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Esta historia se inspira en El origen del mundo, el famoso cuadro de Gustave Courbet exhibido en el Museo de Orsay, en París. Se escribió mucho acerca de la identidad de la modelo hasta que, en 2018, resolvieron el viejo enigma de 152 años: ese «interior» pertenecía a Constance Quéniaux, una cortesana que había formado parte del cuerpo de bailarinas de la Ópera de París. Para olvidar a Khalil, cuya pedida de mano, que ella considera un sinónimo de servidumbre, la privaría, a su parecer, de la libertad que tanto valora, Constance encuentra consuelo en los brazos de nuevos amantes de paso. Como devota lectora del marqués de Sade, no tiene ningún tabú ni límites mientras haya consentimiento mutuo.-
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Seitenzahl: 19
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Louise Manook
El origen del mundo vol. 2
Constance
LUST
L’Origine du monde vol.2 – Constance
Copyright © 2021 Louise Manook and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved
Translated by Marta Cisa Muñoz ISBN: 9788726430356
E-book edition, 2021 Format: EPUB 2.0
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El origen del mundo vol. 2
Constance
Entre El Cairo y Alejandría, 1860.
Dormir. Olvidar. Evadirme con los sueños. Entro en la cabina con la firme intención de meterme en la cama y sumergirme en los brazos de Morfeo.
El calor sigue siendo abrumador. Me dirijo al armario y me desnudo delante del espejo mientras me pongo un camisón de seda tussar. Siento un pesar en el corazón, como un mareo, así que me tumbo sobre la cama. Escondo el rostro en las almohadas mientras intento tranquilizarme. Pero Khalil está en todas partes. Está en la huella que ha dejado su cuerpo en la cama, en el perfume de los visillos y en los objetos que le pertenecen. El sueño se me vuelve a escapar. Empiezo a tocarme porque el orgasmo suele ser el mejor modo de desahogar los tormentos, pero tampoco tengo éxito. Las imágenes eróticas que evoco son tiernas y nada lascivas. Siento como la furia se apodera de mí...
¡Estoy tan enfadada con Khalil por haberlo saboteado todo! Me ha traicionado. Vivíamos una historia de amor perfecta, de una sencillez enternecedora y obvia. Pensaba que vivíamos el día a día, sin preocuparnos de un mañana que estaba demasiado lejos como para concebir utopías o considerar un siguiente paso. Khalil lo ha arruinado todo al pedirme matrimonio. ¿De dónde viene ese deseo insaciable de los hombres de poseer?
