Balsas - Osvaldo Daniel Ramírez - E-Book

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Osvaldo Daniel Ramírez

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Beschreibung

Narrado por un sobreviviente del ataque al Crucero A.R.A. General Belgrano. Trata de como embarcó, las vivencias personales a bordo, su trabajo en el buque, su lucha por la supervivencia dentro del buque y luego en las balsas contra el clima hostil y el océano embravecido.El 16 de Abril este buque zarpó de su base en Puerto Belgrano con destino al Atlántico Sur, en misión de guerra en defensa de la soberanía Argentina, el autor observa las condiciones del buque en general y el porque, de su entrada no programada en Ushuaia delatando su ubicación. Los movimientos realizados y las interminables practicas de ejercicios de guerra que finalizan con su hundimiento el 2 de Mayo de 1982. También detalla la detección del submarino y la incapacidad del buque para hacerle frente. La Balsa como medio de supervivencia y la medalla recibida da origen al nombre de este libro. "Condecoración de la Armada AL ESFUERZO Y ABNEGACIÓN".Otorgada a todos los sobrevivientes del A.R.A General Belgrano.

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Seitenzahl: 249

Veröffentlichungsjahr: 2018

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osvaldo daniel ramírezEx tripulante del crucero ARA General Belgrano

BALSAS

Esfuerzo y abnegación en el Atlántico Sur

Editorial Autores de Argentina

Ramirez, Osvaldo Daniel

Balsas : esfuerzo y abnegación en el atlántico sur / Osvaldo Daniel Ramirez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.

194 p. ; 23 x 16 cm.

ISBN 978-987-761-291-2

1. Biografía. 2. Memorias. 3. Memoria Autobiográfica. I. Título.

CDD 920

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

PALABRA DE HONOR MILITAR

“El militar tiene otros deberes y otros derechos; obedece a otras leyes, tiene otros jueces, viste de otra manera, hasta habla y camina de otra manera. Él está armado, tiene el privilegio de estar armado, en medio de los ciudadanos desarmados. A él le confiamos nuestra bandera, a él le damos las llaves de nuestras fortalezas, de nuestros arsenales y a él le entregamos nuestros conscriptos y le damos autoridad para que disponga de su libertad, de su voluntad, hasta de su vida. Con una señal de su espada se mueven batallones, se abren nuestras fortalezas, se baja o sube la Bandera Nacional. Y toda esta autoridad y todo este privilegio, se lo damos bajo una sola y única garantía, bajo la garantía de su honor y de su palabra. Nosotros juramos ante Dios y la Patria, con la mano puesta sobre los Evangelios; el militar jura sobre el puño de la espada, sobre esa hoja que debe ser fiel, leal, brillante como un reflejo de su alma, sin mancha y sin tacha. Por eso, la palabra de un soldado tiene algo de sagrado y faltar a ella es algo más que un perjurio. Y bien, señor presidente, es este el cartabón en que tienen que medirse nuestros jóvenes militares, para saber si tienen la talla moral necesaria para ceñir la espada, que es el legado más glorioso de aquellos héroes que nos dieron Patria; para vestir ese uniforme lleno de dorados y galones sería un ridículo oropel si no fuera el símbolo de una tradición de glorias, de abnegación y de sacrificios, que obligan como un sacerdocio al que lo lleva”.

Carlos Pellegrini

Extracto del último discurso que pronunció el ex presidente en el Congreso Nacional, el 11 de junio de 1906.

A Jose Luis Verdile

ÍNDICE

PALABRA DE HONOR MILITAR

ÍNDICE

Introducción

Naves de guerra que intervinieron en este combate:

Crucero ARA General Belgrano

Destructor ARA Piedrabuena

Destructor ARA Bouchard

Aviso ARA Gurruchaga

Buque Petrolero YPF Puerto Rosales

Submarino HMS Conqueror

Antes del crucero

Embarcar en el Crucero

Rumbo al sur

Ushuaia

En el área Julián

En el submarino:

Contacto con el enemigo

En el submarino su comandante apunta

Resumen del comandante de lo ocurrido el 1 de mayo

Último día del Crucero

En el submarino el comandante apuntó

Hundimiento

Historia de las fotos del hundimiento

La balsa

El rescate

El regreso

Palabras finales

Anexo 1

Daños ocasionados por los torpedos en la estructura del barco

Anexo 2Factores que influyeron en la supervivencia

Estudio realizado por CoDEpEN(1), informe y conclusión oficial

Conclusiones de las encuestas

Sugerencias:

Discusión:

Conclusiones:

Resumen:

Anexo 3Operation CORPORATE 1982

Abreviaturas usadas

Bibliografia

Glosario de términos usados

Introducción

El domingo 2 de mayo de 1982, a las 16 horas, en el Atlántico Sur, en la posición geográfica de latitud 55° 24’ sur y longitud 61° 32’ oeste, fue hundido el Crucero ARA General Belgranopor dos torpedos MK 8 Modelo 4 lanzadospor el submarino nuclear HMS Conqueror, fuera del límite de la zona de exclusión inglesa. Este hecho provocó la muerte de 323 argentinos de los cuales 200 tenían entre diecisiete y veinte años.

La velocidad del viento era de 54 km por hora en disminución. Nubes oscuras anunciaban la llegada de un temporal; la temperatura ambiente y el viento creaban una sensación térmica de -10 ºC. La temperatura del agua de mar, con una profundidad superior a los 3000 metros en el lugar del hundimiento, era de 3 ºC.

En el contexto de una guerra no declarada y una autodefensa no muy bien justificada del gobierno inglés por el conflicto de la soberanía de las islas Malvinas, se produce el hundimiento del Crucero Belgrano.

Quien narra la historia es un tripulante que vivió la experiencia durante los últimos dieciséis días de navegación del crucero ARA General Belgrano, el momento del ataque, las maniobras de supervivencia dentro del buque, en una balsa en el mar, el rescate y las consecuencias.

También se comentan algunos errores y falencias que se sucedieron, aparentemente, como consecuencia de la falta de experiencia argentina en la guerra moderna. El propósito es el de poner en contexto la forma en que enfrentamos a la tercera potencia mundial y sus aliados, la república de Chile y los Estados Unidos de Norteamérica. Además de la información interna transmitida por diferentes actores de la tripulación, se utilizó información adicional, como la producida por el Comando en Jefe de la flota británica, publicada en la página web del Ministerio de Defensa Británico, con el nombre Operation CORPORATE 1982– “Key Documents concerning the sinking of the BELGRANO”, un documento publicado en apoyo de la “Historia Oficial de la Campaña en Malvinas”, según la versión inglesa. En este texto se narra con detalles el seguimiento y ataque al Crucero por parte del submarino inglés. Aunque el documento contiene solo datos técnicos con muy poca información adicional respecto de cuestiones políticas del cauce de la guerra, resulta ser una fuente insospechada para mostrar los movimientos de ambas unidades y sus grupos de tareas, durante los días previos al hundimiento.

El relato de estos hechos no tiene como objetivo generar controversias ni reclamos, solo pretende mostrar el testimonio de quien sobrevivió al hundimiento del Crucero, compartiendo la suerte de algunos camaradas después de haber asistido a la muerte de muchos compañeros quemados, ahogados o muertos por el frío de las aguas. La intención de esta narración es expresar lo que piensa el autor del sufrimiento y el enfrentamiento desigual contra un enemigo invisible, poderoso y letal que atacó inesperadamente, en momentos en que disminuía la tensión, sospechando que el crucero se alejaba de la zona de máximo peligro. Muchos de estos hombres se quedaron sin poder explicarse qué ocurrió, porque las razones políticas o estratégicas de la guerra no curan la muerte ni sanan las heridas del alma. Al menos, este relato quizás pueda poner en palabras lo que se siente en una balsa de goma que es como una pelota inflada que flota a la deriva, llevando en su interior otros treinta sobrevivientes, semidesnudos, en medio de los vómitos y desechos humanos que nadan en el agua que entra a la balsa, con algunos que rezan o cantan para no morirse o enloquecer en esas aguas heladas, con olas de varios metros de altura que los zarandean y golpean implacablemente. Quizás, también sirva para que en el futuro se ponga énfasis en la salud de la tripulación, que no puede sobrevivir con un trago de agua y un caramelo, que no se puede sobrevivir a tanta improvisación y descuido.

Por eso se ha intentado contar la historia con algo de información técnica de los sistemas de comunicaciones y guerra electrónica del Crucero (equipos con los que trabajaba el autor), el estado general del navío y funcionamiento de sus armas. Las especificaciones técnicas de los equipos están someramente detalladas con la intención de informar al lector. No se describen los equipos usados por los británicos para no extender ese tipo de descripciones más de la cuenta.

Las conjeturas e ideas críticas luego del conflicto son solo añoranzas de lo que podía haber sido, pero no fue, las acciones ordenadas al comando del buque estaban fuera de la realidad que se estaba viviendo, por eso, concuerdo con las palabras del comandante del Crucero, Capitán Bonzo, quien escribe en su libro, 1093 tripulantes:

¡Sin embargo, allí estaban intentando una ofensiva!

Difícil de entender para quien no lo vivió, pero curiosamente fácil de resolver por algunos que pretenden soluciones o hacen deducciones de gabinete, alejados del entorno bélico. Así como por aquellos de la crítica fácil, como dando razón a que cualquier cosa es posible, si no se sabe de qué se trata. Son iguales a esos hombres que, como los niños –según dijera Ortega y Gasset–, quieren una cosa, pero no sus consecuencias.

¡Cuántas cucharas sobran, cuando todos tomaron la sopa! (pág. 126)

Es posible que los hechos varíen en fechas y horarios debido a la falta de registro apropiado, ya que se basan en la memoria del protagonista.

Los acontecimientos que pueden dañar el recuerdo de los camaradas muertos en combate o a sus familias han sido suprimidos. Tampoco se narran situaciones que pudieran menoscabar el recuerdo de esa lucha por la supervivencia que nos involucró a todos y que marcaría nuestras vidas para siempre.

Cuando el 2 de abril de 1982, la Argentina recobró las islas Malvinas y las islas Georgia del Sur, reafirmó sus derechos sobre los tres archipiélagos (incluyendo las islas Sandwich). Fue continuación de una guerra, iniciada por Inglaterra cuando, el 3 de enero de 1833 usurpó las islas Malvinas en un tiempo en el que la paz reinaba. Tratados como el de libre comercio y navegación, firmados en 1825 entre ambos Estados, estaban en plena vigencia.

Cuando tuvo lugar la ocupación militar británica de las islas, la Argentina, acababa de terminar dos guerras trascendentales: la guerra de la independencia y la guerra con Brasil. Además, estaba involucrada en una ardua controversia interna para establecer su futuro político e institucional.

A través de la guerra de la independencia, la Argentina no solamente obtuvo su libertad de España, sino que liberó a Chile y Perú, y también participó en la obtención de la independencia de Ecuador.

Por otra parte, no estableció vínculos políticos o comerciales con las naciones liberadas, sino que las dejó completamente libres, a pesar del precio pagado con la sangre de sus hombres. En este sentido, el logro de San Martín es ejemplar y rara vez visto en la historia del mundo.

Por lo expuesto, es un error creer que el conflicto por las Malvinas se inició a partir de un problema interno del gobierno argentino de 1982. La realidad es que se trataba de una disputa que se inició hacía 150 años, con la tercera de las invasiones británicas y la captura de las islas.

La Armada Argentina tuvo un rol fundamental en la recuperación de las islas y un actuar destacado en las acciones aéreas y terrestres que siguieron.

En las acciones navales, por la defensa contra el enemigo, su flota fue obsoleta y el Almirantazgo tardó en darse cuenta de que no tenía cómo contrarrestar los submarinos nucleares. Los submarinos argentinos tipo 209 no pudieron hacer ataques efectivos y el hundimiento del Crucero Belgrano fue decisivo para retirar la flota del terreno del combate.

El mejor rendimiento que tuvo la Armada fue la infantería de marina y la fuerza aeronaval. El emplazamiento precario, pero efectivo, de los lanzamisiles antibuques montados sobre un batán, y los buques auxiliares, también tuvieron una buena participación.

Cabe agregar aquí unas palabras que considero muy pertinentes.

890. Al Reino Unido, vencedor de la contienda, le queda hoy el análisis desapasionado de su conducta durante el conflicto que, más allá de toda consideración sentimental, no se compadece, por sus alternativas, con su ubicación de potencia relevante en nuestro mundo occidental y cristiano.

De este análisis surgirá, y no exclusivamente del hecho intrínsecamente cruel por lo innecesario, el cual fue el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano.

Su responsabilidad por este acontecimiento, además de otros de menor cuantía, es insoslayable.

(Informe Rattenbach - 2 dic 1982)

Naves de guerra que intervinieron en este combate:

Crucero ARA General Belgrano

Los cruceros ligeros clase Brooklyn fueron creados por la armada de los Estados Unidos para combatir con los cruceros ligeros japoneses clase Mogami. Era la primera vez que se construía un tipo de barco pensando en las características de su posible rival.

Tras el Tratado Naval de Londres, la marina norteamericana se vio obligada a revisar sus planes de construcción de cruceros pesados y entre estos cambios lo que inicialmente iban a ser cruceros pesados con cañones de 203 mm quedaron en ligeros de 152 mm (dicha modificación permitió cargar más cañones y asegurar una rapidez de tiro no alcanzada hasta entonces por buques de estas características).

Hubo cambios en el armamento de los diversos barcos de la clase, en especial en los cañones secundarios.

El período de vida de estos barcos fue bastante extenso. El USS Phoenix (CL-46) fue botado el 12 de marzo de 1938, de la línea Brooklyn comisionado en 1938, tenía una eslora de 185 metros, una manga máxima de dieciocho metros, su puntal de treinta y siete metros y un desplazamiento de 13.000 toneladas.

Contaba para su propulsión con 4 hélices que transmitían una potencia de aproximadamente 100.000 HP, gracias a sus 4 turbinas y 8 calderas.

De su clase era el séptimo de 9 cruceros livianos, creados para combatir con los cruceros japoneses. Tal es así que la línea de montaje de los cañones principales fue copiada de los cruceros pesados japoneses TAKAO y el resto del armamento casi virtualmente copiado de los MOGAMI, ostentaba mucha capacidad para defensa antiaérea, combate naval y bombardeo de costa.

Estuvo activo durante la Segunda Guerra Mundial, operó en la costa oeste y se encontraba en el interior de Pearl Harbor durante el ataque japonés.

El USS Phoenix fue vendido a la Argentina con otro de su clase, el USS Boise (CL-47) en octubre de 1951, por la suma de 7,8 millones de dólares. Fue rebautizado ARA 17 de Octubre, fecha emblemática del Partido Justicialista que lideraba el entonces presidente Juan Perón. Perón fue derrocado en 1955, mediante un golpe de Estado. En ese año el buque, que había sido nave insignia de las fuerzas sediciosas, al mando del almirante Isaac Francisco Rojas, quien había tomado parte en las acciones de guerra revolucionaria el 16 de septiembre de 1955, fue rebautizado como ARA General Belgrano (C-4), en homenaje al general y abogado Manuel Belgrano, héroe de la independencia de la Argentina que había fundado la Escuela de Náutica en 1799.

En 1967 le fueron implantadas lanzaderas de misilesSea Cat. Nunca fue dotado de sistemas antisubmarinos ni de sensor de ataque.

En diciembre de 1978 participó en la Operación Soberanía, destinada a resguardar las islas al sur del canal Beagle.

Al inicio de 1982 recibió a 120 cadetes navales y se dirigió en misión de adiestramiento al sur de la Argentina. En la bahía de Punta Este realizó ejercicios de tiro con toda su artillería

El 12 de febrero de 1982 zarpó hacia Puerto Belgrano para el mantenimiento que cada año se daba al crucero. Aunque se habían añadido tecnologías de radar y misiles, el barco estaba en malas condiciones de turbinas y no podía alcanzar más de 18 nudos. Por entonces, su comandante era el capitán Héctor Bonzo.

Durante esta puesta a punto, recibió la noticia de las crecientes tensiones con el gobierno del Reino Unido con respecto a la soberanía de las islas Malvinas. Así, los trabajos tuvieron que detenerse debido a la necesidad de emplear a los obreros en la disposición de las demás unidades. El 2 de abril toda la tripulación del crucero fue avisada de la operación anfibia que las restantes unidades de la escuadra llevaron a cabo para tomar las islas Malvinas.

El barco recibió el resto de la tripulación para tiempos de guerra, completando 1091 tripulantes y dos civiles que trabajaban en la cantina y que rehusaron dejar el barco, aunque sabían que zarparía en misión de guerra, cabe acotar que ellos murieron, ya que el primer torpedo dio en la zona de la cantina.

El gobierno británico, por su parte, tras enviar a dos submarinos nucleares a la zona y preparar el envío de un contingente más importante después, estipuló la creación de una zona de exclusión que comprendería una circunferencia de 200 millas (370 km), centrado en latitud 51° 40’ sur y longitud 59° 30’ oeste (el centro geográfico de las islas Malvinas).

Destructor ARA Piedrabuena

El USS Collett (DD-730) fue un destructor de la clase Allen M. Sumner de la Segunda Guerra Mundial, al servicio de la Armada de los Estados Unidos, nombrado en honor al teniente comandante John A. Collett (1908-1942), aviador naval y oficial al mando del equipo del Escuadrón de Torpedos, quien murió durante la batalla de las islas de Santa Cruz en octubre de 1942. El Collett fue botado el 5 de marzo de 1944 por Bath Iron Works Corp., Bath, Maine, patrocinado por la señora C. C. Baughman como representante de la señora J. D. Collett, y entró en servicios en la marina de Boston el 16 de mayo de 1944, con el comandante James Collett, el hermano del teniente comandante Collett, en el comando.

En 1974, el Collett y el Mansfield fueron comprados por la Argentina como un suministro de repuestos para otros barcos, y remolcados de San Diego a Puerto Belgrano. Sin embargo, el Collett se encontró en condiciones lo suficientemente buenas como para ser digno de rehabilitación.

El 17 de mayo de 1977 fue puesto en servicio en la Armada Argentina como ARA Piedrabuena (D-29).

Destructor ARA Bouchard

El USS Borie (DD-704) fue botado el 4 de julio de 1944 por Federal Shipbuilding and Drydock Co., Kearny, Nueva Jersey. Patrocinado por la señora de Albert Nalle (cuyo nombre de soltera fue Patty Neill Borie, bisnieta de Adolfo E. Borie) y comisionado el 21 de septiembre de 1944, con su comandante N. Adair, Jr. al mando.

Se unió a la flota del Pacífico, participó en el bombardeo de Iwo Jima, Tokio y Okinawa.

El 9 de agosto de 1945, un kamikaze se estrelló contra la superestructura del Borie, entre el mástil y el director de tiro de los cañones de cinco pulgadas. Le causó daños extensos, mató a 48 hombres e hirió a 66.

En 1969, el Borie se convirtió en un buque de entrenamiento de la reserva naval hasta junio de 1972, cuando fue desarmado y borrado del registro naval de naves, el 1 de julio de 1972.

Fue vendido a la Armada Argentina y pasó a llamarse ARA Hipólito Bouchard (D-26). Se montaron cuatro misiles antibuque Exocet en 1977-78.

Aviso ARA Gurruchaga

USS Luiseño (ATF-156) era un remolcador oceánico de la flota de EE. UU., de la clase de Abnaki, construido para la marina de guerra de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Luiseño fue iniciado el 7 de noviembre de 1944 por Charleston Shipbuilding & Drydock Company de Charleston, Carolina del Sur, y botado el 17 de marzo de 1945 patrocinado por la señora William J. Roth, Jr., y comisionado el 16 de junio de 1945 con el teniente William O. Talley al mando.

Desarmado y sacado del Registro Naval el 1 de julio de 1975, el Luiseño fue posteriormente trasladado a la Argentina bajo los términos del Programa de Asistencia de Seguridad. Fue renombrado ARA Francisco de Gurruchaga (A-3).

Buque Petrolero YPF Puerto Rosales

Dentro de los planes que afectaban a la Flota de Mar, a partir del 9 de abril, se formó la Fuerza de Tareas 79 (FT 79) comandada por el contralmirante, Walter O. Allara.

Esta fuerza contó, además, entre sus unidades agregadas (buques hospital, avisos y otros) con tres buques tanques (BT), dos de YPF (Puerto Rosales y Campo Durán) y una de la Armada (ARA Punta Médanos).

El caso de los tanqueros YPF Puerto Rosales e YPF Campo Durán tuvo mucho que ver con un cierto sentido de la previsión con que algunos mandos navales se anticiparon a los acontecimientos que luego sorprenderían a todos. Estos barcos, adquiridos pocos años antes en un astillero italiano, habían sido comprados por YPF con intervención de la Armada Argentina para adaptarlos y destinarlos en un momento determinado a servicios de reabastecimiento de la flota de mar. Fue así como sus tripulaciones rigurosamente seleccionadas contaron con una eficaz capacitación teórico-práctica cuyos resultados se evaluaban permanentemente en las diversas maniobras a las que eran integrados. Para el desarrollo eficiente de esas difíciles operaciones de traspasamientos de líquidos (combustible o agua) con barcos en plena navegación, con buen o mal tiempo, de día o de noche y bajo la permanente amenaza de los submarinos enemigos, los tanqueros fueron provistos de los más modernos elementos. Guinches de última generación, filtros especiales, bombas sumergibles para agua dulce, mangueras reforzadas, embudos ganchos disparadores para cortes imprevistos del suministro y todo un arsenal de herramientas con que los técnicos reparaban in situ cualquier deficiencia otorgaron a esos buques una operatividad que asombraba por su eficiencia y precisión.

Submarino HMS Conqueror

El HMS Conqueror es un submarino clase Churchill de propulsión nuclear que sirvió en la Royal Navy desde 1971. Fue el tercero de su clase, los otros dos fueron el HMS Churchill (S46) y el HMS Courageous (S50)

La clase de Churchill la ordenó la marina de guerra real para substituir los submarinos clase Valiant de la flota. Fue diseñado por la compañía de la constructora naval y de la ingeniería de Vickers, construido en Cammell Laird en Birkenhead a orillas del río Mersey.

Las dimensiones y el desplazamiento del barco eran iguales que la clase Valiant, pero algunos cambios internos en la electrónica del sonar y el sistema de comunicaciones fueron aumentados. El desplazamiento era de 4900 toneladas y tenía 286.7 pies (86.9 m) de largo, un calado de 27 pies (8.2 m), y la anchura del haz, 33.3 pies (10.1 m). Su tripulación contaba con 103 hombres entre oficiales y tripulantes.

El objetivo principal de esos submarinos fue prever en la Guerra Fría potenciales ataques de otras naves y submarinos y espiar los movimientos de la fuerza naval de submarinos soviéticos.

La propulsión se suministró a la embarcación mediante un único reactor nuclear, refrigerado por agua presurizada, de la compañía Rolls-Royce PWR. El reactor crea vapor para alimentar dos turbinas inglesas eléctricas, que impulsan los engranajes, produciendo un total de 20.000 caballos de fuerza al eje de la hélice (15.000 kilovatios) para un solo eje. La central permite una velocidad máxima de 28 nudos (52 km / h) mientras está sumergido.

Se le instaló el radar de búsqueda de superficie Kelvin Tipo 1008.

Los submarinos fueron construidos con una serie de sonares tipo 2001, pero esto fue reemplazado a finales de los años 1970 con un modelo 2020 y otro de arrastre el 2026, los que son colocados detrás del submarino y que se puede dejar salir y luego recuperar.

Los torpedos incluyeron el fiable Mark 8 que entró en servicio en 1913 y se usaron en la Primera Guerra Mundial y en la Segunda con mucho éxito y también pueden ser tirados por aviones. La cabeza de guerra de torpedo de 21 pulgadas tiene 345 kg de TNT y viaja a una velocidad de 35 nudos (65 km / h) hacia su objetivo hasta 2500 yardas (2.3 km).

La segunda clase de torpedos, con los que contaban, eran los Mark 24 Tigerfish, de fuerte ruido acústico. Este tipo de torpedos resultó ser poco fiable durante las pruebas en el mar, ya que se encontró que si el torpedo golpeaba el objetivo podía no explotar. Algunos otros cuando se dispararon no encontraron el objetivo; en su computadora de navegación generaba fallas.

La tercera arma a bordo fue el misil Harpoon UGM-84, adquirido a los Estados Unidos. Se trata de un sistema de misiles antibuque de alcance sobre el horizonte. En submarinos el misil está equipado con un propulsor de cohete de combustible sólido y encapsulado en un contenedor para permitir que los submarinos sumergidos los lancen a través de un tubo de torpedo para rozar la superficie hacia su objetivo y escapar de la detección de los radares enemigos.

La guerra no tiene nada de agradable, no hay ganadores en el campo de combate. Los que enfrentamos un combate solo somos piezas de una partida de ajedrez que juega otro. Luego del fin de la batalla, se cuestiona al soldado por sus acciones, cuando las reglas impuestas no son decididas por el que dispara el fusil, cañón o misil.

Antes del crucero

La modesta casa contaba con dos dormitorios, uno para el bebé y otro para el matrimonio. Las paredes eran de fibrocemento, algún tipo de termo panel artesanal que, en su interior, tenía un relleno como una viruta que parecía pasto untado con cemento. Esto la hacía más fresca en verano y un poco más cálida en el tímido otoño que corría. En el interior, los muebles estaban adornados con algunos recuerdos de estatuas de porcelana china, similares a las de Lladró; unas banderolas y cuadros con dibujos de dragones y paisajes orientales en las paredes, traídos de un viaje hecho a Ushuaia años antes; los sillones grandes estilo francés, tapizados con brocado de dibujos ingleses color bordó (este diseño no concordaba con los sillones, pero era la tela que pudimos conseguir al tener que retapizarlos). La mesa circular plegable tipo libro y unas sillas de caño cromado, tapizadas en color marrón, ocupaban el centro del comedor. La vida era muy austera y solíamos salir de la base para ir a comprar a Sados (un mercado administrado por la Dirección de Bienestar de la Armada- DIBA), allí comprábamos los víveres más costosos y frescos. Los de uso cotidiano los adquiríamos en el almacén de Puerto Rosales que era el lugar donde estábamos viviendo.

Mi familia en esos días estaba compuesta por mi esposa y mi primer hijo de casi 2 años. Hacía poco tiempo que habíamos logrado conseguir una vivienda oficial dentro de la base naval, debido a que la demanda era mucha y había pocas casas disponibles principalmente para el grado que yo tenía. Esta posibilidad de acceder a una vivienda otorgada por la Armada nos mejoró el estilo de vida en lo económico, gracias al dinero que nos evitábamos de pagar un alquiler en Punta Alta, que por cierto era un lugar muy caro para vivir.

Mi esposa era de Buenos Aires, donde residía toda su familia. El traslado a Punta Alta (ciudad donde estaba emplazada la base naval) significó un desarraigo que vivió con mucho sufrimiento, hasta que logramos hacernos de amistades, matrimonios amigos de mi carrera militar; esto mejoró un poco la vida en esa zona, ya que la mayorías de las mujeres pasaban por similares sentimientos, al dejar a sus padres, familiares y amigos que eran una contención necesaria que ya no estaba, y además se sumaba que solían quedar solas por períodos que oscilaban entre treinta y cinco y cuarenta y cinco días, cada vez que los esposos salíamos a navegar. Estas amistades jugaban un soporte importante en los días de soledad, casi todas con uno o dos bebés, en un lugar lejano donde no conocían a nadie.

Ezequiel, nuestro primer hijo, ya caminaba y balbuceaba algunas palabras, era inquieto y tenía ocurrencias curiosas que me causaban gracia, como introducirse dentro de un bolso e intentar levantarlo con él adentro o cuando se le caía una fruta rodando y le daba órdenes para que regresara a él. Disfrutaba jugar con sus juguetes, su espacio de juegos era su cuarto y el patio delantero, que en lugar de césped tenía tierra, que era con lo que más le gustaba jugar.

Había llegado solo a Punta Alta unos años antes, todavía soltero. Venía de Buenos Aires, debido a que me habían cambiado de destino, desde la Escuela de Mecánica de la Armada, donde me había capacitado en electrónica y con una orientación en RADAR (radio detection and ranging – detección y medición de distancias por radio). El nuevo destino era para cursar estudios de especialización en el Centro de Instrucción y Adiestramiento en Maquinas Electrónica y Electricidad (CIAMEE). En el transcurso de estos estudios me casé y luego nació mi primer hijo en Buenos Aires; días antes de su nacimiento fui destinado a la primera división de Destructores, embarcado y viviendo en el buque mientras ellos estaban en Buenos Aires, hasta que pude alquilar un departamento en Punta Alta y así mudar a todos a esa ciudad.

Había navegado un año en el Destructor D-24 ARA Storni en 1977 con 17 años, y a los 20 años estaba de pase en el Destructor D-22 ARA Rosales, con equipos electrónicos similares, luego al año siguiente (1981) fui destinado al Destructor D-27 ARA Py. Al finalizar ese año pasé a desempeñarme en el Arsenal Naval de Puerto Belgrano, más específicamente en el Departamento de Electrónica, uno de los tantos departamentos que tenía el Arsenal Naval.

Integraban este Departamento distintos talleres de reparaciones, incluyendo unos de herrería y galvanoplastia (estos dos últimos se utilizaban para piezas especiales que debían ser fabricadas y cubiertas con algún tipo de baño o tratamiento). Cada uno de los talleres se dedicaba a equipos específicos, así encontrábamos el taller de comunicaciones, el taller de contramedidas electrónicas, el taller de IFF, el taller de sonar, el taller de radar, etc. Todos en el mismo edificio. Mi destino fue el taller de radar.

El recorrido desde mi casa hasta el Departamento de Electrónica estaba rodeado de distintos paisajes. La ruta, hecha en forma precaria con una mezcla de brea y piedras pequeñas que sobrevivían con dificultad a la espesa hierba que avanzaba, parecía una cinta asfáltica hasta la base; no tenía cordón cuneta. Los árboles, dentro del barrio, unos viejos pinos tipo Himalaya, de grandes copas y espeso follaje, proveían la sombra que bajaba la temperatura en el caluroso verano.

Luego, el camino era algo agreste, típico de estepa patagónica. A unos dos km, podían verse a la izquierda casas tipo monoblock de unos cuatro o cinco pisos de alto, color blanco, donde vivían suboficiales subalternos mayoritariamente cabos principales