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"Cada autor ilustra a partir de sus experiencias de investigación vinculadas a una práctica clínica, la necesidad de un psicoanálisis vinculado al campo del cuidado, de la educación, del trabajo social. Ellos describen una práctica de psicoanálisis vinculado a la Ciudad, que es básicamente su única posibilidad de continuar existiendo (…) Podemos decir que sospechamos que el psicoanálisis ha contribuido en parte para su propia exclusión de muchas instituciones y eso justamente por una pérdida progresiva de su capacidad de tener una concepción política, entendida como la capacidad de articular destino individual y destino colectivo, inconsciente y contexto (…)." "Cada autor ilustra a partir de suas experiências de pesquisa vinculadas a uma prática clínica, la necessidade de uma psicanálise engajada no campo do cuidado, da educaçao, do trabalho social. Eles descrevem uma prática de psicanálise engajada na Cidade, que é básicamente sua única possibilidade de continuar existindo (…) Podemos dizer que suspeitamos que a psicanálise tenha contribuído em parte para sua própria exclusão de muitas instituições e isso justamente por uma perda progressiva de sua capacidade de ter uma concepcão política, entendida à capacidade de articular destino individual e destino colectivo, inconsciente e contexto (…)." -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
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Seitenzahl: 396
Veröffentlichungsjahr: 2025
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EL SUJETO DESAFIADO: ACCIÓN EDUCATIVA, INTERVENCIÓN CLÍNICA Y SOCIAL
(versión en español)
O SUJEITO DESAFIADO: AÇÃO EDUCATIVA, INTERVENÇÃO CLÍNICA E TRABALHO SOCIAL
(versão em português)
Coordinadores:
Marcelo Ricardo Pereira
Sébastien Ponnou
Segundo Moyano
Cristina Ronchese
El sujeto desafiado: acción educativa, intervención clínica y social
Marcelo Ricardo Pereira ... [et al.]. -
1a ed. - Rosario: Laborde Libros Editor, 2022.
274 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-677-395-9
1. Psicología. 2. Educación. I. Pereira, Marcelo Ricardo.
CDD 370.158
1º edición: agosto de 2022.
© Laborde Editor –2000 Rosario
3 de Febrero 1065 – Tel/Fax: (0341) 4498802
Rosario (C.P. 2000) – Argentina
Página Web: www.labordeeditor.com.ar
Email: [email protected]
Obra financiada con recursos de la UFMG - Programa de Posgrado en Educación de la Universidad Federal de Minas Gerais, de la EOVI- Fondation et la Fondation de l’avenir, France, IRIHS, Université de Rouen y de la UNR- Facultad de Psicología.
Revisión de la traducción al español:
Mg. Cristina M. Ronchese
Dr. Segundo Moyano
Revisión de la traducción al portugués:
Dr Marcelo Ricardo Pereira
Datos del Traductor:
Antonio Codina es licenciado en lengua portuguesa y estudiante de doctorado en la Universidade de São Paulo (USP).
Antonio Codina é licenciado em língua portuguesa e doutorando em linguística pela USP.
Queda hecho el depósito legal que establece la ley 11.723.
Marca y características gráficas registradas en la Oficina de Patentes y Marcas de la Nación.
Impreso en Argentina.
Ilaria Pirone – Université París 8
Un prefacio se escribe después de la lectura del libro. Una palabra extraña, que recuerda algo del psicoanálisis, ese decir que precede, pero que ya es un después, ese decir que relee un pasado para prometer un horizonte posible, un futuro anterior del que este libro habrá sido para lo que él está siendo. Es por ello que sólo puedo esperar que este libro no cese de ser escrito en, y a través de, las lecturas que cada uno de nosotros sabrá hacer.
Me parece que podemos leer las contribuciones de este trabajo siguiendo tres líneas bien tejidas. Cada autor ilustra a partir de sus experiencias de investigación vinculadas a una práctica clínica, la necesidad de un psicoanálisis vinculado al campo del cuidado, de la educación, del trabajo social. Ellos describen una práctica de psicoanálisis vinculado a la Ciudad, que es básicamente su única posibilidad de continuar existiendo, un primer hilo. Pero, y este es el segundo hilo, cada una de esas contribuciones también evidencia las dificultades de esa bisagra, que se basa en el fracaso del encuentro entre el discurso analítico y los dispositivos civilizatorios, por lo tanto, normativos. Sobre esa falla fundadora, una vasta literatura se viene dedicando desde los años 19801 para decir cómo esa bisagra está al borde del imposible, de un lado una ética del deseo, de otro los desafíos de la civilización, tercer hilo.
Este trabajo colectivo escrito en varias lenguas muestra que el psicoanálisis vive también fuera de las consultas y círculos privados de los psicoanalistas. Es verdad que el psicoanálisis es una cuestión privada, que se vive en lo íntimo del diván, allá donde el pasaje por ese lugar permite la inscripción de un trazo. También es verdad que “algo del psicoanálisis” es transmitido en las universidades2 y en las instituciones analíticas. Pero sólo la posibilidad de encontrarse con lo Real de la vida en la Ciudad puede permitirle seguir reinventando (se), puede permitirle continuar el decir.
Ciertos significantes que emergen de la resignificación de dispositivos propios de los campos de la educación y del trabajo social nos dan una señal de reubicación de nuestra propia cultura y de nuevos desafíos de sujeción que de ella surgen, produciendo nuevas preguntas para los sujetos. Y, por extensión, estos nuevos interrogantes son dirigidos a nosotros, psicoanalistas, que nos encargaremos de encontrar e inventar nuevas formas de acogerlos. La clínica de las y en las instituciones es tomada en un contexto social e histórico que configura el síntoma. Es esa complejidad que obliga al psicoanálisis a posicionarse “al lado”: al lado de otras formas narrativas y epistemológicas que dan forma a la realidad, al lado de otras prácticas, otras técnicas. Él no puede y nunca debe pensarse sólo, nunca debe pensarse como el único discurso exclusivo, nunca posicionarse como una práctica y disciplina exclusivas, “no toda”. Es a partir de esta posición, al lado de otras, que ella no cesa de renovarse en su práctica. Esa posición “al lado” de las instituciones de la Ciudad está escrita en esa partícula “y”; ese “y” que reúne al tiempo que diferencia: psicoanálisis y educación; psicoanálisis y trabajo social...
Cada autor de este libro expresa su deseo y su compromiso en la forma de articular esos diferentes campos, cada contribución expresa a su manera, deconstruyendo y creando sus objetos, la necesidad de un psicoanálisis contextualizado. Es aquí donde se aloja la función política del psicoanálisis, que parece ser compartida por los diferentes autores. Su papel no es tomar partido en la política, ni dictar una orientación social, así como el analista no necesita indicar el “buen” camino al sujeto, sino simplemente permitir que él exista. Esa dimensión política del psicoanálisis en la Ciudad provocó el derramamiento de mucha tinta y la destitución de más de un grupo de psicoanalistas.
Arendt escribía a Jaspers en 1951 para decir que sospechaba que la filosofía no era enteramente inocente con relación a lo que estaba aconteciendo, que el problema de la “filosofía occidental”, cito Arendt, era “no haber tenido nunca una concepción de lo político” y que no podría tener una “porque hablaba forzosamente del hombre individual y trataba incidentalmente de la pluralidad efectiva”3. Siguiendo esa lectura de Arendt sobre la filosofía, podemos decir que sospechamos que el psicoanálisis ha contribuido en parte para su propia exclusión de muchas instituciones y eso justamente por una pérdida progresiva de su capacidad de tener una concepción política, entendida como la capacidad de articular destino individual y destino colectivo, inconsciente y contexto. Yo diría que el papel político del psicoanálisis hoy proviene del hecho de ser el único discurso sin álibi, expresión a ser entendida etimológicamente como “en ningún otro lugar”, nos diría Derrida, “el único discurso que puede hoy reivindicar la cosa de la crueldad psíquica como su propio negocio”4, el único que puede decir que el deseo es siempre sexualizado, y que aún permite que haya lugar para el sujeto en las instituciones educacionales, médicas, sociales.
Wo Es war, soll Ich werden (Freud, 1932)5, hay ciertas convulsiones de nuestro tiempo que nos obligan, es lo que este libro testimonia con gran delicadeza.
París, 15 de abril de 2022
1 En esa perspectiva de análisis de la relación entre psicoanálisis y educación o, más ampliamente, de su implicación en el campo social, podemos remitir a los trabajos de Mireille Cifali, Jean-Claude y Janine Filloux, Francis Imbert, Catherine Millot y los de la red Cliopsy, principalmente en una nota de síntesis publicada en la Revue Française de Pédagogie en 2005 (Blanchard-Laville et al., 2005), pero también a los trabajos de los compañeros brasileños del laboratorio LEPSI, cuya bella síntesis del encuentro entre psicoanálisis y educación en América Latina fue realizada en 2010 (Kupfer et al., 2010), y a los de Leandro de Lajonquière que forman parte de la unión entre dos continentes.
Freud, S. (1919/1984). Doit-on enseigner la psychanalyse a l’Université ? In Résultats, idées, problèmes I. Paris : PUF, p. 239-242.
3 Arendt, H., Jaspers K. (1995). La philosophie n’est pas tout a la fait innocente . Lettres choisies et présentées par Jean-Luc Fidel. París : Payot & Rivages, p. 252.
4 Derrida, J. (2000). États d’âme de la psychanalyse.Adresse aux États Généraux de la Psychanalyse. París : Galilée, p. 12.
5 Freud, S. (1932/1984). XXXIy conférence, La décomposition de la personnalité psychique. Dans Nouvelles conférences d’introduction a la la psychanalyse (p. 80-110). París : Gallimard.
Ilaria Pirone – Université Paris 8
Um prefácio é escrito após a leitura do livro. Nome estranho, que lembra algo da psicanálise, esse dizer que precede, mas que já é um depois, esse dizer que relê um passado para prometer um horizonte possível, um futuro anterior do que este livro terá sido para o que ele está se tornando. E por isso só posso esperar que este livro não cesse de ser escrito nas e por meio das leituras que cada um de nós saberá fazer.
Parece-me que podemos ler as contribuições para este trabalho seguindo três linhas bem tecidas. Cada autor ilustra a partir de suas experiências de pesquisa vinculadas a uma prática clínica, a necessidade de uma psicanálise engajada no campo do cuidado, da educação, do trabalho social. Eles descrevem uma prática de psicanálise engajada na Cidade, que é basicamente sua única possibilidade de continuar existindo, o primeiro fio. Mas, e este é o segundo fio, cada uma dessas contribuições também evidencia as dificuldades dessa articulação, que se baseia no fracasso do encontro entre o discurso analítico e os dispositivos civilizacionais, portanto, normativos. A essa falha fundadora, uma vasta literatura tem se dedicado desde os anos 19806 para dizer como essa articulação está à beira do impossível, de um lado uma ética do desejo, de outro os desafios da civilização, terceiro fio.
Este trabalho coletivo escrito em várias línguas mostra que a psicanálise vive bastante fora dos consultórios e círculos privados dos psicanalistas. É verdade que a psicanálise é uma questão privada, que se vive no íntimo do divã, lá onde a passagem por esse lugar permite a inscrição de um traço. Também é verdade que “algo de psicanálise” é transmitido nas universidades7 e nas instituições analíticas. Mas só a possibilidade de esbarrar no Real da vida na Cidade pode lhe permitir continuar (se) reinventando, pode lhe permitir continuar a dizer.
Certos significantes que emergem do remanejamento de dispositivos próprios dos campos da educação e do trabalho social nos dão um sinal de remanejamentos de nossa própria cultura e de novos desafios de assujeitamento que dela decorrem, produzindo novas questões para os sujeitos. E, por extensão, essas novas questões são dirigidas a nós, psicanalistas, que nos encarregaremos de encontrar e inventar novas formas de acolhê-las. A clínica das e nas instituições é tomada em um contexto social e histórico que configura o sintoma. É essa complexidade que obriga a psicanálise a se posicionar “ao lado”: ao lado de outras formas narrativas e epistemológicas que dão forma à realidade, ao lado de outras práticas, outras técnicas. Ele não pode e nunca deve se pensar só, nunca se pensar como o único discurso exclusivo, nunca se posicionar como uma prática e disciplina exclusivas, “não toda”. É a partir desta posição, ao lado de outras, que ela não cessa de se renovar em sua prática. Essa posição “ao lado” das instituições da Cidade está escrita nessa partícula “e”; esse “e” que reúne ao mesmo tempo em que diferencia: psicanálise e educação; psicanálise e trabalho social...
Cada autor deste livro expressa seu desejo e seu compromisso na forma de articular esses diferentes campos, cada contribuição expressa à sua maneira, desconstruindo e criando seus objetos, a necessidade de uma psicanálise contextualizada. É aqui que se aloja a função política da psicanálise, que parece ser compartilhada pelos diferentes autores. Seu papel não é tomar partido na política, nem ditar uma orientação social, assim como o analista não precisa indicar o “bom” caminho ao sujeito, mas simplesmente permitir que ele exista. Essa dimensão política da psicanálise na Cidade provocou o derramamento de muita tinta e a destituição de mais de um grupo de psicanalistas.
Arendt escrevia a Jaspers em 1951 para dizer que suspeitava que a filosofia não era inteiramente inocente em relação ao que estava acontecendo, que o problema da “filosofia ocidental”, cito Arendt, era nunca “ter tido uma concepção do político” e que não poderia ter uma “porque falava forçosamente do homem individual e tratava incidentalmente da pluralidade efetiva”8. Seguindo essa leitura de Arendt da filosofia, podemos dizer que suspeitamos que a psicanálise tenha contribuído em parte para sua própria exclusão de muitas instituições e isso justamente por uma perda progressiva de sua capacidade de ter uma concepção política, entendida à capacidade de articular destino individual e destino coletivo, inconsciente e contexto. Eu diria que o papel político da psicanálise hoje decorre do fato de ser o único discurso sem álibi, expressão a ser entendida etimologicamente como “em nenhum outro lugar”, nos diria Derrida, “o único discurso que pode hoje reivindicar a coisa da crueldade psíquica como seu próprio negócio”9, o único que pode dizer que o desejo é sempre sexualizado, e que ainda permite que haja lugar para o sujeito nas instituições educacionais, médicas, sociais.
Wo Es war, soll Ich werden (Freud, 1932)10, há certas convulsões do nosso tempo que nos obrigam, é o que este livro testemunha com grande delicadeza.
Paris, 15 de abril de 2022
6 Nessa perspectiva de análise da relação entre psicanálise e educação ou, mais amplamente, do sua implicação no campo social, podemos remeter aos trabalhos de Mireille Cifali, Jean-Claude e Janine Filloux, Francis Imbert, Catherine Millot e os da rede Cliopsy, notadamente numa nota de síntese publicada na Revue Française de Pédagogie en 2005 (Blanchard-Laville et al., 2005), mas também aos trabalhos dos colegas brasileiros do laboratório LEPSI, cuja bela síntese do encontro entre psicanálise e educação na América Latina foi feita em 2010 (Kupfer et al., 2010), e aos de Leandro de Lajonquière que fazem parte da união entre dois continentes.
7 Freud, S. (1919/1984). Doit-on enseigner la psychanalyse à l’Université ? In Résultats, idées, problèmes I. Paris : PUF, p. 239-242.
Arendt, H., Jaspers K. (1995). La philosophie n’est pas tout à fait innocente . Lettres choisies et présentées par Jean-Luc Fidel. Paris : Payot & Rivages, p. 252.
9 Derrida, J. (2000). États d’âme de la psychanalyse. Adresse aux États Généraux de la Psychanalyse. Paris : Galilée, p. 12.
10 Freud, S. (1932/1984). XXXIe conférence, La décomposition de la personnalité psychique. Dans Nouvelles conférences d’introduction à la psychanalyse (p. 80-110). Paris : Gallimard.
Marcelo Ricardo Pereira, Sébastien Ponnou, Segundo Moyano y Cristina Ronchese11
Las acciones e intervenciones en materia social son actualmente objeto de inquietudes transnacionales que, además de las especificidades históricas, culturales o la diversidad de políticas públicas introducidas por los países, demandan cada vez más la implementación de dinámicas internacionales de investigación académica.
Tales cuestiones, compuestas por un conjunto de problemas urgentes, como la pobreza, la exclusión, la segregación, la discapacidad, el desempleo, la inmigración, el envejecimiento, la violencia urbana, así como los trastornos mentales y psicosociales, la protección de la infancia, la prevención de la delincuencia y los fenómenos de marginación, exceden los territorios locales. Ellas exigen la producción de conocimientos y experiencias a través de alianzas y mecanismos internacionales de investigación que puedan vincular investigadores, grupos, laboratorios y redes interuniversitarias que aborden los problemas que asolan diferentes entornos y de manera muy similar.
Consideramos que los enfoques socioeconómicos y biomédicos, muy presentes en el campo de la acción y la intervención social en la actualidad, demuestran encontrar límites intrínsecos en los tratamientos más recientes de los problemas sociales, educativos y de salud que toman en cuenta la singularidad subjetiva, los modos cómo son constituidas las subjetividades en relación a esas problemáticas y lo que los sujetos inventan para resolverlas. Las llamadas “Prácticas Basadas en Evidencia” -como veremos- ignoran las cuestiones subjetivas y nos conducen a un riesgo comprobado de estandarización y protocolización de las prácticas sociales. Como resultado de la lógica de gestión y diversas formas de autogestión de carácter neoliberal, se muestran bastante ajenas a la complejidad de los objetos y las cuestiones sociales. Las restricciones epistemológicas e incluso empíricas de tales prácticas favorecen la búsqueda de alternativas potentes con respecto a otras tecnologías sociales, innovaciones pedagógicas y formas clínicas más amplias que sean capaces de lograr tales singularidades, politizándolas y alterando intencionalmente la relación del sujeto con el mundo que lo rodea.
Estas son las alternativas que nos presentan los autores de este libro. Se trata de un grupo de profesores investigadores de reconocidas universidades de Francia, España, Brasil y Argentina12, que ha ido reuniendo sus iniciativas, prácticas y conocimientos, con el objetivo de reunir fuerza e intercambio de experiencias para desarrollar tales alternativas. Con una larga trayectoria académica, este grupo considera que es fundamental crear espacios privilegiados para que un sujeto desafiado por las condiciones sociales pueda emerger con su propia singularidad en el contexto político en el que se encuentra. Cada sujeto, por tanto, debe constituirse en la escena que narra sobre sí mismo y su entorno, poniéndose siempre en acto a través de acciones e intervenciones. Buscan crear condiciones para la transformación efectiva de las relaciones del sujeto con la realidad, permitiéndole alejarse de sus posiciones fijas, de los discursos cristalizados, de los modos de goce que lo conducen a lo peor, en favor de una dinámica efectiva de cambio de sí y del mundo que lo rodea.
Para ello, este grupo de investigadores hace uso de la acción educativa,la intervención clínica y el trabajo social, como campos empíricos y políticos que alinean sus iniciativas y prácticas de investigación. El objetivo es conocer a los sujetos con sus problemáticas sociales y actuar junto a ellos para generar modificaciones en favor de mejores condiciones de vida.
Por lo tanto, este libro comprende la acción educativa como un conjunto de prácticas educativas en un sentido amplio, extendiendo el concepto de educación más allá de la escuela. Esto presupone incorporar prácticas de frontera, en las que la acción educativa busca aperturas a las posibilidades de aprehender la cultura en espacios y tiempos que, tradicionalmente, la invisibilizan o solo la reducen al ámbito del cuidado. Se trata, por tanto, de una acción educativa que contempla las diversas posibilidades sociales y políticas de la educación en amplios dominios, sin subordinarse únicamente a las dificultades y problemas, y que ofrece trayectorias y caminos particulares que promueven anclajes sociales basados en una lógica de derechos de ciudadanía. Por tanto, la acción educativa se refiere a la oferta cultural y educativa con la clara intención de promover efectos sociales en los sujetos.
El concepto de intervención clínica, en cambio, se entiende como una expansión, aplicación o extensión del “método clínico” del psicoanálisis dirigido a los ámbitos social, educativo y sanitario. Es una perspectiva clínica ampliada, que va más allá del sentido común de los consultorios convencionales de médicos, psicólogos y psicoanalistas. Etimológicamente, la palabra “clínica” significa inclinarse sobre el otro para poder observarlo. Por lo tanto, una intervención en este sentido buscaría inclinarse sobre el sujeto para ponerlo en reflexión, hacerlo emerger cuando se encuentre alienado en su posición, con el fin de que su subjetividad pueda realizarse. La clínica sería entonces un lugar privilegiado para el acontecimiento del sujeto, para hacerle salir a la superficie y afirmarse en su singularidad en un contexto social y político determinado. Es la forma en que cada uno se constituye al narrar sobre sí mismo y sobre el otro. Por tanto, abriendo la palabra al sujeto, dicha intervención busca no solo analizar su posición, sino también crear condiciones para su transformación efectiva, rectificando las relaciones de este sujeto con lo real. La intervención clínica, ya sea en investigación o extensión académica, contribuye a acercar el psicoanálisis a los territorios, la política y la sociedad en su conjunto, compartiendo acciones, de carácter polisémico y multidisciplinar, con otros campos del conocimiento, como la educación, la antropología, la sociología, el derecho, trabajo social, filosofía, arte y medicina.
En cuanto al concepto de trabajo social, este libro comprende la expresión más allá de un área profesional específica, como el asistente o el técnico social, es decir, la amplía para alcanzar también al dominio de las acciones e intervenciones que conciernen a los sujetos y los medios donde se insertan. Así, el trabajo social tiene como objetivo acercar y articular los diferentes componentes de la investigación y las prácticas clínicas para discutir sus efectos y desafíos en juego en los campos de la salud, la asistencia, la educación, la acción y la intervención social. Estos aportes deberían permitir aprehender las coordenadas teóricas, empíricas, éticas y metodológicas de una práctica clínicamente orientada al trabajo social como alternativa a las concepciones tecnocráticas y gerenciales en la relación de acogida de los sujetos involucrados.
Se notará en el libro cómo los autores y autoras buscan “problematizar lo real” a partir de los aportes del psicoanálisis, la educación social y la educación inclusiva. Con conocimientos de estas disciplinas se sistematizan saberes, prácticas y modos de acción e intervención en los más diversos ámbitos sociales, cosechando sus efectos en los medios donde son practicados y construyendo posibles epistemologías clínicas y educativas orientadas a la atención de sujetos con problemáticas sociales.
El libro transborda metodologías. Y todas se refieren a variaciones del “método clínico”, establecido desde Freud. Debido a la urgencia de las problemáticas sociales, los autores no escatiman testimonios, relatos y teorías sobre lo que hacen y cómo realizan sus acciones e intervenciones clínicas, sociales y educativas.
En lugar de una “Práctica basada en la evidencia”, se apuesta mucho más por una “Práctica de orientación clínica”, que nos lleva al uso de dispositivos de intervención, formación e investigación capaces de alojar la errancia, el sufrimiento, lo insoportable, lo inédito; posibilitando, a través de la palabra de valor subjetivante, nuevos descubrimientos que surgen en el encuentro con otro. Como decíamos, el término “clínica” es polisémico, pero aquí lo tomamos en base a una política del síntoma que es propia de cada sujeto, uno a uno. El síntoma, como aquello que “no anda en un sistema”, se estructura a partir de significantes y saberes existentes en el campo social y reclama nuestra responsabilidad en el sentido de acogerlo como saber singular de un sujeto que intenta equiparar, en efecto, “un real imposible de soportar”.
Leer el síntoma a partir de tres posibles dimensiones anudadas puede ser indeclinable: si son “institucionales, sociohistóricas y subjetivas”. El libro busca hacer esto y nos invita a un “pensar geográfico”, es decir, a pensar en otro territorio que permita al sujeto “sintomatizar” sus marcas y singularidades. Se trata de ofrecer un lugar o un “territorio habitable” entre la intimidad y la extimidad, donde el goce puede ser localizado, dando espacio a los tropiezos del sujeto, alojar la emergencia de su síntoma, encontrar un lugar en el otro social. Todo sujeto lleva una verdad que él mismo ignora; y nosotros, los autores, demostramos cómo ayudar al sujeto a revelarla.
A través de la palabra y el acto, mostramos cómo cercar el excedente pulsional que desborda el cuerpo, habilitando nuevos puntos de anclaje simbólico. Esto, hoy en día, puede resignificar el sentido de la práctica educativa, social y asistencial con posibilidades realmente subjetivantes. Para ello, también hacemos un llamado a los actores que comparten nuestras iniciativas de trabajo con nosotros a participar activamente en los dispositivos de intervención, formación e investigación, a través de la escucha clínica en la que apostamos por la circulación de la palabra y por el análisis de las condiciones de objetivación que pueden estar atravesando las prácticas. Dichos actores son los que se encuentran en los territorios de nuestras acciones, tales como docentes, educadores sociales, trabajadores sociales, médicos, psicólogos, profesionales del derecho, entre otros. Son actores que tratan en el día a día a los niños, adolescentes y otros sujetos socialmente desafiados que se encuentran en las instituciones educativas y de atención, en las que desarrollamos nuestra labor de orientación clínica y social.
Las herramientas son bastante diversas. En esta posible “clínica de encuentro”, realizamos talleres con docentes acerca de la literatura para niños como recurso subjetivante; talleres artísticos y teatrales para abordaje del adolescente; conversación y entrevista clínica con orientación psicoanalítica; estudios de caso enfocados en procesos de inclusión escolar de personas con autismo, así como ruedas de circulación de la palabra y la escucha-flanerie de sujetos tutelados. Tales herramientas nos han venido sirviendo para alcanzar y trabajar el síntoma de cada uno o de cada institución, como una auténtica forma de “equipar lo real”. Apuntamos con ellas, a posibilitar “un giro en las producciones discursivas”, con el fin de producir un saber diferente a los discursos estereotipados que refuerzan la segregación.
Se puede observar, entonces, que nuestras acciones e intervenciones se centran en gran medida en las diferentes formas de manifestaciones de la angustia y el malestar en la civilización de nuestro tiempo, que conducen a cada sujeto a una “especie de gestión de conflictos interminable e infinita”. Por otro lado, buscamos operar con el malestar para ayudar a cada sujeto y a cada institución a liberarse de sus síntomas, a reconfigurar sus vínculos educativos, sociales y asistenciales, y a politizar colectivamente sus acciones y elaboraciones. He aquí lo que los lectores podrán encontrar en este libro como efecto de un esfuerzo transnacional para abordar problemáticas tan similares entre los países involucrados, pero sin perder de vista la verdad singular que cada sujeto porta, aunque la ignore. Consideramos que, de este modo, se dio inicio a la construcción de alternativas potentes, intercambiadas entre pares que encontraron en sus lugares las fuentes de un posible trabajo común.
Este libro se presenta en dos lenguas, español y portugués (pronto tendremos una versión en francés) y está dividido en tres partes, bajo los títulos: (1) “El sujeto desafiado”; (2) “Acción educativa, intervención clínica y social”; y (3) “De los lugares y los lazos”. Sus nueve capítulos componen la primera producción colectiva de un Convenio Internacional de Investigación, titulado “Atención a sujetos con problemática social: acción educativa, intervención clínica y trabajo social – Brasil, España, Francia y Argentina”13. Tal Convenio formaliza la iniciativa de trabajo realizada conjuntamente por profesores investigadores de estos cuatro países, que también son miembros de la RUEPSY, que han intercambiado sus acciones e intervenciones sociales de orden educativo, clínico y asistencial. Como el presente libro pretende revelarnos.
11 Marcelo Ricardo Pereira, profesor de la Universidade Federal de Minas Gerais, UFMG (Brasil); Sébastien Ponnou, profesor de la Université de Rouen Normandie, URN (Francia); Segundo Moyano, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, UOC (España) y Cristina Ronchese, profesora de la Universidad Nacional de Rosario, UNR (Argentina).
Estos mismos investigadores son miembros titulares de la RUEPSY (Red Interuniversitaria de Estudios en Psicoanálisis en Educación), fundada como franco-brasileña en 2008, pero relanzada en 2019 con nuevos miembros y universidades de los siguientes países: Brasil, Argentina, España, Francia, Luxemburgo, Uruguay y Colombia. Ver: https://www.lepsiminas.eventos.dype.com.br/
Convenio firmado por todas las universidades participantes y suscrito en el Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidade Federal de Minas Gerais, bajo el número: DRI/CONV.275/2021.
Marcelo Ricardo Pereira, Sébastien Ponnou, Segundo Moyano e Cristina Ronchese14
As ações e intervenções em problemáticas sociais são hoje objeto de preocupações transnacionais que, para além das especificidades históricas, culturais ou da diversidade de políticas públicas instauradas pelos países, exigem cada vez mais a implementação de dinâmicas internacionais de pesquisa de ordem acadêmica.
Tais problemáticas, compostas pelo conjunto de problemas urgentes, como a pobreza, a exclusão, a segregação, a deficiência, a dependência, o desemprego, a imigração, o envelhecimento, a violência urbana, bem como os transtornos mentais e psicossociais, a proteção da criança, a prevenção da delinquência e os fenômenos de marginalização, extrapolam territórios locais. Elas exigem a produção de saberes e experiências por meio de parcerias e de mecanismos internacionais de investigação que possam vincular pesquisadores, grupos, laboratórios e redes interuniversitárias que debrucem sobre os problemas que assolam diversos ambientes e de modo bastante similar.
Consideramos que as abordagens socioeconômicas e biomédicas, muito presentes no campo da ação e da intervenção social de hoje, demonstram encontrar limites intrínsecos concernentes aos tratamentos mais recentes de problemáticas sociais, educativas e de saúde que levem em conta a singularidade subjetiva, os modos como são constituídas as subjetividades em relação a essas problemáticas e o que os sujeitos inventam para solucioná-las. As chamadas “Práticas Baseadas em Evidências” – como veremos – desconhecem as questões subjetivas e nos induzem a um comprovado risco de padronização e protocolização das práticas sociais. Resultante da lógica gerencial e de várias formas de autogestão de cunho neoliberal, elas se mostram bastante mal adaptadas à complexidade dos objetos e das questões sociais. As restrições epistemológicas e mesmo empíricas de tais práticas favorecem a busca de alternativas potentes no que diz respeito a outras tecnologias sociais, inovações pedagógicas e formas clínicas mais amplas que sejam capazes de alcançar tais singularidades, politizando-as e alterando propositivamente a relação do sujeito com o mundo que o cerca.
São essas alternativas que os autores do presente livro nos apresentam. Trata-se de um grupo de professores pesquisadores de reconhecidas universidades da França, Espanha, Brasil e Argentina15 que vem reunindo suas iniciativas, práticas e saberes, objetivando congregar força e intercâmbio de experiências para desenvolver tais alternativas. Com larga trajetória acadêmica, esse grupo julga ser fundamental criar espaços privilegiados para que um sujeito desafiado pelas condições sociais se realize e aflore sua própria singularidade no contexto político em que se encontra. Cada sujeito, assim, deve se constituir na cena que narra sobre si mesmo e sobre seu entorno, sempre se colocando em trabalho por meio de ações e intervenções. Elas buscam criar condições para a efetiva transformação das relações do sujeito com a realidade, permitindo que ele se demova de suas posições fixas, de discursos cristalizados, de modos de gozo que o levam ao pior, em favor de uma dinâmica efetiva de mudança de si e do mundo ao seu redor.
Para isso, esse grupo de pesquisadores lança mão da ação educativa, da intervenção clínica e do trabalho social, como campos empíricos e também políticos que alinham suas iniciativas de investigação e de práticas. Busca-se conhecer os sujeitos com suas problemáticas sociais e agir juntos a eles no sentido de minimamente alterá-las em favor de melhores condições de vida.
Por conseguinte, este livro entende a ação educativa como um conjunto de práticas educacionais em sentido amplo, alargando o conceito de educação para além da escolar. Isso pressupõe incorporar práticas de fronteira, nas quais a ação educativa busca aberturas às possibilidades de apreender a cultura em espaços e tempos que, tradicionalmente, a invisibiliza ou apenas a reduz ao âmbito assistencial. Trata-se, portanto, de uma ação educativa que contemple as diversas possibilidades sociais e políticas da educação em amplos domínios, sem ser subordinada apenas a dificuldades e problemáticas, e oferecendo trajetórias e caminhos particulares que promovam ancoragens sociais a partir de uma lógica de direitos de cidadania. Assim sendo, a ação educativa refere-se à oferta cultural e educacional com a clara intenção de promover efeitos sociais sobre os sujeitos.
Já o conceito de intervenção clínica é entendido como expansão, aplicação ou extensão do “método clínico” da psicanálisevoltadoao âmbito social, educativo e da saúde. Trata-se de uma perspectiva ampliada de clínica, que extrapola o senso comum de consultórios convencionais de médicos, psicólogos e psicanalistas. Etimologicamente, a palavra “clínica” significa inclinar sobre o outro para poder observá-lo. Assim sendo, uma intervenção nesse sentido buscaria inclinar sobre o sujeito para pô-lo em reflexão, para fazê-lo aflorar quando se encontra alienado em sua posição, a fim de que sua subjetividade possa se realizar. A clínica seria, então, um lugar privilegiado de acontecimento do sujeito, de fazê-lo vir à superfície e afirmar-se como pura singularidade num dado contexto social e político. É a forma como cada um se constitui ao narrar sobre si e o outro. Logo, franqueando a palavra ao sujeito, tal intervenção procura não apenas analisar sua posição, mas também criar condições para sua transformação efetiva, retificando as relações desse sujeito com o real. A intervenção clínica, seja na pesquisa ou na extensão acadêmicas, contribui para levar a psicanálise às cidades, à política e à sociedade como um todo, partilhando ações, num caráter polissêmico e multidisciplinar, com outros campos de conhecimento, como a educação, a antropologia, a sociologia, o direito, o serviço social, a filosofia, a arte e a medicina.
E concernente ao conceito do trabalho social, este livro entende a expressão para além de uma área profissional específica, como do assistente ou do técnico social, dilatando-o de modo a alcançar também o domínio das ações e intervenções que dizem respeito aos sujeitos e aos meios onde estejam inseridos. O trabalho social, assim, visa reunir e articular os diferentes componentes da pesquisa e práticas clínicas para discutir seus efeitos e desafios em jogo nos campos do cuidado, da assistência, da educação, da ação e da intervenção social. Essas contribuições devem permitir apreender as coordenadas teóricas, empíricas, éticas e metodológicas de uma prática de orientação clínica no trabalho social como alternativa às concepções tecnocráticas e gerenciais na relação de acolhimento dos sujeitos envolvidos.
Notar-se-á no livro como os autores e autoras buscam “problematizar o real” com base nos aportes da psicanálise, da educação social e da educação inclusiva. Com saberes dessas disciplinas, sistematizam-se conhecimentos, práticas e modos de ação e de intervenção nos mais diversos âmbitos sociais, colhendo seus efeitos nos meios onde são praticados e construindo possíveis epistemologias clínicas e educativas voltadas à atenção a sujeitos com problemáticas sociais.
O livro transborda metodologias. E todas dizem respeito a variações do “método clínico”, estabelecido desde Freud. Mediante as urgências das problemáticas sociais, os autores não economizam testemunhos, relatos e teorizações sobre o que fazem e como fazem suas ações e intervenções de ordem clínica, social e educativa.
No lugar de uma “Prática Baseada em Evidências”, se aposta muito mais numa “Prática de Orientação Clínica”, que nos remete ao emprego de dispositivos de intervenção, formação e investigação capazes de acolher a errância, o sofrimento, o insuportável, o inédito; possibilitando, por meio da palavra de valor subjetivante, novas descobertas que surgem no encontro com outro. Como afirmamos, o termo “clínica” é polissêmico, mas aqui o tomamos com base numa política do sintoma que é peculiar a cada sujeito, um a um. O sintoma, como aquilo que “não anda em um sistema”, se estrutura a partir de significantes e saberes existentes no campo social e convoca nossa responsabilidade no sentido de acolhê-lo como saber singular de um sujeito que tenta equacionar, com efeito, “um real impossível de suportar”.
Ler o sintoma com base em três possíveis dimensões enodadas pode ser indeclinável: sejam “a institucional, a socio-histórica e a subjetiva”. O livro busca fazer isso e nos convida a um “pensar geográfico”, ou seja, pensar outro território que permita ao sujeito “sintomatizar” suas marcas e singularidades. Trata-se da oferta de lugar ou de um “território habitável” entre intimidade e extimidade, em que se possa localizar o gozo, dar espaço aos tropeços do sujeito, acolher a emergência de seu sintoma, encontrar um lugar no outro social. Todo sujeito porta uma verdade que ele mesmo ignora; e nós, os autores, demonstramos como auxiliar o sujeito a revelá-la.
Pela via da palavra e do ato, mostramos como cingir o excedente pulsional que extravasa do corpo, viabilizando novos pontos de ancoragem simbólica. Isso, na atualidade, pode ressignificar o sentido da prática educativa, social e de cuidado com possibilidades realmente subjetivantes. Para tal, convocamos igualmente os atores que dividem conosco nossas iniciativas de trabalho a participarem ativamente dos dispositivos de intervenção, formação e investigação, por meio da escuta clínica em que se aposta na circulação da palavra e nas análises das condições de objetificação que podem estar atravessando as práticas. Tais atores são aqueles encontrados nos territórios de nossas ações, como professores, educadores sociais, trabalhadores sociais, médicos, psicólogos, profissionais do direito, entre outros. São atores que lidam no dia a dia com crianças, adolescentes e demais sujeitos desafiados socialmente que se encontram em instituições educativas e de cuidado, nas quais realizamos nosso trabalho de orientação clínica e social.
As ferramentas são bastante diversas. Nessa possível “clínica dos encontros”, realizamos oficinas com professores sobre literatura infantil como recurso subjetivante; oficinas artísticas e teatro para abordagem do adolescente; conversação e entrevista clínica de orientação psicanalítica; estudos de caso voltados a processos de inclusão escolar de pessoas com autismo, bem como rodas de circulação da palavra e a escuta-flânerie de sujeitos tutelados. Tais ferramentas vem nos servindo para alcançar e trabalhar o sintoma de cada um ou de cada instituição, como modo genuíno de “aparelhagem do real”. Visamos, com elas, possibilitar “um giro nas produções discursivas”, de maneira a produzir um saber diferente de discursos estereotipados que reforçam a segregação.
Pode-se observar, então, que nossas ações e intervenções se voltam de sobremaneira às diversas formas de manifestações da angústia e do mal-estar na civilização de nossos tempos, que levam cada sujeito a uma “espécie de gestão interminável e infinita do conflito”. A contrapelo, buscamos operar com o mal-estar de maneira a auxiliar cada sujeito e cada instituição a se destravarem de seus sintomas, a reconfigurarem seus vínculos educativos, sociais e de cuidado, e a politizarem coletivamente suas ações e elaborações. Eis o que os leitores poderão encontrar neste livro como efeito de um esforço transnacional em abordar problemáticas tão similares entre os países envolvidos, porém sem perder a visada da verdade singular que cada sujeito porta, ainda que ignore. Acreditamos que se deu início aqui à construção de alternativas potentes, intercambiadas entre pares que encontram em seus locais as fontes de um possível trabalho comum.
O presente se apresenta em duas línguas, espanhol e português (em breve teremos uma versão em francê) e está dividido em três partes, sob os títulos: (1) “O sujeito desafiado”; (2) “Ação educativa, intervenção clínica e trabalho social”; e (3) “Dos lugares e dos laços”. Seus nove capítulos compõem a primeira produção coletiva de um Convênio de Pesquisa Internacional, intitulado “Atenção a sujeitos com problemáticas sociais: ação educativa, intervenção clínica e trabalho social – Brasil, Espanha, França e Argentina”16. Tal Convênio formaliza a iniciativa de trabalho conduzida conjuntamente por professores pesquisadores desses quatro países, igualmente membros da RUEPSY, que têm intercambiado suas ações e intervenções sociais de ordem educativa, clínica e de cuidado, como o presente livro pretende nos revelar.
14 Marcelo Ricardo Pereira, professor da Universidade Federal de Minas Gerais, UFMG (Brasil); Sébastien Ponnou, professor da Université de Rouen Normandie, URN (França); Segundo Moyano, professor da Universitat Oberta de Catalunya, UOC (Espanha) e Cristina Ronchese, professora da Universidad Nacional de Rosario, UNR (Argentina).
Esses mesmos pesquisadores são membros titulares da RUEPSY (Rede Interuniversitária de Estudos de Psicanálise na Educação), fundada franco-brasileira em 2008, mas relançada 2019 com novos membros e universidades provenientes dos seguintes países: Brasil, Argentina, Espanha, França, Luxemburgo, Uruguai e Colômbia. Ver: https://www.lepsiminas.eventos.dype.com.br/
16 Convênio assinado por todas as universidades participantes e Inscrito no Departamento de Relações Internacionais da Universidade Federal de Minas Gerais, sob o número: DRI/CONV.275/2021.
Sébastien Ponnou17
El psicoanálisis no solamente debe entenderse como aquello que opera tras la puerta cerrada del tratamiento. Hace tiempo que los conceptos y la práctica analítica han ido más allá de este marco único para apoyar el trabajo en salud o educativo en las instituciones y en la ciudad.
Si el psicoanálisis siempre ha ocupado un lugar privilegiado en los oficios del lazo y en las diversas disciplinas de las ciencias humanas es porque es la única práctica que se basa exclusivamente en la dimensión de la transferencia. Interesa en particular a los campos de la salud, la educación y la intervención social en la medida en que pone en práctica las resistencias, los síntomas, los impasses y los puntos de espera que marcan la existencia de otra escena: el inconsciente y el goce.
Partiendo de una concepción del lazo social, como hecho del lenguaje, o modalidad singular de inscripción del sujeto en el lenguaje, este capítulo tiene por objetivo sustentar el interés de los enfoques clínicos y psicoanalíticos en las prácticas de salud y de educación. Orientados por el descubrimiento de Freud, las enseñanzas de Jacques Lacan y luego de Jacques-Alain Miller, discutiremos las cuestiones epistemológicas, clínicas, éticas y políticas relativas al lugar del psicoanálisis en el escenario contemporáneo de las prácticas, de los discursos y de los conocimientos.
Desde el enfoque del psicoanálisis, el lazo social se considera un hecho del lenguaje: los seres hablantes se mantienen juntos porque los significantes se articulan. El sujeto del inconsciente, representado por un significante para otro significante (Lacan, 1966, p. 11-61) no tiene otra perspectiva sino vincularse al Otro del lenguaje, del saber, para inscribirse de manera original en una de las múltiples formas del discurso que componen el lazo social (Lacan, 1991). Ningún sujeto sin lenguaje, pero recíprocamente, ningún Otro del lenguaje sin hablante que lo encarne.
Sin embargo, el siglo XXI se caracteriza por profundos cambios del lazo social, marcados por la predominancia del capitalismo y de la ciencia en el tejido contemporáneo de los discursos (Lacan 1991; Lacan, 2011; Lacan, 1972; Bruno, 2010; Sauret, 2009; Sauret, 2012). Esos agenciamientos simbólicos inducen nuevas modalidades de relación del sujeto con lo real (Miller et al., 2012.; Miller et al., 2013), e impactan sobre el conjunto de las prácticas y dispositivos institucionales que obran en el campo social.
En las prácticas de cuidado, educativas o de intervención social, estas inclinaciones han dado lugar a nuevos paradigmas que enarbolan las banderas de la Evidence Based Practice (EBP) o de la Evidence Based Medicine (EBM): esos enfoques basados en “datos concluyentes” consisten en buscar datos de investigación para orientar las prácticas profesionales y aumentar su eficiencia (Guilgun, 2005; McNeece y Thyer, 2004; Proctor, 2002; Sheldon, 2001). Sin embargo, los enfoques de tipo EBP son hoy objeto de intensas controversias en la medida en que inducen un riesgo comprobado de estandarización de las prácticas sociales reducidas a una serie de protocolos (Ponnou & Niewiadomski, 2020; Gray, Plath y Webb, 2009; Reynolds, 2008; Webb, 2001). Importados de las ciencias biomédicas y apoyados por lógicas económicas y de gestión, los modelos Evidence Based inician nuevas formas de tecnocratización de las prácticas de atención y educación, apoyados por lógicas de gestión y diversas formas de new management de las instituciones públicas (Chauvière, 2016; De Gaulejac, 2009). Sin embargo, existen hoy múltiples referencias que denuncian las debilidades y los atolladeros de los enfoques neopositivistas de las prácticas sociales : estas críticas se relacionan tanto con el principio de la administración de la prueba como con las cuestiones metodológicas o epistemológicas inherentes a los enfoques Evidence Based, que en última instancia se han mostrado poco adaptados a la complejidad de los objetos y las problemáticas sociales (Ponnou y Niewiadomski, 2020). Los oficios del lazo son primero prácticas orientadas por una ética, a partir de la que es posible producir investigaciones y no un campo de investigación del que inferir una práctica. Por lo tanto, el despliegue masivo de enfoques estandarizados dirigidos a miras gestionarías interroga fuertemente la consideración de las éticas específicas a las prácticas de cuidado, educativas y de intervención social: ética del sujeto, trabajo caso por caso, consideración de la palabra y del deseo del niño, de sus invenciones...
Considerando los atolladeros de los modelos Evidence Based en los diversos campos de la intervención social, el desafío de este capítulo consiste en defender una concepción alternativa que pueda asumir la complejidad y las cuestiones éticas de las prácticas sociales, que están en el centro del oficio de los cuidadores, de los docentes y de los trabajadores sociales. En esta perspectiva, apoyamos la necesidad de Prácticas de Orientación Clínica – Clinical Based Practice – inspiradas y referidas al psicoanálisis como un modo de subversión de las tentativas de cosificar las prácticas sociales. Este paradigma debe servir como operador o conector lógico favoreciendo el despliegue de dispositivos de intervención, formación e investigación capaces de acoger lo insoportable y lo inédito, el sufrimiento y los pequeños hallazgos, la errancia y los grandes descubrimientos que salen a la luz al alojar y conocer al otro y su discurso.
El concepto de “práctica clínica” – que acontece junto a la cama del paciente, recogiendo los signos de la enfermedad – sufre de una rara plurivocidad en las diversas disciplinas de las ciencias humanas. Desarrollado en medicina desde la Antigüedad, el enfoque clínico designa conjunta o separadamente un método de diagnóstico, una terapéutica, una pedagogía, así como un conjunto de métodos de investigación. Reconocido como un campo específico de la psicología, la sociología, la antropología o las ciencias de la educación, tiene hoy un carácter polisémico dependiendo de los prismas teóricos, prácticos, metodológicos o de los campos de investigación a los que se aplica (Canguilhem, 1966; Foucault, 1963; Ponnou, 2016; Revaut d’Allones et al., 1989).
De hecho, dentro de las principales disciplinas de las ciencias humanas y sociales, existe un campo específico dedicado a la clínica. Pueden existir, dentro de cada campo, y a fortiori dentro de cada disciplina, significados de la clínica relativamente diferentes o incluso antagónicos. La medicina (especialmente la psiquiatría) y la psicología son, sin duda, los ejemplos más elocuentes de esta fragmentación conceptual: el término “clínico” se utiliza allí sin distinción para designar estudios basados en datos biológicos o sociales. También se utiliza de forma indiferenciada para nombrar encuestas estadísticas realizadas sobre grandes muestras constituidas al azar, o para calificar el trabajo de escucha y del habla desplegado en la intimidad del consultorio del terapeuta, y fundado en la singularidad del encuentro y de la relación entre el practicante y el paciente. Estos antagonismos se estructuran generalmente en torno a prismas teóricos heterogéneos – la medicina biológica y el psicoanálisis, por ejemplo.
Sin embargo, esta transversalidad y esta diversidad de referencias a los enfoques clínicos nos parecen palancas relevantes para apoyar un enfoque que pueda traer a la luz las teorías y las prácticas del sentido y de la relación con el otro propias de las profesiones de la salud, de la educación y de lo social. Esta referencia a la clínica tiene sus raíces en la tradición heredada de Canguilhem que, en Le normal et le pathologique (1942), reconsidera la clínica a la luz de los avances tecnológicos y las revoluciones científicas basadas en la estadística. Canguilhem trabajó en particular para separar la norma y la media y así apoyar la necesidad de la clínica en el campo médico y, por extensión, en las ciencias humanas y sociales (1942, p. 50, 61, 96-99). En efecto, la naturaleza de lo vivo excluye cualquier posibilidad de cálculo estadístico de una norma de lo vivo, de una medición estandarizada por el hombre:
[El uso] de medias elimina el carácter esencialmente oscilatorio y rítmico del fenómeno biológico funcional. Si, por ejemplo, buscamos el verdadero número de latidos del corazón por la media de las medidas tomadas varias veces en el mismo día en un individuo dado, “tendremos precisamente un número falso”. De ahí esta regla: “en fisiología, nunca se deben dar descripciones medias de experiencias porque las verdaderas proporciones de fenómenos desaparecen en esta media; cuando se trata de experimentos complejos y variables, hay que estudiar sus diversas circunstancias y luego dar el experimento más perfecto, como tipo, pero que siempre representará un hecho verdadero” (Canguilhem, 1942, p. 96).
Canguilhem afirma “la independencia lógica de los conceptos de norma y media y, en consecuencia, la imposibilidad definitiva de dar bajo la media objetivamente calculada el equivalente de lo normal anatómico o fisiológico” (1942, p. 99). De ello concluye que en medicina como en el campo de las humanidades, la ciencia permite obtener resultados exactos, pero fundamentalmente falsos. De ahí la incongruencia de los enfoques Evidence Based