Economía y seguridad en el posconflicto - Hernando Zuleta - E-Book

Economía y seguridad en el posconflicto E-Book

Hernando Zuleta

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Beschreibung

La construcción de paz y el proceso de sostenibilidad del posconflicto se convierten en uno de los mayores avatares en las políticas públicas de la era moderna de Colombia. Uno de los desafíos en los procesos de construcción de paz se genera desde el debate, si es razonable priorizar ciertos retos de consolidación de paz por encima de otros, si en la práctica es necesario primero generar procesos de seguridad para garantizar Estados seguros con democracias seguras o garantizar la estabilización económica, el empleo y la mitigación de la pobreza. Colombia y sus diferentes instituciones han iniciado estos esfuerzos de construir una paz estable y duradera de la manera más sistémica. Qué importante se hace el ejercicio de la investigación y los estudios asociados a la consolidación de la seguridad y el desarrollo económico que permitan tener puntos de referencia en esta construcción

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ECONOMÍA Y SEGURIDAD EN EL POSCONFLICTO

ECONOMÍA Y SEGURIDAD EN EL POSCONFLICTO

Hernando Zuleta

(compilador)

Economía y seguridad en el posconflicto / Hernando Zuleta (compilador). – Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Economía, Ediciones Uniandes, 2019.

Otros autores: Marc Hofstetter, Laura Beatriz Gómez, Lucas Ernesto Gutiérrez, Arturo Harker, Andrés Molano, Juan Camilo Cristancho, Santiago Gómez, Adriana Camacho, Catherine Rodríguez, María Camila Rivera, Fernando Carriazo, Jorge Tovar, Francisco Barreras, Carlos Díaz, Álvaro J. Riascos, Mónica Ribero, Nicolás Rodríguez, Andrés Zambrano, Hernando Bayona-Rodríguez, Sebastián Melo, Javier Alberto Gutiérrez.

ISBN: 978-958-774-715-7

1. Posconflicto – Aspectos económicos – Colombia 2. Gastos militares – Colombia 3. Seguridad ciudadana – Colombia 4. Lavado de dinero - Colombia I. Zuleta González, Hernando II. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Economía

CDD 303.66

SBUA

Primera edición: diciembre del 2018

© Hernando Zuleta (compilador)© Marc Hofstetter, Laura Beatriz Gómez, Lucas Ernesto Gutiérrez, Arturo Harker, Andrés Molano, Juan Camilo Cristancho, Santiago Gómez, Adriana Camacho, Catherine Rodríguez, María Camila Rivera, Fernando Carriazo, Jorge Tovar, Francisco Barreras, Carlos Díaz, Álvaro J. Riascos, Mónica Ribero, Nicolás Rodríguez, Andrés Zambrano, Hernando Bayona-Rodríguez, Sebastián Melo, Javier Alberto Gutiérrez© Universidad de los Andes, Facultad de Economía

Ediciones UniandesCalle 19 n.° 3-10, oficina 1401Bogotá, D. C., ColombiaTeléfono: 3394949, ext. 2133http://ediciones.uniandes.edu.cohttp://[email protected]

ISBN: 978-958-774-715-7ISBNe-book: 978-958-774-716-4

Corrección de estilo: Laura PorrasDiagramación: David Reyes, Precolombi EUDiseño e imagen de cubierta: La Central de Diseño

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.Hecho en ColombiaMade in Colombia

Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación. Reconocimiento como universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949, Minjusticia. Acreditación institucional de alta calidad, 10 años: Resolución 582 del 9 de enero del 2015, Mineducación

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

CONTENIDO

Lista de gráficas y mapas

Lista de tablas

Prólogo

Fabián Laurence Cárdenas

Introducción

Hernando Zuleta

PRIMERA PARTEPERSPECTIVA ECONÓMICA

Paz y PIB

Marc Hofstetter

Conflicto, sectores, regiones y crecimiento

Laura Beatriz Gómez y Hernando Zuleta

SEGUNDA PARTEGASTO MILITAR

Eficiencia del gasto en defensa y seguridad en Colombia: un análisis de envolvente de datos aplicado al Ejército Nacional

Lucas Ernesto Gutiérrez

TERCERA PARTEVIOLENCIA Y SEGURIDAD CIUDADANA

Muros permeables en las escuelas: desempeño educativo y seguridad

Arturo Harker, Andrés Molano, Juan Camilo Cristancho y Santiago Gómez

La incidencia de las transferencias de Familias en Acción sobre la violencia doméstica en Colombia

Adriana Camacho, Catherine Rodríguez y María Camila Rivera

Arborización y hurto a peatones en Bogotá

Fernando Carriazo y Jorge Tovar

Comparación de diferentes modelos para la predicción del crimen en Bogotá

Francisco Barreras, Carlos Díaz, Álvaro J. Riascos y Mónica Ribero

Entender y combatir el crimen: modelo de comportamiento criminal basado en la provisión de información

Nicolás Rodríguez y Andrés Zambrano

CUARTA PARTELAVADO DE ACTIVOS

Inclusión financiera y lavado de activos: evidencia empírica para Colombia

Hernando Bayona-Rodríguez, Catherine Rodríguez y Sebastián Melo

El sistema antilavado de activos (ALA) y contra la financiación del terrorismo (CFT) en Colombia

Hernando Bayona-Rodríguez y Javier Alberto Gutiérrez

Sobre los autores

LISTA DE GRÁFICAS Y MAPAS

Paz y Producto Interno Bruto (PIB)

Imagen 1.Dividendos económicos de la paz según el Gobierno nacional

Gráfica 1.PIB y acuerdos de paz

Gráfica 2.Sector agropecuario como porcentaje del PIB de acuerdo con el nivel de desarrollo

Gráfica 3.Sector agropecuario como motor de crecimiento

Gráfica 4.Sector industrial como % del PIB de acuerdo con el nivel de desarrollo

Gráfica 5.Sectores agropecuario e industrial como motores de crecimiento

Gráfica 6.Sectores agropecuario, industrial y construcción como motores de crecimiento

Gráfica 7.Crecimiento económico tras la firma de la paz

Eficiencia del gasto en defensa y seguridad en Colombia: un análisis de envolvente de datos aplicado al Ejército Nacional

Gráfica 1.Distribución de los índices DEA-orientación producto

Gráfica 2.Índices de eficiencia de retornos constantes y retornos variables a escala. Modelo de orientación producto

Gráfica 3.Distribución de los índices DEA-orientación insumo

Gráfica 4.Índices de eficiencia de retornos constantes y retornos variables a escala. Modelo de orientación insumo

Mapa 1.Jurisdicción de las Brigadas Territoriales del Ejército

Muros permeables en las escuelas: desempeño educativo y seguridad

Figura 1.Tamaño del efecto estimado para ventanas temporales acumulativas de una a diez semanas para Matemáticas (panel izquierdo) y Lenguaje (panel derecho)

La incidencia de las transferencias de Familias en Acción sobre la violencia doméstica en Colombia

Gráfica 1.Impacto promedio del pago Familias en Acción sobre la tasa de violencia doméstica

Gráfica 2.Impacto promedio del pago Familias en Acción sobre la tasa de violencia doméstica hacia la pareja, hacia los menores y hacia otros miembros del hogar

Gráfica 3.Empoderamiento de la mujer dentro del hogar en el primer seguimiento

Gráfica 4.Participación laboral y estado civil de las mujeres tratadas

Gráfica 5.Escasez y violencia doméstica. Sorpresas positivas y negativas

Arborización y hurto a peatones en Bogotá

Mapa 1.Promedio histórico de árboles por grilla (2008-2014)

Mapa 2.Total crímenes a personas registrados en la grilla (2008-2014)

Mapa 3.a.Zonas con bajos niveles de arborización y altos niveles de crimen

Mapa 3.b.Zonas con altos niveles de arborización y bajos niveles de crimen

Comparación de diferentes modelos para la predicción del crimen en Bogotá

Mapa 1.Bogotá, Colombia

Gráfica 1.Frecuencia por tipo de crimen

Mapa 2.Localidad de Usaquén, Bogotá

Mapa 3.Visualización del modelo de puntos en la localidad de Usaquén al nororiente de Bogotá

Mapa 4.Ejemplo del modelo de elipses espaciales en la localidad de Usaquén al nororiente de Bogotá

Mapa 5.Mapa de calor generado con el KDE de Bogotá, área metropolitana

Figura 1.Función de mapas de calor

Figura 2.Función de patrullaje por segmentos

Entender y combatir el crimen: modelo de comportamiento criminal basado en la provisión de información

Gráfica 1.Tasa de hurto común por cada cien mil habitantes

Gráfica 2.Gasto Policía Nacional de Colombia (porcentaje del PIB)

Inclusión financiera y lavado de activos: evidencia empírica para Colombia

Gráfica 1.Familias convocadas y finalmente incluidas en el sector financiero por medio del programa de inclusión financiera de Familias en Acción

Mapa 1.Municipios bancarizados a través del tiempo

Gráfica 2.Tasa de crecimiento anual del número de adultos con al menos un producto financiero en Colombia

Figura 1.Sistema de detección y reporte del lavado de activos

Figura 2.Proceso de codificación de los ROS

Mapa 2.Distribución geográfica de los ROS antes del 2008

Mapa 3.Distribución geográfica de los ROS después del 2008

Gráfica 3.Impactos del proceso de bancarización en los indicadores de lavado de activos en Colombia

Gráfica 4.Impactos heterogéneos en el espacio del proceso de bancarización en los indicadores de lavado de activos en Colombia

El sistema antilavado de activos (ALA) y contra la financiación del terrorismo (CFT) en Colombia

Gráfica 1.Gasto en defensa para Colombia comparado con PIB per cápita

Gráfica 2.Gasto en defensa para Colombia comparado con ingresos estimados de producción de coca

Gráfica 3.Participación casos 2014-2016 por fuente de información

Gráfica 4.Total general personas y ROS

Gráfica 5.ROS, ROS en casos y ROS en IIF

Gráfica 6.Esquema de medidas cautelares

Gráfica 7.Trabajo conjunto UIAF-Fiscalía. Medidas cautelares y extinción de dominio

Gráfica 8.Imputaciones y capturas delincuencia organizada

LISTA DE TABLAS

Paz y Producto Interno Bruto (PIB)

Tabla 1.Persistencia del crecimiento económico a través de décadas

Tabla 2.Proyecciones de crecimiento del PIB y su nivel diez años después

Conflicto, sectores, regiones y crecimiento

Tabla 1.Índices departamentales de conflicto

Tabla 2.Índice Sectorial de Conflicto (ISC)

Tabla 3.Descripción de las variables

Tabla 4.Conflicto y crecimiento sectorial

Tabla 5.Resultados

Eficiencia del gasto en defensa y seguridad en Colombia: un análisis de envolvente de datos aplicado al Ejército Nacional

Tabla 1.Modelo de orientación producto: índices de eficiencia

Tabla 2.Modelo de orientación insumo: índices de eficiencia

Tabla 3.Cambios en la productividad de las Brigadas Territoriales 2012-2013

Tabla 4.Determinantes de la eficiencia. Modelo de orientación insumo

Tabla 5.Determinantes de la eficiencia. Modelo de orientación producto

Tabla 1.Modelo de orientación producto: indicadores de eficiencia por Brigada Territorial

Tabla 2.Modelo de orientación insumo: indicador de eficiencia por Brigada Territorial

Muros permeables en las escuelas: desempeño educativo y seguridad

Tabla 1.Estimados regresión por Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) asociación índice de crimen CESED con ranking en pruebas estandarizadas

Tabla 2.Estimados regresión por MCO asociación índice de crimen CESED con tasas de deserción y repitencia

Tabla 3.Pruebas de falsificación estimadas por MCO evaluando el efecto de homicidios, lesiones e índice CESED en la semana posterior a la prueba SABER

Tabla A1.Estimados regresión por MCO asociación lesiones personales con ranking en pruebas estandarizadas

Tabla A2.Estimados regresión por MCO asociación homicidios con ranking en pruebas estandarizadas

Tabla A3.Estimados regresión por MCO asociación lesiones personales con tasas de deserción y repitencia

Tabla A4.Estimados regresión por MCO asociación homicidios con tasas de deserción y repitencia

Arborización y hurto a peatones en Bogotá

Tabla 1.Estadísticas descriptivas de las variables usadas en las estimaciones 2008:q1-2014:q1

Tabla 2.Clasificación de zonas según número de árboles y hurto a personas (total: 42 596 grillas)

Tabla 3.El efecto de arborización sobre el hurto a personas

Tabla 4.Hurto a personas y siembra de árboles (promedio por manzana)

Tabla 5.Elasticidad de la tasa de siembra sobre el número de hurtos por manzana

Comparación de diferentes modelos para la predicción del crimen en Bogotá

Tabla 1.Codificación por tipo de crimen

Tabla 2.Medición del PAI para distintos subconjuntos de prueba

Tabla 3.Comparación de la tasa de éxito para el modelo de puntos y KDE

Inclusión financiera y lavado de activos: evidencia empírica para Colombia

Tabla 1.Matriz de transición de la proporción de municipios de acuerdo con el valor promedio de los ROS

El sistema antilavado de activos (ALA) y contra la financiación del terrorismo (CFT) en Colombia

Tabla 1.Participación sectores en PIB Colombia

Tabla 2.Sujetos obligados a reportar según el supervisor

PRÓLOGO

Fabián Laurence CárdenasBrigadier general, director de AntinarcóticosPolicía Nacional de Colombia

La construcción de paz y el proceso de sostenibilidad del posconflicto se convierten en uno de los mayores avatares en las políticas públicas de la era moderna de Colombia. Uno de los desafíos en los procesos de construcción de paz se genera desde el debate, si es razonable priorizar ciertos retos de consolidación de paz por encima de otros, si en la práctica es necesario primero generar procesos de seguridad para garantizar Estados seguros con democracias seguras o garantizar la estabilización económica, el empleo y la mitigación de la pobreza. Colombia y sus diferentes instituciones han iniciado estos esfuerzos de construir una paz estable y duradera de la manera más sistémica. Qué importante se hace el ejercicio de la investigación y los estudios asociados a la consolidación de la seguridad y el desarrollo económico que permitan tener puntos de referencia en esta construcción.

El posconflicto requiere entender las transformaciones que se deben priorizar en las instituciones tanto en el sector público como en el privado; generar alianzas multisectoriales para mejorar la seguridad y la economía; contribuir a la gobernabilidad y la gobernanza en lo local; establecer un control eficaz en los territorios con modelos de complementariedad y coordinación; así como determinar un nuevo tipo de relacionamiento; estos son algunos de los aspectos que deben ser prioridad para la consolidación de una paz estable y duradera.

La Policía Nacional, en su compromiso y función fundamental para la apropiación e implementación de los acuerdos en los territorios, se vincula en el despliegue de estas iniciativas que les permitirán a los colombianos disfrutar de nuevos modelos de ciudades, más seguras, en desarrollo y para la vida. Aspectos aquí abordados ponen en evidencia que para la reconstrucción de una Colombia en un escenario de posconflicto, se requerirá de una gestión en red eficiente, una participación ciudadana vinculante, renovados modelos de comunicación y el intercambio de información asertiva, que permita al mismo tiempo mejorar los niveles de seguridad y economía del país.

Bajo esta mirada de cambio y de manera coherente con los escenarios planteados, la Policía viene desarrollando un proceso de transformación y modernización que se apoya en diferentes iniciativas que tienen como principal propósito lograr la convivencia pacífica y armónica de todos los ciudadanos en el posconflicto, a partir de la creación de unidades especiales para la edificación de la paz, un nuevo sistema de seguridad para el campo, nuevas metodologías de análisis del delito, estrategias operativas renovadas para la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, atención a diferentes conflictos sociales, protección de género y a las poblaciones vulnerables, entre otras, que proyectan acciones puntales de mejora e innovación.

Por medio del plan estratégico institucional Comunidades Seguras y en Paz y su visión al 2030, esta institución orienta una nueva gestión que le da prioridad a las regiones, lo que le permitirá generar y apropiar renovados modelos y procesos para la seguridad y la convivencia ciudadana, partiendo de la comprensión focalizada de los fenómenos de delincuencia y criminalidad en lo local. De esta manera, se articularán los esfuerzos necesarios de forma coordinada entre policía, autoridades y comunidad para mejorar los indicadores de seguridad objetiva y subjetiva.

Es primordial contemplar que se podrán reconfigurar nuevas problemáticas de seguridad en las ciudades y los campos, de este escenario surgen nuevos retos que se deben atender con respuestas oportunas y eficaces. Fenómenos asociados a las economías criminales (contrabando, minería ilegal, extorsión en menor cuantía, lavado de activos, tráfico de estupefacientes en lo local, entre otras) y a la afectación a la vida y el patrimonio de las personas (hurto en todas sus modalidades y el homicidio) necesitarán de un compromiso integral de todos los actores del Estado.

Además, el surgimiento de problemáticas locales de relacionamiento, asociadas a la falta de cultura ciudadana, y la carencia de valores sociales afectan la seguridad y la economía. Para contrarrestar esto se requiere la apropiación de un marco normativo renovado, que les permita a las autoridades de policía diseñar modelos de control, educación y reorientación de los comportamientos que van en contra de la convivencia.

De ahí la importancia que publicaciones como Economía y seguridad en el posconflicto aporten desde diferentes campos de investigación y análisis el desarrollo de contenidos que se conviertan en un referente académico y de consulta para entender aspectos en común que son necesarios en la consolidación de los acuerdos de paz. Estos escritos se hacen vitales para sumar lecciones y experiencias a las instituciones comprometidas en la materia de estudio, de manera que, a partir de una mirada externa, se optimicen iniciativas que generen un impacto positivo en la cotidianidad de todos los colombianos.

INTRODUCCIÓN

Hernando Zuleta

La firma de los acuerdos de La Habana y el comienzo de su implementación abren una cantidad de posibilidades de desarrollo, progreso e inclusión social, pero también generan una serie de riesgos asociados. En primer lugar, con la salida de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), los territorios tradicionalmente ocupados por esta guerrilla son ahora objeto de disputa entre grupos criminales. En segundo lugar, la desmovilización de miles de guerrilleros en zonas en las cuales no existe una economía formal suficientemente grande y dinámica puede hacer que muchos de los desmovilizados busquen su nueva fuente de ingreso en actividades ilegales.

El conflicto interno en Colombia ha afectado la acumulación de capital humano, las decisiones de ahorro e inversión y la asignación sectorial y geográfica de los factores de producción. Varios autores han cuantificado los potenciales efectos de un acuerdo de paz sobre el crecimiento económico1; no obstante, aún hay vacíos en la literatura económica. En primer lugar, estos estudios suelen pasar por alto hechos importantes en lo que respecta a la estructura sectorial y regional de la economía, así como las tendencias del ingreso agregado y de su estructura. En segundo lugar, hay características del conflicto y mecanismos por medio de los cuales este afecta el crecimiento económico que no han sido suficientemente estudiados.

En lo que respecta a los riesgos, el éxito de la implementación de los acuerdos y las posibilidades de construir una paz duradera dependen, en gran medida, del papel que desempeñen las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad en las zonas en las que las FARC tienen presencia e impedir que otros grupos armados ocupen los espacios que deja esta guerrilla, por esta razón, se requiere un diagnóstico sobre la eficiencia del gasto en defensa y seguridad. Asimismo, la implementación del punto cuatro del acuerdo de La Habana enfrenta dificultades importantes; por un lado, la oposición armada de grupos asociados al narcotráfico y, por otro, el poder económico del crimen organizado permite la sofisticación de los métodos criminales en las zonas urbanas, lo que lo constituye en un riesgo tanto para la implementación de los acuerdos como para la estrategia de seguridad ciudadana.

Así, buena parte del esfuerzo que hoy se dedica a combatir la insurgencia deberá dirigirse a mejorar la seguridad ciudadana y, por este motivo, es útil evaluar diferentes medidas y estudiar determinantes profundos de comportamientos violentos. Por ejemplo, la estrategia contra el lavado de activos es una herramienta central en la lucha contra el crimen organizado: la ubicación y confiscación de los capitales reduce la capacidad de las organizaciones criminales y, por tanto, afecta los incentivos de los individuos para vincularse a estos grupos.

Con estas consideraciones, este libro aborda el problema del posconflicto desde cuatro perspectivas: económica, militar, seguridad ciudadana y lavado de activos.

La perspectiva económica

El conflicto ha tenido causas y consecuencias económicas. Por un lado, la pobreza y la desigualdad han influido en la formación de grupos subversivos y también en el surgimiento de actividades ilícitas que han servido para financiar a los grupos armados. Por otro lado, el conflicto ha afectado negativamente el nivel de actividad económica, en especial en las zonas rurales y en los sectores minero, agrícola y ganadero.

El libro incluye dos trabajos que abordan el efecto económico de los acuerdos de paz desde una perspectiva macroeconómica. En el primero, Marc Hofstetter afirma que los efectos en la actividad económica agregada atribuibles al fin del conflicto serán modestos. Esta afirmación se sustenta en cinco argumentos: primero, las tasas de crecimiento tienen baja persistencia en el largo plazo, de forma que una aceleración en el crecimiento generada por el fin del conflicto tendrá corta duración. Segundo, las proyecciones más optimistas con respecto a las tasas de crecimiento de la próxima década estiman una tasa del 4,4 % al año, muy por debajo de los estimativos con dividendos de la paz. Tercero, en ninguno de los países de América Latina el fin del conflicto produjo altas tasas de crecimiento económico comparadas con las del resto de la región. Cuarto, los sectores de producción más beneficiados con el fin del conflicto tendrían que crecer a tasas inverosímilmente altas para que el Producto Interno Bruto (PIB) total tenga los dividendos superiores a los dos puntos porcentuales al año. Quinto, los dividendos sectoriales estimados por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) son incapaces de generar el impulso sobre el PIB total que el mismo DNP espera.

En el segundo trabajo de economía, Laura Beatriz Gómez y Hernando Zuleta presentan tres ejercicios con el propósito de establecer posibles réditos económicos sectoriales de la paz y un límite superior para los réditos agregados. El primer ejercicio es la construcción de un índice regional de intensidad del conflicto y con este índice y la estructura sectorial de cada departamento se elabora un índice sectorial de conflicto. Los resultados sugieren que el sector más favorecido por el fin del conflicto será el de agricultura, caza y pesca, mientras que el menos favorecido será el sector financiero. El segundo ejercicio incluye una estimación de los efectos del conflicto sobre la tasa de crecimiento de tres sectores: industria, agricultura y servicios. Este ejercicio confirma que el sector agrícola es el más perjudicado por el conflicto y el sector servicios el menos perjudicado. Partiendo de las estimaciones descritas, los autores proyectan el PIB sectorial tomando la tendencia de los últimos años y añadiendo el efecto del fin del conflicto. De acuerdo con este ejercicio, el fin del conflicto traerá un aumento en la tasa de crecimiento agregada de 1,58 puntos porcentuales al año. El tercer ejercicio, el más simple, parte del supuesto de que en el posconflicto los departamentos que han sido asolados por el conflicto lograrán un nivel de ingreso promedio igual al de los departamentos que no han sido castigados por el conflicto. Suponiendo que este proceso se da en quince años, el crecimiento del PIB colombiano aumentará en 0,66 puntos porcentuales al año.

El gasto militar

La perspectiva militar y, en particular, la eficiencia de las Fuerzas Armadas resultan fundamentales en un proceso de redefinición de funciones y objetivos. También, la posibilidad de redirigir recursos públicos del gasto militar hacia el gasto social requiere que el militar sea eficiente, dado que cuanto más eficiente sea, mayor será el dividendo económico de la paz.

El artículo de Lucas Ernesto Gutiérrez estudia los determinantes de la eficiencia operacional del Gasto en Defensa y Seguridad (GDS) en Colombia y señala el nivel actual de eficiencia, entendida como la relación entre insumos empleados y resultados obtenidos. Este trabajo genera insumos para la formulación de políticas públicas del sector defensa y, en particular, da luces sobre cómo lograr una mayor provisión de defensa y seguridad con los actuales recursos.

Violencia y seguridad ciudadana

Del mismo modo en que deben redefinirse funciones y objetivos de las fuerzas armadas, la atención de las autoridades, en lo que respecta a seguridad, debe dirigirse hacia la seguridad ciudadana. El fin del conflicto interno abre la oportunidad para trabajar en la reducción de la violencia no relacionada con el conflicto.

Desde un punto de vista económico, la educación es una herramienta fundamental para reducir la pobreza e impulsar el desarrollo. No obstante, la violencia puede reducir sensiblemente el desempeño escolar. Arturo Harker, Andrés Molano, Juan Camilo Cristancho y Santiago Gómez hacen un estudio empírico sobre la importancia de la articulación de las políticas de seguridad con las políticas de educación. Estos autores concluyen que un aumento en la frecuencia de crímenes en el entorno de las escuelas se asocia con un menor desempeño en pruebas estandarizadas de Lenguaje y Matemáticas, así como un mayor nivel de lesiones personales; de la misma manera, el crimen en general (capturado por el índice de crimen del CESED) se asocia con mayores tasas de deserción y repitencia. Los resultados de este estudio indican que una estrategia efectiva de seguridad ciudadana puede tener efectos importantes sobre la evolución de la pobreza y el desarrollo.

¿Qué políticas contribuyen a mejorar la seguridad y a reducir la violencia?

En general, hay dos tipos de política para afectar la criminalidad: política preventiva y política reactiva. La política preventiva tiene ventajas claras: reduce el costo asociado a procesos judiciales y encarcelación, mejora la relación entre las comunidades y las instituciones encargadas de la seguridad y, dado que tiene un efecto preventivo, se cometen menos delitos. La política reactiva, esto es, la política diseñada para atacar el crimen en los lugares y comunidades donde se comete es más costosa y menos popular, pero es necesaria. Perseguir, arrestar y judicializar a los criminales tiene un efecto disuasivo, en la medida en que la amenaza de prisión sea creíble, y un efecto de incapacitación, puesto que quienes están en prisión tienen menos opciones para delinquir.

Dos artículos del libro identifican políticas preventivas y cuantifican su impacto. El primero, de Adriana Camacho, Catherine Rodríguez y María Camila Rivera, analiza el efecto del programa Familias en Acción sobre la violencia doméstica y encuentran que las transferencias a las familias beneficiarias generan una reducción del 6 % en la tasa municipal de violencia intrafamiliar. Sus resultados indican que este efecto se explica por la reducción en el estrés que causa la escasez de recursos.

Sin ninguna duda, la violencia doméstica es solo una cara de la violencia no relacionada con el conflicto. Sin embargo, la prevención de la violencia doméstica tiene efectos positivos que van más allá de los límites del hogar. En efecto, los hombres que son testigos de violencia de pareja durante la infancia son más propensos a cometer actos violentos en la edad adulta (Roberts, Gilman, Fitzmaurice, Decker y Koenen, 2010).

El segundo artículo sobre las políticas de prevención, de Fernando Carriazo y Jorge Tovar, analiza la relación entre vegetación y criminalidad. Los autores encontraron que el proceso de arborización tiene un efecto positivo sobre la criminalidad de la ciudad; mediante modelos econométricos espaciales hallaron que plantar árboles reduce el hurto a personas.

A mitad de camino entre la prevención y la reacción, Francisco Barreras, Carlos Díaz, Álvaro J. Riascos y Mónica Ribero presentan un modelo que permite anticipar los movimientos geográficos del crimen dentro de un área metropolitana a partir de la identificación de áreas geográficas donde los delitos son más frecuentes. Hay diferentes técnicas para la identificación de los puntos calientes basadas en modelos como el método de estimación de puntos, estimación de densidad por Kernel, el método de elipses espaciales y modelos espacio-temporales. Este trabajo compara la capacidad descriptiva y predictiva de los principales modelos de predicción de crimen existentes en la literatura académica al caso de crímenes en Bogotá durante el periodo 2011-2012. Los autores encuentran que el modelo espacio temporal basado en Mohler, Short, Brantingham, Schoenberg y Tita (2012) es el que mejor desempeño tiene en la predicción del crimen en ciertas zonas de la ciudad.

Por último, Nicolás Rodríguez y Andrés Zambrano presentan una aproximación teórica al problema sobre el efecto disuasivo de políticas reactivas. Haciendo uso de preceptos de la psicología, los autores modelan el comportamiento de potenciales criminales y, con base en este modelo, proponen y analizan una estrategia para disminuir el crimen. Esta estrategia consiste en proveer información incierta a los posibles criminales sobre su probabilidad de captura para disuadirlos de cometer delitos. La incertidumbre con respecto al castigo afecta negativamente la utilidad esperada del crimen y, por esta razón, puede contribuir a reducir la actividad criminal.

Lavado de activos

Como se mencionó, la estrategia contra el lavado de activos es una herramienta central en la lucha contra el crimen organizado. La mejor forma de acabar con un negocio es destruyendo su capital y su capacidad de acumulación. Así, la lucha contra el lavado de activos es una herramienta poderosa para destruir estructuras criminales. No obstante, la legislación contra el lavado de activos puede tener consecuencias no deseadas sobre el desarrollo de mercados financieros, del mismo modo en que el desarrollo de mercados financieros puede facilitar las operaciones de lavado de activos.

Con respecto a la relación entre lavado de activos y sistema financiero hay varios temas importantes. En el contexto colombiano, uno de los factores que dificulta el desarrollo y la reducción de la pobreza es la falta de inclusión financiera. No obstante, aumentos en la inclusión financiera pueden servir para que los nuevos clientes del sistema financiero sean testaferros y ayuden a blanquear capitales. Para abordar este problema, Hernando Bayona-Rodríguez, Catherine Rodríguez y Sebastián Melo presentan una evaluación del impacto que tiene un aumento en el acceso al sector financiero de los hogares más pobres sobre el nivel de los indicadores de lavado de activos. Para esto, analizan el proceso de bancarización que se presenta entre el 2009 y el 2010 dentro del programa de trasferencias monetarias condicionadas Familias en Acción. Los hallazgos de los autores indican que este aumento en el acceso al sistema financiero no ha estado correlacionado con aumentos en el lavado de activos.

Por otra parte, para analizar la eficiencia y los posibles efectos no deseados de la legislación colombiana contra el lavado de activos es útil comenzar con una descripción detallada del sistema y situarlo en el contexto internacional para identificar debilidades y fortalezas. Hernando Bayona-Rodríguez y Javier Alberto Gutiérrez avanzan en esta dirección y encuentran que el sistema colombiano es uno de los sistemas más desarrollados del mundo. De acuerdo con los autores, el sistema colombiano ha generado una legislación novedosa en materia de prevención, detección y judicialización. Este artículo debe servir de base para discusiones futuras sobre las innovaciones y experimentos de política de lavado de activos.

Por supuesto, hay una gran cantidad de temas relevantes que no son abordados en este libro, como el hacinamiento carcelario o la violencia en las cárceles. No obstante, este es un esfuerzo por desarrollar líneas de investigación que sirvan para guiar decisiones de política en seguridad y violencia en los siguientes años.

Agradecimientos

En primer lugar, agradecemos a la Organización Ardila Lule por otorgar financiación para la mayoría de los capítulos de este libro, por ayudar en la difusión de los resultados de la investigación en la cual se basa y por acompañar el proceso desde las primeras etapas de recolección de datos e información.

En segundo lugar, estamos agradecidos con Leopoldo Fergusson y Ana María Ibáñez, cuyas observaciones y revisiones elevaron considerablemente la calidad del libro.

Por último, agradecemos la labor de los evaluadores anónimos, quienes realizaron una lectura profunda y minuciosa de cada uno de los capítulos.

Referencias

Cárdenas, M. (2007). Economic growth in Colombia: A reversal of “fortune”? Ensayos sobre política económica, 25(53), 220-259.

Meisel, A. y Galvis, L. A. (2000). El crecimiento económico de las ciudades colombianas y sus determinantes, 1973-1998. Coyuntura Económica, XXV(1), 69-90.

Mohler, G., Short, M., Brantingham, J., Schoenberg, F. y Tita, G. (2012). Self-exciting point process modeling of crime. Journal of the American Statistical Association, 106(493), 100-108.

Montenegro, A. y Posada, C. E. (1995). Criminalidad en Colombia. Coyuntura Económica, XXV(1), 81-100.

Roberts, A. L., Gilman, S. E., Fitzmaurice, G., Decker, M. R. y Koenen, K. C. (2010). Witness of intimate partner violence in childhood and perpetration of intimate partner violence in adulthood. Epidemiology, 21(6), 809-818.

Rocha, R. y Vivas, A. (1998). Crecimiento regional en Colombia: ¿persiste la desigualdad? Revista de Economía del Rosario, 1(1), 67-108.

Rubio, M. (1997). Los costos de la violencia en Colombia. Documento de trabajo n.° 11. Bogotá: CEDE - Universidad de los Andes.

Trujillo, E. y Badel, M. (1997). Los costos económicos de la criminalidad y la violencia en Colombia: 1991-1996. Planeación y Desarrollo, XXVI(4), 265-308.

Villa, E., Restrepo, J. y Moscoso, M. (2014). Crecimiento económico, conflicto armado y crimen organizado, evidencia para Colombia. En Costos económicos y sociales del conflicto en Colombia. Bogotá: CEDE Ediciones Uniandes.

Notas

1 Véanse Cárdenas (2007); Meisel y Galvis (2000); Montenegro y Posada (1995); Rubio (1997); Rocha y Vivas (1998); Trujillo y Badel (1997) y Villa, Restrepo y Moscoso (2014), entre otros.

PRIMERA PARTE

Perspectiva económica

PAZ Y PIB*

Marc Hofstetter

Las cosas, tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima.Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

Introducción

Mientras escribo este ensayo, las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) están a punto de poner punto final a medio siglo de conflicto armado en Colombia. Según lo prometido en los próximos meses será firmado el acuerdo y el país comenzará a afinar los detalles de la refrendación, la implementación de las reformas pactadas y a andar por el sendero del posconflicto.

Ha corrido mucha tinta describiendo los costos de medio siglo de conflicto y las bondades de ponerle punto final. Hay estudios que muestran efectos adversos del conflicto sobre la asistencia y calidad educativa (Rodríguez y Sánchez, 2012), peso al nacer (Camacho, 2008), desplazamiento (Ibáñez y Vélez, 2008), aversión al riesgo y traumas psicológicos (Moya, 2012; Moya y Carter, 2014), el medio ambiente (Fergusson, Romero y Vargas, 2014), entre otros.

Una de las aristas, quizá la más sonora en tiempos recientes, de esa familia de estudios estima los efectos del fin del conflicto sobre el Producto Interno Bruto (PIB). La hipótesis es que la actividad económica agregada se ha visto significativamente constreñida por el conflicto y que, sin este, se desatarán fuerzas que lo harán crecer más.

Villa, Moscoso y Restrepo (2014) son una versión reciente y optimista de esta saga de estudios. Su resultado es sorprendente: el ingreso colombiano crecería 4,4 % adicional si desaparece el conflicto. A mediados del 2015, el Gobierno, más cauto, afirmó que esas fuerzas impulsarían el crecimiento entre 1 y 1,5 puntos porcentuales por año, como lo atestigua el compromiso firmado por el presidente y su ministro de Hacienda en julio del 2015 (véase la imagen 1). En diciembre de ese año, el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, en la presentación del completo estudio “El dividendo económico de la paz” (Departamento Nacional de Planeación [DNP], 2015), afirmó que dicho dividendo está entre el 1,1 % y el 1,9 % adicional del crecimiento económico. Enfatizando que el asunto puede ser eterno, tras la presentación del estudio el presidente Juan Manuel Santos declaró que: “Colombia podría crecer al 1,5 % adicional de por vida al terminar el conflicto”. Y “al bus también se subió” Sergio Clavijo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF): “La metodología utilizada por el DNP es novedosa y cuidadosa y, en general, ANIF comparte las inferencias allí realizadas sobre la alta probabilidad de que la paz negociada produzca una aceleración del crecimiento de esa magnitud” (Clavijo, 2016).

Ana María Ibáñez —quién ha liderado varios de los estudios más serios sobre conflicto en Colombia—concluye en una entrevista reciente en Portafolio: “Los estudios muestran que los beneficios macroeconómicos de la paz representarían aumentos al crecimiento económico desde 0,3 hasta 4,4 puntos porcentuales. Puede que ambos extremos no sean realistas, pero la gran mayoría de análisis indican que el Producto Interno Bruto crecería un punto porcentual adicional, lo cual es muy significativo” (Rojas, 2016).

Imagen 1. Dividendos económicos de la paz según el Gobierno nacional

Fuente: Twitter de Mauricio Cárdenas S. @MauricioCard (31 de agosto del 2015).

Queda claro que el rango —entre 1 % y 2 %— de aumentos en el crecimiento de largo plazo ha hecho carrera y ha opacado, quizás por la simpleza o contundencia del mensaje en el debate público, todas las otras buenas razones por las que terminar el conflicto es un imperativo generacional.

Este ensayo no provee un nuevo cálculo sobre los dividendos de la paz en el PIB. Ese no es el objetivo. La meta es pasar las proyecciones sobre los efectos de la paz en el PIB por prismas que nos permitan evaluar su razonabilidad. La idea es examinar algunos hechos relacionados con el crecimiento económico de largo plazo para poner en perspectiva las proyecciones que señalan que habrá un salto grande y eterno en el crecimiento tras la firma de la paz.

La conclusión de los ejercicios es que luce improbable que observemos impactos del tamaño y duración que se han venido discutiendo recientemente. El resultado no debe ser entendido como un intento por restarle legitimidad al proceso de paz, sino a que no esperemos que el pacto venga con una “varita mágica” que inflará nuestros recursos año a año.

Este capítulo tiene cuatro secciones adicionales a esta introducción y a las conclusiones. La primera describe muy brevemente algunos estudios que se centran en los efectos del conflicto sobre el ingreso. Luego vienen tres secciones, cada una con una arista diferente, que ponen en duda el salto perene de al menos el 1 % en la tasa de crecimiento de la economía tras la firma del acuerdo.

La primera sección se centra en una característica empírica incontrovertible del crecimiento económico mundial en distintos países: su poca persistencia. La tasa de crecimiento de un país en una década tiene poco poder explicativo sobre el crecimiento de este en la siguiente década. Esto ha llevado a los estudiosos del crecimiento a concluir que no puede ser explicado por variables persistentes (Pritchet y Summers, 2014). En nuestro contexto, la primera consecuencia es que una paz permanente difícilmente tendría efectos perpetuos sobre el crecimiento del ingreso; y si llegase a tener efectos, estos exhibirían rendimientos decrecientes. La segunda es que las tasas de crecimiento presentan una reversión a una media cercana al 2 % per cápita. Para Colombia las proyecciones basadas en este tipo de regresiones indican que el crecimiento en la siguiente década sería del 4,4 % anual en los escenarios más optimistas: una cifra muy inferior a las promesas que incluyen dividendos de la paz.

La segunda sección reporta la evidencia sobre lo que ocurrió en otros países de América Latina cuando terminaron sus conflictos sin que mediara la derrota militar de una de las partes. Allí queda claro que el fin del conflicto no ha sido un botón que catapulte el crecimiento a nuevos rumbos.

Finalmente, en la tercera sección, reporto una serie de estimaciones sobre los motores sectoriales de ese eventual salto en la actividad agregada, es decir, analizo la contabilidad sectorial de los dividendos en crecimiento tras el fin del conflicto. En particular, me centro en dos aspectos. Por un lado, estudio las revoluciones que requeriríamos de los sectores designados como los motores de esa nueva velocidad en el crecimiento. La conclusión es que los números parecen inverosímiles. Por otro lado, considero si las estimaciones del DNP sobre dichos motores podrían sustentar el incremento en la tasa de crecimiento de la actividad agregada que proyecta este mismo. De nuevo, las cifras no concuerdan con la promesa.

En resumen, este ensayo no busca cuantificar el dividendo de la paz, sino analizar la compatibilidad de los números prometidos con el de otros conflictos, con las características del crecimiento mundial en el último medio siglo y con la estructura de producción de la economía colombiana. Los indicios en cada uno de estos puntos son poco prometedores, pero no son prueba de que no vaya a haber dividendos de ese tamaño; por el contrario, prueban que, de haberlos, seríamos un caso excepcional en las páginas de la literatura de crecimiento económico y desarrollo de largo plazo. Mi conclusión es que no haremos parte de esas páginas.

Conflicto y crecimiento en Colombia: evidencia

En el 2014, Villa et al. estiman el efecto del conflicto armado sobre la actividad económica en Colombia. Si bien la cuestión ya había sido abordada, la relevancia del estudio radica en que construye sobre estudios previos y cuenta con mayor información: las estimaciones que teníamos antes de este estudio habían sido hechas hacía más de una década. Como en buena parte de la literatura que había abordado la cuestión en el pasado, la estrategia empírica consiste en explotar la variación departamental que hay en variables que capturan la intensidad de conflicto y usarla luego para estimar el efecto de esta sobre el PIB departamental. Por último, mide el impacto que tiene terminar el conflicto sobre el ingreso nacional.

Los resultados son sorprendentes. En la estimación principal encuentran que el PIB departamental hubiera crecido 4,4 puntos adicionales por año en ausencia del conflicto. Este número duplica los resultados que obtuvo Rubio (1995) en uno de los estudios pioneros sobre el tema, y es casi diez veces mayor que lo que estudios anteriores habían identificado (si bien la comparación no siempre es precisa, porque las variables utilizadas no son iguales). Por ejemplo, Vargas (2003) calcula la pérdida de crecimiento del PIB per cápita en 0,33 % durante la década de los noventa debido al conflicto interno, así como el 1,25 % a partir de 1998; Echeverry, Salazar y Navas (2001) calculan la diferencia en el nivel de inversión total durante el conflicto en 0,54 puntos porcentuales con respecto a su nivel de largo plazo, lo cual repercutiría a su vez de forma importante sobre el crecimiento de largo plazo.

Por último, el estudio más reciente es del DNP (2015) que analiza la senda de variables macroeconómicas antes y después de la terminación de conflictos en otras partes del mundo. Esa aproximación es diferente a la de la mayoría de estudios previos. Con una muestra de dieciocho conflictos y terminaciones de estos, que clasifica como similares al caso colombiano1, concluye que el crecimiento aumenta en 1,9 puntos porcentuales tras la firma de los tratados. Al escudriñar en los sectores que jalonan ese aumento, encuentra que la agricultura e industria crecen cerca de un punto extra y la construcción 4,4 puntos adicionales tras las firma de dichos tratados.

En la línea de pronósticos menos optimistas, con un mensaje más ajustado al de este ensayo, Rodríguez (2014) pronostica un dividendo de hasta 0,27 % sobre la tasa de crecimiento anual. Sus expectativas son menores a las de otros estudios, porque apunta a que una buena parte del dividendo de la paz ya se logró antes del acuerdo mismo por medio de la significativa reducción en los indicadores de violencia y crimen desde que estos alcanzaran su culmen a comienzos de este siglo.

Persistencia en tasas de crecimiento

Buena parte de los estudios que evalúan el efecto del conflicto sobre el crecimiento económico en Colombia estiman regresiones en las que la variable dependiente es el crecimiento del ingreso departamental y las explicativas contienen alguna definición de conflicto y una serie de controles. El coeficiente que ata ese crecimiento con el conflicto es luego utilizado para calcular el tamaño de la causalidad del uno sobre el otro. Esta estrategia es análoga a las regresiones de determinantes de crecimiento económico a través de países, que estuvieron en boga hasta hace unos años y que intentaron explicar esa variable con cuanto indicador aparecía. La estrategia empírica cayó en desgracia entre los académicos por su poca robustez: por cada nueva variable que explicaba las diferencias en crecimiento, aparecía invariablemente un artículo que verificaba la poca solidez del ejercicio empírico (Pritchett y Summers, 2014).

Una de las características empíricas del crecimiento económico, que sí ha sobrevivido a las miradas de los estudios del área, es su baja persistencia (Easterly, Kremer, Pritchett y Summers, 1993; Pritchett y Summers, 2014). Como lo verificaremos en breve, la relación entre las tasas de crecimiento de dos décadas adyacentes en un país es baja. Esto tiene varias consecuencias relevantes en este capítulo. La primera es que predecir el crecimiento futuro usando el presente es un ejercicio sujeto a grandes errores: si el crecimiento no es persistente, el presente tiene bajo poder predictivo del futuro. La segunda consecuencia es crucial a la hora de pensar en los dividendos de la paz: si el crecimiento no es persistente no puede estar explicado por elementos persistentes; si se firma la paz y esta nos acompaña por siempre, el crecimiento no será por siempre más alto gracias a la paz. Si hubiera dividendos de la paz sobre el crecimiento, tendrían rendimientos decrecientes.

Desde el punto de vista teórico que las inversiones que realice un país tengan rendimientos decrecientes y, por tanto, no afecten la tasa de crecimiento de largo plazo (estado estacionario) es una característica estándar en los modelos en la tradición de Solow (1956). En este, en particular, un incremento en la inversión (como el que podría generar la paz) aumenta los niveles de ingreso de largo plazo, pero deja inalterada la tasa de crecimiento de equilibrio justamente porque esas inversiones tienen rendimientos decrecientes.

¿Qué tan persistente ha sido el crecimiento económico y qué implican esos números? En la tabla 1 reporto los resultados de estimar regresiones de la tasa de crecimiento per cápita de la década más reciente contra la década anterior para diferentes grupos de países. Las regresiones reportadas son del siguiente estilo:

Los subíndices se refieren a las fechas y los superíndices a los países. Los datos utilizados son de la Penn World Tables 8.0 (Feenstra, Inklaar y Timmer, 2015) que tienen información hasta el 2011. Las dos primeras columnas utilizan 142 países2; las regresiones del medio utilizan solo los datos de las diecinueve economías latinoamericanas en la muestra, mientras que las últimas dos columnas tienen en cuenta aquellos países que tienen un nivel de ingreso per cápita similar al de Colombia. Para configurar este último grupo, tomo aquellos países que en el 2001 tenían un ingreso real per cápita de media desviación estándar por encima o por debajo del ingreso real per cápita de Colombia para ese año. La diferencia entre las columnas pares e impares es que las primeras tienen en cuenta el nivel de PIB per cápita inicial a precios PPA3.

Tabla 1. Persistencia del crecimiento económico a través de décadas

Nota: errores estándar entre paréntesis. *** p < 0,01; ** p < 0,05; * p < 0,1.

Fuente: elaboración propia con base en datos de Penn World Tables 8.0.

Lo que deja claro la tabla 1 es la baja persistencia en las tasas de crecimiento a lo largo de décadas. Las regresiones que solo incluyen el crecimiento rezagado tienen un R2 entre 0,04 y 0,11 mostrando el bajo poder explicativo del crecimiento pasado sobre el presente. En cuanto a los coeficientes, estos resultan significativos en las regresiones con más datos. En esos casos toman un valor promedio cercano a 0,25. Es decir, si fuéramos a predecir el crecimiento de la década siguiente con el resultado de la actual solo deberíamos ponderarlo en su cuarta parte. El resto, como lo señalan Pritchett y Summers (2014), es una terca reversión a una media de crecimiento de cerca del 2 % anual per cápita.

En la tabla 2, en el panel de la izquierda, reporto las proyecciones de la tasa de crecimiento para Colombia que surgen de los coeficientes estimados en la tabla 1. En particular, uso los coeficientes de las regresiones 1, 2, 5 y 6 de dicha tabla, es decir, las que usan más información y tienen coeficientes estimados con precisión. Para convertir los datos a crecimiento del PIB total (no per cápita) utilizo las proyecciones de Naciones Unidas sobre crecimiento de la población entre el 2016 y el 2026. En resumen, pronostico con en que los parámetros con gorro son los estimados en la tabla 1 y luego ajusto por crecimiento poblacional. El y* es el último dato de ingreso per cápita real a precios PPA disponible para Colombia en PPA de acuerdo con Feenstra et al. (2015). Para utilizo los datos del DANE.

En relación con el panel izquierdo de la tabla 2, basado en los pronósticos de los modelos de reversión a la media, el crecimiento anual promedio de Colombia en la siguiente década estará entre 3,2 % y 4,4 %. El promedio del pronóstico es de 3,8 % reportado en la última columna de esa sección de la tabla. Debajo de esas tasas de crecimiento expongo el PIB predicho al final de la década siguiente habiendo normalizado el punto de partida a 100. Por último, en la última fila calculo la brecha porcentual entre cada uno de los pronósticos del nivel de PIB dentro de diez años, respecto al promedio.

A continuación, comparo esos resultados con cuatro proyecciones alternativas. La primera es la que está publicada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), del 2015, que produce el Ministerio de Hacienda. De acuerdo con este estimativo, la tasa de crecimiento de largo plazo para Colombia es de 4,5 %. Las últimas tres columnas agregan dividendos de la paz. La primera de estas toma la promesa reportada al comienzo del capítulo, según la cual con paz creceríamos al 5,5 %. Esto lo llamo paz, señalando que es el piso de los estimativos sobre dividendos de la paz–: 1 % de mayor crecimiento. Luego, tomo el rango superior de esa promesa, paz+, que sugiere que creceremos 1,9 puntos adicionales; este es el techo de los cálculos del DNP. Por último, reporto qué sucedería si ponemos a crecer la economía, con paz, bajo los estimativos puntuales de Villa et al. (2014): creceríamos cada año a más del 8 % (para este último caso supongo que el crecimiento promedio antes del dividendo es de 3,8 %, es decir, el estimado por las regresiones a la media, en promedio). A lo anterior, lo llamo paz++.

Tabla 2. Proyecciones de crecimiento del PIB y su nivel diez años después

Notas: las primeras cinco columnas reportan proyecciones del PIB basadas en las respectivas regresiones de la tabla 1. Las regresiones de la tabla 1 se hacen en términos per cápita y por tanto los de la tabla 2 se ajustan a PIB total con las proyecciones de población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los datos usados incluyen el PIB real per cápita de Colombia en el 2011 PPA de acuerdo con Feenstra et al. (2015) y los datos a 2015 de crecimiento per cápita. Las proyecciones de la derecha reportan en cada columna, respectivamente las del Marco Fiscal de Mediano Plazo, los dividendos de la paz estimados por el gobierno, paz– (1 %) y paz+ (1,9 %), y los de Villa et al. (2014) que los llamo paz++ (4,4 %).

Fuente: elaboración propia.

Si miramos los niveles proyectados a una década en relación con la proyección promedio, tenemos que el Marco Fiscal de Mediano Plazo proyecta un destino 5 % superior. Ese número es ligeramente mayor al escenario más optimista de reversión a la media (columna 5), pero está muy cerca de lo que la persistencia de crecimiento mundial de las últimas dos décadas sugiere para Colombia. De ahí adelante, todos los escenarios de paz superan el intervalo de valores que salen de los ejercicios de reversión a la media: “paz−” proyecta un 16 % por encima del escenario promedio, paz+ el 25 % y paz++ el 50 %.

Cabe anotar, en conclusión, que en la década del 2005 al 2015, una de las más exitosas de la historia reciente colombiana acompañada del superciclo de materias primas, el país creció al 4,6 % anual. El escenario más optimista que tiene en cuenta la poca persistencia en el ingreso a nivel mundial dictamina que los siguientes diez años creceremos al 4,4 %, tendiendo a regresar lentamente a la terca tasa de expansión per cápita del 2 %. Bajo esa óptica los pronósticos de la paz que pone el crecimiento por encima del 5,5 % lucen muy optimistas e ignoran los rendimientos decrecientes que han acompañado a los motores del crecimiento económico en el pasado.

En resumen, los cálculos basados en estas regresiones con reversión a la media muestran que es improbable crecer al 5,5 % o al 6,4 % o a más del 8 % como lo proponen los cálculos de dividendos de la paz (paz−, paz+, paz++). No prueban que no sea posible; señalan que el rumbo usual de las economías no apunta en esa dirección. Así mismo, la baja persistencia del crecimiento evidente en esos ejercicios cuestiona la premisa de dividendos perennes. Los indicios mostrados hasta aquí nos dicen que alcanzar saltos en el crecimiento de la actividad económica, como los prometidos, es poco probable. Más aún si esperamos que estos sean eternos.

Paz en la región

Una manera de aproximarse a los efectos del fin del conflicto sobre el desempeño económico es analizando el nivel de ingreso de largo plazo de países que hayan terminado sus conflictos, comparándolo con el de pares similares que no lo han experimentado. Hago seguimiento a tres países latinoamericanos que terminaron a finales del siglo pasado sus respectivos conflictos armados heredados de la Guerra Fría sin que mediara la derrota militar de alguna de las partes. Los tres países son Guatemala, El Salvador y Nicaragua4. En la gráfica 1 muestro la actividad económica de los tres países y señalo la fecha de la firma de sus respectivos acuerdos con una línea punteada vertical. El nivel de actividad económica de cada país y el de América Latina está normalizado a 1 en el año de la firma del respectivo acuerdo.

Sin entrar a calificar las causas, lo cierto es que las sendas reportadas no son halagadoras frente a los dividendos de la paz sobre el PIB. En Nicaragua (aclarando que su camino hacia la paz tiene características muy distintas a la colombiana), la actividad económica posconflicto se ha movido sistemáticamente por debajo de la de la región. En la escala descrita, es decir, con puntos de partida idénticos al momento de finalizar el conflicto, tras veinte años de posconflicto, su economía estaba cerca del 20 % por debajo de la de la región.

En Guatemala, que según el DNP está en la bolsa de países con experiencias similares a las que habríamos de recorrer, se ve poca acción que distinga su actividad económica de la de América Latina tras los primeros años de posconflicto. Sin embargo, a la vuelta de una década el desempeño empieza a desmejorar frente al regional y al final de la gráfica la actividad económica está en un 17 % por debajo de la senda que siguió el resto del continente.

En El Salvador, si bien el DNP considera que no tiene suficientes similitudes con el proceso colombiano, lo cierto es que la evidencia inicial es alentadora si buscamos dividendos atribuibles a (o que coincidan en el tiempo con) la paz. Si su actividad económica y la de la región se movían a la par antes de la paz, tras esta hay un despegue muy evidente de su PIB comparado con el regional. Si se adelanta una década después del fin del conflicto, encontraría altos dividendos que coinciden en el tiempo con el posconflicto. Sin embargo, veinte años después del fin del conflicto las diferencias se habían evaporado: tras dos décadas sin conflicto su actividad económica llegó al mismo puerto que el resto del lote latinoamericano.

Así, en ninguno de los conflictos significativos de América Latina heredados de la Guerra Fría y que haya terminado sin la derrota militar de alguna de las partes se sostuvo un crecimiento más alto que en el resto de América Latina y, de hecho, en dos de los tres casos lo que vemos es un peor desempeño en ese frente. En Colombia los sectores políticos contrarios a la firma del acuerdo de paz han señalado que el dividendo podría ser negativo, como lo podría haber sido en dos de las experiencias descritas, dado que, por un lado, la violencia se redujo notablemente en los años previos al acuerdo (por tanto, no habrá mayor ganancia en ese frente tras la firma) y, por otro lado, las zonas abandonadas por la guerrilla tras su desmovilización podrían ser ocupadas por otros grupos criminales que aumentarían la violencia, lo que generaría dividendos negativos.

Una interpretación alternativa sobre los dividendos es que no deberíamos esperar que las sendas de actividad económica del posconflicto sean distintas a las del resto de la región, sino las previas al fin de este. Antes del fin del conflicto el crecimiento sufre, pero, sin este, el crecimiento se parecerá al de sus pares sin conflicto. Así, el dividendo podría saltar a una tasa de crecimiento similar al resto de la región, partiendo de un crecimiento previo menor, frenado por el conflicto. Bajo esa óptica, lo que deberíamos ver en la actividad agregada es que antes de esta el desempeño era peor y, tras la firma, fue similar al de la región. Ya vimos que en el único caso en el que el comportamiento posterior fue similar al de la región en el largo plazo fue El Salvador que llegó al mismo puerto que América Latina tras veinte años de posconflicto. Sin embargo, en la década previa al fin de su conflicto, El Salvador creció más que América Latina, no menos.

Gráfica 1. PIB y acuerdos de paz

Notas: la línea vertical señala la fecha del fin del conflicto en el respectivo país. El PIB de ese año del respectivo país y de América Latina está normalizado a 1.

Fuente: elaboración propia.

Estas gráficas son sin duda solo indicios, no pruebas, sobre la probabilidad de observar dividendos de la firma de la paz en la actividad económica. Siempre se podrá argumentar que las sendas de actividad económica sí reportan dividendos de la paz (o costos de la guerra), pero que otros elementos que afectan la actividad económica de largo plazo oscurecen esa relación. Si bien esto es cierto, sería muy difícil no poder descubrir efectos evidentes sobre la actividad económica agregada si hubiera dividendos entre el 1 % y el 2 % en la tasa de crecimiento anual de esta, como se ha sugerido en el caso colombiano.

Los motores (o la contabilidad del dividendo)

Si la paz va a impulsar el PIB ¿cuáles sectores serán los motores? O dicho de otra manera, ¿cómo es la contabilidad sectorial del dividendo de la paz? El consenso sugiere que el gran beneficiado del fin del conflicto sería el sector agropecuario, dada la concentración rural de las acciones bélicas y de la poca presencia estatal que en principio empezará a subsanarse según lo pactado en el aparte agrario del acuerdo. Allí, por tanto, debería estar buena parte de la nueva acción en actividad económica una vez diluida la guerra.

Antes de pensar cuánto debería crecer el sector agropecuario si fuera el único motor de los dividendos de la paz sobre el PIB, cabe una reflexión histórica. Durante los últimos doscientos años, a medida que las economías se han desarrollado, la participación del sector agropecuario en el total de la actividad económica ha ido perdiendo peso. Colombia no ha sido la excepción: hace un siglo, la actividad agropecuaria era responsable de cerca de dos terceras partes del total, mientras que en el 2015 apenas el 6 % del PIB corresponde a ese sector. Utilizando los datos de Buera y Kaboski (2012), muestro en la gráfica 2 la participación del PIB agropecuario para diferentes niveles de desarrollo (medido como el PIB a precios de paridad, PPA) con datos para 31 países desde comienzos del siglo XIX. En el caso colombiano, los datos cubren desde 1925 hasta el 2004. Cada punto representa el promedio de participación y actividad económica en un país a lo largo de una década.