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Cierto día en el mundo, un empleado de una compañía con 28 años de antigüedad fue despedido. Al ser invitado a retirarse del lugar se encontró en el hall de la empresa con la mayoría de sus compañeros, de distintas edades y hasta algunos jefes, los cuales estaban todos en la misma situación. ¿Qué paso? Era la pregunta que eximiría de culpas a los posibles errores humanos, pregunta de la que nadie quería escuchar la respuesta, uno de los exjefes con gesto desencajado, lágrimas en los ojos y voz temblorosa dijo: "UNA MÁQUINA, sí como lo escuchan. Una sola máquina hará nuestro trabajo más rápido y eficiente para la empresa, por una máquina hemos sido reemplazados". En estas páginas, usted encontrará la solución a este problema mundial, que nos ocupa a todos. Quién no teme ser un desocupado, no tener dónde vivir, ¿o simplemente pasar hambre? Flagelo mundial que se expande, cada día aumentan las cifras de indigencia en el mundo. Los cuatro jinetes del Apocalipsis que la humanidad personificó después de las guerras mundiales (el hambre, la guerra, la peste, y la muerte) hoy se manifiestan en forma oculta como cuatro robots con forma humana, montados sobre cuatro elefantes también robóticos, acechando en órbita sobre el planeta. Una simple idea, esta que menciono en mi libro, tiene la capacidad de acabar con las guerras y el hambre en el mundo.
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Seitenzahl: 149
Veröffentlichungsjahr: 2024
WALMAR BERNARDINI
Bernardini, Walmar Cómo salvar al mundo de las computadoras / Walmar Bernardini. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5149-8
1. Ensayo. I. Título. CDD A864
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
CÓMO LEER ESTE LIBRO
EL SUEÑO DE UN NIÑO
SOLO UNA LEY
LOS FUNDAMENTOS DE LA LEY
TRABAJANDO SIN TRABAJAR
CONTRAPUNTO
UN PUEBLO APARTADO
IMPLEMENTANDO LA LEY
LA EDUCACIÓN
LA SALUD
LA SEGURIDAD
ENTRETENIMIENTO
LA INTENCIÓN DEL BIEN
SALVANDO AL PLANETA
COMENZAR DE NUEVO
CASANDRA
DESPUÉS DEL FUEGO
REFLEXIONES
¿Dos títulos para un mismo libro?
El segundo es un título con una simbología casi matemática, por si alguna máquina o computadora quiere leerlo y ayudarnos.
En este libro usted encontrará solo una idea, muy sencilla, directa y muy simple de aplicar, pero que si fuere implementada en todo el mundo, se acabarían el hambre, las guerras, y las pestes. Esta, y solo esta, es la única intención que me motivó a escribir estas páginas.
Día a día hay más gente sobre el planeta.
Todos necesitamos alimentarnos.
El crecimiento económico contempla el despido de personal para reducir costos.
Y aumenta la desocupación sobre el planeta.
¿Qué futuro nos espera?
Muchas veces antes de leer un artículo de algún periódico o libro nos fijamos en el texto del mismo, y si nos atrapa o provoca alguna sensación de intriga, entonces nos fijamos en el autor, si es conocido, lo leeremos o lo recordaremos para leerlo en algún momento, si no lo es, lo que nos ha de captar será su título. Pero existe cierta predisposición a lo que queremos leer y la calidad de lectura que nos interesa, conforme a nuestras vivencias leeremos ciertas cosas y otras las obviaremos sin intención; consecuentemente existen infinidad de tests para determinar el índice de inteligencia, conocimientos, o preferencia de los lectores, que son utilizados por las editoriales para aceptar o distribuir el material que ha de inundar el mercado. Esta situación no está mal, pero muchas veces nos priva de leer todo tipo de literatura que, aunque muy distinta, siempre nos deja alguna enseñanza.
¿Pero que es un test? En ciertas oportunidades nos guiamos o se nos encasilla en un determinado perfil de acuerdo al resultado de la prueba a la que se nos ha sometido y entonces pasamos a ser un número, condicionamos con un ocho, con el máximo de puntaje o simplemente quedamos fuera, pero en realidad todo test que vaga por el mundo responde al grado de conocimiento del o los que lo hacen, luego, también queda aún más restringido por el que lo realiza y más tarde cuando se nos comunica queda resumida toda nuestra existencia en una sola expresión. Por esto digo, que: cualquier test lo que mide en realidad es el índice de sociabilidad que poseemos, aunque se nos haya hecho para medir inteligencia, memoria o fuerza física, y si no imagínese someternos a una evaluación de hace mil años, seguramente el resultado sería que somos unos libertinos y seríamos condenados; de igual contradicción sería el resultado si nosotros sometiéramos a un cavernícola a un test actual, pero no sería así, si un hombre de la época de las cavernas le hicieran una prueba a otro contemporáneo, por ende existe un límite de convivencia temporal en el cual nos reconocemos, excepto que seamos estudiosos de tales costumbres y nos hayamos interiorizado de sus costumbres y comprendiéramos su forma de pensar y por reflexión, sus sentimientos, esto sería para nuestra época, lo que comúnmente llamamos tener la mente abierta; es indispensable, para leer un texto, buscar esta situación, aunque poseer una mente permisible no significa abandonar una postura crítica o analizar con raciocinio los conceptos expresados, sino que: debemos perseguir con todos nuestros conocimientos las causas lógicas de lo expresado, para poder concluir en la fuente motivadora de las ideas, los sentimientos.
Por eso para leer este libro le propongo un ejercicio: imagínese que nadie lo escribió, se escribo solo, que nadie lo editó, apareció de la nada, y que la única idea que posee en su interior es solucionar todos los problemas del mundo. ¿Pequeña tarea verdad? Pero consciente y con conocimiento de parte de nuestra historia y de las injusticias y diferencias que hemos arrastrado hasta nuestro siglo XXI, le propongo que al leer estas páginas busque solamente un fin, el bien común.
Aquella mañana pude haberme quedado en la cama, sabía que él no me necesitaba, pero igual quise levantarme para despedirlo, sonó la alarma, abrió sus ojos, se incorporó rápidamente, tomó su maletín, me miró y me dijo: —Buenos días, necesitas algo. —No... —respondí, solamente no podía dormir. —Bien —respondió, es hora que vaya a trabajar, hasta luego, cerró la puerta y se marchó, yo me volví a acostar y me quedé pensando si su módulo de recarga necesitaría un ajuste o alguna limpieza, hacía ya casi cinco años que no había sufrido un solo desperfecto, muchas veces tuve la intención de hablarle de algún tema que no estuviese relacionado con su trabajo pero sabría que no iba a contestarme, no estaba programado para conversaciones ajenas a su trabajo, aunque a veces cuando era día de cobro luego de explicarme en detalle cada hora ganada con su trabajo, confieso que sentía culpa, yo siempre quería de alguna forma expresarle mi agradecimiento, o conversar de lo que haría con mi tiempo libre gracias a él, pero sé que me miraría y repetiría siempre la misma frase, su pregunta no corresponde a mi programación.
Todas las noches desde muy pequeño tenía este sueño recurrente y tanto era así que de niño juntaba toda pieza posible de electrodoméstico roto o juguete que desarmaba con la idea que algún día construiría mi propio robot y lo haría trabajar por mí.
Cuando tuve que ser yo el que tuve que empezar a trabajar, viajaba muy temprano en un tren con un montón de gente toda apretada y medio dormida. Veía la mirada de los demás, siempre la misma, todos los días, el mismo gesto, las mismas expresiones, parecía como si pudiese leer a través de sus arrugas toda la rutina diaria que desempeñaban, que parecía ir sometiéndolos cada día más, recordaba entonces a mi robot y no podía dejar de compararlo con todas estas personas; quién intentará hablarle de otra cosa que no sea trabajo, o quién en el día de cobro, hará planes con el tiempo que ellos no disponen, pero me daba cuenta que entre toda esa multitud también estaba yo y pensaba entonces alguien habrá percibido la resignación en mi cara. Muchas veces me sentí culpable por mi idea de mi propio robot, pero me pregunto, ¿qué era más inhumano? toda aquella gente yendo a ser algo en la vida que seguramente no les gustaba o mandar a alguien que no tuviese sentimientos ni se diera cuenta de la situación por no estar programado para eso, igualmente en las dos formas anteriores se destruyen de a poco los sueños de alguien con ilusiones, estas opciones programan su desprogramación.
Sin embargo, en la resignación muchas veces había visto refugios de placer, era como cumplir con las obligaciones de hombre responsable y maduro, luego de un arduo día de trabajo, pero sin embargo en el fondo de las miradas colectivas faltaba brillo, ese algo que uno percibe cuando alguien se siente feliz, en uno de esos días donde nos ponemos a observar el cielo, el campo o simplemente salimos al balcón para descansar un rato.
Mi pregunta era si refugiarme en la rutina o en la obligación de concretar una tarea lo más eficientemente posible compitiendo con los demás, con la idea que si no lo realizaba bien perdería mi puesto de trabajo y por ende dejaría de ser un individuo en el que la empresa podría confiar, seguramente una cosa encadenaba la otra, pero cuál tendría prioridad.
¿Por qué entonces siempre ser el mejor? el más exitoso, el que más vende, el que más produce, el que más trabaja, el que más figura o se hace notar entre sus superiores para poder conseguir el día de mañana un puesto más alto, se puede todos los días con las mismas personas que uno comparte el trabajo, por un lado esforzarse para congraciarse con la mayoría y/o por otro tratar de ubicar a los demás en segundo lugar para hacer algo más que los demás no lo hicieron. Qué religión del planeta profesa este tipo de relación humana yo creo que no la hay, pero si existiese, el punto de partida ya sería un fracaso, porque ninguna sociedad sobrevive si no es con el apoyo comunitario y con igual convencimiento de las metas a alcanzar, y no estoy hablando de un triunfo en equipo, sino de un logro individual sin sentirse culpable.
¿Por qué está mal visto entonces, que un hombre regrese contento a su casa, para estar con su familia sin haber realizado grandes ventas o grandes avances en su empresa? o ese día no se haya destacado en algún descubrimiento y que únicamente realizara su rutina diaria sin sobresalir en nada, tal vez no todo el mundo quiere ser exitoso y primero en todo, cuál es la intención de hacer sentir mal a alguien por no ser el mejor, si cualquier estructura funciona con engranajes predeterminados para su funcionamiento. Obviamente la respuesta sola se explica en el ámbito mundial con la toma de conciencia que rige la relación entre las naciones, pero como la historia nos ha demostrado, aquello que no corregimos, nos termina dominando, o como dice el refrán, los pueblos tienen el gobierno que se merecen; con el planeta, inductivamente pasa lo mismo, y para resolver el problema debemos tomar conciencia que somos habitantes de un mundo común y no ciudadanos de una parte delimitada de tierra con un nombre particular y único, tomar conciencia no quiere decir no pertenecer, sino todo lo contrario significa arraigarse a las costumbres, reconocerse partícipe del lugar y sus propios recursos, no por ejemplo, ganarle tierras al río, si no fuese urgentemente necesario, si el país posee tierras despobladas, otro ejemplo sería qué sentido tendría cosechar bananas cerca de los polos, si con esto alteramos el ecosistema, podríamos racionalizar todo el planeta con los mismos recursos que proliferan para explotar regiones no planificada en función global.
Todo país que ha producido y acopiado aquello que no necesita, con el transcurso del tiempo termina desabasteciéndose y encareciendo el producto, el cual luego es comprado fuera del país más caro y de inferior calidad, por esto, países productores por excelencia de tal o cual producto mutan las propiedades regionales alterando el ecosistema del lugar.
¿Puede una especie cambiar la configuración de un planeta entero con su tecnología? evidentemente es posible, pero si esto estuviera programado con un fin en común y no por intereses económicos o por defecto como se está gestando actualmente en nuestra civilización, y al no tener un rumbo orientado al desarrollo de un número previsible de individuos que estén acordes con las sucesivas civilizaciones, el fin del camino será como su proceso de desarrollo, caótico.
Pero cuál es el problema de fondo, usted habrá escuchado a presidentes, estadistas, políticos, organizaciones defensoras del medio ambiente, intelectuales etc. ¿Y sinceramente alguna vez tuvo algo en claro? Comprendió por qué el calentamiento global, la capa de ozono y por qué el mundo nos trata como si fuésemos una especie maligna sobre su superficie que nos quiere destruir. Algunas películas de ciencia-ficción ya han comparado a la especie humana como un virus, y no está muy lejos de serlo, qué especie racional destruye su propia casa, contamina su comida y enrarece su oxígeno para respirar. ¿Ninguna verdad, entonces que es lo que está pasando? Se preguntará usted.
Yo se lo voy a explicar y es tan sencillo que hasta la solución es obvia.
Imaginemos que poseemos una pecera circular de un metro de diámetro, y en ella viven dos peces, podrán sin problemas: nadar, relacionarse, aislarse, comer, buscarse, y hasta podrán formar una familia y si la comida depositada en el fondo fuese más que suficiente, sería el paraíso; ahora supongamos que son cuatro, los peces solo sería cuestión de ponerse de acuerdo para vivir sin que a ninguno le falte nada.
Agreguemos a continuación tantos peces como espacio disponible tengamos en la pecera, la situación ya no sería la misma, no habría espacio para moverse libremente, habría problemas de alimentos, muchos de ellos nunca se relacionarían con los del otro lado de la esfera, se debería controlar los nacimientos por problemas de alimentación, y por ende las familias, y para esto deberían organizarse para controlar a aquellos que atenten contra la paz de la pecera. Organizarse para controlar el bienestar general. Y si fuese necesario para garantizar la supervivencia, eliminar fuera de la pecera a gran cantidad de ellos sin que esto fuera considerado un asesinato. Sino solamente sentido común para la supervivencia.
Haga ahora una analogía entre la pecera y nuestro planeta, muy poca es la diferencia, hoy en día ya se conoce a nuestro hábitat como biosfera, o sea toda la vida sustentada por las propias especies.
Se da cuenta usted que aplicamos el mismo sentido común aquel de la pecera y que, aunque la solución es lógica no es humanamente razonable.
Por eso es que cuando competimos con alguien, inconscientemente estamos preservando nuestra supervivencia sobre el planeta, si yo no te elimino, el eliminado seré yo, por eso es que en las grandes ciudades cuanta más gente hay mayor es la agresión entre las relaciones personales, no pasa así en los pueblos donde el espacio vital es más distanciado.
Pero cuál sería la solución, según nuestra teoría de la pecera, debería tener menos peces o una relación directa entre el volumen de la pecera y la cantidad de peces. Cómo aplicar esto a la especie humana.
Evidentemente uno de los sistemas que más éxito ha tenido hasta ahora es la democracia, o por lo menos es lo que reclama la mayoría de los países, entonces sería retroceder algunos años eliminarlo e inventar otro, pero sería lógico y necesario adaptarlo a nuestras necesidades, por ejemplo: qué sentido tiene hoy en día poseer tantas armas, si con unas pocas solamente destruiríamos todo el planeta. Para qué semejante industria armamentista, si por lógica cuando todo el mundo se arme terminaríamos destruyéndonos de igual modo, o pensemos otra opción, supongamos que estas superpotencias nos dominan por completo y no tenemos más opción que obedecer ciegamente sus mandatos, de igual forma su desarrollo bélico habría llegado a su fin y su economía caería por no poder mantener semejante industria puesto que no tendría ningún asidero seguir con el desarrollo armamentista si ya todos los que están no ofrecen resistencia.
Opción… Y si entonces reemplazamos las armas por naves espaciales y nos dedicamos a conquistar nuevos mundos, qué hombre hoy en día si le dijesen que viajando un año o dos llegarían a un planeta deshabitado donde pudiese establecerse, colonizarlo, vivir explorando y tomar para sí y los suyos todo lo que pueda ser útil. Quién se negaría a intentar crear un nuevo mundo, tal vez el paraíso; En aquellos países donde se ven obligados a sembrar en un metro cuadrado, o aquellos otros donde no se les permite tener más de un hijo, o en los barrios marginales donde las oportunidades de progresar son casi imposibles, o solamente aquellos de espíritu aventurero, quién se resistiría a semejante aventura, sin descartar la posibilidad de convertirse en un explorador de otros mundos.
Solamente el encauzamiento de dicha empresa traería consigo innumerables avances tecnológicos y descubrimientos y por consecuencia se transformaría en una empresa más lucrativa que la armamentista, puesto que no hay límite para la conquista espacial, siempre habría necesidad de una nave más rápida, más grande, más cómoda, que llegue más lejos, con más tecnología científica para nuevos descubrimientos y todo aquello que hoy nos es desconocido y que en su momento requerirá nuevas formas de investigación y desarrollo.
Se solucionaría el problema de la superpoblación y la intención inconsciente de eliminar al otro se transformaría en la toma de conciencia que somos una especie única en un lugar desconocido y encontrarse con otro ser humano en otro planeta sería una afirmación de nuestra identidad.
La competencia dejaría de ser el centro del triunfo personal ya que la cooperación tomaría un papel vital para la supervivencia de la raza.
De igual modo el avance tecnológico facilitaría el salir y entrar del planeta por lo que las distancias se acortarían, ya no sería tan traumático que mi hijo viviese en Marte u otro planeta colonizado, puesto que en un par de horas podríamos visitarlos.
Y por el contrario, si las condiciones en otros mundos son propicias, habría que premiar de algún modo el quedarse en la Tierra, ya que por naturaleza el hombre es un ser curioso.
La Tierra entonces podría transformarse en un ser completamente verde, sin polución ambiental ni ríos y mares contaminados, las grandes ciudades no tendrían necesidad de albergar grandes conglomerados, ya que por la tecnología, en el espacio las distancias se acortan, imaginemos en un espacio tan reducido como la tierra, viajaríamos de un continente a otro en minutos, todas las casas podrían estar en medio de un planeta parquizado, los centros de diversiones o esparcimiento serían lo único que pudiese reunirse en grandes estructuras para además conservar la vida social, ya que no habría necesidad de fábricas, estas podrían estar en órbita en la luna o un planeta cercano.
Pero esta idea tal vez demore algunos años en dar sus frutos, pero sin embargo hay una forma de encausar el camino o mejor dicho de crear la necesidad para desembocar en un mundo altamente tecnificado y humanamente evolucionado sentimentalmente ya que a mi modo de ver ninguna sociedad avanza en su sabiduría sin antes evolucionar emocionalmente.