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François Houtart, como otros tanto intelectuales comprometidos y en vínculo con las fuerzas sociales enfrentadas al devorador sistema de dominación múltiple del capital, es parte del movimiento del pensar social crítico contemporáneo. Hoy día estos intelectuales comparten con los movimientos sociales una tarea teórica: poner a punto la actitud crítica que lo caracteriza ante un orden social que persigue cooptar y absorber toda resistencia y práctica adversaria hacia él. El pensamiento social crítico se configura desde una actividad teórica y con un sentido de totalidad acerca de la necesidad real de evaluar y reelaborar críticamente los aparatos conceptuales de la ciencia social crítica, con el objetivo común de buscar soluciones postcapitalistas, formular e interpelar alternativas radicales y verdaderamente revolucionarias ante el capitalismo en general y el neoliberalismo en particular, pensando sus procesos de viabilidad, reflexionando las emergencias del socialismo en las actuales condiciones históricas.
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Seitenzahl: 213
Veröffentlichungsjahr: 2011
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Primera edición: Ruth Casa Editorial/Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008.
Segunda edición: Ruth Casa Editorial/CLACSO, Buenos Aires,2009.
Tercera edición: Ruth Casa Editorial/Fundación El perro y la rana, Ministerio de Cultura, Venezuela
Título original: El camino de la utopía desde un mundo de incertidumbre
Edición para e-book al cuidado de Pilar Jiménez Castro
Edición base: Denise Ocampo Alvarez y Nisleidys Flores Carmona
Diseño de cubierta: Ricardo Rafael Villares
Diseño interior y ajuste de cubierta para e-book: Yadyra Rodríguez Gómez
Diagramación electrónica: Idalmis Valdés Herrera
© François Houtart
© Sobre la presente edición:
Ruth Casa Editorial, 2011
ISBN 978-9962-645-77-1
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com
EL CAMINO A LA UTOPÍA DESDE UN MUNDO DE INCERTIDUMBRE
François Houtart
Prólogo
primera parte.La ética de la incertidumbre en las Ciencias Sociales
La ética de la incertidumbre en las Ciencias Sociales
I. Introducción
II. La teoría de la incertidumbre en las ciencias sociales
El aporte de Edgar Morin
El conocimiento
La complejidad de la incertidumbre
La ética
III. La incertidumbre construida
IV. Ensayos éticos frente a la incertidumbre: John Rawls y Enrique Dussel
John Rawls: la incertidumbre regulada
Enrique Dussel: la ética de la liberación
V. La ética como construcción social
El carácter relativo de la construcción
Los varios niveles de la ética
La deslegitimación del capitalismo como exigencia ética
El papel de las religiones
VI. Conclusiones
Bibliografía
Segunda parte.Búsqueda de nuevos espacios
Derecho, sociobiodiversidad y soberanía
I. El control de la biodiversidad, nueva frontera del capitalismo
La crisis de acumulación de los años setenta
El neoliberalismo
Acentuación de la crisis y búsqueda de nuevas fronteras
II. Los efectos ecológicos, sociales y jurídicos del control y la explotación de la biodiversidad
La destrucción de la biodiversidad como fruto del modelo económico
Desastres humanos
Efectos jurídicos
III. Las resistencias
Los movimientos sociales
La lucha jurídica nacional e internacional
IV. Hacia una nueva filosofía de la naturaleza y de la humanidad
Dimensión ética y religiosa
El papel jurídico
Bibliografía
Movimientos sociales y proyecto de nación
I. La construcción de los Estados-naciones
II. El desarrollo de la conciencia nacional
III. El Estado dentro de una perspectiva neoliberal
IV. Nueva fase del imperialismo
V. Los movimientos sociales
VI. Movimientos sociales y proyectos nacionales
Los movimientos sociales y la construcción de un nuevo sujeto histórico
I. ¿Por qué un nuevo sujeto histórico?
II. Los movimientos sociales
III. ¿Cómo construir el nuevo sujeto histórico?
La globalización de las resistencias al neoliberalismo
I. La historia de la convergencia de las resistencias
II. El porqué de las convergencias
III. Las características de las convergencias
IV. Los desafíos de las convergencias
Un socialismo para el sigloxxi. Cuadro sintético de reflexión
I. Los objetivos o la utopía
Prioridad de la utilización renovable de los recursos naturales
Predominio del valor de uso sobre el valor de cambio
Participación democrática en todos los sectores de la vida colectiva
Interculturalidad
II. Los medios
La relación con la naturaleza
El predominio del valor de uso sobre el valor de cambio
El principio de la democracia
El principio de interculturalidad
III. Las estrategias
Tercera Parte. De la resistencia a la ofensiva en América Latina
De la resistencia a la ofensiva en América Latina: ¿cuáles son los desafíos para el análisis social?
I. ¿Por qué en América Latina?
II. El contexto histórico
III. La relación entre los movimientos sociales y las nuevas izquierdas políticas
Los movimientos sociales
Las resistencias culturales
Las “izquierdas” políticas
Los proyectos de integración
IV. Algunos desafíos para las ciencias sociales
Movimientos sociales y acción política
Alternativas
La ética
Bibliografía
Yohanka León del Río1Denise Ocampo Álvarez2
1Yohanka León del Río (La Habana, 1962). Máster en Pensamiento Latinoamericano. Doctora en Filosofía. Investigadora del Instituto de Filosofía y Profesora Titular Adjunta de la Universidad de La Habana. Ha publicado ensayos y artículos en diferentes libros y revistas.
2Denise Ocampo Álvarez (La Habana, 1974). Licenciada en Lengua Inglesa. Máster en Lingüística Aplicada. Analista del Discurso. Editora del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, Cuba, y de Ruth Casa Editorial, Panamá. Ha publicado artículos científicos y periodísticos en diferentes libros y revistas.
Cuando en 1516 en la ciudad de Lovaina Tomas Moro inventaba su neologismo de utopía, con que nombraba a esa maravillosa isla del adelantado Utopos, su amigo personal Erasmo de Rotterdam le dedicaba en agradecimiento suElogio de la locura. A estos amigos entrañables los unía el fervor humanista de la época y la travesía visionaria del futuro. Muchas veces lasobras que perduran son un gesto íntimo no solo de la creación sino del placer de compartir ese acto y su resultado. Sentimiento infinito, necesario y que acompaña la solidaridad, que más que darse, es el de caminar juntos. Eso ha hecho en su bregar profesional y confesional el amigo entrañable de los movimientos sociales, François Houtart. Él recrea el futuro imaginario, deseado, luchado y construido humanamente, desde la mirada aguda y crítica del científico social, por militante de la fe infinita en el humano devenir del divino ser humano. Por esa razón al escribir Houtart lo hace desde los movimientos sociales y para ellos, sus compañeros de viaje hacia esa isla maravillosa de Utopía.
François Houtart, como otros tanto intelectuales comprometidos y en vínculo con las fuerzas sociales enfrentadas al devorador sistema de dominación múltiple del capital, es parte del movimiento del pensar social crítico contemporáneo. Hoy día estos intelectuales comparten con los movimientos sociales una tarea teórica: poner a punto la actitud crítica que lo caracteriza ante un orden social que persigue cooptar y absorber toda resistencia y práctica adversaria hacia él. El pensamiento social crítico se configura desde una actividad teórica y con un sentido de totalidad acerca de la necesidad real de evaluar y reelaborar críticamente los aparatos conceptuales de la ciencia social crítica, con el objetivo común de buscar soluciones postcapitalistas, formular e interpelar alternativas radicales y verdaderamente revolucionarias ante el capitalismo en general y el neoliberalismo en particular, pensando sus procesos de viabilidad, reflexionando las emergencias del socialismo en las actuales condiciones históricas.
La reflexión humanista ética y crítica identifica el tratamiento de la problemática de las alternativas en el análisis de las condiciones de posibilidad de un pensamiento social crítico que persigue fines e ideales relacionados con el cambio revolucionario de la sociedad y se plantea abordarlos reivindicando en el discurso a la utopía. Los enfoques son varios, desde la labor propiamente teórica sistematizada hasta el desarrollo del debate en los espacios de intercambio de opinión políticos, ensayísticos y periodísticos. El motivo fundamental en muchas de estas reflexiones es la necesidad de debatir acerca de las formas y modos de construcción de las alternativas, el problema de la organización política, las relaciones de poder alternativas, cómo lograr un cambio en las relaciones sociales, en la necesidad de pensar el socialismo en las condiciones actuales, y en la relevancia política y epistemológica de la utopía en el debate acerca de la teoría revolucionaria.
En este contexto, aparece el libroEl camino a la utopía, desde un mundo de incertidumbre,antología de textos producidos en los últimos años por el sacerdote y sociólogo belga François Houtart. En algunos casos nos encontramos ante ponencias o conferencias presentadas en eventos en diferentes países; en otros, se trata de artículos publicados en Internet o en forma de cuaderno. Su estructuración en la presente antología, en tres partes a distintos niveles de generalidad, propicia una relectura integradora que permite pasar del plano más teórico a la propuesta, porque es en aras de transformar la realidad, que vale la pena interpretarla.
La primera parte, “La ética de la incertidumbre en las ciencias sociales”, marco filosófico de todo el compendio, localiza el espacio de las ciencias sociales en tiempos en que más de un filósofo ha cuestionado si aún estas han lugar. En una primera aproximación, puede contrastar por su perspectiva teórica general, en el contexto de la obra de Houtart más puntualmente difundida en los últimos tiempos; dígase la que dimana de investigaciones y publicaciones sobre temáticas religiosas, sociales y económicas –con frecuencia, en sociedades o regiones específicas–, dígase la que proviene de sus funciones como secretario del Foro Mundial de Alternativas y directivo del Foro Mundial de Porto Alegre. Sin embargo, “La ética de la incertidumbre en las ciencias sociales”, en todo caso fundamenta la razón de ser de los movimientos sociales alternativos, y en tal exposición integra justamente los temas más visitados en la actualidad por la obra del sociólogo y sacerdote belga. Resulta una perspectiva, desde la sociología, sobre cómo funciona la ética en el contexto de las sociedades contemporáneas, y –a partir de algunos pilares del pensamiento complejo, entre ellos, las ideas de Edgar Morin– una fundamentación de la legitimidad de estudiar los colectivos. En este texto es importante la indicación hacia los nuevos elementos que caracterizan el actual momento de la dominación del capital. La totalidad del sistema de explotación económica del capital por la tendencia expansionista de la subsunción formal de la ley del valor y la imposición del mercantilismo como lógica de funcionamiento organizativo de producción y reproducción de la vida social –y, en consecuencia, el funcionamiento devorador de las bases fundamentales de la civilización humana: la naturaleza y el hombre– hace necesaria la empresa crítica radical de la deslegitimación del capitalismo para poder recrear la esperanza.
La segunda parte, “Búsqueda de nuevos espacios”, está constituida por cinco textos que dan continuidad a la primera, en la medida en que marcan el paso a una aplicación más concreta a lo planteado con anterioridad. Desarrollan el tema de los movimientos sociales y el protagonismo que están llamados a alcanzar en una situación donde lo permanente, según toma Houtart de Morin, el proceso de auto-eco-reorganización en el tiempo físico, biológico y antropológico, está sujeto a la incertidumbre ya no solo de mutaciones impredecibles, sino a la incógnita de hasta dónde será capaz de sostenerse un mundo agredido por la lógica del capital.
Sin ánimo de recorrer cada constituyente de esta segunda parte, mencionaremos cuestiones esenciales de algunos de los ensayos, como el planteamiento de la necesidad de una nueva filosofía de la naturaleza y de la humanidad, la importancia de retomar la idea de Estado-nación como base de las resistencias de los movimientos sociales, el fenómeno de la convergencia y la globalización de las resistencias, o el tema de la construcción del nuevo sujeto histórico como un sujeto popular, democrático y plural, formado por una multiplicidad de actores –en contraste con la “multitud” a la que se refieren Hardt y Negri– en las diversas regiones del mundo. De cualquier manera, nos resulta oportuno destacar la particular trascendencia del texto “Un socialismo para el siglo XXI. Cuadro sintético de reflexión”, crisol que integra y sistematiza todo lo expuesto a lo largo de los materiales antologados. Busca, además, librar de ambigüedades el término “socialismo”, tan llevado y traído en la actualidad, con mayor o menor conocimiento de causa. Este trabajo lo define a partir de los objetivos de la utopía, y los medios y estrategias para lograr ese proyecto postcapitalista que defienda la solidaridad y la dignidad humanas.
Sobre esta segunda parte, puede decirse, en sentido general, que la impronta de lo social y lo popular radical en las alternativas es abordada a través del análisis de aspectos de la convulsa vida social y política de los movimientos sociales. La meta estratégica de la urgencia anticapitalista marca el horizonte distintivo del momento histórico, lo que Houtart denomina como el pacto del nuevo sujeto histórico. Son la humanidad como sujeto real y la construcción plural, democrática y multipolar del sujeto histórico lo que definen su novedad ante el genocidio y ecocidio contemporáneo.
La antología cierra con una tercera parte titulada “De la resistencia a la ofensiva en América Latina”. El artículo que la compone concretiza todo lo abordado en términos teóricos o generales, y lo recontextualiza en Latinoamérica como región que marca el paso de la resistencia a la ofensiva. Houtart explora las peculiaridades políticas, económicas, ideológicas y culturales que han dado lugar a esta movilización, y examina diferentes movimientos sociales, las llamadas “resistencias culturales” e “izquierdas” políticas. Asimismo, y en esa medida este texto complementa al ya mencionado “La ética de la incertidumbre en las ciencias sociales”, se propone exponer algunos desafíos que impone el panorama actual a las ciencias sociales, para un estudio que articule el aspecto histórico, la interpretación dialéctica y la situación en el contexto global.
El camino a la Utopía, desde un mundo de incertidumbre resulta un convite reflexivo para redefinir las metas, plantearnos la pregunta analítica acerca de la sociedad que queremos, como utopía necesaria, pregunta que va respondiendo Houtart cuando expone acerca del problema que el pensamiento social debe enfrentar en tanto el “pensamiento único” considera que las alternativas son meras utopías, proyectos descalificables. El texto nos muestra cómo el despeje de las múltiples incógnitas está sujeto a la tarea de considerar un proyecto movilizador enraizado en lo real, que defina los objetivos a medio y a corto plazo, pero que haga posible soñar despiertos.
Finalmente, sin evadir la reflexión acerca de los fines y losmedios, François Houtart nos propone un modelo de sociedad futura basado en principios humanamente deseables y factibles. Una nueva racionalidad que parta del dominio no de la naturaleza sino de las capacidades humanas para construir la sociedad humana desde la lógica de lo natural renovable y no desde su uso depredador. La lógica reproductiva de la sociedad, por consiguiente, será sustentada por los vínculos sociales a partir de los valores de uso, la participación democrática y multicultural.
El autor de estos textos bien podrá tomar para sí los versos del trovador inglés “dirán que soy un soñador, pero no soy el único”. François Houtart no solo declara, sino analiza, reflexiona, explica, propone y conmueve cuando finalmente sentencia: “Podemos concluir que si es eso lo que llamamos socialismo, se trata de un proyecto profético y constructor, capaz de contradecir la ‘barbarie’ y de traducir en un proyecto postcapitalista a la vez la defensa de la dignidad humana y el amor al prójimo”. Ciertamente, no está solo.
Va acompañado en el viaje perenne al futuro, cargado de la amistad y la esperanza de las luchas y las resistencias de los movimientos sociales.
1Conferencia presentada en el ciclo Complejidad e Interdisciplinariedad en Ciencias y Humanidades, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, en octubre de 2006; publicada en un cuaderno homónimo por la Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006.
I. Introducción
En la situación mundial actual, la ética tiene un lugar central. Lo experimentamos tanto al nivel de la racionalidad prácticacomo al nivel de la crítica intelectual. Eso se manifiesta en particular en tres dimensiones. En primer lugar, las prácticas empíricas políticas y económicas presentan situaciones particularmente delicadas. En el orden político, notamos que la democracia parlamentaria tiene hoy de manera muy visible una serie de desviaciones, tanto por su mercantilización (el precio de un candidato) como por las alianzas contradictorias y la corrupción. En el plan económico, hemos asistido en los últimos años a escándalos financieros de gran dimensión, a prácticas delobbyingque falsifican el juego económico y político, a la atribución de salarios extravagantes a los dirigentes de empresas y a muchas otras prácticas contradictorias con la ética. Todo eso ha provocado una reacción bastante sana en la opinión pública, que exige cada vez más procesos transparentes, el respeto de la ética de los sistemas económicos, sociales, políticos, culturales, y un alto nivel moral de los actores sociales, políticos y económicos.
A nivel teórico esta nueva atención a la ética ha planteado también otras interrogantes. Por ejemplo, en el plan político:
¿Qué significa la democracia? ¿Cuáles son las reglas de funcionamiento de un sistema parlamentario? ¿Cómo escapar de lo que parece ser una lógica electoral que mata los fines y privilegia solamente los medios? En el plan económico, es la lógica misma del sistema capitalista lo que está en discusión. ¿Cuál es la base ética de un sistema que desarrolla a un 20 % de la población mundial y excluye prácticamente al resto? Un proceso de deslegitimación de esta lógica económica está avanzando rápidamente.
Finalmente, en el plan filosófico, la reflexión sobre la naturaleza de la sociedad y del ser humano es también resultado de una conciencia ética nueva. Evidentemente, se trata de problemas que la humanidad se planteó desde hace centenares de años. Sin embargo, hoy, con la situación particular tanto del conocimiento social como del desarrollo de un sistemaeconómico destructor de la naturaleza y de los seres humanos, la cuestión toma dimensiones nuevas.
Para ilustrar este tipo de preocupación, quiero contar un pequeño incidente. En el año 1975, un poco después de la reunificación del Vietnam, participé en una cena en Ciudad Ho Chi Minh (Saigon) junto con el secretario del Partido Comunista de la ciudad, el señor Ba, y el arzobispo de Saigon, Monseñor Binh, un hombre ya anciano, sabio y de una mente muy abierta. El señor Ba, que había sido antes representante del Frente de Liberación Nacional en París, explicaba con muchos detalles y bastante entusiasmo los planes del Partido Comunista para la reorganización económica, política e ideológica de la gran metrópolis que era Saigon al salir de la guerra. Monseñor Binh escuchaba con mucha atención. No interrumpió a su interlocutor. Cuando el señor Ba terminó su exposición, la reacción de Monseñor Binh fue la siguiente: “Cómo me gustaría que los comunistas creyeran un poco más en el pecado original”. Él recordaba así la dimensión de la condición humana, como contexto de toda acción. De hecho la problemática de la ética se inscribe no solamente en situaciones concretas inmediatas, sino también dentro de la gran pregunta de lo que es el ser humano colectivo en permanente construcción.
En este ensayo vamos a desarrollar la mirada del sociólogo, que se pregunta cómo funciona la ética en sociedades concretas. En realidad, no podemos pensar la ética de manera puramente abstracta, sino en su contexto de relaciones sociales concretas, es decir, la ética como una construcción social. Todas las filosofías que han tratado la ética social no han podido escapar de la necesidad de la mediación de una visión social, más o menos explícita, que hoy día pertenece al campo de las Ciencias Sociales. Abordaremos el problema de la ética en funciónde una orientación particular que se desarrolló durante los últimos 25años: la perspectiva de la incertidumbre. Edgar Morin, sociólogo y filósofo francés, trabajó esta última, y nos apoyaremos en gran parte en su visión de las cosas. Para aplicarla a la ética, estudiaremos dos posiciones opuestas en la filosofía social actual: la de John Rawls y la de Enrique Dussel. Finalmente, terminaremos con una propuesta sociólogica sobre la ética de la incertidumbre.
II. La teoría de la incertidumbre en las ciencias sociales
Este tipo de teorías se desarrolló en reacción contra una concepción de la racionalidad que provocaba una segmentación de lo real y un reduccionismo, una visión linealunicausalyun determinismo bastante mecanicista que provocó el desarrollo de un pensamiento único y el legalismo en el orden jurídico.
Se trata de reconstruir una epistemología compleja, que reconoce los límites de la elementaridad, la importancia de la temporalidad, la multidimensionalidad y lo transdisciplinario.Tal visión de la realidad conduce al crecimiento de la concienciade la ambivalencia de lo real, de la aleatoriedad, de la incertidumbre, así como de la pluralidad de las instancias epistemológicas. Es todo lo contrario de una racionalidad rígida, organizada desde una cumbre de principios que orientan el pensamiento sobre la realidad.
En ciencias sociales, esta visión de base desarrolló dos orientaciones que podemos llamar de tipo postmoderno. La primera desembocó en el rechazo de la existencia de sistemas y de estructuras, para valorizar lo inmediato, el sujeto, la historia cotidiana. La segunda reconoce que la incertidumbre no significa la ausencia de paradigma y de referencias.2
2Hemos tratado de este tema enMercado y religión, y retomamos dicho texto en las dos páginas que siguen.
En el primer caso, la observación de base es que en la modernidad la racionalidad tecnocientífica se impuso como la única y que eso tuvo como consecuencia una reducción del abanico de los saberes. Al contrario de lo que se afirmaba a propósito de la objetividad del conocimiento, se dice que el conocimiento no es neutro, ni en ciencias de la naturaleza ni en ciencias sociales. Existen condiciones sociales que orientan el desarrollo de las ciencias y también de sus elecciones. Así, ya no se acepta el sujeto como conocedor ahistórico y neutro, y para algunos aún la idea misma de la realidad parece inadecuada. El pensamiento postmoderno busca nuevos métodos de razonamiento: el valor del afecto frente a lo racional, del pensamiento analógico frente al analítico, de lo parcial frente a la totalidad. Y eso tiene importantes consecuencias sobre la manera de aprehender lo real.
Se afirma como punto de partida el fin de las categorías universales, de las explicaciones sistemáticas, de las legitimaciones, y, lógicamente, la invalidación de los grandes metarrelatos3frente a la enorme diversidad de la realidad. Eso significa no solamente un gran vacío teórico, sino también una gran multiplicidad de visiones. Es el reino de los pequeños relatos: “victoria de las masas contra la cultura aristocrática”, dice Yves Boisvert enLe monde postmoderne.4
3J. F. Lyotard:Les postmoderne expliqué aux enfants,Gallilée, París, 1986, p. 38.
4Y. Boisvert:Le monde moderne. L’Jartmattan,París, 1996, pp. 92-93.
No existe una historia unificada, solo relatos. No se puede pensar el mundo en función de un fin. Tampoco la historia conduce necesariamente a lo mejor, como pensaba Kant. Cuando Habermas dice que se trata de una crisis de toda legitimación teórica, los postmodernos contestan que ya no se necesitan legitimaciones. Insisten sobre los peligros de la teorización que son el totalitarismo de la verdad, la coerción del pensamiento global o de categorías únicas de tiempo y espacio5y hacen una crítica de todo fundamentalismo, que para ellos caracteriza todo saber que funda una disciplina. La incertidumbre invade todo el panorama y relativiza no solamente la visión de lo real, sino el pensamiento mismo.
5D. Harvey:The condition of the postmodernity, Basil Blackwell, Oxford y Cambridge, 1989.
Solo hay circunstancias y cada saber es particular. G. Vattimo declara que se multiplican los dialectos.6Eso significa una duda generalizada y un saber pragmático: el único criterio es su eficacia.7
6G. Vattimo:La societé transparente, Desclée de Browver, París, 1990.
7Y. Boisbert:op. cit., p. 63.
Unos afirman también que el error es riqueza. Michel Maffesoli enLe temps des tribusdice que existe: “una multiplicidad de ideologías vividas al día sobre valores próximos”. Eso exige el reconocimiento de la existencia de un eclecticismo, para asegurar la coexistencia pacífica de todos los discursos. Finalmente Stephen Crook escribe: “la única cosa cierta es la incertidumbre continua”.8
8S. Crook:Postmodernization in advanced society, Sage, Londres, 1994, p. 2.
Se observa además que esta corriente está favorecida por la existencia y la importancia cultural de los medios de comunicación de masa, que ya no permiten una visión totalizante. Se trata de hechos directos, concretos, vividos, lo que lleva a “una nueva transparencia democrática”, según G. Raulet.9
9G. Raulet: “Stratégies consensuelles et esthétique postmoderne”,Recherches Sociologiques,vol. XX, no. 2, 1989, p. 21.
En consecuencia, lo real se presenta como cultura y pluralidad de textos. Es Jacques Derrida quien habla de “juego infinito de textos sin sentido dado”. Los hechos sociales son expresiones simbólicas y deben leerse como textos. Como lo expresa bien Amando Robles, se trata de la “conciencia de saber que no pueden sustituir aquellos referentes (metasociales) por otros nuevos... Lo más que puede aspirar es a ‘escribir’, dejar ‘textos’, no obras con sello definitivo, y a descubrir y recuperar las ‘escrituras’ de otras épocas, los ‘textos’ que fueron dejando, sus huellas”.10Realmente estamos en la incertidumbre. Algunos autores hacen afirmaciones aún más radicales: existe una total distancia entre el mundo simbólico y la realidad. Esta última ya no tiene valor como base epistemológica.
10A. Robles:Religión y paradigmas, Ed. Fundación UNA, Heredia, 1995, p. 213.
Es precisamente contra este tipo de posiciones que Alan Sokal escribió su artículo irónico en la revistaSocial Text,11para denunciar “un pensamiento informe favorecido por un vocabulario oscuro, que niega la existencia de la realidad objetiva y elude intencionalmente la distinción entre los hechos y el conocimiento que tenemos de ellos”.12
11A. Sokal: “Transgression of Fonctions: Toward an hermeneutics transforming the quantie gravitation”,Social Text, Autumn, 1995.
12N. Levisalles, 1995.
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