Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Este libro es especial por varios motivos. Es el único texto en formato de conversación, en el que Paul Watzlawick y Marcelo R. Ceberio desarrollaron –en tono de diálogo crítico y reflexivo, pero amable a la escucha– diferentes aristas teóricas y prácticas acerca de la comunicación humana. Como todo diálogo espontáneo, tuvo cierto desorden y fue dividido en diversos ejes temáticos, guardando siempre rigurosidad teórica y práctica. Sus páginas rezumen olores a Epistemología, Teoría de sistemas y Cibernética, a Constructivismo, Terapia Breve, Hipnosis ericksoniana, a la historia de la Terapia sistémica y de la comunicación. Los diálogos datan de 1994, como la foto de los actores de la solapa, y es notable que, después de tantos años, releer este texto fue como estar frente al Maestro de la epistemología constructivista otra vez: recordar su voz, sus expresiones, reflexiones teóricas, su cadencia de discurso, sus posturas corporales, sus gestos, sus definiciones: Nuestro mejor grabador es la memoria… suenan todavía en mis oídos no solamente sus consejos cuando soy terapeuta, sino cuando escribo. Espero que cuando leas estas conversaciones puedas no solo entenderlas sino sentirlas. Por eso el texto también posee una impronta no solamente teórica sino intensamente emocional. Paul Watzlawick fue maestro pionero de la psicoterapia breve, fue un ser humano correcto, generoso, austero, modesto y, sobre todo, respetuoso de sus colegas y compañeros de trabajo, cuyas enseñanzas han guiado a miles de terapeutas en todo el mundo. Fue un ser ávido de experiencias y aprendizaje. Un ser humano cuya figura ha alcanzado un lugar perdurable que, al final de cuentas eso es lo que hace la trascendencia en la vida: volvernos inmortales. Seguirá eternamente tecleando su vieja máquina de escribir en su oficina de Palo Alto y continuaremos escuchando su voz en cada sesión de psicoterapia, tal vez porque sus ideas y pensamientos ya no le pertenecen, ahora son patrimonio de la humanidad.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 290
Veröffentlichungsjahr: 2025
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Marcelo R. Ceberio y Paul Watzlawick
Conversaciones con Paul Watzlawick
Reflexiones sobre Cibernética, Constructivismo y Terapia breve
© 2025 Marcelo R. Ceberio
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Todas las direcciones de Internet que se dan en este libro son válidas en el momento en que fueron consultadas. Sin embargo, debido a la naturaleza dinámica de la red, algunas direcciones o páginas pueden haber cambiado o no existir. El autor y la editorial sienten los inconvenientes que esto pueda acarrear a los lectores, pero no asumen ninguna responsabilidad por tales cambios.
Equipo editorial:
Paulo Cosín Fernández
Carmen Sánchez Mascaraque
Ana Peláez Sanz
© EDICIONES MORATA, S. L. (2025)
Madrid — España
edmorata.es
Derechos reservados
ISBNpapel: 979-13-87510-17-6
ISBNebook: 979-13-87510-18-3
Depósito legal: M-11.853-2025
Compuesto por: MyP
Printed in Spain — Impreso en España
Imprime: ELECE Industrias Gráficas, S. L. Madrid
Diseño de la cubierta: Ana Peláez Sanz
Nota de la editorial
En Ediciones Morata estamos comprometidos con la innovación y tenemos el compromiso de ofrecer cada vez mayor número de títulos de nuestro catálogo en formato digital.
Consideramos fundamental ofrecerle un producto de calidad y que su experiencia de lectura sea agradable así como que el proceso de compra sea sencillo.
Por eso le pedimos que sea responsable, somos una editorial independiente que lleva desde 1920 en el sector y busca poder continuar su tarea en un futuro. Para ello dependemos de que gente como usted respete nuestros contenidos y haga un buen uso de los mismos.
Bienvenido a nuestro universo digital, ¡ayúdenos a construirlo juntos!
Si quiere hacernos alguna sugerencia o comentario, estaremos encantados de atenderle en [email protected] o por teléfono en el 91 4480926.
ÍNDICE
Introducción. De Buenos Aires a Palo Alto
El libro, los libros
Ahora unas palabras sobre Paul
Conversaciones 1. Una vida en muchos lugares y la entrada a la meca de la comunicación
Conversaciones 2. Vivir en sistemas y el autoritarismo del síntoma
Conversaciones 3. Bateson: menos respuestas y más preguntas
Conversaciones 4. Jackson saca su diván de psicoanalista del consultorio
Conversaciones 5. Por qué, para qué y un cambio de marcha: Cambios de 1.º y 2.º orden
Conversaciones 6. Entre paradojas, como si y profecías que se autocumplen
Conversaciones 7. Los callejones sin salida del Doble vínculo
Conversaciones 8. von Foerster: de los sistemas observados a los sistemas observadores
Conversaciones 9. De la Cibernética de 2.º orden al Constructivismo y la psicoterapia
Conversaciones 10. Calzar, corresponder y un capitán que cruza el estrecho a ciegas
Conversaciones 11. Categorías, supuestos y preconceptos: de la Sra. de Grosetto a la experiencia Rosenhan
Conversaciones 12. Milton Erickson: de la polio invalidante al mago de la psicoterapia
Conversaciones 13. La Terapia Breve: discrepancias, técnicas y el reductor de complejidades
Algunas reflexiones finales. Pensamientos y recuerdos en primera persona
Bibliografía. Textos y autores referidos en las conversaciones
Introducción
De Buenos Aires a Palo Alto
Corrían los 60 y Palo Alto, cuna-escuela de las ciencias de la Comunicación Humana recibe al Paul Watzlawick. Es así que la nueva epistemología se inserta en el maestro y el maestro a la vez se inserta en la nueva epistemología. Sus padres intelectuales: Don Jackson y Gregory Bateson, son parte de su gesta conceptual. Pero no son menores en él las figuras de Milton Erickson y Heinz von Foerster. Admira recordando las open-house (casa abierta) de los días jueves, cita infaltable en lo de Gregory y todavía no encuentra explicación de los diagnósticos dados por Don Jackson.
Constructivista férreo, refiere en su epílogo de La Realidad Inventada, que el ser humano que transite por este tipo de pensamiento asumirá con mayor responsabilidad sus propias construcciones por lo tanto será más respetuoso y comprensivo de la opinión del otro y de este interjuego surgirá una vida en contacto con la libertad.
Esta es mi tercera residencia en el MRI. Generalmente desayuno temprano en una habitación de la casa de Rose Summer, una viejecita amorosa que me alquila una habitación en su casa gigante. Rose es libanesa, muy bajita y tiene un gran rodete de aproximadamente 10 cm con el que intenta alargar su figura. Me basta: tengo cama de dos plazas, baño en suite, y hasta un escritorio que mira al jardín del frente. Vivo repleto de libros y un orden moderado.
Todas las mañanas camino esas 5 cuadras agradables en el frío del invierno californiano, en general por la University Avenue con un tránsito silencioso. University es la calle principal que surca el centro de Palo alto y me recuerda a las calles que conformaban los pueblos del lejano oeste, esos de las series y películas en blanco y negro en la década de los 60 y 70. Llego saludo a la recepcionista y a todo el que me cruzo, pacientes, profesionales, personal administrativo y de limpieza; me sirvo café en la pequeña cocina de secretaría y subo al primer piso a la oficina de Karin Schlanger, la coordinadora de training del Instituto, que gentilmente la comparte conmigo. El escritorio mira hacia la ventana, entonces entre la persiana americana veo quienes pasan, entran y salen de consultorios, y casi siempre Dick Fisch pasa por el corredor central, se da cuenta que lo estoy observando y hace que se tropieza como el sketch de los payasos de circo. Es petiso, calva reluciente, siempre sus ojos achinados de una sonrisa fija instaurada en su rostro, y un pullover casi siempre tres tallas más grandes de la que le corresponde.
Escribo algunos artículos, algunos que ayudo a traducir, veo pacientes en espejo unidireccional, tomo clases, superviso. Esa es mi rutina cotidiana hace meses desde que decidí instalarme en Palo Alto temporariamente. En general todo el mundo desaparece con los estertores de la tarde, al máximo a las 18 h se va el último. Yo acostumbrado al ritmo argentino me voy a las 20 o 21 h, cuando empieza a aparecer el personal de limpieza, latinos en general, que ya me conocen que soy argentino cuando se asombran y me preguntan ¡qué estoy haciendo allí a esa hora!
Los miércoles 14:30 h en punto se reúne el Brief Therapy Center, es el momento en que se inician los turnos de terapias individuales, pareja y familia. También se reúnen los residentes con Karin Schlanger y los tres maestros: Dick Fisch, John Weakland y Paul Watzlawick. ¿A quién le tocará hoy ser el terapeuta de campo? Sea quien fuera es un aprendizaje fantástico. Si John es el terapeuta de campo, Dick, Paul, Karin y yo estamos dentro de cámara. Dick sonríe, hace algún que otro chiste, Paul cierra los ojos, parece adormentado, sin embargo, cuando sorpresivamente abre los ojos y cuando parece haberse quedado profundamente dormido, ¡algo clave señala!
Es una de las últimas veces que veré a John trabajar en vivo, dentro de unos meses ya no podrá venir al Instituto. No obstante, nos atenderá hasta sus últimos días en su casa de los Altos de Palo Alto. Una casa con estilo chino, tal la nacionalidad de su esposa. John (que era ingeniero químico y luego estudió Antropología en la Columbia University), nos recibía en su oficina de la casa a las 3 de la tarde. El sol pegaba en las persianas filtrando sus rayos que entraban en línea recta y remarcaban pilas y pilas de papeles y libros en total desprolijidad o tal vez en un orden superior.
John nos supervisaba, realizaba acoples teóricos, contaba alguna que otra anécdota con Gregory Bateson y Milton Erickson, mientras fumaba su pipa y expulsaba grosas bocanadas de humo que quedaban suspendidas en el aire a mediana altura y se notaban aún más por el efecto que causaban los rayos de sol. Lo grave, era que ya para ese momento dormía con respirador que le permitía regularizar su ritmo respiratorio, porque un virus le había desbarajustado su estabilidad en la respiración.
John era tal cual atendía. Cálido, refinado, metía uno que otro gag inteligente. En una oportunidad John decía: Un problema crea un sistema, y yo le respondía: un problema nace en un sistema John, a lo que él me replicó, un problema crea un sistema, mientras que yo le retruqué nuevamente con que un problema nace en un sistema. Siempre con una sonrisa e irónicamente dijo ¡Enough! (suficiente) un problema nace en un sistema, es ya a esta altura una obviedad, pero un problema crea un sistema, puesto que modifica a lo largo del tiempo, funciones, reglas, dinámica, niveles de estabilidad, etc., del sistema original, con lo cual se crea un sistema de un sistema.
En una de esas tardes, hablando de Erickson le pregunté como habían estado en sus sesiones de hipnoterapia con el gran gurú de Phoenix, cuando viajaban para sistematizar intervenciones con Haley. Entonces me respondió después de titubeos teatralizados Hummm, humm, ¡no me acuerdo!, mostrándome capciosamente que no se acordaba porque Erickson siempre lo mantenía en trance hipnótico. Un año después en julio de 1995, John abandonaba este mundo, dejando todo su legado de sabiduría y calidez afectiva.
Cuando atendía Dick, la sesión era la de un actor refinadamente cómico. Preguntaba ericksonianamente, lento, reflexivo, sonriente, con su pullover arremangado y su magistral estrategia. Dentro de cámara, Paul continuaba su ritual y John prestaba atención extremadamente relajado y Karin y yo en argentino cuchicheábamos del caso. Fisch era médico, nacido en New York; después de ser psiquiatra jefe en un Hospital de Baltimore, decide dejar ese cargo y se muda a California. Debido a una depresión, es paciente de Jackson y luego de Haley, y siempre recuerda a Jackson como un hombre carismático e inteligente, de relaciones muy informales para lo que serían los psicoanalistas de esa época. Al ver los resultados en él mismo, inicia su formación en el MRI.
La tercera opción es que Paul atendiera. Cuando esto sucedía, la sesión se transformaba en seria y Paul, muy formalmente preguntaba, intervenía. Dentro de cámara, John y Dick hacían de las suyas. Un chiste, una ironía y a la vez la concentración en el caso. Los resultados eran el diagrama de una estrategia, las intervenciones y el diseño de una prescripción.
De estas cotidianidades surge este libro. Para esos momentos mis diálogos con Paul se habían acentuado por sobre otras actividades. En general nos reunimos en su despacho y comentamos casos, me supervisaba y me ayudaba a diseñar estrategias de abordajes y resolución de problemas. Hablábamos informalmente y de manera ocasional cuando nos cruzábamos en el patio central del MRI, cuando Paul rigurosamente bajaba de su despacho a la pequeña cocina para preparar su té. En general, él era más celoso de su intimidad, bajaba poco de su consultorio y mantenía el mínimo contacto con los otros profesionales.
Hasta que un día, en su despacho trabajando una supervisión, decidimos armar en coautoría algunas publicaciones, tanto libros como artículos que estarían compuestos por artículos de él, otros míos, y otros compartidos. Solo un sueño. Así es que pensamos empezar con conversaciones abiertas en donde fluyeran temas espontáneamente. Ya a esa altura, yo dictaba clase en los cursos para hispano parlantes en donde el plantel docente estaba compuesto por John, Paul, Dick, Karin y yo y ocasionalmente Martín Wainstein —colega de la Argentina— con quien traíamos grupos de formación.
Con Paul compartíamos la clase, al igual que con Karin. Cuestión que yo, después de años, tenía memorizado cada tramo de su exposición, qué tema teórico se articulaba con qué ejemplo clínico, qué anécdota seguía en la disertación. Con el tiempo y los olvidos del maestro, como él sabía que yo sabía (de sus amnesias y la clase memorizada), me hacía una mirada cómplice para que retomara la ilación mientras él intentaba ayudar a su memoria.
En el mismo año 1994, a posteriori de nuestras reuniones grabadas en Palo Alto, Paul aceptó por fin la propuesta de dictar un seminario en la Argentina. Viajó con Vera, su esposa italiana y 600 personas vinieron a verlo. En esos momentos fue el Instituto Gregory Bateson de Buenos Aires, con el que organizamos el evento. Fue un seminario fantástico y poblado de anécdotas en toda su estadía. Ese viaje fue una total complicidad entre un padre anciano y un hijo que se transforma en padre de su padre. Con Vera, conociendo mi gusto por la ópera, me trajeron un VHS con los tenores en un concierto en San Francisco. Una de las primeras cosas que me pidió a su llegada fue evitar muchas reuniones sociales: Marcelo tú sabes que no soy muy adepto a las reuniones sociales y que me gusta acostarme temprano, pero no quiero quedar mal con toda la gente que me quiere ver y relacionarse conmigo... ¿¡cómo hacemos!? Le dije un pequeño truco, como un juego de niños cómplices: Paul lo único que tienes que hacer es cabecearme o arquear las cejas, ante su cara extrañada le expliqué que me tenía que hacer un gesto sutil con la cabeza o los ojos, aunque estuviésemos alejados para que yo me diese cuenta que nos debíamos ir.
Entonces pasé en las reuniones a ser la ley ante el gesto leve de Paul, yo decía¡Bueno... nos debemos ir que mañana temprano tenemos una serie de compromisos!... Paul decía —como obligado— Bueno Marcelo si tú lo dices está bien ¡vamos! Si tú lo dices será así... con lo cual yo quedaba como el tirano que lo obligaba. Por supuesto que en la intimidad me agradecía mucho mis acciones.
Otra de las grandes anécdotas de su estancia en la capital, fue cuando le entregaron el título de profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires, a pesar que me parecía que le debían entregar eldoctor honoris causa por su gran trayectoria. Nos pasaron a buscar por el hotel y Paul, por supuesto, acompañado por Vera. El auto era un Ford Falcon un tanto derruido y sin aire acondicionado. Ellos parecían una pareja hollywoodense, impecables, finos, sobrios, en un auto sucio y destartalado, muertos de calor.
El remise se retrasó en llegar y las calles de Buenos Aires eran un verdadero caos. Viajamos hasta la Facultad de Psicología de la calle Independencia y entramos a su hall central. Esta pareja no dejaba de asombrarse con el espectáculo dantesco del estado del lugar: las paredes despintadas, pedazos de mampostería que caían de los techos, llenos de pintadas y carteles políticos, todo de dudosa higiene. Yo pensaba en lo que pensaría Paul y su esposa, habituados a la ciudad de Palo Alto tanto o más limpia y ordenada que el mejor barrio privado de la provincia de Buenos Aires. El estado edificio de nuestra Universidad pública contrastaba con el lugar donde Paul estaba habituado a dictar clase: la Universidad de Stanford.
Parados en el hall de la universidad, esperamos y esperamos al decano de Psicología, que llegó media hora más tarde. Se excusó y nos invitó a tomar café porque todavía... ¡no estaba preparado el salón de eventos para realizar la ceremonia! Cuando yo pensaba que iríamos a su despacho, salimos de la universidad y nos dirigimos al bar al que concurren los estudiantes. Como todo este tipo de bares, hay mesas sin limpiar, tazas sin ser levantadas de las mesas, un sonido ambiental elevado por las conversaciones de los casi adolescentes que estudian en la facultad. Mientras tanto, las miradas de los estudiantes se mostraban extrañadas cuando vieron entrar al matrimonio de estilo hollywoodense: Paul con riguroso traje gris-celeste, corbata y pañuelo coronando el saco y Vera elegantísima, con lentes negros.
Creo que por dentro se encontraban espantados por la falta de formalidad del decano, la suciedad del lugar, el ruido ambiental, todos elementos antagónicos con la vivencia de relajación del hábitat californiano. Al final, terminamos yendo al acto donde había muchísimos estudiantes y la prensa se encargó de entrevistarlo. Así se estampó una foto de Paul sonriendo feliz, abriendo y exhibiendo el diploma. Merecido premio al teórico de la comunicación.
La última anécdota se desarrolla en el seminario que dictó. Las dos jornadas se realizaron en el auditorio-teatro del Bawen hotel en el centro de la capital. Faltando dos horas y más precisamente en el último descanso, Paul se sienta en el camerino, tal como una estrella de cine, con todas las luces alrededor del espejo y me dice, frente a la mirada atónita de Martín, No tengo nada más que decir... Mantuve el sopor, pero la buena fortuna me acompañó al saber al dedillo las clases de Paul. Le dije entonces... Te falta hablar sobre tres o cuatro temas y se los menciono(algunas cuestiones de la realidad de 1.º y 2.º orden y los ejemplos, la anécdota constructivista de la señora de Grosetto, las intervenciones paradojales como la del policía que le dijo al suicida que estaba al borde de un puente y le grita que baje sino lo iba a detener, y por último, la experiencia de Rosenhan con las internaciones de los seudo pacientes psiquiátricos, entre otras). Algunas cosas él no recordaba, entonces le contesté ¡Paul! esto lo escribiste en el texto El lenguaje del cambio; esto en el libro Cambio y esto en La realidad inventada... peroooo todo esto, ¡todo esto lo has escrito tú! Nos reímos mucho en esa escena, dentro de la desesperación de que debíamos completar dos horas de clase.
En síntesis, fui a comprar dos libros a la librería de al lado del Hotel y le mostré la evidencia de lo que había él escrito y lo que debíamos hacer para desarrollar esa información en dos horas.Preparamos todo y se culminó en una experiencia maravillosa y bien constructivista, que realizábamos en el training de Palo Alto. La habíamos bautizado la Experiencia Jackson (puesto que se le asigna su creación a Don Jackson), que consiste en un rol playing donde interactúan dos personas del público, elegidas al azar, en donde alguno de los dos representa el rol de psicótico que se cree psiquiatra, y el otro, el psiquiatra. Ambos deben desarrollar una sesión de 10 minutos.
Se escriben, entonces, los roles en dos papelitos cerrados; los eligen y de acuerdo al rol asignado deben representarlo en la sesión. El truco radica en que a ambos se les asigna el mismo rol, por ejemplo, el de psiquiatra, lo que quiere decir que cada uno piensa que el otro es el psicótico. El público debe descubrir quién es quién.
Es fantástico escuchar los puntos de vista y los supuestos que avalan a las opiniones. Alguien decía que uno de los dos era psicótico por ciertas acciones, mientras que otro adjudicaba a las mismas acciones como una maniobra terapéutica. Se armó debates y controversias. Verdaderamente fue una hermosa experiencia que sirvió como corolario y cierre de las jornadas, la disfrutamos mucho a pesar de las vicisitudes en contra. Este ejercicio lo describimos más detalladamente en el primero de las conversaciones.
El libro, los libros
En mi estancia en el MRI, los encuentros con Paul ocuparon numerosas sesiones de grabación, donde utilizábamos una serie de temas gatillo que se iban derivando en otros temas, autores y reflexiones y críticas sobre esos temas. Yo, una o dos veces por semana, asistía con mi grabador manual Panasonic a casete (que en ese momento era de una tecnología de última generación) al consultorio de Paul. Su despacho en el primer piso, originalmente había pertenecido a Donald Jackson. Era amplio y establa situado en el ángulo del edificio del MRI y tenía dos ventanas grandes que mostraban las ramas del árbol del terreno lindero. Tenía un escritorio también grande y una silla estratégicamente más alta que la de los interlocutores, más allá que Paul rondaría el metro noventa de estatura, lo cual lo hacía más gigante en su silla.
En las reuniones, nos propusimos una pequeña guía temática, pero en su mayoría lo dejamos librado a la espontaneidad hacia donde nos llevaban las conversaciones. Así desarrollamos diferentes conceptos, definiciones, descripciones, explicaciones, sobre constructivismo y la figura de von Glasersfeld, la psicoterapia breve, Gregory Bateson y Don Jackson, las profecías que se autocumplen, el doble vínculo, la cibernética y teoría de sistemas, los aportes de la cibernética de 2.º orden y von Foerster, las anécdotas de Milton Erickson, en síntesis, cantidad de temas que fueron hilándose de manera no tan prolija tal como son los diálogos humanos.
La mayoría de las conversaciones fueron en italiano, puesto que era el idioma con que se manejaba con Vera y fue común desde el inicio de nuestra relación, aunque hacíamos una mezcla entre español y la lengua de Dante. Todas las transcripciones son fieles, pero están pulidas y reestructuradas evitando confusiones o entrelazados gramaticales normales en los diálogos humanos. Se rearticularon por ejes temáticos para que la lectura sea ordenada y agradable. Se observará que son diálogos par y par, es decir, cada uno de los protagonistas —tanto Paul como yo— despuntamos los temas, repensamos, tomamos aportes de otros autores, y sacamos conclusiones no definitivas, dejando abierto a otras conclusiones al territorio epistemológico del lector.
La iniciativa de publicarlo surge de un viaje a Chile en el año 2016. Revisando libros en una librería de Santiago, encontré un texto de Paul que no sabía que existía: Es imposible no comunicar. Me resultó extraño ese texto que lleva el nombre del primer axioma de la comunicación, dado que conozco toda la bibliografía Watzlawickiana hasta su muerte y ese libro nunca lo hizo Paul. Exploré en la web y encontré una sinopsis que aclaraba que la editorial había tomado un artículo de cada uno de estos libros: Cambio, El lenguaje del cambio, Es real la realidad, La coleta del barón de Muchhaussen y de la Teoría de la comunicación humana, y había estructurado un texto que recogía parte de la teoría de su obra.
En estos años, a partir de 1997, la editorial Herder dio cuerpo a una colección llamada Interacciones, epistemología y clínica sistémica cuyos directores fuimos Paul y yo. Colección que reunió a los principales autores sistémicos como Helm Stierling, Luigi Onnis, Kurt Ludwig, Giorgio Nardone, Karin Schlanger y Dick Fisch, entre otros. Cada libro llevó nuestro prólogo como directores. Pero el escribir no quedó anclado en artículos y prefacios: llevamos a cabo varios proyectos terminados en tres libros. El primero en 1998, La construcción del Universo, conceptos introductorios y reflexiones sobre epistemología, Constructivismo y pensamiento sistémico, en donde cada uno articuló diferentes capítulos en un texto básicamente epistemológico, que conjuga diversos estratos de reflexiones teorías.
El segundo desarrolló las propiedades teóricas de una serie de intervenciones sistémicas y dio en llamarse Ficciones de la realidad, realidades de la ficción; Estrategias de la comunicación humana (2008). Y, por último, el año 2010, Si quieres ver aprende a actuar: Diseño y prescripción de tareas en psicoterapia, es un verdadero manual de tareas terapéuticas.Años más tarde, en el año 2016, se publicó la biografía de Paul, un libro que mostró parte de su vida profesional, sus maestros y colegas queridos y sus desarrollos teóricos y de la terapia breve. El libro se titula Paul Watzlawick: en búsqueda del cambio. Trayecto de vida, mentores y teorías del Maestro de la Terapia Breve: una hermosa semblanza de la vida de Paul, que muestran a un hombre riquísimo en experiencia de vida y sus aportes a la psicoterapia. Y, por último, el libro no publicado todavía —Claves en la comunicación y la psicoterapia— compuesto por artículos que muestran conceptos centrales de la psicoterapia sistémica breve e incluye el primer texto de Paul (anterior a Pragmatic of human communication) que se tituló Antología de la comunicación humana, casi un artículo extenso en donde se muestran desgravaciones de casos y el acople teórico.
Hace pocos años, impulsado por Jan Schultz, el editor de Herder México, amigo personal y editor de muchos de mis libros, decidí dar a luz estas entrevistas de 1994 que se hallaban desgravadas e impresas. El papel de impresión era de las primeras computadoras (un troquelado continuo que unía las hojas y que debía romperse para confeccionarlas) y ya estaba amarillento, pero listo para darle cuerpo como libro.
Todos estos libros constituyen un homenaje a mi papá intelectual y afectivo, ya a más de 10 años de su muerte. Y tal vez, ese fue nuestro engarce, no solamente intelectual sino afectivo: Paul más austero en la expresión y yo más latino. Él no tenía hijos, tal como lo afirmaba nunca tuvo ese deseo pero, sin embargo, hubo algunos profesionales jóvenes a quién adoptó tácitamente: Karin Schlanger quien fue la directora de training del MRI y convivió cotidianamente con él; Giorgio Nardone a quien patrocinó su instituto en Italia y por último, el que suscribe con quien compartió numerosos proyectos, libros y artículos.
Específicamente, este texto Conversaciones con Paul Watzlawick. Reflexiones sobre Cibernética, Constructivismo y Terapia breve, llevaba otro título originalmente: habíamos pensado solo Conversaciones con Paul y esto era un riesgo puesto que, dada la cantidad de fans de los Beatles, el nombre podía ser entendido como Paul McCartney. Fue un arduo trabajo de desgrabación. El resultado de esa tarea fue un material en bruto con una gran cantidad de tópicos que fueron abordados y como todo diálogo puede llevar, fruto de la espontaneidad, cierto desorden, pero siempre con rigurosidad teórica o práctica.
A raíz de todo esto, decidí agrupar el texto por ejes temáticos compuestos por diferentes conversaciones con los subtítulos de los temas desarrollados y con una pequeña introducción. Algo notable fue que después de tantos años, releer este texto fue como estar frente al Maestro otra vez: recordar su voz, sus expresiones, su cadencia de discurso, sus posturas corporales, sus gestos. Suenan todavía en mis oídos no solamente sus consejos cuando soy terapeuta sino cuando escribo.
Cabe decir que recordé mientras que trabajaba el texto, definiciones, desarrollos teóricos, palabras, reflexiones que en diferentes momentos Paul me ha transmitido. No los quise desaprovechar, puesto que nuestro mejor grabador es la memoria, y los inserté en diferentes partes del libro.
Ahora unas palabras sobre Paul
Paul Watzlawick fue maestro pionero de la psicoterapia, fue un ser humano correcto, generoso, austero, modesto y, sobre todo, respetuoso de sus colegas y compañeros de trabajo, cuyas enseñanzas han guiado a miles de terapeutas en todo el mundo. Fue un ser ávido de experiencias y aprendizaje, como también respetuoso y digno discípulo de sus maestros.
Paul tuvo el cargo de Senior Research Fellow del Mental Research Institute (MRI), miembro fundador del equipo del Centro de Terapia Breve en el MRI y profesor emérito del Departamento de Psiquiatría y Ciencias Conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. El maestro de la terapia sistémica, contribuyó de manera muy importante al campo de la terapia Familiar, de pareja e individual y se destacó por sus aportaciones a la teoría de los sistemas, a la cibernética, a la creación de la terapia breve estratégica y el constructivismo moderno.
Fue escuchado mediante conferencias, cursos y seminarios, y leído en prácticamente todo el mundo: más de 126 artículos publicados internacionalmente y autor o coautor de 22 libros que fueron traducidos a más de 80 idiomas, entre ellos la Teoría de la Comunicación Humana, Cambio, El lenguaje del cambio, La Realidad Inventada, Lo malo de lo bueno, El arte de amargarse la vida, El sentido del sin sentido, La construcción del universo, El arte del cambio, Ficciones de la realidad, realidades de la ficción, Es real la realidad, El ojo observador, Si quieres ver aprende a actuar, Terapia breve, filosofía y arte, entre otros.
Por sus aportaciones a las ciencias de la comunicación y la psicoterapia sistémica, dada la relevancia de su persona, obtuvo numerosos reconocimientos y honores internacionales entre los que se encuentran:
• Distinguished Achievement Award (American Family Therapy Association, 1981). Paracelsus Ring (Ciudad de Villach. Austria, 1987).• Lifetime Achievement Award (Milton H. Erickson Foundation, 1988).• Distinguished Professor for Contributions to Family Therapy Award (American Association of Marriage and Family Therapy, 1982).• Doctor honoris causa (Universidad de Liege, Bélgica, 1992).• Doctor honoris causa (Universidad de Bordeaux-III, 1992).• Medalla de Honor de la Provincia de Carintia (Austria, 1993).• Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires (Argentina, 1994).Terminando el año 2006, a raíz de una enfermedad que fue avanzando lenta pero inexorablemente, decide retirarse de su actividad profesional y deja su despacho en el MRI, despacho que ocupó ininterrumpidamente durante 46 años. Murió el sábado 31 de marzo del 2007, en su casa en Palo Alto. Tenía 85 años. A veces pienso, si realmente muere alguien que ha dejado semejante legado y ha trascendido tanto en la vida. Yo creo en esa inmortalidad, no en otra vida después de la muerte, ni en la reencarnación, sino en la inmortalidad de la trascendencia.
Al Maestro se le apagó el corazón..., así titulé un obituario que se publicó en diversos medios de habla hispana, y con estas palabras lo cerré: Al maestro se le apagó el corazón, pero para todos los que fuimos sus alumnos, seguirá tecleando su vieja máquina de escribir en su oficina de Palo Alto y continuaremos escuchando su voz en cada sesión de psicoterapia, tal vez porque sus ideas y pensamientos ya no le pertenecen, ahora son patrimonio de la humanidad.
Marcelo R. Ceberio
Conversaciones 1
Una vida en muchos lugares y la entrada a la meca de la comunicación
Una de las características de la vida de Paul tiene que ver con su avidez de conocimiento y su constante curiosidad por aprender. La conversación plantea su biografía antes y después del Mental Research Institute (MRI), puesto que, hasta sus 39 años, su vida fue un constante cambio de contextos, de modelo de trabajo clínico y trabajo en general, de constantes afincamientos y adaptación a nuevas culturas. Varias veces modificó su estilo de vida, tuvo permanentes desprendimientos, pero siempre en la búsqueda de crecer. Así hasta llegar al MRI, en esa época considerado —la Meca de la comunicación humana— donde encontrará su lugar y vivirá el resto de su vida.
MRC: Una vida de arribos y partidas, de sorpresas y despedidas, hasta que llegaste a Palo Alto... Hace años que estás estable aquí (en Palo Alto), aunque vives viajando, tienes tu sede central con tu «comandanta» Vera (su esposa) (risas)... Pero en tu historia, desde que te fuiste de tu ciudad natal Villach, hasta que llegaste aquí, no te has afirmado en ningún lugar, has estado en constante búsqueda de nuevos desafíos...
PW: ¡Oh! era muy joven Marcelo, muy jovencito (guiño)...
MRC: Mira, voy a hacer de tu memoria para que veas que tu vida es un constante desprendimiento y la búsqueda de un nuevo horizonte... de Villach a la guerra integrando las filas del ejército con toda la vivencia traumática que implicó la segunda guerra mundial, hasta estar en las filas de la 8.º armada británica. De allí a trabajar como asistente personal del director de la división de investigaciones criminalesen Trieste... Luego estudiar en Venecia en la Universidad Cà Foscari, Filosofía y lenguas modernas, donde obtuviste el doctorado en 1949...
PW: Así es... y presenté mi tesis final en 1949, acerca de un contemporáneo de Dostoievsky, Vladimir Solovev. Esta tesis fue escrita mitad en italiano y la otra mitad en ruso, ... que, si la tuviese que leer hoy no lo lograría. No tengo la más mínima idea de lo que he escrito, ya que es el 7.º idioma que aprendí... el ruso fue mi 7.ª lengua... el alemán mi lengua natal, latín, italiano, inglés, francés, español. ¡Y defendí mi tesis doctoral totalmente en ruso!, frente a un tribunal integrado por doce profesores, de los cuales solamente dos hablaban en ruso (risas), fue muy útil..., ¡los demás leyeron el periódico mientras exponía!... (risas).
MRC: A posteriori, te entrenaste en Psicoterapia junguiana en el Instituto C. G. Jung en Zurich... pero recuérdame esa anécdota del chaparrón...
PW: ¿La del bar que entré cuando llovía?... En los comienzos del 50 hice un viaje por primera vez a Suiza, de vacaciones por dos semanas. Era mi último día de mi estancia en la ciudad de Zúrich, estoy paseando por la ciudad cuando de pronto un repentino chaparrón me obliga a refugiarme en un café. Me siento en una de las mesas y recojo uno de los periódicos que se encontraban distribuidos por el bar, el Welte Woche (Semana del mundo) y de casualidad leo un artículo sobre la formación en psicoterapia del Instituto Jung.
No tenía la más mínima idea de que existiera... este artículo me despertó mucho interés, pero no fue tanto como para quedarme un día más en Zúrich para conocer el Instituto y ver la posibilidad de inscribirme. Regresé a Trieste a retomar mi trabajo y así surge mi vocación..., de un momento me fue clarísimo: ¡ahora me voy a estudiar a Zúrich!
MRC: Cómo un inesperado acontecimiento puede corregir un rumbo, cuando se está abierto a nuevas experiencias y sin una planificación anticipada, en este caso un hecho arbitrario como un chaparrón y una lectura inesperada construyen un nuevo camino... Es notable señalar cómo pequeños eventos en las acciones pueden cambiar la vida, ¡no dejo de maravillarme! como afirmamos en la terapia breve, con imperceptibles intervenciones se pueda modificar la perspectiva de un ser humano...
Hay en tu vida, una cantidad de experiencias que te fueron llevando a diferentes situaciones. Por ejemplo, cuando terminaste fuiste a hacer tu terapia y supervisión con Bernhard a Roma... ¡esa fue una situación terrible...!
PW: ¡Banisone se llamaba! era el médico que me ofreció trabajar en un futuro centro de psicoterapia que estaba formando en Roma, me dijo, estamos organizando aquí el centro de psicoterapia..., si quiere Ud. puede participar..., puedo pagarle más o menos 20.000 liras... Era poco dinero, pero bastaba para pagar mi análisis y para vivir ajustadamente, pero mejor que nada... Acepté la oferta y preparé mis cosas y me fui a Roma.
Un día viernes llegué a Roma y me instalé en una pensión de media categoría y lo primero que hice fue llamar a Banisone, y le dije que había llegado y me respondió: ¡perfecto, perfecto, el próximo lunes tenemos la reunión con los futuros miembros! Nunca supe el nombre del instituto, ni lo iría a saber... La institución formaba parte del Consiglio Nazionale della Ricerca