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Perteneciente a la trilogía Comedias bárbaras, Cara de plata es una obra teatral de Ramón María del Valle-Inclán. En ella se narra el enfrentamiento entre Juan Manuel Montenegro, cacique de un pueblo gallego, y Cara de Plata, su hijo menor, a cuenta del paso del abad por las tierras de los Montenegro. El secuestro de su ahijada Sabelita no hará sino complicar la trama con desastrosos resultados.
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Seitenzahl: 91
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Ramón María del Valle-Inclán
Saga
Cara de plataCover image: Shutterstock Copyright © 1922, 2020 Ramón María del Valle-Inclán and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726486025
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO.
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO.
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO.
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA.
EL SACRISTAN, LA SACRISTANA, LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS.
FUSO NEGRO, LOCO.
DON GALÁN, CRIADO DEL CABALLERO.
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVÍO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIÁN DE XOGAS.
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR.
PICHONA LA BISBISERA, LUDOVINA LA VENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN.
UN MARAGATO, UN PENITENTE, EL CIEGO DE GONDAR, UN INDIANO, EL DIACONO DE LESÓN.
UNA VIEJA COTILLONA.
VOZ EN UNA CHIMENEA.
OTRAS VIEJAS, GRITOS Y DENUESTOS, PREGONES, CLAMOR DE MUJERUCAS, SALMODIA DE BEATAS, RENIEGOS Y ESPANTOS, LA LUCES DEL SANTO VIÁTICO.
Alegres albores. Luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo, la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA, PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO y SEBASTIAN DE XOGAS—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mamaos. En la altura, una vaca montesa embravecida muge por el vitelo que se lleva a la feria un rabadán.
PEDRO ABUIN Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón. RAMIRO DE BEALO Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.
PEDRO ABUIN Eso aún hemos de ventilarlo.
RAMIRO DE BEALO No te metas a pleito con hombre de almenas.
PEDRO ABUIN ¡Casta de soberbios! El fuero que tienen pronto lo perdían si todos nos juntásemos. ¡No es más tirano el fuero del Rey!
SEBASTIAN DE XOGAS Ya hubo reyes que acabaron ahorcados.
RAMIRO DE BEALO En otras tierras.
MANUEL FONSECA ¡Montenegros! ¡Negros de corazón!
PEDRO ABUIN ¡Fue mal sentenciado! Y todos a una puestos en la de pasar, nos reímos de papeles.
EL VIEJO DE CURES Donde hay sentencia de juez, mala o buena, tuerta o derecha, le toca perder al rebelde. ¡Siempre lo he visto en los años que tengo!
PEDRO ABUIN Con sentencia o sin sentencia, no tiene poder contra todos el Montenegro. ¡Esa es la mía!
EL VIEJO DE CURES Arrogancias nunca ganaron pleitos.
SEBASTIAN DE XOGAS ¿Qué cuentas son las vuestras? ¿Llevar el ganado por la barca?
EL VIEJO DE CURES Acercarnos a las puertas del Pazo y pedirle su venia al Vinculero.
PEDRO ABUIN ¡Es mucha la soberbia que tiene!
EL VIEJO DE CURES Pues nos, allá vamos con ese concierto, y a ser vos conformes, podemos ir todos, que más fuerza hacemos.
PEDRO ABUIN ¿Y si se niega, qué procede?
EL VIEJO DE CURES Esperar una mudanza de su genio. Tú propones juntarnos para la rebeldía. ¡Así es! Yo para las mediaciones que transigen guerras. ¡Quién tuvo razón, lo diga el tiempo!
RAMIRO DE BEALO Con ir allá nada se nos pierde.
MANUEL TOVIO Si lo atrapamos en la hora renegada nos echa con rayos y centellas.
PEDRO ABUIN Si mala palabra me dice, mala palabra le respondo.
EL VIEJO DE CURES ¡Con ese dictamen no vengas allá!
Un pastor, escotero y remoto sobre una peña, asiste al concilio haciendo círculos con el regatón del cayado en los líquenes milenos del roquedo.
EL PASTOR La idea vuestra ya otros la pusieron en obra. ¿Y qué sacaron? ¡Oír malos textos! Yo fui con buenas palabras. ¿Y qué saqué? ¡Escarnios! Me oyó tirándose de las barbas y acabó con que fuese a pedírselo la mi parienta.
MANUEL FONSECA ¡Con ella en la cama sentenciaba el pleito!
EL PASTOR ¡No sentenciase su fin!
RAMIRO DE BEALO Es el fuero que tiene.
EL PASTOR Pues llévale la vaca de tu corte.
PEDRO ABUIN Ya se la habrá llevado.
RAMIRO DE BEALO Un rayo que os parta.
PEDRO ABUIN ¿Qué resolución tomamos, compañeros? La mía es meter el ganado por las Arcas. Pero habíamos de ser todos a una. Si como dicen, hubo ya tiempos donde fueron quemadas las casas de torre, pudieran volver tales tiempos.
EL PASTOR Vamos y no lo demoremos, que está solo en la cueva el lobo cano. PEDRO ABUIN ¿Que respondéis los feriantes? ¿Nos juntamos para hacer valer nuestro derecho?
EL VIEJO DE CURES Tengo una carga de años, y os confirmo que más ganaremos con palabras de política que con acciones rebeldes.
PEDRO ABUIN Los de ese dictamen que vayan delante y hablen primero.
EL VIEJO DE CURES ¡Amén! Sin concordia entre altos y bajos, el mundo no se gobierna.
VOCES DE FERIANTES ¡Too! ¡Marela! ¡Too! ¡Bermella!
MANUEL FONSECA Esperemos a ver lo que saca Quinto de Cures.
RAMIRO DE BEALO El no, ya lo lleva.
EL PASTOR Sacará lo que otros sacaron.
PEDRO ABUIN ¡Sacará voces y denuestos!
SEBASTIAN DE XOGAS ¡Atención pido! De ir a un levante tiempo tenemos. Y para mi discurso, nos cuadra dejar cualquier querella hasta pasado el Corpus de Viana. Busquemos ahora la vida en la feria, sin contratiempos, que a la vuelta lugar hay de abanderarnos contra la sentencia del Vinculero.
PEDRO ABUIN ¡Montenegro, emplazado quedas!
SEBASTIAN DE XOGAS ¡Ya te llegará tu malaventura, Montenegro!
EL PASTOR ¡No hay otra salvación que quemarle los campos!
El tropel de chalanes parte en cabalgada, y EL PASTOR en lo alto de la peña, silueteado sobre el cielo, los despide con un grito, agitando los brazos. A lo lejos, en el cristal de la mañana, un vuelo de palomas abre sus círculos sobre la torre de Lantañón.
Luces matinales en el Pazo de Lantañón—. Sobre el atrio de limoneros, la arcada de una solana, con escalera de piedra. Sabelita está en lo alto, de pechos al arambol, rubia de mieles, el cabello en dos trenzas, la frente bombeada y pulida, el hábito Nazareno. En el lindero del atrio clamorea una ringla de mujerucas con frutos y tenderetes.
CLAMOR DE LAS MUJERUCAS ¿Es verdad que se quitó el paso? ¡Miren que es mucho el arrodeo! ¡Madre de Dios! ¡Madre de Dios! ¡Con el camino tan largo que traemos! ¡Madre Bendita! ¡Que venimos de muy distante! ¡Más arriba de San Quinto de Cures!
Las mujerucas se apartan para dejar paso a un jinete, mancebo muy gentil que, cercado de galgos y perdigueros, entra al galope. Basculada con gritos y espantos, cestos torcidos sobre las cofias, manos aspadas protegiendo los tenderetes. DON MIGUEL MONTENEGRO, el hermoso segundón, salta de la silla y ata el caballo a una argolla empotrada en el muro. Por su buena gracia, los suyos y los ajenos le dicen CARA DE PLATA.
CLAMOR DE LAS MUJERUCAS ¡Don Miguelito, déjenos pasar! ¡Tenga compasión, Señor Carita de Plata! ¡Que venimos de la fin del mundo! ¡Tenga buen corazón!
PICHONA LA BISBISERA ¡Téngalo de plata como la cara hermosa, Señor Don Miguelito!
CARA DE PLATA ¡Pasad con mil demonios!
PICHONA LA BISBISERA ¡Viva el Señor Carita de Plata!
CARA DE PLATA ¿Cuándo me lo das, Pichona?
PICHONA LA BISBISERA ¡Ay, qué trueno!
CLAMOR DE LAS MUJERUCAS ¡Dios le florezca! ¡Dios le florezca!
La ringla de mujerucas penetra en el atrio por el gran arco con escudo y cadenas.
SABELITA deja oír el ceceo cantarín de su voz, y sobre las piedras viejas de la solana, entre el verde de los limoneros se enciende la nota morada y dramática del hábito Nazareno.
SABELITA ¿Cómo queda la madrina?
CARA DE PLATA Rezando el trisagio. ¿Y tú, cuándo vuelves allá? SABELITA Cuando el padrino lo ordene.
CARA DE PLATA Mi madre te espera.
SABELITA ¿Por qué no me manda ir? Yo bien lo deseo.
CARA DE PLATA ¿Ahora que yo he venido?
SABELITA No comiences.
CARA DE PLATA Ayúdame a ver que tiene esta maldito cadelo, pues viene cojo. SABELITA Si entró por las tojeras, será alguna espina.
CARA DE PLATA ¡Ven aquí, Carabel!
El can se acerca con un brazuelo en el aire, y el hermoso segundón le vuelca mirándole las pezuñas. SABELITA está a su vera, arrodillada sobre las losas, risueña y atenta.
SABELITA ¡No te clave los dientes!
CARA DE PLATA Ya verías tú de curarme.
SABELITA No soy cirujana.
CARA DE PLATA mete el puño en la boca del alano, que gime hostigado, pero sin morderle. SABELITA le mira fijamente, los ojos ingenuos y francos como los de una niña.
SABELITA ¡No tienes los cabales!
CARA DE PLATA ¡Muerde, Carabel!
SABELITA ¡El animal discierne más que tú!
CARA DE PLATA ¡Pues que siga con la espina!
CARA DE PLATA salta en pie, con gentil y violento alarde. Tiene el cabello de oro, los ojos de alegre verde, la nariz de águila imperial. SABELITA, arrodillada al pie del can, sobre el suelo de piedra, se afana por sacarle la espina que tiene clavada en el brazuelo. El hermoso segundón vuelve a su lado.
SABELITA ¡Loco!
CARA DE PLATA Ponme tú cuerdo. SABELITA ¿Con qué yerbas?
CARA DE PLATA Con palabras.
SABELITA No soy saludadora.
CARA DE PLATA Esta noche tengo que hablarte, Isabel. SABELITA ¿Y no es hablar lo que estamos haciendo? CARA DE PLATA Será otro hablar, a la luz de la luna. SABELITA ¡Eres tú muy lunático!
CARA DE PLATA ¿No me quieres, Isabel? SABELITA Al modo tuyo, no.
CARA DE PLATA Pues no me quieres.
SABELITA Eso será.
CARA DE PLATA Esta noche te deshago la cama.
SABELITA ¡Qué falto estás de sentido!
CARA DE PLATA ¿Me abrirás la puerta?
SABELITA ¡No seas pirata!
CARA DE PLATA Si la encuentro cerrada, cuenta que la derribo. SABELITA ¡Bárbaro!
CARA DE PLATA ¡Cuando me veas aparecer, no grites!
SABELITA ¡Pero para ti no hay honestidad!
CARA DE PLATA ¿Y qué sucedería si esta noche entrase en tu alcoba? SABELITA ¡Cómo te gusta cavilar en el pecado! Y no me das miedo, Carita de Plata... Pero si me quieres, quiéreme honesta.
DON JUAN MANUEL MONTENEGRO, con la escopeta y el galgo, rufo y madrugador, aparece por el huerto de frutales y se detiene en la cancela. Es un hidalgo mujeriego y despótico, hospitalario y violento, rey suevo en su Pazo de Lantañón.
EL CABALLERO Cara de Plata, deja la buena compañía y ven a rendir tu cuenta. Ayer te esperaba. ¡Muy largo se ha vuelto el camino de Viana!
CARA DE PLATA Tuve el caballo con un torzón.