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En la historia de la Revolución Cubana, la Campaña de Alfabetización incorpora a una generación —marcada en la adolescencia— a los parajes más intrincados de la Patria con la misión de enseñar a leer y a escribir a los olvidados por los gobiernos de la época neocolonial. Convertidos en brigadistas Conrado Benítez llevaron un caudal social y cultural que sorprendía, unidos a los corazones de las familias campesinas que no querían desprenderse de aquellos muchachones, casi todos adolescentes, y los adoptaron como suyos. De ellos y para ellos es este recuerdo del autor, quien también lleva en su alma la voluntad de haber enseñado a los más necesitados.
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Seitenzahl: 95
Veröffentlichungsjahr: 2023
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Cuidado de la edición: Tte. Cor.Ana Dayamín Montero Díaz
Edición: Elier Ramírez Cruz
Diseño y realización: Víctor M. Falcón García
Corrección: Raisa Ravelo Marrero
Conversión a ebook: Madeline Martí del Sol
©Enrique Lucas Quintero García, 2022
© Sobre la presente edición:
Casa Editorial Verde Olivo, 2023
ISBN 9789592245617
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, en ningún soporte sin la autorización por escrito de la editorial.
Casa Editorial Verde Olivo
Avenida Independencia y San Pedro
Apartado 6916. CP 10693
Plaza de la Revolución, La Habana
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A todos los alfabetizadores y en especial a los brigadistas Conrado Benítez y sus familiares.También a las familias campesinas que nos acogieron y a quienes se alfabetizaron.
A mi esposa Lilian, mis hijos Liliana y Jorge Enrique, que me apoyaron incondicionalmente. A las opiniones de Humberto, Pedro y todos los que aportaron sus ideas para el perfeccionamiento de este trabajo, muy en especial a Yadira en la técnica de la computación.
La Campaña de Alfabetización se encuentra insertada entre las primeras acciones de la estrategia pedagógica del Comandante en Jefe Fidel Castro. Le anteceden la formación emergente de maestros primarios para cubrir las diez mil nuevas aulas en las montañas y lugares apartados de nuestro país, la reforma general de la enseñanza, la transformación de los cuarteles en escuelas y el desarrollo en la edición de libros con la inauguración de la imprenta nacional.
En el acto de graduación de Maestros Voluntarios, el día 29 de agosto de l960, Fidel señaló:
[…] Necesitamos el esfuerzo de todos nuestros maestros, y el año que viene, al igual que el primer año fue el “Año de la Libertad”, este año fue el “Año de la Reforma Agraria”, por los grandes avances y la atención que ha merecido la reforma agraria, el año que viene será el “Año de la Educación” […]1
1 Fidel Castro: Graduación de los Maestros Voluntarios 29-8-1960. Tomado del libro El Pensamiento de Fidel Castro. Selección de temáticas. Tomo I, p. 348.
Planteó un movimiento de masas para llevar adelante esta tarea. En especial se refirió a los estudiantes y maestros, por el peso que tendrían en la misma y expresó: “… pasará también nuestro pueblo a la historia como un pueblo héroe de la educación. Y ese propósito debe ser propósito fundamental del próximo año”.2
2 Ibidem p. 349.
En su discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, el día 26 de septiembre de l960, se comprometió ante el mundo a que Cuba se convertiría en Territorio Libre de Analfabetismo el siguiente año.3 Esta palabra empeñada era una responsabilidad de cada cubano.
3Fidel Castro:Discurso pronunciado en el XV Período de la Asamblea General de las Naciones Unidas. New York en Obra Revolucionaria No. 27 Imprenta Nacional de Cuba, La Habana, 1960.
En la clausura del I Congreso Nacional de los Consejos Municipales de Educación efectuado el día 10 de octubre de 1960, expresó:
[…] Nos estamos proponiendo algo muy ambicioso, una tarea difícil y que, en realidad, va a poner a prueba la capacidad de todos nosotros… Es decir que nos proponemos en el año de 1961, que ya lo hemos calificado como el “Año de la Educación”, erradicar el analfabetismo en nuestro país […]4
4Fidel Castro: Fidel Castro: Clausura de los Consejos Municipales de Educación 10-10-60. Tomado del libroEl Pensamiento de Fidel Castro. Selección de temáticas Tomo I, pp. 352 y 353.
Ya tenía previsto cómo se desarrollaría la Campaña e incluso la idea de crear el Museo de la Alfabetización, cuando ese mismo día señaló:
[…] convirtiéndonos cada uno de nosotros en un maestro, con una cartilla, y anotando, para que se guarde en algún archivo las personas que uno enseñó a leer y escribir (…) ustedes saben que después que una persona haya aprendido a leer y escribir, si escribe una carta de su puño y letra a una oficina del Ministerio de Educación que vamos a organizar, se le mandará un libro como regalo, como premio […]5
5 Ibidem pp. 357 y 358.
En el acto de graduación de los Maestros Voluntarios en el Teatro de la CTC Revolucionaria efectuado el 23 de enero del 1961, se anunció el horrendo crimen cometido contra el Maestro Voluntario Conrado Benítez García llevado a cabo por bandas contrarrevolucionarias en el Escambray el día 5 de Enero de ese mismo año y planteaba:
[…] Era un hombre joven de 18 años que solo conocía del sudor honrado, que solo conocía de la pobreza, que solo conocía del sacrificio; era un joven humilde, y un joven negro, por lo cual conoció también de la discriminación cruel e injusta; era pobre, era negro y era maestro […]6
6Fidel Castro: Discurso pronunciado en el acto de Graduación de los Maestros Voluntarios, efectuado en el Teatro de la CTC el 23 de Enero de 1961. Departamento de versiones taquigráficas del Gobierno Revolucionario.
En honor al maestro voluntario caído las brigadas de los jóvenes alfabetizadores llevarían su nombre.
En el acto de inauguración de la Ciudad Escolar “Abel Santamaria”, el 28 de enero de 1961 Fidel expresó:
[…] ¿Saben lo que se ha propuesto la Revolución? La Revolución se ha propuesto ganar una de las más grandes batallas por la cultura que haya librado ningún pueblo. Se propone erradicar el analfabetismo en un año… Y nosotros hemos dicho que si es necesario pondremos un alfabetizador en cada casa de las montañas. Para eso los necesitamos a ustedes, sobre todo a los estudiantes; con ustedes vamos a librar esa batalla, vamos a reclutar un ejército de cien mil alfabetizadores entre los estudiantes desde trece años en adelante […].7
7Fidel Castro: Discurso pronunciado en el acto de inauguración de la Ciudad Escolar “Abel Santamaría”, en la Ciudad de Santa Clara el 28 de Enero de 1961. Departamento de versiones taquigráficas del Gobierno Revolucionario.
La incorporación a la alfabetización de los brigadistas “Conrado Benítez”, fue escalonada, por enseñanzas. El primer grupo correspondió a los provenientes de las escuelas de maestros primarios, pre-universitarios y escuelas de Comercio. Por supuesto los de mayor edad que, en medio de la agresión a Playa Girón, no se dejaron intimidar y respondieron al llamado.
Este relato recoge las experiencias, sentimientos y preocupaciones de mi vida como brigadista, pero al mismo tiempo sirve para recordar las del resto de los integrantes del Ejército de Alfabetización.
Los jóvenes fueron al campo para integrarse a las familias campesinas, en muchos lugares aislados y prácticamente incomunicados. ¿Cómo ocurrió la adaptación? ¿Qué hacían los brigadistas en el tiempo en que no estaban alfabetizando. ¿Cuál fue la influencia de los brigadistas dentro del campesinado? ¿Cómo actuaron sus sentimientos? ¿Cómo se manifestó el apoyo de la familia? Es a estas interrogantes, entre otras muchas, a las que pretendo dar respuesta con mis memorias.
Por otra parte, son ya varias las generaciones que no vivieron esta hermosa tarea, realizada por la juventud cubana de aquellos años, respondiendo al llamado de la Revolución naciente. A ellos, fundamentalmente, va dirigido el relato de esta experiencia, que les permitirá una mejor comprensión de cómo se desarrolló.
Ha salido a nuestro encuentro para abrir la talanquera un niño campesino con un sombrero, en forma de huevito, hundido hasta las orejas; otros, que le acompañaban, han corrido a esconderse. El chofer agradecido por el gesto saca una moneda de cinco centavos y se la entrega al niño, quien da las gracias. Apenas doscientos metros más adelante se detiene el pisicorre en que viajamos, los seis brigadistas “Conrado Benítez” que conformamos la brigada asignada a ese lugar del extremo más occidental de Cuba. También se encuentran dos maestros voluntarios que nos sirven de responsables para nuestra ubicación. Les pregunto “¿dónde estamos?” Y me responden:
―En el Guayacanal.
De la casa frente a la cual nos detuvimos, ha salido, en primer lugar una mulata joven, que el maestro voluntario guía, nos presenta como la maestra Milagros y nos advierte que a partir de ese momento, ella nos dirigirá en nuestro trabajo. Es cuatro de mayo de 1961 y, como es costumbre en esa época del año, ha llovido esa tarde. Nos invitan a pasar al interior de la vivienda. Todos los brigadistas estamos temerosos y no queremos con nuestras botas ensuciarel piso, pero la amabilidad de Clotilde Berneda, La Chicha,―dueña de la casa―que aflora en una amplia sonrisa, nos da confianza, al mismo tiempo que nos pide nos presentemos: Humberto Valdés, Aurelio Riaño, Yeyo; Luis Montes de Oca, el Abuelo; Juan Labrador, Omar Pombo, y yo: Enrique Quintero. Uno a uno hemos saludado con un apretón de manos.
Nos cuelan un poco de café que agradecemos. Son aproximadamente las cinco de la tarde. Se retiran nuestros guías y entonces Milagros nos sentencia:
―Ahora vamos a distribuirlos.
Por el arenoso camino nos dirigimos hacia el norte y entramos a la primera casa que no está muy lejos de la anterior ―unos cuatrocientos metros. Hay dos muchachas jóvenes y varios muchachos, pero la que sale a nuestro encuentro es una mujer bajita y gruesa de cara ancha, pelo negro amarrado en un moño, la cual no da muchas muestras de simpatías, pues al expresarle Milagros que el objetivo de la visita es la ubicación de uno de nosotros, en su casa, responde enérgica:
―Ventura Berneda ―el esposo― no se encuentra, y yo debo esperar por él, regresen por aquí luego.
Seguimos nuestro andar ahora en dirección este.
―Vamos para casa de Pablo Berneda ―aseveró Milagros―, este es un compañero muy revolucionario y seguro se queda con uno de ustedes.
―¿Y quién se va a quedar?―pregunta Omar.
―Vamos a hacer seis papelitos con los nombres y el que salga se queda ―responde Yeyo.
Todos aceptamos la fórmula.
―Buenas tardes, Cira (Cira Valdés) ―saludó Milagros―, ¿Pablo no se encuentra?
―Sí, él está en el fondo de la vega ―respondió Cira, al tiempo que mandó a un hijo por este.
Milagros nos aseguró que el agua más dulce de la zona es la de esta casa. Todos al mismo tiempo solicitamos un vaso de agua y Cira, además, nos dio café.
Entró un hombre delgado y fuerte, derramando alegría en su rostro; saluda con un beso a Milagros y con un fuerte apretón de manos a cada uno de nosotros. Su respuesta a la propuesta de Milagros de ubicar a uno de nosotros, fue un rotundo “Sí”, que nos alegró a todos, pero... ¿quién se quedaba?