El Genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares - Marcelo R. Ceberio - E-Book

El Genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares E-Book

Marcelo R. Ceberio

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Beschreibung

En la actualidad, el genograma se ha convertido en un recurso de gran utilidad en una serie de disciplinas que excede el ámbito de la terapia familiar. El gráfico condensa en tan solo una hoja, una rica y cuantiosa información que permite realizar hipótesis e inferencias acerca de la exploración que se desee realizar. Se define, tal cual un típico árbol genealógico, en cuyas ramificaciones se sitúan los diferentes vínculos de familia de origen, extensa y creada. Datos y más datos se anexan a su diseño, dándole vida y forma. De esta manera, el dibujo -que abunda en geometría- se humaniza. El texto "El Genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares", analiza y desarrolla un modelo del genograma para aplicar individual o grupalmente y proporciona las herramientas técnicas para realizar un taller que integra diversidad de edades o personas del mismo ciclo evolutivo, o se desenvuelve con pocos integrantes o un grupo numeroso. El taller consiste en explorar la historia de las relaciones familiares con el objetivo de concienciar las resonancias y ecos internos de nuestros modelos relacionales, de figuras identificatorias, de patrones y mandatos, de historias que convergen y construyen una sola versión de la historia. El libro es un manual que guía e incentiva creativamente al profesional que utilice el genograma como recurso terapéutico. Abunda en técnicas para la intervención del coordinador y la interpretación, y cuenta con 84 ejercicios que constituyen el alma del trabajo con el genograma..

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Marcelo R. Ceberio

El genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares

© 2018 Marcelo R. Ceberio

Edición original del autor con el título Quién soy y de dónde vengo, publicada por Tres Haches en 2004 con ISBN 978-987-9318270 y por Psicolibro Ediciones en 2012 con ISBN 978-987-251905-6

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Todas las direcciones de Internet que se dan en este libro son válidas en el momento en que fueron consultadas. Sin embargo, debido a la naturaleza dinámica de la red, algunas direcciones o páginas pueden haber cambiado o no existir. El autor y la editorial sienten los inconvenientes que esto pueda acarrear a los lectores, pero no asumen ninguna responsabilidad por tales cambios.

© EDICIONES MORATA, S. L. (2018)

Nuestra Sra. del Rosario, 14, bajo

28701 San Sebastián de los Reyes (Madrid)

[email protected]

Derechos reservados

ISBNpapel: 978-84-7112-901-7

ISBNebook: 978-84-7112-902-4

Depósito legal: M-21.337-2018

Compuesto por: MyP

Printed in Spain — Impreso en España

Imprime: ELECE Industrias Gráficas, S. L. Algete (Madrid)

Diseño de la cubierta: Equipo Taramo

Nota de la editorial

En Ediciones Morata estamos comprometidos con la innovación y tenemos el compromiso de ofrecer cada vez mayor número de títulos de nuestro catálogo en formato digital.

Consideramos fundamental ofrecerle un producto de calidad y que su experiencia de lectura sea agradable así como que el proceso de compra sea sencillo.

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A Cecilia y Franco, mi familia creada.

Director: Roberto PEREIRA

La Terapia Familiar tiene ya muchos años de desarrollo y abundante bibliografía, aunque la mayoría de ella proviene del discurso dominante de origen inequívocamente anglosajón. Desde los primeros años de la difusión de la Terapia Familiar se comprobó la necesidad de adaptarla a los contextos culturales de los diferentes países. La actitud de familias y de los psicoterapeutas, la “cultura terapéutica” no es la misma. No es descabellado afirmar que buena parte de los modelos psicoterapéuticos utilizados hoy en día tienen su origen en la necesidad de adaptarse a los sistemas sanitarios de los países del “norte”, especialmente el de los EE.UU., modelos que no tienen necesariamente que encajar en los países del “sur”, en Iberoamérica. En ese sentido, la colección quiere seguir la línea de la Red Relates (www.redrelates.org) organización que agrupa a escuelas sistémicas latinoamericanas, y uno de cuyos objetivos es “avanzar hacia la configuración de un modelo propio, coherente con las realidades europeas y latinoamericanas, capaz de dialogar fructíferamente con los restantes modelos sistémicos”.

Esta colección, abierta a propuestas de los autores iberoamericanos, quiere a su vez promover el intercambio entre los terapeutas familiares de lengua hispana y portuguesa, y favorecer el desarrollo de una TF iberoamericana con sus propias características y señas de identidad, que respondan a las necesidades y contextos de donde se realiza más que al discurso dominante en el campo.

Desde hace años, las Asociaciones Españolas y Portuguesa de Terapia Familiar mantienen una estrecha relación que ha tomado forma con la realización de Congresos Ibéricos de Terapia Familiar y la edición de una revista bilingüe. Pero aún no se ha producido un intercambio real de bibliografía.

Títulos de la colección Terapia Familiar Iberoamericana:

1. Canevaro, Alfredo (2012). Terapia individual sistémica con la participación de familiares significativos.2. Ceberio, Marcelo (2013). El cielo puede esperar. La 4.ª edad: Ser anciano en el sigloxxi.3. Relvas, A. Paula y Sotero, Luciana (2014). Familias obligadas, terapeutas forzosos. La alianza terapéutica en contextos coercitivos.4. Ramos, Ricardo (2015). Terapia narrariva con familias multiproblemáticas.5. Ceberio, Marcelo (2018). El genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares.

Introducción

Capítulo 1.El genograma

¿Que es el genograma?.—El uso del genograma.—A. Genograma como herramienta complementaria.—B. Genograma como modelo terapéutico.—C. Talleres de genograma.—D. Genograma como técnica proyectiva.—E. Genograma en el ámbito médico.—F. El genograma en investigación.—La construcción del genograma.—A. Diseño gráfico de la estructura familiar.—B. Información sobre la familia.—C. Tipos de relaciones familiares.

Capítulo 2. El taller de genograma

La pre-tarea: preparación del taller.—1. Anuncio y organización del taller.—2. Selección de los postulantes.—3. Los criterios de selección.—4. Qué son los ejercicios y cómo elegirlos.—Ejercicios de apertura y cierre.—Ejercicios específicos.—El trabajo con imágenes.—Seleccionando ejercicios.—El taller: etapas del proceso.—1. La apertura.—2. Desarrollo.—3. El cierre.

Capítulo 3. La coordinación

La conducción del coordinador.—Condiciones del coordinador.—Pasión y rigurosidad.—No estancarse en la búsqueda del porqué.—Interesarse para interesar.—Evitar los juicios de valor.—La creatividad.—Crear ejercicios de acuerdo al emergente grupal.—Ser solidario y no hacerse cargo.—La contención.—Atrever a atreverse.—No pautar el sentir del participante.—El método de las tres R: repensar, reflexionar, reformular.—El sabueso: la tarea del investigador.—Estar atento a las diversas reacciones.—La habilidad en la búsqueda de isomorfismos.—Pivotar entre lo grupal y lo individual.—Respeto de los tiempos.

Capítulo 4. Técnicas e interpretación

Aplicación de técnicas y estrategias.—Interpretación del genograma.

Capítulo 5. Un libro de vida

El libro personal, el libro más importante.—Diseño y organización del material.—1.ª Parte: La redacción propiamente dicha.—El genograma.—Genograma de relaciones.—Mapas familiares.—Historia familiar.—La familia extensa paterna y materna.—Hipótesis de la estructura interaccional de la FE paterna / materna.—La familia de origen. Descripción, funcionamiento, cronología.—Algunas hipótesis acerca de la interacción.—La familia creada. Descripción, funcionamiento, cronología.—Epílogo: Una nueva historia, ¿una nueva historia?—Ilustraciones.—2.ª Parte: Los ejercicios.—3.ª Parte: El diario de la experiencia.

Apéndice: Ejercicios del taller de genograma

Ejercicios de apertura.—¿Quién soy?.—Las virtudes y defectos.—¿Cuáles son mis expectativas?.—Estoy dispuesto a dar....—Soy el representante de la familia (1).—Soy el representante de la familia (2).—La evocación de la familia.—Conociendo los subsistemas.—Presentación a través de la foto.—Quién era y quién soy.—Los padres presentan a los hijos.—Me presentan los otros.—Transparencias y proyecciones.—Eligiendo parejas.—Eligiendo mi equipo.—El juego de la lana.—Ejercicios específicos.—La construcción de la familia.—Construyendo el genograma.—Narrar la historia familiar (grupo).—Narrar la historia familiar (dupla).—Ser un periodista.—Los subsistemas.—La pareja de los padres.—Los hermanos.—Los abuelos.—Los tíos.—La pareja.—La historia de la pareja.—Los hijos.—Los míos, los tuyos, los nuestros.—Los suegros.—Las personas significativas.—Los grupos secundarios.—Mitologías y creencias familiares.—Los mandatos.—Los mitos y creencias.—Los valores.—Los rituales.—La comida familiar.—La estructura familiar.—El mapa familiar.—Explorando el mapa familiar.—Roles y funciones.—La corte del rey.—Las jerarquías.—Nombres y apodos.—Juegos y dinámicas familiares.—Alianzas, coaliciones, triangulaciones.—Los secretos.—Los ocultamientos.—Reconocimiento, valoración, aceptación.—Descalificación, desconfirmación y rechazo: desvalorización.—Manifestaciones afectivas.—Deseos, presiones y exigencias de los padres.—Críticas y quejas.—El clima familiar.—Las crisis.—Las crisis en general.—Los nacimientos.—Tu nacimiento.—Las muertes.—Separarse de la familia.—Tu separación de la familia de origen.—Ingreso de otros miembros.—Altibajos económicos.—Las mudanzas.—Las enfermedades.—El proceso de individuación.—Los eventos importantes de la familia de origen.—El trabajo con imágenes.—Los escudos.—Escudo de familia de origen.—Escudo de familia de origen con la familia de origen.—Escudo de la pareja.—Escudo de familia creada.—Escudo trigeneracional.—Dibujos infantiles y fotografías.—Dibujos infantiles.—Las fotografías familiares.—Contar la historia en imágenes.—La construcción de esculturas familiares.—Escultura de la fotografía.—La familia imaginaria.—La escultura familiar.—Darle vida a la escultura.—Amplificaciones.—Ejercicios de cierre.—Una narración alternativa a la original.—Volver a presentarse.—¿Se cumplieron mis expectativas?—Escudo grupal.—La coreografía grupal.—Funciones en el grupo / funciones en la familia.—El grupo como familia.—La fotografía familiar.—La despedida del grupo.

Bibliografía consultada

Introducción

El taller de genograma culminó con la redacción de mi libro personal. Días después, releyendo los escritos, seleccioné una serie de partes que consideré relevantes. Reuní, entonces, a mi familia de origen y leí esos tramos de vivencias frente a cada uno de los integrantes. A todos nos sacudió la emoción. Viajamos en el tiempo y en el aquí y ahora y reflexionamos sobre nuestra vida en común. Días, inclusive, meses después, continué recibiendo resonancias, rectificaciones y reafirmaciones de las historias contadas. Mi padre, sorpresivamente, redactó su propio genograma contando su propia versión acerca de su propia familia de origen y creada. Estas repercusiones resultan maravillosas y son caricias para el alma1.

En la actualidad, el genograma se ha convertido en un recurso de gran utilidad en una serie de disciplinas que excede el ámbito de la terapia familiar. El gráfico, en sí mismo, condensa en tan solo una hoja, una rica y cuantiosa información que permite realizar hipótesis e inferencias acerca de la exploración que se desee realizar. Podríamos definirlo, como la mayoría de los autores, tal cual un típico árbol genealógico en cuyas ramificaciones se sitúan los diferentes parientes de las familias extensas, de origen y creada. Datos y más datos se anexan al cuadro, dándole vida y forma. De esta manera, el dibujo —que abunda en geometría— se humaniza.

Medicina genética, medicina familiar, supervisión, psicoterapia, organizaciones y empresas, entre otros, son algunos de los campos donde impera el genograma, en los que asienta la base de sus cuadrados y círculos de personas, rectas que implican lazos maritales, diseños que demarcan tipologías de vínculos, de todo un dibujo que expresa historias familiares, crisis y funciones de sus miembros.

Todavía resulta sorprendente que el gráfico se convierta en una especie de Rorschach familiar, en el cual se anide tanta información acerca de la familia. Aunque no solo su historia o su florido anecdotario, sino también, el genograma paralelo de relaciones —como gráfico alternativo al principal— centraliza la atención en las tipologías vinculares y, más específicamente, los mapas familiares que dan testimonio de la clase de relaciones desarrolladas en ciertos períodos evolutivos del protagonista.

Pese a todas las posibilidades que emergen del material, poco se ha escrito acerca del genograma en habla hispana. Uno de los textos más completos es el manual de Mónica McGoldrick y Randy Gerson (1985), —en el cual proponen el genograma como modelo terapéutico— libro en que se basan la mayoría de los profesionales que se han acercado al genograma. Muchos terapeutas han aplicado el genograma en talleres y workshop, con la finalidad de ahondar organizadamente el mundo interno y la forma de interactuar de las personas pero, de acuerdo a nuestra exploración, solamente se hallan artículos o algunas referencias publicadas que mencionan el genograma sin sistematizar el trabajo con él. De esto se trata el presente libro.

Este texto El genograma: Un viaje por las interacciones y juegos familiares, analiza y desarrolla un modelo del genograma que se puede aplicar en reuniones grupales de diferentes características. Esto quiere decir, que proporciona las herramientas para realizar un taller que puede durar un año y medio o reducirse a tan sólo un fin de semana, o que integre a diversas edades o solamente personas del mismo ciclo evolutivo, o que se desenvuelva bien con pocos integrantes o bien con un grupo numeroso.

El libro, está pensado como manual que guíe y oriente al profesional que, enraizado con técnicas grupales y familiares, intente realizar un taller que apele como recurso de elaboración a los gráficos familiares. Las bases teóricas del taller de genograma, están asociadas a la Teoría general de los sistemas y la Cibernética, por una parte, como también el Cognitivismo y el Constructivismo hacen gala en diferentes partes de su estructura. El formato de taller, como también parte de sus ejercicios y el esquema del libro de vida, se basan en los desarrollos de la profesora Susana Vega. La autora, psicóloga clínica experimentada en el trabajo con las emociones del terapeuta, coordina el módulo vivencial-experiencial que es parte de la formación del Master en Terapia familiar del Hospital de Sant Pau de Barcelona. Durante tres años realizó un hermoso proceso grupal, cuyo uso del genograma fue el eje central y punto de partida del trabajo.

El alma del taller del genograma la constituyen Los ejercicios que operan como disparadores de recuerdos y organizadores de la exploración. Se describen una serie de ejercicios para la apertura y cierre del taller; los específicos, que competen al análisis de las familias, y una serie especial de trabajo con imágenes compuesta por dibujos de escudos familiares, dibujos infantiles y fotografías y la realización de ejercicios psicodramáticos mediante esculturas. Cada uno se encuentra descrito con suma claridad, cuestión que una persona no emparentada con la psicología pueda entenderlos. Es decir, cada uno se halla encabezado por una introducción, seguido por los objetivos, el diseño de la tarea y las reflexiones. Estas últimas, son preguntas personales que detonan pensamientos y se introducen en vericuetos de indagación que, en general, la capacidad de análisis de las personas pasa frecuentemente por alto.

El texto trata de incentivar la creatividad del terapeuta. De ninguna manera quiere aparecer como una receta a aplicar, sino como un facilitador que active el pensamiento lateral del profesional. Los ejercicios pueden alterarse, cambiarse, reducir, ampliar, utilizar todos en una versión acortada o pocos de forma completa. En síntesis, son infinitas las maneras de implementación, la cuestión es que el terapeuta no quede reducido al perímetro que aparentemente demarca el modelo planteado en el libro. Sepa que los límites son flexibles y la funcionalidad radica en ensancharlos y no estrecharlos rígidamente.

El taller consiste en explorar la historia de las relaciones familiares con el objetivo de concienciar las resonancias y ecos internos de nuestros modelos relacionales, de figuras identificatorias, de patrones y mandatos, de historias que convergen y construyen una sola versión de la historia. Aunque tal versión, con la que las personas inician el taller, posiblemente no sea la misma que se narrarán al final. Es factible que por diversos factores, los ejercicios provoquen resonancias (emocionales e históricas) que hacen que la semántica personal se modifique.

El grupo, como todo sistema, a lo largo del tiempo de duración del taller incorporará de manera paulatina y a veces abrupta, información nueva. Toda información que ingresa en un circuito es parte de un proceso de aprendizaje y es factible que redefina las construcciones anteriores. Esto significa que, posiblemente, la historia contada se reformule. Aunque no siempre, puesto que hay historias productivas, entonces: ¿por qué habría que cambiar una narración si ésta ha servido para el crecimiento de la persona durante toda su vida? Pero no solo la relevancia y profundidad del taller se refiere a la exploración de la persona y sus relaciones familiares, sino también cabría preguntarse: ¿qué es lo que se hace con el material obtenido, más allá de acumularlo vivencialmente en la cognición y en las emociones? Todo el resultado del taller, desde la información registrada en forma oral en la interacción grupal, la redacción de los ejercicios y la elaboración del diario personal que da testimonio de cada una de las jornadas de trabajo, se condensan en la confección de un libro personal.

El libro que elabora el protagonista, da cuenta de la historia de vida de sí mismo. Por lo tanto, como señalamos en el capítulo correspondiente, es el libro más importante, ya sea porque es de propia autoría, como también, porque en su contenido se halla condensada cada vivencia histórica y actual de la persona. Hermoso saldo capitalizado del compromiso con la tarea. Pero el libro personal, no solamente debe quedar anclado en la biblioteca. Debe ser un texto de referencia y de permanente consulta. Más aún, pueden seleccionarse los tramos que se consideren significativos y convocar a los integrantes de la familia de origen a una reunión grupal, cuestión de leer ante todos esas partes elegidas e invitar a la reflexión conjunta.

Realizar un taller de genograma es una tarea apasionante que expone a cada uno de los integrantes —como al mismo coordinador— a comprometerse en términos de los afectos y las emociones. A lo largo de las jornadas, los participantes deben mostrarse a través de sus vivencias más superficiales como las más íntimas y esto supone una jugada atrevida consigo mismo y de cara al resto de personas. Cada trabajo sobre los ejercicios, escenas que se desarrollan a partir de los diversos temas que surgen espontánea o pautadamente y las resonancias personales que se explicitan, movilizan aspectos singulares de los miembros del grupo con las consecuentes emociones. Razón por la que, el tenor de sentimientos que impera en estos talleres amplifica toda el área emocional y sensibilizan al máximo a cada persona. Estos efectos someten y exigen a la coordinación, experiencia y conocimiento acerca de su tarea. Le resultará sumamente difícil conducir un taller a un coordinador que no haya pasado por la experiencia como sujeto partícipe de un grupo de genograma.

Experiencia práctica de guiar un taller, haberlo vivenciado como integrante, y conocimientos teóricos, son tres factores que constituyen la tríada que aunada a la creatividad y el compromiso, hacen de la coordinación una labor exitosa. Aunque estos componentes, no son ni más ni menos que los que estructuran una condición ética de actuación en cualquier labor psicoterapéutica. Por esta razón, el texto solamente opera como orientación o fundamento pero de ninguna forma puede suplir la experiencia clínica del profesional. La reproducción de la teoría del libro no basta para una conducción exitosa, sino se le anexa la práctica del coordinador.

El texto se divide en 5 capítulos y un apéndice, que parten de la teoría y avanzan hasta las estrategias clínicas y los ejercicios.

El Capítulo 1, El genograma, desarrolla los diferentes conceptos que lo definen y sus numerosos usos y campos de aplicación, como también, se describe una guía básica con toda su simbología y diseños, tanto el genograma base como el paralelo de relaciones y los mapas familiares.

El taller de genograma es el Capítulo 2, en donde se plantea cómo deberá prepararse un taller de genograma (pretarea). Por tanto, se explica desde el anuncio del taller, la selección de los integrantes, los criterios para la selección, hasta la elección de los ejercicios apropiados de acuerdo al grupo de personas con quien se trabajará. Además, se desarrolla el taller propiamente dicho, discriminado en tres partes: apertura, desarrollo y cierre, con todos sus pasos intermedios.

En La coordinación, capítulo 3, se describen algunas de las situaciones y comportamientos grupales típicos con que deberá enfrentarse una coordinación, además de discriminar una nómina de lo que se consideran las principales condiciones que debe poseer un coordinador de grupos de genograma para desenvolver de manera idónea su función.

Se desarrolla en el Capítulo 4, las Técnicas e interpretación del genograma. En él, el lector encontrará la síntesis de una gama variada de técnicas y estrategias sistémicas (connotaciones positivas, redefiniciones, uso de las técnicas corporales, utilización de cuentos, hablar el lenguaje del grupo, entre otras), que orientan su aplicación en diferentes momentos y que sirven como apoyatura de intervención en la ingeniería del taller. Pero, además, se realiza una reseña de los principales puntos de análisis e interpretación de los datos construidos durante el proceso.

En el Capítulo 5, El libro de vida, se explica la confección del libro personal en tres partes específicas: la redacción propiamente dicha con la exploración de las familias de origen, extensas y creada. La segunda, en donde se incluyen los ejercicios y la tercera, el diario de la experiencia, en donde se transcribe todo lo recogido vivencialmente jornada tras jornada.

Se entra de lleno en la práctica clínica en el apéndice del texto. Allí se redactan Los ejercicios del taller, divididos en ejercicios de apertura, que operan como caldeamiento para entrar en la tarea propiamente dicha. Luego los ejercicios específicos, que exploran diferentes facetas de las familias. En esta parte se explica cómo construir la familia en el genograma y se exploran los subsistemas, mitos y creencias familiares, las estructuras familiares, juegos y dinámicas, y las crisis. Un punto especial de este apéndice, lo constituye el trabajo con imágenes donde se implementa el diseño de escudos familiares, el uso de los dibujos infantiles, las fotografías familiares y las esculturas.

Más allá de los aportes del Capítulo 4 acerca de la interpretación y análisis de los contenidos del genograma, la interpretación del trabajo personal se halla implícita en todo el desarrollo del taller. Cada ejercicio tiene como destino analizar e indagar un área determinada. Las reflexiones y preguntas de las tareas son exploratorias, de manera que alienten a nuevas construcciones. Tales preguntas, en sí mismas son intervenciones. Es de tener en cuenta que, un individuo construye una versión de su historia, si se deja abierta la exploración, las preguntas que se realizará serán consecuentes con esa versión, es decir, que la propia historia contada pauta a priori las preguntas que una persona se hace para autoindagarse. Entonces, las preguntas de los ejercicios, conjuntamente con las apreciaciones del coordinador, se introducen en lugares que impiden que la narración de la historia personal regle o haga de tal área su dominio. En síntesis, si se ha logrado realizar un trabajo profundo con cada uno de los participantes, es factible que la historia personal que se redactará en el libro final, adquiera nuevos giros semánticos y aristas de significaciones.

El taller de genograma, más allá de toda la primera parte que abunda en teoría, es un texto práctico. Forja al terapeuta de las herramientas para llevar a cabo un trabajo de genograma idóneo y con riqueza de material (los mismos ejercicios se pueden fotocopiar para entregárselos a los participantes). Por lo tanto, es un manual claro en su lectura y directo en sus aserciones.

Como investigación, es el resultado de multiplicidades de experiencias de talleres. O sea, es uno de los libros que devienen de la práctica, que se teorizan y se estructuran como modelo pero partiendo de la acción. En este sentido, el libro invita al lector a subirse al tren que viaja por las interacciones humanas, dependerá, entonces, del compromiso que establezca consigo mismo y con el grupo y de la capacidad terapéutica del coordinador para guiar y desarrollar este emocionante periplo.

1 El autor del libro, desarrolló una de las experiencias de elaborar su propio genograma en Barcelona —en la Escuela de Terapia Familiar del Hospital de Sant Pau— bajo la coordinación de la Profesora Lic. Susana Vega.

El genograma

¿Que es el genograma?

El genograma, es el diseño de un árbol ramificado que permite conocer en forma gráfica la constelación familiar multigeneracional. Posibilita, a su vez, la observación sintética del cuadro compuesto por las diferentes familias de una persona. Además, como señala McGoldrick y R. Gerson (1985)

[...] presentan la información en forma gráfica de manera tal que proporciona un rápido Gestalt de complejas normas familiares y una rica fuente de hipótesis sobre cómo un problema clínico puede estar relacionado con el contexto familiar y la evolución tanto del problema como del contexto a través del tiempo.

También, podría ser definido como un resumen clínico en donde se reúne una gran información acerca de la familia. Información que permite anticiparse a la posibilidad de aparición de potenciales problemas y desarrollar así, elementos de prevención. En este sentido, es un organizador del trabajo terapéutico: al insertarse los datos principales que componen las características individuales de los miembros de la familia y del sistema en general, se puede reunir un todo informativo que centra el motivo de consulta, el problema o los problemas y las normas de funcionamiento que lo sostienen. De esta manera, es factible elaborar la o las hipótesis del caso y los recursos estratégicos para abordarlo.

Una de las mayores ventajas del genograma es su diseño gráfico. Cuando se revisa una historia clínica y en ella está insertado el gráfico familiar, el terapeuta puede obtener en una vista rápida, tanto el cuadro situacional como la problemática del grupo familiar, sin tener la necesidad de leer el abundante material descriptivo del caso.

La forma más frecuente de construir un genograma, consiste en confeccionarlo en forma trigeneracional, donde se diferencian distintos estratos: la familia de origen, las familias extensas y la creada:

• Llamamos familia de origen, a aquella familia en la que hemos crecido, la que está constituida por nuestros padres y hermanos.• Las familias extensas, son los padres y hermanos de nuestros padres, o sea, la familia de origen de ambos, por lo tanto, nuestros tíos y abuelos.• Por último, por familia creada se entiende a aquella que hemos construido, conformada por nuestro cónyuge e hijos.

También se consideran familias extensas si se incorporan los bisabuelos, o sea, la familia de origen de nuestros abuelos. De manera similar, será considerada como extensión de la familia creada, los nietos y sus propias familias creadas. Además, pueden incluirse en su confección, no solamente a los miembros sanguíneos de la familia, sino también a aquellas personas que se consideran relevantes en los cuadros familiares, como integrantes que hayan convivido con la familia o que han tenido un rol protagónico frente a ciertas situaciones de la familia.

Guerin y Pendagast (1976), llamaron al genograma mapas de rutas del sistema de relaciones familiares, y no es para menos significarlo a través de este status, ya que en él pueden observarse no sólo a los integrantes que componen una familia sino también sus nombres, edades, divorcios, muertes, nacimientos, etc., que permiten confeccionar hipótesis e inferencias acerca de la dinámica de las familias. Esta dinámica, conlleva a delimitar alianzas, coaliciones, triangulaciones, ciclo vital de la familia, límites, jerarquías, mandatos, crisis, código comunicacional, secretos, personas significativas, funciones, etc., en síntesis, todo lo que compete a constituir el juego familiar inherente y particular de una familia. Dichos puntos, son los que guardan influencia en el ámbito de la pragmática, en el desarrollo de acciones e interacciones. Razón, por la que es factible discriminar los isomorfismos que se desarrollan en las diferentes generaciones, es decir, las repeticiones de coreografías familiares a través del tiempo.

Por ejemplo, se podría explicar la fascinación de un padre por una hija que se rebela a pesar de que esta actitud puede generar problemas en el juego de la familia, si se entiende que en su propia familia de origen él ha sido considerado el rebelde: así proyectado en su hija, consiente y respalda su actitud provocando conflictos en su relación conyugal. O una madre, que siempre adoptó una postura pasiva y de sometimiento en su familia de origen y asume la misma función en su familia creada, pasando a ser la sirvienta de sus miembros, acatando las órdenes de sus hijos, creando un juego en donde la alteración de las jerarquías es moneda corriente.

Por otra parte, en un genograma puede anexarse datos generales de importancia en relación con la familia, que sintetizan o avalan las dinámicas de funcionamiento. Por ejemplo, datos demográficos, ocupaciones, actividades, enfermedades, niveles educativos, manifestaciones afectivas, acontecimientos, migraciones, ingreso y egreso de miembros, etc.

En el ámbito de la terapia familiar sistémica, se ha adoptado este modelo de trabajo puesto que logra observarse el panorama del sistema familiar y tener una primera aproximación para la indagación y exploración de dicho sistema —qué es lo que sucede— con miras a evaluar el caso para su mayor comprensión. Desde esta perspectiva, se constituye en una herramienta interpretativa del problema y de la situación del sistema.

Cuando se trabaja el genograma, se indagan las relaciones familiares, tanto las sincrónicas como las diacrónicas. Se observa la coreografía que se desarrolla a partir del problema en tiempo presente, pero a la vez, dado que en su dibujo figuran las familias extensas, permite buscar dinámicas similares u opuestas al juego actual y pautas isomórficas, ampliando el contexto en donde se desenvuelve el problema. Se incrementa, entonces, el entender acerca de cómo, cuándo y de qué manera sucede el problema y quiénes son los miembros partícipes. Por lo tanto, puede interpretarse en forma horizontal por medio del contexto familiar y vertical a través de las generaciones.

La confección de tres generaciones de familias, lleva a estudiar desde un punto de vista histórico las transiciones del ciclo vital y las normas evolutivas de la familia en general. Cuando se evalúan y distinguen las reglas, mandatos, mitos, cargas emocionales, sucesos críticos, cambios, de una familia de origen, la introducción de las familias extensas hacen resaltar las pautas reiterativas de interacción bajo patrones similares. De allí, que se haga más claro el desenvolvimiento de un juego familiar estableciendo conexiones intergeneracionales, puesto que como información anexa al diseño, puede incluirse una cronología de los principales eventos por lo que han pasado la familia. Desde esta óptica, cuando realizamos un análisis sistémico, el diseño totalizante que significa el genograma, permite un cambio de mirada acerca de descentralizar, contextualizar y darle sentido a las conductas sintomáticas del paciente identificado.

La persona índice (la persona con el problema o síntoma), puede ser considerada dentro del contexto de varios subsistemas tales como hermanos, triángulos, relaciones recíprocas complementarias y simétricas, o en relación con los metasistemas tales como la comunidad, las instituciones sociales (escuelas, plazas etc.) y el contexto sociocultural más amplio [McGoldrick y Gerson,1985].

Los datos que se anexan al genograma, como las características de personalidad de cada miembro, contexto y situación, son elementos fundamentales, puesto que aunados al gráfico de la composición familiar, conforman un marco referencial donde las acciones de los integrantes y del considerado miembro problema, adquieren explicación y sentido para el profesional. Esto no quiere decir, que de otra forma un terapeuta sistémico no logre arribar a dichas conclusiones, pero sí remarcar, que la representación gráfica insta al golpe de vista tener datos que podrían ocupar, como señalamos antes, varias páginas de un historial clínico.

Este análisis puede desarrollarse, no solamente porque en el genograma se incluyan los integrantes de la familia y datos de características, situaciones, ocupaciones, crisis, etc., de cada uno y del sistema en general, sino también, por la discriminación de los tipos de vínculos que desenvuelven los diferentes miembros. Vínculos, que son estandarizados en la información. Esta distinción del tipo de relaciones (si es cercana, distante, agresiva, ambivalente, simbiótica, etc.), permite elaborar cuadros de dinámica familiar en función de las alianzas, coaliciones y triangulaciones que puedan constituirse en la escena de la familia.

En el ámbito de la psicoterapia, los genogramas son utilizados mayormente por los terapeutas sistémicos. Esto encuentra su razón, en que las teorías que dan cuerpo al modelo (Teoría General de los Sistemas y Cibernética) poseen una perspectiva globalizante, en donde convergen factores individuales y totales del sistema. Por lo tanto, su uso resulta coherente con el modelo de abordaje terapéutico.

Investigadores de la talla de M. Bowen (1978), Pendagast y Sherman (1977), Bradt (1980), McGoldrick (1977), McGoldrick y Gerson (1985), han desarrollado modelos de intervención a través de la confección de genogramas. Como señala McGoldrick y Gerson (1985):

En la terapia familiar, las aplicaciones del genograma van desde la planificación multigeneracional del sistema emocional de la familia utilizando la estructura de Bowen, la formulación de hipótesis sistémicas para las intervenciones paradójicas estilo Milán, el desarrollo de hipótesis ‘proyectivas’ sobre el funcionamiento del inconsciente a través de las entrevistas del genograma, hasta la simple descripción de los personajes de la familia. Algunos terapeutas familiares han señalado la utilidad de los genogramas para seguir el rastro de configuraciones de relaciones complejas que aparecen en familias vueltas a casar (McGoldrick y Carter, 1980; Sager y otros, 1983), y para seguir el rastro de la información en familias de ciertos medios étnicos (García Preto, 1982; Moitoza, 1982) y en ciertos puntos del ciclo vital, tales como una vida futura.

A pesar de que algunos modelos de terapia sistémica no utilizan el genograma (como el Estructural, el Estratégico, la Terapia breve de Palo Alto), puesto que se centran en el aquí y ahora de la problemática inmediata, de todas maneras, un análisis sistémico requiere del entendimiento de las normas y reglas que rigen al sistema, los límites y las fronteras jerárquicas, los subsistemas, el contexto, etc., datos que se centralizan en un genograma.

El uso del genograma

Como señalábamos en la introducción, si bien el genograma se ha difundido y utilizado en el mundo de la Terapia Familiar, existe poca información y literatura en español acerca de su implementación e interpretación y menos se encuentra alguna que desarrolle aún más el campo de sus posibilidades. Hasta el momento, estos gráficos se han utilizado con múltiples funciones:

A. Como una forma complementaria del trabajo clínico, es decir, como una herramienta anexa a la psicoterapia.

B. El genograma, como modelo de psicoterapia, o sea, un eje de la labor terapéutica.

C. Talleres de genograma.

D. Como técnica proyectiva.

E. El genograma utilizado en el ámbito médico.

F. El genograma en investigación.

A. Genograma como herramienta complementaria

En relación con la primera premisa, tanto los genogramas como los mapas familiares son diseños que permiten:

1. Que los terapeutas comprendan la dinámica del funcionamiento de sus pacientes. Estos gráficos cumplen una función aclaratoria y organizadora del material, para la construcción de hipótesis del caso clínico y el posterior trazado de estrategias en el curso de tratamiento.2. A su vez, son de gran utilidad en el trabajo de equipo. El genograma abrevia los tiempos en el pasaje de información. Posibilita observar los circuitos de interacciones y la contribución de cada miembro en el resultado sintomático. Al mismo tiempo, reúne todos los datos observados por los diversos integrantes del equipo, haciendo de la confección del genograma (en la reflexión de la post-sesión) un acto co-constructivo, en donde se aúnan una multiplicidad de miradas.3. Por otra parte, en las supervisiones también posibilitan no sólo al terapeuta sino al mismo supervisor, diagramar cuadros explorando circuitos recursivos, la ubicación del paciente identificado, las acciones de los miembros en el sostén del mismo, la dinámica del juego familiar, etc., y de allí construir la planificación del trabajo terapéutico futuro. Además (y como veremos más adelante), la utilización de mapas de relaciones, permite involucrar la figura del terapeuta en la dinámica del sistema. De esta manera, se logran revisar alianzas, coaliciones y demás juegos, en donde el terapeuta es observador participante, aclarando mejor su función.

En conclusión, el genograma en cualquiera de sus tres formas de uso, se constituye en una herramienta que complementa la organización del trabajo clínico.

B. Genograma como modelo terapéutico

En relación con la segunda premisa, el genograma se convierte en el protagonista de la sesión de psicoterapia, o sea, en sí mismo se constituye en un modelo de intervención.

McGoldrick y Gerson1 (1985), construyen un modelo de trabajo con familias centrado en la entrevista del genograma, en la cual se desarrolla una serie de pasos para confeccionarlo, como también, para su evaluación e interpretación. El gráfico resulta muy impactante para la familia, que ve concentrado en una pizarra su historia, características principales y la coreografía que sostiene cada uno de sus miembros.

En lo que respecta a esta premisa, el genograma se ha utilizado en la práctica de la Terapia Familiar de diferentes maneras. Por una parte, puede implementarse como una apertura estratégica en el inicio del proceso terapéutico. Principalmente, en aquellos sistemas reticentes a comprometerse en la dinámica de la psicoterapia o resistentes al cambio. O, cuando existen miembros que eluden la posibilidad de participación.

La construcción del genograma se inicia como un juego, en donde puede lograrse paulatinamente el compromiso de cada integrante en su confección. Mediante las diferentes ramificaciones del árbol familiar, se establecen pautas que conectan. Las intervenciones del terapeuta —mientras que se desarrolla la construcción—, aparentemente van dirigidas al diseño, cuando en verdad son verdaderos señalamientos hacia la familia. Esta forma lúdica de inicio, se constituye en un comienzo terapéutico bajo la funda del joining. Los integrantes pueden observar que sus comportamientos dependen de los comportamientos de los otros miembros, con lo cual, puede gestarse un cambio epistemológico. Por lo general, las personas se rigen por un conocimiento de las cosas en forma lineal, como si no se estuviese implicado en las conductas del interlocutor.

Mediante este juego, el terapeuta observa los puntos de concordancia y de divergencia acerca de los problemas que aquejan a la familia, además de reconocer, las vivencias de cada miembro sobre las diversas situaciones críticas por las que ha atravesado el sistema.

Los genogramas, suelen proporcionar una conexión inmediata con el material complejo y de gran intensidad emocional. En muchas oportunidades, entrar en contacto con estos puntos resulta sumamente dificultoso, puesto que las familias se resisten a afrontarlos. Sin embargo, en una entrevista a través del gráfico, al colocarse el énfasis en su construcción de una manera casi neutral y práctica, en donde la atención se deposita en el foco de su diseño, suele provocar la entrada en la problemática con mayor facilidad.

Aún las personas más reservadas, bastante indiferentes a las preguntas abiertas, se muestran dispuestas a discutir sobre su familia en un formato tan estructurado (McGoldrick,1985; Wachtel,1982).

Cuando se utiliza la clave de apertura de una entrevista con un genograma, por lo general, el profesional trabaja con un pizarrón o un rotafolio a la vista de todos los integrantes. La construcción es realizada por todos y las preguntas circulares será una de las llaves de participación en el armado. De la misma manera, el terapeuta deberá dirigirse a cada miembro con su mirada, instando a que se reflexione e intentando captar el compromiso de todo el sistema.

Por otra parte, la asistencia a consulta de una familia con un integrante sintomático, en general, posee un punto de vista rígido y lineal acerca del problema. Consideran que el cambio debe ser ocasionado por la persona designada enferma, sin involucrarse en el juego de la disfunción comunicación. Rama por rama del diseño del árbol, en un acto co-constructivo, la habilidad del terapeuta llevará a que la familia comience a introducirse y comprometerse en la producción del síntoma, abandonando la concepción del síntoma como un hecho aislado y asumiendo que todos los integrantes —en mayor o menor medida— participan de la dinámica.

En un genograma, no solo ingresa la información mediante las preguntas del terapeuta, sus autopreguntas en voz alta y las hipótesis que va co-construyendo en la interacción son, en sí mismas, intervenciones que llevan al ingreso de nuevos datos en la familia que tendrán sus implicaciones cognitivas. El hecho que el terapeuta intente trabajar las zonas problemáticas de la familia, en el caso de los sistemas rigidificados, implica que se alce el bastión de resistencias frente a lo que el sistema siente como una amenaza de destrucción. El genograma puede ser una herramienta que desestructure tales resistencias. Se está hablando de un gráfico, por lo tanto, resulta una suerte de externalización o de desplazamiento del problema hacia la imagen del árbol ramificado. Esto quiere decir, que el interrogatorio de las experiencias de la familia en el intento de labrar su historia, convoca —casi sin darse cuenta— a hablar acerca de las situaciones difíciles y de gran tenor emocional.

El terapeuta no realizará intervenciones directas hacia los integrantes, su mirada se encuentra dividida entre el gráfico y la familia. Sus preguntas tienen cierto aire de ingenuidad en donde explicitan dudas y pensamientos. Algunos terapeutas acompañan su discurso de intervenciones de neto corte ericksoniano: piensan antes de preguntar creando curiosidad, hablan el lenguaje de la familia, se tornan ingenuos y curiosos, hasta minuciosos en cada pregunta, por ejemplo:

A ver si yo entendí bien, Ud. me dice que cuando nació Florencia, fue la misma época en que se cumplía el aniversario de la muerte de su padre...!.aha!.... Ud. dice que no estuvo tan contento por el nacimiento como Ud. esperaba... ¿por qué cosas piensa que le surgió esta sensación...?

Este tipo de intervenciones, conectan pautas de comportamiento con eventos históricos y críticos que vivieron los integrantes del sistema, asociaciones ricas en isomorfismos que le permiten al terapeuta realizar una traducción de lo que entendió; mensaje que puede llevar consigo una redefinición de la historia.

Por otra parte, la herramienta de las preguntas circulares llevan a ejecutar reflexiones poco convencionales. Estas preguntas están patrocinadas por una circularidad de conocimiento, con lo cual obligan a la familia a pensar en forma sistémica diferentes situaciones. No obstante, no hay que confiarse: a veces las preguntas más simples provocan el mayor estremecimiento del sistema. Preguntar acerca de un abuelo, puede provocar una conmoción si se suicidó hace pocos meses. Se puede desencadenar un llanto al preguntar por los suegros si él murió de cáncer y ella de tristeza por no soportar la pérdida del marido. Una mudanza pudo haber sido tan traumática que desarrolle una profunda tristeza en todos los miembros durante la entrevista, más aún, cuando toda la familia fue desalojada y debieron dormir en casa de familiares temporáneamente.

Muchas de estas experiencias dolorosas intentan solaparse u ocultarse como forma de evitación y, a su vez, estereotipan relaciones creando interacciones rígidas e inflexibles. Este cuadro puede transformarse, en tanto el investigador, calmo y interesado, abra nuevas preguntas sobre las afirmaciones y aproveche para redefinir los puntos de vista rigidizados. Todo sistema, además, posee pautas de funcionamiento que estructuran un código. La dinámica del circuito de interacciones está regida por normas que son instauradas en el tiempo y la experiencia. Hacer explícitas dichas pautas, aclarar cuáles son las reglas que definen a la familia en su funcionamiento, es una de las funciones principales del genograma.

En la medida que se recopilen e incrementen los datos que dan vida al genograma, el terapeuta desarrolla —como señalábamos antes— hipótesis tentativas que calzarán o no en la recepción de la familia. Las pautas isomórficas, como comportamiento repetitivo en los sistemas y subsistemas, o en un mismo sistema en diferentes períodos, son aportes que resultan verdaderos señalamientos que dan a luz el juego familiar. De esta manera, se rompe con la concepción de los hechos aislados, lejos de la asociación, para encontrarles un sentido en la conexión de comportamientos: las conductas tienen relación con y cobrarán sentido dentro de un contexto. A la vez, ciertos contextos similares favorecen o estimulan el desarrollo de conductas similares.

Todos estos elementos llevan a hablar de la familia como sistema y relegar los componentes individuales o, por lo menos, a hablar de ellos con relación a una parte complementaria del sistema familiar. La repetición de comportamientos sintomáticos, como pueden ser enfermedades, adicción a drogas, alcohol, etc., entrelaza diferentes generaciones y contextos otorgándole otro sentido al padecer actual. El hecho de explorar las alianzas, coaliciones, mandatos, sistema de creencias, etc., aunque más allá de su exploración, hacerlos explícitos —por así decirlo: denunciarlos— permite descomplejizar los problemas de la familia. Desde esta perspectiva, el terapeuta se convierte en un reductor de complejidades, cuyas intervenciones mediante las hipótesis construidas en la confección del genograma, devienen reformulaciones cognitivas que, de ser efectivas, cambian los marcos semánticos sobre las situaciones.

Muchas de las funciones desarrolladas en el sistema familiar, pueden ser enmarcadas negativamente por algunos miembros. Las connotaciones positivas, entonces —como reestructuraciones— gestan un cambio de rótulo en los roles de los integrantes. Por ejemplo, una madre posesiva e hiperexigente, puede ser vista como extremadamente cariñosa e impulsora de logros, de cara a la crítica de su hijo menor. Un hijo menor rotulado de rebelde en comparación con su hermano mayor que cumple el deseo de los padres, puede ser redefinido como un adolescente que intenta imponerse porque posee una fuerte personalidad.

Además, el genograma incentiva a generar una relación más cercana en los primeros pasos de las interacciones. Una primera entrevista en estos términos, produce una aproximación más intensa que cualquier otro tipo de joining (más allá que se está trabajando terapéuticamente desde el inicio). El gráfico de la familia, no sólo permite realizar una análisis del aquí y ahora como de la historia, sino que esta conjunción posibilita elaborar algunas predicciones acerca del futuro del sistema. En este sentido, cumple una función preventiva y no solo se remite a actuar sobre la situación de crisis. Como hemos señalado, la observación de pautas repetitivas en la historia de las generaciones de la familia puede ser un indicador, frente a ciertas actitudes de algunos integrantes, de la continuación de dicha repetición. Acciones e interacciones de los miembros, resultarán señales de una probable iniciación del juego isomórfico. Por ejemplo, frente a una situación de pérdida, el hijo mayor de la familia cumple la misma función que un tío materno dentro de la familia extensa: puede asomar el síntoma del alcohol y como si esto fuera poco se erige como chivo expiatorio de la situación. De manera idéntica, este integrante se identifica con este tío, pero el juego no se remite únicamente a él, sino que se instaura en la familia que deja de ser ella para momentáneamente convertirse en la familia extensa materna.

Resulta interesante, mientras que se confecciona el gráfico con la familia, observar en el diseño tal pauta repetitiva. El terapeuta remarca con un círculo los miembros que participan en el juego actual en una familia y con otro círculo bordea a los participantes de un juego similar en otra de las familias: frente a semejante muestra concreta, los integrantes no tienen escapatoria. Todo se halla allí, sobre el rotafolio, dibujado: la (aparente) simple denuncia del juego es explicitar el juego, por tanto, ya no se puede jugar de manera negadora o ingenua, tal como lo menciona Wittgenstein (1958). El genograma descomplejiza en sí mismo, mediante su construcción, la trama del problema y se constituye en una llave estratégica como oportunidad para introducir intervenciones.

C. Talleres de genograma

A esta segunda premisa, le anexamos dos formas de implementar el genograma en un rol principal: la construcción de talleres de genograma. Son dos los tipos de talleres grupales que pueden realizarse según el modelo que presentamos.

1. El primero está dirigido a pacientes, a modo de dinámica grupal. En el taller, se exploran los diferentes vericuetos de la familia a través de ejercicios. De esta manera, se incrementa una mayor comprensión del sí mismo y del autoconocimiento, como también de las interacciones y relaciones consecuentes que se desarrollan en el aquí y ahora.2. El segundo está dirigido a terapeutas. Posee la misma estructura que el taller de pacientes, mediante ejercicios. Por ende, a lo largo del proceso se revisa la historia y el presente de los juegos familiares, mitos, mandatos, creencias, crisis, etc., reflexionando así, acerca del modelo epistemológico del terapeuta. Esta construcción, posibilita explicar las cogniciones, emociones y las consecuentes maniobras en relación con los pacientes.

Su contenido, no presenta diferencia en cualquiera de los dos públicos a los que está dirigido: es un único taller. Las variaciones y modificaciones las recreará el coordinador, utilizando versiones completas o reducidas y amoldando lenguajes y explicaciones de acuerdo a la categoría del grupo. Es claro que si el grupo está conformado por profesionales de la salud, tendrá una orientación y objetivos diversos en comparación con un grupo heterogéneo y que no responde a esta especialidad.

D. Genograma como técnica proyectiva

Otro de los usos del genograma, lo muestra como una técnica proyectiva (Wachtel, 1982), en tanto que revela las creencias, valores y deseos de los miembros de la familia y del sistema en general. Una vez que se ha reunido la información acerca de la familia, se le solicita a cada cónyuge una serie de adjetivos calificativos que describan a cada integrante, para luego, con estos datos armar historias. Se investigan así de qué manera los conceptos de cada partenaire pasan de una generación a otra, pautas de comportamiento, valores y mandatos, y cómo éstos determinan las relaciones actuales.

E. Genograma en el ámbito médico

La esfera médica es otro de los ámbitos en donde el genograma desarrolla sus aplicaciones. El registro de los datos de un genograma le permite al médico no afirmarse únicamente en el plano biológico, sino entender la enfermedad con relación a un contexto.

Proporcionan una visión macro, entendiendo que los miembros de una familia son muy importantes en función de la contención y el sostén de la persona afectada. Como así también, el sistema familiar puede colaborar para acrecentar la patología. En esta dirección, la aplicación del genograma en la especialidad del médico de familia es un instrumento sumamente útil para comprender la constelación en donde se inserta la enfermedad, realizando un diagnóstico y tratamiento más completo.

Además, reviste gran utilidad en la especialidad de la genética con relación al estudio y análisis de los cónyuges y de sus familias de origen, con la finalidad de chequear antecedentes de enfermedades y para prever posibles problemas en la gestación.

En función de la medicina, el genograma también cumple funciones preventivas, en la medida que pueda anticipar una conducta enferma y reducir el margen de riesgo a contraerla. De esta manera, se hace posible la orientación acerca de los recursos del paciente sobre su enfermedad, el manejo de las tensiones y ansiedades del sistema familiar que se generan en torno a la patología, para actuar interdisciplinariamente en equipo, atendiendo a las necesidades emergentes. Lamentablemente, por la prevalencia en la disciplina médica del criterio dualista y disociativo de mente-cuerpo, en general, no se utiliza esta técnica con la frecuencia que se merece, perdiendo así la posibilidad de un abordaje más holístico.

F. El genograma en investigación

Otra de las posibilidades de utilizar el genograma, responde al área de investigación. Es notable que a pesar de la riqueza del estudio clínico de la familia y de las interacciones familiares a través de este diseño, el genograma no se ha desarrollado de la manera esperada. De hecho, el libro Genogramas en la evaluación familiar de McGoldrick y Gerson (1985), constituye el primer intento de sistematización de los principios del genograma a la Terapia Familiar desde una perspectiva sistémica. Son estos mismos autores, los que manifiestan que en el ámbito clínico existen una serie de factores que pueden afectar a la confiabilidad del genograma. En principio, los datos de fechas, edades, nacimientos y muertes, constituyen una información más objetiva que las categorizaciones sobre las relaciones de los miembros de la familia. En segundo lugar, la toma de información está sujeta a los modelos teóricos que moldean la lente de los profesionales que trabajan con el genograma. En tercer lugar, los datos de las situaciones críticas dependen del poder de la negación, ocultamiento u olvido que produce el vivir una situación traumática. Por último, las categorizaciones y descripciones sobre las relaciones y sucesos críticos son relativas, en función de la vivencia de cada uno de los participantes.

Tal vez, desarrollar una investigación con el genograma conlleve el hecho de rigorizar un modelo teórico que unifique los puntos de vista del investigador (a pesar de que siempre su presencia y su cognición acomodarán su perspectiva de observación). Además, las diferencias de los datos restantes pueden incluirse como variables a ser tomadas en cuenta y traducidas en un dato estandarizado.

Si bien, son pocas las veces en que el gráfico se ha realizado con formato de investigación, la información que proporciona en la práctica clínica es relevante, principalmente en función predictiva y preventiva. Pero el beneficio no solamente refiere a los pacientes, también el profesional simplifica y ordena su labor, teniendo un panorama global de la situación de la familia, es decir, un cuadro completo (y complejo) que le posibilita desenvolver estrategias más claras en términos de tratamiento.

El genograma obliga a conocer en forma sistémica, no solo a cada uno de los integrantes de la familia sino al mismo profesional, más allá de sistematizar una forma de trabajo clínico. Con su diseño, pueden desarrollarse investigaciones sobre cada una de las áreas que empleamos en la interpretación, ya sea en función de estructura familiar, la mitología de la familia, los juegos y dinámicas familiares, las crisis, etc. Pueden establecerse comparaciones de acuerdo al ciclo vital, modificaciones de las funciones de los miembros de la familia, repetición de pautas a través de las generaciones, juegos triangulares con relación a etapas críticas, etc. En síntesis, son múltiples las variables de análisis con relación a las dinámicas familiares que pueden investigarse.

De hecho, el presente libro es la recopilación de la investigación de diversas experiencia de trabajos grupales, sistematizando un modelo de taller con el genograma. Entre los objetivos de la misma se indagó si era posible construir otra historia de la familia en el miembro que desarrolló la experiencia. Uno de los datos interesantes es que las mismas preguntas de los ejercicios, la interacción grupal y la presencia del coordinador como guía del proceso, constituyeron en sí mismos, elementos de cambio cognitivo. O sea, el coordinador no debió trabajar exhaustivamente o de manera muy intervencionista para generar redefiniciones de historia. Esto fue producto natural y espontáneo del proceso.

En conclusión, el genograma es uno de los instrumentos con que cuenta el profesional para obtener un panorama claro acerca de las familias del paciente, el funcionamiento del sistema y el sistema de creencias del cuál, aquí y ahora es el portavoz. Ya sea, en forma anexa del trabajo psicoterapéutico, de manera central transformándose en el eje del tratamiento, u otros usos como en el ámbito de la investigación, médico, etc., el genograma parece ser una invalorable herramienta que debe continuar desarrollándose.

La construcción del genograma

En este apartado, explicaremos el diseño general del genograma. En la medida de lo posible, es necesario tener la mayoría de los datos para confeccionarlo de forma completa y, más aún, cuando es un taller de genograma y no simplemente se remite a ser un gráfico que muestra el seguimiento de un paciente, por ejemplo, para supervisión.

En el caso de un taller, dado que en muchas oportunidades la persona no posee la totalidad de material acerca de sus familias, deberán obtenerse los datos faltantes a través de entrevistas a familiares, amigos cercanos a la familia, vecinos, etc., en síntesis, todos los recursos que sean necesarios como para que la obra pueda quedar clara y completa.

Siguiendo los lineamientos que proponen McGoldrick y Gerson (1985), la construcción de un genograma implica a tres niveles de información:

A. En primer lugar: el diseño gráfico de la estructura familiar. En donde se dibuja la simbología estructural de las familias de origen, creadas, extensas, etc.

B. En segundo lugar: el registro puntual de la información sobre la familia. A través de los eventos significativos que signaron el proceso de crecimiento de la familia.

C. Por último: se deben especificar el tipo de relaciones familiares. En este caso, desarrollaremos la confección de genogramas y mapas de relaciones familiares, en donde se intentan definir relaciones, posiciones y funciones de los integrantes en diferentes momentos evolutivos.

De esta manera y en una vista rápida, se observa el panorama general acerca de quién es la familia o las familias, su estructura, parte de su historia (crisis evolutivas, experiencias, recuerdos significativos, sistema de creencias y valores, etc.) y cómo son las relaciones entre los miembros.

A. Diseño gráfico de la estructura familiar

Algunos grupos profesionales, han particularizado los símbolos gráficos con los que se diseña un genograma. Esto quiere decir que, la forma de construir su diseño y descripciones mediante un tono tan personal llevó a crear confusión, en tanto y en cuanto dificultó la lectura de otros que no se hallaban compenetrados de la simbología. Actualmente, se ha convenido en identificar los dibujos uniformemente, con la finalidad de que todos los profesionales accedan a leerlos claramente. Los símbolos son los siguientes:

• Los diseños se diferencian de acuerdo al género. Las figuras masculinas se dibujan con cuadrados y las femeninas con círculos.• El miembro considerado paciente identificado (en la construcción de un genograma en una entrevista familiar), o la persona que protagoniza el trabajo personal (en el caso de un taller), se le adjunta un doble borde, sea masculino o femenino.• A todas las figuras o a las que se consideran principales, se le deben anexar en su parte superior, la fecha de nacimiento. De la misma manera, en el centro de la figura puede colocarse la edad.• Por debajo de la figura, deberá acoplarse el nombre que identifica a la persona.• Si alguno de los miembros del genograma está fallecido, se le anexará a su fecha de nacimiento (separado por un guión), la fecha de su deceso (de izquierda a derecha respectivamente). Se lo identificará, en el interior de la figura, con una cruz, estrella o cualquier signo que represente la muerte de acuerdo a la religión profesada por la familia. También se anexará en su interior, la edad de su fallecimiento. Es factible obviar, los dos primeros dígitos en el caso de que pertenezcan al siglo XX y no ofrezcan confusión. En los genogramas más extensos (trigeneracionales o más), dada la cantidad de personas fallecidas, solamente se registran las muertes más significativas para la persona.