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Contar una historia, es decir, volver a la semilla dramática, dejar un mensaje y provocar que salgamos del teatro con una emoción —sentirnos entonces diferentes de como entramos—, creo que aquí reside el arte de Teatro Tuyo y sus claves para su triunfo.
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Seitenzahl: 167
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Edición / Yudarkis Veloz Sarduy
Diseño de colección / Annelis Noriega
Diseño de cubierta / Dieiker Bernal Fraga
Foto de cubierta / Leonardo Linares
Composición / Lisandra Fernández Tosca
Conversión a E-book: Ediciones Cubanas
© Sobre la presente edición:
Ediciones Alarcos, 2021
ISBN Versión E-book ePub: 9789593051521
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
EDICIONES ALARCOS
Casa Editorial Tablas-Alarcos
Consejo Nacional de las Artes Escénicas
Línea y B, El Vedado,
La Habana 10400, Cuba
[email protected], www.eltandem.cult.cu
(53) 7833 0226
Índice
Nota
Capítulo 3: ¿qué es teatro tuyo?
De cómo un hombre se convirtió en payaso
Hacer el camino
Teatro Tuyo: capacidad de asombrarnos todavía
Una nota personal y cuatro confesiones. Teatro Tuyo: breve boceto como expiación
Teatro Tuyo, un grupo siempre diferente
Capítulo 2: ¿qué HA HECHO teatro tuyo?
¡PUM!
Fantasías que vuelan por primera vez
No se venden, se regalan
¡PUM! que hace el corazón teatral
Un globo rojo para Papote
Juegos Olimpiclowns
La olimpiadade Teatro Tuyo
Una llama que crece
Superbandaclown
For ever young and musical. Una corazonada partitura para jóvenes ejecutantes
Oda a la alegría según Teatro Tuyo
Superbandaclown: identidad e irrisiónen el Teatro Tuyo
Caras blancas
Caras blancas: poesía, amor y fe
Caras blancas…
Teatro Tuyo se pinta con Caras blancas
Apéndice fotográfico
Caminantes
Donde está el hogar de Teatro Tuyo
Caminantes… se hace camino al andar
El nuevo camino de los payasos de Teatro Tuyo
Teatro Tuyo. Perpetuos caminantes
Gris
Gris: absurdo pretexto para un título
El gris no es un color tan blue
Gris con colores y luz
Simplemente teatro
Narices
Árbol de frutos únicos
Agradecidas “bofetadas” teatrales
La semilla de narices
Más que narices de payasos
Nariz para un amigo
Apéndice fotográfico
La Estación
Parada La Estación en Camagüey
XIII Festival Nacional de Teatro. Final de Partida en Camagüey
A telón corrido
Luces y sombras del teatro cubano en 2010
Un tren llamado Teatro Tuyo
Una estación para la risa
Charivari
Reivindicar al clown a través de espectáculos inteligentes y bien pensados
Parque de sueños
El sueño de los payasos
Para que no se apaguen los sueños
Un parque de sueños
Sucesos
Capítulo 1: ¿qué es un payaso?
¿Qué es un payaso?
Capítulo 0: ¿QUIÉN ES ERNESTO PARRA?
Currículo
Cover
Table of Contents
Nota
Capítulo 3: ¿Qué es Teatro Tuyo?
De cómo un hombre se convirtió en payaso
Hacer el camino
Teatro Tuyo: capacidad de asombrarnos todavía
Una nota personal y cuatro confesiones. Teatro Tuyo: breve boceto como expiación
Teatro Tuyo, un grupo siempre diferente
Capítulo 2: ¿Qué ha hecho Teatro Tuyo?
¡PUM!
Fantasías que vuelan por primera vez
No se venden, se regalan
¡PUM! que hace el corazón teatral
Un globo rojo para Papote
Juegos Olimpiclowns
La olimpiadade Teatro Tuyo
Una llama que crece
Superbandaclown
For ever young and musical. Una corazonada partitura para jóvenes ejecutantes
Oda a la alegría según Teatro Tuyo
Superbandaclown: identidad e irrisiónen el Teatro Tuyo
Caras blancas
Caras blancas: poesía, amor y fe
Caras blancas…
Teatro Tuyo se pinta con Caras blancas
Apéndice fotográfico
Caminantes
Donde está el hogar de Teatro Tuyo
Caminantes… se hace camino al andar
El nuevo camino de los payasos de Teatro Tuyo
Teatro Tuyo. Perpetuos caminantes
Gris
Gris: absurdo pretexto para un título
El gris no es un color tan blue
Gris con colores y luz
Simplemente teatro
Narices
Árbol de frutos únicos
Agradecidas “bofetadas” teatrales
La semilla de narices
Más que narices de payasos
Nariz para un amigo
Apéndice fotográfico
La Estación
Parada La Estación en Camagüey
XIII Festival Nacional de Teatro. Final de Partida en Camagüey
A telón corrido
Luces y sombras del teatro cubano en 2010
Un tren llamado Teatro Tuyo
Una estación para la risa
Charivari
Reivindicar al clown a través de espectáculos inteligentes y bien pensados
Parque de sueños
El sueño de los payasos
Para que no se apaguen los sueños
Un parque de sueños
Sucesos
Capítulo 1: ¿Qué es un payaso?
¿Qué es un payaso?
Capítulo 0: ¿Quién es Ernesto Parra?
Currículo
Es cierto, son payasos, pero payasos sumergidos siempre en una hermosa historia de amor. Sin embargo no ha sido un camino fácil…
YUDD FAVIER
Ernesto Parra parte de una técnica milenaria que tiene sus especificidades y sus bases estéticas muy bien delimitadas, sin embargo el trabajo que ha realizado con Teatro Tuyo a partir del clown se expande en términos artísticos, conceptuales y de recepción.
ISABEL CRISTINA HAMZE
Contar una historia, es decir, volver a la semilla dramática, dejar un mensaje y provocar que salgamos del teatro con una emoción —sentirnos entonces diferentes de como entramos—, creo que aquí reside el arte de Teatro Tuyo y sus claves para su triunfo.
INDIRA R. RUIZ
Nadie pretenda imaginar o conocer a ciencia cierta qué nueva payasada traman los de Teatro Tuyo, es imposible. Puede ser que en la próxima obra abandonen el lenguaje extraverbal, canten una ópera, interpreten un ballet clásico —clownescamente claro está—, o nos regalen su actuación en una cinta cinematográfica. ¿Quién puede adivinar lo impredecible? La nariz de los Tuyo puede ser mañana blanca o negra como ya nos han mostrado. Todo con ellos siempre se torna diferente y auténtico.
RUBÉN DARÍO SALAZAR
Si un payaso quiere tocar piano y la silla está lejos,
no lleva la silla al piano, sino el piano a la silla.
Yudd Favier
I
HABÍA UNA VEZ un hombre que amaba a Dios y amaba al prójimo y se fue a la iglesia. Al entrar allí vio una cruz, un Jesús doliente, sangrante, una copa dorada ornada con gemas, hostias servidas… el incienso ardía. Pues este hombre estuvo un tiempo allí: solo, con Dios y con su amor hacia el prójimo, viviendo en una habitación austera, sepia, sombría. Pero un día este hombre —que seguía amando a Dios y al prójimo— descubrió que amaba también al teatro y a la prójima y que le gustaba la idea de tener, en el futuro, una cama más ancha. Y partió.
Entonces llegó al teatro, otro templo le parecía, igual de austero aunque un poco indigente también. Entró en la habitación de ACTUACIÓN, había allí un espejo en el que admiró su imagen y le gustó, hizo poses —que también le gustaron— pero el tiempo con Dios le hizo meditar y salió apenado por su inmodestia.
Entró a una segunda habitación: TITERITERÍA. Reposaba en una mesa un muñeco de guante, con cara de pícaro. Se lo calzó, lo movió, lo miró, lo animó y fue feliz por un rato. Pero estar detrás de aquel retablo no le permitía mirar al prójimo ¡que tanto quería! y volvió a sentirse incompleto. Se desenguantó y llegó a la tercera habitación.
No había en ella letreros, ni espejos, ni muñecos, pero al fondo, en una silla, había una nariz con una nota admonitoria: Existe un miedo clasificado como COULROFOBIA. (O sea aversión a los payasos).
De alguna manera este hombre, siempre amante de Dios, recordó la imagen de aquel sufrido Cristo y pensó con regocijo y fe en la cantidad de adeptos que aquel hombre se había ganado después de una vida y una muerte tan dura…. Y con fe, —¡y con su inmenso amor al prójimo!— cogió la nariz y se convirtió en payaso.
II
Tengo prejuicios, no me siento orgullosa de ello, pero los tengo. No me gustan los payasos. Debo admitirlo: cuando alguien me habla de payasos sigo haciendo una mueca de desagrado. La cara con exceso de maquillaje, las pelucas, los zapatos grandes y toda esa estridencia de color, más los chistes, silbatos y el ruido que casi siempre los acompañan, sostienen mis tabués. La ironía está en que, sin notarlo, sin asociarlo a mi desdén, hace más de cinco años veo espectáculos de payasos esperando ser conmovida, espero el próximo estreno con la expectativa de una nueva alegría: veo a Teatro Tuyo (TT). Debe ser que lo sigo pensando como “otro tipo de payaso”: y hay pelucas, bromas, reprises, zapatos grandes y colorido, pero también hay una historia narrada a través de la acción, dominio de la mímica, una fábula límpida y simple, música y luces.
Es cierto, son payasos, pero payasos sumergidos siempre en una hermosa historia de amor.
Sin embargo no ha sido un camino fácil…
Hacer del clown una profesión ha costado a cada uno de los integrantes de TT la comprensión de un proceso metódico guiado por su director, ¿por qué lo sé? Porque esa metodología ha sido documentada en ochenta páginas que me fueron confiadas hace más de un año, —y debería sentir vergüenza al decirlo—, contentivas de las experiencias, investigaciones, y toma de decisiones para crear una manera propia de hacer de TT y Ernesto Parra.
III
El libro comienza su opening con una captatio benevolentiae, que avisa al lector de la oriundez del autor y de su construido camino a partir de la intuición y consecuentemente, de la investigación. Continua estableciendo conceptos sobre los términos de clown y/o payasos y luego decide también cuál ha de ser el que le acomode más, según su experiencia y la estructura de los espectáculos. Este epígrafe describe una bibliografía que puede constituirse desde ya, en básica referencia para un tema tan poco documentado. Sin embargo, la columna vertebral del tomo comienza al establecer las cinco categorías de Teatro Tuyo y los siguientes ejercicios que moldean el entrenamiento y las búsquedas de los integrantes del grupo para constituir sus espectáculos. Son las ilustraciones que esboza el autor, las que se convierten en un valor agregado que divierte y conecta al lector con la explicación dada, permítanme compartir al menos una de ellas:
Un clown llega a su casa, la puerta está cerrada, no sabe cómo entrar, intenta empujarla pero esta no se abre, dentro de su bolsillo saca la llave con dificultad, bolsillo que está perfectamente descocido y la mano recorre todo el muslo por dentro de la pata del pantalón hasta llegar al tobillo y dentro de la media es que se encuentra la llave, la saca recorriendo el mismo trayecto, al sacar la llave del bolsillo, llave que es de un tamaño exageradamente grande, cuando va a la puerta descubre que esta no tiene cerradura… piensa por un momento…. Ve la ventana abierta y recuerda que algo ha olvidado, entra por ella hacia la casa y vuelve a salir trayendo en su mano un picaporte con la cerradura incluida, la coloca en la puerta y entonces con la llave logra abrir la puerta para finalmente cerrar la ventana por dentro, pues esta era su preocupación inicial.
Pues ese libro valioso está en mis manos y es mi culpa que hoy ustedes no lo tengan en las vuestras. De eso quería hablarles cuando de Teatro Tuyo se trata.
IV
¿Recuerdan al payaso de mi historia? Pues pronto no supo qué hacer tan solo con su intuición… entonces, la llenó de dudas y las aclaró estudiando, investigando, preguntando, dando traspiés, porque aprendió que para ser un buen sacristán, actor, titiritero o clown no basta tan solo con rezar, moverse, animar o ponerse una nariz, sino que hay que hurgar sobre antecedentes, maneras, pasiones, angustias para convertir al más humilde de los oficios en una digna profesión.
Eso sí, jamás dejó de amar al prójimo.
Comentario leído en el tercer Festival Narices Rojas, Las Tunas, Marzo 2016.
Isabel Cristina Hamze
Desde el título de este coloquio, Teatro Tuyo, irrumpir en la escena cubana desde el clown, asoma la primera interrogante que habría que plantearse: ¿Cómo se explica que un colectivo tunero de payasos irrumpa, se cuele, se posicione, meta las narices entre lo más relevante de la escena cubana en los últimos años?
Recuerdo una función de Gris en el pasado Máscara de Caoba a teatro repleto en la que el público aplaudió frenéticamente como ya casi no se aplaude en el teatro, como si se tratara de estrellas de rock de los setenta. Recuerdo también un intercambio muy especial en el Festival de Camagüey entre Ernesto Parra y Carlos Celdrán, defensor de una estética realista y de una escena trasparente, quien en aquella ocasión quedó sorprendido con la maestría de los actores en Gris, con la verdad del espectáculo y las conexiones profundas que este tipo de teatro tenía con el suyo que es realista, muy verbal y muy social. También recuerdo hace diez años cuando vi Parque de Sueños en la sala El Sótano de la capital y quedé admirada ante la belleza y la gracia de aquel espectáculo que provocaría mi interés por el arte del clown.
Ernesto Parra parte de una técnica milenaria que tiene sus especificidades y sus bases estéticas muy bien delimitadas, sin embargo el trabajo que ha realizado con Teatro Tuyo a partir del Clown se expande en términos artísticos, conceptuales y de recepción. No se trata solo del aprendizaje de una técnica, del entrenamiento físico o de la inteligencia del director para construir gags que diviertan al público. El director ha conseguido mezclar todos esos recursos en sus espectáculos y convertirlos en arte verdadero, en experiencia memorable, no importa si somos niños o adultos, todos tenemos un payaso dentro.
Si tuviera que regirme por la síntesis y la precisión del clown pudiera resumir en tres palabras lo que para mí tiene de extraordinario Teatro Tuyo: objeto, poesía y emoción. Estas tres claves, presentes en sus puestas en escena, son abordadas desde las categorías desarrolladas por el colectivo: lo cómico, lo absurdo, lo inesperado, lo exagerado y lo ridículo. La dramaturgia original creada por Ernesto Parra para divertir, hacer reflexionar y conmover tiene la particularidad de llevar el objeto, la poesía y la emoción a otras zonas del entendimiento en las que alcanzan nuevas dimensiones.
El trabajo con el objeto presente en los presupuestos estéticos del clown marca una ruta para Teatro Tuyo. Se redimensiona el valor del objeto a partir de su representación artificiosa, usando materiales como el cartón y el papel maché, o parodiando sus funciones como el detector de zapatos en Narices, o creando objetos compuestos como una bati-lavadora. El objeto también funciona en su condición de invisibilidad, y es el actor quien lo recrea a partir de técnicas de pantomima y la memoria de los sentidos.
A estas soluciones escénicas se le suma un recurso expresivo mucho más atrayente e ingenioso: lo que los Tuyos llaman la objetualidad, que consiste en respetar la naturaleza del objeto y enrarecer su uso, como el calentador de agua en Gris y las parrillas de refrigerador en Superbandaclown. A estos ejemplos se le suma, de forma magistral, el palillo de tender u horquilla que sostiene nuestras credenciales en este evento. Este recurso no solo resulta efectivo en términos de composición visual, sino en términos conceptuales y de identidad. Lo que para nosotros lo cubanos es un símbolo de la provisionalidad, de ir tirando hasta que se resuelva.
El clown es una condición que se construye también a partir del objeto como complemento de esa figura fácilmente reconocible. Recuerdo una reflexión sobre esto en la puesta Charivari, en la que los actores iban construyendo una imagen a modo de entrenamiento que se enriquecía y evolucionaba a pesar de la austeridad de los vestuarios. Más allá de artificios elaborados como vistosos trajes o pelucas de colores, bastan una nariz, guantes blancos y zapatos para representar, en síntesis, la figura del clown. Esos simples elementos son una especie de máscara que condiciona una postura ante la vida.
La poesía como sistema, como motivación, como estructura e imagen es también una postura que asumen sin recelos los payasos de Teatro Tuyo. ¿Cómo hablar de poesía en espectáculos extraverbales? Pues se trata de una poesía del gesto, donde el cuerpo traduce eso tan extraño que quiere decir el alma y no puede ser expresado con palabras. La poesía del silencio y sus múltiples rostros, sus sorpresas y sus abandonos. En las puestas de Ernesto Parra se crea una intimidad entre el actor y el espectador, en la que cada quien es libre de interpretaciones y lecturas. Tú como espectador y Yo como actor, esa es la clave de Teatro Tuyo, ahí está la vocación de ofrecer algo secreto, innombrable.
El clown obvia lo que para el mundo es supuestamente importante y va tras el sueño de alguna causa perdida. Los poetas padecen lo mismo, también son vagabundos y taciturnos, silenciosos, y dicen mucho con una pocas palabras. El clown puede decir mucho con un simple gesto y revaloriza las acciones secundarias como la poesía revaloriza las cosas simples de la vida. El canto de un pájaro puede ser motivo de sorpresa y fascinación. Lo maravilloso es cómo Ernesto Parra logra que sus actores trasladen la sorpresa y la fascinación al público, aun cuando el pájaro es solo un invento de la imaginación y su canto un silbido de payaso.
El espectador se emociona con lo que no puede ver con sus ojos cotidianos, se emociona a través de los ojos del actor. Es raro desde el punto de vista teatrológico definir la emoción como un elemento que caracteriza la poética de un director. Sin embargo, creo que la emoción es punto de partida y final en todos los espectáculos de Teatro Tuyo, y se construye desde la acción, el movimiento, pero también desde la intimidad del actor.
Podemos ver desfilar entre los personajes de Teatro Tuyo a clowns de tipo Arlequín, Augusto o Cara Blanca, sin embargo cada uno se muestra a través de su clown. En las puestas en escena del colectivo el payaso pasa de ser un arquetipo, una construcción externa a convertirse en un Ser, que solo habita dentro del actor que lo interpreta. Es por eso posible que la emoción no solo se construya externamente, sino que aflore, real, de adentro hacia fuera.
Cada payaso tiene una travesía en la que acompaña a su actor, aunque cambien sus zapatos el camino será el mismo que andarán juntos hasta el fin de los tiempos. Si bien todos los espectáculos que he visto de Teatro Tuyo me han conmovido, hay uno que recordaré siempre con especial cariño: La Estación, con Papote queriendo llegar a su destino. Solo, silencioso, impaciente y emocionado con la posibilidad de avanzar. Varios años después de la fantástica solución que el cielo le trajo a Papote, vemos los frutos de esa espera y de esas emociones compartidas en un espectáculo como Caras blancas junto a su hijo. Ernesto Parra continúa con el boleto en la mano a la espera de nuevas estaciones, no ha llegado Papote aún a su destino final y nos invita a seguir juntos haciendo un camino.
Ponencia para el coloquio Teatro Tuyo, irrumpir en la escena cubana desde el clown, en el Tercer Taller Internacional de Payasos en Las Tunas.
Indira Rodríguez
Debo confesar que se me ha hecho muy difícil hablar de Teatro Tuyo; pues las obras de este grupo pertenecen a ese tipo de puestas que y uno como crítico no quiere explicarse. No quieres ver los efectos de la luz, ni el uso de la banda sonora, te quieres olvidar de los detalles técnicos y volver a ser nuevamente, digamos que, un simple espectador inocente.
Contar una historia, es decir, volver a la semilla dramática, dejar un mensaje y provocar que salgamos del teatro con una emoción —sentirnos entonces diferentes de como entramos—, creo que aquí reside el arte de Teatro Tuyo y sus claves para su triunfo. Un arte que apuesta por una vuelta a la simpleza en cuanto a objetivos escénicos, a la vez que registra una escala de valores humanos cuya definición, explicación y consecución deben apostar invariablemente por la sencillez para ser más certera. Como cuando queremos definir el amor, por ejemplo.
Y creo que Teatro Tuyo tampoco puede poner en palabras lo que hace, en cambio lo pone en escena, en música, en gestos; retorna y nos hace retornar al lenguaje primigenio del color, de la música como pudimos ver en Superbandaclown,