del 0.66 a 0.62 (Datos marco, 2021). A nivel mundial, el promedio de homicidios fue de 6.1, siendo el continente americano el que sufrió las tasas más elevadas con 17.2, seguido de África con 13.0, también por encima de la media mundial, mientras que Asia, Europa y Oceanía estaban por debajo de la media con 2.3, 3.0 y 2.8, respectivamente (Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, 2019). Factor interesante si lo comparamos al suicidio ya que Asia es el continente con más porcentaje en dicha problemática. Con relación al sexo y la victimización, el hombre posee índices muy elevados de ser víctimas en todo el mundo, comparados al sexo opuesto, (Datosmacro, 2021; Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), 2013).
Dentro de las muertes de etiología violenta se encuentra la muerte de tipo accidental, por tanto, es el tercero objeto de este estudio. Comparada a las otras dos tipologías (suicidio y homicidio) es relativamente inferior. Sin embargo, no es menos relevante que ambas, ya que el accidente puede darse cuestiones de homicidio encubierto con simulación de la escena, tal como sucede en los casos de supuestos suicidios, por ende, en ocasiones será más difícil de catalogar la muerte. No obstante, cuando la muerte accidental es de etiología erótica suele ser más fácil su detección ya que la escena hablará de forma evidente a través de los factores nítidos de contenido sexual. Ahora bien, puede existir una manipulación de la escena por medio de otras personas como forma de ocultación de la verdad, como dicho anteriormente, esto sucede normalmente cuando la familia decide, ya sea por vergüenza o protección de la intimidad, no exponer la información al público. Indudablemente, el componente erótico de la muerte causa en los ciudadanos y sobre todo en la familia un rechazo en aceptar o evidenciar a los otros, la causa de la misma. Por lo tanto, en muchos casos es común que los familiares y amigos intenten encubrir las circunstancias de la muerte incluso a la propia policía, lo que dificulta la labor forense en el momento de inspeccionar la escena.