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Conferencia impartida por Ana Noguera, miembro del Consell Valencià de Cultura, en el acto de apertura de la XXXV edición de la Universitat d'Estiu de Gandia, el 12 de julio de 2018. Noguera afirma que construir una ciudadanía global abre un mundo de paradojas y contradicciones de difícil solución: la búsqueda de la identidad personal, la libre elección de las creencias, la dignidad de las culturas, la no imposición del colectivo sobre la persona, la autonomía de un proyecto de vida... Conseguir que lo individual y lo colectivo nos produzcan satisfacción al mismo tiempo significa renunciar a la escala de valores que hemos adoptado. Para ello resulta imprescindible que la sociedad se rebele; que deje de proteger al egoísta, al machista, al especulador, que reprenda al que viola los principios colectivos y que no vea como modelo a aquel que triunfa pasando por encima de los derechos ajenos. Si no lo hacemos, seguiremos confundiendo conceptos tan importantes como la libertad y la exigencia, la felicidad y el consumismo, la tolerancia y la indiferencia, la política y la demagogia, el triunfo y el dinero.
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Seitenzahl: 29
Veröffentlichungsjahr: 2019
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El siglo XXI:dilemas moralespara unareconstrucción social
Ana Noguera
El siglo XXI:dilemas moralespara unareconstrucciónsocial
Conferència impartida per
ANA NOGUERA,
Membre del Consell Valencià de Cultura,
en la Universitat d’Estiu de Gandia
a l’acte d’obertura de la XXXVena edició
de la Universitat d’Estiu de Gandia,
el 12 de juliol de 2018
© Ana Noguera, 2019
© D’aquesta edició:
Publicacions de la Universitat de València, 2019
CEIC Alfons el Vell, 2019
Centre Internacional de Gandia
de la Universitat de València, 2019
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
Disseny i maquetació: Inmaculada Mesa
ISBN: 978-84-9133-254-1
Estimada y amiga alcaldesa, Diana Morant, rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, vicerrector de Projecció Territorial i Societat, JorgeHermosilla,director del Centro Internacional Emili Aura y señores y señoras, amigos y amigas,
quiero agradecer muy sinceramente el regalo que me han hecho de inaugurar esta 35.ª edición de los cursos de la Universitat d’Estiu. Y mucho más en un año de celebraciones, puesto que se cumplen diez años del Centro Internacional de Gandía, una ciudad de referencia en nuestra comunitat, baluarte de la cultura, la identidad, la vanguardia y la reflexión intelectual. Por todo ello fue reconocida el pasado 2017 como Capital Cultural Valenciana, la primera que estrenó esta distinción autonómica. Aquí vinimos el Consell Valencià de Cultura, en febrero, para apoyar con entusiasmo la propuesta de creación de una Casa dels Escriptors i Escriptores en l’Alquería del Duc.
Desde aquí, la Universitat de València asume el reto de seguir reflexionando, esta vez bajo el sugerente título «A cavall entre dos segles», lo que nos obliga a establecer un puente de análisis entre nuestra historia y nuestra proyección de futuro.
La frondosidad de los árboles no solo es lo que vemos, sino también las raíces que los sujetan. Así somos nosotros: sujetos históricos; cofres llenos de memoria, de sucesos, de acontecimientos, de mitos. Aunque en este nuevo siglo XXI parece que solo vivamos en y por el presente, desanclados de raíces, sin entender muchas veces de dónde venimos y qué queremos proyectar.
Para construir este puente me permitirán que empiece por recordar algunas efemérides que se celebran este 2018, y que para mí, personalmente, son significativas. Seguro que hay muchas más, pero estas nos han dejado huella:
• Celebramos el bicentenario del nacimiento de Carlos Marx, que, como dijo José Luis López Aranguren, «su nombre es el más escalofriante de todos los nombres propios de personas que estremecen, no por crímenes, sino por puras doctrinas».
• Y mucho tuvo que ver la doctrina marxista con la mayor movilización social y cultural del siglo XX: el Mayo del 68, que todavía emociona a los que entonces fueron jóvenes, y de la que hoy se conmemoran cincuenta años.
• Un mes antes, el 4 de abril de 1968, fallecía un luchador pacifista por los Derechos Humanos, Martin Luther King, quien nos dejó su compromiso vital: «Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas».
• Setenta años se cumplen precisamente de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que sigue siendo una guía ética de acción imprescindible, «Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana».
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