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En esta obra el lector puede encontrar nexos entre dos ámbitos aparentemente distantes: la filosofía y el cine. Los autores realizan un minucioso examen de la obra de ficción de Humberto Solás. Parten de la tesis sobre la existencia de un trasfondo desalienador y de mejoramiento humano en la cinematografía del reconocido cineasta, quien estudia el carácter conductor que puede tener el cine para la consolidación de un proyecto colectivo. Para los amantes del cine, así como de la filosofía y los defensores de una mirada holística y transdisciplinaria, este será un libro de constante consulta y disfrute.
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Seitenzahl: 424
Veröffentlichungsjahr: 2018
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Primera edición, 2014 Edición digital, 2017
Edición: Liliam Rodríguez Berlanga Edición e-book: María de los Ángeles Navarro Diseño: Marlen Sardiña Prado Corrección: Addis Alarcón García Composición digitalizada: Xiomara Gálvez Rosabal Composión e-book: Oneida L. Hernández Guerra
©Freddy Varona Domínguez
yMireya Virgen Rodríguez Pérez, 2014
© Sobre la presente edición:
Editorial de Ciencias Sociales, 2017
ISBN 978-959-06-1939-7
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RUTH CASA EDITORIAL
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Queda prohibido no buscar tu felicidad
No vivir tuvida con una actitud positiva,
No pensar en que podemosser mejores.
Pablo Neruda
Para Vivian Varona Rodríguez,
nuestra hija,
nuestra mejor obra
A principio del sigloxxiseincrementóla cantidaddehombresymujeres que se pronunciaron de alguna manerapara solucionar graves problemas actuales como: el uso inadecuado delos logros de la ciencia y la tecnología, lo cualno pocas veces ocasiona daños al medioambiente, enfermedades y muertes;el despilfarro de los recursos naturales que se hace sinpensar en el deterioro del planeta; la reducción de puestoslaborales y el consiguiente aumento del desempleo; el crecimiento delhambre y la miseria hasta llegar a niveles infrahumanos; laaplicación de políticas en la educación y la salud públicaque perjudica sobre todo a los llamados sectores vulnerables, entreotros más, que no son consubstanciales al ser humano, niparte constitutiva de la cultura, sino resultados de bajas pasiones (como la avaricia) y de errores no pocas veces cometidoscon la plena conciencia de la posibilidad real de errar.En esas mismas personas, cansadas de vivir en medio dediscrepancias, discriminaciones, rencores y odio, crecen los deseos de llegara sentir benevolencia, solidaridad, tolerancia, amor.
Hoy la situación dela humanidad es catastrófica y exige una solución radical; sinembargo, en medio de tantos problemas que dependen en granmedida de los propios hombres y mujeres, no apreciamos demanera general un marcado interés por el mejoramiento humano,inclusohay quienes, con amplios y profundos conocimientos, opinan que pretenderlo es una obstinación descontextualizada o una utopía totalmente descabellada pues hoy la humanidad vive una crisis insuperable que la conduce a una hecatombe final, la cual ha de estallar inevitablemente en algún momento.
Por desgracia, esas consideraciones no son, en el sentido estricto de la palabra, inconsistentes ni inciertas, pues además de los problemas referidos anteriormente, se hace cada vez más fácil tropezar con personas en quienes es notoria la pobreza espiritual, manifiesta en el descuido del enriquecimiento espiritual, o peor aún, en que se menosprecia o ignora, así como en la preferencia por las trivialidades y lo pedestre.
La pobreza espiritual, en tanto síntoma básico de degeneración humana, encamina a no pocos estudiosos a pensar en sus causas, consecuencias y soluciones para eliminarla o por lo menos para frenarla o atenuar su presencia. Así sucede con el autor italiano Remo Bodei, quien declara:
Otra cosa nos inquieta más comoexpresión de lo feo y de la usura del sentido,indicio, a su vez, de los riesgos de empobrecimiento yde estandarización de la experiencia. Se trata de la miseriade lo insignificante; el placer regresivo de ver volver loque ya se conoce y, por ello, da seguridad; lamartilleante repetición de lo siempre igual; el triunfo de labanalidad y de la cháchara; el aturdimiento mental y emotivo;el virtuosismo determinado a sí mismo; la inutilidad de tantosintentos de creación de nuevas formas de expresión.1
1RemoBodei:Laformadelobello,Visor,Madrid,1998,p.157.
En Cuba la pobreza espiritual desde hace unos años se hace cada vez más palmaria, y, de igual manera entre sus manifestaciones está la tendencia a sobredimensionar los bienes materiales y simultáneamente a minimizar la atención por el enriquecimiento espiritual, inclinación que se observa tanto en niños y niñas, como en jóvenes y adultos de ambos sexos, independiente del lugar de residencia, nivel de instrucción o cualquier otro parámetro diferenciador. Al mismo tiempo se hace sentir y no de manera menos alarmante, en el crecimiento de la cantidad de personas quienes prefieren lo banal, hacen de la chabacanería un rasgo de su vida o muestran indolencia ante los problemas y necesidades de los otros seres humanos.
Una vía para oponersea la pobreza espiritual es la realización y difusión deestudios que estimulen los mejores componentes del universo espiritual, que,acentuando la aprehensión de las cosas bellas, enseñen a distinguirlo burdo y lo refinado, lo perecedero y lo memorable y, sobre esta base, logren avanzar en el difícil camino del mejoramiento humano y en la activación de la subjetividad: fuerza creadora humana, que como simbiosis de razón, sentimiento y voluntad, se erige sobre la práctica y se encamina a ella afianzada en la cultura, donde halla sus mayores puntales y derroteros para vencer obstáculos, trazar metas superiores y avanzar a niveles cada vez más elevados en el continuo proceso de humanización.
El ser humano por esencia es perfectible; afirmación, cuya veracidad la demuestra la historia de la humanidad. El mejoramiento humano no es solo una aspiración, es una obra viable que se realiza día a día en correspondencia con las características, exigencias y metas de cada etapa histórica; es una conjugación del presente con el futuro sobre la base del pasado y no es una tarea parcial, antes bien, es multilateral e incluye el intelecto, los sentimientos, la voluntad, el cuerpo, las condiciones de vida y trabajo. El concepto mejoramiento humano está relacionado con el de desarrollo, el cual “debe ser concebido como un estado en constante perfeccionamiento, como metas que se alcanzan en determinadas etapas, o se incrementan y mejoran cualitativamente en otras, para generar un mayor bienestar en la sociedad”2 y en cada individuo; el ser humano debe ocupar el centro de toda política que tenga como meta el desarrollo, sin descuidar el medioambiente.
2RaúlGarcés: “¿Quédesarrollo?:unsimposio”,enTemas,no.71,LaHabana,julio-septiembre,2012,p.5.
No obstante la visión multilateral que ha de prevalecer en aras del mejoramiento humano, en los tiempos que corren es imprescindible e impostergable brindarle una mayor atención al enriquecimiento del universo espiritual. La familia y la escuela (con sus diferentes niveles, incluida la universidad) son dos marcos de los cuales no se puede prescindir si se trata de luchar contra la pobreza espiritual; la instrucción y la educación (en unidad dialéctica y con la influencia que ejercen sobre las costumbres, los hábitos y las tradiciones) son vías para mejorar al ser humano y, de hecho, para enriquecerlo espiritualmente; pero no se puede menospreciar la sociedad ni la cultura. Y algo más: no solo debe atenderse con el mayor esmero el estudio, el trabajo y la defensa de la patria; es preciso brindarle una mayor atención a la recreación, el tiempo libre y el ocio,3 los cuales nunca deben concebirse como momentos para retroceder a niveles superados y menos aún para volverse animales. Un lugar destacable para recrearse y disfrutar el tiempo libre lo tiene el cine, y no limitamos a ello su existencia.
3Enalgunosidiomasexisteunapalabraparareferireltiempolibreenelsentidodeocioproductivo,esdecir,recreación,diversiónydescansoprovechososparaelserhumano;porejemplo,enportugués,lazeryócio,quesetraducenalespañolcomo“ocio”.
Con frecuencia se oye decir en muchas conversaciones cotidianas y debates científicos que la pobreza espiritual es un problema de la cultura y que en ella es donde se puede hallar soluciones. Pero hay un aspecto atener en cuenta y es que cultura hoy (desde haceun buen tiempo) es una de esas palabras socorridas, deuso común, diario e indiscriminado no pocas veces. En torno a ella hay una bruma que con frecuencia entorpece el entendimiento entre quienes la refieren, y no está demás recordar que no basta con expresar las ideas (algo ciertamente de suma importancia), sino lograr que se entienda lo que se expresa, que llegue con precisión a quienes lo reciben; ese es un modo de evitar la ambigüedad y con ella la confusión.
En el caso de la cultura, el estrictoentendimiento suele afectarse, entre otras causas, por la diversidad deconceptos que existen acerca de ella: para unos es todolo que diferencia al ser humano de la naturaleza (comosi los seres humanos no fueran parte de la naturaleza),para otros es el arte y la literatura (esta miradacuando más se amplía, abarca las costumbres, pero casi siempre relacionadas con el arte y la literatura; si se quiere un ejemplo, solo hace falta ponerse en contacto con los espacios noticiosos cubanos, la mayoría de los periodistas y reporteros limitan la cultura a este perímetro), para unos terceros (entre miles que pudiéramos citar) se trata de un nivel de desarrollo alcanzado, lo cual posibilita hablar de personas y pueblos con cultura o carentes de ella.
En medio de la pluralidad de nociones en torno a la cultura y en aras de reflexionar en torno al mejoramiento humano, son necesarias algunas consideraciones teórico-conceptuales.
Tal vez para algunoslectores sea una exageración y una alarma desmedida e infundadaafirmar que crece sostenidamente el menosprecio por la teoría. Noes que abiertamente se nieguen su importancia o la necesidad desu estudio y desarrollo, es que con frecuencia se ignorao desoye a quienes dedican sus capacidades intelectuales al trabajoteórico profundo. ¿Causas?, muchas pueden ser, como la prevalencia dela mente ingenieril, acorde con la celeridad propia del desarrollocientífico-tecnológico que envuelve y mueve a la humanidad aprincipios del sigloxxi, así como los deseos de aprovecharcon eficiencia el tiempo y optimizar el trabajo. No obstante,los teóricos no nos detenemos, convencidos de la utilidad denuestros estudios y sus resultados, que no han de sobrevalorarsecon respecto a la práctica. Dicho sea de paso, noha de olvidarse que la práctica sin teoría es ciega,así como la teoría sin la práctica es vacía.
Aludimos el trabajo teórico porque nos parece que hay que dedicarle más atención en la actualidad a destacar su importancia, incrementar sus frutos y difundirlos, justipreciándolo, y lo decimos conscientes de que hay una situación real: quien se desentiende de la teoría, pocas veces (o nunca) se pone en contacto con ella.
En esta oportunidad no es objetivo nuestro desarrollar una metateoría en torno a la cultura, no obstante, creemos que es oportuno escribir algunos renglones acerca de este tema. En el universo teórico que se ha construido a propósito de ella hay una posición fundamental, básica, que es conveniente puntualizar desde el inicio: el surgimiento y desarrollo del ser humano y su cultura es un proceso simultáneo. De tal modo, carece de fundamento referir que la existencia humana tuvo una etapa cuando estaba ausente la cultura. En verdad lo que han existido diversos niveles culturales, y hoy continúan existiendo. Deahí que sea posible y valioso transitar de un gradocultural a otro superior, lo cual en cierta medida coincidecon el proceso de humanización.
La palabra cultura lleva ensí una gran carga polisémica y conflictiva, ambos rasgos estándados por varias condicionantes: la complejidad del contenido que refiere (el cual marcha al ritmo de la vida humana consus crecientes complicaciones), el continuo y variado empleo que sele da, la existencia de innumerables concepciones acerca de elladesde diversos y encontrados puntos de vista y, resultante deello, la copiosa bibliografía que se ha generado al estudiarlacon disímiles basamentos filosóficos, objetivos e ideologías, en todo locual incide el grado de amplitud mental del estudioso. Ademáscabe agregar que constituye un universal que se usa paraeconomizar palabras e ideas, propiedad que favorece una utilización nopocas veces desmedida e incluso insustancial.
En la bibliografía sobrela cultura se destacan, entre otras posibles, dos grandes líneasde investigación: una es la que se dedica alestudiode las manifestaciones culturales (el estudio de una existencia concreta)y la otra, la que se enfila a la teoríaacerca de la cultura. Las fronteras entre ambas muchas vecesse desdibujan y llegan a ser borrosas, por cuanto casisiempre los estudiosos las tienen en cuenta alas dossimultáneamente, las mezclan e incluso las fusionan en un texto,donde no es extraño que se dificulte su delimitación. Noobstante, sin pretender escindirlas, en este trabajo le damos mayoratención a la teoría, específicamente a las concepciones que sehan desplegado acerca de la esencia de la cultura.
Al adentrarnos en labibliografía que existe acerca del presente tema, nos vimos frentea situaciones problémicas y a preguntas aparentemente inconexas entre sí,como: ¿la cultura incluye, tanto lo bueno y lo bellocomo lo malo y lo feo? o ¿excluye lo negativopara abrigar solo lo positivo?; ¿es un sistema de hechoso algo más?; ¿amerita dedicarnos a reflexionar acerca de estetema cuando acerca de él existe una cantidad de textosde una magnitud y diversidad sorprendentes y es cada vezmayor el número de estudiosos de disímiles especialidades dedicados aél, con variedad de perspectivas y propósitos, por lo cualresulta en extremo difícil realizar aportes? Pero las interrogantes envez de alejarnos de su estudio, incrementaron nuestro interés yloemprendimos con una óptica universal, integradora (todo-parte, parte-todo) y cosmovisiva para destacar su esencia y relaciones, sobretodo las más profundas, sin particularizar ni ahondar en casosespecíficos, aunque no desestimamos realizarlo si fuera necesario.
No pocoslingüistas consideran que la palabra cultura derivadellatíncolere-colui,4quesignificacultivoocuidadoparaobtenerprovechosytienerelacióndirectaconloquealgunos griegos dela antigüedad (sobre todo los sofistas) llamabanpaideia; a propósitode este término vale un comentario del autor Wegner Jaeger,toda una autoridad en los estudios acerca de la Greciaantigua. Según él, este vocablo tenía una enorme amplitud quepodía abarcar la totalidad de lo que enla modernidadpasó a ser diferentes aristas de la vida humana, peromuy relacionadas entre sí: civilización, cultura, tradición, literatura, educación. Alrespecto puntualiza: “Cada uno de estos términos se reduce aexpresar un aspecto de aquel concepto general, y para abarcarel campo de conjunto del concepto griego sería necesario emplearlostodos a la vez”.5Más adelante puntualiza que apartir del sigloiva. n. e.,cuando este conceptocomenzó a establecerse, los griegos “denominaron paideia a todas lasformas y creaciones espirituales y al tesoro entero de sutradición, del mismo modo que nosotros lo denominamos Bildung ocon la palabra latina cultura”.
4VerAnaKristova:Direccióncientíficadelacultura,EditoraPolítica,LaHabana,1984,p.2.
5VerWegnerJaeger:Paideia.Losidealesdelaculturagriega,2t.,EditorialdeCienciasSociales,LaHabana,2010,t.1,p.1.SobrelapaideiasepuedevertambiénaNicolásAbbagnano:HistoriadelaFilosofía, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971,t.1,p.42.
A propósito de la últimaparte de las anteriores palabras de Wegner Jaeger, no hallamossuperfluo añadir que el vocablo alemánBildungse traduce alespañol como formación, educación, ilustración, enseñanza e incluso cultura yproducción, todo lo cual está implícito en la afirmación dedicho autor. Sacamos a relucir esto no por ser undetalle, sino porque en la misma traducción está implícita laamplitud del sentido originado en la Grecia antigua donde delas formas y creaciones espirituales y del tesoro de sutradición no se excluía la educación. Y nos preguntamos cómoes posible que haya quien hablede educación por unlado y de cultura por otro, algo con relativa frecuenciaen estos tiempos, sobre todo entre quienes reducen la culturaa la creación artística y literaria.
Como portador de laherencia griega, eltérminoculturaseasentóllevandoensíunadimensiónuniversalymúltiple,sibienenlosprimerostiempossuutilizaciónestuvoenlazadaalatierraysucuidado,dedondeprocedeelvocabloagricultura,elcualentonces(yactualmenteensentidogeneralesasí)incluíatodocuantoloshombresylasmujeresrealizabanenlatierra,asícomolasnormas,costumbres,creencias,ceremoniasenlazadasconella,pero(estoesmuyimportante)siempreparaalcanzarbeneficios.
Enelaño45a.n.e.,segúnestimacioneshistoriográficas,MarcoTulioCicerónpublicósusDisputasTusculanasyenellasledaunsentidodiferentealtérminoculturaalextenderloalcuidadodelespíritu.Estaposiciónquedademanifiestocuandoformulalatesisdequeculturaanimiautemphilosophiaest,esdecir, “laculturadelespíritueslafilosofía”,6dedondenoseexcluyelaamplitudnielbeneficio.
6VerV.Mezhuiev:Laculturaylahistoria,EditorialProgreso,Moscú,1977,p.27.
Apartirdeestesalto,delatierraalespíritu,lasanteriorescaracterísticasesencialesdelacultura,osea,laamplitudylaobtencióndebeneficios,setrasladaronaotrascombinaciones,conel significado de función de algo, por ejemplo,cultura jurispara referir la elaboración y uso de normas de conducta;cultura litterarum, enlazada al perfeccionamiento de la literatura;cultura linguae, vinculada al perfeccionamiento del idioma. Este tipo de utilización semantuvo hasta el sigloxviii, cuando, como demostró el lingüistaalemán I. Niedermann, comenzó a utilizarse como término léxico independiente.7
7Ídem.
De la anterior parcelación no podemos dejar de mencionarsu presencia en la actualidad. La vemos cuando se hablade diferentes tipos de cultura: artística y literaria, científica, deportiva, medioambiental, política, etc., con las cuales se da a entenderel universo que existe en algo específico (dentro de lacultura como una sola que es), el cual está formadopor costumbres, normas, propósitos, estilos, resultados, valores, entre otros rasgos. No es difícil entender que en este fraccionamiento no estáausente la vastedad de la cual hacíamos referenciacon anterioridad, como tampoco el beneficio, que no es tal si noseconcibe como desarrollo, como superación dialéctica, con momentos deruptura, continuación y superación.
Sobrelabasedelasideasprecedentesquedaclaroquealusarlapalabraculturanobastaconpensarenlaproducción,transmisión,recepciónyconsumodelaobracreadorahumana(quealude,dehecho,alatransformacióndelanaturalezaporelserhumano),puesfaltaloesencial:elcuidadoyconéllosbeneficios,lamejoría,elperfeccionamiento,eldesarrolloresultantedelaobracreadoraylaacciónqueestaejercesobreelserhumano,entantocreadoryconsumidor.
Si de la historiadel concepto cultura se trata, un período que nos parecedestacable es el renacentista (siglosxivalxvi) cuando creceel número de hombres y mujeres quienes les dan asu vida mayor independencia, aflojan las ataduras a las creenciasdivinas que durante centurias los habían sojuzgado y hacende la capacidad humana de conocimiento y dominación un centrode especial atención. Esta época (la del Humanismo como movimientointelectual que tiene como protagonistas a los hombres y lasmujeres reales, su libertad y mejoramiento como existencias terrenales) favoreceque la cultura sea apreciada cada vez más como creacióndel ser humano, con sus propias fuerzas físicas e intelectuales, aunque fuera tenida como algo supremo, propio de los sabiosy poderosos.
Elaño1684esotrodeesosmomentosmemorablesencuantoalatemáticaquenosocupa.LasingularidaddeestafechalamarcalaobraAcercadelderechonatural,deSamuelvonPufendorf.Enellasuautorconcibelaculturacomoproductodelacreacióndelserhumano,resultadodesuactividadycomplementodesucuerpoyvoluntad,queloenalteceycontraponealanaturaleza,alacualhadeenfrentarseparaafianzarse.8Noesdedudarqueseadeaquídedondepartela opinión muy difundida no solo entre estudiosos de estostemas, sino entre quienes están enlazados directamente a su estudio: cultura es todo cuanto hacen los seres humanos, que lodiferencia de la naturaleza, sobre todo de los animales.
8VerAnaKristova:ob.cit.,p.3.
EnlasideasdePufendorflaculturaaparececomoalgoqueseobjetiva,esdecir,queaunquehasidocreadaporlossereshumanos,tieneexistenciafueradeellosysimultáneamentedevienecontextodesudesarrollo,separadodelanaturaleza,peromásqueeso,enfrentadoaella,ideaestacontralacualactualmenteseoponeunnúmerocrecientedepersonas,estudiososdeestostemasosimplementequienestomanconcienciadelaurgenciadetenerrelacionesdehermandadconlanaturaleza,delacualsomosparteinseparable.
Durante el siglo xviii la cultura es centro y motivo de un número considerable de reflexiones y puntos de vista.9 En ello son significativos varios factores, como los progresos en la industria, el enriquecimiento de los conocimientos científicos y filosóficos, así como la pretensión de la burguesía, todavía joven y revolucionaria, de superar a la nobleza en todos los sentidos, incluida su suntuosidad.
9VerPabloGuadarramaGonzálezyNicolásPereleguin:Louniversalyloespecíficoenlacultura,EditorialdeCienciasSociales,LaHabana,1990;PabloGuadarramaGonzález:Culturayeducaciónentiemposdeglobalizaciónpostmoderna,EditorialMagisterio,Bogotá,2006.
Un rasgo esencial que adquiere la concepción de la cultura en el sigloxviii,específicamentecon la Ilustración, esla tendencia a eliminar el carácter aristocrático con el quese había concebido anteriormente y se comprende como un instrumentode renovación de la vida social e individual a tenorcon las aspiraciones de igualdad, libertad y fraternidad que proclamabala burguesía ascendente. Los pensadores de esta centuria, sobre todolos ingleses, franceses y alemanes la ubicaron en el centrode los estudios filosóficos, valoraron sus elementos constitutivos y susfunciones, ya que su conocimiento facilitaba la regulación y direccióndel movimiento social y se avenía a sus propósitos deextender la crítica racional a todos los posibles objetosdeinvestigación, así como de difundirla al considerarla instrumentode renovaciónde la vida social e individual y no patrimonio delos doctos.
En esta época las posiciones racionalistas ejercieron una influencia destacable, en cuyo marco tomaron cauce, tanto las concepciones naturalistas de los ilustrados franceses y alemanes, como las antinaturalistas del idealismo y el romanticismo. El naturalismo presente en este pensamiento era una especie de historicismo teórico limitado por la estrechez con la que comprendieron los fenómenos sociales, sobre todola esencia humana, tenida como eterna e inmutable por verlaatada a su base natural. Una visión similar desplegaron conrespecto al régimen burgués en ascenso. A tono con estaconcepción identificaron la cultura con el proceso de ilustración quefacilitaba la adquisición de los conocimientos y difundieron entre ellosla idea (cercana a Sócrates) de que la ignorancia esla madre de todos los vicios, afirmación que no haperdido vigencia y hoy, a principios del sigloxxi, nose debe olvidar ni menospreciar, aunque el vicioso no siemprees ignorante, ni en todos los casos el sapiente esun virtuoso.
No pocos ilustrados emitieron sus criterios sobre labase filosófica que acabamos de exponer, entre ellos el filósofoy crítico literario alemán Johann G. Herder, para quien lacultura estaba medularmente relacionada con la adquisición de conocimientos yno era una actividad exclusiva para un limitado grupo deseres humanos, sino que era una vía que estaba abiertaa quien tomara la decisión de transitarla y enfrentar obstáculos.Veía su esfera de funcionamiento y desarrollo en la vidaespiritual de la sociedad. Estas ideas son claves para comprenderla concepción de cultura en el movimiento ilustrado, el cualpasó por alto la educación en sí y las relacionesentre los sujetos que la llevan adelante: el individuo yla sociedad. Esto les imposibilitó una mejor comprensión de losdistintos factores que interactúan en la actividad humana y nollegaron a develar las genuinas raíces de la cultura.
Ensu obra inacabadaIdeas para una filosofía de la historiade lahumanidad, Herder expone que la naturaleza y lahistoria humana obedecen a las mismas leyes; aparte de lasdisímiles conclusiones a las cuales se puede llegar a partirde esta opinión, se puede pensar que para Herder entrela cultura y la naturaleza no había una separación insalvableni un antagonismo irreconciliable.10
10VerNicolásAbbagnano:ob. cit.
De modo general, en losilustrados hay una contradicción: conciben la cultura (en tanto cultivo,o sea, ilustración), como acción natural humana y simultáneamente comoun fenómeno que existe más allá de lo natural, porser social. Su causa radica en que para elloslarazón era igual a la naturalidad, el intelecto era elacercamiento ala necesidad “natural” predominante en el mundo. Deeste modo la cultura consistía en la asimilación consciente dela naturaleza. Aquíestá la raíz de que lo culturalfuera considerado como algo natural, en el sentido de consustanciala lo humano.
ApropósitodelSiglodelasLucesesoportunoseñalarlasrelacionesentrelostérminosculturaycivilización, los cuales durante mucho tiempo fueron utilizados como sinónimos.Valeacotarqueel vocablo civilización procede del latín yse usaba como opuesto a salvajismo, barbarie, rusticidad, incultura y que en correspondencia con este criterio, civilizado era el hombre educado; en el siglo xix el romanticismo impuso una diferencia entre ambos vocablos, la palabra civilización se reservó para nombrar el desarrollo económico y tecnológico, lo material, mientras que cultura se dedicó a referir lo espiritual, sobre todo el cultivo de las facultades intelectuales. De ahí que en no pocos textos posteriores prevaleció este criterio y la cultura fue tenida como la producción espiritual, su consumo y cuanto tuviera que ver con ambas acciones.
En el marco de laIlustración, a partir de Jean Jacques Rousseau, surge una tendenciacrítica que se centró en si la cultura contribuía ono al progreso de la humanidad, específicamente en lo moral.Sobre esta base se diferenció del anterior racionalismo y encontróconvergencia con Herder mediante la teoría sobre la interpretación histórico-comparativa de las culturas, a partir de la cual fueelaborada la concepción sobre las civilizaciones locales, capaces de existiraisladamente y, simultáneamente, conservar sus rasgos específicos. Esta línea tuvodiversos continuadores en los siglosxixyxxen labúsqueda de las claves sociales, entre los cuales cabe mencionara Pitirin Sorokin y Arnold Toynbee, así como a losfilósofos Karl Jasper y Martin Heidegger, en el marco delexistencialismo alemán.
Los primeros en percatarse de lo infundado queresultaba el naturalismo, en lo que a la comprensión dela historia humana se refiere, fueron los representantes del idealismoalemán o filosofía clásicaalemana, como también se le conoce (sobre todo en la literatura marxista). Immanuel Kant fue unode los que más tempranamente seentregó a demostrar laincapacidad del naturalismo para explicar elproceso social. Para élla racionalidad del ser humano se manifiesta enlacapacidadde actuar independientemente de la naturaleza; por ende, laculturaes proporcional a la liberación del hombre con respecto ala necesidad natural; así ocurre la emancipación de la anteriordependencia de los deseos humanos respecto a los objetos dela naturaleza.
Immanuel Kant destaca la liberación como tránsito humanode los límites de la naturaleza hacia un mundo moral,que es para él el camino hacia la cultura yal despliegue de su esencia. Algo interesante de Kant, conrespecto a los ilustrados, es que sin negar la necesidade importancia de la educación, duda de los educadores, porlo cual enfatiza en la autoeducación y con ella eldesarrollo de los seres humanos por sí mismos y lasatisfacción de sus necesidades como tales.
De un modo similar,a pesar de las diferencias, ocurre con Hegel, quien aldesarrollar la línea idealista de Kant, se unió a laIlustración y su concepción de la cultura como desarrollo dela conciencia y proceso de educación. No obstante, el enfoqueque da a la conciencia y a la educación sediferencia del de sus predecesores. Para Hegel la cultura tieneuniversalidad espiritual, porque es una adquisición en el proceso deacercamiento al Espíritu Universal, no al mundo natural y sedebe a la capacidad espiritual humana para penetrar en lomás profundo del Espíritu Absoluto.
La cultura de la humanidades para Hegel, como muestra en suFenomenología del espíritu,la materialización del comienzo creador de la razón mundial. Alencarnarse en los tipos de cultura que varían en formaconsecuente, el Espíritu Absoluto realiza el proceso deautognosisdesdela abstracción simple para la denominación de las cosas hastael conocimiento absoluto de las leyes del desarrollo del universo.Así pone sobre el tapete teórico la evolución de lacultura, aunque lineal y única, entendiéndola como existencia abstracto-universaldel ser humano, liberado de lo singular, de lo concretoy de lo práctico existencial, a tono con su visiónde que el hombre es quien sirve a las ideasy no a la inversa. Concibe la esencia de lacultura en la autoconciencia, en su forma de universalidad, depensamiento e identifica con ella la forma lógica de laconciencia; de ahí el papel preponderante, superior, que en lacultura tiene para él la ciencia, en tanto autoconocimiento, autoconciencia.
Apoyados dialécticamente en Hegel y sin abandonar lo mejor dela obra filosófica de la humanidad, Carlos Marx y FedericoEngels a partir de la década del cuarenta del sigloxix contribuyen a formar un mododiferente de entender lacultura, aunque no llegan a sistematizaruna teoría acerca deella. Algo novedoso en ambos pensadores en torno a este temase debe al nuevo modo de ver alser humano, su actividad y la historia. Obras comoTesissobre FeuerbachyLa ideología alemanafundan el núcleo teóricode una nueva mirada a la cultura al comprender lasrelaciones entre la conciencia y la vida práctica y socialhumana y entre esta última y la esencia del serhumano.
Marx y Engels argumentan que la producción material, suintercambio y consumo, constituyen el fundamento de la producción espiritual,aunque vale aclarar que destacaron las relaciones dialécticasque existenentre ambas, por lo cual lo espiritual también influye sobrelo material. Los dos pensadores alemanes (sobre todo Engels)subrayaronla relativa independencia de la producción espiritual con respecto ala material. Esta concepción dialéctica está presente en la comprensiónde la formación económico-social y a partir de ellaaparecen no pocas reflexiones enlazadas a la cultura, incluso conla ausencia de este vocablo.
Enelmismosigloxixhayotroañoimportanteeneldesarrollodelconceptocultura:1871,cuandoelestudiosoinglésEdwardBurnettTylor(1832-1917),devenidoantropólogo,ensuobraLaculturaprimitivaconcibelaculturacomountodocomplejo,dondequedanincluidoselconocimiento,lascreencias,elarte,lamoral,elderecho,lascostumbresycualquiertipodecapacidadadquiridaporlossereshumanosentantomiembrosdelasociedad.LaamplitudyprofundidadalcanzadaporE.B.Tylorinfluyesobreotrosestudiosos,comoClydeKluckhon,quienentiendelaculturacomounmodototaldelavidadeunpueblo,legadoqueelindividuoadquieredesugrupo,comoocurreconlamaneradesentirycreer.LainfluenciadeTylorasimismoestápresenteenlasideasdelantropólogobritánicodeorigenpolacoBronislawMalinowsky(1884-1942);muestradeelloessulibroLosargonautasdelPacíficooccidental,dondealmismotiempoponedemanifiestosuconsideracióndequelasinstitucioneshumanasdebenanalizarseensucultura,lacualentendíacomoelcontextogeneral.11
11VerCliffordGeertz:Lainterpretacióndelasculturas,Gedisa,Barcelona,1988.
Enel sigloxxtambién pudiéramos señalar fechas significativas en tornoal estudio de la cultura, pero lo que nos parecedestacable es quea lo largo de esta centuria labibliografía acerca de ella creció como nunca antes y setornó mucho más copiosa. En correspondencia, las concepciones acerca deesta temática aumentaron, portando una llamativa diversidad de criterios, muchosopuestos entre sí e incluso antagónicos.12
12VerTomásR.AutinMillán: “Paracomprenderelconceptodecultura”,enUNAP.EducaciónyDesarrollo,año1,no.1,Chile,marzo,2000.Ver,además,RamfisAyúsReyes:Laaventuraantropológica,EditorialdeCienciasSociales,LaHabana,2007.
En la profusa bibliografía del sigloxxen tornoa la categoría cultura (la cual creció sostenidamente a lolargo de la centuria), entre los entretejidos de reflexiones ydebates están los que se centraron en si su esenciaestá en los valores o en la actividad. Esta mallateórica sobresalió con creces en un sinnúmero de artículos, ensayos, monografías y libros, entre los cuales abundaron los textos oriundosde los antiguos países socialistas del este de Europa ysobre todo de la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Como algo complementario señalamos que de ese volumen de obras, una buena cantidad de textos (con significativa variedad) llegó aCuba durante las décadas de los 60, 70 y 80del sigloxxy que, según nos consta por laactividad profesoral que hemos ejercido, tuvieron una incidencia considerable enla docencia, sobre todo la universitaria. Este material bibliográfico nodebe ser ignorado, porque entre criterios descontextualizados y superados hayotros vigentes y capaces de motivar reflexiones en los estudiososde la cultura y temas afines (no solo historiadores) alhallar teorías, puntos de vista, criterios, polémicas, excesos, negaciones, tendencias, entre otros asuntos más, capaces de catapultarlo hacia nuevos nivelesheurísticos y epistemológicos. Insistimos en un principio elemental: se debetener cuidado para no desechar con la hojarasca las floresy yemas con posibilidades para retoñar. Solo asume posiciones nihilistasquien es acrítico y actúa a toda ultranza.
Para ganarclaridad en cuanto a los nexos entre la esencia dela cultura, los valores y la actividad tratados en labibliografía de lospaíses socialistas de Europa y la extintaUnión Soviética, específicamente durante las mencionadas décadas, se puede destacarque dentrode las características comunes a esta fuente bibliográficaestán: la prevalencia del interés por el rasgo fundamental queidentifica la cultura y su diferencia con otros conceptos desimilar nivel de generalización; el fundamento metodológico marxista-leninista dadopor la concepción materialista de la historia y la prácticasocial; la aprehensión compleja de sus manifestaciones y del caráctercontradictorio de su esencia, sobre la base de la consideracióndel tipo dominante de relaciones de producción como el elementobásico, donde se genera, tanto la cultura como las formasque adopta la superestructura en una formación económico-social determinada; el carácter clasista de la cultura en las sociedades dividasen clases; la atención a la historicidad; la correspondencia entrelas manifestaciones culturalesy las condiciones histórico-concretas en queaparecen, se desarrollany transforman, donde son importantes las circunstanciasparticulares en la cual quedan incluidas las características y exigenciasde la época histórica y de cada pueblo, así comode cada región y país.13
13VerPabloGuadarramaGonzálezyNicolásPereleguin:ob.cit.,p.33.
En la bibliografía soviéticaque nos ocupa, uno de los autores de quien nosparece oportuno destacar sus criterios es V. Mezhuiev,14sobretodo lo concerniente a que los estudios en torno ala cultura que entonces se desarrollaban en la URSS sepodían agrupar en dos líneas: una orientada a los valores(en este caso la cultura era concebida indisolublemente ligada alsentido de lo positivo, de lo bueno yennoblecedor); otracentrada en la actividad humana. Vale destacar que el autorsubrayaba dentro de la segunda línea que acerca de lacultura se habían llegado a conformar los siguientes criterios: a) es resultado de la actividad humana; b) incluye la actividadhumana; c)no abarca toda la actividad humana, sino solamentesu base tecnológica, es decir, medios y mecanismos; d) essolo actividad creadora. Este entretejido de opiniones no ha perdidovigencia, pues aunque existan estudiosos con criterios consolidados sobre algunode los mencionados aspectos, no es menos cierto que acerca de ellos aún se puede debatir.
14VerV.Mezhuiev:ob.cit.,p.98.
También se puede polemizar (y mucho) acerca de otro de los tópicos a los cuales le brinda atención el propio V. Mezhuiev. Esta vez se trata del criterio de algunos teóricos en cuanto a la conveniencia de no usar más el término cultura. Pero lo llamativo de esta opinión es que no se debía a la complicación que aporta la excesiva bibliografía ni a la ambigüedad que tal concepto puede engendrar, sino a que este, por lo general, exige un punto de referencia que puede ser arbitrario.15 Esto nos hace recordar que durante el período desde los años 60 hasta finales de los 80 en la literatura especializada marxista no era difícil encontrar la diferenciación entre la cultura material y la espiritual, separación que aunque por lo general se trataba de explicar de modo dialéctico, no pocas veces era esquemática y arbitraria.
15Ibídem,p.119.
A tono con la primera línea que señala V. Mezhuiev en la bibliografía que nos ocupa, durante un tiempo considerable muchos autores vieron la esencia de la cultura en el conjunto de valores materiales y espirituales creados por los seres humanos. Portadora de este matiz es la siguiente definición que data de los años 80, según la cual la cultura es “el conjunto de valores materiales y espirituales creados y que se crean por la humanidad en el proceso de la práctica socio-histórica que caracterizan la etapa históricamente alcanzada en el desarrollo de la sociedad”.16
16Diccionariodefilosofía,EditorialProgreso,Moscú,1984,p.98.
Con el concepto cultura material los autores que lo empleaban hacían referencia a las máquinas, los instrumentos de producción empleados en la esfera material y los productos del trabajo humano que satisfacen necesidades materiales, como la vivienda, el vestido, la alimentación, etc. y la experiencia para lograrlos. En ellos se subrayaba que denotan la capacidad desarrollada por los seres humanos para reelaborar el objeto de trabajo y que caracterizan sus gustos. Mientras tanto, en la cultura espiritual se recogían las formas de la conciencia social, los sentimientos, la capacidad intelectual y volitiva y todos los medios para su desarrollo, así como los resultados derivados de todo ese gran universo, que contenían múltiples engranajes sumamente complejos: no obstante la complejidad con que era concebida y tratada la cultura en el plano espiritual, era transmitida con un sentido poco dinámico, que llegaba en ciertos casos a dar la idea de algo estático o por lo menos muy estable.
Esta división en material y espiritual fue utilizada habitualmente, sobre todo en la docencia universitaria, donde una cantidad nada despreciable de profesores le reconocía operatividad. Para incrementar el valor práctico de la división y aprovecharlo aún más, con frecuencia la cultura se limitó al plano espiritual (cuyas raíces, como vimos anteriormente, están en siglos anteriores), porque se consideraba que así se concretaba su significado y se le otorgaba mayor funcionalidad. Esta modalidad se utilizó con una sistematicidad más notoria para tratar los cambios resultantes de la revolución cultural que se operaban en los lugares donde había triunfado una revolución socialista y se edificaba la nueva sociedad.
La cultura, limitada al plano espiritual, se enmarcaba en la superestructura, peroel mayor énfasis se le brindaba al arte y laliteratura, aunque no faltaron autores quienes atinadamente incluyeron asimismo la ciencia y la educación. En esta modalidad se hacía alusión a las necesidades espirituales, así como a los intereses, fines y medios para satisfacerlas, tanto de los individuos, como de los grupos sociales y comunidades completas. Esta tendencia favoreció la elevada estimación del componente moral de la cultura y con él, de lo aceptado éticamente como positivo; asimismo se excluía lo negativo, lo regresivo y lo retardatorio.
Otros estudiosos vieronla esencia de la cultura en la actividad social, porque, entre otros argumentos, ella era la que diferenciaba lo culturaly lo creado por la naturaleza. Estos estudios destacaban elcarácter social de la cultura y ofrecían unaidea dela magnitud que tiene como segunda naturaleza; a su vezengendraron múltiples interrogantes, como: ¿es la cultura resultado o proceso? En estos debates maduró el criterio según el cual lacategoría que nos ocupa se entendió como actividad, segunda líneaa la cual se refería V. Mezhuiev y que citamosanteriormente.
Relacionados con esta segunda línea cabe apuntar que enla literatura filosófica soviética de este período apareció un cúmulonada despreciable de textos sobre la cultura en su vínculocon las relaciones sociales. Acerca de este aspecto Pablo Guadarramay N. Pereleguin afirman que entre los criterios más difundidosestaban los de: M. S. Kagan acerca de la relación sujeto-producto; E. S. Markarian con su definición de la cultura como función de la sociedad; V. E. Davidovich y Y. A. Zhdanov, con su afirmación de que las relaciones sociales son la base de la cultura como modo de actividad,17 entre muchos más. Algunos de estos autores, como estos dos últimos, se negaron a considerar las relaciones sociales como fenómenos de la cultura, ya que las veían como premisas.
17VerPabloGuadarramaGonzálezyNicolásPereleguin:ob.cit.
Al listado de autores que acabamos de mencionar le añadimos otro: J. Savranski,18 de quien nos llama la atención que considera la cultura como un sistema multifuncional abierto, que permanece en constante interacción con otros sistemas, sobre todo el socioeconómico, respecto al cual, según el mencionado autor, viene a ser un subsistema particular. No nos parece desacertado pensar en la existencia de nexos entre estas consideraciones y la opinión según la cual las relaciones sociales y ante todo las relaciones de producción constituyen premisas del desarrollo de la cultura.
18J.Savranski:Laculturaysusfunciones,EditorialProgreso,Moscú,1979,p.67.
El establecimiento de estrechas relaciones entre lo social y lo cultural e incluso la identificación entre ambos, aparte de los lados negativos que puede tener, es significativo en tanto tendió a la eliminación de la contraposición entre el sujeto de la cultura, es decir, los seres humanos con sus relaciones, y el objeto, o sea, la cultura en sí misma. A propósito de esta posición es conveniente tener presentedos puntos: uno, que las relaciones sociales, como parte del sujeto, se transforman dialécticamente en objeto, y dos, que por esta vía es posible captar el carácter social de la cultura y relacionar estrechamente su interpretación con la riqueza que encierran las relaciones sociales.
Los intentos de delimitar conceptualmente la cultura y la sociedad motivaron el despliegue de otros criterios. Uno de ellos consistió en identificar la cultura con la actividad creadora, como ocurre con el ya aludido autor V. Mezhuiev19 para quien esta es tal porque crea objetos nuevos y superiores, pero sobre todo por la autorrealización activa de las capacidades humanas y el desarrollo del individuo como sujeto social. De ese modo, bien visto este criterio, en el carácter creador lo decisivo es la acción ennoblecedora sobreel ser humano y no la objetivación, que se haceevidente en resultados puramente externos. Tal opinión conduce, a lalarga, a concebir la cultura como fuente de valores yse inscribe, de cierta manera, en las dos líneas mencionadas.
19VerV.Mezhuiev:ob.cit.
Otro rumbo, no lejano al anterior, se muestra al entenderla cultura como modo de actividad. Un ejemplo de losautores que sostienen este criterio es E. S. Markarian,20quien la concibe como modo de existencia humana y resultadode esta actividad que se objetiva en los instrumentos detrabajo, las tradiciones y sistemas de representaciones. Markarian tambiénle otorga una importancia crucial a los medios especiales, suprabiológicos,que los seres humanos elaboran y los cuales aseguran larealización de su actividad vital, así como de la propiamentehumana.
20VerPabloGuadarramaGonzálezyNicolásPereleguin:ob.cit.,p.135.
En todo este bosque teórico, de diferentes maneras seenfatiza la relación activa de los seres humanos con elmundo circundante, y con la cual convierte en objeto unaparte de la naturaleza o de lo creado por élmismo. Creemos que no está demás referir que en larelación sujeto-objeto se integran dialécticamente los momentos práctico, cognoscitivoy valorativo, de los cuales el fundamento es el primero,o sea, la práctica: actividad material, sensorial humana y transformadora,que es un proceso esencial de interacción, en cuyo devenirhay una conversión dialéctica entre lo ideal y lo material,a la luz del carácter decisivo de las necesidades, intereses,fines y medios, así como de las condiciones que lesirven de premisa y entorno.
Por su parte, la actividadcognoscitiva refiere el proceso de construcción del conocimiento acerca delobjeto, que expresa en principios, leyes, categorías, hipótesis, tesis, teorías,etc., y la valorativa o axiológica tiene lugar en elvínculo dialéctico práctica-conocimiento y es el modo en queexisten las necesidades, intereses y gustos de los seres humanos,en tanto enjuiciamiento para determinar su significación humana, que serevela en valores. Tampoco es superfluo apuntar que entre lossujetos se desarrolla un tipo específico de intercambio de actividad,que es la comunicativa, la cual, para ser entendida profundamenteha de concebirse sobre la base real y objetiva dela práctica, las relaciones sociales y la esencia sociohistórica delos seres humanos, quienes se objetivan en su propia obrae intercambian actividad, o sea, se comunican con otros semejantessuyos. En esa reciprocidad cada ser humano participante es sujeto,cuya actitud hacia los otros sujetos es la comunicación, lacual se expresa en sistemas de señales o códigos.21
21ParaprofundizarenestecontenidopuedeverRigobertoPupoPupo:Laactividadcomocategoríafilosófica,EditorialdeCienciasSociales,LaHabana,1990,pp.85-121.
El hecho de concebir la cultura relacionada a la actividaddeviene una base de incalculable valía para aprehender y concebiral ser humano de un modo múltiple y sistémico, asícomo para entender la desalienación y el mejoramiento humano concarácter integrador y alcance de grandes proporciones. No obstante, alabstraerla de los valores solo se consigue separar esquemáticamente doscomponentes que existen unidos de modo dialéctico.
Sobre la basede las posiciones precedentes enfatizamos que el contenido verdadero dela cultura lo constituye el desarrollo no solo de lasociedad (entendida como un sistema formado por los seres humanos,las instituciones que crean y sostienen, así como las múltiplesrelaciones entre todos ellos), sino también del propio individuo comosujeto social. En la medida en que la actividad delindividuo resulta inherente a su personalidad y es para élno solo medio para conseguir resultados puramente externos, sino condición,modo de existencia y desarrollo personal, la actividad humana adquieresignificado de creación cultural.
Si hemos sacado del baúl delos recuerdos algunas de las consideraciones de autores marxistas delos años 60, 70 y 80 del pasado siglo, pertenecientesal extinto mundo socialista europeo se debe a que sobreellas hemos erigido nuestro criterio de que la esencia dela cultura está en la actividad humana, tanto el procesoen sí mismo de creación de bienes (materiales y espirituales),como su distribución, almacenamiento y consumo; pero como acabamos dedecir, se trata de bienes, de ahí sus inquebrantables nexoscon los valores.
Desde diversas perspectivas la cultura ha ocupado laatención de no pocos pensadores cubanos, cuyas ideas pueden destacarsepor las enjundiosas generalizaciones, la valía metodológica, los vínculos conla sociedad (particularmente la cubana) y con la política nacionalo extranjera, entre otros aspectos. Durante la vigésima centuria crecióconsiderablemente el interés en estos temas. Tal afirmación no significaque anteriormente no se le diera importancia a esta temáticao que no hubiera reflexiones valiosas en torno a ella, lo que ocurre es que en los siglosxxyxxies cuando hemos encontrado mayores contribuciones al tema quenos ocupa en el presente texto.
De los pensadores dela primera mitad de la vigésima centuria nos llaman laatención algunas reflexiones de Julio Antonio Mella, Jorge Mañach yJuan Marinello. No son los únicos dignos de ser tenidosen cuenta; largo puede ser el listado de quienes entoncesofrecieron criterios valederos por su profundidad, por ser reflejos desu tiempo, por su espíritu patriótico o revolucionario, por suvigencia. De Mella, Mañach y Marinello nos motiva un rasgocomún: el énfasis que le otorgan al espíritu revolucionario, patrióticoy emancipador de la cultura.
En los textos de JulioAntonio Mella este espíritu es evidente y marcada es asimismola intención que perseguía con la cultura: crear seres humanoscon una nueva conciencia que los movilizara a crear unasociedad superior y a ser capaces de vivir en ella, desarrollándola constantemente: “Nuestra cultura y nuestros esfuerzos tienen como finrevolucionar las conciencias de los hombres de Cuba para formaruna nueva sociedad, libre de parásitos y de los malhechoresque cuenta la actual”.22
22J.A.Mella: “AlosalumnosdelaUniversidadPopular”,enDocumentosyartículos,EditorialdeCienciasSociales,LaHabana,1975,p.100.
Con esa manera de pensar, no puede resultar extraña su atención por la creación yconsolidación de una universidad popular como institución capaz de generarcultura y desarrollarla con un marcado propósito emancipador, que, dichosea de paso, no concebía como la única fuerza paratransformar la sociedad, pero sí muy importante pues podía destruir“una parte de las tiranías de la actual sociedad: elmonopolio de la cultura […] No hay ideal más alto quela emancipación por la cultura y por la acción revolucionaria”.23
23J.A.Mella: “Elnuevocursodelauniversidadpopular”,enDocumentosyartículos,ed.cit.,p.127.
En el ensayoLa crisis de la alta culturaen Cuba,Jorge Mañach deja ver, desde el mismotítulo, que reconoce la existencia de niveles dentro de lacultura, aunque a lo largo del texto a veces hacepensar que su pretensión era referir la necesidad deelevar la cultura y node mostrar la existencia deun nivel supremo; no obstante, al inicioiguala la alta cultura con “el conjunto organizado de manifestacionessuperiores del entendimiento”24y seguidamente asegura que es un “agregado de aportes intelectuales, orientados hacia un mismo ideal yrespaldados por un estado de ánimo popular que los reconoce,aprecia y estimula”.25De tal manera, concibe la culturaen el universo espiritual, y “como una unidad orgánica, nocomo un agregado aritmético”.26
24JorgeMañach: “LacrisisdelaaltaculturaenCuba”,enEnsayos,EditorialLetrasCubanas,LaHabana,1999,p.8.
25Ibídem,p.9.
26Ibídem,p.10.
En las reflexiones de Mañachlo que nos resulta más interesante es que en lospueblos jóvenes asocia la existencia de la cultura al idealde independencia de la nación y al aludirla emplea lapalabra “peculiaridad”, con la cual nos hace pensar en laidentidad cultural. Asevera que “la cultura representa la suprema personalidadde una nación y, por consiguiente, la más fuerte garantíade su persistencia y albedrío”.27La amplitud de suvisión le permite oponerse a lo que llama ‘la nocióncorriente’ según la cual la cultura es solo literatura y,en correspondencia, la comprende como un “conjunto de aportes intelectualesnumerosos, conscientemente orientados hacia un mismo ideal y respaldados por