Cooperación vs. Cooperación - Roberto S. Smith Hernández - E-Book

Cooperación vs. Cooperación E-Book

Roberto S. Smith Hernández

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Investigación significativa que muestra sendas de avances en el estado actual de la cooperación internacional, a pesar de las contradicciones existentes entre los países que no cumplen con parte del concepto que teóricamente propone el autor: erradicar la pobreza y la exclusión social. Se evidencia como los países desarrollados conocido como donantes no son fieles a su compromiso de brindar 0,7 % de su ingreso nacional bruto y eliminar las diferencias en la distribución de las riquezas. Roberto Smith fundamenta desde su tesis doctoral un recorrido desde las confrontaciones teóricas de Cooperación, el estado actual de la Ayuda Oficial para el Desarrollo en América Latina y el Caribe y África subsarihana hasta culminar en las manifestaciones de las relaciones internacionales de Cuba.

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Seitenzahl: 226

Veröffentlichungsjahr: 2017

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Título original: Cooperación vs Cooperación. Ayuda Oficial para el Desarrollo

Edición: Ailenis Hernández Díaz

Diseño de cubierta: Arianna Boris Cobas

Realización de ilustraciones: Elvira Corzo Alonso

Corrección: Natacha Fajardo Álvarez

Ajuste de diseño interior: Madeline Martí del Sol

Emplane para e-book: Amarelis González La O

© Roberto Samuel Smith Hernández, 2013

© Sobre la presente edición:

Editorial de Ciencias Sociales, 2015

ISBN  978-959-06-1618-1

Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones.

Instituto Cubano del Libro

Editorial de Ciencias Sociales

Calle 14, no. 4104 e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

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Glosario de acrónimos y siglas

AAE: Acuerdo de Asociación Económica.

ACP: África subsahariana, Caribe y Pacífico.

AECID: Agencia Española para la Cooperación Internacional para el Desarrollo.

ALBA: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra

América-Tratado de Comercio de los Pueblos.

ALCA: Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.

ALOP: Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo.

AOD: Ayuda Oficial para el Desarrollo.

ASS: África Subsahariana (por sus siglas en inglés).

CAD: Comité de Ayuda para el Desarrollo.

CAME: Consejo de Ayuda Mutua Económica.

CCI: Cámara de Comercio Internacional.

CE: Comisión Europea.

EBA: Todos Menos las Armas (por sus siglas en inglés).

EESA: Emergency Economic Stabilization.

ELAM: Escuela Latinoamericana de Medicina.

ETN: Empresas Transnacionales.

FAO: Organización de las Naciones Unidas para la

Alimentación y la Agricultura (por sus siglas en inglés).

FED: Fondo Europeo de Desarrollo.

FIDA: Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola.

FMI: Fondo Monetario Internacional.

GATT: Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio

(por sus siglas en inglés).

INB: Ingreso Nacional Bruto.

JITAP: Programa Integrado Conjunto de Asistencia Técnica (por sus siglas en inglés).

MDRI: Iniciativa Multilateral de Reducción de Deudas

(por sus siglas en inglés).

ODM: Objetivos del Desarrollo del Milenio.

OMC: Organización Mundial del Comercio.

OMS: Organización Mundial de la Salud.

ONGs: Organizaciones No Gubernamentales.

ONU: Organización de las Naciones Unidas.

ONUDI: Organización de las Naciones Unidas para el

Desarrollo Industrial.

OPEP: Organización de Países Exportadores de Petróleo.

OPS: Organización Panamericana de la Salud.

OTAN: Organización del Tratado del Atlántico Norte.

OUA: Organización para la Unidad Africana.

PESA: Programa Especial de Seguridad Alimentaria.

PIS: Programa Integral de Salud.

PMA: Países Menos Adelantados.

PNUD: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

PPME: Países Pobres muy Endeudados.

PTU: Países de Territorios de Ultramar.

SGP: Sistema Generalizado de Preferencia.

Sipri: Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (por sus siglas en inglés).

UE: Unión Europea.

UNCTAD: Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (por sus siglas en inglés).

Unesco: Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés).

UNFPA: Fondo de Población de las Naciones Unidas

(por sus siglas en inglés).

Unicef: Fondo de Naciones Unidas para la Infancia

(por sus siglas en inglés).

URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

USAID: Agencia de Estados Unidos para Promover el

Desarrollo Internacional (por sus siglas en inglés).

WEO: Perspectivas Económicas Mundiales (por sus siglas en inglés).

WTO: Organización Mundial del Comercio (por sus siglas en inglés).

Introducción

La evolución de la cooperación internacional como fenómeno de las relaciones internacionales está marcada, agudamente, por el hecho de que no ha podido cumplir con sus objetivos teóricos.

El hecho de que la cooperación internacional esté cargada de condicionamientos ideológicos, políticos y económicos, justifica las consideraciones de muchos analistas de que esta sea un instrumento poco altruista pero muy vinculado a los intereses de los donantes, fundamentalmente los intereses del Norte, que coinciden en ser desde el punto de vista de cuantía los que más cooperación brindan.

Esto se hizo muy evidente durante la guerra fría, donde la cooperación internacional adquirió relevancia como mecanismo para impedir más que ayudar. Se hace mucho más irrebatible hoy, en que se ha impuesto la ideología neoliberal, donde, los países elegibles para recibir la cooperación deben apoyar, o al menos no oponerse, a la política exterior de los donantes, además de adoptar sus sugerencias (buen Gobierno, derechos humanos, ajustes estructurales, entre otros), pues la práctica demostró que solo empeoró más la situación de los países receptores.

Para muchos de los donantes e instituciones occidentales, la cooperación internacional tiene un desempeño esencial en su estrategia general para mantener y ampliar su influencia en los receptores. Esto se constata sustancialmente en las antiguas metrópolis coloniales como Francia y Reino Unido, que utilizan la ayuda para mantener su autoridad sobre sus antiguas colonias.

Los elementos relacionados anteriormente, constituyen factores que justifican que, aunque la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), ha crecido de manera importante durante casi cuarenta años, desde que los donantes se comprometieron ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) a brindar 0,7 % de su Ingreso Nacional Bruto (INB)1 como ayuda, los países del tercer mundo poco han avanzado en el objetivo de reducir su condición a partir de ese tipo de cooperación. Muchos investigadores consideran, que la forma en que se brindó y se ofrece actualmente esa asistencia, constituye una de las principales causas de la deplorable situación económica y social en que se mantiene la mayoría de esos países.

Durante la década de 1970, la renta de los países más pobres creció solo 0,5 % en el año, mientras que, en la década de 1980, esas economías decrecieron 0,4 % anualmente. Entonces llegó la década de los 90, de los mercados en auge, y el ritmo de crecimiento negativo de estos países alcanzó 0,5 % anual, es decir, que al terminar el milenio eran más pobres que en 1970.2

Sin embargo, lo que se cree una utopía es posible. Es decir, que la cooperación internacional consiga realmente apoyar a los países del tercer mundo en su lucha por revertir su actual estado económico y social, es real. El aporte de Cuba, país pequeño, subdesarrollado y bloqueado, ha sido trascendental en el apoyo al vencimiento de las expresiones más perseverantes del subdesarrollo en los países del tercer mundo a través de la cooperación; constituyó y aún establece un ejemplo de que sí se puede.

En el libro se muestran ejemplos del enfrentamiento teórico en materia de cooperación internacional, así como la evolución más reciente de dos de las expresiones más manidas de dicha cooperación internacional: la Ayuda Oficial para el Desarrollo y la cooperación comercial. La investigación se centra en el desempeño de dos expresiones de cooperación internacional: África y América Latina y el Caribe por constituir zonas con manifestaciones muy particulares de la dimensión social del subdesarrollo. África concentra a los países más pobres entre los pobres del mundo, mientras que América Latina y el Caribe a los de peor distribución del ingreso. Se demuestra además, cómo Cuba apoya la lucha por revertir las manifestaciones del subdesarrollo de esas regiones.

1 INB: Ingreso percibido por el uso de los factores productivos que son propiedad de agentes nacionales, se encuentren fuera o dentro del país. Pero para mejor comprensión consideramos al INB como la riqueza creada por la nación.

2 Club de la miseria: “Más pobres que nunca. El Club de la miseria”, en http:www.articuloz.com, consultado el 2 de febrero de 2009.

CAPÍTULO 1  Cooperación internacional para el desarrollo: consideraciones generales

Sobre la cooperación internacional para el desarrollo se ha razonado mucho, fundamentalmente, sobre el aporte que confieren los países del Norte a los países del Sur. Unos sobredimensionan los resultados en los países receptores y la defienden; otros la consideran contraproducente, al comparar los objetivos propuestos por la cooperación con lo que ha ocurrido en la realidad.

Cuando consultamos la amplia literatura que existe sobre cooperación internacional, nos llama la atención que el término cooperación internacional para el desarrollo, no tiene una acepción exclusiva. Como concepto, cambia, a partir de ciertas corrientes de pensamientos, políticas y valores presentes en las relaciones internacionales, pero también, han influido definitivamente en su interpretación y expresión práctica ciertos sucesos históricos.

Sin embargo, la definición y cómo debe concebirse la cooperación internacional para el desarrollo, se puede claramente detallar en el artículo primero de la Carta de las Naciones Unidas, y específicamente en las letras del Objetivo No. 4, los propósitos de la organización: “Desarrollar la cooperación internacional para subsanar los problemas económicos, sociales y culturales”,1 considerando, que donde existieran esos problemas se pudieran producir conflictos armados y la ONU se crea, en esencia, para velar por el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional.

En el artículo segundo de la Carta de Naciones Unidas, que fue ampliado y desarrollado posteriormente por la Resolución 2625 de 1970 se estableció “…el deber de cooperación entre los Estados”,2 como uno de los principios por medio de los cuales la ONU pretendió que se consiguiera también, el fomento del desarrollo y la disminución de la desigualdad, para garantizar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, se dejaron explícitos el concepto y el objetivo central de la cooperación internacional.

No debemos olvidar que los principios definidos por la Organización de Naciones Unidas se consideran elementos rectores del Derecho Internacional, indicaciones que deben ser respetadas por todos los países (normas de derecho impositivo) y no admiten derogación ni modificación por parte de los Estados.

A pesar de lo anterior, algunos conciben la cooperación internacional para el desarrollo como “…la ayuda voluntaria de un donante de un país (Estado, gobierno local, Organización No Gubernamental) a una población (beneficiaria) de otro. Esta población puede recibir la colaboración directamente o bien a través de su Estado, gobierno local o una ONG”.3

Otros conceptos sobre la cooperación internacional para el desarrollo permiten entender que esta tiene un campo de acción más amplio al concebir como cooperación internacional: “…el conjunto de actividades desplegadas por países desarrollados que implicando alguna transferencia de recursos concesionales a los países subdesarrollados, tiene como finalidad principal la de ayudar a superar la difícil situación existente en estos últimos países”.4

Sin embargo, estas ideas que conciben o forman el entendimiento sobre la cooperación internacional para el desarrollo, en muchas ocasiones se han interpretado incorrectamente y reemplazaron el objetivo teórico de la cooperación propuesto por la ONU, por lo que han recibido el ataque de ciertas escuelas de pensamiento de las relaciones internacionales, preocupadas sobre los fundamentos éticos y políticos que han llevado a unos países a cooperar con otros.

El denominado realismo político5 esboza que: “…los Estados colaboran con otros, no como un ejercicio de solidaridad, sino como una estrategia de política exterior cuya finalidad consiste en satisfacer sus necesidades internas ya que las relaciones internacionales se caracterizan por una lucha de poder entre sus miembros, quienes actúan de manera racional y egoísta, en aras de conseguir su interés nacional”.6

Hans Joachim Morgenthau padre de la escuela realista expone que la cooperación vista desde la ayuda internacional constituye, más que todo, un soborno para los gobiernos receptores, los cuales son utilizados por los países desarrollados para obtener beneficios que atiendan a su interés nacional.7

Pero también en la teorización sobre la cooperación internacional aparece el constructivismo,8 que contrario a lo que plantean los realistas, consideran que la cooperación no constituye un fin en sí mismo, sino que mantiene intereses desarrollistas y solidarios donde es estimada. O sea, que el constructivismo considera que existen consistentes fundamentos éticos para que los Estados poderosos colaboren con terceros países.9

David Halloran Lumsdaine considera que: “…la ayuda externa, no puede ser explicada solamente con base en los intereses económicos y políticos de los donantes, por lo que cualquier explicación satisfactoria al respecto debe otorgar un sitio central a las convicciones humanitarias e igualitarias de los donantes de ayuda”.10 Para este estudioso la cooperación internacional cuenta con un irrebatible respaldo moral.

Desde el surgimiento y la hegemonía del neoliberalismo, otras consideraciones se unen a las críticas de la cooperación internacional, al considerarla como inepta para mejorar el desempeño económico de los países receptores.

Se estima que la cooperación para el desarrollo resulta incompetente para promover los factores dinámicos del mismo y que puede convertirse en un factor que obstruye el funcionamiento de la “libre competencia” que impone el mercado, que es, quien promueve las condiciones idóneas para el desarrollo. Por esas razones, el neoliberalismo considera que la cooperación debe reducirse al mínimo.

Milton Friedman, considerado padre del neoliberalismo esbozaba desde la década de los 50 del siglo pasado que: “…la ayuda carecía de fundamentos éticos debido a que solamente retarda el autodesarrollo de los pueblos; este último, verdadero germen de crecimiento”.11

Por su parte, Peter Thomas Bauer asevera que la cooperación internacional no crea desarrollo y que además lo imposibilita. Para este estudioso, esa manifestación de las relaciones internacionales nunca ha sido necesaria para desarrollar a los pueblos, ya que el libre mercado y no la intervención externa, constituye el medio más eficaz para conseguir tales propósitos.12

El hecho de que el neoliberalismo considere a la cooperación como factor contraproducente para el desarrollo tiene que ver, en última instancia con que esta puede limitar las ventajas que presentan los países desarrollados sobre los subdesarrollados para obtener ganancia, en tanto que la cooperación propone mejorar la ejecución económica de los receptores.

Para los representantes de la izquierda, las modalidades de la cooperación internacional para el desarrollo han tenido como eje principal el fomento al capitalismo: “…el cual en el marco de un sistema económico internacional injusto, no resulta compatible respecto a las necesidades del Sur. Por tal razón, la ayuda diseñada por las potencias debe ser erradicada, o en el mejor de los casos reformada, en aras de que atienda los intereses de los receptores. Solamente tras esta segunda condición se podría asegurar el carácter ético de dicha actividad”.13

En ese sentido, Frances Moore Lappé considera que la ayuda falla tras no apoyar decididamente a los pobres.14 Por su lado, Teresa Hayter considera que la ayuda sirve para preservar el capitalismo de carácter imperialista, y que como ese modelo económico no es afín a las necesidades de los pobres, la ayuda no contribuye a la superación de la inequidad internacional, sino que la aumenta. Luego entonces la ayuda carece de sustento ético y por ende es preferible no practicarla.15

El análisis exhaustivo de las definiciones anteriores en torno a la cooperación internacional revela que en la mayoría de los casos, la cooperación se concibe como un mecanismo de actuación unidireccional y con carácter fundamentalmente asistencial, donde el donante es quien toma iniciativas, mientras que el país receptor adopta un papel pasivo. Esto justifica de alguna manera, que la cooperación internacional para el desarrollo se conciba como Ayuda Oficial para el Desarrollo, y con ello, se perdiera la posibilidad real de cooperar. Y por otro lado, se aprecia la crítica al por qué algunos países ofrecen la cooperación.

Cooperar en materia de desarrollo de un país o región es mucho más que ayudar; cooperar es obrar, colaborar para un mismo fin. La cooperación es la antítesis de la competición. No basta con una transferencia (financiera u otro tipo de recursos), hay que tener en cuenta, analizar y sacudir elementos objetivos y subjetivos que son las causas que acarrean la necesidad de cooperar para apoyar el desarrollo de un país o región. Este tipo de relaciones internacionales exige cambios de aptitudes y actitudes a las naciones que pretenden ayudar al desarrollo de otras.

Por tanto, la cooperación internacional para el desarrollo es mucho más amplia e incluye a la llamada Ayuda Oficial para el Desarrollo, que de hecho tiene un concepto muy específico, que más adelante incursionaremos en él.

Sin negar la existencia de sentimientos humanitarios o filantrópicos presentes en ciertas instituciones, empresarios e incluso, de algunos gobiernos, el hecho de que los factores que más pesan en el surgimiento y auge de los programas apreciados como cooperación internacional para el desarrollo fueran: La generalización de los procesos de independencia vinculada con la descolonización16 y La estrategia del containment o contención, justificó algunas de las expresiones de la cooperación que se constataron, y explica las posiciones que exponían que la forma en que se estaba brindando aquello que se consideró cooperación internacional, carecía de ética para cumplir pertinentemente su objetivo original, favorecer el desarrollo. Otras manifestaciones de la cooperación que se observaron en su momento no tienen justificación, porque tenían sus objetivos egoístas bien definidos.

Aunque la ONU realizó un llamado a las naciones del mundo a cooperar en la lucha por el mejoramiento económico y social de los menos aventajados, no fue hasta la generalización de los procesos de independencia de las colonias, que las antiguas metrópolis establecieron una serie de acuerdos comerciales, programas humanitarios, financiamientos concesionales, a los cuales llamaron “cooperación”. Lógicamente, ese tipo de proceder justificó la sospecha de que aquellos mecanismos, respondían básicamente a los intentos de las exmetrópolis de mantener las onerosas, tradicionales y ventajosas relaciones con los países subdesarrollados recién independizados. Eso que las potencias coloniales llamaron cooperación aparecía y aún está muy condicionada y, en muchas ocasiones, chocaba con las necesidades y las prioridades de los países receptores.

La estrategia del containment o contención,17 tuvo el ejemplo más notorio en el Plan Marshall, el cual contribuyó a que Europa Occidental, destruida debido a la Segunda Guerra Mundial, experimentara una rápida recuperación económica, política y social, lo cual solidificó la creencia de que el tipo de cooperación utilizado en aquella relación era un instrumento útil para fomentar el desarrollo en cualquier lugar del mundo, generándose un excesivo optimismo en torno a su eficacia. Los llamados programas de cooperación Norte-Sur fueron influenciados por la parte de la economía del desarrollo surgida con la posguerra, que trató de trasladar las experiencias que se obtuvieron de los países europeos industrializados devastados por la Segunda Guerra Mundial con el Plan Marshall, a los países subdesarrollados.

Sin embargo, los promotores de la cooperación Norte-Sur, no tuvieron en cuenta que superar el subdesarrollo requería algo más que asistencia financiera y técnica. Los problemas estructurales de los países subdesarrollados con profundas raíces históricas como la desarticulación interna, la desventajosa inserción externa y la dependencia, que no eran características que presentaban los países europeos, vaticinaban efectos diferentes. Estudios posteriores demostraron que en última instancia, el Plan Marshall buscaba neutralizar la influencia socialista en el mundo luego de la consolidación de dicho sistema al término de la Segunda Guerra Mundial.

Los medios de difusión masivos controlados por las transnacionales que “casualmente” en su mayoría pertenecen a los países donantes consideran que aún con problemas, la cooperación internacional ha permitido que se lograran mejoras en la situación socioeconómica de los países subdesarrollados. Sin embargo, debemos recordar, por ejemplo, que de los países más pobres existentes en el mundo solo tres han logrado salir de la lista de los países menos adelantados (PMA): Botswana (1994), Cabo Verde (2007) y Las Maldivas (2011). Además, se le ha pedido a la Asamblea General de la ONU que revise los criterios de inclusión para los países menos adelantados vigentes por lo que la lista (48) se debe incrementar. Además, las estadísticas vistas de manera general, son engañadoras, pues el Este asiático y algunos países como China e India tergiversan los reales resultados (Ver cuadro 1).

Por otro lado, a pesar de que el hambre se ha reducido 17 % en términos globales en el mundo en las últimas décadas, en 2013 todavía se reflejaban 842 millones de personas que sufrían hambre: 552 vivían en Asia, 223 en África subsahariana y 47 en Latinoamérica y el Caribe (ver gráfico 1). Los avances en ese campo han sido decepcionantes, y existe un alto riesgo hoy de que se pierda lo logrado y empeore la situación alimentaria de la población mundial.18

Evidentemente, con el breve recorrido que hemos realizado se puede constatar cuando en la cooperación internacional para el desarrollo priman los intereses políticos, económicos y estratégicos de los que mejores posiciones tienen en materia de desarrollo, habrá alguien que se beneficie, pero sin lugar a dudas, no serán aquellos que mayores problemas tienen.

Gráfico 1

Hambre en el mundo

Ayuda Oficial para el Desarrollo y cooperación internacional en materia de comercio

Ayuda Oficial para el Desarrollo

En innumerables reuniones de la ONU y cumbres de jefe de Estados y de Gobiernos, se ha coincidido en considerar al desarrollo como fundamento básico de la paz y la seguridad, subrayando la urgencia y la necesidad de aumentar la Ayuda Oficial para el Desarrollo. Uno de los objetivos teóricos es apoyar los esfuerzos de los países subdesarrollados en la supresión de las desigualdades en la distribución de la riqueza; elemento considerado como principal factor que pone en riesgo la paz y la seguridad, no solo al interior de ellos, sino también la paz y la seguridad mundial.

Sin embargo, la AOD ha mantenido una tendencia que posibilita que continúe fallando en su objetivo de apoyar a los países receptores en su lucha por promover el desarrollo para la erradicación de la pobreza, basados en los valores fundamentales de los derechos humanos y la equidad.

Como Ayuda Oficial para el Desarrollo se entiende lo siguiente: recursos (financieros o no) concedidos por el sector público del país donante, en cualquiera de sus representaciones, los cuales efectúan en condiciones concesionales (donaciones, intereses menores que los estándares de mercado y la devolución del préstamo sea a largo plazo) y su primordial finalidad, declarada explícitamente, es coadyuvar al desarrollo y al bienestar del país receptor. La ayuda tiene como destino los países subdesarrollados y deben ser los países menos adelantados los priorizados. Sin embargo, veamos que ha pasado con la Ayuda Oficial para el Desarrollo, y si esta resulta efectiva para cumplir con sus objetivos teóricos.

Con motivo de buscar una mayor eficacia en la cooperación internacional para el desarrollo, la comunidad internacional se ha vuelto a reunir en los últimos años. Entre los más recientes eventos que trataron sobre cómo mejorar la efectividad de la cooperación internacional de manera general y la AOD, particularmente, se encuentran la Declaración de París sobre la Efectividad de la Ayuda (2005), el III Foro de Alto Nivel de Accra (2008) y el IV Foro de Alto Nivel de Busán, Corea del Sur (2011).

En la Declaración de París sobre la Efectividad de la Ayuda se establecieron ciertos principios básicos que intentaron generar una agenda para esta asistencia que buscaba el cumplimiento de sus objetivos teóricos. Estos principios fueron:

• Apropiación: Los países socios deben ejercer liderazgo efectivo sobre sus políticas de desarrollo y estrategias y coordinar las acciones para el desarrollo.

• Alineación: Los donantes deben basar sus aportes en las estrategias nacionales de desarrollo de los países socios, sus instituciones y sus procedimientos.

• Armonización: Las acciones de los donantes deben estar más armonizadas, ser más transparentes y efectivas colectivamente.

• Gerencia por resultados: La toma de decisiones y la administración de los recursos deben ser mejorados con un enfoque orientado a los resultados.

• Mutua rendición de cuentas: Los donantes y socios deben asumir mutuamente la responsabilidad por los resultados del desarrollo y rendir cuenta.19

A pesar de que apareció cierto optimismo relacionado con la posibilidad de un cambio a partir de la Declaración de París… en la forma en que tradicionalmente se estaba ofreciendo, la cooperación internacional en general y la AOD en particular, se manifestó desde la práctica lo siguiente: “…los compromisos establecidos no iban lo suficientemente lejos y que a pesar de la retórica, las relaciones en el marco de la ayuda no cambiaron de manera significativa en los años recientes, al fallar en poner los derechos humanos en el corazón de las políticas de desarrollo”.20

Se plantea además que: “…la Declaración de París falla en enfrentar los obstáculos enquistados que han impedido que la ayuda se convierta en un recurso efectivo para combatir las agudas condiciones de pobreza y marginalidad que enfrentan numerosas personas”.21

En cuanto al III Foro de Alto Nivel de Accra (2008), los ministros de los países en desarrollo y los países donantes responsables de la promoción del desarrollo, junto con los directores de instituciones multilaterales y bilaterales de desarrollo, suscribieron que: “…se estaba progresando, pero no lo suficiente”.22

Con el objetivo de acelerar y profundizar la aplicación de la Declaración de París sobre la Efectividad de la Ayuda se acordó trabajar con mayor dedicación y lograr un mejor cumplimiento de estas medidas en:

• La identificación del país es clave. Los gobiernos de los países en desarrollo asumirán un liderazgo más fuerte de sus propias políticas de desarrollo y trabajarán con sus parlamentos y ciudadanos para conformarlas. Los donantes los respaldarán respetando las prioridades nacionales, invirtiendo en sus recursos humanos e instituciones, haciendo un mayor uso de sus sistemas para la provisión de ayuda y aumentando la previsibilidad de los flujos de ayuda.

• La construcción de asociaciones más eficaces e inclusivas. En los últimos años, más actores involucrados en el desarrollo —países de ingreso mediano, fondos mundiales, el sector privado, organizaciones de la sociedad civil— han ido aumentando sus contribuciones y aportando experiencias valiosas. Esto también genera desafíos para la gestión y la coordinación. Todos los actores involucrados en el desarrollo trabajarán juntos en asociaciones más inclusivas, a fin de que todas nuestras iniciativas tengan un mayor efecto sobre la reducción de la pobreza.

• El logro de resultados de desarrollo —y rendir cuentas abiertamente por esos resultados— debe ser parte central de todo lo que hacemos. Hoy más que nunca, los ciudadanos y los contribuyentes de todos los países esperan ver resultados tangibles de las iniciativas de desarrollo. Demostraremos que nuestras acciones implican efectos positivos sobre la vida de las personas. Respecto de estos resultados, rendiremos cuentas entre nosotros y ante nuestros respectivos parlamentos y órganos de gobiernos.23

Este cuarto Foro constató pocos avances en materia de cooperación. La falta de un enfoque basado en los derechos y de la garantía de que la ayuda se destina sensatamente en los países más frágiles como Somalia, Haití y Costa de Marfil hizo que muchos se marcharan con un “mal sabor en la boca”, referido especialmente a las personas más pobres y vulnerables, sobre todo las mujeres, los niños y los ancianos.

Se dice que los principales avances logrados en Busán son: luchar contra la corrupción al obligar explicar a los donantes hacia dónde va el dinero; reafirmar los compromisos de promover un entorno favorable para la sociedad civil basado en los derechos y dar a la sociedad civil local más libertad para realizar su propio trabajo de desarrollo. Es importante incrementar los esfuerzos para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Por otro lado, el acuerdo de Busán, por primera vez, incluyó a donantes emergentes como Brasil y China que permiten ampliar los principios de eficacia de la ayuda, también se incluyó una serie de compromisos y responsabilidades para un conjunto de actores del desarrollo, que integran la sociedad civil y el sector privado.

Por otro lado, las estadísticas emitidas por el Comité de Ayuda para el Desarrollo (CAD),24 organización que agrupa a los principales donantes existentes en el mundo, y otras instituciones vinculadas a la AOD y la cooperación internacional de manera general nos demuestran que en realidad contrario a lo que se proponían los encuentros anteriormente referidos, la forma en que se brinda la cooperación internacional de manera general y la AOD particularmente, continúa siendo ineficaz para lograr sus objetivos. Percibámoslo a partir del análisis siguiente.