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La autora da testimonio veraz de los hechos, con la intención de que se conozca la realidad de quienes se forjaron como Maestros Makarenko, la impronta dejada en la formación de vida, que los llevó a ser creadores y artífices de nuevas generaciones. La evidencia de un sinnúmero de avatares, condiciones de vida, adversidades, pequeñas alegrías, las tristezas pasajeras o las imperecederas, así como los afanes diarios, aburrimientos, optimismo, la arrogancia de algunos, la deslealtad y falsedad de otros. También cuentan la madurez y muchachadas, el perfeccionamiento y transformación de los modos de actuación, que moldearon nuestra esencia y fortificaron el carácter.
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Seitenzahl: 183
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,www.cedro.org) o entre la webwww.conlicencia.comEDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Edición: María Caridad Sao Rodríguez
Corrección: Argel Fernández Granado
Diseño de cubierta y composición: Danay Guerra Alcorta
Imagen de cubierta tomada de internet
Impresión: Pedro Pablo Gort López
Encuadernación: Jorge Polanco Martínez
Conversión a ebook: Grupo Creativo Ruth Casa Editorial
© Adelfa del Carmen Polanco Torres, 2023
© Sobre la presente edición:
Editorial Sanlope, Las Tunas, 2024
ISBN: 9789592515031
Editorial Sanlope
Gonzalo de Quesada 121
Las Tunas, Cuba
Hay tanto que decir, que ha de decirse
en el menor número de palabras posibles:
eso sí, que cada palabra lleve ala y color.
José Martí
A todos los maestros de Cuba y del mundo, a las Escuelas Formadoras de Maestros Primarios, a los graduados en los primeros períodos de la historia de la formación de maestros en los inicios de la Revolución; a los Maestros Voluntarios, semilla y génesis de la educación en Cuba; quienes en su juventud aprehendieron una nueva concepción, no solo de vida, también en su actitud ante todas las cosas y, sobre todo, en su actitud ante el trabajo y sus deberes y han sabido hacerles llegar a sus alumnos estas experiencias, a mis condiscípulos del Instituto Pedagógico para la formación de Maestros Primarios Antón S. Makarenko.
A todos los jóvenes que hoy se forman como maestros, por comprender su responsabilidad en la instrucción y educación de las nuevas generaciones.
A los que hoy consideran valioso el aporte de la experiencia y expresan con orgullo:«¡Yo tuve Maestros Makarenko y cuánto aprendí de ellos!»
A mi madre.
A mis hijos y esposo.
A mis maestros, por el ejemplo.
A mis compañeros de estudios, por la compañía y apoyo.
A Carlos Tamayo Rodríguez.
Lo pasado es la raíz de lo presente.
Ha de saberse lo que fue,
porque lo que fue está en lo que es,
y lo que es, está en lo que fue.
José Martí
No existe cubano que no conozca el aforismo de José Martí:«Honrar, honra»; adoptado a la hora de escribir esta historia para cuyo cumplimiento he reunido a un grupo de los protagonistas, estudiantes de diferentes graduaciones, como testigos presenciales.
Muchas razones me asisten para considerar la necesidad de enmendar una omisión histórica dentro del inicio del segundo período (1962-75) en la formación regular de maestros primarios; recurriré al discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en el acto de graduación de las trescientas maestras del Instituto Pedagógico Makarenko, en la Ciudad Deportiva, el 6 de diciembre de 1963, donde se explicita su génesis y desarrollo,porque son tantas las escuelas, tantos los tipos de profesores coexistiendo en un mismo período, que debe explicarse adecuadamente y se comprenda quiénes fuimos, somos y cómo llegamos.
Advierto, una vez iniciada la lectura, se pudiera estar pensando que pretendo desvirtuar los métodos educativos utilizados, nada más lejos de la verdad, evaluar no es el propósito; no creo hayan sido las fórmulas más adecuadas, faltaba experiencia en cuanto al desempeño de un centro estudiantil de este tipo, cuyos estudiantes asistían con deficiencias en los modos de actuación, declaradas por el propio Fidel, ello exigió la necesidad de duplicar el esfuerzo, tanto en lo docente como en la parte de orientación, lo que evidenciaba la necesidad de continuar preparándolos para la vida.
La crítica que incorpora el texto no es destructiva ni exagerada; es realista, tal como expresa José Martí,la crítica […] le da color a las ideas, […] las depura, […] las viste y las atropella, pero esta crítica es buena por ser leal,1y esta última aseveración se debe tener presente mientras se lea el texto, porque se procura realizar la reproducción exacta, sincera, del ambiente que vivíamos, a veces con situaciones inevitables, explicadas lo más sencillamente posible, para que todos la comprendan y entiendan, porque además, en los tiempos actuales se hace necesario depositar en la juventud en formación los hechos delpasado, como referentes para la vida presente y futura.
Mesiento infinitamente comprometida a situar en su justo lugar una parte importante de los inicios de la educación revolucionaria cubana, la cual, a pesar de estar latente al alcance de educadores, activistas comunitarios y pueblo en general; por carencia bibliográfica, lamen-table omisión y/o desconocimiento, no ha sido clara y suficientemente incorporada a la obra humanista y combativa de la historia de la formación de maestros primarios.
La invitación a la lectura lleva implícito tanto la cita como el aforismo martiano al inicio a estas páginas:Hay tanto que decir, que ha de decirse en el menor número de palabras posibles: eso sí, que cada palabra lleve ala y color.Es, en consecuencia, parte del propósito que me animó y justifica este volumen, un tanto tardío; donde puedo mostrar los hechos con sencillez y apego a una verdadreconstruida a ladistancia de cincuenta años, multiplicarla y ser advertidos por aquellos, a quienes, una vez logrado el objetivo final, dedicamos nuestros mejores esfuerzos; la modestia, así entendida, es confianza indeclinable en el mejoramiento humano, en la utilidad de la virtud; de ahí la necesidad de ser rescatados de tal omisión.
El lenguaje y la técnica utilizados, a pesar de presentar a los adolescentes que protagonizaron la historia, deter-minados por el medio donde vivían, reproduciendo su realidad con una objetividad documental, tanto en los aspectos más sublimes como los más triviales, tal y como fue, de forma cruda, no es naturalista; se revela como la reconstrucción de una historia, me detengo a valorar lo que puede ser objeto para la experiencia y se aprecia la conducta mediatizada por el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo.
Uso la descripción como apoyo, desde la posición de narrador en primera persona, coprotagonista de la historia, para mostrar perfiles exactos, situaciones e incluso lugares, lo cotidiano; se muestra una relación mediada entre las personas y su entorno, permeada de posibles subjetividades, desde la edad de los protagonistas y la forma de percibir su realidad, esto no permite ser imparcial; los diálogos son convocados y dirigidos por una sola persona o un número reducido de ellos con la intencionalidad de que emitan sus propias vivencias sobre el tema, definido previamente, de la huella heredada en su paso por las diferentes sedes del Instituto, para cuyo logro se ha requerido de la técnica delflash back2y delracconto3y así regresar mentalmente en el tiempo a ciertos contextos relacionados con el lugar y el momento; para cuya exposición deberá partirse de actos de habla, que faciliten la inferencia e interpretación de lo dicho y se añade a la información explícita.
Encontrarán expresiones como:dicha grande, frío intenso, el día fue como de fiesta, usados como fluyeron de mi mente y al releer distinguí su pertenencia al Maestro de todos: José Martí, no fue la intención, están sus enseñanzas y textos tan impregnados en mí que los uso indistintamente, así los dejé, espero lo comprendan.
Como género he usado el testimonio novelado;4estilo de escritura que de forma reflexiva o autoconsciente sustenta su desarrollo en la recopilación de hechos, narrados en determinado orden, por testigos presenciales y contemporáneos; se emplean verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo, aunque requiere cierto distanciamiento temporal.
Si fuera necesario explicar, desde el punto de vista literario, por qué esta forma de narración literaria, tendría que comentar, asumiendo los criterios expresados por Joaquín M. Aguirre.
La literatura es el arte de la palabra, […]. Tanto si resuena en nuestros oídos por boca de un juglar, como si aparece en un códice iluminado a mano o sobre un papel que ha pasado por prensas, la literatura es palabra. […] favorecen la difusión y siempre hay detrás, en esas palabras, un ser humano queriéndose comunicar o expresar, haciéndonos llegar sus ideas y sentimientos, su palabra.
Así se llega a más lectores/aprendices, a los que lo leen por intereses profesionales o por intereses personales.
Validé cada testimonio, a partir de la indagación en temas específicos, de los que todos debían aportar detalles. El orden cronológico no es de calendario, pero fluye, a partir de cada una de las sedes del Instituto, otras acciones y hechos relacionados, se entrecruzan fechas y lugares, moviéndose del pasado al presente, en dependencia del recuerdo activado y eltestimoniante.
Decidí dar testimonio veraz de los hechos, con la intención de que se conozca la realidad de quienes nos forjamos como Maestros Makarenko, la impronta dejada en nuestra formación de vida, que nos llevó a ser creadores y artífices de las nuevas generaciones, también nos inspiró en la necesidad de aportar ideas, experiencias e intentar prescindir de actuales prácticas sobreprotectoras, tendentes al apocamiento, actitudes no ejemplarizantes, por parte de algunos de los que deberían ser ejemplos a seguir, que nada aportan en la formación del hombre nuevo.
A pesar de nuestra corta edad, en difíciles condiciones de vida, de una férrea disciplina y sin recursos, demostramos que no éramos de cristal y seguimos de pie; no nos rajamos, no nos detuvimos, no retrocedimos, siempre avanzamos y logramos quemuchos, aún nos sigan,5entonces hoy, con el desarrollo científico, tecnológico y social, se debe favorecer el cambio en la actual práctica educativa para obtener mejores resultados.
Revelamos aquí, no un diario, pero sí la evidencia de un sinnúmero de nuestros avatares, de las condiciones de vida, adversidades, pequeñas alegrías, tristezas pasajeras o las imperecederas, los afanes diarios, aburrimientos, optimismo, la arrogancia de algunos, deslealtad y falsedad de otros; la madurez y muchachadas, el perfeccionamiento y transformación de los modos de actuación, que moldearon nuestra esencia y fortificaron el carácter, en resumen, aquellos aspectos referentes a las cualidades humanas están presentes.
Asumo con José Martí:Lo pasado es la raíz de lo presente. Ha de saberse lo que fue, porque lo que fue está en lo que es, y lo que es, está en lo que fue6y concuerdo con Eduardo Galeano en que«somos lo que hacemos, para cambiar lo que somos».7Por ello, he aquí una parte inédita de nuestras juvenilesvidas.
1 José Martí: Tomo 22, p. 317.
2flash back: se dice de la retrospectiva breve al pasado, como un destello de luz que permite evocar un recuerdo.
3 Se conoce como racconto o narración preactiva a toda aquella extensa retrospectiva al pasado, que conforme vaya pasando el tiempo va progresando lentamente de forma lineal hasta llegar al momento inicial del recuerdo, el punto de partida de la historia. Esta técnica se ha usado tanto en obras literarias como en obras cinematográficas.
4 Universidad Javeriana. ¿Novela testimonial, testimonio novelado o «novela total»? Un acercamiento a la relación de literatura y cultura popular en Rencor, Óscar Collazos. Web. 10 Nov 2011. http://recursostic.javeriana.edu.co/multiblogs2/
5 Se hace alusión a las consignas con la que nos recibieron durante el primer ascenso al llegar por primera vez a Minas de Frío: «si avanzo, sígueme; si me detengo, empújame; si retrocedo, mátame». «Solo los cristales se rajan, los hombres mueren de pie».
6 José Martí: Escenas Norteamericanas, «En los Estados Unidos». Obras Completas, Volumen 12 pág.155. en CD.
7 13 de abril de 2015, mientras escribo esta página conocí del fallecimiento de alguien a quien admiro: Eduardo Galeano.
Hemos guardado un silencio bastante
parecido a la estupidez.
Eduardo Galeano1
Cuando te dije: —Tengo una historia por contar—, no pude evitar sonreír, porque casi siempre me sucede, después de tantos años de una vida sin confesar o parcialmente referida, las ideas vienen; pero, las pienso tanto, que, a la larga, alguien de aquellos tiempos relata una similar como si hubiera conocido o escuchado mi proyecto.
Las remembranzas de mis avatares estudiantiles no tienen absoluta nitidez en mi mente; se agolpan los recuerdos tal vez por el desequilibrio y la rapidez de los sucesos, favoreciendo un extrañamiento a la altura de mis candorosos recién cumplidos 13 años; por eso les he pedido a coprotagonistas de esta historia reconstruirlas juntos.
Cursaba el sexto grado escolar del nivel primario, en 1966; mi maestro, Luis Rafael Hernández Santana, quien con los años llegó a ser Maestro de maestros y mi compañero en el trabajo docente, tuvo la estupenda idea de motivarme hacia el magisterio; por lo que solicité, y me fue concedida, una beca para formarme como maestra y de septiembre a diciembre de 1966 recibimos un precurso, cuyo objetivo era nivelar a todos los alumnos.
Ángela Guillén, compañera de estudios, recuerda por qué se realizaba el precurso:en aquellos tiempos no todas las escuelasprimarias concluían las clases en las mismas fechas, ni los planes de estudio y programas coincidían.
Allí tuvimos el primer encuentro los que seríamos compañeros de estudios y de vida durante más de cinco años. Se desarrolló en la escuela primaria Juan Ramón Ochoa: En esta búsqueda conozco que la Maestra Voluntaria, devenida Makarenko, Gladis Vidabour traba-jaba allí como maestra; también nos daba clases el maestro Jaime Enrique Valdivia, quien ofrecía buenos consejos y mejores clases. Vale decir, no teníamos idea de cómo serían las condiciones de vida y estudio que enfrentaríamos.
¿Qué conocía yo sobre la resolución tomada? poco o nada; en aquel tiempo no se hablaba de formación vocacional, solo la elemental referencia, que todos poseen sobre losmaestros y un documento, antecedente de la actual boleta de otorgamiento de carrera; eso sí, disfrutamos de una maravillosa semana en la playa, Los bajos de Santa Bárbara, en Gibara, a la cual fuimos invitados por el Ministerio de Educación.
Siento vergüenza al saber que han transcurrido tantos años sin ocuparnos de que se conozca esta historia, que incluye a miles de jóvenes de mi tiempo. Nadie lo ha hecho y duele en lo profundo. La historia de la formación de maestros en Cuba después de 1959, se habla en muy pocas referencias sobre la formación de maestros primarios y su Instituto.
¿Y cómo fuimos y aún somos algunos?, nos reunimos un grupo para contar la historia; muchos no pudieron ser localizados y otros ya no están; de todos modos logramos que estuvieran representadas varias graduaciones y otros que no concluyeron por disímiles motivos.
Mientras, los recuerdos van y vienen, nos reímos, a veces todos; los ojos se nublan con lágrimas ¿de risa o tristeza?: ambas; alguien se queda en silencio, absorto en sus evocaciones, otros sienten la alegría de volver a verse y de sentir que han cumplido, desde esta abstracción percibo una voz salida del grupo que comparte vivencias escuchadas por vez primera:
—¿Esta será una historia larga o corta, abuela?— interpeló con curiosidad la joven, mientras nos miraba intranquila.
—Al fin, una pregunta; pero guarda los comentarios para otro momento y escucha— comenté e ignoré la preocupación en su voz; no le dije más y mi parquedad pareció entristecerla; todos asentimos con preocupación, porque sí, la historia sería larga, por lo que decidimos dejar una memoria escrita, para que sea realizable la intención de que otros la conozcan y saquen provecho de ella.
Los recuerdos emergen: el lunes 21 de enero de 1967, se iniciaba un largo episodio, de lo que sería una odisea llena de sorpresas, conmociones y desconciertos, pero también de aprendizajes, que constituirían una educación para la vida; donde hoy se encuentra el Consejo de las Artes Plásticas, en la calle Vicente García, existía un estacionamiento, fue ese el lugar señalado para acceder a los ómnibus que nos trasladarían hasta la sede de la institución donde se recibía el primer año de la carrera de Magisterio. Como en todas las despedidas, se sucedieron lágrimas, recomendaciones, consejos, suspiros… y así iniciamos el trayecto hacia nuestro País de Nunca Jamás.2
Elisia Bruzón Infante, quien inició sus estudios en 1967, procedente del poblado de Chaparra, tiene recuerdos muy especiales de aquel 21 de enero:
Ese ha sido un día inolvidable, frente a mi humilde bohío de yagua y guano, de un humilde barrio campesino, se detuvo un carro alquilado, con gran sacrificio, por mi padre y los de Carmen Silva y Martha Caballero, para trasladarnos a la entonces región de Victoria de Las Tunas, porque habíamos sido seleccionadas para una beca de magisterio y la salida era ese día.
Iniciamos un viaje lleno de vacío, hacia la parte más oriental, Santiago de Cuba; cuando pensamos que concluía el trayecto, bajamos del ómnibus en Las Mercedes, nos indicaron subir a la parte trasera de los camiones y comenzó el ascenso por las montañas de la Sierra Maestra, a mí me parecieron inmensamente altas, grandes, de un verdor imponente. Se avanzaba por una carretera en construcción entre las laderas resbaladizas; era audaz aquella subida, llegado a un punto, debimos seguir a pie, porque resultaba muy peligrosa.
Fue mucho más doloroso de lo que había esperado, no estaba muy segura de dónde me encontraba, ni creo haber tenido vivencias similares; es difícil precisar cuál fue el momento más importante o terrible de esta segunda etapa del viaje, incluso antes de lo que esperaba, y ante tales peripecias no se me quitaba una sensación de decepción y resignación, es algo difícil de explicar, no sabes hacia dónde te diriges ni lo que te espera. Es una sensación intensa; piensas y sientes, quizás por primera vez en tu vida, que todo lo vas dejando atrás, los amigos, la familia, hasta los recuerdos; el paisaje urbano se disuelve entre montañas de tierra negra unas veces, roja otras y verde follaje.
Iniciamos el ascenso, el primero y más difícil, llegaba la noche; la temperatura ambiente era cada vez más fría, la fatiga se iba sintiendo, los compañeros también se veían agotados; por doquier enormes pancartas a ambos lados del sendero, conminaban a continuar:Si avanzo, sígueme; si me detengo, empújame; si retrocedo, mátame.Solo los cristales se rajan, los hombres mueren de pie; así se repetían una tras otra a cada recodo del camino de ascenso.
Elisia, escucha, absorta en sus recuerdos y comenta:
Eldíanos pareció muy largo, pero el más hermoso y emocionante de nuestras vidas, máxime cuando nunca habíamos salido de nuestras casas y de pronto conocer nuevas ciudades como Bayamo, Manzanillo, llegar a Las Mercedes y ver por vez primera las montañas; como dice Adelfa, fue emocionante y especial, la subida inició después de la comida, fue maravilloso, penoso, algo no acostumbrado, el trayecto fue duro y terriblemente emocionante; alguien había empezado a cantar temas de marchas, himnos de nuestras gestas libertarias, una mujer iba declamando y sus palabras unidas a lo dificultoso del ascenso hacían que nuestros corazones latieran fuertemente.
Rubén Ferrales González:
Para mí esta etapa fue diferente, recuerdo que llegamos sobre las seis de la tarde, ya oscuro, formamos en una plaza de la escuela ubicada en Las Mercedes en la base de la Sierra Maestra, nos pasaron (no supimos las razones) por un equipo de rayos X instalado en un ómnibus y preparamos el ascenso, un grupo fue sacado de las filas y se les prohibió subir, se llenaron las cantimploras con agua y café; una de las cosas que más me impactó fue aquella caminata por aquellas lomas resbaladizas hasta llegar a la entrada de Minas.
Caridad Alfonso Vidal,Cary, desde Mariel a Guanajay, luego La Habana, la URSS y finalmente formó su bella familia en Las Tunas con Jesús Cruz (Maestro Makarenko, del curso anterior). Cary, más que mi amiga, hermana, de aquellas que empiezan a hermanarse subiendo lomas y nunca se olvidan, declara, en un sutil destello, como si lo estuviera mirando, mueve sus dedos al aire arriba, abajo:Dábamos tres pasos hacia arriba y cuatro para abajo y ahí rodábamos loma abajo como piedrecitas.
Para mí, fue algo emocionante, pero no lo fue; estábamos en medio de ningún lugar; avanzábamos, resbalábamos, caíamos, y otra vez; así lo cuento en mi primera carta:
Cruzamos cuatro ríos, o era el mismo cuatro veces, no sé, después de subir a gatas lomas como la llamada Armando Vega o La Vela, cuya superficie parecía de jabón, todo era subida, lleno de pavorosos abismos, cuando ya estábamos subiendo la loma La Yegua me zumbaban los oídos, me senté a descansar, continuamos la marcha […]
Al fin, en la penumbra de la imponente tarde-noche, que permitía adivinar las siluetas de árboles, montañas y malezas,