Cosa de locos - Martín Patricio Melgar - E-Book

Cosa de locos E-Book

Martín Patricio Melgar

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Beschreibung

Las publicaciones que el Foro de Ciencia y Tecnología para la Producción ha editado desde su creación siempre tuvieron eje en la actividad de vinculación tecnológica, con el fin de fortalecer al sistema nacional de innovación, integrado por las entidades de ciencia y tecnología, las empresas y el Estado. Estas publicaciones siempre estuvieron dirigidas a un público específico y con formación universitaria o empresarial. En este caso nos encontramos con un trabajo realizado por dos miembros del Foro, que incluye la temática de la innovación y sus alcances; pero dirigido al público general, usando un lenguaje simple a pesar de la complejidad de los temas tratados. Esta metodología de escritura podría ser también aplicada en futuras publicaciones más específicas sobre ciencia, tecnología e innovación, priorizando el entendimiento general al lenguaje técnico. Entendemos esto como un desafío interesante, ya que las cuestiones que hacen a la innovación, la aplicación de la tecnología y sus derivaciones no deberían ser cosa exclusiva de entendidos. El contenido de este libro enfoca el problema de nuestro país por fuera de las tradicionales disputas político-ideológicas internas; los lectores decidirán si se ha logrado o no. Lo interesante es ver un punto de vista diferente de cómo impactan el desarrollo tecnológico y los procesos innovativos en el plano geopolítico.

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Seitenzahl: 219

Veröffentlichungsjahr: 2025

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MARTÍN PATRICIO MELGAR EMILIO DIEGO VELAZCO

Cosa de locos: Por qué Argentina no encuentra un camino de desarrollo estable

Velazco, Emilio DiegoCosa de locos : por qué Argentina no encuentra un camino de desarrollo estable / Emilio Diego Velazco ; Martín Patricio Melgar. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-6068-1

1. Ciencias Sociales. I. Melgar, Martín Patricio II. TítuloCDD 306.46

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de Contenidos

Prólogo

Introducción

I.- De cómo se formaron las civilizaciones y los imperios

I.1.- El líder

I.2.- La gestación de un gobierno

I.3.- Los primeros conflictos

I.4.- Los negocios privados

I.5.- El comercio con otros pueblos

I.6.- La expansión de la ciudad

Aspectos sociológicos a rescatar

II.- Los sistemas de dominación

II.1.- El avance tecnológico como factor de dominación

II.1.1.- La innovación como factor de poder

II.1.2.- La brecha tecnológica

II.1.3.- El Apartheid tecnológico

II.2.- Las nuevas formas de dominación del siglo XIX

II.2.1.- La dominación político-económica

II.2.2.- La dominación financiera

II.2.3.- La dominación cultural

II.3.- La evolución de las formas de dominación desde mediados del siglo XX a la actualidad

II.3.1.- Evolución de la dominación política, económica y financiera

II.3.2.- Evolución de la dominación cultural

Cosas que debes saber antes de seguir

III.- Cómo dominaron a Argentina

III.1.- De la Independencia a la 2da guerra mundial

III.1.1.- Plan Maitland

III.1.2.- De las invasiones inglesas a Rivadavia

III.1.3.- Época de Rosas

III.1.4.- La consolidación del modelo agroexportador

III.1.5.- Pacto Roca Runciman

III.1.6.- Creación del Banco Central

III.2.- Mediados del siglo XX a 2020

III.2.1.- Hello USA

III.2.2.- El modelo de sustitución de importaciones

III.2.3.- Los planes pseudo-neoliberales y sus consecuencias

III.2.4.- El mecanismo de endeudar y fugar (y sus consecuencias)

III.2.5.- De por qué se repite este mecanismo nefasto

III.3.- Nuestro sistema de innovación

III.3.1.- Antecedentes de Ciencia y tecnología

III.3.2.- Antecedentes sobre propiedad intelectual

III.3.3.- La dominación cultural sobre la ciencia argentina

III.3.4.- Casos de Apartheid tecnológico

IV. Qué debemos saber para esto torcer

IV.1.- Cómo funciona la economía de los países estables.

IV.2.- La información de la Inteligencia Artificial también está sesgada.

IV.3.- Cómo desactivar el mecanismo de Endeudar y Fugar.

V.- De cómo romper este armazón

V.1.- La práctica democrática (no es sólo ir a votar)

V.2.- Del sentimiento a la razón

V.3.- Desenmascarando hipocresías

¿De qué se trató este libro?

Bibliografía complementaria

Prólogo

Las publicaciones que el Foro ha editado desde su creación siempre tuvieron eje en la actividad de vinculación tecnológica, con el fin de fortalecer al sistema nacional de innovación, integrado por las entidades de ciencia y tecnología, las empresas y el Estado. Estas publicaciones siempre estuvieron dirigidas a un público específico y con formación universitaria o empresarial.

En este caso nos encontramos con un trabajo realizado por dos miembros del Foro, que incluye la temática de la innovación y sus alcances; pero dirigido al público general, usando un lenguaje simple a pesar de la complejidad de los temas tratados.

Esta metodología de escritura podría ser también aplicada en futuras publicaciones más específicas sobre ciencia, tecnología e innovación, priorizando el entendimiento general al lenguaje técnico. Entendemos esto como un desafío interesante, ya que las cuestiones que hacen a la innovación, la aplicación de la tecnología y sus derivaciones no deberían ser cosa exclusiva de entendidos.

El contenido de este libro enfoca el problema de nuestro país por fuera de las tradicionales disputas político-ideológicas internas; los lectores decidirán si se ha logrado o no. Lo interesante es ver un punto de vista diferente de cómo impactan el desarrollo tecnológico y los procesos innovativos en el plano geopolítico.

Equipo del Foro de Ciencia y Tecnología para la Producción

Disclaimer: El contenido de este libro no refleja necesariamente la visión de todos los miembros del Foro de Ciencia y Tecnología para la Producción, ni indican un compromiso con un determinado modo de acción.

Introducción

Este libro está dirigido a personas que por diversas razones no han cursado más allá del nivel secundario. También les será útil a aquellas con mayor formación, pero ajenas a los temas de sociología, economía y finanzas públicas, o que no se han actualizado sobre las relaciones de poder que gobiernan este mundo.

La mayoría de las personas viven sus vidas alejadas de estos temas. Ya bastante cuesta desarrollar la propia vida, sostener una familia y buscar momentos felices. Y a la hora de elegir gobernantes, depositan su confianza en algún candidato o partido político que les sea afín.

Y cuando la cosa se complica, los políticos se empiezan a echar la culpa unos a otros; vos no sabés quién tiene la razón y querés mandar a todos a freír churros. Sin embargo, sabés que alguien va a terminar gobernando tu país, quieras o no. Por lo tanto, si la mayoría de la población no se involucra en saber realmente qué es lo que está pasando, terminarán gobernando los poderes fácticos (o sea los grandes intereses económico-financieros), a quienes poco les importa la gente.

Encontrarás que este libro está escrito en lenguaje simple, o al menos eso hemos intentado; no obstante, en las referencias y links ampliamos la data académica o comprobatoria sobre los diversos temas tratados.

Intentaremos demostrar que los problemas de hoy en Argentina no son coyunturales ni son exclusiva consecuencia de los gobiernos de las últimas 4 décadas. La naturaleza humana es proclive a buscar culpas entendibles o creíbles para los problemas que afronta. Aprovechando esta naturaleza, los intereses económicos predominantes del país, a lo largo de nuestra historia, han logrado imponer una agenda informativa y una currícula educativa (en todos los niveles) que esconde la verdadera trama causante de nuestros problemas; trama que, además, es la razón por la cual tales intereses se han consolidado a través del tiempo.

Por ello, el desafío (tanto para nosotros como para los lectores) es desentrañar las razones por la cual Argentina quedó atrapada en una situación de alta dependencia desde su nacimiento como nación. Sólo entendiendo esta situación y sus razones podremos vislumbrar un camino de desarrollo estable para nuestro país.

Buscamos hacerlo sin los prejuicios de cualquier posición política, ya que sostendremos durante el desarrollo de cada capítulo que la solución del problema puede darse con cualquier tipo de gobierno democrático, siempre que no caiga en los mecanismos negativos que explicaremos. Verás entonces por qué el problema persiste a pesar de las diferentes ideologías políticas que han gobernado.

Pero antes de entrar en tema repasaremos cuestiones que debemos tener presentes para abordarlo (como las formas en que fueron evolucionando las civilizaciones, su organización e instituciones, y cómo se forman las relaciones de Poder).

Repasaremos cómo se fueron consolidando en todo el mundo los intereses dominantes externos e internos. Primero nos centraremos en cómo se va conformando una civilización, para hacer notar que el Poder y las instituciones creadas para sostenerlo tienen razones de ser que responden a la ambición humana, la cual prevalece independientemente de los cambios de contexto y formas de organización social.

Identificaremos al desarrollo de la tecnología y la apropiación del conocimiento como el principal factor que consolidó como dominante a cada imperio a través de la historia, valiéndose de la ciencia y la innovación para desarrollar su economía, y en paralelo generar diversos mecanismos que implementaron para dominar a otros países.

Luego resumiremos cómo operaron en Argentina, para terminar describiendo lo que llamamos el mecanismo nefasto, factor importante del porqué del título de este libro, y las razones o causas que lo permitieron.

“El mundo que debemos afrontar políticamente queda fuera de nuestro alcance, visión y comprensión. Por tanto, nos vemos en la necesidad de investigarlo, narrarlo e imaginarlo. (…) Estamos aprendiendo a ver mentalmente porciones muy vastas del mundo que nunca podremos llegar a observar, tocar, oler, escuchar ni recordar. De forma gradual estamos construyendo imágenes mentales fiables del mundo que queda fuera de nuestro alcance”. Walter Lippmann, “La opinión pública”, 2003.

Te dejamos una canción de Sui Generis cuya letra es pertinente.

I.- De cómo se formaron las civilizaciones y los imperios

Antes de comenzar con las formas de dominación y cómo estas afectan a nuestro país, es imprescindible conocer cómo se fueron creando las instituciones que influyen en nuestras vidas, las relaciones de poder entre los miembros de una sociedad y las de esta con el mundo.

En forma de cuento te mostraremos cómo las sociedades fueron evolucionando en su organización y en sus formas de gobierno; cómo surgen las empresas, la moneda, los impuestos, las clases sociales, las relaciones de poder, la innovación tecnológica y otras yerbas.

Aunque uno piense que ya sabe estas cosas, encontrará aquí párrafos que le harán decir “¡Ah, con razón pasa esto!”; a nosotros nos sucedió mientras lo escribíamos.

Empecemos imaginando un pueblo primitivo.

Estaban los cazadores, los pescadores, los granjeros. Al terminar el día, entregaban lo recolectado a las mujeres, quienes se encargaban de cocinarlo o conservarlo, con los cueros y las pieles hacían vestimentas, además de encargarse de la limpieza mientras cuidaban a sus hijos.

En esa época, cuando había problemas en la comunidad, era el de más fuerza física quién se imponía para resolverlos.

A medida que la población iba creciendo, se dieron cuenta de que faltaban cosas: arcos y flechas para los cazadores, redes para los pescadores, carros para transportar lo obtenido, edificios comunes y otras construcciones necesarias. Debían delegar el trabajo, organizarse más. Unos se encargarían sólo de conseguir alimentos; otros sólo de transportarlo y otros sólo del acopio, conservación y despensa de los productos para su intercambio.

Aparecieron luego los comerciantes (que intermedian entre el productor y los consumidores), también los herreros, los que hacían ropa y calzados, etc. Así la organización del pueblo se fue complejizando y sus actividades ganaron variedad, lo que se llamó la división del trabajo.

Pero para poder hacer todo esto tranquilos, antes tuvieron que reunirse para designar a quienes cuiden el territorio de los ataques de otros pueblos (habían quedado preocupados luego de sufrir uno). Los designados deberían entrenar a diario, construir armas, escudos, y velar por la defensa del pueblo; y debido a la importancia de su tarea, no podían ocuparse de otra cosa.

I.1.- El líder

Durante aquella importante reunión apareció alguien que captó las soluciones posibles y las transmitió de forma entendible para todos; era un líder natural. Al poco tiempo se convirtió en un referente consultado para solucionar diversos problemas del pueblo: de logística, de defensa, construcción, negociaciones y hasta de índole personal y social.

En esta incipiente civilización dejó de ser el más fuerte quien lideraba, sino quien tuvo la capacidad intelectual, el carisma y el temple suficiente para orientar al pueblo hacia las diferentes soluciones.

Al poco tiempo, este líder -al poder ir resolviendo los problemas de su pueblo- va obteniendo bienes, servicios y admiración por su labor. También va conociendo mejor a su gente, sus capacidades y potencialidades; sabe bien quién puede hacer mejor tal o cual tarea. Se va forjando su valía, y su puesto como líder se va haciendo cada vez menos discutido por el pueblo, quienes ya se acostumbraron a la presencia de su figura.

Temiendo a una mirada que lo inquietó durante un discurso suyo, el líder designa a su mejor amigo como jefe de su custodia personal. Esa custodia gradualmente irá aumentando de integrantes, y se irá transformando con el tiempo en la policía.

Uno de los principales asuntos a resolver que surgen al conformarse un pueblo es el de los alimentos: su recolección, traslado, procesamiento, conservación y distribución para que se venda o intercambie de la mejor manera. Se arma un mercado con un almacén y una despensa. El almacén es donde se acumulan, procesan y conservan todos los alimentos del pueblo, para luego pasar a la despensa, en donde se venden al público. Fue necesario armar un sistema de valores para que no haya problemas. Se fija un valor para cada producto y un precio final para su venta (el cual será la suma de lo que reciba el productor + los costos del almacén y la despensa + las ganancias de sus administradores + un puchito para el líder).

Esto será más fácil cuando inventen el dinero y abandonen el trueque; mientras tanto, el productor deja su mercadería en el almacén y recibe un vale por una determinada cifra, con el cual va a la despensa y compra (por ese valor) lo que quiera o necesite.

Quienes manejen este mercado irán acumulando cada vez más riqueza y poder a medida que crece el pueblo; fijando tarifas, controlando balanzas y convenciendo a productores de que les conviene pagarlas. ¿Cómo los convence? Diciéndoles “Si pagás esta tarifa ya no tendrás que ir casa por casa a vender tu producto, sino que lo intercambiarás todo junto en un solo lugar; y ese tiempo podrás dedicarlo a producir y ganar más, o a quedarte tranquilo con tu familia”.

El líder irá nombrando a sus amigos (o a quienes le caen bien o puede manipular mejor) para los puestos más cruciales: encargado del almacén general, encargado de la despensa, armador del sistema de recaudación. Se habrá designado también a quienes se encarguen de mejorar las armas, inventar métodos de pesaje, entre otras necesidades; compensándolos con bienes que el líder les solicita a las demás familias. Nacen así la innovación, la tecnología, la moneda1 y los impuestos.

Designa también a otro para que dirija un grupo que resuelva los conflictos menores. Nace entonces la administración de la Justicia; y luego las normas escritas, que más tarde se transformarán en leyes que la gente deberá cumplir (no sin antes quejarse y murmurar un poco). Todas estas medidas se asimilarán más fácil cuando nuevas personas nazcan en el pueblo y lo hagan bajo esas leyes ya instauradas, considerándolas entonces como más naturales.2

Los casos más interesantes se los reserva el líder, quien ya le habrá tomado el gustito a su condición, olvidándose incluso de su vida previa al liderazgo.

Un ejemplo: El granjero le cuenta al líder que el herrero le pide 10 monedas para construirle una herramienta que él necesita, y que él sólo puede pagarle 5 monedas. El líder va con el herrero y le dice “Creo que es demasiado lo que le estas pidiendo al granjero, pero igual puedo (‘puedo’ será una palabra clave para el líder) convencerlo de que te pague las 10 monedas, a cambio de que me des 2 monedas a mí; sino el Granjero no te va a pagar nada y se las va a terminar arreglando sin esa herramienta, como vino haciendo hasta ahora”. El herrero, para no perder esa changa, acepta el trato. Llama entonces el líder al granjero, lo invita a beber y le dice “Vos con esa herramienta vas a poder ahorrarte mucho tiempo, vas a poder avanzar en otras cosas, o pasarlo bien con tu mujer; además al herrero le va a costar mucho trabajo hacértela. Si querés mi opinión: creo que esa herramienta sí vale las 10 monedas. Es más, si vos le pagás lo que él te pide, yo te regalo cualquiera de estas cosas que ves acá, elegí alguna” (le muestra objetos que vienen de pueblos lejanos, pero que valen menos que las 2 monedas que el líder va a recibir del herrero).

Si el granjero acepta pagar las 10 monedas al herrero, el líder habrá ganado 2 monedas y 2 amigos nuevos; y si decide no comprar la herramienta, al menos se termina el reclamo. Nacen así las primeras avivadas del poderoso; que cuando se le va la mano, se le dirá corrupción.

A esta altura el poder está en manos de varias personas, aunque el líder primigenio continúa allá arriba, solitario en la cima de la pirámide.

De a poco van surgiendo las innovaciones, los tratos y las negociaciones.

I.2.- La gestación de un gobierno

Como la cosa se fue complejizando y el líder ya había colocado a todos sus amigos, les pide a estos que busquen entre los suyos a quienes podrían hacerse cargo de las nuevas actividades que el pueblo requería (administradores, contadores, redactores, etc.). Luego reúne al pueblo y les explica, con el carisma necesario, que debe aumentar los impuestos para las nuevas necesidades de la administración.

Cuando el Líder (ya con L mayúscula) ve que se necesitan mejorar caminos, agrandar (o construir nuevos) almacenes, despensas y otros sitios necesarios, reúne al pueblo para ver si les parece buena la idea; les dice cuánto costaría llevarla a cabo y cuál es el mejor método de pago. Si están mayoritariamente de acuerdo, nace la primer empresa pública de vialidad e infraestructura (sólo que con otro nombre), financiada con los nuevos impuestos aprobados.

De esta manera se va conformando el gobierno del pueblo, con el Líder como gobernador, jefe, rey o como se le diga en ese lugar.

El pueblo crece en habitantes y el Líder ya no quiere reunir a todas las personas para que le aprueben normas y proyectos, ya que se arma un bochinche bárbaro cada vez que lo hace. Les pide entonces a las familias que designen a un representante para asistir a las reuniones. Nace así el primer parlamento, y con él la democracia representativa.

A esta altura habrá ciertas personas que expresen su descontento (en voz baja al principio) por el aumento de impuestos, o porque empiezan a notar que los gobernantes viven mejor que ellos y sin hacer los arduos trabajos que ellos sí tienen que hacer. Aparecen personas idóneas para liderar tal descontento, nace así la Oposición.

Ante esta situación, los integrantes del gobierno, el jefe del ejército, el jefe de la policía, los jueces y los directores de las empresas públicas comienzan a tener reuniones para ver cómo controlar ese descontento creciente. Uno dice “La gente se queja porque ganamos más plata que ellos, pero no se dan cuenta que nosotros tenemos que trabajar fuera del horario normal; mientras que ellos terminan su jornada, se van a sus casas y nadie los molesta hasta el otro día”. “¡Sí! (dice el de la Despensa) A mí me cayó uno para quejarse del pescado podrido que le habíamos vendido. ¡Tenía un olor bárbaro! jaja. Le dije que cómo sabía yo que ese pescado no lo había comprado hace mucho… ¡y se fue enojado! Y anteayer vino un granjero y me dijo que sus chanchos son de primera calidad, y que la gente se los paga al mismo precio que otros de menor calidad. Le conté lo que ustedes ya saben: que en breve íbamos a implementar un sistema de control de calidad para fijar precios diferenciales; pero para eso tendría que contratar a más gente, por lo que tendremos que aumentar la tarifa”.

“¡A mí me pasa peor! -dice el jefe del ejército- Además del esfuerzo que me lleva entrenar a los soldados tengo que lidiar con sus problemas personales, y si no lo hago podría caer la moral de la tropa”. El jefe de la policía reflexiona casi para sus adentros: “A mí me pasa lo mismo”. “Claro -dice el director de la empresa de transporte-, y somos nosotros los que generamos puestos de trabajo que antes no existían”.

Va naciendo acá la famosa autojustificación de los ricos.

“Paren muchachos -dice el Líder-, ya sabemos esto, nos pasa a todos nosotros… el tema es otro. La gente no ve los problemas que tenemos y no nos entiende. Lo único que ve es que tenemos mejores viviendas que ellos, que tenemos carros particulares y que gozamos de servicios que ellos no pueden pagar; y encima la oposición anda diciendo que somos corruptos. El tema es cómo controlamos ese descontento, porque si la oposición crece demasiado podemos llegar a perder nuestros puestos”.

“Fácil -dice el jefe de policía mirándose las uñas-, controlemos cualquier protesta de más de 5 personas y listo. Generalmente se arman en las puertas de la despensa o en el puerto. Pondré más policías en esos lugares y chau problema”. El jefe del ejército le dice “Yo te puedo prestar 15 soldados bien entrenados que tengo al pedo porque no nos está atacando nadie”. Esa noche nace la idea de represión.

Otro, más vivo, dice: “Me parece que es mejor prevenir las manifestaciones que tener que apagarlas luego. Entrenemos agentes para que se infiltren entre los granjeros, pescadores, mineros y cazadores; así sabremos cuándo y por qué se reúnen, qué es lo que planean y quiénes lideran esas reuniones. Y para que no sospechen de nuestros muchachos los pondremos de empleados en el lugar en donde se reúnen; y si se reúnen en casas particulares, le pagamos a alguno y que nos bata info”. Nace así el servicio de inteligencia.

“¡Pero guarda! -dice el que predice el clima- que si llegase a haber otra sequía muchos pasarán hambre, ya que hay poco alimento acumulado en el almacén, y ahí sí que hasta los soldados nos van a colgar”.

“No te preocupes -dice el de la oficina que promueve los inventos-, ya estamos trabajando en un proyecto para el riego de los cultivos; con eso creo que zafamos todo el año que viene”.

El jefe de policía le contesta irónicamente “Deciles a tus genios que empiecen a construir cárceles y bancos más seguros, porque esto se va a poner feo”.

Como se darán cuenta, el poder está en manos de pocas personas, pertenecientes a un grupo privilegiado; y aunque cuenten con diferencias notables en sus pareceres, comparten los mismos niveles de poder y fortuna, y similares metas. Es la Aristocracia3.

I.3.- Los primeros conflictos

Jaimito era hijo de pescadores en nuestro pueblo primitivo. Con sus hermanos y primos limpiaban los pescados que traían sus padres en los barcos. Cuando con su familia iba al mercado a venderlos para comprar otras cosas, Jaimito se juntaba con otros chicos y veía que algunos tenían nuevos juguetes de madera pintada y guantes de cuero.

– Papá, papá, para mi cumple ¿me comprás unos guantes de cuero? se me hielan las manos limpiando el pescado.

+ Es que esos guantes salen caros, Jaimito…

– ¿Y por qué otros chicos tienen y nosotros no?

En la misma región, un grupo de madereros4 está reunido en la casa de uno de ellos, con motivo del cumpleaños de su hijo. Se encuentran hablando de trivialidades, cuando de repente llega un tema de conversación que no esperaban, en donde se dan cuenta de algo crucial: Un maderero les cuenta a sus compañeros lo que está atravesando con su familia; los otros madereros lo escuchan atentamente. Luego habla otro maderero, quien cuenta algo similar. Luego habla un tercero, quien comprende a los dos primeros y relata las cosas que pasan en su casa debido a la poca plata que hay. Un cuarto maderero mira a los que aún no habían hablado, y en su mirada halla algo en común: todos estaban en la misma. Trabajaban en el mismo lugar con similares tareas, pero sus casas eran más pequeñas y tenían menos cosas que otras personas del pueblo. Asumido esto, y para no seguir con el desfile de relatos propios, se ponen a hablar de los gobernantes y adinerados del pueblo, compartiendo lo que saben sobre su estilo de vida. Así, cada uno aportó su pieza de información y se fue armando el rompecabezas de la verdad. Esta verdad a algunos los sorprendió, otros ya la sospechaban: los que gobernaban vivían muchísimo mejor que ellos y esforzándose mucho menos. Darse cuenta de esto los llenó de vértigo y les revolvió la sangre, pero también los llenó de vitalidad y adrenalina. No había nadie que los pudiera ayudar; la policía amparaba a la ley, y la ley amparaba a los de arriba. La solución a esto sólo estaba en manos de ellos. Debían, para tener alguna chance, convertirse todos ellos (más los compañeros que no asistieron a la fiesta) en una sola extremidad: en un puño apretado que golpee el tablero del injusto juego en el que estaban. Despojarse de las diferencias personales que había entre algunos de ellos tuvo que ser el primero de los pasos. Hacerse a la idea de que todos debían ser uno no fue fácil. Una ardua misión los esperaba, y para cumplirla tenían que pensarse como una unidad, sino estaban fritos.

Lo que genera la protesta social no es la pobreza, sino la desigualdad. Y no es por envidia que protestan, sino por la injusticia que sienten por la diferencia que hay entre la ganancia que obtienen los dueños de los medios de producción con la que obtienen los que trabajan esos medios.

Entonces un maderero se ofrece hablar con el gobernador, pero otro le contesta “Escuchame una cosa pibe: vos porque recién empezaste, pero nosotros ya hicimos eso antes y adiviná qué: nos bicicletearon todo un año y no pasó nada. Te va a decir que sí, que lo va a solucionar, pero no va a hacer un carajo”. Otro maderero propone hachar a todos, pero le recuerdan que el ejército es más fuerte, es decir, perderían la batalla. “Si nos quedamos callados nos van a seguir cagando” dice uno. “No entreguemos la madera” propone otro. Finalmente el joven maderero vuelve a tomar la palabra, contando en detalle el plan que tiene para con el gobernador; y esa termina siendo la opción ganadora. Va entonces a hablar con el gobernador:

– Knock knock.

+ ¿Quién es?

– Hola gobernador, vengo en representación de los madereros. Nos dimos cuenta de la situación y queremos una mejor paga. Los que hacen menos ganan más y ya no lo toleramos.

+ Bueno, vení, contame quiénes hacen menos y ganan más.

Y así estuvieron charlando unas horas, en donde el gobernador le rebatía los argumentos al maderero y casi lo termina convenciendo de que ellos tienen menos porque trabajan menos que los que tienen más.

Es ahí donde el maderero saca su última y mejor carta:

– Escúcheme don, tiene usted razón; seremos unos vagos, encima somos negros, todo lo que usted quiera; pero el hacha la tenemos nosotros, y si le contara lo que mis compañeros querían hacer con ella… Los muchachos están acopiando alimento para aguantar varios meses sin tener que vender madera, están preparando un golpe grande. Yo vine a hablar con usted para que el asunto no pase a mayores. Pensemos en algo que yo les pueda decir para calmarlos. (En este punto el que planteaba las bases era el maderero, ya no el gobernador).

+ Bueno, veo que te diste cuenta de cómo son las cosas. Decile a tus compañeros que desde mañana podrán aumentar sus precios, pero a mí (el Estado) no. Ya sé que eso no es suficiente, pero vos te las vas a arreglar para tranquilizarlos con eso. Además me caíste bien, para vos tengo algo más (le da un sobre que no llegamos a distinguir). Venite todos los jueves a las reuniones directivas, que te quiero hacer parte de mi equipo. Es hora de que abandones ese laburo de mierda, vos estás para las ligas mayores.