La angustia de vivir entre perros - Robert Appel - E-Book

La angustia de vivir entre perros E-Book

Robert Appel

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Beschreibung

Un estudio profundo sobre los cambios de humor que hoy exhiben muchas personas afectadas ante la abrumadora cantidad de perros que viven próximo a sus hogares. Mediante gran cantidad de casos testimoniales y hechos reales, Robert Appel intenta mostrar al mundo la grave problemática que esta originándose con la invasión de estas mascotas ocupando casas y departamentos sin ningún control ni amparo favorable para quienes tienen que vivir entre estos animales diariamente. La calidad de vida de muchos millones de personas se ha deteriorado enormemente a causa de sus ladridos constantes o llantos cuando son dejados sin compañía. Y esta epidemia crece a causa de diversos factores enumerados en el libro, que serían de gran interés a ser estudiados por autoridades políticas y municipales que deben proteger a sus ciudadanos de acuerdo a las Constituciones vigentes. El dormir es un derecho que se ha perdido y para eso el autor propone una lista de acciones y regulaciones que servirían para detener este grave flagelo social. El daño mental y físico que están causando estos animales en residentes de todas las ciudades a nivel mundial es gigantesco, afectando su trabajo, su vida íntima, e incluso sus caminatas por la ciudad, donde los perros también complican el uso de espacios públicos y esparcimiento. Un llamado de atención para que sus propietarios abandonen sus accionares abusivos sobre sus vecinos, y los nuevos tenedores lo piensen dos veces antes de adquirir esta mascota, especialmente si va a convivir con ella en espacios reducidos.

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Seitenzahl: 482

Veröffentlichungsjahr: 2018

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Robert Appel

La angustia de vivir entre perros

Editorial Autores de Argentina

 Appel, Robert

   La angustia de vivir entre perros / Robert  Appel. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.

   Libro digital, EPUB

   Archivo Digital: descarga y online

   ISBN 978-987-761-467-1

   1. Ensayo Sociológico. I. Título.

   CDD 301

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada y maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Índice

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1

DETALLES TÉCNICOS DE LOS PERROS

Breves datos históricos

Cantidad abrumadora de mascotas

Tratados como humanos

Cualidades beneficiosas de los perros

Análisis del ladrido y sus decibeles

CAPÍTULO 2

DAÑOS FÍSICOS, MENTALES, ECONÓMICOS Y EMOCIONALES

Afecciones a la salud humana

Similitudes con una famosa tortura china

La importancia del silencio en la vida humana

Situaciones desagradables que los dueños caninos no ven

Acostumbrarse a lo malo

La falta de respeto crece cada día más

CAPÍTULO 3

RELATOS DE AFECTADOS POR LADRIDOS

Notificaciones en papel

CAPÍTULO 4

ASÍ PIENSAN Y ACTÚAN QUIENES DEFIENDEN AL PERRO

Argumentos de Relativistas Culturales

Respuestas habituales de sus propietarios

Odio entre vecinos va en aumento

Respuestas de vecinos infractores a las autoridades

CAPÍTULO 5

PROTECCIÓN LEGAL HACIA LOS AFECTADOS

Derechos básicos

Más leyes drásticas contra la tenencia de perros

Pruebas de video

Cambios futuros en nuevas leyes de tenencia

Contenido y exigencias del permiso canino

Perros censados y con Carnet de Identidad

Paseos demasiado tempraneros

Cierta crueldad animal por ignorancia o inconsciencia

Varios ejemplos mundiales a seguir

Perros viajando con humanos

Perros paseando en automóvil

Perros viviendo en edificios

Perros en balcones de edificios

Perros en restaurantes, bares o cafeterías

Personas con discapacidades

Quejas de propietarios caninos ante denuncias

Casas pareadas

CAPÍTULO 6

MÁS DAÑOS SOBRE NOSOTROS

Sus desechos

Alergias

Garrapatas

Besos de lengua

Otras patologías serias

Arañazos, golpes y posterior septicemia

Sus mordeduras fatales

Perros sueltos en la ciudad

Los criaderos de perros

CAPÍTULO 7

25 CASOS PERSONALES CON PERROS

CAPÍTULO 8

DISPUTAS ENTRE VECINOS CON FINAL TRÁGICO

CAPÍTULO 9

PROBLEMAS DE POSEER UN PERRO

Su dueños no encuentran fácilmente quien les alquile

Destrozos a la propiedad y mordedura de personas

Líos varios a los que han sometido a sus dueños

Pasearlos bajo el frío matinal

La menstruación en las hembras

Machos orinando

Parejas ya con perros

Problemas adicionales

Dueños cansados del ladrido de su propio perro

CAPÍTULO 10

HUMANIZACIÓN DE LOS PERROS

Industria de productos para mascotas

Las consecuencias de humanizar perros

Igualdad de género

Los veterinarios

Las peluquerías para perros

Hoteles caninos 5 estrellas

Servicio de citas

Contratos prenupciales

Humanización de otras mascotas exóticas

CAPÍTULO 11

COMENTARIOS Y CONCLUSIONES FINALES

Vivir en forma civilizada o barbárica

El riesgo de actuar políticamente incorrecto

Reclamos desesperados de afectados

Nivelando al perro con el humano

Leyes drásticas y prohibiciones en edificios

El perro versus la depresión y soledad

INTRODUCCIÓN

Desde hace muchas décadas que la sociedad occidental se ha visto envuelta en tener que convivir entre un abrumadora cantidad de animales domésticos.

Ya nuestras viviendas están cada día más próximas unas con otras por la sobrepoblación en las grandes ciudades, haciendo que los ruidos molestos sean mucho más audibles, tanto en casas o edificios de departamentos.

La música estruendosa colocada a altas horas de la noche afecta hoy a millones de personas agredidas por incivilizados vecinos, y tan mal insuladas están las edificaciones hoy que hasta tenemos personas quejándose de no poder dormir a causa de los ronquidos de su vecino que atraviesan las paredes entre ambos. Ni hablar de las alarmas vehiculares que suenan en el momento menos esperado.

Pero quien más genera ruidos terriblemente molestos y otros inconvenientes es el perro, y donde quiera que nos mudemos habrá un promedio de 6 familias por cada 10 propietarias con al menos un ejemplar.

La angustia es el estado de intranquilidad o inquietud muy intensas causada especialmente por algo desagradable, por la amenaza de una desgracia o ante un peligro. Vivir cercado por estos animales nos provoca angustia diaria, de ahí el título del libro. No sólo sus ladridos afectan nuestra tranquilidad, también sus aullidos o sus llantos cuando son dejados en soledad durante varias horas del día.

La mayoría de las disputas del vecindario se relacionan con el ruido.

Más del 50% de las quejas por ruidos molestos son por ladrido de perros, y va en aumento puesto que tan solo en los Estados Unidos un censo del 2017 arrojó una cifra descomunal de 90 millones de perros viviendo en hogares. Es decir, hay un perro cada 4.5 habitantes.

Lo mismo ocurre en Europa, Latinoamérica y Australia : se cuentan en millones por país, y no quiero imaginarme cuantos millones más serán.

Hoy también es cada vez más común ver una familia ya no con uno sino con 2 y hasta 3 perros en un mismo hogar, por lo que habitar un complejo de apartamentos o viviendas pegadas unas a otras se torna tremendamente complicado en lo que respecta a la calidad de vida.

Ya casi no existe la posibilidad de dormir plácidamente o de poder concentrarse en la lectura, el trabajo ni tampoco en la relaciones íntimas y personales. Si un perro ladra por un rato largo y luego cesa, casi siempre habrá un segundo ejemplar en algún otro sector del vecindario que comenzará a ladrar también.

Y hasta podría haber un tercero y un cuarto que prolongue la molestia durante todo el día que uno está en la casa, incluyendo los fines de semana que debiera ser nuestro relax para recargar nuestras baterías.

Si hoy uno busca en Google un complejo de apartamentos en Estados Unidos que no acepte caninos prácticamente no encontrará ninguno. Hemos pasado a la triste verdad de ser minoría (4 de esos 10 sin perro) y por ende un empresario inmobiliario difícilmente construya un edificio donde se prohiban totalmente estos animales.

Quienes no tenemos perro los amamos y admiramos tanto como quienes los tienen. No es una cuestión de rechazo hacia ellos sino de cierta permisividad e irresponsabilidad de autoridades locales y de sus dueños mismos.

El descanso es un derecho fundamental que debería estar protegido por todo gobierno, pero tal vez al no ser nosotros mayoría miran para otro lado, especialmente a estas alturas en que el problema se transformó en epidemia y ahora requiere de muchos recursos municipales y estatales para dar vuelta la situación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la calidad de vida es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas y sus normas.

El término se aplica a todos los individuos, independientemente de si están enfermos o discapacitados, al trabajo, a su casa o a sus actividades de ocio. Pero un 60% o más de quienes integran la sociedad en que vive dicho individuo están dispuestos a entorpecer todo concepto de calidad de vida sin darse cuenta en algunos casos. Y en otros sí son conscientes pero no desean colaborar en nada.

El ladrido de perro es considerado el tercer ruido más molesto para un oído humano, y a quien le toque un vecino con un perro de intenso y constante ladrido le dañará tanto su vida que hasta puede terminar vendiendo su propiedad para salirse del estrés, irritabilidad y falta de sueño permanente.

Se suponía que con la compra de una casa ganaríamos un espacio privado para nosotros mismos y nuestra familia, pero termina siendo un espacio perdido y desprotegido al que quisiéramos abandonar para no enloquecer.

Sus ladridos son como gritos fuertes, si los equiparáramos al sonido emitido por un ser humano. En tal caso, si un hombre "ladrara" desde su balcón o jardín durante 10 minutos y a cada hora del día sería severamente sancionado, tal vez internado en un manicomio.

Siendo que los dueños de perros los tratan como seres humanos de carne y hueso, ¿por qué entonces no se sancionan los ladridos como gritos que causan tanto daño y locura a quienes integran un vecindario lleno de residentes que quieren vivir en paz?

Si el vecino del propietario de un can decide ponerse a gritar por 10 minutos incesantes hacia su ventana, está claro que saldría furioso a reclamar y denunciarlo a las autoridades. Sin embargo, los perros tienen el derecho de gritar cuanto quieran.

Hay millones de vecinos hoy que están en guerra y disputas legales a causa de estos animales sin control.

A tal extremo ha llegado el problema que vecinos afectados por ladridos molestos han incluso asesinado a los dueños de los canes que no han querido colaborar en resolver la situación de convivencia. Y viceversa, es decir, se están matando entre sí .

Pues cuando un perro ladra fuerte y constantemente todo el día o toda la noche causa tal estrés y furia mental que dicha persona puede volverse tan fuera de sus cabales que hará cualquier cosa para aniquilar a la fuente ruidosa.

En Chile por ejemplo, un hombre cansado de los ladridos del perro del vecino raptó al can cuando no había nadie en la casa, lo llevó a un cirujano veterinario el cual pagó para que le cortara las cuerdas vocales y luego lo devolvió mudo para siempre al jardín del vecino! Así de radical puede llegar a reaccionar y actuar un ser humano alterado ante la desesperación de un ladrido.

La contaminación acústica de los perros en vecindarios va en aumento y ninguna autoridad de casi ningún país occidental hace algo serio al respecto. Al contrario, ya parece ser una batalla perdida. Ni los jueces, ni las municipalidades ni las policías locales tienen la voluntad para defender o ponerse del lado de los ciudadanos de bien que denuncian una de las peores contaminaciones acústicas para el oído humano; que por desgracia debe sufrir día tras día sin poder disfrutar su hogar.

Los perros han sido el peor dolor de cabeza para quienes han comprado una casa o apartamento nuevo, no importa el nivel económico de los afectados. La invasión de canes ha llegado a cada rincón habitable. Un batallón de personas en todo el mundo han debido mudarse a otro sitio para salir de la pesadilla cotidiana del stress y la imposibilidad de dormir. La libertad y los derechos de las personas terminan donde empieza las del prójimo, pero esto no parece ser el caso con los dueños de estas mascotas.

El perro ha dejado hoy de ser el mejor amigo del hombre para muchos de nosotros, más allá de nuestra gran admiración por su belleza física y otras virtudes. Cada día más vecinos inescrupulosos adicionan millones de estos animales en grandes urbes de forma descontrolada y desbordada, sea por la moda de tenerlos, de rescatarlos, de tener una compañía o simplemente como medio de protección y defensa ante el auge de robos en domicilios. Así como el fumador cree no molestar con el humo de tabaco al no fumador, así los dueños de canes creen que las quejas ante ladridos son exageradas e infundadas.

Se han acostumbrado tanto al ruido del animal como el fumador que ya ni huele su propio humo desagradable de cigarro.

Y es probablemente el motivo por el que no entienden al vecino que le reclama y suplica.

Cuando un problema se expande por el mundo como una ameba, este se convierte en una pandemia ya difícil de erradicar, sin que exista posibilidad alguna que los victimarios sean desalojados en masa.

Y no solo son fuentes de contaminación acústica severa y dañina.

Sus desechos (orina y heces) nos obligan a caminar por las calles como si estuviéramos haciéndolo por un campo minado. Vienen estropeando y afeando cada vez más una gran cantidad de áreas comunales de vecindarios donde vivimos, mientras muchos de nosotros no podemos atrapar a ningún culpable de tal enchastre, ni que sea multado severamente.

Hemos involucionado hacia a la etapa oscura de la Edad Media, donde la gente expulsada su orina hacia las calles desde sus balcones y donde enterraban la materia fecal en terrenos no muy apartados de las viviendas que contaminaban luego las aguas y favorecían el desarrollo del cólera y las pestes generadas por las ratas.

Y qué decir de ciertas razas de perros que vienen matando gente, en especial niños y ancianos sin la suficiente fuerza para defenderse.

Aún muchos países permiten que estos perros peligrosos coexistan con nosotros. ¿Cuántos ataques más por año harían falta para prohibirlos definitivamente? Entretanto deberemos caminar bien lejos de estos animales potencialmente peligrosos, muchos paseados sin correa, alterando nuestra feliz caminata un día cualquiera. Difícil para nosotros es distinguir un ejemplar calmo de uno violento.

Siendo su olfato más de 10.000 veces superior al del ser humano, no es de extrañar que le ladren a cualquier persona o animal que pase por "su territorio", espacio que creen les pertenece y al cual fueron programados genéticamente para proteger.

Así, muchas casas pareadas o muy próximas entre sí tienden a hacer creer al can que son una sola unidad, por lo que le ladran al presunto "invasor" que no es nada más y nada menos que el propietario mismo (su vecino). De esta forma terminamos siendo "usurpadores" de nuestro propio recinto donde vivimos, especialmente cuando queremos disfrutar nuestro jardín que colinda con el del vecino propietario de uno o varios ejemplares.

Ni hablar cuando queremos caminar por él para regar las plantas, cortar la maleza, disfrutar de una comida o querer leer al aire libre. Somos "expulsados a gritos" por estos animales, y con sus ladridos nos dicen que nos vayamos de su territorio, mientras su pasivo amo nada hace al respecto. Los únicos momentos que disfrutamos nuestra propiedad es cuando llueve y el perro está evitando mojarse en su refugio o bien fue removido del jardín por la misma razón.

Lo mismo ocurre en edificios: con el aguacero ya no están presentes en sus balcones para ladrar a todo perro o persona que pasa cerca.

Me pregunto cuántas personas hoy, con tantos cambios culturales que han hecho retroceder nuestros valores de convivencia, están realmente en condiciones psicológicas de tener un perro como mascota. Sin duda no muchas.

Ningún Estado ni municipio realiza un examen psiquiátrico para medir las condiciones mentales de sus dueños. Está claro que un número importante de ellos no tienen un nivel de conciencia y responsabilidad para tener animales domésticos en sus casas, pues cuando uno los encara para pedirles que sus mascotas no ladren se irritan y nos insultan en forma alocada, muy típica de una personalidad insensata, acomplejada, sin valores y que transformó a un animal en un ser humano en solo un breve periodo de tiempo, buscando tal vez el amor que no encuentra en la sociedad, de la cual se aisla y de la cual no está dispuesta a negociar ni aceptar las leyes de convivencia básicas.

Solo que cuando les toca a ellos ser víctimas de una fuente de contaminación acústica son "los otros" los únicos desubicados, los irracionales que le molestan con sus ruidos. Demuestra la pobreza moral que existe en sus personalidades, la cual disfrazan culpando al denunciante. La coherencia, los buenos modales, el raciocinio, lo elemental, el análisis objetivo y el sentido de responsabilidad no forman parte de su personalidad. Ni hablar de aquellos que compran razas agresivas que pueden morder y matar incluso si no son entrenados como corresponde, o paseados con su correa respectiva o bozal incluso, más allá de lo cariñosos y fieles que son con sus amos.

Mi libro tiene varios propósitos, uno de ellos es alertar a los propietarios de canes cuán grave nos afectan sus animales en nuestras vidas cotidianas.

Incluyo muchos testimonios y casos reales de personas afectadas , como también de casos que terminaron en tragedia.

Un segundo propósito de este libro es disuadir a las personas no aptas ni preparadas para poseer un perro, a meditar más lúcidamente antes de hacer una compra impulsiva de perros en hogares de reducido porte por las docenas de motivos expuestos en el mismo. A tal efecto, alerto sobre los inconvenientes, obstáculos y responsabilidades personales, legales, cívicas y financieras a que llevará tenerlos por más de 10 años.

Los eventos, episodios trágicos y experiencias personales recopilados en este libro grafican la gravedad que se presenta hoy con la abrumadora cantidad de canes que generan una pesadilla en nuestro buen vivir.

Tener un perro lleva consigo muchas responsabilidades, y quien no esté dispuesto a asumirlas no debería tenerlo debido a las indeseables consecuencias que pueden ocurrir durante su tenencia.

Las autoridades que están del lado de los defensores de animales nos siguen obligando a convivir con malos hábitos sociales hasta que nos acostumbremos. Así, pasarán a ser ellos los "normales" y cualquier reclamo social futuro pasará a ser infundado pues ya el resto de la sociedad aceptó los términos de convivencia implementados bajo presión. Es ese mundo al revés en valores que está en auge al cual hay que enfrentar con la verdad y la realidad, aunque lo "políticamente correcto"no esté de moda y seamos incinerados con descalificativos acusatorios para apartarnos de sus costumbres nocivas y poco civilizadas.

Un tercer propósito es abrir la conciencia de políticos que dictan las leyes de convivencia, expertos abogados, representantes municipales y alcaldes del mundo, oficiales de policía y oficiales de control de animales para que tomen cartas en el asunto, pues esta epidemia canina no tiene freno, se empeora día a día por la avalancha de adquisiciones de perros sin que exista un límite en el número de canes que pueda alojar una ciudad determinada desafectando de consecuencias negativas para sus residentes.

Para ello propongo en el Capítulo 5 un conjunto de regulaciones y leyes estrictas que limiten y solucionen esta epidemia que nos afecta donde quiera que nos mudemos. Y menciono en otras secciones las fuentes que promueven el aumento de canes en todo el planeta.

Estamos viviendo en un mundo muy diferente al de medio siglo atrás.

Es el mundo del descaro, de las contradicciones, de la "verdad relativa", del mundo sin fronteras donde hoy los medios de comunicación nos imponen sus ideologías demasiado liberales para ganarse una audiencia que no quiere reglas ni límites, ni responsabilidades en ninguna de sus acciones de convivencia diaria.

Y en donde las autoridades no quieren desagradar ni entorpecer ciertas costumbres culturales de sectores dominantes en su sociedad.

El peligro de nuevas costumbres transgresoras e irracionales es cuando se transforman en normas culturales.

Por último, el distanciamiento y enemistad social entre vecinos hoy es una realidad a causas de estos animales. Los perros vienen apartando toda posible amistad entre personas de un mismo barrio, que también debiera ser lo más agradable cuando uno selecciona un lugar de la ciudad para vivir. Es fantástico tener a un vecino como amigo y una pesadilla tenerlo como enemigo.

La degradación de la calidad de nuestras vidas en nuestro único y más preciado refugio que es el hogar debe resolverse ya mismo. Espero que no sea demasiado tarde para considerar algunas regulaciones serias que propongo en esta simple obra. Y frenar a quienes participan en la venta masiva de estas mascotas desparramadas sin control por todos los rincones del mundo, donde elegimos vivir en paz y armonía.

CAPÍTULO 1

DETALLES TÉCNICOS DE LOS PERROS

Breves datos históricos

El perro fue probablemente el primer animal en ser domesticado.

Más de 10.000 años atrás el ser humano utilizaba a los descendientes del perro en tareas como la caza, la custodia del hogar o el pastoreo.

Me refiero a los lobos, que prestaban sus servicios a cambio de comida.

A fines de la Edad Media tener un perro de caza en el hogar le daba prestigio o status al hombre. Desde entonces criaban perros por aspecto, comportamiento e incluso capacidad de dar caricias, pues con el tiempo los humanos comenzaron a exigirle más cosas al perro. Se criaron por aspecto físico y se le domesticó para que sea más dócil y cariñoso. Este fue el punto de partida por el cual este animal comenzó a vivir dentro de los hogares y ya no tanto en los pastizales o exteriores.

Hoy los hombres han cruzado cientos de razas de perros domésticos, algunas de las cuales jamás podrían sobrevivir en libertad.

En el sitio web : perrosladran.net sus autores nos explican este dato histórico valioso que les cito casi textual y el cual opino nos hace entender mejor los motivos por el cual el perro es el único animal conocido que ladra muy muy fuerte y en forma contínua:

"Por alguna razón nuestros ancestros pensaron que a más ladridos más protección de sus tierras u hogar. Así que por milenios se han seleccionado las cruzas de perros para crear las dimensiones de ladridos excesivos de nuestra sociedad moderna. Pueden ver que el ladrido que escuchamos ahora no es un sonido natural. La voz del perro moderno es el resultado de 10.000 años de cruzas seleccionadas para producir al "súper ladrador" que tenemos ahora."

El perro Siberiano, el más parecido al lobo, es una de las razas más antiguas del mundo y se cree que surgió en el siglo 10, puesto que se hallaron evidencias donde se comprueba que en aquel entonces se usaban para tirar los trineos de tribus nómadas cercanas al polo Ártico, que les precisaban para desplazarse más rápido durante las épocas de caza. También se le conoce como "Huskie", que deriva de la palabra esky, término usado por los exploradores para llamar a los esquimales de la época (eskimo,en inglés). Su pelaje peludo les protegió siempre del frío intenso de donde son originarios.

El perro de raza Bóxer por ejemplo fue visto por primera vez en 1895 en Múnich, Alemania, en el Múnich Bóxer Club, criados por una pareja de alemanes. Durante la Primera Guerra Mundial se utilizó al Bóxer como perro militar y mensajero para beneficio de las tropas alemanas, utilizando solo campeones aptos que podían soportar tareas duras como la búsqueda de francotiradores.

El bellísimo Collie, y famoso por la serie norteamericana Lassie de los años 50 era un perro que podía conducir hasta 500 ovejas en rebaños de Escocia, de donde proviene. Shakespeare incluso escribió sobre esta raza, en 1790. Hoy en Sudáfrica se sigue usando a este perro como pastor, para conducir rebaños de avestruces incluso.

Es interesante saber la postura de otras culturas respecto a los canes.

Por ejemplo, muchos musulmanes afirman que a su profeta Mahoma no le agradaban los perros, y recomendaba no tenerlos cerca. Tienen la creencia de que en la nariz de los canes residen gérmenes dañinos y al tocarlos contraen enfermedades.

Si un perro invade su hogar, Dios ya no podrá presentarse. Por lo tanto, tienen que purificar su casa, tanto física como espiritualmente, para poder recibir de nuevo a Dios en ella. Esto explica porqué en países como Irán no permiten a sus ciudadanos tener perros en sus hogares. Imponen severas multas o castigos. Y se confiscan perros porque promueven la cultura occidental.

En China los perros fueron uno de los primeros animales domesticados junto al cerdo, unos 5.000 años antes de Cristo. También los usaron para la caza y el rebaño. Solo que desde entonces también los comen como fuente proteica.

La misma práctica realizan hoy varios otros países asiáticos como Vietnam, Corea del Sur y Tailandia. En ciertos lugares de la India, Ghana y Nigeria también se consume carne de perro.

Unas pocas razas de perros fueron mezcladas para la pelea en el siglo 19, produciendo un ejemplar más fuerte que resistiera más tiempo el dolor. Un ejemplo de ello fue el nacimiento de la raza

Bull Terrier. Proviene del antiguo Bulldog y del Black and Tan Terrier, cruzados con razas en las que el color blanco fuera un gen dominante, como el Dálmata o el Terrier blanco inglés que ya está extinto.

En 1835 se habían prohibido en Inglaterra las peleas de perros con apuestas, pero el dinero ilegal seguía moviéndose, sin poderlas controlar tan fácil.

Hoy en China prevalecen las peleas de perros por dinero a pesar de ser prohibidas, ya que la corrupción y su popularidad las mantiene vivas.

Y en Estados Unidos las peleas de perros ilegales siguen siendo un problema constante a pesar de haber sido ilegales durante más de un siglo. Los expertos dicen que Michigan es uno de los Estados donde existen más "semilleros" de peleas de perros organizadas, especialmente en Detroit, su capital, donde cuesta mucho eliminarlas debido a sus jugosas ganancias.

Los Chihuahuas, la raza más pequeña en cuanto a tamaño, fueron llevados a Estados Unidos a fines del siglo 19 por norteamericanos que habían quedado cautivados durante su estancia en el norte de México.

Aunque su origen pareció originarse en este país centroamericano, algunos historiadores afirman que fue llevados aquí desde China, donde fueron criados muchísimos siglos atrás. Emigró desde el Asia al continente americano por el estrecho de Bering y se cree que la raza Crestado Chino originaria de China fue quien incidió en el tamaño diminuto del Chihuahua.

El Labrador Retriever, una de las razas más populares del mundo, tiene su origen en Canadá, y se cree que todo sucedió en el siglo 16 cuando unos colonos los criaron y mezclaron con otras razas inglesas, portuguesas e irlandesas. Como verán la gran mayoría de los perros que vemos hoy en el mundo tuvieron su origen en los últimos siglos solamente.

Sin duda hubo un gran marketing y comercialización de estos animales para acompañar al hombre tanto en el trabajo como en el hogar. Se fueron creando nuevas razas para aumentar las ventas de acuerdo al gusto y necesidad de la gente, al hacerse tremendamente populares y estar de moda gracias a la domesticación más intensa y ya con canes más adaptados y acostumbrados a vivir en hogares de humanos.

Con la llegada de las vacunas y demás descubrimientos para mantener al animal sano, más compradores se sumaron a tenerlos de compañero.

En especial la facilidad que tienen ahora las personas de poder alimentarlos fácilmente con bolsas de comida procesadas a un costo accesible y con solo adquirirlas en cualquier supermercado barrial.

Ejemplar de raza Collie

Cantidad abrumadora de mascotas

Según la Encuesta Nacional de Propietarios de Mascotas de la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas (APPA), el 68% de los hogares norteamericanos posee una mascota. Existen unos 90 millones de perros en los Estados Unidos (al 2018), donde viven algo más de 329 millones de personas.

Y en el Reino Unido existen 9 millones de perros, en un país con 65 millones de habitantes. El 44.5% tiene al menos una mascota en su hogar.

En España durante el 2017 más de un 40% de sus ciudadanos tenía al menos una mascota. Hoy hay más de 6.4 millones de caninos en dicho país, con una población de 46.5 millones de habitantes. El número de canes en España se ha duplicado en la última década! Estos animales se han transformado prácticamente en una plaga allí.

Alemania tiene la no despreciable suma de 8.6 millones de perros, según datos de Statista. Mientras sus habitantes se calculan en 82.5 millones. En Australia se estima que hay 4.2 millones de perros domésticos, eso es: 19 perros por cada 100 residentes. Argentina es el país con mayor número de perros en Latinoamérica: unos 9 millones de canes, y el 63% de sus habitantes posee uno.

Los números de perros que enumero en solo algunos de los más de 190 países a nivel mundial no es para nada despreciable considerando que en el año 1500 la población de toda la orbe no era mayor a 100 millones. Es decir, hoy habría más perros que personas si estuviésemos en la Edad Media. Austria en el 1700 tenía tan solo unos 2.5 millones de habitantes.

Además, hay millones y millones de perros sin hogar.

Solo en Estados Unidos hay al menos 1.5 millones de ellos. Los refugios en este país se llenan de unos 3.3 millones de perros por año, los cuales la mitad serán adoptados por personas o familias que los acogerán en sus casas.

Rusia, con una población de 144 millones de habitantes, tiene unos

3 millones de perros callejeros deambulando en sus ciudades, agravado por el hecho que los rusos se resisten a esterilizar a estos animales.

Esto hace que hayan 3 frentes por combatir: millones de perros viviendo en vecindarios, millones de perros ensuciando en las calles y millones de perros en lista de espera para ser adoptados y sobrepoblar más aún nuestras áreas residenciales, alterando nuestra tranquilidad.

Me pregunto: ¿por qué en ciudades como Londres exigen una cantidad determinada de taxis que pueden deambular por la ciudad pero no limitan el número de tenedores de perros? Las autoridades allí evalúan que con demasiados taxis habría mucho tráfico y estrés, y habrían choferes sin trabajo por la gran competencia.

Pues bien, lo mismo nos sucede a nosotros con el exceso de perros: a mayor número, mayor estrés y mayor posibilidad de perder nuestros empleos y por ende nuestra vivienda financiada a préstamo!

Sé que habrán lectores que no se impactarán con los números de canes que menciono y dirán que también hay muchos millones de otras especies de mamíferos en la Tierra como ser cabras, ovejas, perros salvajes, caballos, etcétera. Pero todos estos animales viven en praderas extensas y no dentro de una ciudad como los perros. No es comparable, la cantidad multimillonaria de otras especies de animales viven muy apartadas de nosotros sin afectarnos por ende en lo más mínimo.

Muchos padres hoy aparecen en el hogar con un cachorro sumamente pequeño en tamaño para entregárselo a sus niños como regalo, buscando su felicidad al tener un nuevo amigo con quien jugar e interactuar. Y creen que no ladrará cuando sean grandes porque siendo chiquitos no lo hacen. Es el engaño que causan estos hermosos animales en una primera impresión. También creen que tendrán un comportamiento óptimo por lo quieto que están de cachorros y lo fácil que serán controlados. Nada más lejos de la realidad, los problemas serán muchos y variados para aquellos que se dejaron llevar por el marketing y buenos vendedores de perros.

Son diversos los motivos del aumento de canes en los hogares de todo el mundo, entre ellos la soledad que vienen sufriendo muchas personas que necesitan una compañía. Y tanto los perros como los gatos cubren esa falencia.

Al vivir en EE.UU noté un quiebre social tremendo, con muchísima gente divorciada y aislada en sectores de la ciudad donde llegan de trabajar en sus vehículos para terminar en su hogar de 4 paredes sin socializar prácticamente con nadie. Únicamente al teléfono.

Este "modelo de aislamiento social" o individualismo cultural se está imponiendo en otras sociedades occidentales, donde se suma otra problemática: el exceso de trabajo para poder llegar a fin de mes y pagar las cuentas. Así, la gente no tiene tiempo de verse con amistades. En EE.UU la cosa se complica aún más con las distancias tan enormes que se debe recorrer para ver un amigo o familiar. El cansancio del trabajo anula cualquier deseo de montarse en un automóvil a conducir más de 15 kilómetros de ida y otros 15 kilómetros de regreso.

Lo que resta es una simple caminata con una mascota por un parque cercano, para aliviar un poco el estrés del trabajo y cobijarse en la naturaleza. Considero peligroso y dañino la aislación social del ser humano por motivos obvios. Al hacerlo, nos alejamos de la realidad, fallamos en la toma de decisiones acertadas en nuestras vidas, aumentamos nuestros niveles de agresividad u odio hacia la sociedad y hasta nos descuidamos en nuestra estética y aseo (que ya no sería tan necesario al estar solos).

Vivir solos también nos lleva a la depresión y una baja en nuestra autoestima. Favor no confundir estar solos un tiempo a una soledad muy prolongada. Claro que está bien estar solos temporalmente para pensar y recapacitar sobre los cambios e ideas que tenemos para el futuro próximo, en especial luego de una separación o fracaso económico.

De cualquier forma, no fuimos programados para vivir en forma solitaria y lo mismo sucede con muchas especies animales.

La soledad de muchos es para mí un daño colateral de los modelos socioeconómicos impuestos en muchos países occidentales, y está en nosotros evitar ser tocados por dichos efectos negativos. Aislarnos no es la forma, y comprar 3 perros para mitigar esa soledad tampoco lo es.

Hoy tenemos personas que poseen varios perros en una única vivienda. Yo les llamaría perreras a sus residencias.

Se aprovechan del vacío existente en leyes caninas. Casi ningún país limita en número a estos animales, por lo que cualquier persona sin importar su estado mental puede tener cuantos canes se le antoje en su hogar.

En mayo del 2018 una mujer de 52 años en Estados Unidos murió tras ser atacada por 7 pequeños perros pertenecientes a su vecino, la mayoría de ellos una mezcla de perro Salchicha y Terrier.

Y en Argentina una pareja tuvo que vivir con sus ventanas cerradas por un buen tiempo para evitar que su hijo sufriera alguna patología transmitida vía aérea por la cantidad de excrementos existentes por meses en el hogar de su vecina. Sufrieron el encierro prolongado hasta que las autoridades locales intervinieron en la vivienda de su vecina quien mantenía 10 perros consigo!

Como no los atendía ni los mantenía limpios higiénicamente, sus vecinos denunciaron que su jardín estaba lleno de pulgas, garrapatas y hasta alacranes que se pasaban de una vivienda a la otra, además de los olores fétidos producidos por las cantidad de heces y orina no removidas a tiempo.

Una mujer en Minnesota que una vez alojó a 37 perros en una casa fue puesta tras las rejas durante 90 días por tenerlos en condiciones deplorables e inundar el lugar con desechos de los canes.

Pero la mujer de 33 años recibió algo de alivio porque la cantidad de restitución que tuvo que pagar al Refugio de Animales del Condado se le redujo de 100.000 dólares a 39.000 dólares. El personal del Refugio de Animales testificó que un olor "abrumador" emanaba del hogar y que los perros estaban empapados de orina y heces, y a la vez sufrían de problemas dentales y dermatológicos.

Pasaron varios meses hasta que el personal de veterinaria rehabilitó a los perros, hasta el punto de poder colocarlos en hogares permanentes.

Por casos como éstos es que lugares como Minnesota están limitando el número de perros que pueda tener un residente, debiendo pedir un permiso a la Municipalidad del condado. Pero falta mucho para que se tome el toro por las astas en tal respecto. Basta con googlear frases como "excesivo número de perros en hogares" o frases similares y prácticamente no sale absolutamente un solo artículo periodístico que critica la situación actual. Solo mencionan el número real de perros en un país en particular o consejos dados por expertos respecto a cuántos perros se aconseja tener en un hogar, vale decir, la gente puede comprar cuantos canes quiera sin que ninguna autoridad se los impida, desafortunadamente.

Prácticamente ya no quedan zonas residenciales con complejos de apartamentos en Latinoamérica, España y Estados Unidos donde no ladre un perro a cualquier hora del día o de la noche, o varios de ellos en forma secuencial. Se han tomado los edificios, haciéndolos inhabitables ahora, y ya muchos lo piensan 2 veces antes de mudarse a un sitio donde tenga un vecino arriba de su techo o pegado a la pared de su dormitorio.

Las señoras con sus Caniches blancos pequeños son ya una plaga en los edificios, a los que dejan solos encerrados y llorando por horas cuando salen a hacer las compras o a almorzar afuera por un rato muy largo los fines de semana. Su llanto agudo por soledad y tristeza es el símbolo registrado hoy en complejos de edificios de toda ciudad medianamente grande. Son quienes nos hacen vivir con las ventanas cerradas. También ya la gente está asustada cuando sale a comprar o alquilar en un edificio de altura lleno de balcones donde estos animales se ponen a ladrar. Una vez realizada la compra o firmado el alquiler ya no hay vuelta atrás!

El porte de mascotas en vecindarios es una invasión de la intimidad de su hogar. La Constitución de muchos países menciona que es un derecho inviolable. Los perros, como animales que son, han vivido siempre en el campo, corrales, etcétera y aún estando bien adiestrados un departamento o casa chica no es lugar para ellos. Necesitan mucha atención, cuidados, sacarlos con frecuencia, educarlos y no dejarlos solos nunca. Conlleva una gran responsabilidad.

En Australia la gente parece estar más cansada con tantos perros, solo que no aparece nada en los titulares de periódicos importantes. Esto da a creer a la sociedad que el problema no es serio y no hay un número importante de personas quejándose.

Pero ya muchos dueños de restaurantes y pubs no permiten perros en sus instalaciones y cada día imponen más restricciones.

De acuerdo a la Asociación Veterinaria Australiana durante el 2017 los hogares con perros en este país gastaron 12 billones de dólares en productos y servicios caninos. Un 42% más que en el 2013!

En Barcelona, España, una de las ciudades más lindas para vivir de Europa, gran cantidad de plazas públicas han sido tomadas por muchísimos dueños de perros que vienen transformando en una pesadilla la vida de la gente que vive próxima a ellas.

Según las víctimas, son llevados allí a cualquier hora del día, incluyendo altas horas de la madrugada, dejando a muchos de ellos sin posibilidad alguna de dormir.

Los residentes de casas y departamentos aledañas alegan que la Municipalidad no impuso un horario fijo, por lo tanto los dueños de canes van a cualquier hora de la noche, y sus mascotas comienzan a ladrar contra otros perros que van llegando, sea para jugar o pelear entre sí. (Fuente: La Vanguardia, marzo del 2016).

Les quitan así su derecho a vivir en paz y tranquilidad, alterando sus nervios a cualquier hora inesperada. Están echados a la suerte de las autoridades. Una propiedad puede llegar a perder compradores si enfrente hay decenas de perros ladrando o haciendo sus necesidades en un lugar público próximo a ella. Los interesados lo ven y analizan.

Así como muchas ciudades hermosas en el mundo han sido tomadas por la delincuencia haciéndolas hoy invivibles y provocando el éxodo de sus habitantes, lo mismo está sucediendo con muchísimos barrios residenciales tomados por perros.

Rio de Janeiro, Johannesburgo, Caracas, Acapulco y São Paulo son algunos ejemplos donde el hampa manda ahora, y antaño eran sitios fantásticos para vivir. Lo mismo con barrios donde 7 de cada 10 familias tienen perros. Quienes no lo tengan tendrán menos derechos y dañada su calidad de vida, sin poder controlar a tantos infractores.

Tratados como humanos

A su vez el 50% de los estadounidenses trata a sus mascotas como humanos, como un miembro más de su familia (dato estadístico del 2009). Hoy la cifra debe ser bastante mayor al 50%, y lo atribuyo a la soledad que reina en la sociedad, refugiándose en un perro para obtener compañía y dar y recibir amor de alguien, como expresé antes.

Hoy se pueden ver personas llevando a estas mascotas a restaurantes de lujo para perros, fiestas de cumpleaños, clubes y peluquerías para canes, alimentos especiales costosos, almacenes de ropa, hoteles con piscina y hasta paseos vehiculares turísticos. También gastan cientos de dólares en limpiar el sarro dental de sus canes con profesionales.

Lo hacen también quienes tienen gatos.

Uno de mis amigos de la infancia cuya hermana vive en Florida, EE.UU, me contó una vez que cuando se alojó en la casa de ella unos días pudo percatarse de la locura que lleva adentro con sus canes: tenía fotos enmarcadas en la pared de sus perros festejando el cumpleaños de uno de ellos con sombreros en sus cabezas y una torta en el centro, sentados sobre las sillas del living como si fuese un hijo más.

Otro de mis amigos me consternó con otro relato increíble de locura humana frente a mascotas, aunque esta vez se trató de gatos. Todo sucedió cuando fue a visitar a su hijo en Nueva York. Cuando estaban conversando en un restaurante allí, su hijo le dijo que debía irse corriendo a un comercio de productos especiales para mascotas, pues su novia le había encargado una bolsa de alimento para gatos diabéticos cuyo costo era altísimo y cuya tienda quedada a casi 1 hora en el tren subterráneo para llegar a ella (y otra hora para regresar con el pedido).

Les explicaré más sobre las consecuencias graves de la humanización de perros en el Capítulo 10 del libro, y cómo nos afecta a todos quienes viviremos junto a ellos cuando son malcriados así.

De acuerdo a un artículo publicado por el periódico online theatlantic.com, aunque la mayoría de los Estados de los Estados Unidos aún tratan a los animales como propiedad personal, sujetos a las mismas leyes de distribución equitativa que otras posesiones, una revisión en el Journal of Law and Family Studies informó que los solicitantes están comenzando a pedir a los jueces que consideren "el mejor interés del animal": enfoque previamente reservado para niños.

En un famoso caso, una mujer de California habría gastado 146.000 dólares en su caso de divorcio, que se centró en una oferta (exitosa) por la custodia de su perro Gigi. Y donde hay un Gigi, hay una gran cantidad de abogados compitiendo por el caso. Más de 150 escuelas de derecho de América del Norte ahora enseñan derecho animal, incluidas las disputas de custodia de mascotas.

Como verán, increíblemente ya han pasado a ser tratados legalmente como humanos en ciertos países, especialmente en las separaciones matrimoniales. Irán agregando leyes en casos de divorcios, parece.

En el 2009 una mujer estadounidense y su marido se gastaron la cuantiosa suma de 7.000 dólares entre cirugías y tratamientos veterinarios para su gato.

Y en el 2010 otra pareja norteamericana gastó más de 10.000 dólares para el tratamiento del cáncer de su perra, que incluyó cirugía, radioterapia y ecografías de seguimiento cada 6 meses por el resto de su vida. Su can vivió 7 años más, sin embargo, gracias a dichos tratamientos. Casos como estos hay por millones hoy allá, aunque el

40% de los norteamericanos que posee una mascota cree que no podrá solventar los gastos veterinarios si el animal se enfermara.

Según estadísticas, una vez que el costo de salvar a una mascota enferma alcance los 5.000 dólares, la mayoría de los dueños de mascotas dijeron que suspenderían el tratamiento.

Solo el 22% dijo que era muy probable que gastase 5.000 dólares en costos veterinarios para tratar a su perro o gato enfermo.

Según analizo mientras escribo, deberán los novios en Estados Unidos conversar y concordar seriamente sobre sus decisiones personales en caso que acepten tener un perro en su hogar al momento de casarse. Puede que el hombre decida incurrir en un gasto grande con su mascota y su esposa no estar de acuerdo. O vice versa. Comprometer los ahorros personales de una familia para gastarlos en un animal es algo tremendamente controversial como para dejarlo librado al azar una vez casados, dando lugar a discusiones serias que afectarían el matrimonio. Complicado se pone el tema en ciertos países, con el ingreso al hogar de un can. Es ya como tener un bebé con los mismos problemas legales incluso.

Cualidades beneficiosas de los perros

Los perros son capaces de sentir lo que pensamos y lo que sentimos.

Especialistas de la Universidad de California, en Los Ángeles, confirmaron que un perro que está físicamente con enfermos del corazón logra mejorar la función pulmonar y cardíaca de estas personas.

El fino olfato y oído del perro son excelentes a la hora de alertarnos cuando hay peligro, o cuando los precisamos en brigadas policiales para detectar drogas.

Pueden también oler detrás de la puerta si viene un extraño.

Si es un familiar comenzará a llorar de felicidad.

Ellos se anticipan a lo que le vamos a pedir o planear hacer con ellos.

Es admirable cuando se comunican con su rostro y nos rompe el corazón cuando nos piden sacarlo a pasear con sus gestos o llorisqueos. Son muy juguetones cuando estamos con ellos en un parque, y nos divertimos mucho jugando fútbol o algún juego de pelota que aman correr para quitárnosla de nuestro poder.

Reímos y nos regocijamos cuantiosamente con ello.

Todas estas cualidades son demasiado atractivas para el ser humano que precisa un compañero con estas hermosas características.

Los premiamos cuando hacen bien lo que le exigimos y les castigamos cuando no lo hacen, y aún así siempre nos amará porque en él no existe el resentimiento.

Muchas personas precisan estar emocionalmente conectadas con todas estas cualidades encantadoras de los perros. Los entiendo.

Los perros buscan complacernos y protegernos cuando son parte de la familia. Y las personas que tienen perro tienen más posibilidades de estar en mejor forma física cuando caminan o corren con sus mascotas por áreas extensas, al pasearlos.

Los perros hoy son un gran antídoto contra la depresión, enfermedad de la mente que va en aumento año tras año y parece ser uno de los peores males de este siglo.

Pueden curar a personas con graves enfermedades mentales o físicas a salir adelante en sus complicadas vidas. Una mente más sana da más ganas de vivir.

Hace miles de años atrás eran imprescindibles en las diferentes labores que le exigía el hombre: cazador, conductor de ganado, custodio de campos y propiedades, atento vigilante en las noches y guardián que avisaba ante la presencia de seres extraños.

Hoy algunas razas son usadas para guiar ciegos cuando caminan junto a sus bastones y eso es maravilloso (perro lazarillo).

No sólo la policía antidrogas se beneficia con el olfato y sagacidad del perro, también han encontrado personas atrapadas bajo escombros producidos por fuertes terremotos u otros desastres naturales.

En la Segunda Guerra Mundial misma los norteamericanos enviaron más de 50.000 perros para tareas de rescate, salvando vidas de personas en forma milagrosa.

Realmente me maravillo cuando veo los documentales de National Geographic y otros que muestran grandes incautaciones de droga en aeropuertos de todo el mundo gracias a los canes. Es admirable cómo pueden detectar una maleta con drogas ilícitas dentro de la misma.

Una muestra más que los perros sí son útiles para nosotros los humanos. No cabe duda de ello. Pero el enfoque de mi libro es si debieran coexistir masivamente entre nosotros sin regulaciones, solo por ser tan bellos y cariñosos.

No cabe duda que las Fuerzas Armadas, personal de aeropuertos y los departamentos de policía deben tener cuantos canes precisen.

Y tienen grandes guaridas, comodidades y espacios suficientes para ellos, subsidiados por el Estado.

Análisis del ladrido y sus decibeles

Hoy existen entre 400 y 450 razas de canes, y cada uno ladra diferente.

Hay unos 6 motivos por el cual ellos ladran:

-Cuando están felices, por territorialidad (anunciando peligro)

-Por miedo (y el ladrido pasa a ser un grito que sirve de alarma)

- Por aburrimiento y soledad (anunciando que está infeliz)

-Por ansiedad (sobretodo cuando se los deja solo)

-Cuando buscan llamar la atención expresando que quieren algo, como salir a la calle, jugar o recibir una gratitud.

Los perros a menudo también ladran cuando saludan a las personas u otros animales. Por lo general, es un ladrido feliz, acompañado de movimientos de su rabo. Los perros con ansiedad por separación en general ladran excesivamente cuando se los deja solos. También suelen mostrar otros síntomas, como destructividad, depresión y eliminación inapropiada de sus desechos. Los ladradores compulsivos parecen ladrar solo para escuchar el sonido de sus voces. También suelen hacer movimientos repetitivos, como correr en círculos a lo largo de una cerca.

Los ladridos del perro pueden ser cortos, rápidos, espaciados, agudos, graves o en forma de aullidos. Nos indican que el can está enfadado, nervioso, triste o alegre. La mayoría de las veces ladran cuando están aburridos y/o solos. Y son intempestivos, vale decir, que ocurren fuera del tiempo adecuado o conveniente, tomándonos por sorpresa.

El ladrido provoca tensión y proviene de un animal enojado y estresado por la posible existencia de peligro. Conllevan un mensaje de agresividad y violencia que tensa a cualquiera, más allá que el perro tenga miedo ante un posible desconocido o algo que le asusta.

Según expertos, existen 5 tipos de ladridos diferentes que emite un perro. Los ladridos en tono grave pueden expresar un mensaje más dominante y hasta amenazante. Mientras que los ladridos agudos demuestran inseguridad y miedo. Todos son igual de irritantes.

Los perros al ladrar cuando tienen miedo o enojo se muestran enfadados y nerviosos y nos transmiten nerviosismo a nosotros, en especial cuando su primer ladrido aparece de la nada, sin aviso, sorprendiéndonos en forma desagradable. Si ven una situación inesperada de peligro ladrarán sin parar como si pidieran auxilio.

Serán como una alarma de carros que no para de sonar.

Comunican sus sentimientos y emociones al ladrar, y es entendible.

Pero nada justifica dejarlos ladrar por un períodode tiempo tan prolongado. Su intensidad es tal, que ni colocándonos nuestros dedos índices dentro del conducto auditivo podremos atenuar o escapar del ruido insoportable.

El ruido o el sonido se mide en decibeles (dB o dBA).

El filtro "A"(dBA) es el que se utiliza con más frecuencia porque coincide mejor con el rango del oído humano.

Un instrumento llamado medidor de nivel de sonido se usa para medir el nivel de decibeles. Está diseñado para responder aproximadamente de la misma manera que el oído humano y proporciona una evaluación objetiva del nivel de presión acústica.

El nivel acústico del ladrido de un perro es de entre 45 y 50 dB como mínimo, pudiendo llegar a niveles máximos de 110 dB. Para que las autoridades locales de Estados Unidos y otros países puedan sancionar gravemente al propietario de un perro que ladra fuerte y continuo, la intensidad debe superar los 65 dB en el día y los 45 en la noche. Básicamente siguen casi los mismos estándares que fija la Organización Mundial de la Salud.

En Boston, Massachusetts, cualquier fuente sonora más alta que

50 decibeles a partir de las 11 p.m. y hasta las 7 a.m. se considera irrazonable y sería multado.

Cualquier cosa más alta que 70 decibeles se considera demasiado en cualquier momento, a excepción de la construcción permitida.

Esta normativa debería cambiarse urgente en varios países, pues se han englobado todos los ruidos molestos en uno solo, incluyendo el del perro, cuya intensidad sonora no supera muchas veces los 45 decibeles pero es suficiente para volver loco a un vecino e interrumpirle el sueño.

Considerar las 11 p.m como ruido molesto nocturno también es una burla para el afectado por ladridos. Un gran número de personas se acuesta a las 10 p.m y otras incluso a las 9 p.m para arrancar temprano al día siguiente.

Un perro ladrando a 40 o 45 decibeles a las 10 de la noche entonces no es sancionado en varias partes de Estados Unidos.

En muchos países de Europa, donde un 53% de su población sufre niveles de ruido superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), vienen tomando medidas más exigentes por lo insoportable de la situación, y también contra el ruido de los perros.

Por ejemplo en las noches exigen que el ruido no sea mayor a 25 o 27 dB mientras que la OMS acepta más ruido, hasta 40 dB (también EE.UU).

En el 2017 una mujer fue multada con 300 euros por cometer una infracción contemplada en la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones, en una vivienda de Salamanca, España. Su perro superó en 28 decibeles los permitidos por la contemplada en la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones, y es lo que debieran imitar muchas ciudades del mundo hoy.

Así les dolerá el bolsillo a los propietarios que no dejan dormir en la noche con sus mascotas ruidosas. A la mujer le salió barata su irresponsabilidad vecinal puesto que la multa está estipulada hasta en 3.000 euros. Bravo igual, Salamanca!

Me gustaría juntarme un día con estas autoridades municipales allí para felicitarles por bajar casi a la mitad lo permitido por la OMS misma en las noches, y bajar también en unos 20 dB lo aconsejado por la OMS en el ruido diurno generado en hogares.

En Zaragoza, España, también están firmes en actuar contra ladridos intensos en un vecindario. La norma de convivencia ciudadana dice que los sonidos emitidos desde los hogares de la ciudad no pueden superar los 45 decibeles durante el día y los 27 decibeles por la noche, similares valores a Salamanca.

La Ordenanza Municipal sobre Tenencia y Circulación de Animales de Compañía de Zaragoza establece como condición para tener un perro en casa "que no cause molestias a los vecinos".

En los tribunales y audiencias provinciales, las condenas por molestias causadas por los ladridos del perro son cada vez más frecuentes.

La Audiencia Provincial de Barcelona, por ejemplo, condenó a una familia de Vilanova del Vallès en el 2007 a pagar 5.271 euros por los ladridos de sus perros, ya que sus vecinos no lograban conciliar el sueño.

Lo que Estados Unidos acepta en decibeles durante la noche (45 dB), muchos países de Europa los acepta pero en el día. Será también porque las viviendas están mucho más pegadas entre sí en Europa.

Según los expertos, disminuir el ladrido en un perro es posible si se identifica cuál de los 5 o 6 motivos provoca que el animal use excesivamente sus cuerdas vocales.

Solo que son pocos los propietarios que trabajarán duro en evitar que su mascota ladre, eliminando esas causas o reacciones perrunas enunciadas arriba.

Se debe también invertir recursos en un entrenador especializado que identifique la real fuente de sus ladridos, implicando tiempo y dinero, algo que alejará a sus dueños de querer invertir en ello.

En mi historial de vida, he sufrido el ladrido de perros vecinos en el 80% de todas las casas y apartamentos que viví durante mis 5 décadas. Me atrevo a pensar que es un porcentaje común hoy en muchas familias, no importa donde se muden.

La situación es gravísima si en 8 de cada 10 viviendas habitadas en vida tendremos el ladrido de perro en nuestros oídos, afectándonos seriamente nuestra calidad de vida.

Entre las razas que más ladran hay muchos perros pequeños, como el Yorkshire Terrier, el Cairn Terrier, el Schnauzer Miniatura, el Fox Terrier, el Beagle, el Pequinés, Chihuahua, el Caniche Miniatura y el Silky Terrier.

A aquellos que se muden a un vecindario sería bueno que observasen o preguntasen qué perros tienen sus futuros vecinos. Y si van a comprar una propiedad usada, podrían negociar con el vendedor de alquilar durante 1 o 3 meses el inmueble antes de firmar un compromiso de compra, y así asegurarse que algunos perros muy ladradores puedan complicar su descanso de por vida.

Si van a comprar un Caniche pequeño, piénselo 2 veces porque va a ladrar muchísimo ante cualquier ruido extraño y también al ser dejado solos. Por otra parte sus ladridos son constantes y agudos, molestando mucho el oído del dueño también.

Cuando se los deja sin custodia en el hogar, lloran mucho de aburrimiento, y sus llantos se disipan por cualquier ventana abierta hacia la de los vecinos.

CAPÍTULO 2

DAÑOS FÍSICOS, MENTALES, ECONÓMICOS Y EMOCIONALES

Afecciones a la salud humana

Esta sección especifica los daños médicos producidos en personas afectadas por cualquier tipo de ruidos molestos constantes que producen un alto nivel de estrés. Muchos dueños de perros nos tachan de intolerantes a los vecinos que lo sufrimos, pero me gustaría que revean esta lista debajo, para juzgar su forma de ver las cosas.

El bajo rendimiento en el trabajo empieza a ser crónico por culpa de los perros de nuestros vecinos que no dejan dormir. Si la situación se agrava las personas afectadas pueden ser despedidas en el trabajo.

Y el banco puede quitarles la casa.

Los perros que ladran fuerte estando con o sin las ventanas cerradas, hacen perder el sueño a los integrantes de un vecindario. Los ladridos cortos, intensos en sonoridad y que nos agarran de sorpresa son los que más daño psicológico causan, y es imposible frenarlos. Quienes viven en departamentos no pueden saber incluso de donde viene la fuente pues el área alrededor está plagada de departamentos también.

Afectan negativamente a nuestra salud y/o bienestar como también nuestras relaciones personales.

Todos tenemos derecho al disfrute pacífico de nuestros hogares.

Poco a poco el cuerpo humano va generando unas sustancias químicas producidas por los ruidos fuertes y molestias continuas que acaban minando los órganos vitales como el corazón, hígado, cerebro y otros, en especial cuando aumenta la tensión de los vasos sanguíneos bombeando sin control.

Los militares en las guerras o ante un enemigo al cual quieren torturar, utilizan la música fuerte o ruidos especiales destructivos al oído humano para volver loco al torturado con la finalidad que se rinda o divulgue información secreta.