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Beschreibung

Il primo numero della rivista è stato pubblicato nel 1990 all’interno della collana “Studi di letteratura Ispanoamericana” diretta dal prof. Giuseppe Bellini dell’Università degli Studi di Milano. Dal fascicolo n. 9/2000 è rivista del Dipartimento di Scienze Linguistiche dell’Università Cattolica del Sacro Cuore sotto la Direzione del prof. Dante Liano, Ordinario di Lingua e letterature ispanoamericane nella medesima Università.
«Centroamericana» tratta temi legati alla lingua, alla letteratura e alla cultura dei paesi del Centro America e delle Antille. Esce con due fascicoli all’anno.
A partire dal dodicesimo volume, la rivista viene pubblicata presso il Servizio Editoriale di EDUCatt, l’Ente per il diritto allo studio dell’Università Cattolica.

Fascicoli precedenti il numero 12

I fascicoli precedenti al n. 12 sono stati pubblicati con i tipi di vari editori; possono essere richiesti, qualora disponibili, alla Segreteria del Dipartimento di Scienze Linguistiche dell’Università Cattolica del Sacro Cuore.

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La pubblicazione di questo volume ha ricevuto il contributo finanziario dell’Università Cattolica sulla base di una valutazione dei risultati della ricerca in essa espressa.

Comité Científico

Arturo Arias (University of Texas at Austin)

Dante Barrientos Tecún (Université de Provence)

Giuseppe Bellini (Università degli Studi di Milano)

Beatriz Cortez (California State University – Northridge)

Dante Liano (Università Cattolica del Sacro Cuore)

Werner Mackenbach (Universität Potsdam)

Marie-Louise Ollé (Université Toulouse II)

Alexandra Ortiz-Wallner (Freie Universität Berlin)

Emilia Perassi (Università degli Studi di Milano)

José Carlos Rovira Soler (Universidad de Alicante)

Silvana Serafin (Università degli Studi di Udine)

Michèle Soriano (Université Toulouse II)

Dei giudizi espressi sono responsabili gli autori degli articoli.

Sito internet della rivista: www.educatt.it/libri/centroamericana

© 2012EDUCatt - Ente per il Diritto allo Studio Universitario dell’Università Cattolica

Largo Gemelli 1, 20123 Milano - tel. 02.7234.22.35 - fax 02.80.53.215

e-mail: [email protected] (produzione); [email protected] (distribuzione)

web: www.educatt.it/libri

isbn edizione cartacea: 978-88-8311-986-6

isbn edizione ePub: 978-88-6780-843-4

CENTROAMERICANA

No. 22.1/22.2 (2012), Issn: 2035-1496Semestral

ÍNDICE

Presentación

Centroamérica:cultura, ritos y compromiso político

Daniele Pompejano

Identidad de un rito (1594), rito de una identidad (1954)

Christiane Berth

“El maíz, nuestra raíz”. Los debates sobre la independencia alimentaria en Centroamérica

Dennis Arias Mora

Héroe, animalidad y espacio monstruoso.Metáforas entre la escritura política y literaria

Luis Pulido Ritter

‘Los de abajo’ en el país de la “utopía triunfante”.Aproximación a la novela poscanalera 2001-2011

Mónica Albizúrez Gil

«A Winter in Central America and Mexico».Paradojas de la modernidad desigual centroamericana

Centroamérica:revoluciones, contrarevoluciones y transiciones

Dante Barrientos Tecún

Escrituras de la rebelión y rebeliones de las escrituras en las literaturas centroamericanas

Nadine Haas

¿Rebeldía juvenil o revolución cultural?El campo literario guatemalteco en la transición de los años 1990

Emanuela Jossa

“La mitad de la vida que nos dejaron”.Las primeras obras de Jacinta Escudos entre memoria y olvido

México:un siglo de revoluciones

Ralf Modlich

Conceptos de revolución en la novela de la Revolución Mexicana frente a los conceptos de revolución en la crítica literaria de Este y Oeste

La publicación y los estudios de obras centroamericanasenEspaña, Francia, Alemania e Italia

Dante Liano, Sonia Bailini, Sara Carini, Michela Craveri, Raffaella Odicino

La publicación y los estudios deobras centroamericanas en Italia

Julie Marchio, Werner Mackenbach

Miradas cruzadas/configuraciones recíprocas. Sobre la traducción, difusión y recepción de las literaturas centroamericanas en Francia y Alemania

Emiliano Coello Gutiérrez

La literatura centroamericana leída por España,desde los años sesenta a la actualidad. Algunos apuntes

Centroamérica:propuestas narrativas, rupturas y continuidades

Patrizia Spinato Bruschi

Guatemala en Italia. Un epistolario del Nobel Asturias

Marie-Louise Ollé

El grito de Ak’abal

Astvaldur Astvaldsson

Traducir la cultura. Reflexiones sobre la obra y el bilingüismo deHumberto Ak’abal

Adriana Sara Jastrzębska

De historia a paranoia.Dos novelas negras centroamericanas

Oscar García

Guerrilleros de papel. La representación del guerrillero en seis novelas centroamericanas de los años setenta y ochenta

Instrucciones a los autores

Normas editoriales y estilo

Sobre el proceso de evaluación de «Centroamericana»

PRESENTACIÓN

Werner Mackenbach no ignora el arte de la organización. Tampoco le es extraña la pasión por la literatura y, si algo hubiera que enrostrarle, ello seria una indómita afición por América Central. Sus estudios académicos han sido encaminados a la literatura del Istmo. Aldous Huxley, de paso por Guatemala, al ver el lago de Atitlán le pareció suficiente alabanza compararlo con el lago de Como. Imagino que Mackenbach, viendo el lago de Como, diría que se parece a Atitlán. En un fugaz regreso a Alemania, tuvo tiempo de organizar simposios y congresos dedicados a la literatura centroamericana y de sugerir la creación de REDISCA, una red de estudiosos europeos interesados en Centroamérica. Cuando Astvaldur Astvaldsson nos convocó a Liverpool, bajo una lluvia de cenizas islandesas, fenómeno macondiano en los mares del norte, se organizó la Red de Estudiosos Centroamericanistas, en una conjura que reunió a Arturo Arias, Beatriz Cortez, Dante Barrientos y otros.Entre esos otros estaba Alexandra Ortiz Wallner.

La prueba de la voluntad de consolidar esa red, cuyo acrónimo es REDISCA, fue la organización en Milán del II Congreso de esos estudiosos, luego del volcánico Liverpool. La organización estuvo a cargo de Michela Craveri, secundada por Sara Carini. Durante los meses que siguieron a la convocatoria, la gran duda que se planteó la organización fue si la vocación centroamericanista de los jóvenes estudiosos europeos sería suficiente como para hacerlos viajar a Milán a sus propias expensas. La nutrida participación de investigadores provenientes de todas partes de Europa fue la confirmación de la existencia de una comunidad científica interesada profundamente en Centroamérica.

Los textos que presentamos a continuación, como un número especial de la RevistaCentroamericana, son el resultado de ese Congreso. Tres argumentos consolidan la importancia de este volumen: la seriedad de los estudios, la variedad de las perspectivas, la juventud de la mayoría de los participantes. Tales argumentos son suficientes para alimentar la esperanza de que nuevos congresos serán organizados y de que los estudios sobre la literatura y la cultura de América Central viven un momento de especial energía y fecundidad.

Quiero agradecer a los miembros de la Cátedra de Lengua y Literatura Española de la Universidad Católica de Milán, por el apoyo entusiasta, convertido en trabajo efectivo, para la realización del Congreso: Sonia Bailini, Benedetta Belloni, Sara Carini, Michela Craveri, Francesca Crippa, Clara Foppa Pedretti, Raffaella Odicino y Marina Zanetti. También a los colegas del Departamento de Ciencias Lingüísticas y Literaturas Extranjeras de esta Universidad, en particular a su Directora, Marisa Verna, por el apoyo no solo espiritual para que el congreso pudiera tener lugar. Y a la Decana de la Facultad, Luisa Camaiora, por el entusiasmo demostrado ante este esfuerzo de internacionalización de los estudios lingüísticos y literarios de nuestra Facultad.

Dante Liano

Milano, noviembre de 2012

Centroamérica:cultura, ritos y compromiso político

IDENTIDAD DE UN RITO (1594),RITO DE UNA IDENTIDAD (1954)

Daniele Pompejano(Universita degli Studi di Messina)

Resumen: El ensayo trata de las raíces culturales de un régimen autoritario. Desde el corporativismo de la Escolástica y el Concilio de Trento hasta el liberalismo, el camino asimétrico de las relaciones se tradujo del contexto religioso a la guerra civil. Desde los primeros tiempos de la conquista y de la evangelización en el Oriente de Guatemala, el rito de la adoración de Nuestro Señor de Esquipulas (1594) contribuyó al trastorno de la comunidad étnica, aunque se asimilaron características de las tradiciones indígenas. En una sociedad post-corporativista, secularizada y liberal, las dinámicas del patronazgo horizontales substituyeron relaciones verticales con divinidades, y los milagros y las protecciones otorgadas por la gracia fueron substituidos por el favor del amo y patrón. La condición dependiente de cliente fue reforzada luego por el liberalismo y el positivismo en la medida en que los indios fueron considerados como un paso atrás en la evolución histórica. Y “como el diamante se pulimienta con el roce”, el gozo de los derechos liberales hubiera que ser retardado hasta la completa “civilización”de los “naturales”a través de la educación y el trabajo. Finalmente, en 1954, el Cristo Negro de Esquipulas, con el pretexto de la lucha al comunismo, fue de nuevo utilizado instrumentalmente como símbolo de la unidady de la identidad nacional.

Palabras clave: Régimen autoritario – Raíces históricas religiosas – Liberalismo – Positivismo.

Abstract: The Identity of a Rite (1594), the Rite of an Identity (1954).The essay deals with the cultural roots of authoritarian rule. From the corporatism of the Scholasticism and the Council of Trento up to liberal assets, the asymmetric path of relations was translated from the religious context to the civil one.Since the early times of conquest and evangelization in Orienteof Guatemala, the rite-worship of Nuestro Señor at Esquipulas (1594) cooperated in the disrupting change of the ethnic community, even if it assimilated features from the indigenous traditions. In a post-corporatist as well liberal and secularized society, patronage horizontal dynamics substituted vertical relationship with deity, and miracles and protections bestowed by grace were substituted by the favour of patrón.The dependent condition of client was then strengthened by liberalism and positivism in so far as the indios were considered as backward steps of the historical evolution. And “as diamond is bright trough a continuous rubbing”, the enjoyment of the liberal rights was proposed to be delayed up to the full civilization of the natural people carried on in the meanwhile by education and work. Finally, in 1954, the Black Christ of Esquipulas was used again instrumentally, and committed to symbolize the national unity and identity upon the pretext of the fight to communism.

Keywords: Authoritarian rule – Religious historical roots – Liberalism – Positivism.

Propongo tratar el tema de la autoridad, como categoría clave para comprender la diferencia de las identidades culturales de los distintos actores étnicos y sociales, y, en su conjunto, la fenomenología de las relaciones históricas entre los actores sociales y étnicos.

Quisiera anteponer unas consideraciones. En primer lugar, aunque el autoritarismo sea semánticamente un derivado de la autoridad, constituye sin embargo algo diferente: implica un sentido de fuerza, tal vez de brutalidad. Al contrario, la autoridad evoca la legitimidad y el consenso. En segundo lugar, la autoridad se transforma en autoritarismo en la coyuntura aguda de las crisis políticas, en la corta duración. Pero quizás ese autoritarismo constituya un medio de intervención no extraordinario. En la larga duración, ese representa más bien el producto de dinámicas arraigadas en culturas del pasado histórico, que vuelven a ser manejadas como para inventar una identidad nacional y un modelo según el cual homogeneizar la sociedad. Un mandato que acaba con trasladar un poder de-facto, jerarquías sociales y símbolos, en la dimensión política y desde lo alto hacia la sociedad. Un mandato que busca en el pasado su legitimación, manipulando los datos históricos.

Hace unos años una revista de los EEUU publicó un ensayo mío titulado “El Dios Negro de los hombres blancos”[1]. En aquel ensayo intenté describir las raíces etnohistóricas del culto al Señor de Esquipulas en el Oriente de Guatemala, lugar de ladinización temprana. Según un enfoque durkheimiano sobre la religión, no importa que exista o menos un Ser metafísico. Lo que sí importa es el papel de integración del culto-ritual.

En aquel ensayo, investigué la elección del sitio, donde la pequeña escultura es todavíavenerada y el hecho de que el Cristo fuese de color negro. Así también el tiempo del culto y su estrecha vinculación con el ciclo agrícola de la población maya-chortí del partido oriental.

Sobresale que sólo en el año 1763, y después de un larguísimo tiempo de edificación, fuera inaugurada y consagrada la iglesia que, sin dudas, podríamos calificar como “una catedral en el desierto”, un desierto verde y caliente en el este. Igualmente, que en la construcción del templo, y para los gastos finales contribuyeran conjuntamente y significativamente las autoridades civiles y religiosas.

Bien antes de la edificación cuantiosas romerías llegaban a Esquipulas, no solamente en el mes de enero, procedentes de pueblos sureños de Centro América y hasta desde el sur de los estados hoy parte de la Federación norteamericana. En muchos pueblos y por doquier, fueron edificadas Iglesias o altares, y fundadas cofradías dedicadas a ese culto. Esquipulas logró poco a poco deslindarse de su cabecera Quezaltepeque, hasta lograr la dignidad de villa, y ahora es sede del Parlamento centroamericano.

Por supuesto nunca me atrevería a juzgar las angustias y las esperanzas que movilizaron, y movilizan todavía en las romerías a feligreses de todas etnias y clases sociales. Esas angustias y esperanzas constituían algo así como una materia prima que podía ser transformada, concurriendo en la tarea de legitimar la autoridad.

Otra y última información preliminar: pese a su composición étnica, las sociedades americanas no son duales. Por supuesto, fue conflictivo el camino de formación de la nación. Precisamente, en el caso que nos interesa, es decir el guatemalteco a lo largo del siglo XIX, se enfrentaron dos proyectos, en sentidos político y étnico-social, ubicados respectivamente en la región occidental y en la capitalina-oriental. Dos proyectos no excluyentes, pero que correspondían sí a dos diferentes escenarios: un oeste indígena y cafetalero, y un centro-este ladino, minero, ganadero-porcino, etc. Quisiera llamar la atención sobre que el proyecto que salió políticamente vencedor, fue el altense norteño-occidental, ladino por supuesto y liberal sui generis, pero surgido en una sociedad en su mayoría indígena y estructurada por comunidades. Sin embargo, cabe preguntarse cuánto las dinámicas sociales (autoritarismo-individualismo) que prevalecieron en el tiempo venidero de la república, ahondan sus raíces propio en la parte oriental.

Desde la cuna oriental se produjo, entonces, un rito-culto que mantuvo una dimensión local hasta tiempos muy contemporáneos, cuando fue paulatinamente transformándose en factor activo en el proceso de creación de una identidad. Durante los años de la guerra fría– punto final de la cronología que propongo–el culto-rito supera lo local y alcanza lo nacional y hasta lo federal. Al ser derrumbado el régimen democrático en el año 1954, un facsímil del icono fue transportado por los rincones del Oriente, justo mientras las tropas mercenarias desde allí invadían el territorio republicano. Al icono llevado por los pueblos los golpistas lo cargaban de la doble tarea de elevar la espiritualidad antigua de esos pueblos tempranamente evangelizados, y solicitar una movilización política de nueva impronta. Es decir, la lucha contra el comunismo y el materialismo ateo que hubiera insinuado el nacionalismo popular, según las acusaciones de la United Fruit Co., del Departamento de Estado, de los hermanos Dulles y de Cabot Lodge.

La religiosidad popular esquipulteca sumada a una sociedad totalmente ladina en el Oriente, brindaron el vivero para el nacimiento de un híbrido durante la colonia. Y paulatinamente desde la dimensión religiosa y local, el sentido de ese culto-ritual fue transferido hacia una dimensión más amplia y política, en el tiempo y en el espacio, muyeficaz en ordenar la jerarquía social y la asimetría de sus relaciones.

En otras palabras: después de la independencia, la ciudadanía y las prácticas de los derechos liberales correspondientesquedaron pendientes en función de una autoridad,con fines seculares por supuesto, pero destinada a brindar quizá milagros; o, mejor dicho: a esa altura, soluciones/favores a las suplicas populares.

Los milagros son producto de la gracia, y para conseguirla es necesario alcanzar la conversión. Estas dinámicas vencen una transformación instrumental de la relación alto-bajo, Dios-hombre. Mejor dicho:

–ladinización trae consigo individualidad de la súplica, relación social desvinculada del grupo étnico de pertenencia, y de tipo socialmenteasimétrico. Este enfoque me parece producto revelador de un proceso, pues:

–el conjunto social ya no se articula por grupo sociales (clases o estamentos) ni étnicos (comunidades), sino por individuos. El estado liberal y su autoridad buscan a conciliar la amenaza anárquica que procede delcaos de individualidades surgido del ocaso del antiguo régimen a mitad de siglo XIX.

La lengua y la religiosidad comunes constituyeron el telón de fondo – como afirma Benedict Anderson[2]. Y de estas surgió aquel modelo autoritario que el Oriente pudo brindar a una latitud más ancha.

Es bien sabido como el Oriente fue también la cuna de las rebeliones impropiamente indicadas como indiadas (es decir: riots de gentes “bárbaras”– así las definen las fuentes del Archivo General de Centro América, como también del Foreign Office británico). De todas formas llama la atención que enla guerra antijacobina de la primera mitad del siglo XIX, liderada por un “dirty indian pigdriver”– así lo individuaban al caudillo Rafael Carrera los cónsules británicos–, y articulada en la red de parroquias y seculares refractarios, nunca aparece citado el icono ni la catedral. Ni tampoco el culto aparece importante más allá de la dimensión local, durante la época del Conservadurismo clerical.

De veras, nos falta la reconstrucción de las dinámicas por la cuales eran reclutados los “bárbaros” del Oriente que llegaron a ocupar hasta la capital (1838 y 1839) y aalternar con las élites altenses secesionistas– esas sí propiamente liberales según el juicio de la historiografía. La imposibilidad de tomar visión de los documentos arzobispales (recordemos que Guatemala fue arzobispado desde la misma época de la edificación del templo de Esquipulas, es decir en el año 1743) no nos facilita la reconstrucción. Igualmente necesitarían investigaciones en los archivos locales que nos brindaraninformaciones sobre los modos por los cuales los peones y adscritos de las haciendas estaban obligados o animados por sus amos a integrarse en las milicias antiliberales en nombre de la Santa Fe.

Desde la revolución liberal de 1871 el régimen clerical conservador y centralizador fue derrumbado por milicias y por élites, esta vez norteñas, que alimentaban una visión igualmente centralista pero esta vez nacional, anticlerical masónica y con un proyecto relacionado al auge cafetalero, lejano de la realidad económica y social del Oriente.

Liberal es una categoría que no debe engañarnos: es la idea de una autoridad que acaba finalmente con el antiguo régimen y que debe gozar al mismo tiempo, de los medios de gobierno para la modernización. En la lucha entre la pobreza y el atraso oriental, por un lado, y el progreso norteoccidental, el hilo conductor lo constituye la autoridad con su red de dinámicas sociales controladas. Aunque aparezca paradójico, una autoridad que ya no se relacionará con entes corporativos, como pasó en el norte cafetalero poblado por comunidades, sino más bien con individuos vinculados por una relación asimétrica. En este sentido el modelo del mando político y sus dinámicas cobraban los logros del individualismo ladino y de la relación asimétrica, vencidos ya en el Oriente, enmarcados al fin en el escenario políticamente revolucionario del liberalismo y de la nación.

La filosofía que subyace a esta mudanza genética es el Positivismo: una filosofía política todavía organicista en continuidad con el transcurso histórico, que sin embargo evoca la eficiencia de la autoridad como para fundar la legitimidad política sobre la ciencia. En este sentido “auctoritas”prevalece sobre “potestas”; y por el “heroico liberal de Nazaret”– así lo individuaban los periódicos justo del Oriente al final del XIX–la humanidad de los individuos se oponía a las razones digamos del Grande Inquisidor dostojevskiano, es decir del clericalismo y de su obscurantismo. En términos generales: la colonización iberoamericana se desarrolló en un medio no de “individuos” tocados por la gracia divina, que en el concepto liberal elegían sus autoridades y sus leyes– como pasó en las colonias puritanas de Norteamérica. Más bien, las sociedades iberoamericanas fueron gobernadas por cuerpos y leyes cuya raíz ahondaba en la voluntad divina, cuyasmanifestaciones eran la Iglesia y una autoridad civil comisionada a la tarea, para disponer las condiciones de la conversión.

En este clima general del Positivismo, el indígena es percibido en la sociedad y en la cultura como el estandarte de una civilización antigua pero atrasada por responsabilidad de conquistadores ajenos, los españoles.Según A. Batres Jáuregui, galardonado justo en 1892(el IV Centenario) por su obra sobre los indios y su civilización, el indio es como el diamante que se pulimenta con el roce. El debía ser por consiguiente obligado al trabajo, al habla castellana, a calzar zapados y ahorrar– este era elgran tema del debate ya desde el finales del siglo XVIII en la Sociedad Economica Amigos del País. Por otro lado, el indio, sus costumbres, los productos de la naturaleza, las orquídeas fueron llevadas al Expo’ de Sevilla (1892), como también a la de Chicago (1893): a esos productos se les comisionaba igualmente la representación de las raíces antiguas a Sevilla, y de la modernidad, a Chicago. En Sevilla como en Chicago se manifestaba la doble faceta de una identidad construida por costumbres, por cafetales, y máquinas elaboradoras importadas por alemanes en la Costa Cuca. Y salían a la luz las dos caras de la nueva identidad que surgía sobre las ruinas del imperio colonial, del cual sin embargo eran decantadas las funciones civilizadoras, inclusive la de la religión católica y del sentido de autoridad que de la misma procedía.

La identidad plural de esta mezcla rotundamente americana quizás sea literariamente representada no por Nicho el Coyote y su búsqueda del nahual en la interioridad de la cueva, sino por el desafortunado destino de Cara de Ángel en la novela de M.A. Asturias, El Señor Presidente. Destino: es decir una historia construida desde afuera, cuyo deus-ex-machina ya no es más el Omnipotente sino el antojo del Señor Presidente al cual el pueblo venera como a un Dios-Padre repartidor de beneficios, gracias tal vez, hasta milagros, nunca más derechos, a lo más oportunidades y favores. Es el tiempo de Cabrera y de Ubico.

A modo de conclusión, y utilizando el esquema del gran geógrafo francés Gabriel Le Bras[3]: el núcleo original de la identidad son la iglesia con sus símbolosreligiosos,y el pueblo local con las dinámicas de poder de su élite, de los cuales se irradia la red de relaciones internas y externas. El estado nacional nace en Iberoamérica desde lo local hacia lo nacional, por un conjunto del llamado “liberalismo popular” y de una religiosidad otro tanto popular, a costa de la libertad y de los derechos en un medio de neo-organicismo cuya raíz lejana se encuentra en la Neoescolástica. Esa nueva identidad es por supuesto diferente de la comunitaria: necesita de símbolos por los cuales integrarse, es construida no por entes corporativos sino por el concurso de individuos deslindados de su condición étnica y social y de su pertenencia territorial hacia una armonía abstracta: la nación contemporánea. Lo que mantiene unidas esta pluralidad de individuos (no hay Mayas – según la historiografía liberal – sino Cakchiqueles, Keq’chis, Chortís etc., ni pueden hallarse sujetos diferentes de los individuos en una sociedad liberal) son el principio de autoridad y las dinámicas que componen y obligan las diversidades. El derrumbe de la revolución democrática (1954) constituyó una oportunidad única para coger con una mano solamente, dos frutos: legitimación el del poder y la consolidación social, tradición cultural e individuación del enemigo nuevo.

“EL MAÍZ, NUESTRA RAÍZ ”Los debates sobre la independencia alimentariaen Centroamérica[4]

Christiane Berth(Universität St. Gallen)

Resumen: Este artículo aborda, a través de la revisión de tres ejemploshistóricos, algunos de los debates públicos más significativos sobre el tema de la independencia alimentaria en Centroamérica. Se analizan los actores y coyunturas que, en distintos momentos, han participado en las discusiones sobre la alimentación y en sus iniciativas para resolver los problemas derivados del hambre y la desnutrición en los países de América Central. De este modo, se abordan los casos de a) la creación del INCAP en 1949 y los debates que esta institución propició a propósito de las donaciones de alimentos hacia países centroamericanos, b) las discusiones sobre la alimentación como resultado de la revolución sandinista en Nicaragua y c) la consolidación del tema de la independencia alimentaria en las agendas públicas de los países de la región a partir de la década de 1990.

Palabras clave: Nutrición – Centroamérica – INCAP – Donaciones de alimentos – Independencia alimentaria.

Abstract:“El maíz, nuestra raíz”.The Debates on Food Independence in Central America.The article examines some of the most significant public debates on food independence in Central America analyzing three historic examples. It looks at the actors who participated in the discussions on nutrition and follows the evaluation of the initiatives to resolve problems related to hunger and malnutrition in the region. The articles relates to the following cases: a) the foundation of INCAP in 1949 and its position towards food-aid in the 1980s, b) the discussion on nutrition after the Sandinista revolution in Nicaragua and c) the consolidation of the subject as an item on the political agenda since the 1990s.

Keywords: Nutrition – Central America – INCAP – Food aid – Food independence.

Introducción

En Centroamérica convergen distintas influencias culturales y sus tradiciones alimentarias son muestra evidente de ello. Las herencias mesoamericanas y españolas, las influencias afrocaribeñas y la aceptación, cada vez más creciente, de la comida rápida norteamericana configuran el complejo mapa de las tradiciones gastronómicas de la región. Por otra parte, el hambre y la desnutrición constituyen dos de los grandes problemas que afectan a su población y suponen, cada vez con mayor evidencia, un gran reto para las políticas de sus gobiernos. Actualmente, la región es una de las zonas más afectadas por el hambre y la desnutrición en América Latina. Entre 1990 y 2001, organizaciones internacionales entregaron más que 885 millones toneladas de alimentos a los países centroamericanos[5]. Según los datos de la FAO, entre 2006 y 2008 en Guatemala, Nicaragua y Panamá todavía más que un 15% de la población sufrían de desnutrición[6].

La dependencia alimentaria de la región está estrechamente vinculada con la economía de las plantaciones. Desde el siglo XIX, la concentración de la economía en el sector agroexportador – a través del cultivo de algodón, café, banano y azúcar – tuvo como consecuencia una baja de la producción de alimentos básicos. Como resultado, los gobiernos centroamericanos tenían que importar cada vez más alimentos. En este contexto, durante el siglo XX, en varios momentos surgieron debates respecto a las alternativas que tenía la región para lograr su independencia alimentaria a partir de la producción de los bienes locales.

Tomando como referencia algunas de esas discusiones públicas, me enfocaré en este artículo a analizar tres ejemplos, situados en diferentes momentos históricos, de cómo se han desarrollado estos debates en torno al fenómeno de la alimentación en Centroamérica. En este sentido, la primera parte del artículo analizará los debates que, desde la década de los 1940, se originaron a partir de la fundación del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), una institución regional especializada en el tema de la nutrición. En la segunda parte se pondrá énfasis en el contexto de violencia política y crisis económica prevaleciente en Centroamérica durante la década de 1980

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