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«El cruzado» (1851) es un drama en verso y cinco actos que se estrenó el 5 de noviembre de 1842. La historia de esta tragedia se ambienta en la época medieval, durante las luchas entre cruzados y musulmanes, en Antioquía.
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Seitenzahl: 88
Veröffentlichungsjahr: 2021
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José Mármol
Saga
El cruzado
Copyright © 1851, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726681918
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
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PERSONAL
Director adhonorem, señor Ricardo Rojas
Técnico para el estudio del folklore, señor Vicente Forte
Técnico para la organización de la bibliografía argentina, señor Narciso Binayán
Adscriptos ad honorem, señores :
__________
Las publicaciones del Instituto aparecen en cuadernos, sin periodicidad, divididos en cuatro secciones:
Ia Sección de folklore, dividida en tres series :
2a Sección de documentos, dividida hasta ahora en cuatro series :
3a Sección de crítica.
4a Sección de bibliografía.
(Véase el detalle en la pág. 3 de esta tapa.)
drama en 5 actos y en verso
por
JOSÉ MÁRMOL
(1851)
El 5 de noviembre de 1842 se estrenó en el Teatro Nacional de Montevideo la obra que el Instituto de literatura reimprime en este cuaderno. La prensa guardó silencio durante varios días: sólo conocemos el artículo anónimo de Alberdi publicado en el folletín de El Nacional del 12 de noviembre — que se reproduce en el tomo XV de los Escritos póstumos —, y el firmado por X, publicado en la Gaceta de comercio, el 15 del mismo mes.
Los comentarios son reticentes. No podría — vista la cosa a la distancia — achacarse el fracaso a los actores, que debieron sin embargo soportar buena parte del chubasco crítico: Alberdi ataca a algunos de ellos en el artículo mencionado, la Gaceta había dado un veredicto condenatorio pocos días antes. Sea como fuere El cruzado no pasó del estreno y gustó menos que El poeta, que alcanzó su tercera representación. Alberdi mismo señala una de las causas del fracaso: «para sociedades como las de América es totalmente inadecuado el drama erudito e histórico y mucho más si la historia que le sugiere alimento es del otro hemisferio y de tiempos que distan mucho del nuestro. La sociedad en que vivimos, esto es, la sociedad americana con sus tradiciones, usos, caracteres, pasiones e intereses peculiares será en lo futuro el material en que tome sus inspiraciones el autor de El cruzado». Por su parte el crítico de la Gaceta — que no había asistido a la representación, pero que había leído la obra — descontaba que « no haya arrancado las simpatías del Poeta a pesar de que lo consideramos mejor concebido y desenvuelto, y esto probará a su autor la obligación en que está en no desprenderse de la sociedad que lo escucha, o de herirla más directamente en los puntos de contacto entre ella y el drama». El articulo terminaba reiterando las incitaciones de americanismo literario: «Aconsejamos al señor Mármol el estudio de nuestras cosas para poder felicitarlo del modo que deseamos.»
» La critica de Alberdi se refería también a lo teatral de la obra, que parece merecerle reparos, pues hace saber que « el fuerte del señor Mármol en sus trabajos dramáticos es el estilo indudablemente», y agregaba que « quizá proceda esto de que ha cultivado más el estilo que la invención dramática; en tal caso será de esperar que el ejercicio de este último talento se desenvuelva en adelante hasta colocar todas sus facultades dramáticas en el mismo nivel».
Lo que todavía no ha hecho la crítica es investigar cual fué la fuente de inspiración que Mármol tuvo presente, ya que no es creible que toda la invención le pertenezca. Esa tarea estaría fuera de lugar en esta breve noticia.
Nueve años después de su representación, en vísperas de la caída de la dictadura, Mármol publicó su drama en un folleto anexo al periódico La semana que él mismo dirigía. En 1855 fué reimpreso en las Poesías, editadas en tres tomos. En la presente reimpresión se reproduce la última forma, señalándose al pie de la página las pocas variantes introducidas en el texto de 1851. La foliación indicada aquí en números en negrita encerrados en paréntesis rectangulares, corresponde, por la tanto, a la edición de 1855.
NARCISO BINAYÁN.
Luis vii.
Eleonora (esposa de Luis).
Alfredo.
Celina.
Alberto.
Raymundo (rey de Antioquía).
Ebrardo de Barres (G. Maestre de los Templarios).
Bernardo.
Jilberto.
El G. Maestre de los Hospitalarios.
Jaimar.
Daniel.
Isabel (Condesa de Nevers) .
Paje 1°.
Paje 2°.
Caballero 1°.
Caballero 2°.
Damas, caballeros, escuderos, soldados de la Cruz, soldados musulmanes.
La escena pasa en Asia por los años 1142 á 44.
El primer acto en el desierto, el 2°, 3° y 4° en Antioquia, el 5° junto á los muros de Damasco.
Tienda de Campaña — pequeñas mesas con pebeteros encendidos.
ALFREDO y CELINA.
Celina con un lujoso traje Oriental, dormida sobre cojines de damasco: Alfredo á sus pies — va amaneciendo y se oye el siguiente canto:
Ven, aroma de la Arabia.
Rica perla de Basora,
Ven, que mueren las estrellas
Porque aparece la aurora.
[8] Como vapor de azahares
Se exale tu dulce sueño;
Despierta, desde la Meca
Quiere mirarte tu dueño.
Va la oracion á rezarse
Alá es grande, poderoso,
Con hurís de ojos brillantes
Tiene un serrallo precioso.
Ven, hermana de Nourddin,
A ofrecerle tus amores;
Ven, despues irás al baño
Y á la gruta de las flores. »
cel .
Esperad: pronto á vosotros
Irá á reunirse Celina,
Y saludará la Meca
Besando la arena tíbia.
Pero, esperad: aquí tengo
Otro Dios del alma mía;
A él el primero le debo
La voz primera que diga.
¡Cuán ajitado su sueño!
¡Cómo el corazon palpita
Con vigoroso poder!!
Aun en su rostro se mira
La espresion de las pasiones
Que al lado de su Celina
Le conmovieron el alma.
[9] Noche de amor y delicias,
Palmeras que habeis servido
De dosel á nuestras dichas;
Brisa sutil del desierto
Que habeis llevado las chispas
De nuestras almas de fuego;
Desierto que las abrigas;
Cielo, espacio, flores, vientos
Repetid las armonías,
Con que vibraron anoche
Nuestras dos almas unidas.
Profeta de Alá que diste
Tu misma alma á tus hijas,
Tú, que de amor los alientos
Por el desierto deslizas,
Y se arden los corazones
Al punto que los respiran;
Infunde en este europeo
La luz de fé que me guía,
Y mas que ama á los mortales
Sepa adorarte...
alf.
¡Celina!
cel.
Alfredo!
alf .
Dueño del alma.
Aun en mis venas se ajita
La dulce májia que anoche
Por mis venas discurría!
¿Y tú, bien mio?
[10] cel .
De oro.
Y de imájenes floridas
Han sido mis sueños.
alf .
Ah!
Le plugo á la suerte mia
Entremezclar en los sueños
De esta noche peregrina,
Recuerdos tristes, amargos
De mi desgraciada vida...
cel.
Siempre ajilado... soñando
Con esa nube sombría
Que ya pasó... ¿No se calman
Tus penas con las delicias?
¿El presente no es de flores?
¡Ah! tú no amas á Celina!
alf .
Que no te amo! ¿Qué dices?
Cuando el Sol mas ilumina,
Dí que está negro el espacio;
Y en la noche mas umbría,
Dí que brilla el firmamento;
Dí que el desierto no anida
Un grano solo de arena,
Dí por fin que el alma mía
No está en mi pecho encerrada,
Y dime despues, Celina,
Que estoy mintiéndote, amor.
cel.
Encanto del alma!
alf .
Mira.
[11] Hai en el mundo una tierra,
(Mal mi lengua la apellida)
Hay un bello paraíso
Llamado Italia, y la vida
Recibí sobre su suelo.
El sol que en su cielo brilla
Derrama rayos de amores,
Que al alma mas abatida
Alientan con su calor.
El aire que se respira
Es suave y perfumado,
Y compararlo podría
Tan solo con tus alientos.
Pues bien, traje con la vida
Todo el amor que se encierra
Bajo ese celeste clima:
Ardiente y sensible el alma
Como su sol y su brisa...
cel.
Y qué! ¿mi amor no es bastante?
alf .
Aun no he concluido, Celina.
Si era sensible mi alma,
Tambien un deseo habia
Mui violento, el de la gloria.
Pero esa gloria, Celina,
Grande, bella, que la fama
Publica de clima en clima,
Haciendo que al escucharla
Doblen todos la rodilla...
[12] Miré brotando de Europa
Las huestres que al Asia altiva
Debian pisar la frente,
Para vengar la justicia
De mi Dios. En el momento
Mi alma quedóse cautiva
Bajo mi fuerte armadura,
Y en su cárcel presumía
Mundos de gloria y laurel...
De los primeros la orilla
Pisé del Bosforo, y pronto
Tambien con planta atrevida
Pisé el primero esta arena;
Y el primero que hizo trizas
Contra el musulman la lanza,
Tambien fuí yo: pocos dias
Bastaron, y ya mi nombre,
Que tan oscuro vivía,
A iluminarse empezaba.
Ah! ya lo sabes, Celina,
Esa aurora tan hermosa
La eclipsó la suerte impía,
Poniéndome entre cadenas...
cel .
Hierros que la pasion mia
Ha destrozado al momento...
Quizá al mirarte te envidian
Los mismos que te vencieron,
Y ¡ay! que seria maldita
[13] La suerte del que te ajára!
Te rindió mi comitiva
En la marcha que seguimos
A Edesea, y ese dia
Verte y amarte, mi Alfredo,
Fué un relámpago en mi vida.
Mi relijion y costumbres
Conspiraban á mi dicha,
Pues ni el hablarte siquiera
Sin crímen me permitian;
Pero mi amor, mis riquezas,
Y un alma con osadía
Te trajeron hasta mí.
Y haciendo á mi comitiva
Marchar lenta en el desierto,
Dias de amor y ambrosía
Nos alumbra el claro sol:
Quizá se espone Celina,
Pero ¿qué importa? Mi hermano
Me ama; pero si atrevida
Su mano mi amor tocára,
Con astucia ó valentia
Te arrancaré de Edesea;
Y solo con tu Celina
Vagarás por el desierto,
Teniendo el sol por cortinas
Y por lecho las arenas.
¿Qué me importan pedrerías,