El amor y tú - Myra H. Pérez Reyes - E-Book

El amor y tú E-Book

Myra H. Pérez Reyes

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Beschreibung

Durante varios años la autora colaboró con el programa Radar que se trasmitía por Radio Progreso. Este incluía una sección llamada "Consultorio del amor" desde el cual Mayra orientaba a los adolescentes que escribían cartas expresando sus dudas e incertidumbres. El presente libro es el fruto de ese trabajo, aborda preguntas que muchas veces nos formulamos en el transcurso de nuestra existencia.

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Créditos

El amor y tú

Myra H. Pérez Reyes

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

Todos los derechos reservados

© Myra H. Pérez Reyes, 2023

© Sobre la presente edición:

Ediciones enVivo, 2023

ISBN: 9789597268628

Tomado del libro impreso en 2022 – Edición y corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diseño de cubierta y emplane: Damaris Rodríguez Cárdenas

E-Book – Edición-corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diagramación pdf interactivo y conversión a ePub y Mobi: Damaris Rodríguez Cárdenas / Diseño interior: DamarisRC

Ediciones enVivo

Instituto Cubano de Radio y Televisión

Edificio N, Calle N, entre 23 y 21, Vedado,

Plaza de la Revolución, La Habana

CP 10400

Teléfono: +53 78384070

Correo electrónico: [email protected]

www.envivo.icrt.cu

Autora

Myra H. Pérez Reyes, “Mayra” (Santa Clara, 1948). Graduada de Licenciatura en Psicología en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Ha trabajado siempre en el área de la Psicología Clínica en el ejercicio de la psicoterapia y su mayor afán ha sido, revolucionar las ideas de los demás con relación a sus conflictos para que alcancen una vida más plena y feliz.

Durante varios años colaboró con el programa Radar que se trasmitía por Radio Progreso. Este incluía una sección llamada: “Consultorio del Amor” desde la cual Mayra orientaba a los adolescentes que escribían cartas expresando sus dudas e incertidumbres.

El libro que hoy presentamos a los lectores es fruto de ese trabajo. Aunque dirigido a adolescentes, este libro aborda preguntas que muchas veces nos formulamos en el transcurso de nuestra existencia. Deseamos que al finalizar su lectura se sientan más seguros y capaces de seguir adelante con sus propias vidas.

Índice de contenido
Créditos
Autora
Agradecimientos
Exergo
Al lector
Prólogo
NOVIAZGO
Hombre casado
Dudas
Concepto de compromiso
Roles de hombre y mujer
El lado doloroso del amor
Ética en el amor
Sin ética
Madurez
Amor imposible
¿Es imposible o lo hago imposible?
¿Cómo encontrar pareja?
Mala suerte en el amor
El amor inolvidable
Autoengaño
Palabras y acciones
Sin reservas
Ir al psicólogo
Falso orgullo
Necesito ayudarlo
Amor propio
Me gustan los dos
No puedo olvidarlo
Gusto y amor
Dar el brazo a torcer
Arriesgarse
Volver a empezar
No sé decir te amo
Timidez
Conquista
Se me ha hecho tarde
Amor y costumbre
Ir despacio
Idealización
Conveniencia
Buscando un papá
Amigo de quien se ama
La crisis como necesidad
Celos
Independencia
Amor a segunda vista
El papel de hombre
Ilusión fantasmal
Prejuicios
Darlo todo por amor
Cada cual ama como es
Pobre amor
Fracasar
Le tengo lástima
Les gusto a todos
Perdonar
Franqueza
Yo, la peor de todas
Infidelidad
Amando a dos
Darle en la cabeza
Falsas esperanzas
Aprendiendo a escuchar
Incógnita
Deber y placer
Seguridad
Seguridad sin amor
Triángulo
Enamoramiento y amor
El precio de la decisión
La dignidad
Enamorarlo
Conquistarlo
Enamorarla
Olvidar
Evasión
Saber perder
Cuándo empezar
Inolvidable amor
Llanto inevitable
Un consuelo
Maltrato
Traición
Romanticismo
Comentarios
El flechazo
Autoestima
Me equivoqué
Falso respeto
Trampolín
Soy culpable
Situaciones inconclusas
El hombre de mi vida
Infidelidad compartida
Influencias
La vuelta atrás
Sin hacer nada
El bien y el mal
Incomunicación
Quererse
Olvido
Elegancia y hombría
Estabilidad a toda costa
Matrimonio sin amor
Lo veo perfecto
Amar sin amor
Una oportunidad
Ser realista
Orgullo herido
Ayúdenme
Pedir disculpas
Conveniencias
Superficialmente
Coacción
Ser perfecta
Falsa compasión
Renunciar a tiempo
Amor y temor
Incertidumbre
SEXUALIDAD
Estoy defectuosa
Les tengo miedo
Aprendiendo a sentir
Sexo a petición
La virginidad
Placer
Preguntas
Tamaño del pene
Caer en un vacío
La entrega sexual
Soy diferente
Familia
Fragmentos reveladores
Carta a las Madres
Carta a los padres
Consejo final

Agradecimientos

ROSARIO es la inspiración

De mi obra más humana,

Sincera como una hermana

Cercana a mi corazón.

Es Rosario una persona

Que no se puede olvidar.

Con su espíritu valiente

Y su palabra sencilla,

Está hecha de la arcilla

De los que saben amar.

LILI es como la canción

Que siempre brota del alma.

Erguida como una palma,

Valiente sin compasión.

Su sonrisa es el bastión

Contra todas las banderas,

A su palabra sincera

Y su cariño profundo

Debe agradecerle el mundo

Su presencia verdadera.

HORTENSIA es siempre palabras,

Nube y rocío a cada hora,

Presente como la aurora

Que con su luz, llena el alba.

Perseverante y fugaz,

Pesimismo y esperanza.

Su verbo es como una lanza

Que brilla en la oscuridad

Para sembrar la verdad

Donde reina la ignorancia.

ZORAIDA con su dulzura

Y su sólida armazón,

Es la más recia mansión

Donde vive la ternura.

De ella dependió el decreto

De ver la página escrita,

Y allá en la oscura garita

Llena de pura añoranza

Supo encender la esperanza

Y alumbrarme con su risa.

Pero si expresar quisiera

Mi sentir en lo profundo,

Debo agradecer al mundo

El ser confianza certera.

Haber sido luz primera

De quien buscó una ilusión,

Del que quiere un corazón

Lleno de sana alegría,

Y no de negra agonía

Que le enturbie la razón.

Si ayudar pude algún día

A quienes me lo han pedido,

Doy por servida ambrosía

El tiempo que yo he vivido.

Gracias doy por haber sido

Fuente pura de confianza,

De alabanza, de esperanza,

De goce y resurrección,

Fuente llena de pasión

Sin importar las ganancias.

Algo quisiera pedirles

En simple compensación,

Y es cercano a la emoción

Lo que quisiera decirles:

¡Que no falte la ternura

Con notas de inspiración!

¡Reine siempre la ilusión

Donde vivió la amargura!

Y que no haya noche oscura

Que perdure… sin amor.

Gracias a todos los que enviaron sus cartas, por confiar en mí.

Exergo

Las puertas se han cerrado,

y sin embargo

no importa,

sigo golpeando.

Siempre,

en la cuadra más imprevista,

en el minuto de mayor desolación:

Alguien

Abre.

Abel Díaz Castro

Poeta cubano

El amor no es el problema.

El amor es, sencillamente,

la solución.

Una oyente

Al lector

Cuando camino por las calles y veo a los adolescentes, dotados de ese modo atrevido y gracioso de ataviarse y enfrentar el mundo, me pregunto siempre: ¿cuál será su inquietud de hoy? Porque tener pocos años tiene una gran ventaja: ¡todo es nuevo! Precisamente por eso, es un tiempo de dudas, ansiedades y desconciertos.

A finales de la década de 1980 me propusieron hacer una sección dentro del programa Radar, que se trasmitía por Radio Progreso y que tenía la siguiente leyenda: “Si tienes un problema de amor o si tu amor tiene un problema, aquí tenemos un Consultorio del Amor y una licenciada en amores para ayudarte a resolverlo”. Parece algo gracioso y de ningún modo pude imaginar que analizaría tantos temas importantes mediante estas sencillas cartas.

Desde que comencé mi labor me cautivó. Ya en el primer mes había suficientes cartas acumuladas para demostrarme que mi trabajo era necesario: llegaron durante más de cinco años cartas procedentes de todo el país; desafortunadamente solo las que están aquí expuestas, pertenecientes al llamado “período especial” permanecieron en mi poder, y en ellas también quedaron reflejadas algunas vicisitudes de aquellos tiempos en los desgastados papeles en que plasmaban sus ilusiones e incertidumbres.

No se desalienten los muchachos si ven que hay más cartas del sexo femenino; estoy segura de que en ellas, los del sexo masculino, también hallarán respuestas muy interesantes. La mayor parte de los temas pertenecen a ambos sexos por igual porque tienen que ver con el ser humano, que es solo uno, con sus esperanzas, anhelos y conflictos.

Tampoco piensen que este libro no les corresponde, porque viene del siglo pasado. Los temas tratados aquí son atemporales: desde Romeo y Julieta —más bien desde el comienzo de los tiempos— y hasta el momento actual, reír y llorar por amor ha sido y será un tema universal que resiste el paso de los años; son las mismas alegrías y las mismas lágrimas, lo que cambia es el entorno social.

A cada carta enviada y mi respuesta correspondiente, le pertenece un título que constituye un tema que se va a tratar y una orientación sobre este. Las cartas están divididas en tres secciones. Las agrupadas bajo el título de “Noviazgo” están vinculadas al complejo tema de los conflictos en las relaciones humanas y, especialmente, de la pareja. En “Sexualidad” encontrarán contenidos específicos al respecto. Finalmente, en el enunciado “Familia”, una pequeña sugerencia para las madres y los padres.

Si estas palabras, escritas por ellos y por mí, pueden servir por lo menos a un adolescente o a una persona de cualquier edad para que enfrente la vida con mayor claridad y fuerza, si ayuda a favorecer el intercambio mutuo y el bienestar de alguien, si permite sembrar una semilla de esperanza, les aseguro que entonces —y solo así— podré comenzar a dormir más tranquila.

La autora

Prólogo

El amor, a lo largo de todos los tiempos, ha constituido uno de los platos fuertes del banquete de la vida, gestor de las grandes obras y de nuestra trayectoria vital: el noviazgo, la pareja, los hijos, la familia. Es precisamente el amor lo que nos hace humanos. Sin embargo, tenemos grandes confusiones sobre este tema, porque se piensa que es solo un sentimiento, una emoción intensa, ciega, irrefrenable, cuando en realidad es más que eso: es una manera de conducirnos con nosotros mismos y con los otros. Amar es por tanto una vivencia acompañada de emoción y pensamientos, pero también pone en juego valores esenciales que nunca pasan de moda como el respeto, la voluntad, el compromiso y la responsabilidad.

Los profesionales de la psicología sabemos que no siempre aprendemos a amar bien. Lamentablemente para un gran número de personas no son buenas las experiencias tempranas en las relaciones con sus padres, familiares y luego con el grupo de pares y de pareja. Muchas cosas que dañan a los humanos las aprendemos tempranamente y las hacemos en nombre del amor, como intentar poseer a otro, maltratar, violentar físicamente, intimidar. Por eso este tema amerita una proyección científica que esclarezca el amor auténtico del que no lo es; el amor que no daña, que hace el bien. La orientación para aprender a amar es un tema de gran relevancia social, pues tiene un impacto en la salud, en la educación y en el bienestar subjetivo de todos los grupos sociales, por lo que nunca será suficiente ni se deben dar por agotados estos temas. En este sentido, textos de orientación como el que presento, que enseñen a la gente a amar, a respetar, a respetarse, a ser feliz, son siempre muy bienvenidos.

Una tarde, así sin esperarlo, llegó a mi casa esta gran mujer: Mayra Pérez, psicóloga de profesión, que según luego ella misma me contó había desarrollado por largos años un programa en Radio Progreso que se llamó Radar y en el que ella tenía una sección llamada en aquel entonces, Consultorio del Amor. Deseaba que yo valorara el libro y que si así lo decidía, le hiciese el prólogo. Me contó que al frente de ese espacio recibió cientos de cartas y solicitudes de jóvenes con muchas inquietudes en torno al tema a los cuales ella daba respuesta, “al aire”. Preguntas e inquietudes sobre sus relaciones de noviazgo, sobre el enamoramiento, las diferencias de edad en la pareja, las infidelidades, los celos, la explicación de lo que es el verdadero amor, entre muchos otros temas que fueron esclarecidos por ella a través de su espacio radial. La afluencia de cartas que recibía dio fe, para mí, del éxito del programa y de sus orientaciones. Luego al leerlas, presentadas hoy en formato de libro, me doy cuenta que el Consultorio del Amor la convirtió en una voz autorizada para los adolescentes y jóvenes por su profesionalidad y su estilo peculiar “poético-literario” sin perder el rigor científico que hacen de este texto una obra atractiva, novedosa y actual. Tal y como se llamaba su espacio el tema central es el amor, las relaciones amorosas y la sexualidad, pero lo valioso de sus respuestas es que ella introduce de manera sutil temas básicos del desarrollo como son la madurez emocional, los valores, la ética relacional, la toma de decisiones, la autovaloración y la autoestima que son formaciones psicológicas básicas en esta etapa de la vida, orientando magistralmente sobre los verdaderos asuntos básicos que subyacen a los problemas amorosos y las conductas de riesgo.

La idea del libro me cautivó, tenía un lejano recuerdo de aquel Consultorio del Amor que se hacía por radio y que tuvo una gran repercusión. No sé por qué azares del destino la sección no continuó, pero Mayra preservó casi todo el material escrito que hoy le ha permitido culminar este texto que tengo el placer de presentar. Un libro que por los temas que trata no pierde vigencia y actualidad a pesar de que ahora los jóvenes han desestimado las cartas para convertirlas en correos electrónicos, mensajes de textos cortos y me atrevería a decir, más superficiales, parcos y con menos riqueza de expresión emocional, pues el lenguaje y la comunicación escrita lamentablemente se han deformado y agilizado en medio de la velocidad de la información y los medios tecnológicos. Me pregunto si los jóvenes y adolescentes de hoy tienen esa capacidad de expresar sus emociones, sus vivencias y preocupaciones, como lo hacían décadas atrás escribiendo diarios, haciendo cartas en un tiempo más pausado, que con la celeridad con que ahora discurre la comunicación.

Muchas cosas me dejaron atrapada desde el primer momento en que comencé a leer esta obra. Su capacidad para dialogar con los jóvenes en un lenguaje claro, sencillo pero muy convincente, la belleza poética en el lenguaje que utiliza, haciendo uso de frases, refranes, poemas y letras de canciones muy bien traídas al texto avalando el sentido de lo que se quiere trasmitir, la diversidad de temas que logra abordar y la profundidad con que están presentes los temas básicos del desarrollo y las formaciones psicológicas necesarias para alcanzar la autonomía y la madurez.

Aunque está dirigido, por el tipo de público con el que Mayra dialoga, a la adolescencia, juventud y también a los padres, recomiendo esta obra para personas de cualquier edad, porque también sus enseñanzas pueden servir de guía y orientación a maestros y otros actores sociales y por qué no, también para revisar desde lo personal temas que nos tocan a todos en las relaciones amorosas, base de nuestro bienestar. Aquí aparecen consejos de orden propiamente psicológicos útiles, como el resguardo de la autoestima, el respeto a la dignidad personal, la importancia de los valores.

Considero que su obra lleva el sello de su persona. Mayra es una mujer clara, transparente, muy espiritual, sencilla, con una humildad que la engrandece y con muchos deseos de ayudar a la juventud. Se dice que amar es tener la capacidad de extender el sí mismo para permitir que los otros crezcan y considero que esta ha sido la divisa con la que ella ha trabajado, primero en el espacio radial y ahora con el presente material que hoy pone a disposición de los lectores.

De todo corazón los invito a leer este libro, en primer lugar a los jóvenes, a los cuales va dirigido, pero también a los educadores y al público en general. Sé que cuando comiencen su lectura, se darán cuenta de que será un libro de cabecera, de esos que uno retoma a cada rato para consultar y revisar como un gran amigo. Espero que lo disfruten, como yo lo hice.

Gracias, Mayra, por darme el privilegio de ser la primera de ese gran grupo de lectores que seguro tendrás.

Dra. Patricia Arés Muzio

NOVIAZGO

Hombre casado

Soy una joven de 17 años y tengo un problema serio en mi historia de amor. He tenido dos novios. Al primero no lo he visto más.

El segundo solo venía de visita, pero un día volvió casado. A pesar de eso continuó buscándome, y como yo sentía que todavía lo quería, me entregué a él. Quería dejar a su esposa, pero yo nunca estuve de acuerdo, a pesar de todo lo que me gusta y lo quiero. A veces quisiera terminar esto de una vez, pero cuando estoy tiempo sin verlo no quiero saber de nadie, solo de él. Por favor, ¿cómo pudiera resolver este problema? ¡Ayúdenme!

Volvemos al frecuente y escabroso tema de la relación con hombres casados. Siempre hemos dicho que la elección de pareja es algo estrictamente personal, por ser así, cuando vamos a decidir algo debemos estar muy seguros de lo que estamos eligiendo, y de los riesgos que implica nuestra elección.

Creo que la mayor parte de las jóvenes que inician relaciones con hombres casados no tienen idea de lo difícil que es esa situación, pensando que se va a desarrollar con la misma naturalidad con que se desenvuelve la relación con un muchacho soltero. Es posible también que la joven esté muy convencida de que va a triunfar, de que “se va a llevar el gato al agua” como dice el refrán, sin saber que antes de que el gato se vaya al agua ella también va a haber tragado tantos buches amargos que puede ponerse a sí misma al borde de la asfixia.

El amor no mira fronteras, eso es cierto, pero antes de ponernos a competir en una carrera de obstáculos, es imprescindible que estemos bien entrenados.

Con todo esto quiero decirte, amiga que escribes, que solo tú puedes saber hasta dónde llegan tus fuerzas pues te espera un camino difícil y espinoso. Piensa si vale la pena seguirlo andando, y sobre todo pregúntate, si él está a altura de tantos malos ratos. Recordando a Pablo Milanés en su canción, te pregunto: ¿es él lo más parecido a lo que tú simplemente soñaste? ¿Podrías renunciar por él a vestirte de novia? ¿Dejarías de fundar una familia?

De las respuestas que des a estas preguntas se derivará la solución del problema.

Creo que bien te convendría quedarte un tiempo a solas para deliberar contigo misma. Y quien sabe si en ese tiempo, el travieso Cupido tire otra flecha que esté libre y sin más compromiso, que el del amor sin límites.

Dudas

Mi problema es el siguiente:

Tengo 16 años y soy novia de un muchacho de 19. Yo sé que él tiene novia, pero no sé si siente amor por ella, porque de ser así, no se exhibiera conmigo como lo hace.

La esposa de mi hermano habló con la otra. Yo quiero saber lo que se dijo en esa conversación para poder entender si él me quiere o no. Como se dice vulgarmente, él es un ‘’picaflor’’, y por eso hemos tenido muchas peleas y separaciones. La última vez que volvimos, por insistencia de él, yo le hablé claro, y le dije que si nos separábamos nuevamente no volveríamos nunca más. Desde que volvimos él se ha tranquilizado un poco: solo está con su novia y conmigo.

Cuando estamos solos él me propone hacer el amor porque dice que esa es la única forma de saber si de verdad nos queremos. Yo estoy muy confundida porque él no hace lo posible por verme y soy yo quien tiene que buscarlo, aunque creo que estoy cometiendo un grave error. Dígame: ¿Hago mal en buscarlo?

—¿Debo hablar con mis padres recordando siempre que él tiene otra novia?

—¿Le pregunto de nuevo a la esposa de mi hermano para que me diga lo que habló con la novia de él?

—¿Qué hacer para atraerlo a mí? ¡Ayúdeme por favor!

La carta de esta amiga resulta un poco asombrosa, pues por lo que se observa, ella está más preocupada por lo que se dijo en la conversación entre la esposa de su hermano y la otra novia de su novio, que por su propia felicidad. Al parecer, ella piensa que puede saber si él la ama o no, si se entera de esta conversación: ¡Qué equivocada está! Solo ella y nadie más, puede saber si es amor o no lo que él le ofrece. A veces, es cierto, el amor se pone máscaras y se hace difícil distinguirlo porque cada cual ofrece el amor de acuerdo con su personalidad, con su muy personal modo de expresión. Sucede que alguien puede estar amando mucho a otro y no saber qué hacer con ese amor ni cómo expresarlo. Pero este no es el caso de esta muchacha con respecto a su novio, porque él da claras muestras de no estar enamorado de ella pues no la busca, le es infiel, no le ofrece el más mínimo halago, y no se preocupa por darle apoyo ni por hacerla feliz en ningún aspecto de su vida.

No creas, ni por un momento, que son las relaciones sexuales las que van a decir si ustedes dos se aman o no, como él te ha expresado. El hecho de tener sexo no prueba nada. Desafortunadamente en el mundo de hoy es algo bastante común el sexo sin amor, y muchas veces se toma este profundo sentimiento como excusa para solo satisfacer un impulso. Entonces amiga: ¿qué es lo que te atrae de tu novio: el sufrimiento que te brinda? ¿Por qué en vez de preguntarte cómo atraerlo no te preguntas: cómo atraerme? La pregunta te parecerá un poco extraña, pero es que resulta bien claro que estás perdida de ti misma y de todo lo que mereces en una relación de pareja. Si tan segura estuvieras de su amor por ti, no anhelarías saber el resultado de esa conversación. Así es que deja de preocuparte por lo que se dijo, y pregúntate si realmente ese hombre te hace feliz, si te da lo que tú necesitas para sentirte bien. Piensa en tu felicidad y en lo que tú sientes, mereces y necesitas, más que en lo que otro pueda decir, porque al fin y al cabo, tú eres la que estás viviendo. Las dudas, en general, son peores que la verdad, y tú no has podido hallar la tranquilidad suficiente para entregarte con deleite a su amor. Yo solo puedo decirte que sobre los cimientos de las dudas no se puede levantar una buena casa donde albergar el amor. De existir dudas hay que tratar de aclararlas, y de no ser posible hacerlo, a veces una separación viene bien.

¿Te conformas tú con una relación en la que solo el sexo demuestra la existencia del amor? Yo espero que no, que tú aspires a tener un amor en el que sea posible hacerse una bonita ilusión para el día de mañana, y que el hombre que te besó en la intimidad, te regale un abrazo caminando por la calle.

La incertidumbre jamás podrá ser el abono propicio para hacer crecer el amor, sino que es una hierba mala que lo devora. El amor y la mentira son dos enemigos muy difíciles de reconciliar. Dice un antiguo refrán que: “amores son acciones y no buenas razones”, no basta con hablar, también hay que demostrar.

Y no olvides ni un solo día de tu vida, que el primer amor es el amor propio. Sin él, todos lo demás amores se hacen imposibles.

Concepto de compromiso

Queridos amigos de Radar:

Tengo 16 años y estudio para maestra. Comenzaré contándoles mi historia. Yo tuve un novio que conozco desde niña, pues somos vecinos. Comenzamos nuestra relación cuando yo tenía 14 años y él 17. Duramos un año y trece días. Nos peleamos porque él se interesó en otra muchacha, al igual que yo, en otro muchacho.

Comencé con ese muchacho, que es muy bueno conmigo, me complacía en todo y nunca nos disgustamos, pero con el tiempo me di cuenta de que no estaba enamorada de él, solo me gustaba. A quien yo amo y quiero es al otro.

Ahora mi segundo novio dice que quiere casarse, y mis padres opinan que debo hacerlo porque él se porta muy bien conmigo, y yo no quisiera disgustarlos. Pero mi vecino ha dicho que va a dejar a su novia para volver conmigo.

Algunas personas me aconsejan que vuelva con el primero y otras que me case con el segundo. Nunca pensé que fuera a pensar en mi boda con tanta incertidumbre. ¡Ayúdenme por favor!

Esta muchacha toca un tema en su carta muy importante, y es el concepto de compromiso, o sea, el estar comprometido con algo o con alguien. Ella siente que por primera vez encontró el amor en su primer novio, sin embargo no puede decidirse porque tiene una especie de compromiso con sus padres que aceptan y quieren al segundo, que se ha comportado tan bien con ella.

Esta muchacha está en un conflicto entre sus sentimientos y lo que considera su deber a cumplir, establecido por las costumbres. Es natural que no quieras disgustar a tus padres, pero en este caso en particular: ¿podrás dar este importante paso en tu vida contrayendo un matrimonio sin sentir amor?

Te aseguro que si te casas solo por complacer a otros, tu vida se convertirá en una bahía a donde ya no llega ningún barco. Trata de reproducir la imagen para que veas cuanto vacío hay en ella.

El primer deber de un ser humano es para con él mismo, con lo que está sintiendo y pensando. Por tanto, tu único compromiso está en reconocer cuáles son tus verdaderos sentimientos, sin engañarte, ni tratar de quedar bien con otra cosa que no sea tu verdadero deseo.

Tu segundo novio acabará comprendiendo que él también merece un amor verdadero y no una caricatura del amor, como la que tú le brindas. ¡Decídete!

Ya sé que no es fácil, pero piensa en tu derecho a ser feliz y en tu recompensa una vez que hayas dicho la verdad. Tus padres acabarán por comprenderte porque seguramente te quieren mucho.

Recuerda que ya quedó decretado por un excelente poeta brasileño, que: “…el mayor dolor siempre fue y será siempre, no poder dar amor a quien se ama…”1. Y que, solo será prohibido: “AMAR SIN AMOR”.

1Thiago de Mello: “Los estatutos del hombre”. Antología. Canto de amor armado (tomado de: Faz escuro mas eu canto), Ed. Crisis, Buenos Aires, 1985. (El gran cantor de Manaos, Brasil, nacido en 1926)

Roles de hombre y mujer

Les escribo a esta sección porque, en verdad, el Consultorio del Amor resuelve los problemas en el amor y un amor con problemas.

Tengo un novio un año menor que yo del cual estoy muy enamorada, pero existen diferencias en nuestras maneras de pensar que nos distancian un poco y tengo miedo de que no lleguemos a un equilibrio. Cuando lo acepté sabía a lo que me sometía y ya llevamos de novios más de un año y medio.

Sucede que yo quiero estudiar una carrera militar y él dice que esa carrera es solo para hombres y que voy a dejar de ser femenina. En otras esferas de la vida nos comprendemos mejor y esto es lo que ha ayudado a que nuestra relación se prolongue. El problema está en que no sé si alguna vez podamos aunar nuestras maneras de pensar o si esto será la causa de una posible separación. Yo hago todo lo posible porque estas diferencias no sean las causantes de nuestra infelicidad.

Quisiera que me ayudaran a tomar una decisión porque no me gustaría perderlo.

Sin más, una oyente del programa que espera le respondan rápidamente.

Esta muchacha toca un tema muy interesante, pues aunque vivimos en un mundo donde el hombre y la mujer se están igualando en funciones, el proceso de aceptación de esta realidad no resulta fácil. Las mujeres nos hemos ido pareciendo más al hombre en su desempeño social, y ellos se han ido acercando más al desempeño doméstico, clásicamente destinado al sexo femenino. Es tan bonito ver a un papá con sus hijos por la calle, recogiéndolos o llevándolos al círculo infantil o la escuela, y ver a un muchacho cocinando o llevando la cartera de su novia para que ella no lleve tanto peso. En fin, demostrando una ternura que no es exclusiva de la mujer, pero que se va de los márgenes del hombre “duro y que no llora”, tan frecuentemente difundida. Pero no es fácil para él sentir que ella entra en su territorio, y mucho menos, pensar que va a estar rodeada de hombres.

Pero si el hombre puede hacer ¡y muy bien hecho por cierto!, todo lo que le ha correspondido tradicionalmente a la mujer sin perder su masculinidad, la mujer también puede llevar a cabo tareas que han sido reservadas a los hombres, sin dejar de ser femeninas.

Siempre existirán diferencias psicológicas entre el hombre y la mujer. Mientras que sea el hombre el que riegue la semilla con su semen y la mujer la que la reciba en su vientre, habrá diferencias. Lo que no tiene que ser necesariamente igual a distanciamiento o discriminación.

Todos estos razonamientos previos servirán para que comprendas, amiga que nos escribes, que el acoplamiento de una pareja es una tarea laboriosa y compleja dadas las diferencias que existen aún entre los roles del hombre y la mujer, además de por las diferencias de personalidad que pueden existir entre ambos. Llevarse bien no es tan espontáneo como parece. Hay que tener paciencia y madurez para trabajar la relación de pareja, y por supuesto, que los dos se quieran. Y esa condición se cumple entre ustedes.

Así es que: ¡lánzate a tu carrera! Y demuéstrale que sigues siendo la mujer femenina que él ama, y sobre todo, que lo sigues prefiriendo entre todos los hombres que van a rodearte. Dale tiempo a que vaya comprendiendo, y apóyate más en lo que los une que en lo que los separa, como has hecho hasta ahora. No renuncies a tu vocación, porque nadie puede ser feliz con quien le pide que renuncie a sus sueños.

Entre ustedes existe lo fundamental que es el amor, y aunque con el amor solo no basta para llevar la embarcación de la pareja a buen puerto, sí constituye una fuerza fundamental para luchar en contra de los prejuicios… y vencer.

El lado doloroso del amor

Yo tengo 12 años y estoy enamorada de un muchacho que tiene 18. Él tiene novia, y cuando yo paso por su lado ni me mira. Cuando lo veo con la novia me dan deseos de entrarle a golpes a ella, y cuando llego a mi casa empiezo a llorar. No me explico por qué no me quiere, será por el “caminao” porque dicen que yo camino tiesa, o por mi forma de ser. Los muchachos por la calle me molestan porque dicen que él no me quiere, que fue novio mío por una apuesta que hizo. Él se va a casar con ella y yo no sé qué hacer para impedirlo. Estoy desesperada porque lo quiero mucho y no podría vivir si lo perdiera para siempre. Hace unos días, él la llevó a su casa y yo estaba allí de visita con mi mamá; me entraron de pronto ganas de llorar, pero aguanté porque se iban a dar cuenta que era por eso. ¿Por qué a veces tenemos que enamorarnos de quien nos hace pasar por más problemas? ¡Ayúdeme, dígame qué puedo hacer!

Esta muchacha, desde sus cortos años, nos hace una pregunta muy interesante. Tanto es así de interesante y profunda que digamos que ha tocado una parte esencial del amor, su condición fundamental y su naturaleza más íntima. La pregunta en cuestión es: ¿por qué a veces nos enamoramos de quien nos hace pasar por más problemas? Porque precisamente, ese es el lado tremendo del amor. Esa capacidad que posee de derribar barreras, de meterse dónde no debe, de no respetar ningún tipo de propiedad privada ni de fronteras, sean de razas, sexo, edades, riquezas o nacionalidades, es precisamente su condición más hermosa y también, su lado más problemático y doloroso. ¿Te imaginas que sería del ser humano si el amor siempre fuera fácil, si siempre creciera donde debe sin encontrar escollos ni dificultades, si siempre se diera entre las llamadas buenas personas? Si fuera así: ¿qué pasaría entonces con la capacidad de lucha de cada ser humano? Sin dudas, ese lado doloroso tiene también su belleza porque pone prueba la autenticidad de ese sentimiento.

Cuando una pareja es atacada desde fuera sucede muchas veces que se une más. En una pareja, si las contradicciones son bien enfocadas pueden servir para que cada uno se conozca mejor a sí mismo y madure. Es como si el uno fuera el escultor del otro, creando de manera recíproca una mejor figura de sí mismo. Pero claro que esta lucha cuesta sufrimiento, como igual cuesta lágrimas el amor no correspondido. El amor es placer y luz, pero también es dolor: amar es deleitarse, pero también sufrir.

Por eso, vive tu experiencia; acepta que esta vez no te toca ganar. Piensa siempre que lo peor es que no ocurra nada y que tu vida sea un vacío. También piensa, que aunque no lo sepas, ya anda rondándote quien te va a secar esas lágrimas, alguien que va a poner en tu cara una sonrisa y te va a llevar a conocer el lado bueno del amor. ¡Sal a la calle y déjate guiar por la vida! Ya verás que dentro de poco, va a llegar “el reparador de sueños” de quien habla Silvio Rodríguez en su canción, para inundar tus días de alegría trayéndote un amor que sí te va a corresponder.

Ética en el amor

Soy una chica de 18 años. Es la primera vez que escribo para felicitarlos por su magnífico trabajo y pedirles ayuda, pues tengo “un amor con problemas”. Estoy enamoradísima de un muchacho que hasta ahora no se me ha declarado, pero que me demuestra que yo también le gusto a él. Anteriormente fue novio de una de mis amigas y yo no quisiera herirla. No sé qué debo hacer, si olvidarlo, si callarme mi amor, o si defraudar a mi amiga.

¡Ayúdeme por favor!, le quedaré agradecida.

Laura

Esta sencilla carta nos pone frente a un tema que tiene una repercusión moral: el tema de la ética, concepto que invade todas las áreas del quehacer humano y de las relaciones humanas también, incluyendo las amorosas. ¿Y qué es la ética?

Simplificando la interpretación podemos decir que: ética es el grado de honestidad y dignidad con que llevamos a cabo una función cualquiera de nuestras vidas. En el diccionario aparece como: relativo a la moral. Se habla mucho de la ética profesional, pero poco se comenta sobre la ética del amor. Esta muchacha, muestra una preocupación por este aspecto, que ya es en sí, un valor.

Ella no quiere herir susceptibilidades, desea enfrentar con la mayor limpieza su futura relación y hace un esfuerzo por enfrentar su nuevo amor con toda honestidad. Muchas veces el corazón y la conciencia se pelean, y por supuesto, que la voz del sentimiento no puede dejarse de oír en la discusión, pero, entre escuchar la voz del amor y no tomar para nada en cuenta la voz de la moral hay una gran diferencia: el amor también tiene su ética.

Laura, no haces mal en aceptar a ese muchacho, él fue novio de tu amiga, pero ya no lo es. Tú y él son libres, se gustan… y están solos. Habla con tu amiga y exprésale lo mismo que has dicho en tu carta, muéstrale tu preocupación por no herirla, pon las cartas sobre la mesa y escucha lo que ella tiene que decir. No va a ser una conversación fácil, pero dado la ética con que enfrentas la vida, es necesaria.

Te felicito por estar dando muestras claras de que eres una persona con honestidad, y animo a todos a que, sin dejar de oír la voz del sentimiento, dejen siempre un espacio para que la voz de los valores morales pueda también cantar en el coro de sus vidas.

Sin ética

Yo tengo un problema y espero que usted me ayude. Tengo 17 años y estoy en un dilema. Mi primer novio estaba casado y me llevaba a la casa dónde vive con su esposa diciendo que yo era su prima, y ella me trataba muy bien. Allí en su casa teníamos relaciones sexuales cuando ella no estaba; yo no me sentía bien con eso pues su esposa se portaba bien conmigo, como ya dije, pero lo hacía porque temía perderlo.

Al pasar los meses él me dejó, a pesar de que yo lo complacía en todo, y yo sufrí mucho. Hace meses, casi un año, conocí a un amigo de él que me trata con mucho cariño y dice que me quiere de verdad; yo creo que es cierto porque me lo demuestra, siempre está al tanto de mí. Al principio yo no le hacía caso, pero ha empezado a gustarme y quisiera ser su novia, pero creo que está mal hacerme novia de un amigo de mi ex novio. Mi familia dice que él me está tendiendo una trampa. Yo lo quiero y no deseo perderlo, y por eso le pido que me diga lo que tengo que hacer, por favor.

Tu carta, seguramente, dejará a algunos con la boca abierta por tu atrevimiento, a otros seguramente confundidos, y no faltará quien te culpe por no poder comprender esta situación. Tú centras tu preocupación en la relación con el amigo de tu ex novio, sin embargo no es eso lo que más llama la atención en tu carta, sino otro concepto sin el cual la vida puede complicarse a veces tanto en la práctica como en lo que respecta a la moral. Y este concepto es el de límite, el del equilibrio entre el bien y el mal: el medio de oro, como dicen los asiáticos.

Refiriéndonos a tu carta, más preocupante resulta la relación que viviste, que la que estás viviendo. Tú eres muy joven y todavía tu concepto de la moral está en formación, pero analiza a fondo y dime: ¿no fuiste en realidad un poco deshonesta? O por lo menos: ¿no te dejaste guiar por quien sí indiscutiblemente lo fue? Llegaste a su casa diciendo que eras su prima, sin serlo, su esposa te ofreció toda su confianza, y cuando ella se iba para el trabajo ustedes hacían el sexo en la misma casa en que ellos compartían juntos también. Piénsalo profundamente: un hombre que te invite a la mentira y al engaño, no te respeta ni se respeta a sí mismo, y por tanto te ofrece un amor con suciedad, turbio, carente de belleza, donde no hay consideración ni respeto, que tiene que acabar mal. Los amores llenos de engaños y mentiras se convierten en trampas en las que se cae irremediablemente. Tampoco creas que por complacer a otro en todo te van a querer más, posiblemente te quieran menos.

Ahora, no te sientas culpable de haberte enamorado del amigo de tu ex novio. Este muchacho siempre te ha tratado con respeto, cariño y ternura, no te ha engañado ni te ha obligado a mentir; y si además te gusta, pues ahí están todos los ingredientes del amor. Hasta ahora no hay datos para pensar que él te está tendiendo una trampa. Con esta experiencia que viviste aprende la lección: no permitas que nadie te saque del camino de la honestidad. Quien te pida hacer algo deshonesto no te ama, y si lo complaces en su propuesta te querrá menos aún.

Acepta con dicha la llegada de un nuevo amor y conserva tu dignidad, pues solo sobre esta primera piedra es que se levanta un amor sano, auténtico y duradero.

Madurez

Tengo 19 años y estoy muy enamorada de un joven menor que yo, pero él es un tanto inmaduro. Fuimos novios diez meses y decidimos casarnos. Todo al principio fue bien, pero al transcurrir el tiempo fueron cambiando las cosas y a los cuatro años de estar casados decidimos dejarnos hasta tanto adquirir un poco de experiencia. Pero yo no puedo estar lejos de él, me siento muy mal porque en realidad estoy enamorada y creo que en este tiempo que estuvimos separados pudiera haber cambiado algo entre nosotros. Nos vemos cada cierto tiempo, pero no me conformo, yo lo quiero al lado mío. Él ha sido el primer hombre de mi vida y si algún día lo pierdo no sé lo que pudiera suceder. Sin él no puedo estar, pero cuando estamos juntos nos pasamos la vida discutiendo, no sabemos hablar tranquilamente.

A veces ni deseos tengo de comer, no me importa nada y me preocupo mucho por las cosas. ¿Por qué si existe amor pasan tantas cosas feas entre los que se aman?

¡Ayúdeme, por favor!

Esta muchacha de 19 años termina su carta con una pregunta que muchas personas jóvenes y adultas han expresado en sus vidas: ¿Por qué si existe amor pasan tantas cosas feas entre los que se aman? Esa pregunta desesperada es fruto de la incomprensión, y esta es en muchas ocasiones el resultado de la inmadurez, y hasta de los trastornos psicológicos de los que puedan ser portadores uno, o los dos miembros de la pareja.

Y ya hemos dicho una palabra clave, casi mágica para el entendimiento entre dos personas: madurez. Esta joven que nos escribe dice tener 19 años y ya hace cuatro que está casada, o sea, que se casó con solo quince años de edad, y por muy enamorada que estuviera, aún no estaba preparada para enfrentar todas las complejidades de una relación matrimonial. Todavía reacciona ante lo que le molesta con una perreta muy parecida a las de la infancia, claro está con las características de esta edad. Y su esposo, igual. Los dos responden impulsivamente y sin pensar, ante las discrepancias y desarmonías que naturalmente enfrentan todas las parejas, sobre todo cuando están comenzando a convivir. Ellos enfrentan la relación matrimonial como una batalla que cada uno tiene que ganar con el triunfo de sus opiniones. Es muy posible que cuando el uno esté hablando, el otro no esté escuchando, sino elaborando una respuesta para irse por encima y ganar la pelea. Y mientras tanto el amor se queda agazapado en un rincón, esperando a que la ira pase para salir de su escondite, pero sucede que a veces pierde el camino de regreso.

De esta carta se desprende claramente la importancia de contraer matrimonio cuando ya ambos miembros de la pareja tengan la madurez suficiente como para enfrentar el trabajoso camino de entenderse; preferiblemente después de los veinte años. ¡Prueba a crecer por dentro!

Antes de responder rápidamente como una ametralladora matando las ilusiones, piénsalo un minuto, al menos un segundo. Pon un compás de espera: respira profundo, da una vuelta, habla con alguien de tu confianza… y recapacita.

Tú eres noble y él también y ustedes se aman, solo hay que añadir a la relación un poco de análisis y paciencia.

Antes de agredirlo, piensa en todo lo bueno que te ofrece. Y piensa, que a veces ganar una pelea puede significar perder un amor.

Amor imposible

Tengo 15 años y nunca he tenido novio, aunque me han llamado la atención jóvenes de mi misma edad. Hace unos cuantos meses conocí a un muchacho de 25 años y creo que desde que lo vi me enamoré de él. Es algo diferente, profundo. No nos vemos mucho, pero cuando lo hacemos conversamos durante largo rato. Somos amigos.

Él ni se imagina lo que siento, nunca se lo he demostrado ni dicho; y por otra parte, no sé si siente algo por mí. Solo me ha preguntado si tengo novio o estoy enamorada, y luego me dice que no me preocupe (pues yo le contesto negativamente) que el amor llega solo, y cuando uno menos lo espera. ¡Cuánta razón tiene!

Lo peor de todo fue lo ocurrido la última vez que conversamos, me dijo que estaba casado. Imaginen cuánto dolor sentí al saber esto. He pensado en olvidarlo porque sé que entre nosotros nunca existirá nada, pero no puedo. Ahora mi único pensamiento es no tener novio hasta que no lo olvide por completo.

Estoy consciente de que soy muy joven aún y tengo un largo camino que recorrer, donde conoceré más hombres, pero creo que Cupido me flechó a esta edad y la flecha decía: “Amor Imposible”.

Por favor, deme algún consejo, cada día pienso más en él.

Con solo 15 años, esta muchacha nos habla de un tema que filósofos y poetas de todos los tiempos han abordado, considerándolo uno de los sufrimientos más intensos que enfrenta el ser humano: el dolor del amor imposible. Un famoso poeta brasileño*, dijo: “esa herida mi bien, a veces no sana nunca, a veces sana mañana”,2 y expresa con sus palabras que olvidar un amor depende en gran medida de la vida misma, con sus sorpresas e imprevistos, y de nosotros, que nos dejemos sorprender.

Si oyes el programa con frecuencia habrás escuchado que en otros casos en que el amor es recíproco, pero por falsos orgullos se mantienen separados, hemos orientado que cualquiera de los dos, sea hombre o sea mujer, rompa la barrera. Pero en el tuyo: ¿dónde está el amor? Solo de tu parte, y aunque te sorprenda la pregunta te diré: ¿estás tan segura de que realmente es amor? Porque tú nada más imaginas lo que pudiera ser una relación con él, pero nunca la has vivido; la práctica no ha comprobado que lo que tú imaginas como un amor inolvidable, realmente lo sea. Posiblemente solo se trate del gusto por alguien que tú has fabricado e idealizado en tu mente a la medida de tus deseos, como sucede en tantos casos que nos escriben diciéndonos que están enamorados de un profesor o de una persona que apenas conocen.

Cuando alguien no corresponde a nuestras ilusiones, se impone ser realista y decir, aunque duela: esta persona no me quiere, y debo esperar a quien seguramente ha de llegar para hacerme feliz. No engañarnos, y admitir cuando es nuestra imaginación la que fabrica una realidad que no existe. Esta es una actitud muy positiva para enfrentar la vida en todos sus aspectos.

Si el amor no es un camino de doble sentido acaba perdiéndose. Y tú, dentro de muy poco, seguramente recibirás otra flecha de Cupido que no dirá: “Amor Imposible” y encontrarás felizmente quien te diga, y a quien decir… te amo.

2 Drummond de Andrade: “El amor bate en la aorta”, Poemas, Ed. Casa de Las Américas, Col. Literatura Latinoamericana, La Habana, 1970.

¿Es imposible o lo hago imposible?

Tengo 15 años, muy joven para una herida de amor tan grande como el mar, que llevo desde los 12 años en que conocí a un profesor del cual me enamoré. Mis amigos han comenzado a burlarse de mí porque pasan los años y yo sigo enamorada de ese profesor. A veces me decía algo, pero no era nada significativo. Yo me he dado cuenta de que estoy demasiado mayorcita ya para estar en esa bobería de estar nada más mirándolo y a veces soportar que pase por mi lado y sentir como si me virara la cara.

Ya llevo tres años enamorada de ese profesor, además los recuerdos son tantos que no son fáciles de olvidar. Soy muy romántica y me gusta oír música, y cada vez que oigo una canción romántica pienso en él y me pongo a llorar para desahogarme o escribo un poema para tenerlo de recuerdo.

¿Es realmente este amor imposible o soy yo quien lo hago imposible? ¿Dejé de hacer algo para que me quisiera? ¡Ayúdeme, por favor!

Esta carta que puede parecer ingenua nos habla de la adolescencia, etapa de la vida en que nos acercamos a temas y preguntas que nos haremos durante casi toda la vida por su grado de complejidad e importancia. Esta muchacha de 15 años, a pesar de lo aparentemente simple de la situación que plantea, se hace ya una pregunta que resulta esencial para tomar una posición correcta en cualquier acción que vayamos a llevar a cabo en nuestras vidas. La pregunta en cuestión es: ¿es esta situación imposible o soy yo quien la hago imposible? Y con este cuestionamiento deja planteado un tema ineludible para todo aquel que quiera acercarse a la madurez, indicándonos como nuestras acciones imposibilitan o facilitan la solución de los problemas que la vida nos plantea. Algunos quieren eludir su responsabilidad en lo que ocurre en sus vidas y hablan de la mala suerte. Si consideramos que nuestra conducta, nuestra manera de hacer las cosas va a resultar decisiva en el curso que tomen los acontecimientos, entonces el lugar que le dejamos a la suerte es pequeño. Pero si creemos que nuestra forma de actuar no tiene mucha importancia porque “lo que va a pasar pasa”, como dicen muchos, entonces el lugar de la suerte es grande.

Sería bueno que siempre que estemos enfrentados a una situación cualquiera de nuestras vidas, recordemos la pregunta que hace esta muchacha: ¿es imposible llegar a la meta realmente o yo lo hago imposible? ¿Soy yo quien con mi forma de ser estoy echando a perder las cosas o es la vida quien ciegamente me está golpeando? Y de este modo, asumiremos la parte de responsabilidad que indiscutiblemente tenemos en cada pedazo de vida que vivimos.