India en el camino de los dioses - María del Carmen Solana Valdés - E-Book

India en el camino de los dioses E-Book

María del Carmen Solana Valdés

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India es una tierra donde conviven diferentes religiones y es común a sus habitantes la sabiduría de la tolerancia, afirmó Mahatma Gandhi. El presente estudio ofrece al lector un recorrido histórico por las más diversas vías del quehacer espiritual y religioso de India e intenta sistematizar, en lo posible, un caudal inmenso de información, a la vez que presenta la excelente oportunidad –para los estudiosos ávidos de temas culturales, filosóficos y eminentemente humanos- de aquilatar las necesarias notas aclaratorias y bibliográficas como apoyo insustituible de esta obra. Pero hay otra fuente que nutre a la autora de este libro: el sabor de la experiencia, haber tenido la posibilidad de la vivencia directa, la oportunidad de "ver" y "sentir", de ser protagonista de una historia. Vivir en familia, asistir a clases, participar en toda suerte de ritos y ceremonias, visitar los templos permitidos, sentarse a orillas del Ganga (Ganges) o recorrer el Taj Mahal, ofrecen la mejor de las visiones, un testimonio irremplazable.

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Título original: India en el camino de los dioses

Edición y corrección: María Eugenia de la Vega García

Edicion digital: Margarita Toledo Albarez

Diseño interior y de cubierta: Yadyra Rodríguez Gómez

Emplane digitalizado: Idalmis Valdés Herrera

Maquetación digital: Oneida L. Hernández Guerra

©María del Carmen Solana Valdés, 2014

© Sobre la presente edición:

Editorial de Ciencias Sociales, 2016

ISBN 978-959-06-1833-8

Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones.

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Editorial de Ciencias Sociales

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Índice

Índice

Prólogo

Introducción. Los dioses, los caminos

India, esa multitud de arcoiris

Transitando el camino

Un alto en el camino

I. La llegada de los dioses

Un encuentro entre dioses y hombres

El Camino de los Vedas

Dios, el Maestro: las lecciones de Krishna (Bhagavad Gita)

Muchos dioses, una esencia,el Universo Hindú

II. Los dioses se retiran, no el camino: el Budismo

Iniciando el sendero

El legado de la tradición

La Doctrina del Maestro

Rutas y senderos a la muerte de Buda

“Universalización” del Budismo; florecimiento y decadencia en India

Nuevos senderos; la prácticaen la actualidad

III. India, hogar de dioses lejanos

Los caminos de Allah

Las “sectas” islámicas

El sendero de los Parsis

La ruta hebrea hacia India

Jesús en India

India, ¿muchos Cristos?

IV. Nuevas sendas de Dios

La evolución de los senderos

Dios y sus caminos, un tránsito en las épocas

Confluencias de los muchos caminos de Dios: nuevas sendas de Norte a Sur

Recorrido por las sendas filosóficasy devocionales de los siglos xx y xxi

El fin del camino…

Anexo. Gandhi: el humanista

Bibliografía

Generalidades

La llegada de los dioses

Los dioses se retiran, no el camino: el budismo

India, hogar de dioses lejanos

Nuevas sendas de Dios

Fuentes digitales

Anexo. Gandhi: el humanista

Datos de la autora

Dedico mi libro a los lectores y hago votos

porque en estas páginas encuentren alguna respuesta

a sus preguntas.

A mi esposo José Carlos a quien —literalmente— debo la vida, y a Beatriz, la hija que hubiera querido tener.

A mi amado hijo político, José Adrián.

Con la esperanza de que sea un canal por el que fluya,

al menos, un haz de la luz universal que nos une a todos,

les doy las gracias.

Solo conocemos, experimentamos y disfrutamos un fenómeno (y quizás hasta un noúmeno) cuando nos hacemos uno con él. En el presente caso, la verdad sobre India se devela en sus calles, en sus gentes, en sus ríos y en sus flores. La sabiduría inconmensurable del Gita, en sus páginas, el fervor y el goce inasible del sueño de Krishna o el de Buda, y hasta el deleite trascendental de Gandhi con la Verdad, en la comunión con sus doctrinas.

Animados por tal convencimiento, este libro es apenas una pequeña ventana para que cada quien encuentre y abra la suya propia.

Tan solo el empeño, augura el éxito.

La autora

Prólogo

Como un paso de nubes de lluvia al bosque de fuego del sacrificio me llegó India en el camino de los dioses de la ya conocida investigadora, filósofa y orientalista cubana, María del Carmen Solana Valdés. La propuesta se mueve dentro de parámetros eruditos en los que el estudio de las culturas asiáticas continúa siendo, de una manera muy tradicional, abordado desde la perspectiva de la alteridad bajo el prisma, casi inalterable, de una mirada cargada de construcciones ideologizadas y extrapolaciones conceptuales que han creado un imaginario particular sobre el Oriente y las civilizaciones que allí se han desarrollado. La manera en que la autora lo enfrenta hace que su disertación nos proponga un modo diferente —de naturaleza disímbola en su propia complejidad y armado de un alto vuelo de pensamiento— de analizar el fenómeno, amén de ser una arista poco explorada entre la intelectualidad cubana.

El complejo y esteriotipado enfoque de la otredad se agrava extraordinariamente cuando de la contemporaneidad se trata, al limitar el modo de aproximación a la evolución de estas sociedades que se analizan tanto en sus expresiones teórico-ideológicas como de otros axiomas no abstractos concernientes a su interconexión con las demás áreas del sistema-mundo. Por lo que uno de los principales méritos de la autora al sumergirnos en estos temas de la “sublimidad” radica en permitirnos, como lectores, que las especificidades cobren nuevos significados cuando, más allá del particularismo a ultranza, son vistas desde una perspectiva dialéctica que reconoce diversidad y unidad como dos caras de una misma moneda.

La diversidad y la multiplicidad son sinónimos de la India, atributos intrínsecos de los que un cientista social comprometido con la objetividad y la veracidad de su discurso no puede evadirse. La India resulta tan compleja como que, en el discurso nacionalista es el punto de partida para la declaración de la diferencia, para mencionar una variedad intrínseca, como otra característica más de la unidad y a la vez se convierte nuevamente en el punto de llegada donde el espectro de posibilidades que se abrió, al reconocer la diferencia, se vuelve a cerrar. Y un logro de esta obra que se nos presenta es, precisamente, la búsqueda por encontrar la identidad real del indio a partir de la diferencia y la contradicción como modo de hallar la pluralidad dentro de lo aparencialmente homogéneo utilizando el arma infalible de la ancestral filosofía para desentrañar el controvertido entramado de las religiones.

Para Arundathi Roy, los indios son un pueblo antiguo aprendiendo a vivir en una nación reciente y el manejo que hace la autora de la evolución desde las raíces primigenias de las religiones, el climax y la “adaptación” al imperativo de la modernidad que han sufrido, nos obliga a reflexiones en las que se manejan los principales hitos de su historia como nación emergente en la segunda mitad del sigloxx. Por secularismo en India se entiende el reconocimiento de la importancia y pluralidad de sus religiones pero no deja de ser históricamente cierto que los conflictos planteados en nombre de la religión son los que más han convulsionado al país; concibe un pasado plural y tolerante con las distintas religiones que así “debe continuar”. India es una tierra donde conviven diferentes religiones y es común a sus habitantes la sabiduría de la tolerancia, afirmó Mahatma Gandhi. He ahí, en estas profundas contradicciones donde radica la importancia de un estudio como el que ha realizado Solana Valdés. Solo el conocimiento del curso evolutivo de las religiones en el subcontinente, permiten la aproximación a la verdad histórica en lo que a pensamiento y conducta sociocultural se refiere.

Al seguir este orden de análisis, la autora retoma en su libro un tema de resonancia mundial, la dicotomía de lo tradicional y lo moderno y sus implicaciones críticas, lo cual nos lleva a conocer las persuasiones de la antinomia y, luego de dar este paso llegamos, gracias a su prosa, al estadio de acercamiento inevitable de la modernidad como algo que involucra procesos históricos definidos por diversos sujetos de la renovación, incluso en India, en la que son perceptibles sus manifestaciones plurales y debates fundamentales. Mayúsculo propósito cuando en su intención por desentrañar, la esencia y aproximarnos al fenómeno, la autora nos permite comprender —con la sabiduría de un pasado— los basamentos fundacionales de una India cada vez más en ascenso en un mundo altamente globalizado.

Una excelente oportunidad para los lectores ávidos de temas culturales, filosóficos y eminentemente humanos es este libro que nos ofrece además, con las necesarias notas aclaratorias, un espectro mucho más amplio del diapasón indio al realzar su valor y permitir su inclusión a las obras de bibliotecas tan necesarias para un pueblo cada vez más instruido. Poseedora de una sólida formación como filósofa, la autora adiciona a su saber la sabiduría de enseñar por lo que su invitación para que escribiera el Prólogo a su obra, constituyó un reto profesional, pero revelo que caló muy hondo en mí y que logró, ciertamente, enamorarme de su mensaje.

María Teresa Montes de Oca Choy

Introducción. Los dioses, los caminos

Taj Mahal.

India, esa multitud de arcoiris

Cuando nos disponemos a cruzar el puente entre lo que se ha estampado históricamente como Occidente y Oriente, una multitud de caminos quedan abiertos, listos para nuestro tránsito hacia realidades desconocidas cuando no mágicas, que nos sumergen en coloridos universos a los que intentamos escrutar y dar nombre con el poderoso filo de la razón como estandarte.

Entender al Oriente con los instrumentos de Occidente es tarea difícil; inevitablemente andamos en desconcierto, siempre deslumbrados, nunca precisos; en ocasiones muy lejos de las verdades, incluso, de las más evidentes, de las que golpean con su brillo a nuestros ojos.

Pero hay que intentarlo, hay que cruzar los puentes; y quizás con la ayuda del sonido a la vez sencillo y majestuoso del mantra “OM” como escudero, explorar esferas del conocimiento que nos ayuden a entender otros códigos y otras formas de expresar conocimientos y verdades.

India, Bhārat Gaṇarājy,1puede ser la puerta abierta, el primer intento de cruce.

1Bhārat Gaṇarājy es el nombre oficial de India en lengua sánscrita y su forma corta, Bharat. Bharata ha sido interpretado como epíteto del dios Agni (fuego) de la literatura védica. Los bharatas se afirman descendientes de los antiguos bharatas que participaron en las grandes batallas de la antigüedad, tal como se menciona en elRig Veda. Bharata fue el príncipe hijo de Dushyanta, héroe épico de la gran epopeyaMahabharata. En elRamayana, Bharata es el hijo de Dasharatha, hermano menor de Rama.

Transitando el camino

India2 es un macrocosmos; esa sentencia que sus hijos repiten para definirla, “unidad en la diversidad”, alude a una realidad histórica y a un hecho cultural sin precedentes: en su océano confluyen pueblos y culturas. En el tiempo y más allá del tiempo, todos germinan, mezclados, trasmutados, renacidos. La diversidad está en todo y en todos pero está, principalmente, en el centro mismo, en el corazón de la unidad. India es un gran holograma; un holograma del universo conocido y del desconocido; para muchos, un holograma de Dios. Se ha dicho que India es una tierra sagrada y se le ha llamado, “la tierra de Dios”:

2También, Bharat Mata o Madre India.

Allí está el origen de las más antiguas culturas y ha sido la fuente de grandes religiones. Es la casa de un pueblo que ha visto a Dios con su incansable deseo de verle a través de profundas meditaciones y silencios. Pocas veces el deseo de Dios ha sido expresado con palabras tan llenas del espíritu del Adviento como en vuestros libros sagrados, escritos muchos años antes de Jesucristo: de lo irreal condúceme a la luz; de la muerte condúceme a la inmortalidad.3

3Palabras pronunciadas por Paulo VI en Bombay el 3 de diciembre de 1964 a los miembros de las religiones no cristianas (en idioma inglés).

Fuente: http//:www.vatican.va/index.htm

En estas tierras, la religión es una forma de vida. Es una parte integral de todas sus tradiciones. Matiza las fases de la vida del hombre común, las tareas cotidianas, los proyectos y sueños; interviene en la educación, en el arte —las artes— y hasta en la culinaria o la política. Se trata de una mentalidad, de una actitud, de una especial disposición. Ahí está la magia que permite la convivencia de una pluralidad socio-religiosa que se abre de manera inmanente a la armonía. India no es la tierra de los hindúes; es la casa secular de los hijos de la tierra, sean musulmanes o budistas, cristianos o parsis, sikh o hebreos. Se dice que en el alma de India se contienen todos los hijos del universo.

Y es que, ciertamente, podríamos prescindir del concepto —a veces tan polémico— de religión para intentar develar el misterio indio. Quizás se trate, simplemente, del espíritu de un pueblo muchas veces renacido. En India, el espíritu del mundo respira. Hasta su himno nacional, le canta4 ; es Rabindranath5, el poeta, quien le venera:

4La canción de Rabindranath Tagore,Jana-gana-manafue adoptado por la Asamblea Constituyente como Himno Nacional de India el día 24 de enero de 1950. La canción completa está compuesta por cinco stanzas (estrofas); la primera de ellas es el himno.

5Rabindranath Tagore (1861-1941), hijo de Kalkata (Calcuta), es uno delos pensadores más prominentes de India. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1913 luego de la traducción al idioma francés de su inmortalGitanjali. Su proyecto, la Universidad Bisva Bharati (1921), en Bengala Occidental, es una institución muy especial orientada hacia la búsqueda, rescate y difusión de la sabiduría milenaria de la cultura india. En sus obras, invariablemente, se resalta la universalidad del espíritu humano. Tiene el título de gurudeva o venerado maestro.

Tú eres el regente de las mentes de todos, el dispensador del destino de India. Tu nombre despierta los corazones del Punjab, Sind, Gujarat y Maratha, de Drávida, Orissa y Bengala; reverbera en los montes de Vindhyas e Himalayas, se entremezcla con la música del Yamuná y el Ganga y es cantado por las olas del Océano Índico. Ellos rezan por tus bendiciones y entonan tus alabanzas. Está en tus manos la salvación de todos, dispensador del destino de la India.

¡Victoria, victoria, victoria para ti!

Vale decir que la Canción Nacional, con estatus similar al himno, Vande Mataram, de Bankim Chandra Chaterjee, fue entonada por primera vez en 1896. Fue tema inspirador de las campañas libertarias. La primera estanza, en la traducción de Aurobindo,6 alaba a India que es la Madre, “dadora de bendiciones y bienaventuranza”.

6Aurobindo Ghose (agosto 15, 1872-diciembre 5, 1950). Fue uno de los grandes líderes del movimiento independentista en Bengala, y por su actividad política (a la cabeza del grupo conocido como los Extremistas y luego en el partido clandestino Jugantar) fue confinado por dos años en la cárcelde Alipore. Su influencia en la transformación del pensamiento y opiniónde toda la India fue muy profunda, especialmente a través del periódicoBandeMataram. Aurobindo fue también poeta, maestro, filósofo y escritor. Desdesu ulterior retiro espiritual en Pondicherry, se entregó por entero a lo que sería después su sistema, el Yoga Integral.

Interesante resulta, además, elCalendario Nacionaluniforme basado en la “Era Saka”7con Chaitra como su primer mes (22 demarzo) y un año normal de 365 días adoptado el 22 de marzo de1957 junto con el Calendario Gregoriano, válido para los asuntos oficiales.

7Entre las Eras unificadas, se destacan, Era Kali 1900-5002 AD; Era Vikram (Norte de India, excepto Bengala), Era Saka, Bengali San (solar), Nadi San (Chittagong), Saptarshi Kali (Kashmir) y Era Kollum (Kerala).

Por su parte, elEmblema del Estadoindio es una adaptacióndel capitel del León de Sarnath (en las proximidades de Varanasi, Uttar Prasesh). El capitel de los leones fue erigido en el siglo III a. C. por el emperador Ashoka para señalar el lugar donde Buda predicó por primera vez su evangelio. En el pilar original, el capitel se compone de cuatro leones sobre un ábaco circular en el que aparece un fresco con las esculturas en alto relieve de un elefante, un caballo a galope, un toro y un león (cada uno orientado hacia uno de los puntos cardinales)8separados por ruedas o chakras; el conjunto está montado sobre una flor de loto abierta (origen de la vida e inspiración creadora). En el emblema, solo tres de los leones aparecen y simbolizan el poder, el coraje y la confianza. El lema en el extremo inferior, “Satyameva Jayate” en escritura Devanagri, significa “Solo la verdad triunfa”.

8Los animales-guardianes de los cuatro puntos cardinales: el león del norte, el elefante del este, el caballo del sur y el toro del oeste.

Igualmente, el Loto es laFlor Nacional de India. Se le considera sagrada y ocupa una posición singular en el arte y la mitología de la antigüedad y ha sido, desde tiempos inmemoriales, la imagen promisoria de un futuro auspicioso. El loto simboliza la pureza, belleza, majestuosidad, gracia, fertilidad, abundancia, riqueza, sabiduría y serenidad.

Finalmente, el Árbol Baniano, conocido como higuera de Bengala (Ficus Bengalensis), crece y se multiplica por áreas extensas y de sus raíces brotan nuevos troncos y ramas; es el símbolo de la vida que renace una y otra vez. Por ello y por su longevidad, el árbol del baniano es considerado inmortal y sagrado, y es parte integral de los mitos y leyendas de India. Incluso hoy, el árbol del baniano representa el ideal de vida de la aldea; es su centro y su protector.

Un alto en el camino

India ha sido un centro mundial de producción filosófica; las verdades de antaño aún continúan siendo descifradas y es que no son pocos los enigmas que los más variados sistemas filosóficos han tratado y tratan de esclarecer.

Durante más de 2 500 años, el pensamiento indio y sus escuelas tradicionales de corte brahmánico (llamadas ortodoxas) han intentado abrirse paso a través de los múltiples velos que cubren las verdades esenciales.

No conocemos lo suficiente sobre estos sistemas y sin embargo, ciertos paralelismos con la filosofía antigua, sobre todo con la griega, pueden provocar asombro. Y es que en la tierra de Krishna y del Gurú Nanak, las tradiciones científicas, el desarrollo de las matemáticas, el racionalismo en sus varias vertientes y las ciencias de la lógica son, sin más, otras formas, tan válidas y tan pertinentes, deavanzar por vías sinuosas hacia las esencias universales.

Baste citar la noción del “cero”, cuya entrada en Europa a merced a los árabes tuvo su primera cuna en el país índico y que la escuela de pensamiento materialista Charvaka, sea probablemente la más antigua en todo el mundo, anterior incluso, a la escuela atomista de Demócrito de Efeso. Lo más asombroso es que los grandes sistemas indios parecen coincidir en el tiempo con la época dorada del mundo griego, el persa y también, con el momento de esplendor que supuso el nacimiento de las revoluciones gemelas de los siglos vi al v antes de nuestra era: el Budismo y el Jainismo.

Para muchos, India es el país de la pobreza estructural, dela lepra y de las multitudes de parias, de losharijanso hijos de Dios como les llamara el Mahatma Gandhi, desconociendo que en el presente, el país es la décima economía a nivel mundial, poderoso centro de alta tecnología, precursor de la tecnología satelital contemporánea y uno de los reinos asiáticos delsofty elhardware, entre otros muchos de sus liderazgos.

En este “alto en el camino” también es preciso significar (porque además, es presupuesto de este libro) que los términos indio e hindú no sean considerados como sinónimos o equivalentes; ni siquiera son conceptos intercambiables parcialmente. El espíritu de esa tierra acoge una miríada de orientaciones religiosas y en sentido más amplio, espirituales, que van, desde las tres consideradas universales, Budismo, Islam y Cristianismo, pasando por la herencia viva de Zoroastro a través de la comunidad parsi, o los sikhs que hoy pueblan el mundo, los jainas, los judíos, hasta sectas, órdenes, hermandades y otras de toda naturaleza que por centurias han ido ganando adeptos.

Si antaño floreció el sufismo (variante mística del Islam) o los motivos únicos de la escuela greco-budista de Gandhara,9el Nestorianismo10y tantos más, en el presente, el país se nutre de religiones y grupos de religiones en la forma de comunidades de mayor o menor cantidad de integrantes. El templo, la mezquita o el ashram son los centros visibles de esa pluralidad del crisol indio. Es la diversidad en la unidad.

9Esta escuela fue uno de los grandes hitos del mundo antiguo. Alejandro de Macedonia irrumpió en el escenario indio en el año 327 a.n.e., probablemente, en junio. En las riveras del Indo venció a Poros y capturó el Punjab. En su avance fue fundando ciudades; en Gandhara (Taxila) quedaron evidencias de la fusión de la cultura helenística con la budista. La escuela de Gandhara adquirió sobrada notoriedad en el mundo de entonces: arte, filosofía, literatura, escultura y arquitectura, fueron el centro del quehacer. Lostemplos indios y griegos dejaron constancia del esplendor. De este inmenso encuentro brotó, entre otras, la muy famosa obraMilinda Panha, que en estilo platónico reproduce el diálogo entre el monje budista Nagasena y el rey Menandro.

10En el sureño estado indio de Kerala se encuentra una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, los malabares nestorianos.

De acuerdo con las estadísticas, las principales religiones practicadas en India son, la forma religiosa del Hinduismo (878 millones de adeptos, 79,8 %) y el Islam (150 millones, 13,7 %), que la coloca como tercer mayor país con población musulmana luego de Indonesia y Pakistán. Los cristianos suman 25 millones (cercadel 2,5 % de la población). La comunidad sikh, nacida en suelo indio luego de un profundo movimiento de reforma, agrupa a cerca de 18 millones de fieles (2,1 % de la población). Y aunque en su inmensa mayoría viven en su tierra ancestral del Punjab, hoy los miembros de esta comunidad se han extendido a toda la geografía india y a no pocos países de diversos continentes.

El Budismo, hoy religión universal, formidable y única, fue engendrado en tierras indias de las que partió hacia todos los confines merced a la impronta del emperador Ashoka. La embestida brahmánica fue responsable de su aniquilamiento en su suelo original y hoy se estima que apenas el 0,8 % de la población lo sigue (7,5 millones). La orientación Jaina, nacida y nutrida de las mismas esencias del Budismo temprano con las que su fundador Mahavira comparte el supremo ideal de ahimsa,11agrupa a poco más de 4 millones de fieles (0,5 % de la población).

11AhimsaoAvihimsaes un término en lenguapali(la que junto alprákrito) sirvió de vehículo de exposición de las primeras escrituras budistas y jainas. Viene a significar, no violencia, ausencia de dolor, ausencia de crueldad como actitudes nodales. Por tal razón, desempeña un papel protagónico dentro del Camino Óctuple hacia la Iluminación, tal cual aparece en el Sermón de Varanasi (Dhammacackraparvatanasutta), piedra angular de la doctrina budista.

Un fenómeno sobradamente interesante lo constituyen los Parsis, herederos de Zoroastro (Zarathustra) que llegaron a India hace cerca de 1 200 años procedentes de Persia (Irán) durante la conquista de sus territorios por las huestes musulmanas. Quienes más tarde serían conocidos como parsis, se establecieron primero en Diu, pequeña isla próxima a las costas de Gujarat a donde llevaron, según cuenta la tradición, el fuego sagrado de sus templos. Hoy suman menos de 76 mil (0, 0002 % de la población india) y se calcula que esta comunidad no excede los 100 mil en todo el orbe.

No menos atractivo resulta el fenómeno judío en India; esta comunidad está compuesta por varios núcleos12que trazan sus orígenes por diferentes caminos. Mientras que algunos remontan su historia ancestral al antiguo reino de Judea, otros se declaran herederos directos de las tribus perdidas de Israel. Se estima que apenas 6 mil componen el total de las comunidades hebreas.

12Los judíos de Cochín (Kerala) afirman ser descendientes de comerciantes que llegaron a las costas indias 2 500 años atrás. La comunidad Bene Israel se estableció en Maharashtra hace 2 100 años. Por su parte, los judíos deBagdad extienden su antigüedad en Mumbai a 2 500 años, procedentes deIrán, Irak y Afganistán. El tronco Bnei Menashe es una población tribal del Noreste indio (Mizoram y Manipur) que reclama descender directamente de la tribu original de Menasseh, y los Bene Ephraim, por último, son telugus conversos al Judaísmo desde 1981. En la actualidad, cerca de 75 000 judíos indios se han trasladado a Israel.

India es la cuna de importantes vertientes espirituales del mundo de hoy; las formas actuales del Hinduismo, Budismo, Jainismo, y Sikhismo son corrientes vivas y cambiantes que se esparcen por el mundo muy vigorosamente nutridas de la impronta cultural de su matriz; fenómeno similar ocurre con aquellas que, venidas de tierras distantes, como el Islam o el Cristianismo, han recibido el inequívoco sello de la “indianización”.

Antes de proseguir el camino, es insoslayable tratar el tema de la India no galvanizada como una de sus facetas más dolorosas. Es cierto que en su vasto territorio son incontables las fuerzas centrípetas que la mantienen unida y viva como un gigantesco animal que respira. Pero también es cierto que las fuerzas centrífugas están al acecho. Se trata de un fenómeno que hunde sus raíces en la historia del Raj británico y que hoy amenaza de muerte al país y es el conjunto de fenómenos conocidos como los “ismos”; es decir, el casteísmo, el separatismo, los fundamentalismos religiosos y etno-lingüísticos, las formas subnacionalistas, y otros que se definen con el auxilio de un término acuñado y que de manera general contiene al resto de las manifestaciones citadas: el “comunalismo”.13

13El contenido del concepto ha ido variando en consonancia con el decursar histórico, y por extensión, se legitima en torno a corrientes ideológicas, políticas y económicas. Se asocia con posturas y tendencias de tipo exclusivista y entre sus componentes se encuentran, la intolerancia, la agresividad, y hasta cierto catastrofismo que ha devenido en algunos casos, con el paso de los años, en terrorismo.

El término alude a movimientos con base conceptual religiosa y con propósitos que, partiendo de la religión en calidad de justificante (con todo el peso de la relación historia-tradición), se proyectan por cambios asumidos como inevitables. Algunas de las agrupaciones se perciben a sí mismas como líneas ético-sociales con base religiosa de tipo purista o también, en la forma de movimientos carismáticos o de renovación-renacimiento en pos del rescate de tradiciones que aseguren la necesaria cohesión e identidad frente a las improntas culturales de Occidente, tenido como símbolo de una peligrosa hegemonía.

Otros luchan en defensa de reclamos históricos que creen justos y se organizan en grupos con ideologías de corte fundamentalista, ya sea de sello hindú, musulmán u otro, y cargan sobre sí la responsabilidad de la siempre injusta muerte. El asesinato de grandes de la historia como Gandhi, Indira y Rajiv, la destrucción de templos y mezquitas, las masacres de musulmanes, hindúes o cristianos en nombre de dioses que se antojan intolerantes y de cruel mezquindad, son muestras de estos rumbos de esa otra India que también existe y que deberá ser trascendida.

I. La llegada de los dioses

Escena de la vida de Vishnu.

El conocimiento de los primitivos pobladores de India resulta considerablemente confuso por la carencia de evidencias testimoniales sobre tan remoto pasado. Hasta una fecha muy reciente la tradición que se sostiene sobre los textos védicos, considerados sagrados y para muchos de origen divino, era la referencia más antigua; sin embargo, durante el sigloxxaparecieron nuevas y colosales pruebas de un pasado aún más remoto. Las excavaciones en varios puntos a lo largo del curso fluvial del Indo, hoy en territorio pakistaní, arrojaron testimonios de una civilización perdida. Aún así se hace difícil determinar cuándo y cómo comenzó la fusión del crisol indio por la variedad de hipótesis que han ido surgiendo.

Se conoce del esplendor de la “Civilización del Valle del Indo”, muy anterior al universo que relatan los Vedas, quizás contemporáneo a Sumeria y Mesopotamia. Los trabajos que desde 1921 se han venido realizando en el valle del Indo hablan de una verdadera civilización que ha sido ubicada cronológicamente en un período comprendido entre los años 2500 y 1500 antes de la era presente.

La hasta ahora llamada cultura prevédica con centros importantes en Mohenjo Daro y Harappa está dando muestras de insospechada sofisticación. Si bien las excavaciones han arrojado la existencia de una urbanización exquisita que incluye trazados reticulares y el área de los “grandes baños”, desarrollo de la alfarería, orfebrería y hasta juguetes, lo más asombroso es la disposición de las figuras y los pictogramas de los sellos que han sido hallados y que parecen hablarnos de un magnífico comercio con distantes parajes. Aún en proceso de descodificación, algunos motivos parecen sugerir ideas como divinidades, constelaciones y planetas. Aún se desconoce, aunque existen varias hipótesis al respecto, cómo desapareció de la faz de la Tierra.

En diferentes momentos, sucesivas oleadas de pueblos procedentes del noroeste, conocidos como arios, fueron irrumpiendo en las tierras meridionales y poblando regiones septentrionales de los actuales lndia (y Pakistán) e Irán. Se trata de pueblos de los que tenemos noticias a través de los himnos más antiguos de losVedas. De manera aún no comprobada, se defiende la tesis que a la llegada de los arios, India se encontraba poblada por drávidas y gaudas,1quienes fueron quedando a merced de las tribus invasoras a lo largo del tiempo. De acuerdo con esta hipótesis, los arios (grupo indo-iranio) procedían de diversas zonas del Asia Central y atravesaron los pasos montañosos del Hindukush para fundar sus primeros asentamientos en las zonas bañadas por el Indo y en los tramos norteños del río Ganges.

1Debe recordarse la vastedad de las tierras del Decán y las variadas poblaciones que lo habitaban en los tiempos ancestrales que incluye a las tribus emparentadas con el Este, de raiz mongoloide. Debe reafirmarse, asimismo, que la colonización “aria” fue sobre la India dravídica o sea, la porción nororiental.

Los caracteres de los variados pueblos arios comenzaron a revelarse a partir de los estudios filológicos que en el sigloxviiise abrieron paso en Europa. En una memoria que preparara Sir William Jones en 1796 para la Sociedad Asiática de Bengala, se deja constancia del estudio que revela que la mayor parte de las lenguas de Europa y las de la mitad occidental de Asia poseen un tronco común. Excepto los idiomas de basamento turco y los semíticos, existe una conexión que enlaza al sánscrito2con las lenguas persa, celta, germana, eslava, griega y latina. La denominación “ario” tiene, entonces, una connotación lingüística. La primera identidad lingüística que fue observada y estudiada se obtuvo de la comparación entre los textos arcaicos delAvestairaní (losGathas) y los pasajes más antiguos delRig Veda. El lenguaje y por tanto, el pensamiento de ambos, revela coincidencias asombrosas, sobre todo en el terreno de la cosmogonía y la comunidad entre las deidades (devas, deus) respectivas. Los estudios lingüísticos dieron paso a las investigaciones arqueológicas y ambas ramas del saber han ido develando los misteriosde esas tribus asentadas gradualmente en Sapta Sindhu3(tierrade los siete ríos) y que fueron los ancestros de ese fenómeno cultural que conocemos como India.

2Sanskrit(Skt. Saṁskṛtam;संस्कृतम्en escritura Devanāgarī. Su clasificación es: lengua indoeuropea/indoirania/indoaria. El vocablo saṃskṛtam significa “bien construido, completamente formado, también, purificado, consagrado”. La gramática sánscrita más antigua que se conserva es la de Panini (siglova.n.e.).

3Del “hogar original de los arios” han sido identificados los ríos Indus, Jhelum, Ravi, Beas, Sutlej y Saraswati.

Es por ello que el conjunto de creencias de estas tribus, así como las particularidades de su vida socioeconómica y cultural en general, han sido extraídos de los más antiguos monumentos literarios de India y probablemente, de la humanidad, losVedas. De manera complementaria, el conocimiento de los tiempos védicos se ha ido obteniendo de su par gemelo: el Avesta iranio.

Debemos subrayar que desde los tiempos más remotos, la transmisión de las enseñanzas discurría de manera oral y su compilación escrita es un fenómeno gradual de épocas posteriores. Ello explica por una parte, la cantidad de versiones de un mismo texto —y la no menor cantidad de comentarios en estas—4y por otra, la adjudicación de la autoría de las obras escritas a personajes legendarios como por ejemplo, el mítico Valmiki a quien se le atribuye la composición de la épicaRamayana.

4Los textos antiguos varían de una región a otra (también por posibles adaptaciones a las diferentes lenguas vernáculas). En sánscrito existe un cuerpo definido y bien estructurado para los distintos sutras (colecciones): comentarios (Bhasyas), comentarios sobre comentarios (Tikas), comentarios en verso (Karikas) y disertaciones críticas (Vartikkas).

Se ha dicho que los indios sienten una aversión natural por la historia escrita de manera cronológica, que el interés siempre ha demostrado estar en la trascendencia del suceso y no cuándo ocurrió; el mito forma parte del contexto y por tanto, la realidad y el sueño se mezclan en los relatos, siempre fabulosos.

De manera en extremo interesante, existen fuentes indiasque toman la Batalla de Kurukshetra, descrita en la épicaMahabharata, como referencia primigenia de la historia del universo con centro en India; sin embargo, la fecha difiere según escuelas o autores específicos, con un rango de tiempo demasiado amplio en cuyos extremos se sitúa el año 3201 a.n.e.5y el 900 a.n.e.6Por si no fuera poco, los períodos más antiguos, tomando como base hipotética la fecha de la Batalla en el año 1424 a.n.e., sitúan al período prevédico desde el 6100 hasta el 3102, con tres eras iniciales fundamentales: Era Aditi Rishi, Era Daksha Rishi y Era Birabhadra. Al igual que en otras culturas, toda posible referencia está contenida en la más antigua mitología sobre el inicio de los tiempos.

5D. R. Mankad:Puranic Chronology, 1ra. ed., India, Anand, 1951.

6Hem Chandra Roy Chowdhuri:Historia Política de India Antigua.

Si nos atenemos a Aryabhatta,7la Batalla de Kurukshetra acaeció en 3102, concretamente, el 18 de febrero, momento cósmico de inicio de la primera era astrológica conocida, la Era de Kali o Kali Yuga. Con sorpresa conocemos que los años 3102 al 3100 son los descritos en la obra védicaSataphata Brahmanacomo el período del Diluvio bíblico y que Manu Vaivaswata fue el salvador de la humanidad. Luego, dos eras más (Yayati y Mandhata) sobrevendrán hasta el período comprendido entre el 2550 y el 2150, para dar paso al año 1950 a.n.e., año estimado del inicio de la irrupción de los pueblos arios. Muchas otras fechas de interés sobrevienen y de alguna manera, todas guardan íntima relación con el desarrollo del relato delMahabharatapor obra de los sabios divinos (rishis) quienes al parecer, la rehacen una y otra vez.8El velo secreto se tiende sobre la Tierra, se pierden los rastros de aquellos que engendraron las cuatro Samithas (libros védicos), lasAranyakasoTratados del Bosque, lasBrahmanasy ese colofón sagrado formidable cuyo conjunto se conoce como losUpanishads.

7Āryabhaṭa (476-550) es considerado el adalid de las ciencias matemáticas y astronómicas de India en la era clásica. Es el padre del sistema decimal indoarábigo que ha devenido universal.

8De acuerdo con la tradición, en 1316 antes de nuestra era, los sabios celebraron una conferencia en Naimisaranya, bajo la presidencia de Saunaza. En esta quedó compuesta la tercera versión delMahabharata, recitada por Ugrashrava Shauti a los oídos de Saunaka; se dice que ulteriores adiciones y alteraciones se sucedieron hasta aproximadamente el año 300 a.n.e.

El establecimiento de la primera dinastía india de la cual existen testimonios históricos documentados es la Sisunaga, originada en la ciudad capital de Rajgir, en Magadha; en el museo de Mathura se conserva la más antigua escultura de India y de esta dinastía, la estatua conocida como Parkham. La fecha aceptada y a partir de la cual se inician los registros históricos, es el año 642 a.n.e. A partir de entonces, los dioses comparten el protagonismo con los hombres; penas y glorias, batallas, conquistas y también, la renuncia a todo ello, comienzan desde ahora a ser cantadas por los juglares. Los dioses y los hombres se encuentran, tal es el dharma,9 la ley.

9Dharma(sánscrito),Dhamma(pali) es más que un término o un concepto; esta palabra alude a la rectitud, al camino espiritual, a la obra que cada quien tiene el deber de emprender con total sinceridad. Dharma es la búsqueda incesante del bien, del único camino que nos conduce al reencuentro con nuestra esencia. Dharma es la esencia última del universo, la verdad suprema que impulsa hacia sí el camino de la búsqueda, de la obra, de la vida. La raíz “drh” viene a significar “soporte”, aquello que sostiene. Su símbolo es la rueda o rueca, el chakra.

Un encuentro entre dioses y hombres

Dentro de la casi infinita red de cultos y creencias propios de India, sin dudas el más antiguo y también el más recurrente en su calidad de fuente indiscutible, es el Brahamanismo.10 Se trata de una compleja trama de sistemas dispuesta en forma de círculos interpenetrados por lo religioso, lo ético y lo filosófico. El panteísmo (Dios en todo) ha sido visto como el mejor concepto del que nos podemos servir para su interpretación. Otros, en cambio, aluden al carácter monista que de principio a fin lo recorre. Para otros, se trata del ser único y sus aspectos multiformes. Pero más allá de clasificaciones (panteísmos, teísmos, monoteísmos, henoteísmos,11 etc.), el Brahmanismo nos pone en contacto con la vida, con un concierto cósmico del cual la criatura humana es apenas una de sus formas concientes. En este orden, la casta sacerdotal, los brahmanes de todas las eras, imponen su impronta.

10Muchos estudiosos estiman que el Brahmanismo debe ser calificado como Hinduismo ortodoxo. Se considera por su parte, que el términohinduismoes la forma persa del nombre en sánscrito del río Indo, Sindhu. Se calcula que el término “hindú” fue acuñado hacia el siglovia.n.e. cuando los territorios del Indo formaron parte del imperio persa. Luego del colapso imperial persa, el término quedó en el olvido para renacer con la conquista musulmana. En aquellos tiempos, sin embargo, el término hinduismo que calificaba a los habitantes de la India, carecía de toda connotación religiosa. Durante el imperio mughal comenzó a teñirse con ribetes religiosos y a partir de la dominación británica, se identificó como hindúes a los seguidores de los credos más antiguos del Raj británico. Por su parte, en su forma religiosa, el Hinduismo agrupa en la actualidad a más de 900 millones.

11Término acuñado por Max Müller para indicar la creencia según la cual, aún habiendo una única y sola divinidad para un pueblo o nación, se da crédito a las divinidades de otros pueblos o naciones.

El Brahmanismo se abre al mundo desde sus épocas más tempranas tomando a la literatura védica como sustento primordial, es decir, los libros sagrados que se fueron componiendo con el paso de las centurias pero que, al parecer, remontan su antigüedad a un período que pudiera estar comprendido entre el 1500 y el 400 antes de la era actual. Los citados Vedas, incluyendo a las épicas Mahabharata y Ramayana, son seguidos por numerosos tratados de varias líneas de pensamiento o escuelas12 que, en su conjunto, forman un cuerpo doctrinal que ha pasado la prueba del tiempo. Son las darsanas o los seis sistemas de filosofía.

12Los seis sistemas filosóficos o darsanas son: Samkya, Yoga, Purva Mimansa, Nyaya, Vaisesika y Vedanta. Obra aclarar que no se trata de “escuelas” en elsentido occidental ni tampoco de corrientes que van variando con el tiempo. Son más bien, líneas maestras que, nacidas en la antigüedad, devienen canales por los que discurre un pensamiento al que le es ajeno el tiempo. Por otra parte, debe esclarecerse que tales líneas son en extremo importantes porque los textos, digamos, elGita, son interpretados desde esas posiciones. De ahí la variedad de puntos de vista sobre cada enseñanza ancestral. Los estudiosos se refieren a estos seis sistemas como ortodoxos o Astita, ello es: que aceptan la autoridad de losVedas.

El origen del universo y las características de los procesos cósmicos en los que lo humano y lo divino comparten la cotidianeidad, las penas y las glorias, el pan y los secretos, fueron los pilares que consagraron dos de los principios estimados como centrales del Brahmanismo: la organización social basada en la noción de “jati” (raza, pueblo) conocido comúnmente por la palabra “casta”,13 de origen portugués, y el “karma-avatar” que pudiera ser entendido con el auxilio de conceptos occidentales como metempsicosis o trasmigración del alma.

13La interpretación de la literatura védica ofrece la posibilidad de reconstruir la sociedad antigua en cuatro varnas fundamentales (varnashrama), conocidas comúnmente como castas que según los estudiosos indios, tuvieron su base en necesidades concretas de carácter socioeconómico y en la urgencia de preservar el orden de la tribu. Las armas de la guerra no solo imponían las victorias sobre los pueblos sojuzgados sino sobre tribus invasoras rivales. Al remitir el sustento de las castas a la autoridad védica, su sistema jerárquico se consolidó con las más altas dosis de rigidez. Castas y subcastas se afianzaron con el tiempo y hoy, más allá de los modernos códigos del Estado, perviven en toda su sustancia en las familias indias y su influencia se extiende, incluso, a otras identidades sociorreligiosas como las musulmanas. La mentalidad de casta (consustancial a la organización de la aldea india) no ha podido estallar para dar paso a nuevas fórmulas de vida familiar y social.