El marxismo del Che y el socialismo en el siglo XXI - Carlos Tablada - E-Book

El marxismo del Che y el socialismo en el siglo XXI E-Book

Carlos Tablada

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Beschreibung

La reflexión humanista ética y crítica identifica el tratamiento de la problemática de las alternativas en el análisis de las condiciones de posibilidad de un pensamiento social crítico que persigue fines e ideales relacionados con el cambio revolucionario de la sociedad y se plantea abordarlos reivindicando en el discurso a la utopía. Los enfoques son varios, desde la labor propiamente teórica sistematizada hasta el desarrollo del debate en los espacios de intercambio de opinión políticos, ensayísticos y periodísticos. El motivo fundamental en muchas de estas reflexiones es la necesidad de debatir acerca de las formas y modos de construcción de las alternativas, el problema de la organización política, las relaciones de poder alternativas, cómo lograr un cambio en las relaciones sociales, en la necesidad de pensar el socialismo en las condiciones actuales, y en la relevancia política y epistemológica de la utopía en el debate acerca de la teoría revolucionaria.

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Seitenzahl: 114

Veröffentlichungsjahr: 2012

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Primera edición en español:Ruth Casa Editorial/Leuven, Bélgica,2007.

Primera edición en portugués: Sind Bancarios Porto Alegrey Feraçao Dos Bancarios RS Porto Alegre, Brasil, 2008.

Primera edición en neerlandés Mechelen, Bélgica, 2009.

Segunda edición en español:Ruth Casa Editorial/Ediciones La Tierra, 2011

Título original: El Marxismo del Che y el socialismos del siglo XXI

Edición para e-book al cuidado de Pilar Jiménez Castro

Edición base: Denise Ocampo Alvarez

Diseño de cubierta: Claudia Méndez Romero

Diseño interior y ajuste de cubierta para e-book: Yadyra Rodríguez Gómez

Diagramación electrónica: Idalmis Valdés Herrera

© Carlos Tablada Pérez, 2011

© Sobre la presente edición:

Ruth Casa Editorial, 2011

ISBN 978-9962-645-78-8

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

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Carlos Tablada Pérez

El marxismo del Che

y el socialismo en el siglo XXI

Contenido

El marxismo del Che y el socialismo en el siglo XXI

I

II

El marxismo del Che

I. Che Guevara como autor marxista crítico

II. El pensamiento económico de Che Guevara

III. El socialismo y el hombre

IV. El socialismo: Hecho de conciencia y de organización de la producción

V. Economía, ética y conciencia

VI. Ernesto Che Guevara y el futuro del socialismo

Bibliografía

El autor

El marxismo del Che y el socialismo en el siglo XXI*

* Ponencia presentada por el Dr. Carlos Tablada Pérez en el Coloquio Internacional Che Guevara, celebrado en la Universidad de Pau, Francia.

I

Permítanme agradecerle al Centro de Altos Estudios Fernando Ortiz, dirigido y fundado por el Dr. Eduardo Torres-Cuevas, y a los dirigentes y miembros del Laboratoire de Recherches en Langues et Littératures Romanes, Études Basques, Espace Caraïbe, de la Université de Pau, por la invitación a este encuentro académico y humano; particularmente, al profesor Jean Ortiz, que hizo posible mi estancia hoy aquí con ustedes; y también, deseo agradecer a todos los que han hecho posible la magnífica organización de este evento.

Varios compañeros me han solicitado que inicie estas palabras contando la historia de mi libroEl pensamiento económico de Ernesto Che Guevara, hijo del alma, que en veinte años, desde que vio la luz por primera vez, supera las treinta y dos ediciones,1tres reimpresiones, en nueve idiomas, con más de quinientos mil ejemplares vendidos, sin contar las ediciones piratas, en decenas de países.

1En febrero de 2011, fecha en que se procesa el presente libro,El pensamiento...cuenta con treinta y cuatro ediciones.

Con diecinueve años, en abril de 1967, entré a trabajar como profesor en el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana.

A fines de ese año asistí a una conferencia que dictaba un profesor soviético en la Escuela de Ciencias Políticas. El profesor en su discurso afirmó que la Revolución Cubana de 1959 había triunfado por la huelga general y que la lucha armada en la Sierra y en el Llano había sido irrelevante. Y que Che Guevara estaba profundamente equivocado en todas sus críticas a la economía de la Unión Soviética y de los países del Este.

Nadie le objetó y pedí la palabra. Contra su primera afirmación pude aportar argumentos convincentes avalados por los hechos y reconocidos hasta por los enemigos de la Revolución. Cuando intenté rebatir sus críticas a Che, me percaté de que no lo conocía lo suficiente; que lo amaba, lo quería, pero no podía rebatir ni uno solo de los argumentos expuestos por el profesor soviético.

Salí de la conferencia enfadado conmigo mismo y fui directo a comprar libros escritos por Che. A pesar de recorrer varias librerías no encontré ninguno. Tampoco hallé libros escritos sobre Che. Terminé en la Biblioteca Nacional de Cuba revisando revistas y periódicos.

Existían numerosos artículos polémicos, cartas y grabaciones, donde Che exponía sus concepciones de un modelo alternativo al socialismo real. No obstante, estas ideas —que se materializaban en más de cien empresas industriales con unidades de producción por encima de las dos mil, y con miles de trabajadores— no estaban aglutinadas en un libro o una obra metodológica organizada.

Me planteé el desafío de recopilar, estudiar y presentar en un libro la esencia de las ideas económicas, sociales, políticas, éticas y filosóficas de Ernesto Che Guevara. Este fue el desafío que me impuse en 1969. En julio de 1984, quince años después, lo logré. Tres años después se conocía mi libro por haber obtenido el Premio Casa de las Américas 1987.

Vuelvo a 1968. En ese año pedí permiso a las autoridades del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana para que me dieran un año sabático para ir a trabajar de vaquero, y se me concedió; y entre vacas, terneros y pasto concebí un plan que abarcaría cinco investigaciones. Hoy estoy culminando la segunda2iniciada hace diecinueve años, en 1988.

2Se trata deLa historia de la banca en Cuba.

En mayo de 1969 regresé al Departamento de Filosofía y el 1ro. de junio, mientras nacía mi primera hija, Johanna Ruth, comencé a escribirEl pensamiento económico de Ernesto Che Guevara.

A fines de 1971 fue cerrado mi centro de trabajo y con esta acción vino también la prohibición de seguir siendo profesor.Continué por mi cuenta; en el tiempo libre, después de trabajar en otra cosa para mantener a la familia, la investigación sobre el pensamiento de Che. No abandoné los estudios de Che aunque no estuvieran de moda y aunque fueran tabú en esos años tristes de mimetismo del modelo soviético.

Che me guió a estudiar a su maestro Fidel Castro, en 1972. A esa altura de la investigación, me enseñó que debía sumergirme en el pensamiento y la obra de Fidel Castro, y retomar mis estudios realizados con anterioridad sobre José Martí, lo cual me llevó dos años para ponerme al día y poder llevar los tres pensadores simultáneamente a lo largo de los años que aún me faltaban para culminar mi obra en 1984.

En 1975, víspera del 1er. Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuando comenzaba a asumirse el modelo soviético, entregué a la dirección del país una de las primeras versiones del libro, que tuvo un total de veintisiete. En esta discrepaba del dogmatismo en el que vivíamos y al que nos avecinábamos en la economía.

El libro no hubiera arribado a puerto si no hubiese trabajado en el sistema empresarial económico cubano. De 1973 a 1991 fui director económico y de servicios de los Planes Especiales de Educación, primero, y, a partir de 1976, de la EMPROVA, una empresa nacional de producción y servicios de la Secretaría del Consejo de Estado de la República de Cuba, que contaba con 2 823 trabajadores y 52 fábricas y unidades de servicios.

Trabajar en la producción y en los servicios me permitió, en primer lugar, aplicar, en esa empresa, con buenos resultados, el sistema económico creado y desarrollado por Che. Y a partir de 1977, aplicar el modelo soviético; por ello, pude analizar como cubano, como dirigente empresarial y como investigador, el efecto de ambas concepciones en la economía y en la persona.

Muchos amigos me aconsejaron de buena fe, a fines de los años setenta, que dejara la investigación del pensamiento de Che, que estaba desperdiciando mi vida y mi tiempo en un tema en el que no había interés oficial. No lo hice, continué a contracorriente. Se amaba a Che, Che y los niños, Che austero, Che guerrillero, Che y los ancianos, pero sin un pensamiento sólido que mostrar.

Hay consenso en que mi libroEl pensamiento económico de Ernesto Che Guevararescata al Che, pues abrió la posibilidad en Cuba de que se perdiera el temor a investigar su pensamiento económico, político, social y filosófico.Y a partir de la publicación de esta obra, para bien de todos, comenzaron a aparecer decenas, cientos de artículos y libros, y hasta cátedras sobre Che. Demostré que sí se podía. Y es mi mayor satisfacción personal.

Todo el dinero percibido por concepto de derecho de autor por este libro lo he donado a la salud de mi pueblo a través del organismo al que pertenezco desde hace treinta años, la Secretaría del Consejo de Estado de la República de Cuba.

En la investigación, seguí el método de no leer nada que no fueran escritos de Che. No leí libros ni artículos sobre Che en esos quince años de investigación y escritura.

En Moscú, en 1986, finalizada la escritura del libro dos años atrás, mientras visitaba y hurgaba en la Biblioteca del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, en la cual estaba para defender el grado de Doctor en Ciencias Económicas con mi libro, encontré la obraEl pensamiento del Chede Michael Löwy, a quien conocí en el Departamento de Filosofía a inicios de los setenta cuando nos visitó. Es un magnífico libro que recomiendo lean, y hoy le rindo homenaje. Néstor Kohan, en el prólogo a la edición 29adeEl pensamiento económico de Ernesto Che Guevarase refiere justamente a la obra de Löwy.

Deseo agradecer a Luis Álvarez Rom, ministro de Hacienda en los años de Che como Ministro de Industrias, a Fajid Alí Cordoví, a Orlando Borrego, a Haydée Santamaría, a Elena Gil, a Raúl Roa García, a Celia Sánchez Manduley, al Dr. José M. Miyar Barrueco, al Dr. Osvaldo Martínez, al Dr. José Luis Rodríguez, a Efrén Díaz Acosta, al Dr. Oscar Pino Santos, a María Julia Garaitonandia, a Ricardo Alarcón de Quesada y a Fidel Castro Ruz. A algunos de ellos por haberme facilitado materiales inéditos del Che y a otros de los mencionados por sus críticas a las distintas versiones que fue necesario hacer, y el apoyo efectivo que me han brindado, particularmente Efrén, Osvaldo, el doctor Miyar y Fidel.

II

El pensamiento, los sentimientos y la acción de Ernesto surgieron, se expresaron y se realizaron en el centro del proceso revolucionario más destacado y hereje de la segunda mitad del siglo XX: la Revolución Cubana.

Ernesto pudo asumirla creativamente porque tuvo tres componentes en su formación que lo predispusieron a ello:

La formación cultural, ética y social progresista dada por su familia y el entorno en que ella se movió, que pusierona su disposición lo más positivo de la cultura occidental acumulada.

La historia de Argentina, país donde nació y creció, y la influencia de la República española y sus luchas.

Su experiencia en el terreno: vivencias sociales directas en casi todos los países de América Latina, el Caribe y el sur de los Estados Unidos, en sus primeros veintitrés años de vida.

Por otra parte, la Revolución Cubana contaba con todos los ingredientes necesarios para impactar al joven Ernesto, culto y conocedor de las realidades de nuestra América:

Un pensamiento revolucionario autóctono de profundas raíces, que se había nutrido de lo mejor de la cultura mundial y que había puesto la ética como piedra base para toda acción, para todo pensamiento.

Un pensamiento revolucionario autóctono que siempre había acompañado la palabra, la idea, la ilusión, la esperanza, el sueño, con la acción, puesto de manifiesto en cuatro revoluciones, desatadas en menos de ochenta y cinco años, de donde habían surgido y descollado dos obras pilares:

1. Una escuela militar insurgente, cuya arma principal es la ética,que hoy día aún se estudia y usamos los cubanos, con efectividad para defendernos del imperialismo estadounidense.

2. La obra de muchos pensadores revolucionarios, la cual alcanza su máximo exponente en José Martí. Sin Martí y sin el espíritu de Antonio Maceo y su familia no se puede comprender por qué Cuba no se desmoronó como el resto del bloque soviético, por qué sobrevivió a la Guerra Fría, sobrevivió al bloqueo más inhumano y criminal aplicado a un pueblo en la historia de la humanidad por la potencia más poderosa en los anales de la Historia.

Estos son los elementos esenciales para no olvidar, y tener presente en este siglo XXI. Porque el pensamiento martiano y una corriente del pensamiento marxista posterior a José Martí desarrollado en los años veinte del siglo XX, cuyo exponente más brillante es Julio Antonio Mella, en Cuba permitieron la elaboración de un marxismo de la subversión y no el de la obediencia; un pensamiento de cuestionamiento total a las verdades eternas del capital y de los regímenes del bloque soviético y los partidos comunistas, que se dedicaron más a interpretar que a transformar la realidad.

Martí estudió a Marx, le rindió tributo, pero también lo criticó.

Mella, en una fecha tan temprana como 1925, al fundar el Partido Comunista en Cuba, en el mismo acto se enfrentó a las primeras manifestaciones de dominación y obediencia y distorsión del ideal libertario de la Revolución Rusa de 1917.

El otro pivote, pilar a tener en cuenta para comprender a Ernesto, es la figura, el intelecto, la ética, la acción consecuente de su jefe y maestro, Fidel Castro Ruz. La amistad y comunidad intelectual que ambas personalidades establecieron, marcaron, en buena medida, la historia y la suerte de nuestra Revolución Cubana.

La Revolución de 1959 fue contra todo el saber y verdades establecidas en Occidente, en la izquierda y en la academia. Cuba era el único país del mundo donde era impensable que se diera, triunfara y se desarrollara una revolución antimperialista, que conquistara la independencia, la soberanía y se fundaran y crecieran instituciones populares inéditas de verdadera participación popular, tanto en la defensa como en la distribución del plusproducto en los años sesenta.

Y fue un principio de la Revolución Cubana, desde sus inicios, que no tenía sentido alguno realizar ninguna acción, organización, proceso productivo o político, si no iba encaminado y se obtenía el mejoramiento humano y la desalienación.

Estas son las premisas indispensables, desde mi modo de ver, para comprender los aportes de Ernesto Guevara de la Serna al Socialismo del siglo XXI.

Ernesto, convertido en Che por sus compañeros cubanos,