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Vivencias diarias, personales y de gente que se cruza en el camino, sentimientos, sensaciones, decisiones, emociones mientras se Camina la Vida. Hugo Rizzo.
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Seitenzahl: 138
Veröffentlichungsjahr: 2017
dr. hugo rizzo
CAMINANDO
LA VIDA
historias de consultorio
Editorial Autores de Argentina
Rizzo, Hugo
Caminando la vida : historias de consultorio / Hugo Rizzo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-711-815-5
1. Narrativa Argentina. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail:[email protected]
Diseño de portada: Maximiliano Nuttini
Diseño de maquetado: Editorial Autores de Argentina
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina –Printed in Argentina
Prólogo
¡Qué ironía! El ser humano, sociable por naturaleza, que necesita del contacto con sus semejantes para poder crecer, para jugar en la infancia, para identificarse y disipar temores en la adolescencia, para afianzarse en los primeros jóvenes años, para alcanzar la plenitud en su adultez y para mitigar la soledad en los últimos años de su existencia, tendrá que afrontar en la más absoluta soledad, los dos momentos más trascendentales de su existencia: su nacimiento y su muerte.
Las dos instancias son asombrosas. Algunos las equiparan a un verdadero milagro, otros las definen como una coincidencia increíble entre múltiples factores, muchos otros como un misterio a develar.
De los dos momentos cruciales en la vida de un ser humano, quizá el que más inestabilidad provoque sea el de la muerte, por representar el umbral hacia lo desconocido, un destino inevitable que causa una profunda angustia, que nos recuerda nuestra imperfección, quizá el verdadero misterio de nuestra existencia.
Entre ambos extremos, el nacimiento y la muerte, está la Vida en todo su esplendor, con toda su fuerza. Para el hombre será un proceso complejo, a veces duro, de profundos aprendizajes que le permitirán superarse a sí mismo, desarrollar su espiritualidad y su intelecto, con inmensas satisfacciones, con alegrías intensas, también con profundas penas, con la posibilidad de perpetuarse en el tiempo a través de la llegada de los hijos, a través de innumerables manifestaciones artísticas, intelectuales y creativas, que trascenderán al hombre mortal.
Esa Vida hay que recorrerla, el tiempo nos permite avanzar hacia el mañana, aprender , desarrollar nuestras potencialidades, contrarrestar nuestras limitaciones, disfrutar de la amistad, conocer el amor en todas sus manifestaciones, la lealtad, los parámetros que rigen nuestra cultura, diversos idiomas que nos facilitarán la comunicación plena, revisar nuestra historia evitando repetir errores, avanzar hacia el futuro con todo tipo de conocimientos, en diversas disciplinas, que procurarán que el ser humano progrese, evolucione e ingrese en lugares inimaginables. También ocurrirán situaciones muy penosas en ese recorrido de la vida, situaciones muy lamentables, que ponen de manifiesto lo peor que puede llegar a tener un ser humano, su capacidad de daño, de destrucción, sentimientos negativos como el odio, la maldad, la hipocresía, la mentira.
Un listado innumerable de hechos, desde los más maravillosos hasta los más despreciables, conformarán el contenido de nuestra Vida.
Esa Vida y la tarea de vivir que se desarrolla entre los dos momentos más solitarios de nuestra existencia, el nacimiento y la muerte, implicarán trazar un sendero a medida que pase el tiempo. Un sendero que tendremos que caminar, y es precisamente en ese devenir, “caminando la vida”, que iremos interactuando con nuestros semejantes, procurando no sólo aprender, sino elaborar pautas comunes que permitan que nuestra especie subsista, que trascienda su fugaz existencia, procurando el bienestar, la superación, lo sublime, con la misma intensidad con la que combatiremos todo lo negativo que pueda surgir en ese derrotero.
“Caminar la vida”, una tarea ardua, en donde tendremos que optar, que elegir, en donde nos sorprenderemos, en donde nos invadirá la desazón y el desconsuelo, la tristeza más profunda, y también la felicidad extrema. Contrastes interminables.
“Caminado la vida”, trazaremos un sendero en donde podremos encontrarnos, coincidir, crear una identidad, discutir opciones, conductas, actitudes, adquirir conocimientos, demostrar habilidades, sobresalir por nuestras cualidades, demostrar nuestra fortaleza ante la adversidad, conocer el amor, y también combatir el mal, las conductas desleales, los crímenes más aberrantes contra nuestra propia especie, contra el medio ambiente que nos cobija, un sinfín de sentimientos negativos y conductas impropias que también caracterizan al ser humano, como el resentimiento, la envidia, la codicia, la capacidad de mentir, de hacer daño, el padecer orfandad espiritual, la carencia de afectos genuinos, la ausencia del marco adecuado para desarrollarnos como personas plenas, receptivas y expansivas.
“Caminando la vida” construiremos “un sendero propio” en cada una de nuestras vidas, y también “un sendero común” en la época de las comunicaciones virtuales, de las redes sociales, de la revolución informática y tecnológica.
Y es precisamente en ese “sendero común”, de contactos virtuales entre seres humanos, donde ha surgido este lugar de encuentro, creado y coordinado por un médico sensible, inquieto y conocedor de la esencia que anida en cada ser humano, que transmite sus inquietudes, sus miedos, su historias más crudas, sus experiencias en el ejercicio de la medicina, que traduce en palabras todo lo que su alma siente en esa interrelación interminable con sus semejantes, procurando obtener conclusiones válidas y palabras certeras que combatan el abismo que a veces se presenta en el camino de la vida. Hugo Rizzo ha logrado afianzarse en esta Vida en soledad y a pesar de ser el destinatario de un destino injusto, en donde seguramente el miedo, la pena profunda y la culpa fueron el denominador común de aquél momento. Ha afrontado en soledad esa instancia crucial, su nacimiento, y se ha aferrado a la vida con fuerza genuina. Es un sobreviviente, que honra la vida, y que ha sabido darle un contenido profundo a su existencia.
Es así como Hugo Rizzo, médico de profesión, con alma de poeta, con notable sensibilidad, con aguda capacidad de observación, logra llevar adelante un proceso de búsqueda incesante de respuestas a todos los interrogantes, y comparte generosamente sus conclusiones. Plantea temas muy sensibles, con los cuales es posible identificarse fácilmente. Y de esa manera, al lograr esa identificación, podemos opinar, transmitir nuestras vivencias y experiencias, nuestros sentimientos y sensaciones, conformando un círculo altamente virtuoso que nos enriquece a todos, y nos hace placentero el recorrido del sendero por el cual “caminamos nuestras Vidas”. Definitivamente, Hugo Rizzo ha logrado un lugar de encuentro.
Para resaltar la importancia de caminar la vida, sean cuales fueran las circunstancias y desafíos, no puedo dejar de recordar a Antonio Machado quien nos ha dicho:
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar.
Pero más allá de la revolución de las comunicaciones, que ha alterado nuestras conductas, nuestros comportamientos cotidianos, más allá de la cultura de lo instantáneo y a veces también de lo fugaz, Hugo Rizzo nos ofrece la posibilidad de atesorar ese lugar virtual de encuentro en la realidad palpable y enriquecedora de las hojas de papel, en un devenir incesante de historias personales, relatos, interrogantes, planteos con todo tipo de matices, que hacen a una realidad compartida, nuestra Vida. Todo cristalizado en las virtudes que jamás le serán arrebatadas a un libro.
El primer libro de este “sendero común”, que experimentamos “Caminando la Vida”.
Federico Müller
Mi llegada
Son dias de julio del 2016, tengo 39 años ya... hace tiempo tengo pensado escribir mi historia... siempre me costo empezar a hacerlo... si bien creo que es una historia común, creo que hay puntos tan particulares que la hacen única... como la de tantos.
Impulsora de este acto fue una historia fuerte que escuche hace 2 fines de semana, en el marco de un encuentro de parejas, una de ellas contó un testimonio que movió mi interior y se manifestó en llanto en muy poco tiempo... aquí la historia... Ella comenzó presentándose, junto a quien hoy es su esposo... contó sin poder lograr no interrumpir su relato por las lagrimas, como a sus 18 años y estando hace un tiempo de novia... le llego la inoportuna noticia de un embarazo no esperado, en su angustia acudió a su mamá, quien de manera segura, (su relato parecía casi inmutable), le dijo: no te preocupes... yo me encargo. No contó como vivió esto su novio quien posteriormente paso a ser su esposo, ni que rol cumplió en este tiempo.... El asunto fue que al otro día la madre alisto a su hija y salieron juntas rumbo al consultorio medico, silencio, solo silencio acompaño el tiempo... no hubo preguntas sobre deseos sobre como actuar en ese embarazo... que pensaría ella? Que pensaría su novio? Cuales eran los planes para el futuro?... relato firme que solo las encamino a ese consultorio... refirió que seria una cirugía simple... de unos 15 min... hecho desgarrador cuyo legrado llevo mas de 2 hs... sin explicaciones, sin saber porqués.
El silencio acompaño el retorno a su casa... días y noches de llanto y aislamiento se siguieron de semanas. Y luego de 8 semanas transcurridas de depresión profunda y mal estado general... debieron volver al medico de aquella atrocidad... ante el estado clínico de la paciente el medico ordeno una ecografía ginecología de urgencia... antes tomo todos los recaudos correspondientes a semejante practica hace al menos 20 años atrás: ni una palabra de lo que paso... si hablas pueden ir presos tus padres, vos, y yo podría perder matricula e ir preso también.... así llego a aquel lugar... temerosa... sintiéndose enferma, el transductor del ecógrafo recorría y recorría las imágenes de aquel útero de una niña-mujer de 18 años, y comenzó el interrogatorio... exhausto... avasallador.... intimidante, sin poder resistir tal interrogatorio comenzó el llanto y su pedido de saber porque preguntaban tanto... solo quería una estudio medico... no podía hablar....
Eh aquí el milagro... respuesta cruenta y re esperanzadora... revitalizadora...: Señora... es que recorremos un útero lastimado en todos lados.. Arañado por el legrado realizado... útero “en llanto” pero en una esquina en el fondo del mismo usted tiene un embarazo de 8 semanas...
Luego de tanto llanto de tanta depresión, de tanta voluntad avasallada, parecía que Dios había oído y ese embarazo de alto riesgo se convirtió en la amada hija de esta joven pareja, de la cual tuvieron su primer nieta en estos días.
Este relato no hizo mas que movilizarme en lo profundo... lograr mi llanto tan difícil desde hace tiempo en mi vida y sentir la necesidad de escribir... mi vida... mi historia
Si bien esta empieza en mi nacimiento no pude conocer de ella hasta unos años después de la separación de mis padres...
Lejos de mi nacimiento yo tenia ya 32 años cumplidos... y cursando una crisis personal fuerte, una amiga que había oído rumores de mi identidad me pidió hablar conmigo junto a su esposo... me acuerdo de ese día como si fuera hoy, una charla que no podía comenzar porque Solé (mi amiga) no dejaba de llorar y cada vez que intentaba empezar la lagrimas la interrumpían... no sin mi pedido de que comenzara... que fuese lo que fuera que tenia que decirme estaba bien, no habría problema... hasta que me dijo lo mucho que me quería y que por eso no podía callarse y que ella “sentía” que yo no era hijo de mis padres... que tenia que averiguar porque pensaba que podía ser adoptado.
Aun no entiendo muy bien porque este pedido no me inquietaba tanto... y hasta un punto en que no me sorprendía... fue rara la sensación... pero a la vez una locura... mis Padres, Misioneros Evangélicos de profesión, siempre del lado de la clase necesitada, alejada de todo... poco tenia en común con tantos que como yo habíamos nacido en 1976. Era imposible cualquier pensamiento distinto a que fuesen mis padres. Motivado por este sentimiento es que no me anime a preguntar... me dolía poder producir dolor preguntando a padres biológicos que lastimaría con tan fuerte duda... “soy hijo de Ustedes o soy adoptado...” Esto me llevo a llamar a abuelas de Plaza de Mayo... Ellas continuamente invitaban a acercarnos por cualquier medio de comunicación existente.
En “Abuelas” me dieron un turno, me recibieron muy bien, personas jóvenes preparadas para ello, tuve una larga entrevista... ahí estaba otro amigo “Tucho” que no quería dejarme solo en ese momento y a pesar de mi voluntad me acompaño. Me explicaron que las búsquedas son difíciles... que no generara muchas expectativas. Y que antes que nada necesitaban ver mi partida de nacimiento...
Así regrese en una segunda consulta partida en mano... sin dudas... nada raro... mi nombre completo.... Hugo Rizzo... nacido el primero de noviembre de mil novecientos setenta y seis... hijos de Juan Domingo Hugo Rizzo y de Mirta Elsa Montes... todo normal. Todo acorde...
Apenas vieron esa partida comprobaron mi identidad... nunca había leído que esa partida era del año mil novecientos ochenta y dos, cinco años después de mi nacimiento... y después de los nombres de mis papás... la aclaración según resolución numérica de un expediente en Salta. “Esta es una partida clara de adopción... tenemos que estudiar tu ADN en el hospital Durand”. Ahí esta el banco de ADN. Mandaremos desarchivar ese expediente de la provincia de salta y así llegaremos a la partida original... esto llevara tiempo... tené paciencia y vení con nuestras psicólogas para charlar... están preparadas para este tema.... seguía siendo rara mi actitud... estaba paciente... como alejado de mi o como sabiendo que cursaba algo que era necesario... espere el tiempo necesario y la partida original archivada en el expediente de la provincia de Salta llego... decía mi nombre.... Hugo Velasco... hijo de Nélida B Velasco... (nunca había entendido porque mis papás iban a elegir otro nombre para mi pero la que me anoto fue mi abuela y me puso Hugo... igual que mi papá. Y firmo mi mamá biológica Velasco. De ahí a una escribanía donde le daba la tenencia a mis padres... y nunca mas apareció en mi vida hasta el día de su muerte en el 2010.
El resultado en abuelas fue negativo, yo seguía tranquilo y sin necesidad de buscar, salvo por el hecho de que hubiera alguien buscando un hijo y que tenia derecho a encontrar... por mi parte estaba feliz e identificado con la familia que Dios me regalo y de la que hablaré en otro capitulo. me dijeron que tenia derecho a conocer mi identidad y que mi expediente pasaría al CO.NA.DI. La comisión nacional de derecho a la identidad, y así fue... me trataron siempre con mucha amabilidad, contención, eficiencia, les fue muy difícil rastrear los orígenes porque en mi partida mi mamá biológica “Nélida Velasco” había firmado con su numero de cédula de identidad. Y en ese entonces las cédulas eran provinciales y no se cruzaban con los números de DNI por lo que seria difícil el rastreo.
Nuevamente la espera fue de varias semanas hasta que llego el llamado, encontramos a varias personas con ese nombre, la que nos coincide con esa cédula de identidad lamentablemente falleció este año, y no tenemos certeza de cruzar datos para darte una respuesta segura... dijeron. Hablamos con algunos hermanos que refirieron “enojados” que desconocían de un embarazo de su hermana fallecida. Y que de haber sido así jamás hubiese dado un hijo. Pero que ella tuvo una hija en vida que podían hablar con ella y le dieron su numero de teléfono... Así llegaron a María Dorotea Cima... mi hermana mayor... quien asombrada, y desconocedora del hecho porque ella a esa edad se había criado con los abuelos entrerrianos, sufrida y con una historia también personal de interrogantes sobre su identidad paterna, no se negó en ningún momento en colaborar y acercarse al Hospital Durand a dejar su muestra de ADN.
No paso mucho tiempo hasta que nuevamente llego el llamado... evidentemente el resultado había sido positivo... “este Hugo Rizzo” que siempre fui y quien soy se había encontrado con otro realidad había sido durante cinco años alguien con DNI “Hugo Velasco” hasta que cambio en 1982 en la adopción por mi nombre Hugo Rizzo. María sorprendida, siempre estuvo predispuesta y nos acordaron un encuentro en las oficinas del CONADI en donde vimos los resultados y firmamos las actas de los mismos. se habría otra brecha... otro rumbo en mi vida... quien había sido mi familia? Como había sido mi nacimiento? Y preguntas que creo que seguirán siempre sin respuesta.... quien había sido mi padre Biológico?