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Esta historia se inspira en El origen del mundo, el famoso cuadro de Gustave Courbet exhibido en el Museo de Orsay, en París. Se escribió mucho acerca de la identidad de la modelo hasta que, en 2018, resolvieron el viejo enigma de 152 años: ese «interior» pertenecía a Constance Quéniaux, una cortesana que había formado parte del cuerpo de bailarinas de la Ópera de París. De regreso a París, Constance vuelve a su vida y su círculo de amantes, gozando de su existencia y, sobre todo, de su encuentro con Auguste Rodin, cuyas manos son igual de hábiles esculpiendo piedra que dando caricias íntimas.Cuando Khalil le pide un último favor, que pose desnuda para él, ella acepta. El artista no es otro que Gustave Courbet, de una virilidad casi brutal.-
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Seitenzahl: 23
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Louise Manook
El origen del mundo vol. 3
Gustave
LUST
L’Origine du monde vol.3 – Gustave
Copyright © 2021 Louise Manook and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved
Translated by Marta Cisa Muñoz ISBN: 9788726430462
E-book edition, 2021 Format: EPUB 2.0
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El origen del mundo vol. 3
Gustave
¡París, por fin!
¡Qué alegría volver a mi universo y a mi habitación, en la que paso la mayor parte del tiempo! Echaba de menos el ambiente de París, como el Jardín de las Tullerías, por el que paseo cada mañana tras haberme tomado un tentempié en la cantina de la calle del Louvre.
Organicé una cena con todas mis amistades para contarles mis aventuras en Oriente. En la cena, me escuchan con embeleso mientras les describo la travesía por el Nilo, las pirámides y la gran esfinge de Guiza. Khalil, Giorgio, y la noche de amor al aire libre bajo la vía láctea. Mis amistades y yo vivimos vidas de libertinaje y nos encanta avivar nuestras veladas con historias de nuestras aventuras eróticas... ellos no se quedan atrás y me relatan todas las historias escabrosas y los rumores que han corrido por la capital desde que me ausenté.
Lentamente voy volviendo a la misma vida que había dejado en París. Voy al teatro, ceno muy bien acompañada en los mejores restaurantes, asisto a los estrenos de las óperas de la capital y me relaciono con la flor y nata de los artistas de la época. Y, además, está la ristra de amantes que encuentro al azar en las fiestas de Montmartre... A algunas personas podría parecerles una existencia fútil o superficial, y quizás sea verdad, en parte. Desde que el dinero dejó de suponerme un problema, decidí disfrutar de cada día de mi existencia. ¡Y qué le voy a hacer si a algunos cascarrabias les rechinan los dientes ante eso!
